Carta desde mi corazón
Mind and body
Vaya… si que está oscuro todo… ¿cómo he llegado hasta aquí?
¿Qué es “aquí”? Porque, si mal no recuerdo, yo he ido a mi sala común y me he sentado en mi sillón de siempre a leer…
¿Me habré dormido y esto es un sueño?
…
No lo parece…
No veo nada ni siento nada, ni tan siquiera el suelo que debería estar pisando. ¿Estaré flotando o algo así?
Siento como la oscuridad me cubre por completo…
…
Ah! Luz! Por fin!
Pero, ¿cómo voy hacia ella si no puedo “andar”?
…
Vaya! Si se está acercando ella! ¿o seré yo?
No entiendo nada…
Pero si realmente es un sueño no me puede pasar nada…
¿Verdad?
…
Cada vez está más cerca… la siento.
No se como, pero lo siento, aunque cierre los ojos, aunque piense una y otra vez que se aleje…
Siento como se va acercando, como me va envolviendo…
Y tengo miedo.
…
¿Miedo de qué?
¿Miedo a qué?
…
Y llego a ella. O ella llega a mí. No sé.
Y como si fuera una ráfaga de viento venido del norte, me atraviesa por completo…
Y siento frío. Y calor.
Y lo veo.
Y lo siento.
Y no lo entiendo…
…
Con un buen sobresalto, envuelto en sudor frío y sintiendo unas extrañas lágrimas corriendo por sus mejillas, Draco Malfoy se despierta en un no muy cómodo sillón (por lo menos para dormir) de la sala común de su casa…
“Joder… joder! Que sueño más raro… Creo que la próxima vez le diré a Blaise que paso de él y de sus pociones… me matará con alguna! … Mierda! Me duele mucho el cuello… estúpido sillón!”
Frustrado y bastante cansado, Draco se dirigió hacia su cuarto, que compartía con su amigo Blaise, para tomar una buena ducha y para arreglarse para luego ir a sus clases…
Al entrar vio que su compañero no estaba, así que supuso que había salido a colgar el anuncio de la fiesta que se celebraría dentro de un par de semanas en su sala común.
Al tiempo en que se desvestía pensaba que, si no recordaba mal, ayer por la noche, mientras terminaban de planear los últimos detalles, habían decidido que fuera él el que se encargara de ello, porque, según el chico, tenía un método mucho más cómodo y eficaz para colgarlo en el tablón que el ir a pedirle permiso al director… él y sus inventos!
Lo conocía y por eso solo podía rezar para que lo que fuera que hiciese no terminase mal… como la poción que le había dado ayer y que nunca más tomaría!!
Mientras el agua fría recorría su cuerpo (NA: ñam ñam!) no dejó de pensar en el extraño sueño que había tenido… Primero todo ese rollo de la oscuridad y la luz, pero lo que más le intrigaba era todo lo que había visto al llegar a ella… le había parecido tan real…
Había visto como alguien, durante una noche, sentado delante de un escritorio, escribía algo dándole la espalda a él. Cuando quiso acercarse al chico (tenía el pelo corto y revuelto) para saber quien era, éste se había levantado y poco después se había acostado… esa verde mirada triste… era Potter! Había soñado otra vez con Harry!
Eso no era muy raro en él… hacía ya un tiempo que se había dado cuenta de que estaba terriblemente enamorado de ese chico, aunque a veces seguía teniendo unas ganas horribles de matarlo!
Pero a la vez era tan tierno… Aunque sabía que desde la guerra ya no era el mismo… era como si le faltara algo, como si esperara que algo ocurriera… No lo sabía explicar con claridad, pero estaba seguro de que el chico necesitaba la ayuda urgente de alguien. Si no fuera tan orgulloso él mismo lo haría…
Colocándose su albornoz siguió pensando en su sueño.
Después de ver como Harry se sumergía en un sueño intranquilo había permanecido como cinco minutos allí parado, sin saber que hacía allí. Pero, de pronto, una lechuza blanca y preciosa (que si no recordaba mal era la de Potter) había entrado por la ventana abierta y se había situado encima de la mesa del escritorio donde había visto a Harry escribir algo.
Y le picó la curiosidad.
Así que se dirigió hacia allí e intentó leer el pergamino escrito que allí había. Pese a la oscuridad, por alguna razón, lo había podido leer… Y se quedó completamente en shock después de leer aquello.
Era… era tan preciosa esa carta… Realmente cursi y sentimentalera, pero sabiendo que (en su sueño) la había escrito Harry, le llegó al corazón, y más sabiendo que iba dirigido a él…
Después entró en una especie de remolino de colores, recordaba mientras escogía y sacaba la ropa de su baúl, donde solo pudo ver a la lechuza volar por los alrededores de Hogwarts y luego como esa carta se encontraba en su escritorio.
Por un impulso, vestido solamente con boxers y calcetines, se dirigió hacia él a comprobar si se encontraba allí…
Pero, evidentemente, su escritorio estaba completamente igual a como lo había dejado el día pasado. No supo muy bien porqué, pero se sintió decepcionado, pero por encima de todo sentía que algo no andaba bien… algo de todo aquello no encajaba.
Distraídamente, pensando en que podía significar aquello que sentía, se colocó el resto de su ropa.
Completamente vestido ya y cogiendo su capa, se dirigió hacia su sala común para encontrarse con sus amigos e ir al Gran Comedor.
Pero al llegar no había absolutamente nadie allí, y eso si que no era normal. Tal vez en Blaise si, que pasaba algunas noches en gryffindor con su novio (Hug! Aún le costaba aceptar que se había liado con la comadreja esa…), pero si no recordaba mal esa noche le tocaba al pelirrojo dormir en slytherin y no al revés.
Miró el elegante y caro reloj que colgaba en una de las paredes de la sala y vio que era mucho más tarde de lo que se esperaba. Si no se daba un poco de prisa no llegaría a tiempo y tendría que pasar la mañana sin haber comido!
Así que salió corriendo en dirección al comedor.
Dobló esquinas, subió escaleras, corrió pasadizos,… hasta llegar a las enormes puertas del salón.
Se detuvo delante de ellas, se obligó a calmar su respiración, se repeinó los cabellos y alisó sus ropas. Podía llegar tarde, pero nunca, nadie, le vería desarreglado…
Mientras comprobaba que sus cordones estaban igualados y perfectamente alineados (NA: 0_0) esa sensación volvió. Ahora mucha más clara y fuerte.
Estaba intranquilo, como si no tuviera que estar allí, como si algo hubiera ido mal y tuviera que ir a arreglarlo, ese no era el sitio donde debía estar… Como si hubiera olvidado algo importante…
Negando con la cabeza para alejar esos pensamientos, entró, elegantemente claro, al Gran Comedor.
Notó satisfecho como todo el mundo le miraba y lo seguía con la mirada. Aunque notó extrañado como mucha gente le miraba con cierto… odio? Rencor? Sobretodo en el sector gryffindor. Vamos, sabía que les caía mal, pero nunca habían hecho algo parecido.
Pero como buen Malfoy que era nadie notó absolutamente nada de su confusión. Por encima de todo siempre estaban las apariencias… era algo que había aprendido bien de pequeño a base de palizas.
Se sentó al lado de Blaise, que también le miraba extrañado… qué coño estaba pasando ahí? Empezaba a hartarse de todo aquello. Todo el comedor estaba cuchicheando entre ellos y lo miraban de reojo mientras lo señalaban “disimuladamente”.
De pronto vio como su padrino, el nuevo director del colegio, se levantaba de la mesa alta, bajaba ese par de escalones imponiendo y se dirigía directamente hacia él.
Estaba muy contento de que por fin la gente hubiera recapacitado sobre su opinión sobre Severus y hubieran visto lo que realmente valía. Ahora era director y uno muy bueno, por lo menos no estaba loco por los caramelos o cosas tontas como el pasado…
Aunque le daba miedo a muchos y, aunque Draco no había sido nunca uno de ellos, ahora mismo lo encontraba exageradamente intimidante…
.- Señor Malfoy – habló susurrantemente el director con cierto toque de ¿decepción? en la voz – En qué estaba usted pensando?
.- A que se refiere, director? – intentó responder este con la mayor calma posible
.- Me refiero al hecho de publicar algo tan personal como esa carta en un tablón publico, señor Malfoy…
Draco lo miró profundamente, intentado terminar de comprender todo aquello, todo lo que su padrino intentaba decirle…
Y palideció. Quedó en shock al comprender que tal vez su sueño había sido real. Que realmente Harry le había escrito aquella carta. Pero, entonces, como llegó al tablón de anuncios?
Y recordó aquello que había olvidado. Comprendió su inquietud al pensar en su sueño, en que faltaba algo en él… Vio pasar ante él una sombra extrañamente familiar que cogía la carta y al cabo de un rato ya no sabía que hacía con ella… había como desaparecido de su campo de visión.
Entonces todo el mundo creía que había sido él? Realmente lo consideraban tan cruel e insensible?
Miró desesperado por todo el Gran Comedor intentando encontrar ese par de ojos verdes que hacían que algo en él vibrara, pero no se encontraba allí…
Murmurando un simple “Disculpe director” salió corriendo de allí sin saber a donde exactamente tenía que ir. Ignorando los gritos de su amigo o las mudas replicas de Severus.
Empezó a correr sin saber nada, qué haría? Como lo encontraría? Qué le diría? … Y sintió miedo, un miedo tan hondo que lo paralizó.
Y si no era cierto? Y si era una broma o lo rechazaba? Pero sabía que preguntarse eso era una tontería… alguien como él nunca sería capaz de hacer algo así, no él, no nunca.
De pronto sintió como alguien le obligaba girarse con un fuerte tirón en su hombro derecho. Delante suyo estaba Blaise Zabini con una expresión indescriptible.
.- Qué coño has hecho, Draco? – preguntó sin ceremonias y completamente enfadado – creía que estabas enamorado de Potter, o que por lo menos te gustaba un poco!! Como has podido!!
.- Yo no lo he hecho Blaise! Te lo juro… N-no se como… - tartamudeó. Y suspiró sonoramente al ver la ceja levantada del moreno, en clara señal de que no le creía
.- Si claro! Y esa carta llegó ahí por las buenas… Mira Draco, vale más que te inventes algo bueno antes de que te dé lo que te mereces por lo que has hecho…
.- Blaise! Yo lo quiero!! Créeme! Te prometo que yo no lo hice… escúchame… - pero calló al ver ese puño dirigiéndose hacia él. Cerró los ojos esperando a que el golpe llegara pero…
.- NOOO!! Blaise! déjale!! – gritó alguien que se dirigía corriendo hacia ellos. Alguien… ¿Pelirrojo…?
.- ¿Weasley?
.- Ron? N-no te entiendo…? Sabes como yo lo que ha hecho!
.- Te he dicho que yo no he hecho nada!! – gritó ya completamente desesperado Draco. Que alguien le creyera! Por favor! Ya se sentía demasiado culpable para cargar con algo más…
.- Te creo Malfoy… - dijo jadeante Ron por la carrera, dejando a los dos slytherins estupefactos. – Se una manera para encontrar a Harry rápidamente, bueno, en realidad dos, pero la otra llevaría más tiempo… Ve al séptimo piso y pasa tres veces delante de el tapiz de Barrabás el Chiflado deseando con todas tus fuerzas ver encontrar y ver a Harry… - al ver la mirada incrédula de su novio y del que, seguramente, sería el novio de su mejor amigo, añadió – no tengo tiempo para explicártelo, vete!!!
Y así Draco echó a correr hacia las escaleras mientras lo último que oía era a su amigo decir un: “cariño, ya me contarás que significa todo esto…”
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FIN DEL CAPÍTULO ~
Byby of Riku Lupin