- Naruto… vuelve acá… - gritaba un castaño con el cabello amarrado a una coleta alta mientras perseguía por toda la casa a un pequeño rubio que corría por todo el lugar, sonriendo, tirando varias cosas que gracias a kami-sama no se rompían al caer en la alfombra de la instancia.
- Shikamaru-sensei eso es aburrido… no pienso regresar… - contestaba el ojiazul mientras que sus orejitas y su cola se meneaban de felicidad, hacía mucho que no se divertía, aquella vida que había tenido en el bosque y los encuentros con los aldeanos se encontraban ahora en un lugar remoto de su memoria.
- Tampoco es divertido para mi… pero Kakashi-san me ha pedido que te enseñe a leer… - lo tomo por las manos, sonriendo triunfante al haberlo atrapado mientras que el pequeño se retorcía intentando escaparse de ese agarre que comenzaba a lastimarle las muñecas o eso le pareció al mayor.
- Shikamaru… - se escuchó la voz neutra del jefe de familia a sus espaldas, giro su rostro y por acto reflejo soltó al pequeño que feliz de la vida comenzó nuevamente su carrera, abriendo las puertas del salón donde se encontraban y cerrándolas con un portazo, el castaño suspiro resignado, se le había escapado por tercera vez en el día el rubio y apenas le dio oportunidad de mostrarle la vocal A.
- Ah… perdón no sabía que estabas en clase… - se disculpo el peliplateado cuando ingreso por completo a la habitación justo a tiempo para ver como el pequeño escapaba de su maestro.
- Ya no importa… es demasiado problemático… - suspiro rendido, quien diría que ese niño solo era sumiso cuando se trababa de los dueños de la casa, pero a los mayores y profesores les ignoraba de tal manera.
Hacia semanas que aquel incidente con Sakura había terminado el problema era que aquel pequeño que al principio parecía tenerle miedo hasta a una mosca, tan lindo y tierno se convertiría en un torbellino listo para destruir cuanta pieza de cristal se encontrara enfrente, miro la sala en la que se encontraban y lo único que queda en pie era un gran cuadro de la familia antes de que los nuevos miembros Gaara y Sasuke se añadieran a la extensión de esta singular familia, el cuadro permaneció algunos segundos bailando por una esquina sujetado únicamente por un pequeño clavo en una mecida que dio termino cayendo al suelo, por suerte para todos, no tenía cristal, simplemente se escucho el estrepitoso ruido de la madera hasta caer apoyado completamente en el suelo, deteniendo toda vibración.
- Deberías pedirle a Sasuke que se comporte… después de todo Naruto es de su propiedad y tiene que obedecerle… - le sugirió Kakashi mientras se agachaba al igual que el Nara a recoger cada pieza que resistió la huída del pequeño.
- Ya tenía planeado hacer eso… hace una semana que debería haber aprendido a escribir y conocer las letras… vamos muy atrasados… que problemático… a este paso no podremos terminar los preparativos para la reunión de los clanes… - decía con nostalgia en castaño intentando borrar los pensamientos malos que le acababan de llegar al recordar que el clan o manada de lobos también llegaría a ver la presentación, era muy probable que el padre del pequeño se encontrara entre ellos.
- Si lo se… y es por eso que Sasuke tiene que ayudarte si no quiere perderlo… - susurro mientras intentaba no ser tan pesimista con sus pensamientos, su hijo tenía muy claro la importancia que tenía esta reunión, más no sabía las partes oscuras de la historia, aquellas partes que prefería guardar en secreto.
- Tengo algo que pedirte… - murmuro cuando todo estaba nuevamente en su lugar, se sentó en el gran sillón principal de la sala donde se encontraban , teniendo al castaño sentado en frente esperando con ansias las palabras que debía decirle.
- Deja que lleguen los demás… - dijo al ver la impaciencia poco usual en Shikamaru, a los pocos segundos la casa se encontraba con todos los habitantes de la casa, incluidos sirvientes, hijos y la pequeña mascota.
- Bien… me alegra tenerles a todos juntos… necesito ir a un viaje de negocios por unas semanas… me llevaré a algunas personas conmigo… - Naruto dejó su puesto al lado del menor de los Hatake, donde permanecía con el rostro en dirección al suelo mientras que la mano de Sasuke se posaba de forma posesiva sobre su pequeño hombro.
Llegó a brazos del peliplateado que le recibió gustoso con un abrazo, aquella muestra de que cariño que tanto necesitaba el peliplateado era el único que se las proporcionaba con tanta calidez y eso era algo de lo que no quería separarse, pero era necesario era parte del trabajo de Kakashi el irse de viaje, el primer día que llegó se lo había dicho.
- Estaremos un tiempo separados… ¿serás buen niño?... – pregunto al separarse del pequeño cuerpo y calor que le proporcionaba el pequeño, revolviendo sus cabellos rubios.
- Naruto… - susurro la voz seca de Sasuke, logrando que el pequeño agachará las orejas en señal de sumisión y a pasos pequeños y sin querer separarse del peliplateado regreso al lado de Sasuke quien le colocó con rudeza la mano en su pequeño hombro como muestra de que le pertenecía.
- No tienes porque ser tan posesivo Sasuke… mmm… bien… las personas que me acompañaran en este viaje den un paso al frente por favor cuando los nombre… - carraspeo un poco la garganta para aclararla un poco y mirar con sus ojos dispares a los presentes mientras que los sirvientes detrás de sus hijos formaban una hilera esperando a ser nombrado o regresar a sus actividades al termino de la despedida.
- Inuzuka Kiba… Yamanaka Ino… Rock Lee… Sabaku no Temari… Nara Shikamaru… por favor preparen sus maletas que partimos dentro de dos horas… regresen a su trabajo… - ordeno logrando que todos se dispersaran por los rincones de la casa, regresando a sus actividades diarias, mientras que otros preparaban sus maletas para su viaje.
- Cuiden de la casa… Gaara… quedas a cargo mientras no estoy… - murmuro el mayor de los presentes, el pelirrojo asintió por la petición dada por su padre, los únicos que quedaron en aquella habitación eran sus hijos y la nueva adquisición.
- Sasuke… se gentil con Naruto y por el momento te pido de favor que le enseñes a escribir mientras que Shikamaru no se encuentre en casa… - ordeno logrando que el más joven de sus hijos un leve cabeceo.
- Itachi… no quiero que descuides el trabajo con los clientes que aun no he podido visitar… recuerda que tenemos que tener preparado el periodo de inactividad mientras preparamos todo para las reuniones de los clanes… - el mayor de los hermanos asintió de igual manera, solo faltaba una orden al más irracional de sus hijos.
- Sai… - nombro al menor que miraba de forma extraña nuevamente el cuerpo de Naruto en brazos de su dueño, cuando escuchó su nombre miro a su padre para poder escucharle con atención la advertencia que sabía llegaría.
- No molestes a tus hermanos… - fue lo único que dijo con una sonrisa en los labios, el moreno travieso, llevo una mano detrás de la cabeza y saco lengua con nerviosismo esa era una promesa muy difícil de cumplir…
Una hora después todos se encontraban listos para marcharse a su nuevo destino, el hotel donde se hospedarían ya estaba pagado solo era cuestión de llegar a su destino, un lugar llamado Inglaterra les esperaba, el consulado ya tenía las habitaciones acostumbradas y si querían llegar sin retrasos deberían marcharse lo antes posible, los niños se encontraban en la entrada de la casa esperando a que su padre se dignara a subir al vehículo.
- Naruto… nos vemos después… pórtate bien… recuerda lo que te dije… chicos… cuiden la casa y no la destruyan en mi ausencia… mata… - se despidió regalando un beso en la cabecita rubia y un cabeceo a sus hijos que le despidieron de igual modo.
La casa se encontraba totalmente a disposición de los hijos del Hatake ahora que había partido y tenían la casa para ellos por una semana completa, aunque en realidad nada cambiaría ya que ellos no eran de estar haciendo ajetreo.
- Chouji-san… tengo hambre… - se quejo el pequeño yendo a la cocina sin autorización de su dueño que en esos momentos se había separado de él para ir a la biblioteca a buscar algo.
- Enseguida preparo el ramen… Naruto… - comento el cocinero regordete mientras comenzaba a sacar las cosas para poder comenzar con el preparativo de dicho alimento, al parecer del pequeño rubio el manjar más exquisito.
Esperaba sentado en la barra moviendo sus pies mientras que tarareaba una canción, su sonrisa estaba plantada en su rostro, sin percatarse que para los habitantes de la casa, específicamente a los hijos del peliplateado, su aroma había cambiado, probablemente producto de las pócimas y hechizos de Sakura que aun permanecían en su cuerpo, Sasuke era el más afectado, un delicioso aroma le hizo llegar hasta la cocina donde su mirada se perdió en los reflejos que el cabello rubio producía, se acercó con sigilo buscando el causante de tan agradable aroma, descubriendo que esa esencia provenía de aquel pequeño cuerpo.
- Naruto… - le llamó con su voz sería aunque si se le prestaba atención podía sonar la desesperación que comenzaba a inundarle el cuerpo, necesitaba tenerlo, algo en su aroma le hacía desearlo saber que le pertenecía a él y nada más, el rubio le miro desconcertado, era la primera vez que el moreno dueño le hablaba con ese tono de voz tan desconcertante.
- Sasuke-san viene a comer conmigo del ramen que prepara Chouji-san… - le decía con una sonrisa en su rostro mientras sus orejas y su cola se movían acompasadas según la impaciencia del pequeño y aquellas sensaciones producidas por el hambre le estaban provocando.
No pudo decir nada más, sus ojos dejaron aquel brillo azulino que le caracterizaba y diferenciaba de los demás, perdiéndose en el embriagante y excitante perfume que desprendía el cuerpo del pequeño, le tomó con brusquedad del brazo y sin preguntar nada le haló ejerciendo un poco de fuerza, provocando que aquel banquillo donde se encontraba sentado se cayera al piso logrando que un golpe sonoro de la madera contra el suelo retumbará por toda la cocina, dejando al Chouji desconcertado y un poco temeroso.
Salió rumbo a su habitación con la mente en blanco, no sabía que estaba pasando, su mente no tenía idea de las cosas que pasaban, su cuerpo se movía solo, sus hermanos aspiraron aquel aroma embriagador sintiendo el calor recorrerles el cuerpo y logrando que necesitaran urgentemente un b año frío para aclarar sus ideas.
Al llegar a la habitación la cerró con seguro por inercia, aun no comprendía porque su cuerpo era guiado por aquellos olores mezclados con el aroma del pequeño, no tenía control sobre su cuerpo, recientemente en la biblioteca tuvo una charla con el mayor de sus hermanos Itachi que seguía investigando todo lo relacionado con el pequeño hibrido descubriendo cosas interesantes como la capacidad de curar en pocas horas a personas terceras con solo un beso o aquella energía que le rodeaba capaz de hacer que hasta la criatura mas despiadada se sintiera con la necesidad de protegerlo.
______________________ Flash Back _____________________
En la biblioteca ambos hermanos Hatake tenían una conversación referente a la nueva marca que le inflingirían al pequeño cuerpo de Naruto.
- Sasuke… espero que estés conciente de lo que estas a punto de hacer… - mencionaba en tono de reprobación el mayor mientras sus manos se encontraban entrelazadas cerca de su mentón en aquel escritorio de su despacho.
- Se lo que hago… métete en tus asuntos y deja los ajenos… - le espeto el menor enojado, logrando que su hermano mayor simplemente suspirara cansado, debería de decirle las consecuencias de sus actos pasado y los futuros.
- Sasuke… ¿cómo explicártelo?… simplemente dudo que me entiendas… pero… las cosas que Sakura te dio cambiaron la estructura celular de Naruto… en humanos comunes aquellos artilugios son utilizados para dominar no solo la mente sino también el cuerpo de una persona, cambiando las hormonas que despide, siendo irresistible para la otra persona… pero este caso es diferente, tu ya no eres humano y Naruto esta lejos de serlo… lo único que he descubierto es que provoca un cambio en sus glándulas sudoríparas… - mencionaba mientras sus ojos se cerraban y colocaba el mentón sobre ellas, el menor estaba desconcertado.
- ¿Cambio?... – repitió confundido intentando comprender a que se refería.
- Si… su olor cambio… ¿puedes percibirlo?... ese olor que te incita a seguir y a tomarlo y marcarlo con el siguiente ritual… recuerda que para eso hay que esperar a que su cuerpo resista más… porque es un ritual parecido al de la presentación… solo que con un significado más profundo… ¿comprendes?.... – recordaba que su hermano menor no había sido testigo de los rituales pasados, además de que no había tenido antes una experiencia como tal, eso ponía más peligro a las cosas.
- Haz lo que quieras… solo te advierto… que por ser la primera vez… para ambos… tu esencia será un fuerte afrodisíaco para tus familiares… corre bajo tu propio riesgo… - sentencio y con una seña de mano le ordeno que saliera de su estudio.
Miles de pensamientos llegaron a su mente y ese agradable aroma se volvió más perceptible, lo siguió hasta llegar a la fuente y descubrió que se trataba de Naruto esperando a que el cocinero terminara de preparar algo, fue cuando perdió el control y todos los planes de esperar cerca de mil años para poder poseerlo con su cuerpo adulto se esfumaron cuando su cuerpo actuó por si solo.
___________________ Fin de Flash Back _________________
Tomo al pequeño por las muñecas y lo arrojó a la cama aun sin ser capaz de controlar su cuerpo, al parecer sus deseos hacía ese cuerpo se estaban incrementando más de la cuenta, sin poder evitar lo que sucedería o siquiera saber el como detenerlo. La puerta cerrada impedía que externos le detuvieran, los ojos del moreno no despedían brillo alguno y en su rostro ninguna expresión reflejaba lo que hizo ponerse nervioso al pequeño rubio que comenzó a temblar bajo el peso de su dueño.
- Si te mueves será mas doloroso… - su voz no era normal, las palabras que salieron de su boca ni siquiera las había pensado el último requisito de que alguna vez aquella criatura de la noche tuviera conciencia había desaparecido, ahora todo en su mente era oscuridad mientras que su cuerpo actuaba por voluntad propia.
Con furia el cuerpo del moreno comenzó a despojar las ropas del pequeño quien solo miraba asustado a su amo quien le arrancó la camisa con un gruñido de furia al ver impedido el paso a esa piel que tanto le incitaba, sus pantalones corrieron el mismo destino que su pequeña camisa que antes le cubría, su cuerpo desnudo frente a un moreno el cual tenia la mirada en blanco y ahora, el ceño fruncido con rabia por el temblor que no podía evitar.
Se desprendió de sus ropajes el moreno para quedar en iguales condiciones que el rubio, momentos después y con suma rapidez cazó sus labios mordiéndolos con fuerza con aquellos filosos colmillos que asomaron por su boca, le dio la vuelta al pequeño cuando probó de nueva cuenta aquella suculenta muestra de sangre que corría por el interior del pequeño, tomo uno de sus brazos con una mano halándola hacia atrás con fuerza, lastimando al pequeño que intentaba no gritas al recordar las palabras de Kakashi cuando llegó “No grites, no importa que tan fuerte te lastime… si lo haces… morirás…” más no pudo contener las lágrimas de dolor que invadieron sus ojos sin embargo el mayor no las apreciaba por tenerlo de cara a la almohada, su mano libre se dirigió a la cadera del pequeño y la alzó hasta que consideró que se podía introducir en su interior sin mayores inconvenientes, con su rodilla separó las piernas del menor y se posicionó entre ellas.
- Sasuke-san… itai… onegai… fui tomeru… - más sus pequeñas suplicas no fueron escuchadas por el mayor quien rozo con descaro su prominente erección en la entrada diminuta del pequeño su cola por acto reflejo intento impedirle el paso enredándose entre sus piernas, el moreno molesto se agacho hasta llegar al oído del menor.
- Quítala… - la voz mordaz logró tensar más si es que eso era posible al pequeño, sus orejas y su cola se crisparon cuando al no sentir respuesta inmediata el mayor mordió salvajemente su hombro, momentos después al ver que la cola seguía en el mismo lugar con fastidio y sobretodo enojo la tomo y dobló dolorosamente hasta juntarla a su espalda, el pequeño arqueaba la espalda por el dolor que sentía mientras las lágrimas seguían fluyendo se escuchó algo tronar, quizás su cola había sido dañada y ahora estaba rota, no lo sabía sentía demasiado miedo y dolor en todo su cuerpo por la forma en la que le tenía preso que no podía percibir el dolor en una parte específica.
- Aquí no molestara… - anunció la voz de ultratumba de Sasuke mientras adentraba la cola en el pedazo libre que existía en aquel collar de cuero negro que había quedado después de que Shinigami rompiera el cascabel, logrando una arcada por parte del pequeño ya que el espacio era pequeño y su cola lo cortaba, más cuando intentaba crisparse al sentir las garras ahora salidas de su amo, presionando contra su brazo y su cadera logrando que las uñas se clavaran en su carne.
Bajo su boca por la espalda repartiendo mordida sin saber siquiera que hacia, en sus cavilaciones permanecía en un lugar oscuro, buscando por alguna parte una puerta de salido o una luz de guía, despacio metió la punta de su miembro palpitante de excitación en aquella pequeña cavidad, logrando que el ojiazul tensará de sobremanera cada músculo de su cuerpo, el mayor gimió al sentir la estrechez de su presa, espero tres segundos a que la intrusión fuera un poco aceptada, pero el cuerpo bajo el suyo seguía en las mismas condiciones, temblando, tensó, llorando, siendo victima de espasmos por el llanto, de un solo golpe se introdujo provocando un desgarre en la entrada del pequeño, pequeños y finos hilos rojos comenzaban a verse en aquel pequeño cuerpo que temblaba ahora no solo de miedo, sino también de dolor.
Quería ver esa expresión, aquella cara llena de placer por tenerle dentro, sin pensarlo salio bruscamente del pequeño que no pudo gritar gracias al ahorco de que estaba siendo victima por su propia cola, el dejar de sentir el potente miembro del azabache dentro suyo, todo su cuerpo se relajo logrando que aquella extremidad de su anatomía saliera con facilidad cansada de aquel pequeño collar de cuero negro que adornaba su cuello, sin embargo, seguía derramando lágrimas su cuerpo le dolía y cuando la mano del moreno le soltó del agarre se podían apreciar unas marcas con sus dedos de un color amarillo, mezclado con verde y comenzando a amoratarse.
En cuanto lo tuvo cara a cara, alzó con desesperación sus piernas tomándolas por debajo de la rodilla y alzándolas casi hasta tocar el propio rostro del pequeño, su entrada se veía mas accesible desde ese punto, palpitando por el escozor con aquellos pequeños hilos rojos descendiendo por sus glúteos hasta perderse entre las sabanas de la cama goteando poco a poco.
Demasiado tentador como para dejar que una sangre tan apetecible como la del pequeño se desperdiciara en la cama llevo su lengua ávida y hambrienta a ese trozo de carne mientras el pequeño permanecía en silencio, demasiado asustado, demasiado cansado como poder hacer algo, demasiado dolorido para poder moverse, juntando el hecho de que era su amo, la persona de la que se había sentido especial desde que tuvo su encuentro con él, a pesar de la brusquedad de su acercamiento, había algo en él que le hacía desear estar todo el tiempo a su lado.
Relamía gustoso aquel pedacito de cielo que emanaba el elixir rojo del pequeño, cuando su apetito fue cesado alzo el rostro pasando su lengua por los colmillos y los labios, acercó sus caderas a las del pequeño y sin aviso alguno le penetro nuevamente sintiendo aquella calidez emanar nuevamente de esa estrechez de la que parte de su cuerpo era preso.
La intrusión más brusca que la anterior y el hecho de que ahora su cola yacía a un costado erizada de igual forma que sus orejas estaban erguidas por el dolor, las lágrimas en sus ojos y el hecho de estar viendo los ojos vacíos e inexpresivos de su dueño le hicieron gritar de dolor tan fuerte que la perturbada mente en oscuridad del moreno la luz se hizo y Sasuke comenzó a ver el cuerpo bajo el suyo, logro ver sus ojos derramando pruebas de su dolor, su cuerpo tensado a mas no poder y su propio cuerpo invadiendo la ensangrentada parte baja del menor. Sus ojos permanecían cerrados, había gritado, rompió una de las reglas más importantes que le habían pedido seguir sin importar que, pero aquel dolor, aquella sensación caliente del miembro de Sasuke en su interior bañado en la sangre de sus entrañas, le hizo romperla.
El grito desgarrador del pequeño se escucho por toda la mansión logrando que más de un sirviente que había quedado se tapara los oídos y cayera al suelo presa del pánico al escuchar semejante muestra de dolor, los hermanos Hatake miraron en dirección al cuarto del azabache, de donde provenían los gritos del pequeño Naruto, sus miradas estaban de completo horrorizadas, quizás Sasuke había lastimado gravemente al pequeño, quizás sólo esperaba que padre se fuera de casa para acabar con él pequeño o quizás aquel olor embriagador despertó la bestia llena de lujuria en su interior.
Podía apreciar claramente el sufrimiento y el dolor que le causaba al pequeño, y quería detenerse, sin embargo, su cuerpo no le respondía, demasiado excitado para poder detenerse en ese momento, comenzó con las embestidas mientras las lagrimas de los ojos azules no cesaban de salir, su miembro era apresado con tanta presión que simplemente no podía dejar de sentir las sensaciones tan placenteras y llenas de deseos que sentía al salir poco a poco y después al entrar de nueva cuenta.
Quería detenerse, quería frenar el sufrimiento que le hacia gritar al pequeño, sus ojos se comenzaron a desvanecer, estaba perdiendo la conciencia, sus labios entreabiertos fueron cazados por los suyos lastimando de nueva cuenta aquel pequeño labio interior del cual desprendía un sabor metálico, el pequeño volvió a abrir los ojos cuando se separaron de aquel contacto, observaba con atención sus ojos, buscando algo en ellos, sonrió complacido al encontrar lo que buscaba, esa pequeña sonrisa estaba siendo acompañada por los pequeños jadeos, gemiditos de dolor y grititos entrecortados por cada embestida.
- Regreso… Sasuke-san… me gusta más con esa mirada… - sonrió un poco, su voz apenas era audible y raspaba al salir de su garganta, al parecer el grito por la intrusión pasada le habían desgarrado la garganta y los sonidos que de su boca salían morían en la puerta de la habitación.
Sus ojos azules brillaron de felicidad y poco a poco fue siendo victima de la inconciencia, el moreno seguía intentando controlar su cuerpo que embestía de manera salvaje el cuerpo ahora inconciente del pequeño, las palpitaciones de su sexo le dijeron que estaba por llegar al final y cuando su semen inundó la pequeña entrada desgarrada y sangrante del rubio, por fin obtuvo el control de su cuerpo, sus ojos se cristalizaron, todo lo que había planeado sobre esperar a que el cuerpo del menor se desarrollara se había ido a la borda y por algo que el ni siquiera pudo controlar, por supuesto que le había gustado, el cuerpo calido del pequeño y la estrechez que le proporciona eran algo digno de probar una y otra vez, pero, había lastimado lo más preciado que tenía, observó en su rostro aquella mueca de dolor que aun permanecía en su cuerpo inconciente, sus orejas hechas hacía atrás y su cola enredada en el brazo del moreno le hicieron sentir aun peor.
Derramaron unas cuantas lágrimas dolorosas los ojos azabaches, mientras que abrazaba con desesperación ese cuerpo, al cual aun tenía penetrado con su miembro, lentamente salió de su interior cuando su excitación se bajo, mas no dejo de apresar ese pequeño cuerpo entre sus brazos, como ya había hecho otras veces, le condujo hasta el baño y con cuidado limpió su cuerpo, momentos después de haber lavado tanto el cuerpo del pequeño como el propio marchó a la habitación con el pequeño aun inconciente en brazos, su faz se había suavizado, y ahora solo era cuestión de tiempo para que despertará, colocó al pequeño sobre sus hombros para poder cambiar la cama manchada con la sangre del pequeño, cuando su labor estuvo terminada, recostó en la cama desnuda el cuerpo del pequeño.
Podía apreciar claramente todos los moretones, las mordidas y arañazos que sus propias acciones habían tenido sobre el pequeño, mordió con desesperación su labio inferior, ahora en cuanto lo vieran el resto de sus hermanos le harían lo mismo que el acaba de hacer, se sentía un completo estúpido, un completo monstruo, con cuidado tomó las prendas limpias del pequeño y le cambio con cuidado, su respiración ya de encontraba clamada y sus labios entre sueños esbozaban una pequeña sonrisa, dejando al mayor sin entender que era lo que sucedía.
Pasaron algunas horas para que el pequeño pudiera despertar, siendo su sueño vigilado por el moreno que miraba el frágil cuerpo intentando comprender el porqué había perdido la cabeza en ese momento.
- Sasuke-san… - murmuro el pequeño abriendo sus ojos, se podían apreciar un poco hinchados por el llanto, cuando observó los ojos del moreno sonrió, ese era el Sasuke que siempre quería tener a su lado.
- Me alegra… saber… que se encuentra bien… - esbozo una cansada sonrisa que provoco algo incomprensible en su interior, porque estaba feliz de haber sido ultrajado de semejante manera, se molestó con el pequeño.
- Lárgate… - gruño por lo bajo, dejando a Naruto desconcertado, se sentó en la cama apretando entre sus manos la tela de su vestimenta.
- He dicho que te largues… - grito colérico tomando fuertemente la muñeca del pequeño y empujándolo fuera de la cama con brusquedad, llegó a la puerta por el empujón que le brindo mientras miraba el cuerpo del mayor, temblaba, sus ojos despedían ese destello rojizo que le causaba estragos de miedo a su cuerpo, tembló al momento en que le miro nuevamente con esos ojos carmesí, abrió la puerta mientras sus ojos se volvían a llenar de lágrimas y salía corriendo de la habitación dejando al moreno con sus pensamientos.