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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

Gracias por los reviews.

 

Enjoy

Capítulo 14
Y Tareas, Toma Dos

   El invernadero Siete era un edificio con forma de caja grande y larga, hecha de vidrio. Llena con algunas de las plantas más peligrosas conocidas por el mundo mágico. Al menos, estaba llena de las plantas que eran algo útiles, comunes, y podían crecer en Inglaterra.

   Kurama podría pasar esta clase dormido, pero no estaba aburrido. Este invernadero aún tenía docenas de plantas con las que nunca se había encontrado, plantas que estaban acostumbradas a la oscuridad y a inviernos casi polares. Varias estarían bien en la permanente carencia de sol en el Makai, como los nidos de banshee irlandeses, stranglegorse de tierra alta, y la lección de hoy: colmillos de fuego.

   Los Colmillos de fuego eran una lianas rojizas, con muchas hojas, tan espesas como una manguera de jardín. Crecían un poco más de un metro, el tallo enviando una pequeña flor amarilla del tamaño de una pelota de ping-pong, y podía secretar un aceite pesado y alejarse cuando era tocada. De acuerdo con la Profesora Sprout, el aceite era muy útil en cierto número de pociones. De acuerdo a la magia de Kurama, esas pociones eran probablemente anticongelantes y fuegos artificiales; el aceite era altamente inflamable.

   Como esperado (para Kurama), él era el único estudiante que no estaba teniendo problemas con las pegajosas y resbaladizas lianas, o sus flores mordedoras. Para el observado no precavido, su planta solo luchaba en una forma que le ayudaba a él a realizar la tarea de recolectar el espeso líquido.

   Pretendió calmamente el no notar las miradas sospechosas de Draco o las del resto de los alumnos, estas oscuras, mientras él tapaba el tercer bote (todos los demás todavía no terminaban el primero) y lo colocaba fuera del camino.

   Un sonido duro, seguido por un súbito rompimiento sobre sus cabezas alertó a toda la clase. Ambos sonidos fueron la única advertencia que tuvo la clase antes de que el panel de vidrio sobre Kurama se rompiese. Mientras los otros estudiantes comenzaban a alejarse del estruendo, Kurama recogía su Colmillo de fuego y limpiamente salía del camino del vidrio. Un objeto más grande pasó por el sitio en el que se había parado, chocando con la mesa de trabajo y noqueando sus instrumentos hacia el lado.

   La mano de Kurama se movió rápidamente, atrapando un bote mientras rodaba hacia la esquina de la mesa. Los otros dos, a sus lados, rodaron y se tambalearon en la mesa, pero no cayeron. Kurama los colocó derechos de nuevo y los empujó a territorio más seguro, expertamente moviendo todas las cosas lejos de la orilla de la mesa y de el vidrio roto.

   Había un pedazo de vidrio que brillaba en su cabello, peligrosamente cerca de su ojo. Kurama calmamente lo quitó de su cabello y lo dejó caer, junto al objeto que había roto el vidrio en primer lugar. Se inclinó y lo levantó del piso, quitándole un par de pedazos de vidrio. Era un libro de texto de Encantamientos, con un nombre familiar escrito en kanji y letras romanas en él. Suspiró y miró hacia arriba, a través de el panel quebrado en el techo.

   Tres pisos arriba, Yuusuke sacaba la cabeza de una ventana rota, y hacía una mueca. "¡Perdón, hombre!"

   "Obvio." Draco murmuró junto a Kurama. "Gryffindors."

   La Profesora Sprout se acercó veloz. "Oh, cielos. Eso deberá ser reparado." Dijo ella. "¿Qué ocurrió?"

   Antes de que Draco pudiese dar un comentario no pensado sobre los Gryffindors, Kurama apuntó al cielo y respondió suavemente. "Creo que ha habido un pequeño accidente en Encantamientos, Profesora. Esta bien, sin embargo, ya que nadie esta herido."

   Mientras la profesora chasqueó la lengua de manera preocupada y lanzó un Scourgify para limpiar el vidrio, Kurama se inclinaba hacia Draco. "¿Qué fue eso sobre los Gryffindors?" Preguntó silenciosamente.

   "Nada." Masculló Draco de modo nada convincente, mirándolo desconfiadamente.

   Kurama frunció el ceño. "Si fuera tú, Malfoy, sería más cuidadoso de no juzgar tan apresuradamente. Te hace ciego a la verdad."

   "¿Es eso una amenaza?"

   ¡Estúpido, nada sutil, pequeño arrogante--! "Te lo dije, no estoy interesado en hacer enemigos." Kurama se alejó mientras la profesora terminaba de deshacerse del vidrio en el piso, y colocó su Colmillo de fuego en la mesa. Él y Draco se ignoraron por el resto de la clase.


   Hiei había, sorpresivamente, encontrado un hechizo Occidental que de hecho podría ser útil. Si TAN SOLO pudiese hacerlo funcionar. Miró a su caracol con desprecio, moviendo la varita. "Diffugite visibilitas," trató de nuevo.

   El caracol comenzó a hechar humo.

   "¡Mierda!" Siseó, apresuradamente cerrando la mano sobre el caparazón para suprimir el calor. Esta maldita magia Occidental era tan delicada...

   "¡Lo hize!" Hermione dijo. Hiei miró arriba. El caracol de la chica se había desvanecido, y McGonagall se volteaba hacia ellos.

   La mano de Hiei salió disparada detrás de él, más rápida que el ojo humano, cambiando su caracol por el de Seamus.

   "Excelente, Señorita Granger. Diez puntos." McGonagall dijo.

   Hiei miró el punto en el que el caracol de Hermione había estado. Talvez pudiese lograr este hechizo sin arriesgarse a más accidentes, pensó, soltándose la protección de la frente un poco para que pudiera observar con un poco del poder del Jagan. "¿Puedes hacerlo otra vez?" Preguntó a la chica, haciendo a su voz sonar dudosa.

   "¡Por supuesto!" Respondió ella. Quitó el hechizo, haciendo al caracol visible, y lo volvió a encantar.

   "Otra vez." Había algo en el hechizo... ¿Qué era?

   "Una vez más." Hermione se obligó a lanzar el hechizo de nuevo, y Hiei observó tan de cerca como pudo sin dejar a nadie ver su tercer ojo.

   No había modo en que un simple humano pudiese trabajar en este nivel sin algún truco... esto era como meterse con la telaraña del Ningenkai, hacer malabares con porcelana, o algo igualmente exhaustivamente fino y frágil. Hiei podía apostar a que la mitad de los errores que hacían los magos Occidentales eran pura torpeza.

   Se sentó derecho sin molestarse en agradecer a la chica, regresando a su caracol. "¡Diffugite visibilitas!"

   El caracol se volvió blanco. ¡Maldita sea!


   Mientras los Gryffindors dejaban la clase, Hiei se llevó el caracol que había sufrido quemaduras, volteó en la dirección opuesta y se fue, caminando a el cuarto de Encantamientos. La clase estaba saliendo, y sacó a Yukina de la multitud con suaves jalones en su manga.

   "¿Oniisan...?"

   "Necesito hablarte." Dijo de modo cansino. La guió alrededor del corredor, mirando sobre su hombro para chequear que nadie los estaba siguiendo - no lo hacían - y sacó el caracol de su bolsillo para dárselo a la chica.

   "¡Oh-!" Yukina sostuvo al animal cerca de su rostro, examinándolo. "¿Hiei, que pasó?"

   "Un accidente." Masculló. Ella aceptó eso, y gracias a Dios que volteó su atención hacia el caracol. Esperó un largo rato, asta que ella suspiró.

   "No hay mucho que pueda hacer." Le dijo. "No soy muy buena con las quemaduras, y es mucho más difícil con una criatura pequeña como esta." Hiei asintió, tieso. "¿Pero si me lo pudiese quedar un par de días...? Lo haré mejor si puedo trabajar lentamente."

   Hiei se encogió de hombros. Podía hacer lo que quisiese con la cosa esa. "Como quieras." Volteó para irse.

   "¿Hiei?" Se congeló. "Yo se... que no debiste molestarte. Con el caracol, quiero decir. Pero... gracias. Por dejarme ayudar."

   "Hn." Se fue antes de que pudiese decir nada más.

   Con su tolerancia hacia las multitudes extinguida, Hiei tomó un sándwich de las cocinas, y se ocultó detrás de una gárgola por el almuerzo. Se quedó ahí hasta que vio a sus compañeros juntándose en los campos.

   Saltó, y caminó alrededor de una esquina para hacer su camino hacia el grupo a paso humano. No fue mucho tiempo antes de que estuviera en rango de escucha de la clase.

   "-tra mitad? ¿Qué ‘otra mitad'?" Yuusuke sonaba agresivo, defensivo y confundido, pero Hiei reconoció una pizca de pánico. Extraño... el tonto humano  molestando a Yuusuke era solo Malfoy. "¿Qué significa? Kurama esta en una sola pieza."

   Una pieza... otra mitad... ¿Qué demonios había hecho Kurama? Habían estado en la escuela menos de una semana.

   "Su sombra." Malfoy clarificó. "El ‘camarón'."

   "¿Eh? ¿Hiei?" Yuusuke se relajó, sus ojos achicándose y agudizándose mientras movía la cabeza, lanzándole a Hiei una sonrisa socarrona sobre el hombro de Malfoy. "¿La sombra de Kurama? Buena esa, Malfoy."

   Eso era bastante. Hiei se detuvo un par de pies detrás de Malfoy (quien no había notado su presencia) y frunció el ceño a Yuusuke. "Cállate."

   Malfoy aulló de sorpresa, girando mientras se alejaba de Hiei.

   "Pero Hiei," Yuusuke dijo, sonriente, "¡es divertido!"

   "Solo para ti." Hiei gruñó, volviéndose de espaldas a él.


   Harry y sus amigos llegaron cuando Hiei se alejaba de Urameshi y Malfoy. Urameshi se estaba riendo y Malfoy se alejaba en confundida derrota, y el trio fue hacia Yuusuke en ves de hacia Hiei. El pequeño de intercambio no parecía querer compañía, de todos modos.

   "¿Qué es tan gracioso?" Ron preguntó a Urameshi.

   El chico de cabello oscuro hizo un gesto divertido y apunto a Malfoy. "Llamó a Hiei la sombra de Kurama." Replicó.

   Harry miró blancamente a Ron y Hermione, pero ambos parecían tan confundidos como él se sentía. "¿Qué es tan gracioso al respecto?" Harry preguntó.

   "Bueno... podría decirte, pero Hiei probablemente me patearía el trasero si lo hiciese." Urameshi desvió la mirada, pensando en ello por tres segundos. "Eh, porque no-" se paró a media palabra, elevando una ceja. "¿Qué demonios?"

   Harry siguió la mirada de Urameshi, para ver a Hagrid llegar desde detrás de su cabaña, con dos animales en correas junto a él. Las bestias eran la mitad del tamaño de Hagrid, colocándolas a la misma altura de Harry, y eran.... típicas de las lecciones de Hagrid.

   Cada una tenía una pequeña versión de la cabeza de un dragón, completa con escamas verdi-cafés o verse grisáceo y una boca llena de cortos, amplios, dientes como de tiburón. Las escamas se agudizaban y alargaban hacia abajo en un cuello largo, hasta que flotaban al torso - el de un caballo, juzgando por la cola. Las piernas, las ocho (cuatro de cada animal) eran delgadas, huesudas, y cubiertas de piel gris. Terminaban en pies como de ave, con poderosos talones.

   "¿Todos aquí?" el medio-gigante pregunto felizmente, aunque extrañamente callado, mirando como la clase se juntaba (aunque las dos Casas estaban nítidamente separadas en dos grupos, como era usual, y Hiei se paraba algo separado del resto de los Gryffindors). "¡Bien! ¡Tengo algo bueno para ustedes hoy!"

   Si, Harry suponía eso.

   "Esto es un wratrix." Hagrid dijo, sin alzar la voz, aunque era brillante con su usual entusiasmo. Agitó la cabeza ligeramente. "Hermosas criaturas, ¿no? Viven en pantanos y lagunas - vean las piernas - y comen pescado. La cosa más cercana a un dragón que podrán encontrar en Norte América."

   Continuó sin detenerse. "Ahora, no pueden ir sorprendiéndolos - la mayoría de ellos son comidos por cocodrilos y ese tipo de cosas antes e crecer completamente, verán. Así que caminen hacia ellos, uno a la vez, preséntense - despacio, y muy suave - y sigan hablándoles mientras se acercan a ellos. Si se callan y los ve muy cerca, o lo tocan, los morderá, si tienen suerte. Es más propenso a lanzarles una bocanada de fuego, aunque estos dos son demasiado jóvenes para producir mucho." Hagrid dio una pausa aquí, haciendo suaves sonidos distantes mientras miraba a Malfoy con cuidado. "Entonces," dijo finalmente. "¿Quién quiere ir primero?"

   "Yo lo haré." Urameshi dijo, después de un segundo de silencio que dejó claro que la clase no estaba muy dispuesta a acercarse a los animales.

   La clase lo miró en desconcierto. No había sonado indispuesto o dudoso, ni un poco.

   Urameshi dio un paso al frente, hacia el wratrix con escamas verde grisáceo, con las manos en los bolsillo. "¿Así que, solo debo seguir hablando, verdad? Eso es muy fácil." El wratrix lo miró nerviosamente mientras ladeaba la cabeza, aún hablando. "¿Este chico tiene nombre?"

   "Ella se llama Mildred." Hagrid respondió.

   "¿Mildred, eh? Suena extraño. Claro, todos los nombres aquí me suenan raros a mi." Se movió ligeramente para hablar con la wratrix. "Pero seguramente tú pensaras que el mío es raro también, y con todo derecho. Hm... ¿No eres la criatura mágica mas bonita del lugar, o si?" La wratrix bufó, mientras Yuusuke continuaba hablando con ella como si Mildred pudiera entenderlo. "Me recuerdas a una chica que conozco. Se llama Keiko."

   Hiei hizo un suave sonido - probablemente entretenido, probablemente desdeñoso - mientras un número de Slytherins daban risitas. Hermione hizo una mueca, ofendida.

   "Tu mordida de seguro es tan buena como su gancho derecho." Yuusuke añadió, sacando una mano del bolsillo y ofreciéndola de forma nada amenazadora. La cabeza de Mildred se acercó inseguramente. "Bien, así. No me muerdas. No soy nada delicioso." Y Mildred colocaba su cabeza contra la mano de Yuusuke, y el chico sonrió y comenzó a rascar su hocico. "¿No eres tan mala, verdad?"

   Harry caminó a la otra bestia, usando la misma táctica que Urameshi. "Bueno, um, hola. ¿Cuál es este, Hagrid?"

   "Rover."

   "Hola, Rover."

   Eventualmente, lentamente, y uno por uno, todos los estudiantes habían tenido un turno para acariciar a los wratrixes, excepto Hiei. Urameshi lo empujó hacia delante.

   "Vamos, te he visto encarar a cosas más grandes que esta." Dijo, riendo.

   "Hn." Hiei desvió la mirada del resto de la clase, y miró a Rover con desaire, silencioso. Se miraron a los ojos, y después de un minuto, Rover empezó a alejarse y chistar.

   "Eh, Jaganshi, eso... eso no esta bien, necesitas hablarles para mantenerlos calmados..." Hagrid tartamudeó, muy cerca de recibir la mirada de Hiei.

   Hiei no reconoció eso. Continuó a mirar a Rover con desconsideración, y lentamente, casi imperceptiblemente, la cabeza de dragón se hundió sumisamente... hasta que sis caras estaban al mismo nivel. Entonces, las orejas de Rover se movieron, y Hiei se movió hacia el lado, fácilmente evadiendo un aliento de fuego.

   Lavender y Parvati chillaron, pero Hiei simplemente se volvió a parar donde había estado, ignorando el pasto quemado bajo sus pies y el fuego apaciguándose. Sus manos se movieron a gran velocidad, cerrandose sobre el hocico de Rover, manteniendo las poderosas quijadas cerradas.

   "Suficiente," ordenó.

   Y, sorpresivamente, Rover obedeció, hundiéndose en la derrota.


   Era el turno de Gryffindor y Hufflepuff de tratar con los Colmillos de fuego en el Invernadero Siete.

   Hiei sabía que Yukina estaba congelando sus lianas lo suficiente para mantenerlas dóciles. Podía verlo.

   "¡OW!" Yuusuke chilló, alejando la mano de su Colmillo una vez más y maldiciendo. La flor le siseó mientras Hiei miraba, manteniendo su expresión vacía y aburrida mientras el otro chico instintivamente se metía el dedo en la boca, luego lo escupía para hacer una mueca. "¡Bleh! ¿Qué es esta cosa, gasolina?"

   "¡No se supone que lo probaras, Yuusuke!" Botán dijo.

   "¡No lo hice a propósito!"

   Hiei giró los ojos y regresó a su trabajo de observas su propia planta, ignorando la pequeña brisa que venía del techo roto. Él estaba siendo cuidadoso de mantener un ojo en las flores de la liana mientras esta se movía bajo sus dedos. (las espinas eran solo un poco irritantes; eran simplemente suaves comparadas con las muchas que tenían las plantas del Makai, o cualquier cosa que tuviese Kurama. Pero las flores mordían muy profundo.)

   ~¡HIEI, CUIDADO!~

   Hiei se sobresaltó ante la súbita intrusión mental de Kurama, y su planta tomó la oportunidad de hundir los pétalos en su mano, mientras un delgado tubo de cartón se arqueaba a la vista de Hiei desde arriba. Rebotó en la madera y explotó, bañando a los Colmillos de fuego más cercanos con chispas. Estallaron en llamas.

   Suave luz azul-blanquecina  salió de las manos de Yukina, la pequeña dama de hielo instintivamente contrarrestando los fuegos, mientras los otros estudiantes chillaban y aullaban. Regaderas mágicas se activaron, soltando gélida agua sobre los estudiantes, haciendo los ruidos aumentar. Hiei se quitó la flor de la mano y tomó las llamas, manteniéndolas lejos de los botes llenos de jugo de Colmillos de fuego tapados con corchos en el invernadero. Si el fuego los alcanzaba, la explosión resultante dañaría a alguien. Probablemente a Yukina.

   "¡Todos, hagan una línea y salgan de el invernadero!" La Profesora Sprout llamó. Innecesario, ya que la mayoría de los estudiantes estaban amontonados y avanzando a la puerta para salir. Pero Hiei atrapó un vistazo de movimiento en el rabillo de su visión. Miró hacia allá cuando Hermione gritaba.

   "¡Exstinguo!" Harry dio el eco medio segundo después, y Hiei casi perdió su agarre en el fuego.

   "¡¿Qué demonios están haciendo?!" Ron gritó.

   Antes de que Harry pudiese responder, la Profesora Sprout atrapó a Ron y a Kuwabara por los hombros y los jaló hacia la puerta. "¡Afuera, ahora!"

   Hiei tomó el segundo para rugir a Harry y Hermione. "Están interfiriendo. SALGAN, ya."

   "Estaremos bien." Yukina añadió, voz estrangulada. "El fuego no nos dañará."

   La Profesora Sprout agarró a el par Inglés antes de que pudiesen decir algo más. "Jaganshi, Koorime, vengan ahora."

   Yukina tomó un paso atrás, aún mirando al fuego, mientras la profesora jalaba a los otros dos fuera. Hiei se unía a su hermana, medio paso más cerca del fuego, mientras se movían hacia atrás lentamente, más que los otros tres magos. Miró hacia atrás, dos veces, y entonces estaban medio camino fuera del invernaderio y la profesora Sprout y los estudiantes estaban fuera, Sprout a punto de regresar por ellos. Hiei viró, liberando el fuego y tomando a Yukina en sus brazos el mismo instante, y corrió a la puerta.

   Un segundo después, una serie de sonidos de explosión demostraron que el fuego había llegado al aceite de Colmillo de fuego. Muchos paneles más se destruyeron. La Profesora Sprout jaló a Hiei y Yukina hacia el lado, y calmamente agitó su varitaval invernadero.

   "Suffocus"

   El fuego se apagó solo. Volteando, la Profesora Sprout miró hacia los mojados y asustados estudiantes. "¿Alguien herido?" Los estudiantes se movieron un poco, mirándose los unos a los otros y mascullando negaciones. "Muy bien, entonces." Dijo ágilmente. "Pueden retirarse. Ustedes seis-" Señaló a Hiei, Yukina, y los otros cuatro a los que tuvo que jalar físicamente para sacar del fuego. "Vengan conmigo."

   Cayeron en formación detrás de la robusta mujer, y Hermione se metió entre Hiei y Yukina, ignorando la mirada fulminante de Hiei.

   "Así que..." Comenzó, sin mirar a ninguno de los gemelos en particular. "¿qué fue eso de no ser dañados por el fuego?"

   Yukina se sonrojó un poco. "Ano..." Miró más allá de Hermione, a Hiei, inciertamente. Él se encogió de hombros.

   "No es un secreto." Gruñó. No significaba que quisiera explicar. La idea iba en contra de la mayoría de sus instintos de supervivencia ganados en el Makai.

   "Pero no es algo de lo que hablemos mucho." Yukina murmuró.

   Hermione frunció el ceño. "¡Hubiera sido lindo saber que ustedes eran a prueba de fuego antes de intentar ayudarlos!" Cuidadosamente dirigió el comentario a Hiei en su mayoría, pero Yukina aún así salto ligeramente. "¡Ahora nos van a quitar más puntos!"

   "Cállate, Granger." Hiei le espetó.

   "¡Yo no me voy a callar! ¡Creímos que se iban a lastimar! Nosotros-"

   La Profesora Sprout giró, dando una mirada decepcionada a Hermione que la hizo callar. "Señorita Granger, es usted una prefecta. Demuestre que es más madura que esto." La boca de Hermione se cerró. La profesora esperó un latido entonces, aparentemente contenta de que nada más viniese, y abrió la puerta de su oficina para meter a los seis estudiantes.

   Cuando se hubo acomodado en su escritorio, y movido varios pedazos de papel hacia el lado por alguna indiscernible razón, suspiró. "Me gustaría una explicación, por favor." Harry, Hermione, Kuwabara, y Ron comenzaron a hablar al mismo tiempo. LA profesora alzó una mano. "Uno a la vez. Potter."

   Harry miró de a Hiei y Yukina a modo de disculpa. "Bueno, ellos estaban tratando de apagar el fuego, y - no quiero ofender - todos saben que son buenos com magia Oriental, no Occidental, y no sabíamos si eso haría una diferencia. Debíamos hacer algo."

   Hiei dio un sonido grosero, y recibió una mirada herida de Harry.

   "Nadie esperaba que ustedes supieran aún," Yukina murmuró, "pero... um..."

   "Dijeron que son a prueba de fuego." Hermione dijo, cuando fue obvio que Yukina no quería decirlo.

   "No a prueba de fuego, exactamente," Yukina murmuró. "Solo... inmunes. Oniisan y yo. Y Kazuma tiene algunas protecciones también. Tratábamos de apagar el fuego... o, al menos, retardarlo."

   La expresión de Ron de agrió. "¿Así que arriesgamos el cuello por nada?"

   "Si." Hiei dijo cortésmente.

   "Jaganshi." Sprout lo reprimió. Hiei desvió la mirada, cayendo en silencio como el resto del grupo mientras la bajita profesora se frotaba las sienes. Finalmente, se sentó cansadamente contra el respaldo de la silla. "Realmente no debería seguirles el juego, pero.... cinco puntos a sus respectivas Casas, por proteger a sus compañeros. Retírense."


   Draco caminaba de regreso de el baño de Prefectos cuando fue toscamente jalado a un salón que no se usaba. Se tropezó un poco, se soltó, y giró para mirar al bruto sin modales, solo para estar cara a cara con una liana. Un par de pies detrás suyo, Minamino se sentaba educadamente en un viejo escritorio, calmamente devolviendo la fría mirada de Draco.

   "Buenas tardes, Señor Malfoy." Dijo, enredando la liana en su mano.

   "Ya no son buenas." Draco respondió. "¿Qué es lo que quieres?"

   La cara de Minamino era obscura. "Los otros parecen respetarle, así que siento que debo decirle que uno de nuestros compañeros ha hecho un error táctico grave."

   Draco le dio una mirada fresca. "Prosigue."

   "Lanzó un fuego artificial en el Invernadero Siete."

   "Ya veo." Con todo el trabajo de aquella mañana con los Colmillos, el lugar seguro que se había vuelto una antorcha. Espera... "¿No había una clase allí en ese periodo?"

   Minamino asintió. "Gryffindor y Hufflepuff. Quinto año." Se detuvo, y permitió una sonrisa débil pasar por sus labios. "El Destino tiene un buen sentido del humor," murmuró crípticamente. "Pero eso es irrelevante. El punto es, un Slytherin lo hizo, y a la luz del día. Considerando los horarios de clase, es muy probable que yo fuese el único testigo."

   Ah, ese era el juego. Se mantendría callado... por un precio. "Talvez podamos llegar a un acuerdo." Draco dijo, su mente corriendo sobre las posibilidades. ¿Cuál era el tiempo de caída de alguien que ofrecía silencio con esta baja técnica?

   "Talvez podamos." Minamino acordó. "No tengo deseos de arruinar el buen nombre de Slytherin."

   "Claro que no." Una forma de pagar una deuda, ¿cierto?

   "Entonces estamos de acuerdo. Propiamente, usted hablará con este estudiante, y prevendrá así que una idiotez parecida vuelva a ocurrir."

   "¿Qué?"

   "Bueno, yo podría hacerlo, pero no tendrá ninguna autoridad viniendo de ." Minamino aclaró, sonriente.

   Draco lo miro fijamente. "¿Pero... eso es todo?"

   "Claro. ¿Qué más podría haber?"

   Tal vez las lealtades de Casa de Minamino estaban acomodándose apropiadamente, después de todo. Mejor tomaba esto y se largaba. "Nada. Nada en absoluto."


   Kurama se encontró con Hiei en el corredor principal después de la cena, y se dirigieron a las mazmorras para su primera detención con el Profesor Snape.

   "Creo que hemos olvidado el significado de ‘bajo perfil' hoy, ¿no crees?" Kurama murmuró, en la segunda escalera. Hiei gruñó- "Tomaré eso como un ‘sí'."

   "Solo dilo, antes de que estemos atorados con Snape respirándonos en la nuca."

   "Bien. Media escuela esta zumbando sobre tu increíble actuación en Cuidado de Criaturas Mágicas, y la otra mitad esta especulando sobre el fuego en el invernadero. Y Malfoy esta sospechando de mi habilidad en Herbolaria," masculló por el lado, "pero esperaba eso." Miró de lado a Hiei. "¿Debo adivinar sobre la clase de cuidado, o solo molestarte con como - como lo están diciendo, ‘heroicamente cargaste a tu hermana de el edificio en el último segundo' - hasta que hables por ti mismo?"

   Hiei le lanzó una mirada fulminante. Kurama sonrió para responder, y esperó.

   "Debí haber tratado con la hembra." Hiei finalmente masculló, de forma molesta.

   "Ah..." Los animales eran demasiado perceptivos en cierto modo. "¿Era lo suficientemente adulto como para retar?"

   "Hn."

   Hm... eso no era exactamente admitir algo. "Talvez no debiste acceder con Cuidado de Criaturas Mágicas." Kurama murmuró.

   Hiei le dio una mirada que claramente decía que hubiese preferido no haber accedido con la misión entera en primer lugar. Kurama ignoró la mirada de desprecio, y empujó abierta la puerta al salón de Pociones.

   "Buenas tardes, Profesor Snape." Kurama dijo.

   El hombre les dio una mirada amarga. "Difícilmente, Señor Minamino." Dijo, molestando. "Aunque están, al menos, a tiempo." Señaló al salón en general con un solo movimiento, y los calderos de un día de trabajo en la escuela y los restos de pociones fallidas. "Estos necesitan ser lavados - del modo Muggle - y limpiados con arena, luego secados y guardados. Jaganshi, lavarás; Minamino, secarás."

   No era algo discutible para Kurama el hecho que Snape le había dejado la labor más pesada a Hiei, y juzgando por la mirada de Hiei, pensaba lo mismo. Kurama se movió un poco, rozando su manga contra la de Hiei en un gesto que esperaba fuese aplacador, mientras se inclinaba cortésmente y decía, "Si, Profesor."

   Snape los fulminó con la mirada sospechosamente, y giró hacia su escritorio. "¿Bien? ¡Comiesen!"

   Hiei tomó un caldero, y Kurama encontró una toalla, y se paró junto al lavabo a esperar mientras Hiei iba por el arduo proceso de lavar la mugre pegada al caldero.

   Kurama se inclinó ligeramente más cerca y murmuró bajo su aliento, "Conozco a oni con disposiciones más placenteras." Hiei bufó débilmente como respuesta.

   El resto de la detención pasó en duro silencio.

**Continuará**

Notas finales:

-Kanji es uno de los tres sistemas de escritura Japonesa. Usa caracteres chinos, y la mayoría de los nombres son escritos en kanji para darles in significado más profundo. Todos los detectives le pusieron a sus cosas sus nombres en su usual modo (japones), y también en el modo de letras romanas (Inglés/Español para esta traducción).

-El nombre de Hiei es escrito como ‘sombra voladora' en kanji. Yuusuke lo vió en el Torneo. Es por eso que fue gracioso cuando Hiei fue llamado la ‘sombra de Kurama' por Draco.

-El wratrix es creación de JoIsBishMyoga. Cita: "¡Mía! ¡Toda mía! ¡Mwuahahahahahaha! (Excepto... es en parte de mi beta también. Pero me deja reirme maniacamente de todos modos)"

-Oni = ogro, como los que trabajan en las oficinas de Koenma.


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