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En las garras de la muerte... por Darkneko

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Notas del capitulo:

Konichiwa ^o^... traigo un nuev o episodio... antes que nada... perdon por la demora.. pero bueno... a lo que les importa...

en este se verá una muerte... adivinan de quien?... no?... pues les dejo leer...

Naruto no me pertenece sino a Kishimoto-sensei...

ahora si... a disfrutar ^o^....

     Amanecía nuevamente en la mansión Hakate, el canto de las aves atravesaba todas las estancias de la casa por los enormes ventanales, las nubes se habían despejado y mostraban un enorme cielo azul, en los árboles se encontraba la clara señal de que había llovido el día anterior, las pequeñas gotas de lluvia resbalaban juguetonas por las verdes hojas hasta caer en el suelo, poco a poco las luces del sol comenzaron a hacer su aparición, llenando de calor la mañana. 

     Una pequeña cabecita rubia con las orejas un tanto erguidas se encontraba placidamente dormido al lado de su amo quien lo abrazaba con dulzura proporcionándole calor, las luces que se colaban por la ventana le dieron de lleno en el rostro a cierto azabache que se despertó por el molesto rayo solar, al incorporarse encontró la sonrisa de un pequeño rubio aun dormido, la fiebre ya había cesado y el cascabel a pesar de ser levemente movido no emitía sonido, eso era algo que agradecía, aunque nunca se detuvo para averiguar el porqué, simplemente lo tomaba como un desperfecto, las cosas regaladas siempre tenían algún fallo. 

     - Oe… levántate… debes tomar tu desayuno… saldremos a comprar algunas cosas… - decía con voz suave mientras pasaba con gentileza la mano en la rubia cabellera para acariciarla, logrando que lentamente el pequeño abriera los ojos. 

     - Buenos días Sasuke-san… - saludaba mientras se sentaba en la cama y tallaba con el dorso de su pequeña mano sus ojos intentando despertar, acto seguido su cuerpo fue victima de un gran bostezo que hizo al moreno sonreír de manera divertida por sus acciones. 

     - Vamos… tenemos que desayunar… en la noche me traerán el platillo fuerte… pero necesito energías para el resto del día… - comentó mientras salía de la cama siendo seguido por el pequeño, mantenía la mirada en el suelo, incapaz de verle a los ojos por alguna extraña razón, además de mantener un silencio incomodo. 

     Ignoro este comportamiento, no conocía mucho a su mascota como para saber el porqué de ese comportamiento tan distante hacia su persona, el día anterior estuvo fuera así que no sabía como era su comportamiento, aunque esa actitud tan distante le incomodaba bastante, más no dijo nada. 

     Salieron de la habitación, bajando por la escalera saludando como era costumbre a Kiba, Ino y al cocinero regordete de Chouji, Sasuke se sentó frente al pequeño por alguna razón le gustaba ver como movía los labios al comer, ¿desde cuando?... desde la noche anterior que le dio de comer algo de sopa caliente. 

     - Buenos días, Sasuke, Chouji, Naruto… - saludo haciendo una reverencia a cada uno de los nombrados, siendo regresado con igual reverencia por los dos primeros, mientras que el pequeño se le quedo mirando de una forma un tanto extraña, le miraba fijamente sin verlo en realidad, su cola y sus orejas estaban relajadas, su mirada perdida en el joven quien intercambiaba miradas con el dueño de aquel rubio. 

     - ¿Qué le pasa a Naruto?... – pregunto a su hermano un tanto desconcertado porque no le devolviera el saludo o por el hecho de que su tazón de ramen estaba intacto. 

      - ¿Aun se siente mal?... – pregunto imaginando que estaba enfermo aun, pero su respuesta fue aquel meneo negativo con la cabeza. 

     Fue en ese momento en el que el poco brillo que existía en aquellos orbes azules desde esa mañana desapareció por completo dejando aquellos pedazos de cielo vacíos, mientras un viento misterioso entro a la habitación meneando el cascabel logrando que el sonido repiqueteante del objeto de oro llenará los oídos de los presentes, el pequeño cerro los ojos dejándose acariciar por la brisa que despeinaba sus cabellos, los presentes se quedaron un momento en silencio hasta que aquella suave brisa desapareció y el pequeño abriera los ojos. 

     - Naruto… ¿estás bien?... – pregunto acercándose al pequeño para examinarle con cuidado algo en su aroma había cambiado. 

     - Gaara… ¿Qué paso?... – pregunto un tanto alarmado el azabache las ventanas se encontraban cerradas, por lo tanto aquella brisa no debía de haber llegado. 

      Colocó las manos en el rubio que no apartaba su mirada distante de aquellos orbes aguamarina, lo movió un poco para hacerle reaccionar pero no logro su objetivo, seguía con la mirada fija y con un silencio abrumador rodeándole llenando de preocupación a los presentes. 

     - Naruto… ¿estás bien “pequeño”?…- al escuchar la última palabra abrió los ojos grandes, mientras sus manitas se estiraban al rostro del pelirrojo aferrándose a su cuerpo, buscando calor, abrazos, cariño. 

      - Na… ru… to… tú… mas… co… ta… - pronuncio con un hilo de voz, tal parecía que quería ser la mascota del pelirrojo y lo estaba confesando enfrente del moreno, era claro que algo estaba mal, pero en ese momento los sentidos de Sasuke se nublaron, no podía crees que su mascota, su regalo, su niño se estuviera alejando de él después de todo. 

     - ¿Qué diablos esta pasando?... – grito molesto Sasuke al ver como Naruto cerraba poco a poco los ojos para posar sus pequeños labios sobre los labios del pelirrojo quien no atinaba a hacer nada coherente. 

      Molesto y sobre todo celoso por las atenciones de Naruto hacia su hermano mayor se acercó para arrebatárselo, lo tomó por los hombros volteándolo para verle a la cara y reclamarle, pero al verle al rostro se detuvo de todas sus acciones. 

      Los ojos del pequeño estaban tan opacos que ni siquiera el reflejo de la luz se veía en ellos, además de que estaban cambiando a un tono rojizo poco a poco, lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro, su boca se abrió nuevamente cuando sintió las manos de Sasuke sobre su rostro mirándole fijamente. 

      - Sa… su… ke… san… me… duele… - sus manos con  dificultad de hicieron un nudo sobre su pecho, aquellas muestras de dolor, su rostro sin ninguna expresión y las palabras que acababa de pronunciar bastaron para alarmarlo… ¿Qué rayos estaba pasando?... lo abrazó con desesperación, regalándole besos en su cabello, estaba desesperado, no sabía como ayudarle, estaba perdiendo su esencia, ya no había rastro a jazmín silvestre en su piel y cabello, el calor de su cuerpo estaba desapareciendo. 

     - Shhh… no te preocupes mi “pequeño” pronto pasara... – le reconfortaba mientras reprimía los indicios de su desesperación al no poder ayudarle, era la primera vez desde hace años que intentaba llorar por alguien. El cascabel sonó nuevamente mientras que la suave brisa les cubría, el calor lentamente regresaba a su cuerpo junto con el aroma exquisito de aquellas flores que siempre permanecían en el rubio, el silencio y la paz regresaron por unos momentos hasta que la pequeña voz del menor rompió el silencio. 

     - Sasuke-san… ¿puedo comer?... tengo hambre tebayo… - este pequeño cometario fue seguido con un gruñido por parte del estomago del pequeño, dejando en desconcierto al moreno y sobre todo al pelirrojo. 

     - Claro… - fue lo único que atino a decir mientras se separaba del pequeño poco a poco, tenía que hablar con su padre sobre el comportamiento del pequeño. 

     - Itadakimasu… - grito alzando los palillos al aire para después enterrarlos en los fideos, momentos después tenía toda la cara salpicada con el caldillo de los fideos y algunos trozos de estos alrededor de la boca, al parecer aun no aprendía como manejarlos bien, por lo que Sasuke ofreció su ayuda. 

     Se colocó detrás del pequeño tomando con delicadeza rara en él las manos del pequeño, limpiando con cuidado los restos y regalándole un pequeño besó en la mejilla a modo de reconfortarle, no sabía porque lo hacía, tal vez las acciones pasadas le afectaron o quizás ese pequeño simplemente le hacía comportarse extraño, pero se sentía pleno, prosiguió dándole al rubio con mucho cuidado los fideos a través de los palillos sostenidos por ambas manos, toda la escena era vista con ternura por el cocinero y el pelirrojo que intentaba recordar aquel extraño sonido producto del extraño comportamiento de ambos. 

    - Hablare con padre… - murmuro el pelirrojo dejando a ambos en la cocina. 

     Dejó la cocina y se encaminó al cuarto de su padre que seguramente se encontraría todavía durmiendo, en su trayecto se topó con el mayor de sus hermanos caminando tranquilamente por los pasillos rumbo a la cocina por algo de beber, más su paso se vio interrumpido por el pelirrojo. 

     - Necesito que veas algo… - sabía que su hermano era muy listo y era probable que él supiera que le pasaba al pequeño Naruto y quizás supiera la manera de detener aquello que le estaba haciendo actuar de esa manera tan extraña, no es que no quisiera que Naruto fuese su mascota, pero al igual que su padre, quería ver a Sasuke feliz y desde que el rubio había llegado a su vida cambio la forma en la que se comporta. 

     - ¿Qué sucede Gaara?... – pregunto sin tomarle mucha importancia ala cara de desconcierto que mantenía el menor en su rostro, más no encontró respuesta alguna, solo los pasos inseguros y taciturnos que se dirigían nuevamente a la cocina donde Sasuke daba el ultimo fideo a Naruto y este le regresaba un beso en la mejilla como agradecimiento. 

     - Esto no tiene nada de raro Gaara… - pronunció calmado y sereno el mayor de los hermanos Hakate, mientras que al escuchar la voz de Itachi, Naruto se separa de Sasuke y se le quedó mirando de la misma forma que momentos antes había hecho con Gaara, sus ojos se comenzaron a opacar, sacando las preocupaciones de nueva cuenta para Sasuke y la mirada intrigada de Itachi quien se arrodillo para quedar a su altura y mirarle a los ojos, posó sus manos en los hombros del menor. 

     - ¿Qué te pasa “pequeño”?... ¿Por qué me miras así?... - Aquella misteriosa brisa comenzó a sentirse nuevamente, el cascabel repitió aquel sonido llenando los oídos de nueva cuenta con  su repique. 

     Itachi observó el collar, el kanji “Ai” brillaba mientras el cascabel sonaba sin ser tocado o siquiera ser tocado por el viento que se llevaba el olor de jazmín que traía el pequeño, sus ojos se volvieron de nuevo de un color rojizo y sus manitas se aferraron a la ropa del mayor, lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin brillos, mientras que con dificultad pronunciaba. 

     - Na… ru… to…  tu…  mas… co… ta… - de nuevo las palabras hirientes llegaron a los oídos del menor de los hermanos, quien no entendía que rayos estaba ocurriendo, porque estaba dispuesto a marcharse con otros que no fueran él. 

     - Sasuke… ¿Dónde compraste este collar?... – pregunto mirando al símbolo mientras que este se tornaba de otro color, un sollozo escapo de los labios del rubio, mientras sus manos eran juntadas en el pecho en un clara muestra de dolor. 

     El pelinegro mayor ya había visto antes ese símbolo en los libros de antiguas artes ocultas, ese objeto junto con la pócima de “se fiel” eran unos de los brebajes mas peligrosos, como había sido posible que llegara a las manos de su hermano, lo bueno era que aquella poción no había sido usada junto con el cascabel maldito, porque eso sería extremadamente peligroso para el rubio, lo que no sabía es que precisamente en el tazón de fideos había sido esparcida la pócima que había comprado a Sakura. 

     - Me lo dio Sakura la bruja… ¿Qué tiene de malo?... – acto seguido el mayor le entregó al pequeño en brazos, saliendo un poco de ese trance, pero del mismo modo con la mirada perdida y sin ese característico aroma que distinguía al pequeño lobo en sus manos. 

     - Escucha con atención Sasuke… quiero que recuerdes la última palabra que le dijiste a Naruto cuando le colocaste el collar, es de suma importancia que la recuerdes… - como en pocas ocasiones, la voz de Itachi era de una completa preocupación, lo que dejó en claro a Sasuke que era un asunto muy importante y deber hacerle caso.    

     - No le dije nada… - fue su respuesta mientras inconciente acariciaba las hebras finas y sedosas, logrando que las orejas se movieran un poco por inercia a las caricias, no recordaba haberle dicho algo ofensivo o mucho menos, la desesperación en Itachi era claramente visible, se pasaba con rabia la mano por sus largos cabellos negros como la noche. 

     - Onegai… Sasuke… ¿quieres perder a Naruto?... si no es así… entonces recuerda que diablos le dijiste después de entregarle el collar… - grito temiendo que fuera demasiado tarde, sus ojos ya casi cambiaban de color y eso sería el final del dulce niño que llego como obsequió desaparecería y eso no sería bueno para su hermano menor o el resto de la familia. 

     - No le dije nada al “pequeño” idiota… - respondió molesto por las acusaciones, logrando que después de un momento el pequeño cayera inconciente en sus brazos. 

     - ¿Qué fue todo eso?... – pregunto desconcertado el menor de los Hakate con el niño en brazos mientras que Sai apenas bajaba para desayunar pan tostado con mermelada, tendrían que esperar hasta la noche para poder comenzar con el platillo fuerte, mientras tanto necesitaban tener energías, de allí el porque Chouji era su cocinero desde hace cientos de años. 

     - Estás idiota o que te pasa… - grito molesto el mayor tomando en manos el cascabel ahora inerte del collar que se encontraba en su cuello intentó arrancarlo pero le fue inútil, a pesar de estar utilizando toda su fuerza. 

     - ¿Qué es todo ese ajetreo?... – pregunto Sai con su tostada en la boca, mientras observaba la furia de su hermano menor en el cuello del pequeño Naruto, por lo que se alarmó y se lanzó a querer detener el asesinato del pequeño que le había sanado las heridas en unas horas. 

     - Itachi-niisan, prometo que no lo vuelve hacer, pero no le mates, onegai… no le mates… - rogaba halando del brazo al moreno mayor, pero fue fácilmente lanzado varios metros lejos. 

     - Sai cállate… el idiota de Sasuke acaba de condenar al pequeño a la muerte…. – le grito mas que molesto, la última página del libro donde mencionaban el misterioso cascabel y el como retirarlo antes de que el alma del portador fuese consumido por su propio amor había sido cruelmente arrancada del viejo escrito, el no saber que estaba sucediendo realmente lo ponía de mal humor. 

      El controlar la información siempre había sido su fuerte, pero en esta ocasión no tenían ninguna salida, la familia que creo esos objetos había fallecido hace años y ni siquiera su padre sabía como contrarrestar o destruir ese maldito cascabel, estaba furioso, quizás por no tener todas las respuestas, tal vez, porque se preocupaba por el pequeño o simplemente porque Naruto era una especie hibrida demasiado valiosa, sea cual fuese la respuesta, sus palabras alarmaron a los presentes. 

     - ¿Qué quieres decir con eso?... – preguntó desconcertado, formulando la pregunta que todos deseaban decir más nadie se atrevía. Suspiro, era cierto, aparte de él y su padre, pocos tenían tanto conocimiento con lo oculto o por las ramas de la familia, con un ademán de la mano les indico que se sentarán, esto sería una larga charla. 

     - Hace mucho tiempo… - comenzó la narración cuando todos se encontraban sentados prestando atención a sus palabras, mientras que Chouji preparaba el desayuno para el señor de la casa, un poco de café con algunos pastelillos orientales. 

     - Un aquelarre de brujas y magos emparentados, el Clan Haruno, creó por capricho de una chica dos cosas: -el cascabel capaz de controlar el sentimiento de una persona “humana” llamado naru no ai… o campanilla de amor, controla la mente del portador logrando que todos los sentimientos sean de un amor puro hacia la persona que lo coloco, sintiendo la sangre de dicha persona, en pocas palabras reaccionar por el calor que emana la piel de quien coloco el collar gracias a la sangre que le recorre las venas, en el caso de nosotros que compartimos lazos sanguíneos y peor aun por ser seres inmortales, y todas nuestra sangre a estado en contacto con la del pequeño, no puede encontrar la sangre del dueño original, por ser pequeño y un hibrido implica mucho mas, cada vez que siente el calor de la sangre de su dueño se borrara parte de su memoria y se perderá en los recuerdo… - el tono de voz que usaba Itachi era lento y suave, pero aun así se escuchaba la preocupación en sus palabras. 

     - Se dice que esto no fue suficiente para controlar el amor de esa persona, así que se le dio el siguiente objeto, la pócima: “se fiel”… - al momento de escuchar estas palabras Sasuke abrió los ojos lo más que pudo, como era posible que Sakura le haya dado objetos que solo podían ser usados por y para humanos comunes. 

      - Al ser tomada por cualquier medio esta pócima, es posible doblegar la voluntad de una persona, logrando un falso amor, hasta que el que la tomó realmente sienta ese afecto por la persona… juntas, el efecto es mas rápido, casi instantáneo en humanos… en el libro dice que jamás deberá ser usado el cascabel o la pócima por separado en otras criaturas y mucho menos ser usadas ambas para una criatura no humana… de lo contrario la muerte será su único final… si a eso le añadimos que tu tampoco eres humano, que todos lo mordimos y por lo tanto tiene la sangre de todos, que es pequeño y además un hibrido sería catastrófico… que bien que la pócima no la tienes… - intentaba darse ánimos, para su desgracia fue en ese mismo momento en el que Sasuke sacó el frasco vacío con la etiqueta “Se fiel… H.”  

     - Eres un idiota… - grito golpeando la mesa con las palmas de la mano. 

     - Y yo que iba a saber que esto pasaría… - Sakura la bruja siempre le había dado pócimas para quitarse de encima a una que otra muchacha molesta y nunca antes habían fallado, no había necesidad de desconfiar de ella. 

     - Siempre te dicen las consecuencias de la pócima o los objetos que tomas… nadie sería tan irresponsable para darte algo peligroso, más siendo bruja… que conocen a todos los seres inhumanos…  - espetó molesto. 

     - Creo que lo más lógico sería pedirle ayuda a la bruja causante…  y que sea rápido, por el bien de Naruto… - aportó el pelirrojo conservando su tono tranquilo. 

     No hubo objeciones, a los pocos minutos se encontraban caminando por las calles, Sasuke con Naruto aun inconciente entre los brazos, las miradas asombradas de la gente no se hicieron esperar, era común ver a uno o quizás dos de los Hakate caminando por las calles, pero verlos a todos juntos era algo que pocas personas habían presenciado. 

     Gaara gruñía bajito, sus cabellos comenzaban a esparcirse por la cantidad de energía que comenzaba a acumular por la ira que sentía por dentro, ese sentimiento no podía reprimirlo por más que quisiera, Sai por su parte le tomaba de los hombros intentando recordarle conservar la calma por el bien del pequeño, cosa que con esfuerzos estaba logrando. Por su parte, Sakura miraba a través de su bola de cristal a los hermanos que se acercaban con un inconciente rubio con cola entre las manos, supo que estaba en problemas, corrió a su escondite cerrando la puerta con seguro, más era inútil, la esencia que despedía su cuerpo podía ser detectada a varios cientos de metros y los hermanos Hakate ya lo habían detectado. 

     Corrió para esconderse donde el olor de los animales la protegía, sabía que ese sería su final, intentaba buscar una forma para salir ilesa de aquello pero todo era inútil su mente estaba completamente en blanco, victima del miedo que sentía al verse descubierta, la puerta fue abierta siendo arrancado el picaporte el marco, gracias a la fuerza del hermano mayor quien iba enfrente. 

     - Gaara… - murmuro logrando que el pelirrojo dejara de sostenerse la cabeza para auto controlarse, sus ojos brillaron con un intenso plata, una sonrisa macabra cruzo sus labios, los animales callaron un segundo para después comenzar desesperados un intento fallido de huida. 

      Con una velocidad impresionante llego donde la pelirrosa se encontraba, protegiendo con su cuerpo un medallón que siempre portaba, un fino cristal de un bello tono violeta que en ocasiones brillaba, esas ocasiones era cuando Sasuke pedía una pócima para alguna ingenua aldeana que después no era vista con una vaga excusa de un cambio domiciliario, la tomó por el cuello alzándola sobre su cabeza y llevándola donde su hermano mayor, dejándola caer sin consideración al suelo arrodillada a los pies de los tres morenos mientras que el pelirrojo se quedaba detrás por si intentaba escapar, matarla en ese instante. 

      - Haruno Sakura… ¿Por qué sigues con vida?... tu clan murió hace mucho… - menciono el mayor con voz neutra, mientras que sus brazos descansaban cruzados sobre su pecho.

     - Yo… he estado todo este tiempo viviendo para Sasuke-kun… - grito mientras protegía con más ahínco aquel cristal de violáceo color. 

     - ¿De que estas hablando?... – pregunto Sai ignorando toda condición de la chica o las palabras de su hermano. 

     - No me importo vender mi alma al Dios de la muerte con tal de estar a tu lado Sasuke-kun… yo te amo mas que nada en el mundo… - la chica comenzó a erguirse mientras retrocedía de poco a poco hasta chocar a la pared. 

      - Eso no es verdad… simplemente te obsesionaste por una persona que nunca te amará… eres una egoísta y por tu culpa… ese niño… - apunto a los brazos de Sasuke donde se encontraba dormido aun Naruto. 

      - Esta a punto de morir por tus estúpidos brebajes… ¿Cómo se te ocurre darle esas cosas a Sasuke sabiendo para que lo quería y sobre todo… sabiendo lo que es?... – grito furioso sus colmillos comenzaron a asomarse por sus finos y pálidos labios mientras tomaba con sus manos el cuello de la joven y comenzaba con la lenta tarea de despojar del precioso oxigeno a la chica, más esta no moría. 

     - Ya te lo he dicho… he vendido mi alma, mi cuerpo y mente al Dios de la muerte para poder estar con Sasuke-kun… - sonrió triunfante la pelirrosa al ver que el mayor no lograba su objetivo, aunque le estaba lastimando, la parte notoria de esto era la comisura de sus labios que comenzaba a escurrir un poco de sangre en el momento en que la furia y la desesperación se apoderaron de Itachi por la insolencia que esta presentaba, un crujido se escuchó, le rompió el cuello, sin embargo, seguía sonriendo y moviéndose. 

      - Sakura… ¿Por qué?... antes también me hacías trabajos y esto nunca paso… las chicas se fueron… más no murieron… - comentaba Sasuke algo frustrado por la confusión y aquella risa maniaca y desquiciada que sacaba la pelirrosa por sus labios. 

     - Sasuke-kun… - llamo la chica fijando sus verdes ojos en los ojos negros del joven, mientras que sonreía de la manera más escalofriante que hasta el mismo Hakate menor tembló inconciente al momento de verla. 

      - Esas chicas… ya no están… en este mundo… fueron ofrendas para Shinigami… por esa razón… tengo esta apariencia… - inconcientemente toco nuevamente aquel pendiente mientras sonreía con sorna, cosa que Itachi no puedo evitar notar. 

      - Tu poder proviene de la maldita joya… es el pacto… - pronuncio ácidamente provocando una sonrisa burlona por la tardía reacción.

     - Por tu bien más te vale decirnos como quitarle el cascabel y los residuos de la poción a Naruto… - pronunció el mayor mirando amenazante a la ojiverde.

      - … El solo podrá amar y ser amado… por una sola persona… aquella que le dicte su corazón aun estando al ras de la muerte… - palabras sin sentido por el momento, nadie sabía que era lo que ocurriría más adelante, Sasuke miró a Naruto entre sus brazos, inconciente, pálido, sin ese característico olor a lavanda, desvió la mirada a la pelirrosa que reía por el acertijo impuesto, no soporto mas y con un grito de furia le arrebato el pendiente violeta arrojándolo al suelo. 

     Itachi soltó a la joven quien comenzó a devolver sangre, comenzaba a faltarle el aire, el cuarto oscureció, una sombra espesa comenzaba a tomar forma, por la mejilla de Sasuke que se aferraba al pequeño con fuerza una lágrima de dolor cayó a los labios del pequeño que paso inconciente la salada lagrima probando el dolor de su amo.   Shinigami apareció ante los presentes, exigiendo su parte del trato. 

     - Haruno Sakura… donde esta mi ofrenda… - dijo la voz grave de ultratumba del engendró de largos cabellos blancos, su piel en un color violeta, sus ojos completamente carentes de pupilas en un negro oscuro, en su boca una daga con la que cortaba las almas que devoraba con avidez. 

     - Allí… - menciono apuntando entre su asfixia al niño en brazos del moreno que trataba de no llorar aferrándose al cuerpo del rubio, le dolía pensar que no podría ver de nuevo su sonrisa. 

     - Ese niño… ya tiene dueño… - mencionó tocando con un dedo la frente del pequeño logrando que el cascabel se partiera en pedazos y aquella dulce esencia de flores recorriera el lugar. 

     - Mi ofrenda… - ante la ausencia de respuesta, soltó el filo de su boca acercándose a joven poco a poco, enterrando su mano en el pecho de la joven y halando con fuerza y lentitud, hasta sacar el alma del cuerpo de la pelirrosa que comenzaba a blanquear los ojos, alzó el cuchillo cortando la ultima parte del alma e introducirla en su boca devorándola, el cuerpo cayó al piso deshaciéndose en polvo, la calma reino después de que el monstruo termino su tarea, regresando a su estado normal aquella habitación.

Notas finales:

que les parecio?... ahora que pasara?... pues para saber hay que esperar el siguiente capitulo... lamento a todos los que quieren a sakura su muerte... pero le paso por egoista... alguien entendio como servía con Naruto el cascabel?... y porque shinigami declaro que ya tenía dueño?... bueno, cuidense mucho, matta ne... ^u^

antes de que wse me olvide... antes de que nada quiero hacerles la cordial invidacion a pasar a la categoria de Full metal alchemist y leer el nuevo fic Por un deseo... secuela de Por una promesa... con la colaboración de Misha de Castigo y Luna mustang de Pecado imborrable y Culpable ^u^ gracias por su atención ^u^...


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