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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

Gracias por low reviews. Siguiente capítulo

Hoy Kurama hace un nuevo amigo. X3

 

Enjoy

Capítulo 15
Y la Semana Continua

   Las cosas se calmaron un poco después de aquello, mientras los estudiantes de intercambio se asentaban - y todos los demás empezaban a acostumbrarse a sus costumbres... o al menos se desensibilizaban. Era difícil decir cual era más correcta, pero los detectives estaban, en realidad, solo un poco más violentos y extraños que muchas de las cosas con las que los niños nacidos en familias de magos habían crecido viendo. (Pops Ácidos, Ases Explosivos, y Quidditch, por ejemplo), y los estudiantes nacidos de familias Muggles tendían a perder la mayor parte de su reflejo de sorpresa después de las primeras clases. Así que, probablemente, eran ambos.

   No era como si las segundas clases fueran aburridas, claro...


   "El dragón lo obscurece todo." Hiei mintió, con la cara seria.

   Trelawny suspiró. "Jaganshi... Quisiera poder darte más esperanza, niño." Hiei dudaba eso. La mujer amaba la tragedia. "No, no, no preguntes... es demasiado terrible." ¿Cómo si él tuviera interés alguno por sus predicciones de perdición? Estaba más dispuesto a creer en los poderes extra sensoriales de Kuwabara. Al menos era preciso (y útil), incluso aunque era solo un eco del pasado.

   "Ahora, Kuwabara... dime de tu adivinación."

   Silencio.

   "¿Kuwabara? ¡Kuwabara!"

   Hiei lo pateó, sacándolo de su trance. "¿Qué...? ¿Profesora?"

   "Tu visión, cariño."

   "Yo..." Kuwabara se pellizcó el puente de la nariz. "Lo siento. Era un desastre." Hiei se levantó ligeramente. ¿Imágenes confusas? Aparte del hecho que era un idiota, Kuwabara usualmente recibía impresiones claras. O lo había hecho por todo el tiempo en que Hiei lo había conocido. "Pero... um..." Kuwabara miró a Trelawny, confundido. "¿Algo sobre un caballo con un cuerno en la frente...?"

   "Un unicornio, cariño."

   "Oh. Lo que fuese, creo que estaba muerto."

   Hiei notó como Harry se tensaba. Extraño...


   "¡Varitas abajo!" El Profesor Flitwick llamó, bajándose de su escritorio y caminando hacia el nuevo arbusto en el cuarto. "Señor Minamino... esto es altamente irregular."

   Kurama se tornó un poco rojo. "Yo.... Yo lo lamento, Profesor. No puedo explicarlo."

   Flitwick suspiró. "Después de clases, puedes llevarle tu escritorio a la Profesora Sprout, a ver si lo planta. Intentemos de nuevo, ¿bien? Suave y corto flick, largo seguimiento, y Accio..."


   Las miradas fulminantes de Hiei y Snape eran ambas muy venenosas.

   "Esto," Snape siseó, señalando cortésmente a la poción de Hiei, "prueba exactamente lo que sospeché: que usted no tiene NINGUNA habilidad en pociones, que no provenga de la de su compañero. Cinco puntos menos de Gryffindor." Giró, casi sin mirar al caldero (distinto) de Kurama. "Y cinco puntos para Slytherin."

   Hiei atrapó el brazo de Yuusuke mientras Snape se movía a la siguiente mesa. "No lo hagas." Murmuró.

   "Pero-"

   "Si me importara una mierda, lo golpearía yo mismo. Déjalo."


   Después del almuerzo del Viernes, Kurama dejó el castillo, decidido a pasar su tarde libre aprendiendo sobre las áreas exteriores y por tanto fuera del alcance de su ojo espía. Las posiciones del castillo daban increíbles vistas de el paisaje alrededor, que era suficiente estratégicamente, así que había pocos lugares que el ojo espía de Kurama no pudiese mostrar desde las paredes del castillo: el fondo del lago, debajo de las torres de espectadores de el campo de Quidditch, dentro de la choza de el Profesor Hagrid - todos los lugares que no merecían revisarse- y, por supuesto, el Bosque Prohibido.

   Kurama había esperado ansiosamente por este momento, su oportunidad de entrar en el Bosque. ¿Cómo no lo haría? Uno, era un bosque. Dos, era la defensa de Hogwarts más obviamente vulnerable; cubría un tercio de el perímetro, e incluso en in brillante y claro día como este, no podías ver más de diez metros en él. Y tres, estaba prohibido. Con un orden como ese, era increíble que todos os hayamos quedado fuera de él todo este tiempo, Kurama pensó para si, mientras casualmente caminaba junto a la choza de Hagrid.

   El libro de Cuidado de Criaturas Mágicas que había traído como soporte se movió en sus brazos. "Compórtate." Kurama murmuró, acariciando el lomo de modo calmante- Tocó a la puerta de la choza y esperó.

   "¿Eh? ¿Quién esta ahí?" El inmenso Profesor abrió la puerta, parpadeando con sorpresa ante la presencia de Kurama en la entrada. Sus ojos se achicaron un poco al reconocerlo, aunque sus próximas palabras sonaban confundidas. "¿Y qué es lo que quieres?"

   Kurama levantó el libro, mostrando la portada con el nombre ilegible. "Lamento molestarle, Profesor,  pero he encontrado esto en el corredor principal." Alzó la cubierta, mostrando que la página principal estaba muy rasgada. "No tiene nombre," Kurama se había sido muy cuidadoso para que no hubiese. "así que pensé que debería dárselo a usted."

   Hagrid lo miró por un segundo, y lentamente tomó el libro. "Er... gracias," dijo, completamente confundido, tal y como Kurama lo había planeado. Para el momento en que la sorpresa causada porque un Slytherin era amable con él se hubo ido, el medio gigante debería empezar a preguntarse porque Kurama se había molestado en traerle un libro...y cortamente, tratar de adivinar si Kurama le había puesto una broma (lo cual no había hecho).

   Kurama dio una reverencia. "No hay problema, Profesor," murmuró. Captó la imagen de la mirada casi alertada en la cara de Hagrid mientras se enderezaba, y se obligó a no sonreír. "Bien, que tenga un buen día." Viró y se fue, sintiendo al profesor mirándolo mientras iba por la orilla del Bosque y hacia el lago. Luego la sensación de ser observado, y Kurama se deslizó en el Bosque.


   "¿Qué?¡Vamos, quiero intentar esta cosa de básquetbol-en-escobas!"

   "Hn."

   "Será divertido-" Yuusuke trató, deteniéndose a si mismo cuando Hiei giró los ojos en la palabra ‘divertido'. Cambió tácticas "Probablemente será un desafío mejor que cualquier ora cosa que podamos hacer aquí. ¿A menos que prefieras bailar en el techo otras vez?"

   Hiei le lanzó una mirada fulminante, una mortal. "Yo. No. Bailo."

   "Como sea. Piénsalo. Estarás treinta metros en el aire. Tendrás otras trece personas - siete oponentes, seis pesos muertos - y dos balas de cañón tratando de meterse contigo. Y estarás tratando de usar un tipo de arma casi completamente nuevo: un palo de escoba. Incluso prometo que te lanzaré algunas Bludgers. ¿Okay?

   ".....trato hecho."

   Yuusuke sonrió, y volteó hacia Harry. "¡Potter! ¡Tengo a otro jugador!" llamó al otro extremo del cuarto.

   "¡Genial!" Harry sonrió a Hiei. "Solo cuatro más.

   "¿Qué tal Kurama?" Yuusuke preguntó. La mayor parte del pequeño grupo, predominantemente Gryffindor, le lanzaron miradas escandalizadas.

   "Está ocupado." Hiei dijo simplemente. Los otros, visiblemente, se relajaron.


   Estaba extrañamente oscuro en el Bosque Prohibido, con neblinas espesas en plateadas esencias sobre el piso. El techo de hojas sobre la cabeza de Kurama estaba sobrenaturalmente espeso, permitiendo solo escasos vistazos del día brillar intactos a través de este. El resto estaba filtrado con un aterrador tono de verde, tan oscuro como los minutos antes de una tormenta de truenos masiva.

   Kurama caminaba entre amplios y altos árboles y arbustos cubiertos con marcas de quemaduras, hoyos, pústulas de colores, y tentáculos. (Yuusuke Estuvo Aquí, pensó Kurama secamente sobre las quemaduras y los hoyos, aunque no podía reconocer que habría causado las demás extrañezas. ¿Tal vez esos gemelos que habían tenido detención el último Domingo?) Lejos del daño, se deslizó a un pequeño agujero en la tierra, encontrando un limpio, curvilíneo caudal de agua. Velozmente dobló las piernas de sus pantalones y se quitó los zapatos y calcetas, atando las agujetas juntas y colgándoselas al hombro. Entonces se adentró en el agua y empezó a caminar río abajo. El agua estaba horriblemente fría, pero Kurama lo ignoró. Tal vez era algo paranoico, pero mejor seguro - y no dejar una marca de olor - que cazado.


Solo habían volado por una hora antes que, como era predecible, el equipo de Quidditch de Slytherin apareciera.

   "¡Fuera del campo, Potter!" Malfoy les gritó. "¡Tenemos práctica!"

   Harry gruñó. "¡La temporada ni siquiera ha comenzado!" Gritó de regreso. "El campo es libre para quienquiera que lo tome primero!" Y nadie podría estar teniendo una práctica oficial, no hasta después de las pruebas. Solo seis personas de Slytherin estaban en el ‘equipo'; el séptimo jugador que estaba parado con ellos tenía que ser un reemplazo no oficial para Flint, quien se había graduado.

   Malfoy simplemente les mandó una sonrisa socarrona, y agitó un pedazo de pergamino.

   Los dos equipos lentamente se dirigieron al piso, con Harry a la cabeza. Aterrizó, dejó su escoba, y pesadamente preguntó, "¿No puedes pensar en nada más original que correr con Snape?"

   "Si, como, ¿encontrar algo más que hacer?" Ron preguntó. "Oh, espera, eres Draco molestón Malfoy, tu misión en la vida es ser una peste."

   Malfoy le dio una mirada de desprecio. "Y la tuya es gastar espacio. Corre a gastarlo en otra parte."

   El Slytherin más grande detrás suyo - Adrian Pucey, uno de sexto año con cara de gorila con toda la complexión y el IQ de un muro de ladrillos - se movió un poco. "Y llévense a sus sangresucias con ustedes."

   "Sangresucia." Urameshi respondió planamente. "¿Por qué no me gusta como suena?"

   "Es un insulto." Hiei le dijo. Él no había estado ahí el día en que Kuwabara había obtenido detención por la palabra, Harry recordaba. Tal vez Yukina le había dicho. "Quiere decir que tus padres son Muggles."

   Urameshi bufó. "Bien. Supongo que soy un Sangresucia, entonces." Regresó su atención a Pucey, fulminando al alto (alto, alto, muy alto...) chico con la mirada. "¿Algún problema con eso?"

   "Sí." Pucey dijo.

   "Tchs. Al menos eres sincero al respecto." Había algo liviano, casi aprobación, en la voz de Urameshi. "Vamos a hacerlo, pues."

   La cara de Pucey se arruinó en incomprensión. "¿Hacer... qué?"

   "La pelea," Urameshi dijo. "Obviamente intentas tener una, y estoy cansado de verte la carota fea." Esperó a que Pucey procesara aquello.

   "¿No más hablar?" Pucey preguntó finalmente, muy lento. Urameshi agitó la cabeza: no, no más molestias. Los ojos de Pucey brillaron mientras eso se asentaba en su mente, y trató de sacar la varita.

   Urameshi tomó un paso al frente fluidamente, primero desplazándose arriba y debajo la guardia de Pucey, metiéndole un golpe a la garganta. El de sexto se arrodillo, ojos rodando al interior de su cabeza y la varita cayendo de una mano sin nervios. Urameshi se alejó mientras caía al suelo, inconsciente.

   "Eso," gruñó él, "fue patético."

   Como si las palabras los hubieran sacado del shock, los restantes miembros de Slytherin fueron por sus varitas. Cuatro años de escuela con Malfoy y su plebe habían dejado marcas en Harry y sus compañeros; alcanzaron sus varitas en el mismo instante. Súbitamente, Urameshi se encontraba parado en medio de un campo de batalla de más de una docena de varitas.

   "Eso," Malfoy rugió, "va a hacer que te expulsen."

   "No si lo hechizas." Harry dijo de modo calmo.

   "Si. Él estaba alcanzando su varita," Seamus dijo. "Defensa propia. ¿Quién va a creer que Urameshi atacó a un chico el doble de su tamaño sin razón?"

   Urameshi sonrió socarronamente. "Catorce versiones a siete. ¿Te gusta como se ve, Malfoy?"

   Malfoy esperó un latido, ojos grises frios y calculadores, y su cara se retorció. Se retiró, varita a su costado. "Derrick, recoge a Pucey." Soltó. "Obviamente no podremos practicar ahora."

   El de séptimo lanzó un temblante Mobilicorpus, y el equipo se alejó. Harry y los demás observaron, inseguros de darle la espalda a los Slytherin, y se tensaron cuando Malfoy volteó.

   "¡No acaba aquí, Potter!" Gritó.

   "Nunca acaba." Harry masculló bajo su aliento.


     Kurama siguió el río, moviéndose de un lado al otro cuando ciertas plantas atrapaban su ojo a través de la niebla. Esta temporada del año era perfecta; todas las especies que producían semillas estaban llenas de maduras o casi-maduras frutas y bayas. Las pocas que usaban algún otro método de reproducción aún tenían ramas frescas y hojas con las que Kurama podía trabajar.

   Aquí el río cortaba agudamente en la orilla, el fondo lleno de lisas, pequeñas piedras que se movían constantemente y hacían que pararse establemente fuese imposible. Kurama tuvo un poco de problema trepando fuera sin llenarse los pantalones de lodo, pero sería menos problema que un tobillo torcido si se quedaba en el río. Se colocó los zapatos y caminó a una pequeño campo con lianas que colgaban bajo, y que mostraban varias hojas. Arrodillándose junto a ellas, comenzó a empujar las hojas fuera del camino gentilmente, buscando las semillas.

   Algo se movió detrás de Kurama. Miró sobre su hombro, sin ver nada. Sus ojos se achicaron, y deliberadamente regresó a el pedazo e plantas a través del que estaba buscando, esperando que lo que fuese que lo miraba saliera al pensar que estaba confiado.

   Otro sonido de movimiento, en el otro lado del río. Y ahí, algo entró y salió por un lado de su visión. Parecía que había más de uno. (Espera por él... espera...) Sus dedos buscadores se toparon con una ramita picuda (bayas negras: se puede trabajar con ellas), y se cerraron sobre la misma (aún no...) mientras el sentimiento de movimiento detrás suyo se incrementaba...

   ¡Ahora!

   Giró hacia el río, su brazo saltando para tomar una posición defensiva, boca abierta con las palabras en la punta de la lengua (¡Látigo de Baya Negra!) en el mismo instante en que vio a las docenas de pequeñas criaturas congeladas de sorpresa... Su brazo bajó.

   "Espíritus del bosque." Murmuró de modo arrepentido. Claro... incluso los bosques no-mágicos tenían unos cuantos de estos, así que el Bosque Prohibido debía estar (y evidentemente, estaba) infestado con ellos. Esta especie en particular parecía una muñeca de ramas, tal vez de quince centímetros de estatura más o menos, con manos en forma de pinzas y caras planas con ojos cafés. Kurama se guardó la rama de baya negra en el cabello, confundido por su presencia. ¿Desde cuando las criaturas como estas dejaban sus nidos?"

   "¿Qué están haciendo?" Preguntó, sin realmente esperar que le entendieran o respondieran. Los espíritus solo lo miraron, uno directo tomando un simple, dubitativo paso más de cerca. Kurama alzó la barbilla. "Pueden regresar a sus árboles ahora," les dijo.

   Lo miraron todos, con ojos agrandados. La mano de Kurama al fin hizo contacto con las semillas que buscaba, guardadas celosamente en una hoja, y la tomó, guardándola en su cabello, para levantarse. Le dio la espalda a las criaturas y empezó a caminar río abajo.

   Después de unos minutos, escuchó algo pequeño moviéndose tras de él. Suprimió un suspiro y miró sobre su hombro. Seguro, los espíritus del bosque estaban siguiéndolo. Esto era ridículo. ¡Era un zorro, no una mamá pato! Y era difícilmente discreto el tener una manada de espíritus de árbol en su cola, en una forma de hablar.

   Kurama volteó de nuevo, dándoles a los espíritus una mirada plana. "Vayan a casa," dijo fríamente. "Protejan sus árboles, no a mí. No lo necesito."

   Esperó, pero no se movieron. Así que Kurama se arrodilló, presionando su mano con la palma al piso, y envió una pequeña explosión de poder a un arbusto. Pequeñas lianas salieron, enredándose alrededor de cada uno de los espíritus. "Dije," Murmuró, levantándose, "Déjenme. Solo."

   Kurama los dejó peleando contra sus lianas, y salió corriendo. Cuidadosamente no había hecho crecer a las lianas correctamente, para que las lianas se marchitaran en unos cuantos minutos sin su poder, y NO quería estar en el área cuando los espíritus pequeños se liberaran. Si había dejado claro su punto, regresarían a proteger sus nidos; si no, y seguía cerca, se le treparían encima. Tendría que matarlos, entonces, porque no podía pasar el resto de la noche aquí para reunirlos a todos con sus respectivos árboles.

   Al quedar lo suficientemente lejos pareció seguro caminar más lento, y miró alrededor para notar que la cabaña de Hagrid estaba solo en la siguiente pendiente. Había hecho una visita bastante decente, para su primera aventura en el bosque, y la hora de la cena se estaba acercando... decisión hecha, Kurama se alejó de la cabaña, caminando por la orilla del bosque hasta que la vista del castillo estaba bloqueada por el campo de Quidditch. Entonces, encontró un agujero en la tierra y simplemente salió del bosque.

   Muchos minutos después, llegó a una puerta trasera muchos pisos por debajo de la Torre de Gryffindor. No estaba cerrada con llave o guardada, afortunadamente, y la empujó para abrirla. Mientras tomaba el primer paso del pasto a los corredores llenos de antorchas, sintió a ‘Youko' desvanecerse a la parte trasera de su mente, mientras ‘Shuiichi' pasaba al frente... lo que fue, segundos después, lo que le hizo dar un respingo cuando un peso ligero le agarró el pantalón, moviéndose hacia arriba hasta que atrapó a su cabello y se colgó. Jaló y tiró de su cabello para traerlo sobre su hombro. Dos grandes ojos parpadearon a él desde una cara de madera plana.

   "¡No tú de nuevo!" Renegó.

   El espíritu del bosque movió sus manos de pinza más firmemente en su cabello, y se acurruco como respuesta.

   ¿Ahora qué? Kurama se preguntó al dirigirse a las áreas más ocupadas de Hogwarts. Era una cosa matar a un espíritu del bosque en el Bosque, pero era muy distinto matar uno directamente en el castillo. (¿Por qué? la persona de Youko preguntó. ¡Es mucho más discreto que tener a esta cosa colgándose a ti aquí!)

   Kurama frunció el ceño, empujando al espíritu ligeramente mientras este intentaba acurrucarse contra su cuello. Sería imposible ocultar la evidencia - roble y pedazos de piel y quien sabe que más - sin usar una planta del Makai. Y solo tomaría a ese guardabosque, o un maestro, o un estudiante muy curioso, y tendría a un humano muerto y una sentencia del Reikai en mis manos. ¡Y NO ocultar la evidencia no es discutible!

   Suave, Youko acusó. Tal vez podamos dejarlo en un invernadero, entonces. Y presta atención; estudiante, justo al frente.

   Kurama alejó sus pensamientos y arrojó su cabello tras de si, a donde pertenecía, para ocultar al espíritu del bosque. "Disculpa," murmuró él. La chica giró, la amable media-sonrisa en su rostro volviéndose en un ceño fruncido al reconocerlo como un Slytherin. "¿Sabrá usted donde puedo encontrar a la Profesora Sprout?"

   "Puede que esté en un invernadero," la chica - una Hufflepuff - respondió de modo apaciguado. "O en su ofi--¡¿Qué rayos...?! ¿No es eso un bowtruckle?"

   Kurama se tensó ligeramente, mientras ella miraba su hombro, al espíritu que había empujado el cabello de Kurama de lado para echar un vistazo. "¿Es así como los llaman?" Preguntó, colocando un tono de diversión en su voz. En realidad, no estaba feliz de que una estudiante hubiese visto la pequeña bestia. "Nuestra palabra se traduce como ‘espíritu del bosque'."

   Ella ignoró su comentario, mientras pensaba en algo más. "¡¿Cómo demonios lo sacaste de su árbol?!"

   "No a propósito, te aseguro." Kurama dijo secamente.

   "No es fácil sacar a un bowtruckle del bosque por ‘accidente'," dijo la chica escépticamente. "Especialmente porque los estudiantes no están AUTORIZADOS a ir al bosque. Es por eso que lo llamamos ‘Prohibido'."

   "No estaba en el bosque." Kurama mintió fácilmente. "Estaba cerca de él - cerca de la casa de el Guardabosques. Vi unos cuantos de estos espíritus y fui a investigar, ¡pero no intenté quitarlos! Este debió pegarse a mis túnicas."

   "¿Esperas que me crea eso?"

   "Mira," Kurama dijo, dando un sonido de dolor cuando el bowtruckle le agarró el cabello con más fuerza, "realmente no importa si me cree o no. Lléveme con cualquier profesor que quiera, pero por favor, ¡me está lastimando!" Si esa pequeña actuación no la convencía, nada lo haría.

   Sus ojos se achicaron. "Bien. Se donde esta la Líder de la Casa de Gryffindor ahora, te llevaré con ella."

   "Gracias." Kurama murmuró, fácilmente viendo a través de la tentativa. Si quería probar su sinceridad, le seguiría el juego.

   Ella parpadeó. "Oh. Um... de acuerdo. Por aquí."

   Kurama cayó en paso detrás de ella, haciendo una actuación de tratar de quitarse el bowtruckle sin hacerlo jalar su cabello con más fuerza. "Um, ¿podría preguntar su nombre?"

   "Bones. Susan Bones."

   "Kurama Minamino," dijo como respuesta. ¿Así que esta era la compañera por la que Harry lo había confundido?

   "Lo se."

   "Supongo que todos lo saben," masculló de forma maleada, mientras el bowtruckle daba otro jalón. Hiei nunca me dejará olvidar esto.


   Hiei miraba a las profundidades de su taza de té verde, fríamente ignorando el ruido de el almuerzo de Sábado en Hogwarts. En un lado, Yuusuke hablaba con Keiko. Hiei evadía el codo de Yuusuke una sexta vez, mientras el chico trataba de demostrar una jugada de Quidditch usando su tenedor, una cuchara de servir, y un rollo a medio-comer. Con solo dos manos, su intento no estaba trabajando bien.

   En el otro lado de Hiei, los gemelos Weasley discutían en medios enunciados sobre un pedazo de pergamino, ojos brillantes mientras apuntaban y escribían notas, su conversación indiscernible para todos menos ellos.

   "Pero si-"

   "No, mira, si usamos más polvo-"

   "Ah, estas en lo correcto, pero no durará-"

   "Será mejor que no estén planeando probar esos en nosotros." Hermione dijo, sin mirar lejos de su libro. Había estado cargando el texto masivo de Defensa alrededor del castillo con un hechizo de reducción de peso, leyendo más de él a cada oportunidad. Giró el libro hacia Hiei. "Hey, Jaganshi, esto no se tradujo. ¿Qué significa?"

   Hiei levantó una ceja a la página en cuestión. "No necesitas saber eso."

   "¡Jaganshi--!" Hermione refunfuñó.

   Humana ruidosa. "La mayor parte de el lenguaje no se traduce, pero se lee o-grd-jci-ln, kao-yh-bgx, souo-mq-lh-gtrwn," gruñó, cuidadosamente manteniendo la pronunciación mal para prevenir al hechizo de activarse.

   Sintió la temperatura bajar casi imperceptiblemente detrás de él. "Es un canto de confinamiento," Yukina murmuró débilmente, inclinándose un poco en el pasillo. "Como lo usaron..." se desvió.

   Hiei no quería saber si ella quería decir que esos eran los hechizos que las Koorime habían usado en las cobijas con las que habían cubierto a su hermano - él - cuando lo arrojaron de la isla, o si quería decir que eran los que el vendedor de gema de lágrima había usado para mantenerla cautiva por cinco años muy recientes.

   "¿Conoces esto, Koorime?" Hermione preguntó, alegrándose.

   ¡No! Hiei quería gritar.

   "Bueno.... solo un poco. Yo, er, tuve algo de tiempo para estudiarlos recientemente," Yukina murmuró.

   "¿Podrías mostrarme, Koorime?" Hermione preguntó. "¿Y tú también, Jaganshi? Sabes el lenguaje... ¿Qué lenguaje es, de todas formas? No sonaba a nada que haya oído antes. Y realmente lo apreciaría, Jaganshi, Koorime-"

   " ‘ey..." Ron masculló alrededor de un rollo que estaba comiendo, interrumpiendo, " ¿po'que es tu a'ellido ‘iferen'e de' de ella?"

   ¡Mierda! Hiei se tensó, sintiendo en vez de ver a Yuusuke y Kuwabara congelarse en el mismo instante. Con todo lo demás en sus mentes (y el rechazo de Hiei a presionar el tema; Yukina vería que tan mal hermano era él muy pronto), habían pasado por alto el pequeño detalle de que Koenma le había dado a la escuela apellidos distintos para Yukina y Hiei.

   "Um..." Kuwabara comenzó.

   "Er.... bien.... verán..."

   "Custodia," Keiko contestó suavemente.

   La cabeza de Hiei giró veloz, sus ojos achicándose en falta de confianza. ¿Qué demonios era una ‘custodia'?

   Yuusuke parecía saber. Estaba asintiendo, ojos achicándose mientras obviamente tenía una nueva idea. Se inclinó sobre la mesa, hacia Hermione. "Es muy confuso," medio-susurro detrás de su mano, apuntando menos sutilmente a Hiei. "¿No queremos hablar de ello, de acuerdo?"

   Hiei se levantó y caminó fuera del sitio, viéndose enojado en el exterior. Más tarde encontraría a Kurama, para saber que era una ‘custodia', pero hasta entonces... esto funcionaría. Buena atrapada.


   Un poco antes de el alba en la mañana del Domingo, los ojos de Hiei se abrieron de golpe. Gastó un solo segundo, desorientado por una suave y vacía cama y oscuridad total (sin luz- ¿pero era luna llena...?) antes de recordar que había dormido en su cama de Gryffindor, detrás de cortinas cerradas. Otro medio segundo se le fue antes de oírlo: había una respiración extra en el cuarto. Saltó hacia ella, golpeando las cortinas de lado, mano vacía descendiendo en un golpe para deshabilitar (maldita sea que no pudiese dormir apropiadamente en esta escuela, con su espada, pero no... ¡idiotas!).

   Jaló el golpe, puño aterrizando suavemente en la mano de Genkai. Alzó una ceja hacia él, boca moviéndose a una sonrisa débil. Hiei hizo eco de la expresión y se retiró del camino, permitiéndole a la anciana caminar silenciosamente a la cama de Yuusuke. Se detuvo un momento, mirando al chico en modo casi afectuoso, antes de saltar en el aire.

   "¡¡¡ARRIBA, PEREZOSO IDIOTA!!!" Ella bramó, un pie elevándose para golpear a Yuusuke en las costillas, lanzándolo fuera de la cama como catapulta. Respingos de las otras camas dijeron a Hiei que su grito había despertado a los otros chicos del cuarto, aunque los ronquidos de Kuwabara continuaban.

   Yuusuke dio un giro en el aire, logrando lanzarse fuera del arco que lo guiaría al suelo. Aterrizó hincado mientras las cortinas de algunas camas se movían y retiraban.

   "No de nuevo..." Seamus gruñó. Harry hizo eco del sentimiento sin decir palabra mientras se colocaba los anteojos.

   Ron echó la cabeza por las cortinas, achicando ojos cansados para fulminar con la mirada la dirección en la que Genkai estaba. "¿Esto va a pasar cada maldita semana?" preguntó, con un tipo de irritación que Hiei suponía llegaba de vivir con los gemelos Weasley.

   "Si." Genkai respondió.

   "Tapones de oídos, entonces, compañeros," Seamus murmuró, "¿y puedo sugerir que le pongamos trampas a la puerta?"

   La atención de Genkai se desvió de Yuusuke. "Esperaré eso, entonces, caballeros. Cinco puntos menos a Gryffindor si ustedes NO han puesto trampas en este cuarto para finales de mes."

   Los chicos quedaron con la boca abierta.

**Continuará**

Notas de la Autora (JoIsBishMyoga):

"-Hiei, Yuusuke, y Snape. Nada sorprendente, me han dicho. Pero, mientras Hiei da tanto como recibe, Snape solo le ha dado (y a sus amigos) molestia. Todo lo que PUEDE dar es molestia (y detenciones). Hiei no se va a molestar en volverse violento por ESO. Yuusuke, en la otra mano, es un causa-problemas de corazón, aunque uno honorable... lo que lo hace peor, ya que no puede soportar a la gente que abusa de su autoridad.

-Yuusuke tene de estatura 5'2''. Esto no es mi idea; es de acuerdo al creador, y el poster de tamaño real que conseguí de un amigo. Juzgando por el hecho de que Malfoy es el más pequeño en su equipo por varias pulgadas y varios kilos, lo he colocado alrededor de 5'6'', adivino que Pucey es alrededor de 6', probablemente más. ES posible... es más viejo que algunos de mis primos más jóvenes, que ya tienen esa estatura.

-Adrian, como todos los jugadores de Quidditch, regularmente toma golpes de Bludgers sin mucho problema. Pero si han visto el final de Ankoku Buujutsukai (Torneo de Artes Oscuras, creo que se subtitula), los golpes de Yuusuke son mucho más fuertes que el de alguna pequeña y vieja bala de cañón encantada. Simplemente no puso toda su fuerza en este.

-15 centímetros = 6 pulgadas.

-Sorpresivamente, la explicación para los apellidos de Hiei y Yukina fue planeada desde el inicio. No esperaba usarla tan pronto, pero... bueno. Por favor noten que obtuvieron sus cartas ANTES que cualquiera se viniera con la cubierta de ‘son gemelos', y por tanto Hogwarts tenía sus nombres completos como están ahora.

-¡Whew, esas fueron unas largas notas de autor!"


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