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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

Gracias por los Reviews

Tutores, lecciones de pronunciación, Neville, las primeras lecciones con Hiei, y el error de Draco.

Capítulo 22
La Importancia de las Tutorías

   Genkai se veía increíblemente calmada cuando la clase de Harry se juntó en el salón de Defensa el Lunes.

   "Me han dicho que mis métodos son demasiado... autoritarios para ustedes. Entonces, yo estoy recomendando - y no pidiendo - tutorías fuera-de-clase." Se detuvo, ojos sobre las dos Casa. "A la mayoría de ustedes se les acercarán esta semana, si no han tenido una visita ya. Si deciden no tomar ventaja de esta oferta, yo recomiendo," mordió la palabra, "que practiquen  su magia interna con alguien en quien confíen. NO vayan a practicar hasta quedar cansados o dolidos. Defensa es sobre proteger sus vidas, no gastarlas." Una pausa. "¿Alguna pregunta?"

   La mano de Hermione se alzó.

   "¿Granger?"

   "¿Podemos acercarnos a alguien para pedir que sean nuestros tutores?"

   "No," Genkai dijo cortésmente. "Si tenemos a alguien con habilidades en tu campo, recibirás una oferta. De otro modo, el único uso de sus tutores será vigilarlos para asegurarse de que no se sobrepasen - no tienen el tiempo de hacer la búsqueda externa requerida para ayudar en algo fuera de su experiencia."

   "¡Eso no es justo!" Ron soltó.

   Genkai le miró con desprecio. "Usted alzará la mano y esperará a que lo llame, Señor Weasley, si desea comentar. ¿Me entiende?"

   Ron masculló algo que pudo haber sido un sonido de estar de acuerdo.

   "Bien. Como estaba a punto de añadir, este arreglo de tutores esta pensado para maximizar la cantidad de tiempo y atención disponible para cada estudiante. Aquellos de ustedes que no reciban el ofrecimiento de aprender en sus campos específicos tendrán la opción de practicar conmigo. ¿Alguna otra pregunta?" Silencio. "Muy bien.  Hoy discutiremos su actuación en el ejercicio de hechizos de la última semana." Agitó la varita, y una fotografía salió del escritorio y flotó en el aire. Otro movimiento agrandó el papel, haciendo la imagen lo suficientemente grande para verla claramente. Era una vista aérea de el cuarto arena, tomado justo antes del inicio del ejercicio.

   "Observen," Genkai dijo, usando la varita para apuntar a los equipos en su fase de ‘planeación'. "Su error clave. Vean como todos los equipos están divididos en líneas de Casa..."

   Plumas fueron a los pergaminos, y la clase de Defensa se puso a diseccionar sus tácticas.


   Kurama yacía en su estomago sobre su cama, libro de texto abierto, varita metida en su cola de caballo, con un pergamino frente a él. Sin embargo, su atención no estaba en su tarea, pero en una hoja larga cayendo de una liana. Esa liana, entrelazada con la Trampa del Diablo en la cabecera de la cama, corría por el poste de cama, por el muro, y por la ventana. Desde ahí, caía por el risco y a las mazmorras, y luego se esparcía enteramente por Hogwarts. La planta amplia en la mano de Kurama era una de las monitoras de su ojo espía.

   Su pulgar se encargaba de una protuberancia tipo manilla en la base de la hoja, mientras Kurama veía entre las vistas de el interior del castillo. La imagen se movía y se colocó en un cuarto pequeño y redondo de la Torre de Gryffindor. Hiei se sentaba en el piso alfombrado de el cuarto, mirando a dos chicas - las gemelas Patil. Los tres parecían estar meditado. Una sonrisa débil apareció fantasmalmente en la cara de Kurama. La meditación se veía bien en Hiei. Aplacaba las líneas de su rostro, ocultando su oscura y defensiva actitud sin quitarle el enfoque. El resultado era una ilusión de vulnerabilidad que era muy.. muy... atractiva.

   Kurama tocó el control, alejando la imagen de Hiei para continuar con el flujo de imágenes. Las imágenes pasaban velozmente: estudiantes estudiando, jugando cartas, luchando juguetonamente; maestros en pasillos, calificando papeles, discutiendo. Una pelea de almohadas en el dormitorio de chicas de Ravenclaw de primer año; una pelea más seria en el de tercero, estaban dibujando líneas para dividir el cuarto. Dos cabezas pelirrojas únicas usando un pasadizo detrás de el dormitorio de sexto año -- ¿cómo habían logrado los gemelos Weasley llegar a la parte femenina de Ravenclaw?

   Las vistas fueron bajando por la mitad masculina de los dormitorios de Ravenclaw (estudiantes con pociones sospechosas en séptimo, póquer con los de cuarto, juguetes voladores con los de primero), y de regreso a la parte principal del edificio. Pasó por el sexto piso de el ala de Ravenclaw, luego el quinto, y se encontró mirando un gran y bellamente decorado baño. Una sirena pintada aleteaba con la cola, flojeando en una roca pintada en el marco. Debajo del retrato, una bañera estaba cubierta de burbujas, agua... y Malfoy. El rubio tenía las manos juntitas sobre la orilla alrededor del baño, y miraba torpemente a el cristal mal hecho que sostenía. Mientras la vista se acercaba, el cristal pulsó y se agrandó, volviéndose más simétrico. Los ojos de Malfoy se desenfocaron aún más.

   Ahora eso era singularmente estúpido, Kurama pensó. Las notas de Genkai decían que Malfoy hacía cristales; estaba practicando su magia interna. Era demasiado fácil cansarse al punto de inconsciencia - todos los Tantei lo habían hecho en un punto u otro, y eso era cuando sabían lo que estaban haciendo - y el agua era lo suficientemente profunda para hundirse y ahogarse.

   ¿Qué hacer? ¿Enviar a un prefecto a revisar a Malfoy? ¿Ir él mismo? ¿Comprometer su ojo espía y usarlo para mantener al rubio a flote si empezaba a hundirse? Todas las opciones tenían algo malo en ellas... afortunadamente, no tendría que elegir ninguna. Malfoy puso el cristal de lado y agarró el jabón.

   Kurama dejó a su compañero de cuarto para que se bañara, y continuó. Otro circulo alrededor del castillo, otro nivel abajo, y encontró la biblioteca. No estaba llena, pero tenía un buen número de estudiantes en él. Incluyendo algunos de los cuales Kurama encontró más intrigantes...


   "Accio, Yuusuke," Keiko repitió.

   "Akuchio," Yuusuke dijo. Su arete de traducción estaba en la mesa entre ambos, y lo había estado por la última hora, que era el tiempo en que habían estado tratando de enseñar a Yuusuke a decir la palabra correctamente.

   "Iie," Keiko dijo. "Ac." Ella acentuó el sonido de ‘k', logrando remover casi toda la vocal de la sílaba.

   "Aku."

   "Yuusuke, no puedes seguir dependiendo en tu arete para tener los sonidos bien. Por favor INTENTA."

   "¿Nani?"

   "Gomen nasai. Ac."

  "Aku."

   Más allá en la mesa, Hermione leía de un grueso y polvoriento libro.

   " ‘-ya que no se ha probado, que toda su raza a mayormente matado a sus maestros y convocadores brutalmente, y luego van a cortar a través de las líneas de fuego de la humanidad, que puede ser encontrado al final de un rastro de sangre? Tonto es aquel que aprenda las artes de los reinos inferiores-‘ "

   "Hermione, si tienes que leer los debates en voz alta, ¿no podrías elegir algo en español simple?" Ron preguntó.

   "Esto es a lo más simple que llega," Hermione dijo. "Estoy usando un encantamiento para traducir de una forma de Arábico."

   "Oh." Ron se detuvo. "¿Lo puedes traducir a Español real?"

   Hermione suspiró en exasperación molestosa. "Por supuesto que puedo. Dice que nadie ha sobrevivido jamás después de convocar a un demonio. Cada uno se ha liberado de cualquier control que el hechicero tuviese sobre el, lo mata, y va en una matanza."

   Los ojos de Ron se agrandaron. "Excelente..."

   "No realmente," Keiko habló. "La mayoría de los demonios lo son, pero he encontrado unos cuantos que no son excelentes del todo." El Trío la miró con bocas abiertas, y ella se tornó un poco roja. "Lo siento. No quería interrumpir."

   "¿Nani?" Yuusuke preguntó.

   "Yukimura..." Hermione dijo lentamente. "¿Estas diciendo que esta bien convocar demonios?"

   "¡Claro que no!" Keiko protestó. "¿No estarías molesta si te jalaran a un mundo extraño y alguien tratase de forzarte a hacer cosas? Un demonio molesto no es algo que quieras ver." Se detuvo, y pareció calmarse un poco. "La mayoría de los demonios son asesinos, así que las posibilidades de sobrevivir son de muy pocas a ninguna. Solo estaba diciendo que no todos son excelentes."

   "¿Nani?"

   Ron se movió incómodamente. "No quise decir ‘excelente' literalmente..."

   Yuusuke tomó su arete de la mesa y se lo puso rápidamente. "¿De QUÉ están hablando ustedes?"

   "Demonios," Keiko y Hermione dijeron al unísono.

   "¿¡Demonios!?" Yuusuke bramó.

   "¿Haz conocido a alguno?" Hermione preguntó. Yuusuke casi se cae de la silla.

   "Bueno... um... eso es... er..."

   "Sí lo ha hecho," Keiko dijo. "La barrera es mucho más débil en Japón, por algún motivo. Los demonios de nivel bajo siempre pasan a través y causan problemas." Yuusuke hizo un sonido extraño y ahogado. "Genkai toma a sus estudiantes más avanzados con ella para ir a atraparlos algunas veces."

   "¿De veras?" Hermione preguntó. "¿Tú haz ido?"

   "Oh, no, soy su estudiante más reciente," Keiko dijo. "Pero me deja investigar-" Los ojos de Hermione se iluminaron, "-en algunos de los demonios con los que pelean. Los que son más humanos tienen unos absolutamente fascinantes rituales-"

   Harry miró a Ron, quien volteó los ojos hacia las chicas y luego los giró al techo. Estarían hablando de esto por siempre, la expresión decía.

   Atrapando la mirada de Yuusuke, Harry gesticuló a la puerta. Vamos a escapar. ¿Vienes?

   Yuusuke dio una sonrisa. ¡Rayos, sí!

   Lentamente, silenciosamente, empujaron las sillas hacia atrás, se levantaron (no muy rápido, y tan casualmente como pudieron, para no llamar la atención de las chicas), y victoriosamente escaparon.


   Martes en la mañana, y las chicas de sexto año de Ravenclaw llegaron al desayuno con el cabello azul brillante. Para cuando la comida estaba servida, los gemelos Weasley habían logrado pasar por tres quejas femeninas (y una orden de trabajo, hecha por una Ravenclaw que reía y parecía disfrutar de su nueva apariencia). Ruidosamente proclamaron su inocencia, pero nadie les creyó.


   Jueves por la tarde, Kurama dejaba el almuerzo, siguiendo a los Gryffindors. Mientras se dispersaban para su tarde libre, Kurama se aproximó silenciosamente, detrás de Neville Longbottom. Le dio una palmadita en el hombro al chico. "Perdona," dijo, mientras Neville volteaba ojos sorprendidos a él. "¿Me preguntaba si podía hablarte por un momento?"

   Neville, extrañamente, se puso pálido. "¿Yo?" Kurama asintió. "Er... de acuerdo. Pero tendrá que ser en un sitio donde pueda vernos alguien."

   Kurama realmente comenzaba a odiar el emblema Slytherin. "Donde quieras."

   Neville miró alrededor, y vio a Seamus parado cerca del final del pasillo, ojos pegados a Kurama. Se relajó visiblemente, aunque solo ligeramente, y volteó. "Ahí, entonces." Apuntó a un salón vacío.

   Sin mirar a Seamus - el Gryffindor ya era muy hostil, incluso después de, o tal vez la razón era, de su trabajo en equipo en el ejercicio de hechizos - Kurama caminó a el cuarto, y permitió a Neville elegir un asiento antes de tomar uno para mirarlo. Ignoró a Seamus mientras el chico apareció en la puerta sin tratar de ocultarse.

   "Por favor, disculpa mi rudeza," Kurama comenzó, "pero yo asumo que te preocuparías por veneno si te ofreciera refrescarte." Neville dio un sonido herido, pero asintió débilmente. "Así que yo, ah, ‘dejaré los juegos'. Deseo ofrecerte tutorías."

   "¿Ta... tan pronto?" Neville tartamudeó. Ese era un buen signo. El chico parecía ser completamente incompetente en las clases que compartían, pero había evidencia de que no era por asquerosa estupefacción. Kurama se lo había preguntado; si Neville no se había dado cuenta de que Kurama sería el más probable tutor para magia de plantas, entonces sería imposible enseñarle. Pero no lo era, y era un alivio que Kurama solo fuese a tratar con temor, y no idiotez.

   "Um... yo... bueno..." Neville continuó. Kurama esperó, sonriendo suavemente e intentando parecer tan poco amenazador como le era posible. "Yo... seguro, creo, pero... er... no puedo hacer esa cosa. Con la rosa. Nada como eso."

   Kurama parpadeó. "Claro que no. No es una técnica con la que se pueda comenzar."

   Neville pareció encogerse. "Quiero decir... Yo..." se tardó en conseguir las palabras correctas. "Yo no quiero... solo.... lo de el pilar.... ni nada..."

   Oh. "¿Solo atacar y destruirlo así?" Kurama preguntó gentilmente. Neville tomó aire agudamente. "No tienes que hacerlo."

   "¿No tengo?"

   Kurama agitó la cabeza. "No. Pelear... es solo algo que hago cuando es necesario. No es mi profesión, y no tiene que ser la tuya." Se detuvo, dejando que eso se hundiera. "Pensé que, después de que fueras bueno con el crecimiento y el control, podríamos enfocarnos en medicinas y remedios."

   Neville logró reducirse un poco más. "Soy terrible en Pociones."

   "No pociones. Remedios." Kurama se detuvo, entonces miró hacia arriba y atrapó la mirada de Seamus. Levantó una mano a su cabello, cuidadosamente mirando que Seamus no fuese a reaccionar de mala manera, y quitó una semilla. Se abrió, arrojó hojas, y llenó su mano con una flor morada. Kurama le mostró la flor a Neville. "Esto es una poderosa antitoxina," él murmuró, atrapando la mirada del chico con la suya y manteniéndola. "Y no es la única. Hay miles de otras que se expanden por los tres mundos, y tú tienes la habilidad de hacerlas todas, sin necesidad de intentar las pociones. Esta todo justo aquí," Kurama alcanzó con una mano, casi - pero no de hecho - tocando el frente de las túnicas de Neville, sobre su corazón. Los ojos de Neville se agrandaron, y Kurama se alejó. "¿Cuándo te gustaría comenzar?" preguntó, en un tono de conversación.

   El Gryffindor tragó saliva. "Yo... tengo la tarde libre."

   "Excelente," Kurama dijo, sonriendo. Se levantó, reverenciando ligeramente y señalando a la puerta. "¿Quieres ir afuera? Deberíamos empezar con moho, y hay mucho frente al castillo, en las paredes, y cerca del lago.

   Pasaron a Seamus y se dirigieron por el pasillo. El Gryffindor discretamente les hacía sombra, pero a Kurama no le importaba. Se aburriría y eventualmente se iría... al menos, cuando fuese obvio que mucha gente podría ver a Neville y Kurama.

   Con suerte.


   Harry miró a el puñado de estudiantes por el rabillo del ojo. Había chicos y chicas, uno o dos de cada Casa, y cada año por sobre el quinto. Pasaban de los pesados (un Slytherin) a inocentes (un Hufflepuff) a bajitos con gafas (un Ravenclaw). Ninguno se veía como especialista de armas - pero entonces, no creía que él mismo lo pareciera, tampoco, y aquí estaba.

   El cuarto no era la arena de Defensa (Genkai tenía clases de años menores en las mañanas del Viernes), pero era muy similar, aunque cuadrado y no redondo. Tenía estanterías que tenían una variedad de armas de madera, un extraño piso de canasta en el piso, y espejos en un muro.

   Hiei se paraba en el centro de el mantel, sin zapatos, brazos cruzados y los espejos tras él. Miró planamente a los estudiantes que se agrupaban.

   "Ustedes están aquí para aprender el arte de usar su arma," anunció él. "Pero si tienen algún problema con mis métodos en cualquier momento, ahí está la puerta." Sus ojos fueron hacia la salida apuntadamente.

   "Yo no voy a enseñarles a manifestar sus armas; ese es trabajo de Kuwabara. Pero - si no les advierte de esto - no habrá jueguitos ni ser presumidos con su magia interna. El idiota hizo eso cuando nos conocimos, mantuvo su arma fuera por casi cinco minutos, y se colapsó - y eso fue después de varias semanas de entrenamiento. No repetirán su error. No manifiesten sus armas a menos que estén bajo su supervisión.

   "No jueguen con las armas de este cuarto,  sean armas de práctica o no. Estos no son juguetes, esto no es un juego, y no tengo ningún problema con enviarnos a la enfermería yo mismo si son lo suficientemente estúpidos para comportarse de ese modo." Movió su cabeza hacia los espejos. "Yo lo veré si hacen cualquiera de esas cosas, y voy a escuchar de ello si lo hacen fuera.

   "Debe ser obvio que no toleraré peleas o ataques. Dejen sus problemas afuera," Y con eso, el discurso mas largo que Harry había escuchado de Hiei, el chico se retiró al final del tapete. "Quítense los zapatos, y comenzaremos con calentamientos. No se estiren más de lo que duele."

   ¿Ejercicios de calentamiento? Ugh. Harry no había hecho eso desde la clase de gimnasia Muggle. Pero se quitó los zapatos, encontró un lugar, y siguió a Hiei por los estiramientos familiares Muggle. Era sorprendente lo flexible que era Hiei - Harry estaba seguro que solo había visto a gimnastas de televisión estirarse tanto. Sus compañeros de escuela primaria, por ejemplo, nunca habían logrado separar las piernas completamente y yacer en sus estomagos, pero parecía que Hiei podría dormirse en esa posición.

   Eventualmente, Hiei dejó a la clase levantarse. Dejó el tapete, tomando armas de entrenamiento de las estanterías y pasándolas. Cada estudiante obtuvo algo distinto, sin duda la cosa más cercana a cualquier arma que creaban, y Harry se encontró a si mismo con una espada de forma extraña. Parecía estar vacía, y sonaba chistoso cuando Harry la agitaba.

   "Una bokken básica," Hiei murmuró mientras de la pasaba a Harry. "Ya que no tenemos nada más preciso para ti. Sujétalo así," movió los dedos de Harry a la posición correcta.

   Hiei terminó de pasar las armas, tomó una bokken para él mismo, y regresó al frente del cuarto. Apuntó al piso. "Planten los pies. Quieren una buena base, para que sea más difícil que los empujen. Piernas separadas al largo de los hombros, un pie detrás de ustedes, con ángulo de lado." Lo demostró, un pie detrás suyo. "Pueden ser empujados así-" se inclinó hacia atrás, colocando su peso en el pie izquierdo, y regresó a la pose original, "-o correr hacia su oponente, o girar y alejarse. Acostúmbrense a pararse así." Todos se movieron para imitar la pose. "Tienen su posición y su agarre. Armas arriba. Primer bloqueo." Alzó su bokken, pareciendo como si lo estuviese colocando en un ángulo preciso frente a su cuerpo. "¡HA!"

   Harry lo copió, tratando de colocar la fuerza de último minuto en el bloqueo.

   "Déjenme oírlos ponerle fuerza," Hiei ordenó. "¡Recuerden que esto es un bloqueo! ¡Habrá otra arma golpeando a la suya cuando llegue el momento de usarlo! ¡Opónganse a esa fuerza!"

   Harry alzó su bokken de nuevo, esta vez imaginando a alguien tratando de atacarlo - instantáneo recuerdo en su mente, el Basilisco tratando de golpearlo, la espada de Godric la única cosa entre él y los colmillos venenosos - "¡HA!" gritó, forzando la bokken contra la serpiente aplastante, escuchando ecos de los otros estudiantes.

   "¡De nuevo!"

   "¡HA!"

   "¡De nuevo!"

   "¡HA!"


   Cuarenta minutos, y una pose adicional ("primer golpe") después, Hiei les permitió parar. Harry dejo a su espada y a sus brazos caer a sus costados con un sentimiento de alivio. Sus años de trabajo con varitas y atrapar una Snitch, afortunadamente, significaban que sus brazos no dolían horriblemente - aún - pero estaba seguro de que estaría pensando en el ritmo de el grito en coro por las siguientes horas, y si no lo oía en sus sueños esta noche, seguro que lo haría después de unas pocas semanas de esto.

   Mientras Harry guardaba su Bokken, uniéndose a la muchedumbre junto a las estanterías, Hiei se paró junto a él. "Potter, ven conmigo. Los demás, quédense aquí Kuwabara."

   "¡Hey, no es justo!" Alguien protestó. "Hemos estado aquí toda la mañana -- ¡casi es hora del almuerzo!"

   "¡Tenemos hambre también!" otra persona añadió.

   No visto por nadie excepto Harry, Hiei giró los ojos. "La sesión de Kuwabara no durará más de cinco minutos. Ninguno de ustedes es tan fuerte aún." Rozó su hombro con el de Harry al pasar a la puerta. Harry miró a la clase, un poco infeliz -- ¿por qué siempre era él al que le daban otro trato? - antes de encogerse de hombros y seguir a Hiei.

   En el corredor, corrió unos cuantos pasos para alcanzar al otro chico. "Hey," dijo, "¿Por qué?"

   Los ojos de Hiei fueron hacia él, pero no pretendió no saber de lo que Harry hablaba. "No hay razón para que te quedes. A menos que quieras causar otra explosión."

   Como cuando Genkai lo probó. Oh. Harry buscó otro tema. "No creo haberte oído hablar tanto antes."

   Un encogimiento de hombros. "Estoy enseñando. No es suficiente decir ‘hagan esto', sin decir porque." Una sonrisa burlona. "Ese es el método de Snape."

   Harry sonrió. "Eso apesta."

   Hiei asintió. Era silencioso, y, como Moody, cargaba tonos subyacentes de vigilancia. Pero no era hostil. Harry podía lidiar con este honesto, nada hostil silencio.

   Continuaron al almuerzo.


   La semana siguiente fue considerablemente más calmada que lo que cualquier Tantei hubiese esperado, considerando que los de quinto año y mayores habían tenido ya su sesión de práctica en magia interna inicial. Tal vez las variadas, intensas platicas sobre los peligros de gastar sus reservas habían funcionado. Ni siquiera los Slytherins habían intentado algo.


   "Sigan," Draco dijo, señalando a sus compañeros de equipo y secuaces a continuar, el movimiento elegante a pesar de usar guantes de Quidditch. "Voy a volar por un rato más. Miró al equipo recoger sus cosas y pelotas (sabían perfectamente que Draco no se rebajaría a ayudarlos), e irse. Una vez que no estaban a la vista, y de que estaba seguro que ninguno de ellos se había tomado la molestia de regresar y espiarlo, Draco se quitó los guantes de Quidditch y se apresuró a las gradas. Tomó un lugar bien protegido de el viento y la vista del castillo, bajó sus cosas, y se tiró - no, se sentó rápida y excitadamente; ¿cómo pudo esa palabra llegar a su vocabulario? - en el pasto.

   No estaba lo suficientemente oscuro para ver el poder correr por su cuerpo, pero Draco podía sentirlo, y había logrado ganar la suficiente experiencia que no necesitaba el frío para visualizar su poder saliendo libre de su cuerpo y congelándose. Pequeños y deformes cristales llenaron sus manos, tintineando y brillando bajo el sol de la tarde mientras practicaba. No necesitaba el frío... no necesitaba nada.

   Esos torpes arrogantes creían que necesitaba un tutor. Esta era la prueba de que no. Pronto estaría haciendo mejores cristales - navajas filosas, joyas costosas, componentes de hechizos, cualquier cosa que quisiera. Déjenlos enseñarles a los otros estudiantes todo lo que quisieran: sus propagandas para favorecer a los Muggles, sus pequeñas "reglas! Para mantener a los mejores abajo y dejar a las masas estúpidas tomar el control... Draco podía ver a través de su plan. ¡Y no iba a dejarse controlar!

   "Seguridad," masculló en voz alta, sin darse cuenta. Los cristales llegaban de sus manos, brillando hermosamente, hipnotizantes. "Cualquier idiota puede darse cuenta de que están yendo muy lejos..." Los brillos estaban más brillantes, multiplicándose; ¿se estaba volviendo mejor en hacer gemas de calidad?

   "Cualquier... idiota..."

   Las rocas cayeron, esparciéndose sobre el piso, mientras el sol se ocultaba.

**Continuará**

Notas de la autora:

"- Iie = no, nani = que, gomen nasai = perdón

- Pelear realmente no es la profesión de Kurama. Él es un bandido. ^_~.

- Soy una escritora. No soy omnisciente, y no se nada sobre artes marciales de cualquier tipo. Demonios, ni siquiera se como logré pasar la clase de gimnasia de regreso en la preparatoria. ¡Ciertamente no fue por algún tipo de habilidad física! De cualquier modo, he estado tratando de buscar información en la red, pero su estoy MUY mal, ¡díganme!

- Extraño mantel rojo = tapetes tatami.

- bokken = espada de madera Japonesa para práctica. Si han visto a Kenshin, es lo que Kaoru usa."


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