Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En las garras de la muerte... por Darkneko

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, ¿Cómo están queridos lectores? No crean los rumores de que me ha comido un dinosaurio... sigo viva, aquí y en mi casa XD... sólo que me había quedado sin internet, y me puse a hacer algunas cosillas por allí, sin más... disfruten del nuevo capitulo, donde conoceremos a los miembros del tan mencionado Consejo...

Naruto es propiedad de Mashimi Kishimoto, Esta historia está hecha para entretener no está escrita para fines comerciales, todos los derechos reservados para Kishimoto, creador original...

El sol lentamente se escondía por las praderas cercanas, habían pasado varias noches desde la planeación de algunos clanes de gran poderío, nada debía salir mal, Kakashi había sido informado de lo que acontecería en la reunión que esa noche ocurriría, sin embargo, esto era algo que no podía evitarse, más podía tratar de controlarse lo más posible; evitar el menor número de decesos entre los diversos clanes; Akimichi, Nara, Inuzuka fueron alertados por su señor quienes del mismo modo notificaron a sus respectivos clanes para dar refuerzos a la familia de inmortales.

Los puestos en la mesa fueron puestos por Kakashi con la ayuda de Itachi, debían de poner a los clanes de manera que los enemigos de sangre no se encontraran frente a frente, por lo tanto los demás clanes de vampiros como los Akatsuki fueron puestos en el lado opuesto que los licántropos, de la misma manera que las brujas fueron puestas tres mesas después que el clan Yamanaka; los inhibidores necesarios para cada clan fueron colocados cuidadosamente alrededor de cada mesa según correspondían, del mismo modo que ocultaron algunos cuantos dentro del suelo donde todos los no humanos pisarían esa noche; los fallos no eran algo que se podían esperar, las precauciones no eran suficientes había que estar preparados para todo.

- Todo está preparado… - anunció Shikamaru, su rostro cansado no ocultaba ni una pizca de su ánimo desganado, suspiro antes de rascarse el oído con uno de sus dedos, buscando quizás cerilla dentro mientras de sus labios emanaba un “Que problemático” como era costumbre, Yamanaka se encontraba cerca al verle, frunció el cejo en desagrado.

- Shikamaru, eso es asqueroso – le replicó, el castaño no le prestó atención a las palabras de la rubia que molesta se alejaba de su lado para terminar los preparativos.

Aun faltaba mucho para que aquel día terminara y en la casa Hatake se notaba considerablemente la tensión por la evaluación del consejo en todos excepto en el pequeño a evaluar, Naruto jugaba con todo lo que se encontraba del mismo modo que su curiosidad le hacía explorar una que otra cosa, cuestionaba sobre todo lo que esa noche acontecería, desde el porqué habían traído gallinas de negro plumaje hasta la razón de colocar amuletos debajo de la tierra en cada mesa, siendo sus preguntas respondidas por el mayor de los hermanos quien ayudaba al pequeño a prepararse para el encuentro con el consejo.

- Quédate quieto, tengo que ponerte el traje – ordenó el moreno de coleta.

- Es incomodo, ¿Por qué no puedo traer la ropa que me compró Gaara-niisan? – cuestionó el rubio halando con desesperación la corbata en moño que Itachi le había puesto en el cuello, parte esencial de la vestimenta para ese día.

- Porque no, otro día.

Hinata junto con los demás al servicio daban los toques finales a la decoración, la luna en el cielo azul se apreciaba grande, la más grande en ese siglo que lentamente se posaba sobre la morada Hatake, anunciando a aquellos que no conocían dónde estaba la casa de encuentro la llegasen fácilmente; la oji blanca esperaba que la visión del futuro que en sueños la atormentaba desde hace tiempo no se cumpliera, no en esa noche; sabía que las predicciones tardaban en cumplirse, pero finalmente se cumplían al pie de la letra, contando los cambios sutiles que con el tiempo comenzaban a hacerse presentes, aquellos detalles que cambiaban constantemente, pues el destino se construye día a día con cada acción de los protagonistas, sin embargo el desenlace era el mismo.

Nadie se percataba entre el ajetreo de los detalles mínimos que algunas serpientes de diversos colores y tamaños serpenteando por el lugar, Akamaru se escondía para no ser visto por los depredadores, demasiado pequeño aquel cachorro como para atacarlas sin salir herido en el proceso; ocasionalmente ladraba para advertir a sus dueños del peligro existente en el lugar pero no recibía la atención deseada, solamente era ignorado y algunas veces hasta removido del lugar por estar perturbando a los empleados.

- Vaya, vaya se ve que tienen grandes planes para hoy – decía llegando un anciano de piel morena con hebras blancas como cabellos, las grietas en su piel mostraban su edad aparente dejando a la imaginación de los presentes su edad real, su cuerpo era cubierto por una larga túnica blanca que a pesar de ser arrastrada por sus pasos cansinos no era percudida por la tierra del camino, tres marcas debajo de sus ojos se observaban, aquella que le nombraba como el más antiguo del consejo.

- Como era de esperarse del más anciano, siempre temprano ¿No? – comentó Kakashi al verle en el centro mirando los alrededores, ese buen hombre siempre llegaba antes que todos o por lo menos cuando las reuniones se efectúan en una de las casas de los vampiros.

- Sabes que la puntualidad es algo para enorgullecerse, has crecido bastante en este siglo – estrecho sus manos al decir estas palabras, mostrando una sonrisa sobre sus labios, siendo correspondido el gesto por uno igual por parte del peli plata.

- Oji-san, mire atrape una mariposa, una mariposa – Naruto había llegado hasta con ellos, evitando que lo traía en las manos escapase volando, su ropa antes impecable, presentaba algo de polvo por haberse arrastrado, nada que un trapo no quitase, un pequeño raspón por las espinas de los rosales en su rostro y una gran sonrisa llena de alegría por haber atrapado algo tan precioso.

- ¿Puedo verla? – pregunto el anciano, indicando que quitase las manos de encima del insecto para apreciarlo en su esplendor.

- Claro, pero volará… no importa puedo atrapar otra – su colita se meneaba de un lado a otro, signo claro de su estado anímico, en su sonrisa sus pequeños colmillos se apreciaban, blancos y afilados, típico de su genes de licántropo.

Aquel anciano de cabellos blancos se hincó en el suelo para estar a la altura del pequeños, quien lentamente abrió sus manos mostrando su contenido, estáticos en sus palmas, su cuerpo era negro y sus alas azules con pequeños puntos blancos, algunos fragmentos de pigmento negro daban a sus alas formas de plumas; Kakashi observaba el semblante del mayor, sabía que no estaba jugando solamente con el pequeño, sino que le estaba evaluando, quizás su estado de salud mediante el olfato, tal vez observar con sus rasgos faciales si era realmente feliz o simplemente fingía, posiblemente su pasado por medio de las hondas de su aura con ayuda de su alma; era difícil saber la razón verdadera que le llevaba a ver de aquella manera al pequeño, solo esperaba que fuese bueno para él y sus hijos.

- ¿Verdad que es bonita? – preguntó el rubio conversando con el anciano.

- ¡Oh! Muy bonita, ¿Qué tal si vemos cómo vuela? Una mariposa tan bonita no debe ser apresada o más personas no podrán ver lo bonita que es – palmo su cabeza con cariño, revolviendo las hebras rubias que configuraban su cabello, Naruto rió por la caricia, cálida y sincera, asintió con la cabeza antes de darle un impulso con sus manos para ayudar a volar a la mariposa.

- ¿Ahora la verán muchas personas? – pregunto Naruto al ver que la mariposa se marchaba aleteando las alas por doquier.

- Claro que sí. ¿Cuál es tu nombre pequeño?

- Naruto – respondió sencillamente el pequeño mostrando una gran sonrisa llena de orgullo por el nombre que se le había dado.

- Que ropas tan bonitas… ¿Siempre te vistes así? – Kakashi no entendía la serie de preguntas que le estaba haciendo y sabía de ante mano que no podía intervenir en ellas, solo era cuestión de esperar.

- A mí no me gustan, son incomodas… pero Itachi-san dice que es para dar una buena… im… improsión, ¡Una buena improsión! Para el conejo de clanes – su cabeza asintió varias veces, feliz de no haber olvidado aquello que le había dicho Itachi y que posiblemente era importante.

El anciano hombre gustoso al parecer por la respuesta soltó una estruendosa carcajada por la ingenuidad del pequeño, aunado a la sencillez que presentaba en sus palabras, muy diferente a algunas “pertenencias” que había tenido que juzgar anteriormente, aquellas que mostraban prepotencia por ser más que los seres normales o superiores a sus compañeros si se tratasen del mismo clan; aquel niño de brillantes ojos azules y cabellos rubios cual rayo de sol era simplemente eso, un niño, viviendo felizmente su etapa infantil con unas personas que, si bien sabía no tenían la imagen de ser dóciles o fáciles de tratar, habían cuidado de una criatura hasta llegar a hacerla feliz.

- Dime Naruto… ¿Eres feliz viviendo aquí? – pregunto después de unos momentos el anciano, Naruto le observó a los ojos para responder, sin embargo fue interrumpido.

- Naruto… ven vamos a cambiarte, estas todo lleno de tierra ¿Qué estabas haciendo? – Sasuke no sabía que la impresión dada por él había abierto una duda en el consejero, más no dijo nada, el consejo durante la reunión daría su veredicto.

- Siempre tan puntual Sarutobi-sama… - se escuchó a sus espaldas, la voz de otro miembro del consejo, el más joven cabía destacar, siempre con aquel porte suave que a Kakashi le encantaba, más callaba sus sentimientos, pues un miembro del clan no podía relacionarse con alguien del consejo.

Kakashi bajó la mirada en sumisión ante aquel castaño que se acercaba a ellos, mantenía la sonrisa en sus labios mientras correspondía los saludos de la servidumbre bajo el mandato Hatake, la cicatriz en su nariz acentuaba sus ojos y la piel canela que le revestía los músculos, antiguo miembro del oráculo, su cabello había crecido desde la última vez que le había visto en la pasada reunión de clanes, ahora un poco largo, lo portaba sujeto en una coleta alta.

- Iruka… llegaste pronto esta vez.

- Estaba cerca de la zona, además no es pronto, falta una hora y todo comenzará. – dirigió su mirada al peli plata sonriendo esperando ser correspondido. – Buenos días Kakashi-san – dijo, sin embargo el dueño de la casa no respondió a su saludo con palabras o miramientos sólo con una reverencia silenciosa la cual interpretó Iruka como un claro signo de desagrado.

Kakashi sentía que no era lo suficiente digno para estar en la presencia del castaño, no quería importunarle con palabras burdas o toscas, con una reverencia y una disculpa les dejó solos.

- Iruka, hace un momento vi al hibrido y… - comenzó la charla Sarutobi con su compañero del consejo mientras Kakashi marchaba a otro lugar para calmar aquella sensación que le quemaba por dentro, sin notar la mirada decepcionada por parte de Iruka al ser rechazado.

- ¿Aún no le dices nada, Kakashi? – la voz de una fémina a sus espaldas, hizo que dejase de observar al castaño que sonreía nuevamente ante la conversación del anciano.

- No sirve de nada, somos de dos mundos diferentes…

- Tienes razón, ¿Por qué alguien de clan se fijaría en otra criatura que no pertenece a su mismo?... Ya viste lo que ocurrió con Minato y Kushina… ahora su hijo está en las garras de su peor enemigo. – la mujer sonrió con burla ante sus palabras, Kakashi bajo la cabeza, sabía lo que sentía Minato, pero Naruto era necesario para sellar a dos de sus hijos que podrían ser una amenaza para todos en la reunión.

- Tsunade-sama… - suspiro el peli plateado.

De entre las sombras cercanas, los ojos amarillos se apreciaban, una risa de ultra tumba se escuchaba perdiéndose entre el silbido del viento, imperceptible para los oídos normales, el único en darse cuenta de aquel sonido fue la mascota del pequeño que tomaba un baño a manos del joven Inuzuka que le susurro algo al oído del can. Las labores continuaron, todo su esfuerzo parecía dar frutos en esos momentos, todos los días de arduo trabajo y esmero terminaban ese día.

Minato mientras tanto planeaba con detenimiento los argumentos que daría ante el consejo para evitar el enfrentamiento, sin embargo, las posibilidades de que el dialecto no funcionase, las garras afiladas del mismo modo que los colmillos, terminando las sesiones de entrenamiento dispuestas por el macho alfa, si las cosas no funcionarían esa fecha se convertiría el aniversario de una masacre, cuando los lobos conquistaron el inframundo, dominando toda especie no humana que encontrasen, la luna roja les brindaría los poderes necesarios para terminar de una vez por todas con los inmortales vampiros, esta vez la victoria estaría de parte de los hijos de la luna y no de los hijos de la noche.

-Todos preparados para la guerra… después de recuperar a mi hijo de las garras de aquellos, no dejen uno vivo o morirán en el siguiente siglo – aseguro antes de marchar rumbo a la reunión que decidiría su futuro.


En la casa del clan Hyuuga todos los miembros hacían sus propios preparativos para recuperar a la primogénita y llevar a cabo la dominación del mundo no humano de una forma más activa con los humanos, dominando ellos como gobernantes, era necesario para ellos que la visión conjunta que tuvieron de una guerra entre lobos y vampiros se llevara a cabo, de esa manera aniquilados los clanes que pudieran dominarlos, ellos controlarían todo, solo era necesario esperar un poco; no eran conscientes de que sus planes y la confianza que les acompañaba serían parte de su perdición.

- La hora de nuestro triunfo se acerca, es tiempo de que Hinata regrese a casa a cumplir con lo esperado – anuncio el patriarca del clan.

- Sí, señor.


- Que interesante están resultando las cosas – murmuraba Orochimaru al ver cómo estaban resultando las cosas, pensando que la victoria estaba en sus manos, mientras ese momento llegaba, tendría que fingir sumisión ante los licántropos y ellos harían el trabajo más sucio, el veneno especial de sus serpientes ya se encontraba en las venas de los lobos y estos ni siquiera se percataban de su presencia, quién diría que la benevolencia del alfa les llevaría a su destrucción, pronto los reptiles dominarían ambos planos, cuando los lobos perdieran el control de sus actos.

- Minato, tu propio hijo te llevará a la destrucción, no puedo esperar a ver como morirás por traerlo de regreso a ti…

La familia Inuzuka fue la primera en llegar, saludaron a los presentes, agradeciendo a Kakashi el haber tenido en cuenta las habilidades de Kiba en su familia, se reverenciaron frente a los consejeros presentes preguntando el paradero del uno del más incoherente del consejo, Jiraiya, Sarutobi respondió alegremente que tardaría en llegar como en cada reunión y que el saque junto con las jovencitas para hacerle compañía no deberían de faltar, de lo contrario no se sabía que podría ocurrir, Kakashi aseguró que todo estaba listo para la llegada de cada uno de los miembros del consejo y los invitados alternos.

- Por favor, pónganse cómodos, en la mesa central encontraran los aperitivos – anunció el peli plata.


Minato detuvo a sus séquitos para regresar por algo muy importante que Kushina le había dado para enfrentarse a Orochimaru si llegaba a revelarse en su contra, los licántropos como era bien sabido tenían una debilidad natural a los reptiles, el veneno de las serpientes que emanaban lograban que su consciente cayera de tan manera que no fuera posibles detenerse o controlarse ante sus emociones y eso no era algo muy sabio, puesto que podrían herirse a ellos mismos al no distinguir entre aliados y enemigos; si esto comenzaba a ocurrir, él por ser el alfa sería el último en perder la consciencia y por ende, el único en terminar con la ambición de la serpiente; matando al dirigente de las serpientes venenosas el efecto sobre sus presas terminaba.

La adrenalina podía percibirse a cientos de metros de distancia en la familia Hatake, los humanos corrientes del pueblo tendían a no salir en ese temporal, puesto que las criaturas mágicas y no humanos, así como los fantasmas, brujas, monstruos y vampiros salían a cazar a sus presas, hambrientos de carne humana del mismo modo que sedientos por la sangre que corre por sus venas; las brujas hacían pociones para engañar y llevar al amo de las tinieblas; su señor, las almas de los desventurados que cayeron en sus encantos.

Los rezos no se hicieron esperar, los aldeanos se encontraban abarrotados en capillas donde se creía que los malos espíritus no entrarían por miedo al señor crear de todo lo bueno existente en la tierra; esperarían a que la luna se volviese nuevamente blanca, marcando el final de la temporada maldita, donde cualquiera podría volverse maldito por un demonio, esperaban que no pasará nada malo, aunque no sabían que su deseo de un siglo más en la misericordia estaba siendo amenazado por el amo de las serpientes y los controladores del destino con planes malignos.

- Padre, ¿Cree que la luna roja pase pronto? – cuestionó un pequeño apretando entre sus manitas la falda de su madre que le cobijaba de los aullidos nocturnos, a su lado, el padre del lugar sostenía la biblia pidiendo en silencio que la gente del lugar no fuera víctima de esa noche, observo los ojos del pequeño y algo inseguro aseguro.

- Descuida, el señor está con nosotros, no pasará nada… lo prometo – acarició la cabeza del infante y con una sonrisa fingida oculto su temor al pequeño, entre susurros inteligibles repetía nuevamente “no pasará nada” intentando convencerse a él mismo de aquellas palabras.


- Itachi-san… ¿Quién es el anciano? Era muy gracioso – Naruto nuevamente cambiado salía para ser presentado a los primeros invitados de la noche, quien abrazaba a su hijos, preguntándole el cómo se encontraba en aquella familia que no era de su clan.

- Una de las personas a las que tienes que dar buena impresión. – dijo secamente el mayor de los hermanos, mientras buscaba con la mirada al menor de los morenos, increíble que sólo hubiese quitado a Naruto de con su padre para llevárselo a él buscando un cambio de ropa para el hibrido.

- Sasuke, hazte cargo de tu mascota – dijo tajante al llegar con el menor, éste se encontraba cerca de las rosas, mirando la luna junto con las estrellas a su alrededor. – Tengo cosas que hacer – sin más soltó la mano del rubio y regresó a sus quehaceres en el laboratorio, el encargo de su padre pronto estaría terminado, simplemente era cuestión de tiempo para encontrar al animal perfecto para eso.

Sasuke tomó en brazos al cachorro hibrido sin decir palabra alguna, posó su cabeza en la del pequeño mientras suspiraba, pensando en algo quizás, algo nervioso, tal vez o quizás buscando en su mente las palabras que no podían salir, aquellas que tenía miedo de pronunciar por lo que pudiese ocurrir, Naruto conocía a su amo, no lo suficiente para descifrar aquella mirada perdida en el firmamento estelar.

Por su parte el menor de la casa sentía finalmente que todo el vacío que sentía adentro finalmente había desaparecido, si bien los Hatake le brindaron un hogar y algo cercano a la familia, lo que hubiese tenido de no ser por aquel pasado borroso entre sus memorias, la sangre maldita de licántropo finalmente estaba siendo controlada, la luna roja no le afectaba, miraba embelesado sus manos mostrando en sus palmas las de Naruto, tan pequeñas y tan cálidas, pensar que cuando le conoció estuvo a punto de matarle por esa afición a la sangre y al miedo, cosa que hacía mucho no sentía, Naruto le observaba mostraba una media sonrisa intentando que el mayor se la devolviera cosa que no ocurría, Sasuke abrazo nuevamente al oji azul entre suspiros, pidiendo a lo que fuese que controlase sus destinos que no le arrebatara la felicidad que finalmente sentía en aquella asquerosa vida medio inmortal, debido a la sangre de licántropo.

- Ven vamos a presentarte a los invitados, ya están llegando – le tomó en brazos unos segundos para aspirar su aroma, al final sonrió recordando algo que le alegraba en demasía – esta reunión no llegan las brujas… - susurro para sí, Naruto no comprendió sus palabras, sin embargo la imperceptible sonrisa de su amo le motivo a mover la cola levemente; tal parecía que eso era algo bueno.

Los invitados finalmente comenzaban a llegar, los familiares de los mortales no llegaron, Ino, Chouji y Rock Lee permanecieron dentro de la casa, mirando desde el balcón los acontecimientos de la reunión, esperaban que Naruto pasará las pruebas del consejo con honores; desde que Naruto había llegado a la casa Hatake no había un día sin una sonrisa, puesto que el pequeño de ojos azules se esforzaba el máximo para hacerles sonreír, tal parecía que esa era la función del pequeño allí.

- Bienvenidos, Hyuuga – Kakashi estrechó la mano del patriarca del clan, quien no le miraba a los ojos, buscaba entre la gente la presencia de su hija, esperaba tenerla cerca cuando la “fiesta” comenzará, de ese modo su clan dominaría.

- Gracias por la cálida bienvenida, Hatake… si me disculpas – con una señal, indicó a su familia dónde se encontraba Hinata, marcharon a ella sin que el peli plateado les detuviese, no era necesario puesto que confiaba en Hinata.

Neji, quien deseaba fervientemente que su prima le amase por voluntad propia, pasó lentamente al lado del anfitrión, agachando la cabeza en gesto de sumisión y agradecimiento, Kakashi correspondió el gesto, agradeciendo que aparte de Hinata hubiese otro miembro concientizado del riesgo que tenían, no era necesario hablar con el chico para saber que realmente no pretendía hacerles daño a nadie.

Finalmente llegó el último de los clanes invitados en esa ocasión, el ejercito de licántropos mostraban su forma animal, producto de la infusión de luna roja, inevitable para ellos en ese momento volver a su forma humana o animal, Minato iba al centro de sus subordinados, a sus costados las hembras que cuidaban a las mujeres preñadas por lobos, a unos pasos llegaba la serpiente a posarse a su izquierda, pidiendo disculpas por la demora, mostraba en sus labios una sonrisa retorcida que no presagiaba nada bueno.

- Bienvenidos clan de licántropos… O debería de llamarlos ¿Manada? – Kakashi estiro la mano para estrechar la garra del lobo alfa, quien entre gruñidos correspondió el gesto.

- Kakashi… - respondió únicamente en un bufido molesto.

Naruto olfateaba el aire, aquel aroma que muchas veces había percibido en el bosque tantas veces, aquella mezcla de sangre y sudor, los pasos pesados alzaron las orejas del pequeño, se mantenía oculto entre los brazos de su amo, estaba asustado, no reconocía el aroma de aquellas criaturas, Sasuke por su parte frunció el entrecejo, no deseaba que esas bestias tuvieran contacto nuevamente con Naruto.

- Sasuke tranquilízate – ordenó Kakashi, al observar al menor de sus hijos comenzar a enfurecerse por la presencia de los lobos.

Todos los presentes guardaron silencio por unos momentos sin atinar a moverse una pizca, pendientes de la reacción de los enemigos al encontrarse, eso era algo que siempre ponía a todos tensos, las miradas retadoras se cruzaban por todo el lugar, nadie se animaba a mover un dedo, todos listos para que estallara de un segundo a otro la guerra entre los dos clanes más terribles existentes, dos sonrisas entre la multitud se escondieron, esperando el momento en el que la sangre comenzará a correr.

- ¡Valla! ¡Pero qué ambiente tan aburrido! ¿Dónde están mis damitas de compañía? – una voz rasposa y burlona interrumpió lo que en un segundo se hubiese convertido en una masacre, dos personas chasquearon la lengua por la interrupción, los demás suspiraron aliviados, aunque el hombre que acababa de llegar siempre era el último en hacerlo, siempre llegaba en los momentos más oportunos para detener algo catastrófico.

- ¡Jiraiya llegas tarde de nuevo! – la mujer rubia le grito mientras tomaba por las orejas al sabio de blanca y larga cabellera, le llevo hasta su lugar asignado entre las disculpas arrepentidas por parte del nombrado, los licántropos junto con Orochimaru no tuvieron otra opción más que sentarse en sus respectivos asientos.

- Bien, ya estamos todos, podemos comenzar con lo planeado – anunció Sarutobi, dando por comenzada la reunión de esa vez.

- Comencemos – susurro Orochimaru a la nada mientras sonreía hipócritamente a los presentes.

- ¿Dijiste algo? – cuestionó el alfa de los lobos, a lo que el peli largo negó rotundamente, las cosas marchaban mejor de lo imaginaba.

Del suelo las serpientes comenzaron a moverse, presurosas por llegar a sus respectivos lugares, era necesario tener todo perfectamente calculado para dar comienzo a la verdadera fiesta, sin duda alguna esta sería una reunión que nadie olvidaría en mucho tiempo…

Notas finales:

Perdón por la demora, me quede sin internet por algunos problemas internos, las notas curiosas nos las saltaremos para otro capitulo... pueden hacer las preguntas que quieran saber para las notas curiosas, con gusto daré una respuesta, nos vemos en el siguiente capitulo... matta ne... ^u^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).