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Padres de familia por Rei Hoshino

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Notas del capitulo:

Hola gente! Primero que nada: un millon de millones de gracias a tod@s l@s que dejan reviews(y los que no,no importa,no es obligacion ^^)Lo otro es pedirles disculpas por este cap. Lo hice mas porque mi cerebro me impedia avanzar si no lo escribia. Si no les gusta, pido disculpas de nuevo u.u Quedan advertidos. Quien avisa no es traidor...

Negrita: Recuerdos

Cursiva: Conversaciones telefónicas

Normal: El resto xD

Septiembre llegó, trayendo consigo su viento y el regreso al trabajo de Light, por lo que Alva era quien más tiempo se pasaba con Elle, a quien ya se le notaba a la legua su embarazo. Ya se había acostubrado a comer “comida de conejo”, pero no podía tragar las zanahorias, por más que lo intentara, o por más amenazas que le diera su hermana.

 

-Nii-chan, cómetelas… Son buenas para la vista-le insistía la pelirrosa, mostrándole unas zanahorias cortadas en forma de estrellitas y animalitos.

-No me gustan… Y si quisiera mejorar mi vista me comería un huevo.

-¡O te lo comes todo o te quedas sin postre!

-Pero, Alva…-replicó el moreno con un puchero.

-¿Acaso quieres tomar aceite de hígado de bacalao también?-Alva le lanzó una mirada bastante Kirística (NdR: Dícese de todo lo relativo a Kira xD).

 

El moreno se quedó callado y se comió las hortalizas de marras. Alva lo miró con una sonrisa de oreja a oreja y le sirvió el ansiado postre: pudín de vainilla con cobertura de chocolate, el que duró menos que un candy. La pelirrosa recogió los platos y se puso a silbar.

 

-Al, ¿pasó algo?-preguntó Elle, con un ligero deje de sorpresa.

-¿Por qué lo preguntas?-la chica le lanzó una mirada curiosa.

-Es que…Bueno, hacía tiempo no te oía silbando. ¿Por qué tan contenta?

-¿Cómo por qué? Es mejor decir “¿por qué no estar contentos?” Es un día hermoso, las aves cantan, tu embarazo va viento en popa y estamos vivos para disfrutar… ¿Necesitas otro motivo?

-Supongo que tienes razón…Es sólo que me sorprendió, nada más. Es que hoy…

-¿Hoy qué? OvO?

-No, nada…-Elle movió una mano, como si intentara apartar alguna mosca. Acto seguido, se levantó de la mesa y se dirigió a la sala. Se acercó al librero y comenzó a buscar.

 

-Veamos… “Historia de los reinos franco-germanos” ya te lo leí… “Química de Brown”, también… El Señor de los Anillos ya te lo he leído como tres veces… Oh, mira este…- mientras hablaba con su bebé, sacó un libro con tapas rojas. En la portada se leía “Las obras de Antoni Gaudí”. El moreno se sentó y comenzó a hojear y leerle a la criatura que se desarrollaba en su vientre. Ésta pateaba de vez en cuando, como pidiéndole a su papá que siguiera.

Alva, por su parte, seguía limpiando la cocina. En un momento dado, miró su reloj. Las tres y media.

 

-¡Ay, no, qué tarde es!-decía, mientras se daba una palmada en la frente-¡Ya va a empezar la teleserie!

 

Se quitó el delantal y fue a la sala.

 

-¡Nii-chan, ya va a empezar “La usurpadora”! ¡Prende la tele que quiero saber quién es en realidad la esposa de Ricardo Osvaldo!. Al no escuchar ninguna respuesta, volvió a gritar.

-Nii-chan, ¿me escuchaste? Te pedí que…

 

Al entrar al salón, Alva se quedó paralizada, con una expresión de terror en su rostro.

 

-Nii…chan…

Elle se encontraba tirado en el suelo, con un poco de sangre alrededor del libro que, momentos antes, estaba leyendo.

-NII-CHAAAAAAN!!!!

 

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Departamento de policía. 16:00 horas.

Light se encontraba atareadísimo. El informe que debía entregar en media hora más no llevaba nada avanzado, pese a haber empezado con él hacía dos semanas. Su padre lo mataría si no lo tenía listo a la hora.

 

-¡Light-kun!-la voz de Matsuda interrumpió sus cavilaciones-¡Tu cuñada al teléfono!

-Dile que estoy ocupado…-masculló el castaño. No quería tener que escuchar esa voz que le irritaba del amanecer al ocaso.

-Dice que es urgente...Y a juzgar por su tono de voz, bastante…

Light suspiró resignado. Era increíble como esa chica se las arreglaba hasta para molestarlo en las cosas en las que no metía mano. Tomó el teléfono como quien agarra una cáscara de fruta.

 

-¿Qué pasa?

-Light-sama....-la voz de Alva se oía entrecortada, como si estuviera hipando.

-Dime qué es eso tan grave para que me llames al trabajo-dijo, con un deje de impaciencia.

-Nii-chan…Nii-chan…Él…Él…-no pudo seguir, pues comenzó a llorar.

-Alva, ¡¿qué pasa con Elle?! ¡Contesta! ¿¡Qué mierda está pasando!? ¡¡Alva!!

El silencio se interrumpía de vez en cuando por el llanto de la pelirrosa. Light colgó, preocupadísimo. Para que su cuñada se pusiera a llorar de esa manera, la situación tenía que ser terrible. Rápidamente se puso su chaqueta, dio un par de explicaciones rápidas y se dirigió a su auto, lo puso a andar y salió como bólido del estacionamiento.

Como siempre que uno está apurado los trayectos se hacen más largos, Light estaba con los nervios de punta. Sentía que estaba avanzando a paso de tortuga, y cuando una moto se le adelantó, faltó poco para que soltara un rosario de palabrotas. Su celular sonó, interrumpiendo las maldiciones mentales que le lanzaba al motociclista.

 

-¿Diga?

-Joven Light-la voz de Watari al teléfono lo preocupó más aún. La cosa parecía grave.-Estoy con Alva en el hospital.

-Watari, ¿qué le ocurrió a Elle? Alva me llamó, pero no dijo nada…

-El joven Elle se desmayó en casa. Acaba de ser internado y le harán unos exámenes.

-Voy para allá. Cualquier cosa me llaman-el castaño colgó, exhalando un suspiro de preocupación. No sólo por Elle, sino también por su hija. El asunto se estaba tornando color de hormiga. Por lo menos estaba cerca del hospital.

 

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El sonido de los pasos y el tic tac del reloj se veían interrumpidos por los sollozos de Alva. A su lado, Watari trataba de calmarla, ofreciéndole un caramelo o una taza de café.

 

-Tranquila, mi niña…-trataba de consolarla-Elle es fuerte, y cuando llegue el joven Light seguro que estará mejor. Todo va a salir bien.

-Pero si…pero si no… ¿qué va a ser de Light-sama, de la bebé, de Kurorin y Shirorin…? ¿qué va a ser…?-Alva guardó silencio al ver a su cuñado caminando en dirección a ella y al anciano.

-Alva…Watari…-Light jadeaba, pues había corrido todo el camino desde el estacionamiento-¿Qué ocurrió?

-Yo…Yo…Estaba en la cocina y fui a ver a Elle-niichan, y cuando lo vi, él…Él…-nuevamente la pelirrosa prorrumpió en llanto-¡Todo es mi culpa, no sirvo para cuidar ni a un pececito, ¿cómo pretendía cuidar a mi hermano?! ¡Soy una estúpida, estúpida, estúpida!

 

El castaño se sorprendió. Nunca se hubiera imaginado que Alva se entristecería tanto por Elle. Puso su mano sobre la rosada cabellera.

 

-Ya, ya…No te alteres. Sigue contándome.

-Alva encontró al joven Elle tirado en el suelo, con manchas de sangre a su alrededor.

-¿Sangre?-Light se quedó perplejo. Su koi tenía una salud de hierro, nunca, jamás, en todo el tiempo que llevaban juntos le había visto siquiera resfriarse.

-Los médicos lo acaban de llevar para hacerle los exámenes necesarios. A él y a la criatura.

-Muy bien. Watari, gracias por traerlo. Yo me quedaré aquí.

 

El anciano asintió y tomó a Alva de un hombro. Ésta, con los ojos enrojecidos de tanto llorar, le lanzó una mirada suplicante al castaño.

-No permita que ninguno de los dos vuelva al túnel, joven Light.-murmuró Watari, retirándose.

 

Ya a solas, el joven genio apoyó su mano en el cristal que lo separaba de su koi. Cómo deseaba estar a su lado… Se reprendió a sí mismo por no haberse dado cuenta de que la cosa más querida que tenía en este mundo se encontraba mal. Furioso consigo mismo, apretó el puño, clavándose las uñas en la palma de su mano.

 

-Elle…No me dejes, por favor…No quiero perderte de nuevo…-decía, mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos.

 

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El reloj dio las ocho. Alva se encontraba en casa de Mikami.

 

-¿Crees que estén bien?-preguntó.

-Si la situación hubiese empeorado, te habrían llamado-le decía, mientras le acariciaba el cabello. La pelirrosa se recostó sobre el hombro de su novio.

 

Mientras, en el hospital, Light seguía junto a la ventanilla, con los ojos fijos en su koi, por cualquier cambio.

 

-¿Light Yagami?-la áspera voz del doctor Casas interrumpió las cavilaciones del castaño-Tenemos los resultados de los exámenes.

-¿Cómo está Elle? ¿Es muy grave? ¿Se puede sanar? ¿Y la bebé? ¿Tiene algún problema?

-¿La palabra verborrea le suena conocida, por algún casual?

-Disculpe…Lo siento…Yo…Continúe, por favor.

-Todo está bien. Una baja de presión causada por falta de glucosa en la sangre, y como el feto absorbe casi todos los nutrientes…Con un café estará como nuevo.

-¿Y la sangre?

-Es otoño, así que es normal que algunas personas se mareen y sientan algunos malestares por los cambios de temperatura.

-¿Y la bebé?

-Feto, señor Yagami. Aún le faltan dos semanas para ser viable. Y está en perfectas condiciones. Pero por las dudas, sugiero que pase la noche aquí.

-Tiene razón, uno nunca sabe-acotó el castaño, con una sonrisa que indicaba su alivio.

-Por supuesto que tengo razón. Ahora, si me disculpa, tengo que ir a tratar un caso grave de glaucoma-el médico hizo ademán de retirarse, pero Light le detuvo.

-¿Puedo quedarme junto a Elle?

-Es un país libre. Haga lo que quiera, siempre que no moleste.

 

Mientras Casas se retiraba, Light entró a la habitación en que se encontraba Elle. Tomó una silla y se puso junto a su cama. El moreno se removió un poco.

 

-Ahh…Light…-murmuraba, con una expresión de dolor en el rostro. El castaño tomó la mano de su koi entre las suyas y depositó un casto beso en su frente.

 

-Tranquilo-le susurró con dulzura-Estoy aquí…Todo saldrá bien, descuida.

 

La expresión del detective se serenó, haciendo que Light sonriera con ternura. Se quedaron tomados de la mano toda la noche.

 

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Elle fue el primero en despertar. Al abrir los ojos y encontrarse en el hospital, se sobresaltó. Nunca había estado en un hospital, no lo había necesitado. Pero el estar esperando un bebé le había debilitado más de lo esperado. Suspiró resignado y recién en ese momento sintió la mano de Light apretando la suya. El castaño estaba profundamente dormido, y su flequillo caía graciosamente sobre su frente. El detective sonrió con ternura y besó en la mejilla a su koi. Éste abrió sus castañas orbes y le devolvió el saludo.

-Buenos días, bello durmiente, ¿cómo te sientes hoy?-dijo el menor, mientras se acercaba más a Elle.

-Mejor, gracias…

-¿Y mi bebé, como se encuentra?-Light apoyó su mano en el vientre del moreno y sonrió al sentir una patadita.

-Creo que eso responde a tu pregunta ^ ^ Light… ¿qué me pasó? Lo último que recuerdo fue que estaba en la sala, leyendo y de pronto todo se empezó a mover y...

-El doctor Casas dijo que fue una baja de presión. Con el desayuno quedarás como nuevo.

-Pero, Light…No me gusta la comida de hospital, y lo sabes bien-el moreno infló sus cachetes en señal de enojo.

-Te lo vas a comer todo… ¿o quieres que te dé en la boca, como a un niño pequeño?-el menor tomó el plato de cereales con leche y le dio una cucharada a su koi.

-¡No quiero Light, no, no y no! Y no me vas a convencer de…-la frase quedó en el aire, pues Light lo calló con un sonoro beso. El detective se quedó de piedra al sentir cómo un trozo de fruta se deslizaba por su boca, junto con la lengua del castaño. Éste se separó y le lanzó una mirada triunfante.

-¿Ves que no fue tan difícil?

-Light…Yo…Yo… .///////.-Elle estaba rojo hasta las orejas y con una cara digna de una foto-¿Por qué hiciste eso?

-Para que comieras, por supuesto. ¿Quieres que lo haga de nuevo?

-¡Sí! Digo…No, no… Es que…Podrían vernos y eso… n//////ñ

-¿Y desde cuándo al gran L le importa lo que piensen los demás?-el menor se había puesto sobre la cama, lanzándole una mirada lujuriosa a Elle. Éste se sonrojó y le eludió.

-No me gusta que uses trucos tan sucios para hacerme comer lo que no me gusta, Light. Hasta Alva es más sutil.

El escuchar el nombre de su cuñada hizo que Light recordara algo.

-Elle... ¿puedo preguntarte algo?

-Ya lo hiciste, Light. Pero sí, dime.

-¿Qué tipo de relación te une a Alva?

-Somos hermanos… Creía que lo sabías.

-No me refiero a eso. Es que, cuando vino Watari, dijo algo de que no volviera al túnel. Y pensé que quizás tenías algo que contarme.

-Tienes razón, hay algo que nos une. Creo que es hora de que sepas cómo es que Al llegó a mi vida. Por favor escúchame y, si en algún momento te enojas con ella, no saques en cara lo que estoy a punto de decirte.

-Elle, ¿cómo se te ocurre que yo…?

-Cuando las personas se enojan, dicen y hacen cosas que no pretenden en realidad. Ahora, escúchame.

El menor se sentó junto a su koi, apoyando la mano sobre su regazo.

-El nombre completo de mi hermana es Alva Giulianni. Cuando tenía siete años, su padre fue asesinado al intentar detener a unos ladrones que entraron a su casa.

Al escuchar cómo su marido moría a manos de esos desconocidos, la señora Giulianni tomó de la mano a su hija y la encerró en la alacena.

-Mami… ¿qué está pasando? ¿Dónde está papá?

-Shhh... No hables, Alva-la madre le dio un beso en la frente a la pequeña-Ellos pueden venir.

-¿Ellos? ¿Quiénes son ellos? Mamá-la mujer puso una mano sobre la boca de su hija, haciendo que guardara silencio. Los pasos de “ellos” se acercaban más. Con lágrimas en los ojos depositó un beso en la frente de la niña y susurró:

-No salgas de aquí por ningún motivo. Sólo cuando esté todo en silencio puedes salir ¿me entendiste?

Alva miró a su mamá con sorpresa. ¿Por qué le decía esas cosas? La mujer abrazó a su hija y susurró en su oído: “Vive, Alva…Vive y crece…Sé feliz…” La pequeña pelirrosa miró a su madre, llorando.

-¡Ma…!-no pudo terminar, pues la señora Giulianni cerró la puerta de la alacena. Inmediatamente después, se oyeron las voces de los ladrones.

-Esos hombres violaron y asesinaron a la señora Giulianni. Y Al lo vio todo. La policía la encontró en la misma alacena, dos días después. Como no tenía otros familiares, contactaron a Watari, quien fue un buen amigo de sus padres. Él se la llevó a Wammy’s House, donde yo la conocí.

Wammy’s House. 13 años atrás.

-¿Alguna mejora?-preguntó el anciano.

-Nada A pesar de que ya han pasado tres meses desde que la trajiste-contestó el otro hombre-No ha dicho nada en este tiempo. Sólo se encierra en el salón de música y toca piano o flauta. Ya no sabemos qué hacer con ella. Si no se comunica, no puede ir a clases, y si no va a clases, no puede aspirar a ser una candidata.

-Pero, ella debe de comunicarse de otra manera…

La conversación de los dos ancianos se vio interrumpida por la entrada de un joven Elle Lawliet.

-¿Se puede?-preguntó éste.

-Sí, adelante, Ryuuzaki. Toma asiento-le indicó Watari. El moreno lo hizo a su particular manera.

-¿De qué hablaban?

-Sobre la hija de Lucrezia Giulianni, que no ha dicho palabra desde el incidente. Roger me dice que han probado todos los medios necesarios para que pueda comunicarse. Hipnosis, terapia psicológica, enseñarle el idioma de los gestos…

-Ya no se nos ocurre qué hacer, L. ¿Sugieres algo?-rogó Roger.

-Tengo una hipótesis, pero no sé si me permitan ponerla a prueba.

-Haz lo que consideres necesario para que hable, porque si no lo hace en un plazo de dos meses, me temo que tendrá que irse. No podemos permitir que una niña se quede porque sí, por muy amigo que hayas sido de sus padres, Quillish.

-Entiendo-suspiró Watari-Ven, Ryuuzaki, te llevaré con ella.

El anciano y el moreno se retiraron del salón.

-Ese día conocí a Alva. Lo primero que me llamó la atención de ella fue lo bajita que era par su edad. Claro, y su cabellos rosa ^ ^

-Un momento, ¿su cabello es de ese color de nacimiento? O_o´

-Claro, ese es su color natural. Ahora, ¿en qué iba? Ah, sí, cuando la conocí. Cuando entré a la habitación que me indicó Watari, la vi sentada en un sofá, con la mirada perdida… Como si buscara algo.

-Hola. Soy L, pero puedes llamarme Ryuuzaki. ¿Cómo te llamas?-aventuró el moreno.

La pequeña pelirrosa miró a quien llegó a la habitación. Lo observó con unos ojos apagados, tristes a más no poder.

-Si quieres, me voy…Oye, ¿son tuyos esos instrumentos?-Elle apuntó a un piano y una flauta que se encontraban tirados en el suelo (NdR: sólo la flauta, ojo)-¿Sabes tocar?

Nuevamente Alva miró al joven, pero esta vez con atención. Tomó la flauta del suelo y comenzó a tocar una suave melodía. Al terminar, Elle estaba sorprendido.

-¿Quieres decir que no quieres que me vaya?

La niña abrió los ojos, asombrada. En el tiempo que llevaba en esa extraña casa, nadie había conseguido entender… Y ahora llegaba este joven, como caído del cielo…

Una vez más, Alva llevó la flauta a sus labios. Esta vez tocó “Angel” de Robbie Williams.

-No, pequeña, no soy un ángel… Pero si quieres, puedo ser tu hermano mayor. ¿Te gusta la idea?

Alva asintió y se aferró a la cintura del detective, haciéndolo sonrojar.

-Así conocí a Al. Pese a que no hablaba, podía expresarse perfectamente a través de la música. No me tomó mucho tiempo aprender sus códigos y distinguir cuándo se sentía feliz, melancólica, enojada…Pero, los dos meses pasaron muy rápido, y Alva sólo se comunicaba conmigo, y con música.

Alva y Elle veían juntos un libro sobre arquitectura renacentista.

-Al…Tengo algo que decirte.

La pequeña miró a su hermano.

-Dentro de unos días tendré que irme… Debo asumir mis funciones como L… Perdón si no pude pasar suficiente tiempo contigo. Tú…tienes que salir de este salón, conocer a los demás niños, hacer amigos… Vivir y ser feliz…

Alva tenía la mirada fija en el suelo.

-…cias…-susurró.

-Al, ¿qué dijiste?-el moreno se quedó con los ojos abiertos. ¿Alva acababa de hablar? ¿Sería acaso una jugarreta de su mente?

-Gra…cias…Elle…nii…chan-musitó, sonrojada, pero con una sonrisa tímida en su rostro.

Elle no cabía en sí de asombro. Alva no sólo había dicho una, sino tres palabras.

-Tienes…razón…No puedo…seguir…encerrada… Mi mamá… dijo que fuera feliz… y en este… salón…no…puedo… hacerlo…

-Alva…

La niña se abrazó a Elle, quien respondió el gesto con una sonrisa.

-Prométeme que vas a salir e irás a clases. Estaré preguntando por ti, así que no tiene sentido que mientas-dijo el detective, acariciando los cabellos de Alva. Ésta asintió.

-Al día siguiente me fui del orfanato. Al no se quedó sola por mucho tiempo, porque unos días después llegaron Mello, Near y Matt. En realidad, ellos fueron su terapia. De no ser por ellos, Alva nunca habría podido recuperarse. Y les estoy muy agradecido por eso.

Light se quedó mudo. Nunca, jamás, ni en un millón de años hubiera creído que Alva, la misma pelirrosa dicharachera y bromista que le hacía la vida imposible, hubiese pasado por semejante situación.

-Al te respeta y aprecia mucho, ¿lo sabías, Light?

-¿A mí? ¿Por qué? Yo no he hecho nada en su vida…

-Te equivocas. Tú fuiste quien le enseñó a mi nii-chan lo que significaba amar, el entregarse en cuerpo y alma al otro sin importar lo demás. Gracias, Light-sama-la voz de la pelirrosa hizo que ambos genios mirasen hacia la puerta. Allí estaba ella, vestida de gothic lolita (NdR: Cualquier parecido con cierta rubia tonta que odio con toda mi alma es mera coincidencia, lo juro), con Mikami a su derecha.

-¿Hace cuánto estás allí?-inquirió el castaño.

-Llegamos recién, y como no queríamos interrumpir…

-¿Cómo te sientes, Elle-san?-preguntó el abogado.

-Bien, gracias. Sólo fue un susto, afortunadamente.

-Bueno, por eso mismo Teruki y yo trajimos esto-la chica sacó una bolsita con galletas de colores-Las hicimos juntos. ¿Quieres una?

-Claro ^^-el moreno tomó entre sus pálidas manos la bolsa y se puso a comer. Los demás lo miraban, sorprendidos. Las galletas duraron lo que dura un helado bajo el sol de verano.

-Elle, tienes miguitas en la cara. Déjame sacarlas-Light se acercó a su koi y limpió con su boca los restos de galleta. Alva abrió los ojos como platos y se desmayó (NdR: Ataques de fangirlismo…Suele pasar xD). Afortunadamente, Mikami la sostuvo en sus brazos.

-Capullito de rosa, despierta… ¿estás bien? Contéstame, masita suave…-Alva abrió los ojos lentamente.

-Estoy bien, cosita…Sólo que…Bueno, digamos que Light-sama tiene la culpa ^^.

-Kami, ¿por qué me hace esto? Mi pimpollito no merece esto, ¡¿Por quéeeee~?!

-Mikami, no empieces por favor ¬¬-ordenó Light.

 

Notas finales: No me maten!!! Por favor,piedad!! Aun no he podido terminar de leer el Conde de Montecristo y no he perdido la virginidad!!! Dejenme vivir un poco maaaass*se pone de rodillas*

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