Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Mejor Defensa por Charmeine

[Reviews - 135]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sip. Otro capítulo. El segundo hoy. Como el anterior era algo corto, les doy el que sigue para que se entretengan.

 

Draco castigado y enojado, el amor de Hiei por lo dulce, las andadas de los Gryffs, plantas, y un perro.

Capítulo 24
Hogsmade

   Las siguientes dos semanas pasaron sin incidentes. Draco fue liberado de la Enfermería, y comenzó sus tutorías con Yukina. Estaba algo reacio al respecto, pero Lucius Había Hablado. Además, su carta había dado muchas amenazas con respecto a las libertades y mesadas de Draco si era menos que exquisitamente cortés con su tutor, Hufflepuff o no.

   Y entonces el primer fin de semana a Hogsmade arribó.


   Draco despertó la mañana del Sábado de Mal Humor. Alguien - sospechaba que Koorime - tenía a Madame Pomfrey convencida de que Draco no estaba lo suficientemente sano para ir a Hogsmade. Se sentó, bostezando. Se sentía BIEN. Mejor que nunca. Esto era una conspiración para hacer su castigo peor, él lo sabía. Captaba la idea perfectamente: había cometido un error en sus cálculos, y ahora estaba atorado con un tutor de Hufflepuff. ¡No había necesidad de quitarle su fin de semana en Hogsmade, con mil demonios!

   Empujó las cortinas de lado.

   "Buenos días, Malfoy," Kurama dijo, voz sofocada mientras jalaba una delgada camisa blanca de lino sobre su cabeza.

   Draco fulminó con la mirada. "Minamino," reconoció él.

   El chico sacó su cola de caballo libre de la camisa, y sacó una túnica verde vibrante de su baúl. La agitó y la sostuvo frente a sí mismo. "¿Qué opinas?"

   Una voz profunda respondió. "Opino que eres demasiado vanidoso."

   La cabeza de Draco se levantó. ¡Él CONOCÍA esa voz! ¡Ese mocoso estudiante de transferencia de Gryffindor--! ¡En su DORMITORIO--! ¡¿No estaba Draco siendo torturado LO SUFICIENTE ya?!

   "Rarito," Kurama acusó al chico, quien estaba sentado cómodamente y medio-oculto en su cama. Volteó. "¿Qué opinas tú, Draco?"

   "¡Opino que quiero saber que esta haciendo aquí un Gryffindor!" Draco soltó.

   Kurama se encogió de hombros. "Esperando a que termine de arreglarme, supongo," dijo él, poniéndose la túnica sobre los hombros y abotonando los sujetadores.

   "Cómo. Fue. Que. Entró. ¿AQUÍ?" Draco clarificó a través de dientes apretados. Eso trajo medio segundo de duda de Kurama, como si no se lo hubiese preguntado él mismo. Como si supiese exactamente como el mocoso se había metido...

   "¿Por qué piensas que sé?" Kurama respondió. "Él estaba aquí cuando me desperté."

   Draco estaba un poco muy acostumbrado a evadir preguntas para no notar que Kurama no había respondido la pregunta. "Creo que sabes, ¡porque creo que tú le diste la contraseña!" Draco soltó.

   Kurama le dio una mirada entretenida por sobre su hombro. "Oh, eso no lo he hecho."

   "¡Entonces lo dejaste entrar!"

   Una sacudida de cabeza de Kurama. "Nunca. No sería un reto de ese modo."

   "¿¡Entonces quién!?"

   El pelirrojo volteó hacia Jaganshi. "¿Bien, Hiei?" Preguntó, con risa en su voz. "¿Quién te dejó entrar?"

   Jaganshi miró fija y planamente a los dos Slytherins, brazos cruzados. "Nadie."

   Draco sintió la situación escaparse de sus manos, una sensación a la que se estaba acostumbrando horriblemente durante las últimas semanas. "¿Entonces cómo entraste?" demandó.

   El  chico sonrió -- ¡burlonamente! "No es de tu incumbencia," dijo obstinadamente. Su mirada se fue hacia Kurama. "¿Ya estas listo?"

   ¿Cómo se ATREVÍA a ignorar a Draco?  ¿Cómo se ATREVÍA a quitarse a Draco de encima así? Draco siseó con ira.

   "¿Porqué no esperas afuera, Hiei?" Kurama dijo inesperadamente.

   Hiei arqueó una ceja. "Cinco minutos. Luego me iré."

   "Correcto, correcto," Kurama respondió. Hiei se fue, y Kurama tomó su cepillo. "Lo lamento," dijo, sin quitar los ojos del espejo al cepillar su cabello. "Hiei no intentaba provocarte - aún - pero no le importa la posición social, o el nombre de familia, ni ninguna de las reglas sociales que conoces. No es nada personal."

   "¡Nada personal!" Draco dio el eco.

   Kurama lo miró solemnemente. "No es todo sobre ti, sabes," dijo simplemente. "Hay seis billones de personas en el mundo, y sin contar a los que no son humanos. Hiei solo es ligeramente tolerante con cualquiera de ellos, así que ¿por qué debería tratarte diferente?"

   "¡Soy un Malfoy!"

   "No le importa. Si quieres que él-"

   "NO QUIERO."

   "-probar que eres digno de su tiempo. De otro modo, te ignorará y despachará, como lo hace con todos los demás. Él va a estar aquí a veces," Draco tartamudeó en protesta, "así que solo tendrás que soportarlo." Kurama bajó su cepillo, tomó una rosa de el arbusto en forma de jarrón de su mesita de noche, y se la metió en la manga.

   "¿Pero POR QUÉ?" Draco logró decir, mientras el otro chico iba hacia la puerta. Por qué Kurama se asociaba con el mocoso, por qué tenía que venir aquí abajo, por qué Draco no podía ir a Hogsmade, por qué el mundo no funcionaba como debía, con las Casas odiándose, con todos dándole el respeto que un Malfoy merecía, con Lucius al lado de el Señor Tenebroso en lugar de a sus pies, ¿¡por qué, por qué, por qué!?

   Kurama se detuvo, su mano en la perilla de la puerta. "Porque, Draco," dijo, casi gentilmente, "así son las cosas."

   La puerta se cerró, y Draco se lanzó a la cama y gritó contra la almohada.


   Harry, Ron, y Hermione emergieron de Las Tres Escobas, llenos de cerveza de mantequilla y algunos dulces que Harry había comprado. Caminaron por la calle principal de Hogsmade, felizmente comprando mientras pasaban por las tiendas más frecuentes.

   Hermione se acercó casualmente. "Harry," dijo calmamente, ojos enfocados al final de la calle, "actúa naturalmente y no mires alrededor, pero acabamos de pasar a varios reporteros ocultándose en Zonko's." Harry se tensó. "Dije que actúes natural. Relájate. No puedes molestar a ninguno de nosotros; hay leyes de minoría de edad."

   "No detuvieron a Rita," Harry dijo.

   "Hice algo de investigación." Gran sorpresa. "Rita tuvo que tener dispensación especial para cubrir a los participantes del Torneo, porque eran menores de edad y hay leyes. Sin ellas, cada reportero y fotógrafo en Europa habría estado en el Callejón Diagon todo el mes antes de que iniciaras Hogwarts, ya que seguramente irías. Y no lo estaban. Es ilegal."

   "¿Hermione, por qué me estas diciendo esto?"

   "Porque," ella dijo con un suspiro, "no pueden venir a molestarte directamente, pero no hay nada en contra de tomar fotos donde tú aparezcas y cosas así. Tendremos que ser muy cuidadosos de no hacer nada estúpido hoy. ¡Ooh, las modas de invierno están a la venta!" Giró hacia la ventana de muestreo excitadamente.

   Ron y Harry intercambiaron una mirada de confusión. ¿De donde había venido esto? "Um, Hermione," Ron comenzó, "¿qué estas haciendo?"

   Hermione giró los ojos. "Si quieren ver a los reporteros, párense ahí y pretendan que están siendo arrastrados a comprar con su madre o hermana. Deberían lograr eso fácilmente."

   "Oh."

   Harry se metió las manos en los bolsillos, giró ligeramente, y empezó a revisar la calle incómodamente. "Cuales - oh." Había media docena de adultos ocultándose en un lado del edificio en la calle, plumas que escribían solas y pergamino flotando junto a ellos, algunos sosteniendo cámaras. Uno de los fotógrafos ya estaba apuntando la suya a Harry.

   Ron se paró de lado, convenientemente bloqueando la vista del hombre. "Me pregunto que hacen aquí, si no pueden molestarte," murmuró.

   "Buen movimiento. Pero del por qué están aquí, que tal-" Los reporteros súbitamente explotaron a acción, molestando a una pequeña figura en la calle. "-eso." Hermione volteó hacia el ruido, y los adolescentes (y cada otro estudiante en rango de escucha) miró y escuchó sin vergüenza.

   "¡Profesora Genkai! Ruma Monga, El Gira-Tiempo. ¿Cómo responde a las alegaciones de que está enseñando técnicas de magia cuestionables sin el consentimiento de los padres?"

   "¡Profesora Genkai! Pavit Razi, Diario El Profeta. Ha traído a sus propios estudiantes a Hogwarts, ¿esto significa que no cree en las demandas de Harry Potter con respecto a Usted-Sabe-Quien?"

   "¡Profesora Genkai! Tatel Tayle, el Quisquilloso. ¿Es verdad que su heredero elegido es el hijo de una prostituta y un criador de demonios?"

   Genkai dio un sonido de desdén en eso. "Sin comentarios, sin comentarios, e intenta comprar un encantamiento de traducción real."

   "¡Profesora! ¿Cómo es que usted-"

   "¿Qué es lo que-"

   "Díganos-"

   "Mentes intrigantes-"

   Genkai empujó su camino a través de la multitud que la rodeaba, ignorando preguntas y luces de cámaras mientas continuaba caminando por la calle.


   Flancos de jarrones de cristal estaban empacados en las paredes, desde la altura de la rodilla hasta arriba de la cabeza de Kurama, repisa tras repisa brillando con el sol. Todos estaban rellenos con chiclosos brillantes y rojos, extraños azules, nublosos blancos y rosas y amarillos, giros de arco iris y tiras rocosas, café casi-negro y bronceado dorado, vibrante verde y brillante violeta, y colores que Kurama no estaba seguro si se suponía que existiesen. Niños de trece años chillaban y gritaban avaramente alrededor suyo; estudiantes más viejos se movían y se empujaban, peleando con los niños de tercero para llegar a las repisas.

   Kurama estaba atrapado en Honeydukes, y estaba perdiendo el apetito rápidamente. No es que no le gustaran los dulces, ¡pero demasiado era demasiado! La cantidad pura de azúcar y saborizantes Occidentales lo estaba ahogando. Las masas de estudiantes estaban irritando a su lado Youko con cada empujón; estaba seguro que la mitad de la escuela estaba metida en esta tienda ahora, y estaba suprimiendo su instinto para empujar a cada comprador (¡ladrón de bolsillo! ¡matador!) lejos. Pero lo que más le preocupaba... Había perdido a Hiei en esta multitud.

   "¡Hiei!" llamó él. "¿Kimi wa doko desu ka? ¡Hiei!"

   La multitud se partió por medio segundo, y Kurama tuvo un vistazo del demonio. Empujó su camino al lado de Hiei. "¿Podemos por favor irn-que demonios?" Los ojos de Kurama se agrandaron cuando vió la capa de Hiei, ahora sirviendo como un saco improvisado. "¿¡Hiei, tienes la menos idea de cuando va a costar todo este dulce!?"

   Un sonido de desdén: posiblemente 'no me importa, no voy a pagar', posiblemente 'quítame algo y te voy a lastimar'.

   Kurama alejó cualquier pensamiento a cerca de Hiei comiendo todos los dulces en su capa, temblando ligeramente. Sus dientes dolían de solo pensarlo. "Se cuanto dinero tienes," dijo, concentrándose en las mesadas que Genkai les había dado a cada quien en el Callejón Diagon. A menos que Hiei hubiese traido o robado más... "Regresa. Unos. Cuantos."

   Hiei le lanzó una mirada fulminante mortal. "Molesta. A. Genkai."


   Los hermanos de Ron descendieron hacia Harry, Ron, y Hermione fuera de Derbis & Banges.

   "¡Ronnikins!" Fred los saludó, sonriendo ampliamente.

   "¡Hermanito!"

   "¡Guardián Favorito!"

   "¡Piensa rápido!"

   Fred le arrojó una pequeña bolsa a Ron, quien la agarró reflexivamente. Prontamente chilló con horror y la dejó caer. Aterrizó en el piso con un contento sonido de tintineo.

   "¿Qué le hicieron?" preguntó, mirando sus manos desconfiadamente. "¿Me voy a poner azul o algo?"

   George comenzó a recoger la bolsa. "Ronnikins-"

   "No me digan así."

   "¡--nos lastimas!" Fred continuó, colocando una mano sobre su corazón. "Nosotros nunca te haríamos una broma-" Todos los de quinto año dieron un sonido de falta de confianza.

   "-en una manera tan cruda y obvia," George terminó. Agitó la bolsa frente a Ron, el interior moviéndose. "Esto es asunto oficial."

   "Ningún Guardián nuestro va a jugar en una escoba de la escuela."

   Los ojos de Ron se agrandaron, y le quitó la bolsa a su hermano, abriéndola velozmente. Harry miró sobre su hombro, viendo Galeones y unos cuantos Sickles dentro.

   "¿Dónde CONSIGUIERON esto?" Hermione preguntó. Ron dio un gruñido chillón para expresar un sentimiento parecido. "¿Le han estado vendiendo a los de primer año de nuevo?" ella preguntó rigidamente.

   "¡No!"

   "¡No para esto!"

   "¡Todo es de ventas de catálogo!"

   "E intereses del banco, por supuesto."

   La boca de Ron trabajó silenciosamente a través de esto, pero ahora pudo hablar, "¿Intereses?"

  Fred alejó la pregunta con un batido casual, mientras George atrapaba a Ron y a Harry por las mangas. "No se preocupen por eso," Fred dijo. George llevó a la pareja hacia la tienda de Quidditch, con Herminio siguiéndolos. "¿Solo no elijas una Saeta de Fuego, vale?"

   Entraron a la tienda de Quidditch, y se congelaron.

   "¡Dije que LARGO, hombre!" Yuusuke gritaba a la cara de un reportero. La pluma encantada del hombre estupefacto escribía sobre el pergamino sobre ellos.

   "¡Yuusuke, dije que los ignoraras!" Genkai le espetó. La Pluma escribió más, y Yuusuke le quitó el pergamino de debajo, con la pluma siguiendo la página de forma indignada. Yuusuke la atrapó con la mano libre.

   "Los ojos oscuros como carbón del joven protegido de la Profesora Genkai, de temperamento corto, ardían como el fuego del infierno," Yuusuke leyó, "mientras se enoja con los diligentes, trabajadores reporteros-- ¿qué tipo de mierda ES esta?"

   Botán le quitó la pluma a Yuusuke de la mano antes de que pudiese romperla. "¡Creo que a la pluma le gustas!" lo molestó.

   "¡MALDITA SEA, CLARO QUE NO!"

   Los gemelos se acercaron a Harry y a Ron. "Um... podemos regresar más tarde," George les murmuró.

   "No," dijo Harry, antes de poder pensar. Los otros le dieron miradas raras. "No nos pueden hacer nada. No me voy a esconder de ellos." No era como si estuviese hablando lo suficientemente alto para ser notado por los reporteros sobre su propio ruido. Él no era estúpido.

   Silencio. Entonces... "Correcto ahí, amigo," Fred asintió, hablando al mismo volumen. "No pueden intimidarnos. Somos Gryffs."

   Caminaron por detrás de una estantería de equipos de reparamiento de escobas hasta que quedaron ocultos de la vista de los reporteros. Ron dejó salir un suspiro de alivio, y volteó a las estanterías de las escobas. "Bien, nada de Saetas de Fuego, dijeron."

   Pronto, los Weasley estaban metidos en una discusión sobre los méritos relativos de varios modelos de escobas viejos, tratando de decidir cual sería el mejor para un Guardián en general, y Ron en particular. Mientras tanto, en el otro lado de la tienda, los problemas de los reporteros continuaban.

   "Las Meteoros son muy lentas-" ("Hey, ¡detente! ¿¡Sabes cuanto cuesta este equipo!?" Un clic agudo. "¡Mi filme! ¡Lo arruinaste!")

   "-muy rápida escoba, aunque nada como una Saeta-" ("¿¡Profesora, no tiene control sobre su estudiante!?")

   "-decente para un Cazador-" (Un gruñido. "Sin comentarios.")

   "-pero Ronnikins no es un Cazador, so-tonto. Pero la Nimbus 2001-" ("¿¡Es así como conduce sus clases!?")

   "-es lo que tienen los Slytherins," Harry dijo. ("No estamos en la escuela," Genkai respondió.)

   Fred asintió. "Así que NO vamos a comprarla." (El sonido sofocado de piel contra madera, y el sonido de otra cámara golpeando el piso. "¡Oops!" Botán chilló. "¡Lo lamento tanto! Es tan pequeño aquí-- ¿se encuentra bien?")

   La puerta de la tienda se abrió con un sonido casi imperceptible de la campana sobre la entrada.

   "¿Qué hay de esta, huh, ‘Cometa'?" Hermione preguntó. ("¡Profesora!" Era Kurama, y él sonaba... molesto.)

   "¡Hermione, las Cometas son viejas! ¡Son lentas!" ("Hiei tiene la mitad de la tienda de dulces en su capa, y no va a regresar nada.")

   "Tienen un buen precio y un gran radio de vuelta," Hermione apuntó. ("¿Y que esperas que yo haga al respecto?" Genkai preguntó ácidamente.)

   "Okay, Hermione, una lección rápida en factores de escobas," Fred dijo. ("Darnos más dinero para que pueda pagar," Kurama respondió sagazmente.)

   "He aquí una Cometa, y aquí una Cleansweep. Mira a las ramas aquí, ¿ves como están cortadas las de la Cometa? La hace más.... arbusto." ("Pero, Kurama, ¿estas pidiendo un PRÉSTAMO?" Genkai sonaba entretenida.)

   George interrumpió. "Eso genera arrastre. Hace que la Cometa sea más lenta y que sea más difícil girar a gran velocidad." (La voz de Kurama era fría. "Prefiero pensar que es una caritativa donación a el fondo de "Mantener a Hiei Fuera de Problemas".")

   "De hecho, creo que me gusta esa Cleansweep," Ron dijo. (Un sonido de diversión, y el tintineo de monedas. "Casi lo vale solo por verte todo ofendido.")

   "Hm.... ¿la 11?" Fred preguntó. "No tiene tanta velocidad-" (Un siseo, y unos segundos después la puerta de la tienda se cerró de portazo.)

   "Pero no necesita tanta," George continuó. "Y tiene una gran aceleración y frenos-" (No deberías tentarlo así, anciana," Yuusuke dijo.)

   "-y es simplemente brillante en los giros y vueltas," Ron terminó. ("Soy una mujer vieja," Genkai respondió. "Me mantiene en las puntas de los pies.")

   "Es tuya, entonces," los gemelos corearon. ("Como quieras," Yuusuke gruñó. "Es tu esperanza de vida.")


   De regreso en el castillo, Draco regresaba malhumorado a las mazmorras de Slytherin, después del almuerzo. Había sido el ÚNICO mayor dejado atrás, atrapado con las hordas de niños de primer y segundo año. Todos lo habían estado mirando durante la perfectamente vacía y ordinaria comida - los malditos Elfos Domesticos pudiesen haber tenido algo de consideración y al menos preparar sus favoritos, pero nooooooo - y los mocosos de las otras casas se reían de su humillación.

   Había hecho todo lo que había por hacer en el castillo que no incluía a maestros o mocosos (que era aproximadamente nada, ya que conocía el castillo y no tenía por que explorarlo más), y se había resignado a leer los libros que Koorime le había dado el día anterior. 'Si pudieses leer los primeros capítulos de cada uno antes de nuestra próxima sesión, por favor...', ella dijo. Así que ahora tomaba los dos libros y se ponía cómodo en el alfeizar de la ventana, y noblemente sufrió la indignidad de perder su fin de semana a Hogsmade y ser reducido a - tareas.

   Varias páginas de aburrido texto hablando sobre los peligros y limitaciones de la magia interna después, una oración atrapó su atención.

   Entrenar hasta el cansancio es la causa más común de muerte en practicantes de magia interna, y la que se previene más fácilmente;

   Ni siquiera había sido lastimado en una manera única o digna de hablarse.

   Draco arrojó el libro por el aire.


   Harry, Ron, y Hermione dejaron la tienda de emparedados, mordiendo pastelillos deliciosos. Estaban cargados con paquetes que Hermione no podía o aún no había encogido - la escoba de Ron, un número de ensayos recolectados y libros de hechizos para Hermione, una nueva capa para Harry, ya que la última era dos pulgadas muy corta ahora, más bocadillos, y un par de bolsas de sus favoritos de Honeydukes y Zonko's.

   Caminaron hacia la Casa de los Gritos; siempre era un lugar favorito para los estudiantes de Hogwarts,  ofrecía algo de privacidad y  silencio en los espacios vacíos cubiertos con pasto a su alrededor. Considerando a los reporteros infestando el pueblo, los tres estaban felices con esto.

   Harry extendió su vieja túnica en el piso, y tiraron sus paquetes encima de esta con un suspiro colectivo de alivio.

   "Ugh," Ron gimió, cayendo a su espalda. "Lo juro, la fotógrafa de Bruja Semanal estaba en todas partes -- ¿cuántas veces le bloqueamos la foto?"

   "No lo se," Harry murmuró. "Pero gracias."

   "No sería tan malo si esta no fuese su primera oportunidad," Hermione ofreció. "Y no tenían a Genkai como excusa. Se pondrá mejor."

   "¡Espero!" Ron masculló, rodando sobre su estomago. "O-- ¿um, chicos?"

   "¿Hm?"

   "Estamos realmente seguros de que perdidos a los reporteros, ¿verdad?"

   Hermione miró de vuelta al pueblo. "Sí."

   "Bien." Se detuvo, y luego con una cierta facilidad fingida, dijo, "¿Adivinen quién está aquí?"

   "Quien-" Varios cientos de músculos y piel negra empujaron a Harry a su espalda, enchuecándole los lentes.

   "¡Canuto!" Hermione dijo felizmente, mientras una fría, mojada nariz tocaba a Harry bajo la oreja. Harry chilló de la sorpresa, y el enorme perro se alejó de Harry y comenzó a danzar alrededor de los adolescentes, cola moviéndose locamente.

   "¡Canuto!" Harry hizo el eco, rodando a sus rodillas. Arrojó los brazos alrededor de el cuello del perro, moviendo sus dedos a través de las pesadas capas de pelaje negro. Sirius permitió esto, colocando una pata en el costado de Harry en la imitación más cercana a un abrazo humano que sus miembros podían dar, y luego se alejó. Caminó un par de pasos, miró atrás, y ladró en una clara invitación

   Los adolescentes tomaron sus cosas y lo siguieron.


   Desde su asiento oculto en las sombras de la chimenea de la Casa de los Gritos, Hiei miró a los tres estudiantes y el perro dirigirse a las montañas. Sus ojos se achicaron. El chico Potter debía saber que era un blanco demasiado tentador al irse a caminar por ahí así.

   Y el perro estaba actuando enteramente demasiado inteligente para ser uno.

   Puso su bolsa de dulces contra la chimenea para mantenerla a salvo, y saltó por las copas de los árboles para seguirlos.


   Bien adentrados en las colinas, Harry, Ron, y Hermione trepaban tras de Canuto a través de la boca de una pequeña cueva. Dentro de la caverna, se enderezaron, quitando el polvo de sus túnicas mientras el perro se estiraba y cambiaba a la forma de un hombro. Harry le sonrió.

   "¡Sirius!" El hombre era delgado, sucio, y sonreía con una pizca de el imposible adolescente que Hocicos debió haber sido. "¿Qué estas haciendo aquí?" Harry preguntó, encantado de que su padrino estuviese aquí y también algo molesto - Sirius se veía como si se estuviera medio-muriendo de hambre y no estaba seguro aquí.

   Sirius Black envolvió a Harry en un rápido abrazo con olor a mugre y perro, antes de alejarse con media sonrisa. "Te diré, pero primero... ¿No creo que les moleste darle a un pobre, viejo fugitivo uno de esos pastelillos que huelo, verdad?"

   Ron pasó la bolsa. Sirius agarró uno y lo mordió, tarareando felizmente. "Gracias," murmuró alrededor de la comida, dejándose sentar en el piso de la cueva. "Nada como comida fresca - márquense mis palabras, nunca se quejen de ella, es la mejor cosa del mundo."

   Los tres se sentaron cerca de él - no lo suficiente para olerlo, sin embargo - mientas se terminaba el primero y comenzaba con el siguiente.

   "Sirius, ¿por qué?^" Hermione preguntó. "Podrías estar viviendo con el Profesor Lupin, o en algún lado... ¿No te dio el Profesor Dumbledore un lugar donde quedarte?"

   "Mmph... seguro que sí, muy lindo lugar, tres calientes comidas diarias y un baño al día, pero no me gustaba. Tendría que quedarme adentro... encerrado bajo Fidelius... después de Azkaban, ha." Mastica, mastica, traga. "Merlín mismo pudo haberme dicho que era mejor, y yo le hubiera dicho que se lo-er-" miró a Hermione, y cambió lo que iba a decir, "--metiera por la oreja. Y con Remus es el primer lugar donde me buscaría la rata. Él esta bajo Fidelius, no tengo idea de quien es el Guardián, pero a él no le importa. Dijo que mientras tuviese suficiente para leer... ¡Y lo tiene!" Sonrió. "Así que está feliz, y yo estoy feliz, y ¿cuándo es tu primer partido de Quidditch?"


   Kurama guió a Neville por una calle de Hogsmade, habiéndolo separado del resto de sus amigos. (La mayor parte - hoy estaban siendo seguidos por un Hufflepuff, uno de los estudiantes de armas de Hiei. Kurama estaba medio tentado a perder al chico en la multitud, pero si ponía a Neville menos nervioso el tener a alguien asegurándose que el 'malvaaaado Slytherin' no lo lastimase, Kurama lo aguantaría.)

   "Neville, quiero presentarte la tienda favorita de los Amos de Plantas," Kurama dijo, sonriendo a su estudiante y pretendiendo que no había notado a su maldita sombra de hoy. "Sin contar los campos y bosques de los mundos."

   "...es una tienda de jardinería."

   "Exactamente." Kurama tomó a Neville por el brazo, empujando la puerta para que se abriera con su mano libre. "Necesito reponer mis útiles, y estas progresando maravillosamente." Normalmente él no diría tal cosa - no era amable sofocar a alguien con cumplidos, aunque Kurama no estaba seguro si eso era verdad aquí - pero Neville se marchitaría bajo cualquier cosa más dura. Eso sería contra-productivo. Continuó, "Vas muy bien con los musgos y mohos, y creo que podremos iniciarte en pastos pronto." Kurama sintió cortésmente a la mujer tras la repisa a modo de saludo. "Ahora, podemos encontrar todo eso en la escuela, y también las flores silvestres si trabajo duro, pero tal vez logremos empezar con flores de variedad de jardín Muggle antes de nuestro próximo fin de semana a Hogsmade. Conseguiremos esas aquí."

   "Um... ¿flores?" Neville hizo eco, mientras Kurama encontraba las estanterías de paquetes de semillas.

   "A finales de Noviembre, podría adivinar, si continuas a este paso." Kurama seleccionó varios paquetes, y levantó uno para que Neville lo viera. "¿Qué opinas de violetas?"

   "Yo-Yo-" Las puños de Neville se apretaron. "¡Creo que ya me molestan bastante sin las flores!"

   La boca de Kurama quedó abierta. Oops - había olvidado considerar el efecto de mezclar chicos adolescentes y flores. Sus ojos se volvieron planos, y atrapó a Neville firmemente por la barbilla. "Si alguien te molesta," casi termina siseándolo, "diles que pueden venir a decirme las mismas cosas a MÍ, si tienen las agallas. Tú eres MI estudiante, y no toleraré tal tratamiento."

   Neville tembló bajo sus dedos. Mierda... Kurama pudo haber deshecho todo su trabajo en ganar la confianza del chico y construir su autoestima. Gentilmente soltó a Neville, pero el chico no se apartó. Simplemente se paró, congelado, ojos agrandados. Kurama no estaba seguro de lo que significaba -- ¿había asustado al chico más allá de la habilidad para correr?

   "Me disculpo si te he molestado," Kurama dijo cuidadosamente.

   La boca de Neville al fin se movió. "Tú... ¿hablas en serio?"

   ...eso no era ‘no hablas en serio.'. Probablemente era un signo positivo. "Sí," Kurama dijo simplemente, apostando a la posibilidad.

   "¿Incluso... si fuese Malfoy?"

   "Sí."

   "Oh." Kurama esperó, aun inseguro de si había dañado la comodidad del estudiante cuando estaba con él a un punto sin reparo. Después de unos cuantos momentos inciertos, Neville tomó el paquete de semillas de la mano de Kurama, y logró una pequeña sonrisa. "Las violetas suenan bien."

   Whew, Kurama pensó, mientras comenzaban a seleccionar otros paquetes. Su tropiezo, aparentemente, había hecho más favores que daños, por esta vez. Neville se relajaba mucho más de lo que había hecho antes, y empezaba a dar sus propias sugerencias. Tenía un buen instinto que era sorprendente de acuerdo al currículo de Kurama, escogiendo pequeñas, duraderas flores de jardín como dientes de león y geranios, y evadiendo lianas, delicadas flores como las orquídeas, y todas las frutas y arbustos. Sin embargo, se alejaba de las rosas.

   Pronto, tenían suficientes semillas, y habían agregado una bolsa de tierra fértil y algunas macetas a sus compras. Kurama pagó con lo que quedaba del dinero extra que había conseguido para el dulce de Hiei, la vendedora colocó sus paquetes en una bolsa mágica carga-todo para conveniencia, y dejaron la tienda.

   Zorro. Ven aquí, la voz de Hiei susurró en la mente de Kurama. Kurama casualmente revisó su reloj.

   "Casi es hora de que me encuentre con Hiei," dijo, como si de hecho lo hubiesen planeado (no lo hicieron). "Haz seis centímetros cuadrados de el musgo de bastón y tres pulgadas de moho esta noche, y ¿te veré en la escuela?"

   "De acuerdo," Neville respondió. Kurama agitó la mano para decir adiós, y se dirigió a la Casa de los Gritos - era probablemente a donde Hiei había llevado sus dulces. ¿Dónde estas? Dijo de regreso con telepatía, una vez que estaba a salvo y lejos de la multitud en el pueblo.

   La respuesta vino como una imagen precisa, similar a un mapa y a una película, mostrando una ruta más allá de la Casa de los Gritos. Hiei estaba alto en un árbol cerca de ningún camino, profundo en las boscosas montañas. No le tomó a Kurama mucho tiempo llegar, y miró hacia arriba, sin ver una señal del demonio de fuego.

   "Estoy aquí," dijo sin necesidad.

   "Ven arriba."

   "¿Por qué?"

   Una sombra en las ramas altas se movió. "Porque no puedes verlo desde el piso."

   Kurama arqueó una ceja, saltó a la rama, y trepó al nivel de Hiei. Cuando llegó a la rama correcta, no tuvo que preguntar - Hiei apuntó silenciosamente a través de el estrecho vacío. Kurama aguzó la vista, viendo más árboles, una grieta, el lado de la montaña... "¿Qué?"

   "La sombra cerca de la parte ancha de el río. Es una cueva." Ah... Kurama podía verlo, ahora que sabía lo que debía buscar. Era un agujero pequeño, medio-oculto por un arbusto marchitándose y fácilmente confundido con una sombra de las alturas. "Potter, Weasley, y Granger siguieron a un perro dentro."

   La mirada de Kurama pasó avispadamente a Hiei. "¿Un perro?"

   "Algo que pretendía ser un perro. Se veía como uno, actuaba como uno - casi - pero era muy listo para ser un perro. Y esos tres no pueden ser lo suficientemente tontos para seguir a cualquier animal a un bosque con Voldemort suelto."

   Kurama regresó a ver la cueva. "¿No puedes mirar con tu Jagan?"

   Hiei agitó la cabeza. "Ellos podrían no notarlo, pero la cosa-perro... no se sus capacidades. Usar el Jagan podría ser fácilmente tan notable como encender una luz de búsqueda encima de la criatura."

   "Ah... y no puedes arriesgarte a acercarte más, en caso de que tenga el sentido del olfato de un perro." No era una pregunta. Hiei no olía a humano, aunque comenzaba a tener ligeras pistas de un aroma generalizado de humano adolescente, simplemente por vivir en Hogwarts. "Quieres que yo lo intente." Eso no era una pregunta, tampoco.

   "¿Puedes?"

   "No lo sé," Kurama admitió. "Si tiene el sentido del olfato de un perro, notará que hay algo raro. Probablemente no sabrá exactamente que, pero lo va a notar."

   Hiei pensó por un momento, considerando la boca de la cueva. "¿Y si no fueras humano?"

  "¿Qué-" La boca de Kurama se abrió, mientras su mente daba la respuesta a la pregunta instintiva. "Hiei, no puedo hacer el cambio voluntario aún."

   "Maldición," Hiei masculló.

   Kurama pensó por un momento. "Si el trío regresa al pueblo a salvo, creo que tengo una idea..."


   Esa tarde, la lechuza de Botán voló lejos de Hogwarts, con una solitaria letra atada a su pierna.

 

   Suzuki-san,

   Ciertas circunstancias me han dejado con la necesidad de la receta para la Poción de la Vida Pasada. Por favor envíala a través de esta lechuza, como es costumbre de correo aquí. El pago esta, por supuesto, incluido en la carta.

Saludos,
Kurama

 

**Continuará**

Notas de la Autora:

"-Lamento la decepción con respecto a Draco y Yukina. Pero la historia demanda que me ponga a HACER las cosas. *saca lista mental* Todos en tutorías - listo.

-¿Saben del traje que Kurama usa a veces, con la larga túnica sobrepuesta que es amarilla o verde? Siempre pensé que la camisa y el pantalón de debajo eran lino. No se porque, ya que estoy igualmente segura que la túnica coloreada es de seda y Kurama fácilmente podría tener todo el traje de ese material. Pero yo digo que es lino, así que es lino.

-Sí, aun está pretendiendo ocultar cosas en la manga en lugar de su cabello.

-Los reporteros. ¿Por qué no han estado en los libros de HP? Años 1-2: antes de que Harry pudiese ir a Hogsmade. Año 3: No tenían permiso. Año 4: Rita llegó primero. OdF: No compatible. Pero están ahí por Genkai. No es su culpa si Harry aparece por accidente en sus fotos. En serio. (*sarcasmo*)

-"instinto de empujar a cada comprador lejos". Directamente en contraste con el equinoccio, el cual sobrevivía en años anteriores con la ayuda de las multitudes de Tokio, ¿verdad?. Error. Simplemente no es el equinoccio hoy, y Kurama se siente normal.

-Kimi wa doko desu ka = donde estas

-El gusto de Hiei por los dulces es creación fanática.

-Los dientes de león son generalmente considerados hiedra en América. Son cultivados en Europa para ensaladas, sin embargo.

-Jagan = el tercer ojo de Hiei.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).