Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En las garras de la muerte... por Darkneko

[Reviews - 335]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

perdon por la tardanza, ni para que me excuso... la cosa es que me tarde XP... gomen...

bueno... aqui se va a ver una parte de lo que no se quiere ver en Kakashi, gomen por eso... en especial a clau... lo lamento esta es la otra cara de Kakashi...ya verás a que me refiero... descuida no se comporta así todo el tiempo... bien ahora es el momento de la presentación de la familia Hakate ^u^... disfrutenlo...

naruto es propiedad de Kishimoto-sensei... ^u^

     El moreno le miró indiferente por unos segundos, para después con la misma velocidad que antes, tener preso con una de sus manos la garganta del pequeño quien no se resistía en absoluto a pesar de costarle respirar, Sasuke frunció el ceño molesto y abrió la boca dejando ver sus afilados colmillos, aflojo un poco el amarre y le tomo por la nuca haciendo con facilidad su rostro hacía un lado para dar paso a su cuello y se acercó hasta él, con claras intensiones de marcarlo y probarlo de una vez. 

     - Sasuke… baja con Naruto… - grito el padre de cabello plateado, haciendo con esto que se molestara con el pequeño, bufó molesto y arrojó con fuerza al rubio quien cayó de espaldas al suelo. 

     - Vamos, yôji… - murmuro entre dientes, guardando los colmillos, dio la media vuelta y comenzó a caminar fuera del cuarto, al ver que el pequeño no le seguía se molesto, giro el rostro con el ceño fruncido. 

     - Te he dicho que vengas, mocoso… - gruñó con furia contenida, no le gustaba que su padre se molestara y lo más seguro era que necesitaban hablar sobre la nueva mascota que tenía, presentarla como era debido y ese tipo de cosas que tanto le molestaban a él. 

     El pequeño estaba lastimado de su cuello, las marcas de los dedos y la palma de Sasuke se le hicieron rápidamente de un color amarillo mezclado con verde, seguramente después se volvería morado y tardaría varios días en desaparecer. 

     Con la mirada gacha, después del grito, sus orejas estáticas cerca de su cabello y su cola inerte entre sus piernas, siguió el camino que el mayor tomó, cuando se encontró a las afueras del cuarto el moreno le miró con desprecio, no había podido lograr su cometido, quería asustar al pequeño de tal forma que le rogara que le matara de una vez, más no lo hizo, de hecho no se resistió a pesar de no poder respirar con facilidad, no hizo nada y eso aunado con el llamado de su padre le molesto de sobremanera. 

     Le tomó por el cuello de la pequeña camisa que Kakashi le había puesto momentos antes y le alzo, hasta que su frente quedo cerca de la del mayor, quien las junto con fuerza, provocando una molesta sensación de dolor en el rostro del menor, aun así, no salió de su boca sonido alguno. 

     - ¿Naze?... ¿naze anta nigeru janai?... – pronunció con furia en su voz, el pequeño cerró los ojos, tanto por el dolor como por las reglas que le mencionó el peliplateado, aun así, sabiendo que podría morir por lo que diría o haría abrió los ojos con esfuerzos y le miro directamente a los ojos. 

     Aquellos ojos brillaban espectacularmente y no se podía descifrar los sentimientos que de ellos emanaba, solo se podía palpar la calidez de su mirada, algo que le envolvía, le confundía, eso era algo que no podía soportar, la confusión, cuando se confundía tendía a matar cualquier cosa que tenía enfrente, y frente suyo solo se encontraba al pequeño que le golpeaba la cabeza con la propia. 

     - Itai… Sasuke-san… desde pequeño he huido y solo he conseguido que aquellos que quieran lastimarme lo hagan con más fuerza… - su voz era suave, como si las palabras que salían de sus labios fueran de lo más normal. 

     - ¿De que sirve vivir si no tienes a nadie para compartir la felicidad que te brinda la vida?... – pronunció muy bajo, como si aquellas palabras le fueran a costar demasiado, pero en ocasiones sus impulsos no le hacían pensar con claridad y hacia cosas peligrosas, como la de hablar demás frente a un sujeto que solo busca sangre para sobrevivir y divertirse desmembrando cuerpos parte por parte. 

     Sasuke bufó molesto, más si es que se podía, soltó al pequeño del agarre que mantenía en la prenda y con pasos rápidos y pesados llegó a la sala donde todos esperaban a que llegara la nueva adquisición que momentos después de que el menor de la familia entrara apareció, con sus manos sujetando su colita, un tanto preocupado por lo que fuese a pasar, nadie parecía contento, nadie excepto Kakashi que al momento de verlo parado en el marco de la puerta esperando a que le dieran el permiso para entrar, sonrió tratando de tranquilizarlo, sus orejas se mantenían gachas y su mirada siempre fija en el suelo. 

     - Van aquí… pequeño… - dijo el peliplateado acercándose al menor y cargándolo en brazos se dirigió al centro del círculo que era la estancia. 

     En uno de los sillones se encontraba el menor de los morenos, con las manos en los apoyos del sillón, con una de sus piernas entrelazada en la otra, su pose indiferente y aquel aire místico que siempre le caracterizaba, parecía molesto y su mirada estaba dirigida hacía el lado contrario de donde se encontraba su padre, que permanecía de pie mientras cargaba al pequeño, que solo atinó a esconder su cabeza en el cuello del mayor. 

     Kakashi, observó las marcas que comenzaba a verse violetas en el cuello del menor y en sus muñecas también, ladeo un poco la cabeza del pequeño para verlo mejor, despejando momentáneamente al pequeño de su refugió. 

     - ¿Sasuke te lo hizo?... – pregunto sabiendo la respuesta, Naruto miró de reojo a Sasuke y este solo le mando una mirada desafiante, observó los ojos del mayor y le contesto en un susurro solo audible a él, pero que todos alcanzaron a escuchar gracias a sus dotes de sangre. 

     - Iie… me caí… - no tenía el valor de mirarle a la cara, por lo cual soltó con delicadeza el agarre del mayor y se volvió a ocultar en el cuello del mayor quien no dijo más, pensó que el pequeño no quería ver que regañaban a uno de sus hijos por lo tanto le defendió, le abrazo con mimo, tratando de infundirle confianza. 

     - No tienes porque mentir… al parecer le tomaste cariño aunque te trate mal… - murmuro mientras recargaba su rostro en el cabello rubio del pequeño oculto en su cuello, para después fijar una mirada mordaz al menor de sus hijos. 

     - Bueno… damas y caballeros… este pequeño es ahora parte de esta humilde mansión, trátenlo bien… su nombre es Naruto y estaba bajo las ordenes directas de Sasuke, pero también estaba a la disposición de mis hijos… - murmuro mientras que daba un paseo formando un círculo para que todos en aquella casa observaran al nuevo integrante. 

     - Sasuke… se que no te gusta compartir lo tuyo… pero no tienes otra elección… - comentó esto parándose frente a su hijo quien le desafío con la mirada, más este no le presto la mínima atención. 

     - Bien… ya conoces a Sasuke… - decía esto mientras se acercaba a él con el niño en brazos, le dio un poco la vuelva para que le mirara, así lo hizo, el moreno se paro de su asiento mirando con aquellos profundos ojos al menor en brazos de su padre. 

     - No lo lastimes… - fue lo último que advirtió antes de que su hijo tomara entre sus manos el rostro del pequeño que por un segundo sintió temor, pero al estar en los brazos que le salvaron de la muerte a manos del aldeano y que cuidaron se dejo hacer, al fin y al cabo como ya lo habían dicho el solo era una mascota. 

     Sasuke acercó su rostro mostrando nuevamente los colmillos, besó al pequeño de manera tan brusca que abrió sus pequeños labios intentando gritar, grito que se hizo imposible con la boca del otro sobre la suya, una lagrima salió de sus ojos cuando sintió los afilados colmillos partiendo su labio inferior y aquel sabor metálico invadiendo su boca, cerró los ojos con fuerza intentando por todos los medios reprimir el dolor que sentía, las punzadas en su labio se vieron entumecidas por la lengua del moreno que comenzó a lamerle, hasta que la sangre dejó de emanar. 

     - Bien parece que le has reconocido como algo para valorar por un tiempo… a los otros les dejaste desangrar en el momento de la presentación… - comentó el mayor cuando se separaron mirando con cuidado las facciones de su hijo quien solo bufo molesto para después regresar a su asiento, colocándose en la misma posición que antes. 

     - Deja te explicó… la marca que te dejó Sasuke en el labio es la que te marca de su propiedad, es decir que al primero que debes de obedecer es a él, cada miembro de la familia que te muestre tomará un poco de tu sangre y la mezclara con su saliva para que otros clanes no te lleven… si la herida no es limpiada con la lengua, no dejara de sangrar por lo tanto se muere desangrado… - comentó mientras el pequeño limpiaba sus lágrimas y permanecía sin comprender que pasaba. 

     - Sasuke es mi pequeño, apenas tiene doscientos años en este mundo… muy joven y el mas quisquilloso de mis hijos… cabe mencionar… te conviene obedecerlo y no hacerle enojar… - comentó ante la mirada desconcertada que le ofrecía el menor mientras tocaba la parte lastimada de sus labios, no dolía pero estaba hinchada. 

     Se dirigieron al joven de cabellos rojizos y ojos de color verde, su aspecto era serio, pero no tan aterrador como el de Sasuke, sus ojos estaban marcados por unas ojeras profundas de un color bastante marcado, mostraba indiferencia, sus brazos posaban sobre su pecho cruzados, mientras observaba la escena de medio lado. 

      - Este de aquí es Gaara… otro de mis hijos es un poco mas grande en edad que Sasuke… tiene doscientos veinte años si mi memoria no me falla… es serio pero puedes contar con él cuando yo no me encuentre en casa… después de esto te muestro la casa para que encuentres los cuartos con facilidad… ahora él va a hacer algo parecido a lo que hizo Sasuke, solo en otro lado de tu cuerpo, trata de no gritar, ¿entendido?... – comentó a lo que el pequeño solo atinó a asentir con la cabeza, el pelirrojo se descruzaba de brazos mientras se acerba más al mayor e inspeccionaba al pequeño, buscando un punto donde la sangre emanara deprisa con un simple corte. 

     Tomó una de sus manos bajo la mirada atónita del pequeño quien al ver los colmillos del ojiverde, prefirió no ver como su carne se partía ante aquellos dientes tan afilados, agachando si es que se podía más sus orejas entre el pelo y metía nuevamente su rostro en el hombro del mayor,  cuando aquellas prolongaciones en la boca del pelirrojo entraron en la carne del rubio, el cuerpo del pequeño se tensó, los habitantes de la casa podían ver como su colita se crispaba por el dolor que sentía, sin embargo no se escucho mas que un leve gemidito de sus labios, Gaara cerró los ojos al escuchar ese sonido de las labios del pequeño, se tensó de igual manera siendo observado por su padre quien sonrió por ello, unos segundos después su lengua recorría las heridas en su muñeca y en sus ojos se podía ver el dolor por haber hecho esas marcas en aquellos pequeños brazos, pero era necesario, con pasos lentos regreso a su lugar para volver a poner aquella pose dura e inquebrantable que tenía momentos antes, solo que sus ojos tenían un brillo de remordimiento, Kakashi estaba asombrado por el cambio de personalidad de uno de sus hijos menores, siempre que se trataban de victimas era cruel y sanguinario pero al llegar a casa era tan tranquilo y confiable. 

     Naruto salió del cuello de su protector al ver que se dirigían a un joven de cabellos negros y la mirada de igual color, parecido a Sasuke, al que siempre le llamaban Sai y al parecer esta cercanía no le gusto para nada a su nuevo dueño, pues bufó molesto y trato de enviar una mirada retadora a su hermano mayor que ni caso le hizo. 

     - El es Sai… uno de los que estaba en la aldea cuando fuimos a buscarte… tiene un pasatiempo muy bello, él pinta cuadros, tal vez después te enseñe a hacer algunos, tiene doscientos setenta años… uno de los mejores en la materia de asesinatos en lo que cabe decir, pero descuida sabe respetar ordenes, además de que no le haría daño a una criatura tan preciosa como tu… - rozó su nariz contra la del pequeño y con este gesto logró sacarle una sonrisa al pequeño. 

     Sai miró desafiante a Sasuke que le regreso la mirada de igual forma, sonrió complacido por haber hecho enfadar a su hermano menor y bajo su atenta mirada volteo al pequeño dándole la espalda, dejando un tanto alarmado al pequeño que irguió sus orejas al sentir como su camisa era elevada mostrando su espalda mientras que sus pantaloncillos cortos juntos con su ropa interior descendían, dejando al descubierto parte de sus caderas y su redondo trasero, se aferró con fuerza al cuello del mayor apretando dientes y los ojos, su cola se tensó con más fuerza que la vez pasada mientras que los colmillos de Sai invadían la parte baja del pequeño, quien soltó un pequeño gemidito de dolor mezclado con un sollozo, continuo lamiendo con suma desesperación para el menor de sus hermanos la piel tan apetecible que mostraba donde la espalda pierde su nombre, ahora se apreciaban dos pequeñas heridas en forma de circulo del mismo tamaño. 

     Cuando le acomodaron las ropas al pequeño se dirigieron hacia el último y mayor de los hijos del peliplateado, un joven de piel pálida, cabello negro largo atado en una coleta, sentado en un sillón con los brazos en el respaldo, se paró de su lugar y se dirigió hacia el pequeño frente a el, lo tomó de los brazos de su padre, cargándolo el mismo, Kakashi sabía que no le gustaba que le ofrecieran la comida en las manos, le gustaba manipular a sus presas. 

     - Este joven es Itachi, el mayor de mis hijos trescientos cuarenta y cinco años y no los aparenta, un imán para las chicas lindas al igual que Sasuke, callado, calculador, un estratega modelo, puede que aprendas varias cosas de él, pero no lo hagas enfadar o perderás la vida… - acto seguido el mayor tomo el cuello de la camisa separándolo un poco para dejar ver la clavícula del pequeño y encajo en esa parte sus colmillos con fuerza, logrando que mas de uno cerrara los ojos por el grito de dolor que no pudo contener el pequeño, no podía alejarlo de su cuerpo porque sus manos estaba siendo agarradas con una mano con mucha fuerza, tuvo que esperar algunos minutos a que el moreno de ojos rojos dejara de morderle y comenzara a lamer la herida para evitar problemas, después de eso fue regresado a los brazos de su padre y delineando sus labios con el sabor de la sangre del pequeño y una sonrisa de medio lado se volvió a sentar. 

     El pequeño se limpiaba sus lágrimas con el dorso de la mano, intentando controlar los espasmos que invadían su cuerpo, Itachi fue el mas brusco de todos, coloco una de sus manos en el lugar donde las marcas aun eran visibles y su mirada entristeció, paso sus dedos por sus labios, su muñeca, parte de sus caderas y su clavícula, después miro al mayor quien le sonrió. 

     - Mucho gusto… mi nombre es Hatake Kakashi… padre de las personas que te acabo de presentar, como ya te lo había dicho antes, puedes ir a mi alcoba cada vez que Sasuke o alguno de mis hijos se moleste contigo, yo me encargare de curarte si estas herido… podrías pasarme tu dedo… - pidió amablemente con una sonrisa tranquilizadora, el pequeño obedeció y cerró los ojos con fuerza esperando que le doliera mucho, su sorpresa fue grande al no sentir nada, abrió sus ojos y el peliplateado ya estaba lamiendo las pequeñas marcas que eran casi invisibles en su dedo, después le beso el dedo lastimado, el pequeño meneo la cola e irguió de nueva cuenta las orejas en gesto de agradecimiento. 

     A todos los habitantes se les hacía encantadora esa pequeña criatura que se encontraba en los brazos del mejor de sus amos y señores de la casa. 

     - Tengo cuatrocientos años recién cumplidos y bien llevados y esta casa y todo lo que vez me pertenece… bien ahora te presentare al los sirvientes y maestros que se encuentran en esta casa…  aquí se encuentra el maestro de matemáticas Nara Shikamaru, desde ahora estarás bajo su tutela para aprender a sumar, restar, y todo lo que tenga que ver con números, además de enseñarte como leer y escribir… - presentó el mayor a un joven despreocupado con cara de cansancio que únicamente levanto su mano a modo de saludo. 

     - Será problemático enseñarle a tan corta edad, aunque ya debería saber lo básico Tsk… llevara tiempo… - musito como presentación, cosa que desanimo al pequeño de ojos azules, siguieron caminando. 

     - El cocinero de la casa Akimichi Chouji… el que te preparo el ramen… - comentó con una sonrisa, mientras que el cocinero regordete le sonreía. 

     - ¿Verdad que mi comida es la mejor?... – preguntaba mientras que con una sonrisa y un guiñó en el ojo se señalaba, al pequeño meneando la cola quizás por no recibir mas mordidas o quizás porque recordaba el sabor de la comida asentía feliz. 

     - Yamanaka Ino te enseñará modales, ella es una de las sirvientas, pero tiene grandes conocimientos de etiqueta… - una joven rubia con la piel blanca y unos hermosos ojos azules se inclinaba con delicadeza, halando los costados de su vestido y flexionaba las piernas un poco mientras que saludaba con voz muy suave. 

     - Mucho gusto espero que nos llevemos muy bien y no tengamos problemas con tu comportamiento… - regresó a su porte habitual regalando una calida sonría que hizo sonrojar al pequeño, era la segunda vez que una mujer le regalaba una calida sonrisa, la primera fue su madre, este gesto molesto a los cuatro hijos que le miraron un tanto molestos, por provocar un sonrojo que deseaban provocar ellos.

     - Lee será tu maestro de defensa personal… es un maestro del taijutsu… un arte japonés de pelea cuerpo a cuerpo, no quiero saber que al salir de la casa alguien te a golpeado de nuevo y tu no te has defendido… - ante estas palabras Naruto bajo la mirada al igual que sus orejas y su cola, en realidad no importaba si sabía defenderse o no, él no sería capaz de regresar un golpe, pero agradeció el hecho de que se podría defender. 

     - Y a Temari ya la conoces… fue la que te trajo la ropa, ella junto con Hinata y Tenten son las encargadas de las labores del hogar, cuando nadie te necesite o cuando no estés en tus lecciones les ayudarás con las cosas de la casa… - las tres jóvenes se presentaron revolviendo el cabellos del menor en un gesto amistoso, provocando que sonriera y una que otra risita escapara de sus labios. 

     - El último pero no por ello menos importante… Inuzuka Kiba… encargado de las compras y lo que haga falta en el hogar, al igual de ser el que se encuentra al mando de los sirvientes cuando no estoy presente… bien esos son todos… - bajo al pequeño para que los demás pudieran darle la bienvenida a su manera. 

     Los abrazos, las caricias, los besos con labial rojo, morado, rosa, no se hicieron esperar, dejando marcadita su cara con besos en sus mejillas, sus ojos, su frente, todos aquellos mimos por parte de la servidumbre provocaron en los hermanos algo que nadie conocía, era increíble como algo en su interior les pedía a gritos tener nuevamente contacto con esa suave piel, probar nuevamente esa sangre tan dulce, el mejor manjar pensaron cada uno. 

     Sai fue el más rápido, apartando al niño de las manos de los demás, bajo la mirada atenta y molesta de Sasuke quien no pudo evitar erguirse para no perder detalle de lo que hacía uno de sus hermanos con su regalo, lo llevó corriendo a un cuarto alejado de los demás, los hermanos le siguieron en silencio mientras que todas las sirvientas y demás se acercaban a preguntarle a su señor como era que un pequeño pudiera ser tan lindo o también por las peculiaridades de sus orejas y demás, por unos minutos desvió su atención de sus hijos y el nuevo miembro de la familia que sería cuidado como hijo propio. 

     Mientras que en la sala donde Sai tenía a Naruto, este último se separó del mayor al sentir como le tocaba, sabía que no debía desobedecer pero esas caricias eran diferentes a las de Kakashi o a las sirvientas que le trataban bien, esas caricias le lastimaban y al igual que la vez que le mordió, intentaba sacarle la camisa blanca con tirones fuertes, estaba asustado, no por el hecho de morir si ese joven le atrapaba sino por el hecho de que la forma en la que le veía, le tocaba, era extraña, sentía ganas horribles de llorar pero la puerta estaba cerrada, no podía escapar por mucho tiempo. 

     Sai acorralo al pequeño que tenía sueltas algunas lagrimillas, las cuales lamió con suma calma, tenía a Naruto sujetando con fuerza su camisa tratando de que el mayor no la sacará, pero su fuerza no era comparable con la del joven de cabellos negros, quien de un fuerte tirón la sacó, lastimándolo levemente, se abrazaba a si mismo, intentando buscar una forma de escapar de esa situación, pero no le era posible, estaba acorralado en una esquila y si intentaba moverse los brazos de Sai le impedían el paso, coloco las manos en el pantalón para retirárselo, estaba aterrado, era la primera vez que alguien le trataba de esa manera y la verdad no le agradaba en absoluto. 

     - Onegai… Sai-sama… tomeru… no me gusta… onegai… - rogaba el pequeño pero era inútil no le escuchaba, se dedico a acercar a su cuerpo el ahora desnudo pequeño que solo tenía puestos los calcetines y los zapatos que le dieron. 

     Le cargo en brazos, abriendo con una de ellas las piernas del pequeño obligándole a abrazar su cadera con ellas, una de las manos de Sai estaba rodeándole el trasero para sostenerlo sin  que cayera por los movimientos que hacía mientras que la otra hacía presión en la espalda del pequeño para evitar que se separara de su lado, su cabeza se encontrabas en el hombro del rubio mientras que lamía con hambre su cuello. 

     - Padre te dijo que obedecieras… - comento mientras tomaba asiento en un apartado sillón de lectura cerca de la chimenea, en esa sala se hacían regularmente juntas con gente importante, pues aun siendo seres inmortales, vivían bajo las reglas de los mortales por ordenes del peliplateado, quien prefería comer de aldeas alejadas de las civilizaciones para no ser descubiertos. 

     Con estas simples palabras el pequeño dejo de forcejear, comenzando a llorar con más fuerza en silenció, mientras que las manos de Sai recorrían su cuerpo de una manera que no le agradaba, Naruto se encontraba sobre las piernas del moreno quien colocaba sus manos de vez en cuando en su trasero para empujarlo hacia delante, provocando que sus caderas se juntaran con las del mayor, lastimándose con la tela que le quemaba y sobre todo ese bulto que se había formado entre sus piernas. 

     Sai por su parte se encontraba sumamente excitando por aquel contacto el cuerpo inocente del niño y su sumisión por las ordenes de su padre le hacían sumamente exquisito, además la presión de su pequeño trasero desnudo sobre su miembro erecto le hacían desear probar más del pequeño, una de sus manos se deslizo por las caderas del pequeño hasta llegar a su entrada donde con un dedo comenzó a hacer círculos delineándola. 

     Naruto estaba temblando, esa sensación no le agradaba para nada, pedía internamente que alguien llegara y le llevará a un lugar seguro, sus lágrimas estaban resbalando por sus ojos mientras que una parte le decía que corriera y buscara un sitio donde ocultarse, otra parte le decía que siguiera ordenes, no quería estar solo después de tanto tiempo por fin estaba en un  lugar al que podía llamar hogar. 

     Un gemidito salió de su boca al sentir de nueva cuentas los afilados colmillos de Sai introducirse en la piel de su hombro con gran fuerza, apretó los ojos con fuerza “onegai… daskette… onegai…” rogaba para sus adentros mientras sus manitas se aferraban inconcientes a la ropa del mayor por el dolor que sentía provocada por la mordida. 

     - Buen niño… - murmuro mientras separaba sus labios de la piel y la sangre comenzaba a emanar de la herida por no pasar su lengua por la zona, la mano que estaba en la entrada del pequeño se guió hacía adelante para ayudar a su compañera a desabrochar su pantalón. 

      Naruto observó esto con horror, no entendía que era lo que estaba a punto de pasar pero no le agradaba, más por la mirada que le lanzaba Sai, relamiéndose los labios, mientras que sus manos deslizaban la prenda hasta sus rodillas, dejando ver su miembro erecto, lamió al pequeño en la mejilla antes de posar sus manos nuevamente en las caderas del pequeño levantándolo y halando de él hasta que choco con su pecho, lentamente le dejó bajar hasta que su miembro rozo la entrada del pequeño “onegai… daskette…”

      - Sai… ¿se puede saber que rayos haces?… - le replicó Sasuke mientras observaba la marca que aun sangraba del pequeño quien lloraba en silencio en las manos de Sai quien no alcanzó a terminar su tarea. 

      - Nada… - fue su respuesta, lamió la herida para que dejará de sangrar antes de colocar al pequeño a su lado y acomodarse los pantalones correctamente. 

      - Te lo advierto… vuelves a tocarlo de esa manera y ni padre podrá ayudarte a salir de esta… - amenazó el menor de los Hatake a su hermano quien simplemente sonreía socarronamente. 

     - Naruto… - llamo el pelirrojo que se encontraba al lado de su hermano menor, el ojiazul le observó por unos segundos, desvió su mirada hacía Sai y después a Sasuke, para fijarla finalmente de nueva cuenta en el pelirrojo que traía en las manos su ropa y se encontraba agazapado con una rodilla en el piso y los brazos extendidos para protegerlo. 

      Corrió hasta él buscando protección, el ojiverde le colocó con mucho cuidado nuevamente la ropa y le acarició con cariño el cabello intentando que lo que acababa de pasar se le olvidara, ya vestido le cargó en brazos y le llevó de nueva cuenta donde su padre de encontraba para contarle lo sucedido, había que hablar seriamente con Sai, pudo lastimarlo. 

     Itachi negaba en forma reprobatoria la conducta de su hermano menor, ¿cómo se atrevía a hacer semejante cosa?, el pequeño llamaba mucho la atención y su calor, la textura de su piel, esos ojos atrayentes y sobre todo el sabor de su sangre eran algo realmente digno de probar una y otra vez, pero no era razón para recién llegado intentar marcarlo de una forma más intima que no sea para probar su elixir rojo. 

     - Padre te reprenderá… lo sabes… no solo has tocado algo que no te pertenece de una manera que no es correcta… sino que has desobedecido a sus reglas… - concreto Itachi con su voz suave pero firme. 

     - Lo se… pero hubiera valido la pena si no hubieran interrumpido… - bufo molesto el moreno de ojos con brillo amarillo. 

    Momentos después llegó Kakashi con el pequeño en brazos ocultando su rostro de nueva cuenta en su cuello, su mirada se mostraba en verdad molesta, a su lado se encontraba Kiba como parte de la servidumbre y Gaara del lado contrario, ambos listos para ver y actuar en caso de que fuera necesario. 

     - Itachi, Gaara… vayan a sus cuartos ya es hora de descansar, tengo algo de que hablar con Sai… - declaró mirando a sus hijos mientras les nombraba, el pequeño se tensó al escuchar el frío tono de voz que por primera vez usaba el peliplateado, pero no huyo al abrazó que le ofrecía. 

     - Sasuke… lleva a Naruto a tu cuarto y descansen… procura cerrar la puerta no quiero que escuche… - Sasuke llegó a donde su padre y tomó a Naruto en brazos, quien en seguida se colocó de la misma forma en la que su padre le cargaba, no era momento para decir o hacer nada que alterara a su padre más de lo que ya estaba.  

    - Gomen Naruto… mañana te muestro la casa… ahora tengo algo que hacer… - mencionó cambiando el tono de voz para relajar al pequeño, después de eso revolvió sus cabellos para sacarle una sonrisa, cosa que logró. 

     - Tienes algo que decir… Sai… - fue lo último que se escuchó de sus labios cuando estuvieron solos. 

     Itachi, Gaara y Sasuke con Naruto en los brazos llegaron a sus respectivas habitaciones, al momento de cerrar la puerta un horrible grito proveniente de los labios de Sai se escucho por toda la casa, logrando que todos se taparan los oídos con fuerza. 

     Naruto por su parte se abrazó a su mismo, se mecía de adelante hacia atrás intentando calmarse, al parecer ese grito lleno de dolor le recordó algo sobre su pasado, sus ojos se encontraban demasiado abiertos y su cola se enroscaba a su cuerpo intentando llenarle el cuerpo de calor, cosa que parecía no servía, Sasuke observó esto pero no le hizo caso, se recostó en su cama observando con detenimiento el techo mientras que los gritos de dolor de Sai no se hacían esperar. 

     - Kowai… kowai… - repetía una y otra vez el pequeño, en un momento algo le hizo despertar de su ensimismamiento, se acercó a la cama y observó a su dueño. 

     - Gomen… - pronunció en un susurro, el moreno enarco una ceja, ¿Por qué se disculpaba? 

     - Puedo dormir en su cama… tengo miedo… - murmuro bajando la mirada apenado por lo que acaba de decir, el mayor se viró molesto. 

     - Has lo que quieras… - con eso basto para que el pequeño se pusiera feliz y con cuidado se subió a la cama para descansar junto con su dueño. 

     - Arigato… ureshî… - murmuro desde la orilla más apartada al moreno para no incomodarlo. 

     - Ven aquí… - mencionó el mayor tomando por la cintura a la criatura que le daba la espalda, pegándolo a su pecho para proporcionarle calor y seguridad, que por el temblor de su cuerpo era lo que necesitaba. 

     - Solo por hoy… ya que no estas acostumbrado a los castigo de padre… - murmuro, para separarse unos momentos del menor y mudarse de ropa para descansar cómodamente, al rubio le dieron una muda de ropa que acepto gustoso y se cambió a toda prisa. 

     Minutos después nuevamente entre los brazos del moreno que ahora era su dueño se quedo dormido, mientras que el mayor respiraba el olor tan embriagador que despedía el pequeño cuerpo, además de la calidez de este, tapó a ambos con las mantas y durmieron, mientras en otra hala un moreno de mirada oscura con destellos dorados era cruelmente castigado por su padre. 

     - Ya no… onegai… ya aprendí mi lección, no lo vuelvo a hacer... – suplicaba al ver a su padre con algo en las manos, listo para asestar otro golpe, sus gritos eran acallados por las puertas de una habitación oculta especial para los castigos.

Notas finales:

que les parecio?... alguien quiere romper las reglas? Kakashi esta listo para dar otro castigo... quieren saber como los casitga?... bueno en el siguiente capitulo aparece como lo hace y que le pasara a naruto frente a sai y sobre todo frente a sasuke...

estas son unas de las frases que aparecieron en este capitulo:

(1) niño, infante, mocoso...                                           

(2) ¿por qué?... ¿por qué tu no huyes?...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).