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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

Hoy subiré varios capítulos traducidos como disculpa por no subirlos muy seguido. >> Sigo traduciendolos, no crean que abandoné.

¿Recuerdan que Hiei quería robar algo...?

Todos digan, ¡Youko!

Capítulo 30
Tormenta de Nieve

   El Viernes la madrugada llegó tarde con una tormenta de nieve. El viento llegaba de las montañas y sobre el lago, silbando en respiros altos y espantosos, a través de las ventanas y por las afueras de Hogwarts. Llevaba remolinos de viento con él: gordos, mojados, blancos copos que atravesaban las más espesas gabardinas y bufandas.

   Harry, quien nunca tuvo suficiente tiempo para una ducha entre práctica de armas y el almuerzo, se mantuvo a una pequeña distancia de el resto de sus compañeros mientras dejaban a Hermione y Neville haciendo chocolate caliente en la sala común - la idea de Neville, algo por lo que toda la Casa estaba agradecida, pero en especial los de primer y tercer año. Los Gryffindors más jóvenes tenían Herbolaria y Cuidado de Criaturas Mágicas hoy. Neville no necesitaba ayuda para eso, pero Herminio estaba en vigilia por los gemelos Weasley, para amenazarlos con todo tipo de hechizos potentes si intentaban ponerle algo malo al chocolate.

   Ruidosamente empujaron su camino hacia las escaleras de la Torre de Gryffindor, y Seamus abrió la puerta a los dormitorios de quinto año. "Oh DEMONIOS-" gimió, apresurándose a entrar. "¿Qué idiota dejó la ventana abierta?"

   Los otros chicos entraron al cuarto helado, mientras Seamus cerraba la ventana de golpe. Nieve había mojado las cortinas y cubiertas de las camas de Hary y Yuusuke. Harry trató de quitar la cosa que se derretía de su almohada -- ¿por qué, oh POR QUÉ había dejado las cortinas abiertas hoy? - y Ron la quitó de las cobijas.

   Kuwabara tiró más carbón a la estufa. "Mou, ¿dónde está el camarón cuando lo necesitas?" gruñó.

   "¿Quién sabe?" Yuusuke respondió, golpeando sus almohadas más duro de lo necesario y lanzándolas a su cama de nuevo. Quitó la mesita de noche de el montón derretido en el que se paraba, y se detuvo. "¿Alguno de ustedes movió mi escoba?"

   "No."

   "Nope"

   "Yo no."

   "Entonces..." La voz de Yuusuke se desvaneció. Harry miró hacia arriba a tiempo para ver la mirada del chico pasar a la ventana y de regreso al lugar donde había dejado la escoba y de vuelta. "¡Ese pequeño--!"

   Kuwabara colocó abajo la cubeta de carbón con un sonido metálico. "¿Qué pasa?"

   Yuusuke pisó duro hasta la ventana y la abrió de par en par de nuevo. Aire gélido entró en el cuarto.

   "¡Hey--!"

   "¡Oi--!"

   "¡Para ya--!"

   "¡HIEI, BASTARDO!" gritó él, inclinándose fuera de la ventana y hacia la nieve soplante.

   "¡Cierra la ventana!" Seamus aulló.

   Yuusuke lo ignoró. "¡DEVUÉLVEME MI ESCOBA!"

   Harry atrapó al furioso chico por la parte trasera de la camisa antes de que cayera de cabeza del cuarto. "¡Whoa, hey! ¿Qué te hace pensar que puede oírte?" ¿Y qué te hace pensar que es él?

   "Oh, él puede oírme PERFECTAMENTE," Yuusuke silbó. "Dejó la maldita ventana abierta..."

   Eso NO tiene sentido, Harry pensó. Ron llegó a ayudar a empujar a Yuusuke al cuarto, cerrando la ventana. "¿Qué te hace pensar que Hiei tiene tu escoba?" el pelirrojo preguntó.

   "Nadie más iría a volar en una tormenta," Yuusuke respondió, como si fuese obvio.

   "Pero-"

   Yuusuke se escapó de sus agarres, girando sobre sus talones, y salió del cuarto. Harry miró alrededor, esperando poder convencer a Kuwabara para que ayudase a calmar a Yuusuke.

   Kuwabara también se había ido.


   Hiei peleó con el viento por el control de su escoba - er, la de Yuusuke --, mientras volaba alto sobre los campos entre la escuela y el bosque. Nieve giraba y soplaba en sus ojos, casi blanca en estas condiciones, pero todo lo que afectaba era su visibilidad.

   Lo mojado y congelado que se estaba poniendo podría haber apagado a cualquier demonio de fuego... excepto a él. Una de las únicas ventajas de ser mitad Dama de las Nieves era su inhabilidad de ser molestado por la nieve y el hielo (el equinoccio no contaba: eso era sobre influencias mágicas, no clima real). Estar mojado y frío era algo refrescante, de hecho. Le gustaba más que estar seco y aburrido.

   "¡Hiei!" La voz de Yuusuke flotó hacia él entre borrones de viento, casi ahogada por el sonido de el aire. "¡Teme!"

   Hiei miró hacia abajo, achicando los ojos para ver a través de la blancura. Dos puntos de negro, uno con una mancha de naranja, caminaban hacia el a través de la nieve.

   "¡Ven aquí abajo para que pueda patearte el trasero!" Yuusuke gritó, agitando el puño.

   "¿No puedes disparar tan lejos?" Hiei gritó de regreso, tentándolo. Dispara ya, Urameshi - estoy ABURRIDO.

   "¡Claro que puedo! ¡Bájate de MÍ escoba para poderte disparar!"

   ¿Eso era lo que lo detenía? ¿Que podría dañar su escoba? Hiei hizo un sonido de entretenido desprecio. Kudaran...

   Volando sobre uno de los muros altos de la escuela, Yuusuke y Kuwabara pateando nieve mientras lo seguían corriendo, Hiei aterrizó junto a una estatua en el techo. Desmontó y colocó la escoba en los brazos abiertos de la piedra.

   "¡Hora! ¿¡Qué estas haciendo!?"

   Hiei saltó del techo, aterrizando varios metros frente a Yuusuke. "Asegurándola."

   "¡Regrésala aquí abajo!"

   Hiei sonrió socarronamente. "Oblígame."

   "¡Yo, el gran Kuwabara Kazuma, te obligaré, camarón!" Kuwabara saltó hacia Hiei, blandiendo los puños. Hiei se alejó.


   Desde su lugar en la puerta abierta de la escuela, con una perfecta vista de la pelea súbita, Harry parpadeó. ¿¡Se había Hiei Aparecido--!? ¿¡En terrenos de la escuela--!? ¡No podía--!

  Kuwabara lanzó otro golpe, y de nuevo, Hiei parpadeó y se desvaneció, reapareciendo unos pies más lejos.

   "Eso no es posible... ¿¡Qué esta HACIENDO!?" Ron preguntó, sonando tan sorprendido como Harry se sentía.

   Hiei le lanzó a Kuwabara una mirada obscura. "Vete. Esto no es entre nosotros."

   "¡Teme--!"

   "No." La mano de Yuusuke salió, en un ademán que claramente decía ‘quédate fuera de esto'. "Esto es entre Hiei... y yo." Kuwabara se alejó inmediatamente. Yuusuke dio una media-sonrisa burlona a Hiei. "¿Si querías una pelea, por qué simplemente lo DIJISTE?"

   "Es más divertido así," Hiei respondió, con una expresión idéntica en su rostro.

   "Haz estado pasando DEMASIADO tiempo con Kurama..." Yuusuke masculló. Entonces se borró en movimiento y desapareció.

   "¿¡Él TAMBIÉN!?" Ron chilló, haciendo eco de los pensamientos de Harry mientras Hiei se desvanecía igual. El par apareció medio segundo después, alto en el aire y retorciéndose hacia el suelo, antes de desaparecer de nuevo. "No pueden... simplemente no pueden..." Ron comenzó a gemir.

   No pueden Aparecerse. No pueden estarlo haciendo-¿así que como se ESTÁN moviendo--? Harry achicó los ojos, concentrándose en Hiei, y esta vez el borrón de la desaparición del chico pareció durar medio segundo más, difuminándose hacia la dirección en la que aparecía de nuevo. Nieve salía volando a su paso.

   ¡Eso es! La mirada de Harry cayó al piso cubierto con nieve. Caminos de huellas se veían en el suelo, nuevos pasos colocándose en los instantes entre las ‘Apariciones' de cada chico. No se están Apareciendo después de todo... ¡se están moviendo demasiado rápido para ser vistos! Hubiese pensado en ‘invisible', excepto por la velocidad a la que las huellas aparecían.

   Otro borrón cuando Hiei desaparecía, y esta vez Harry creyó ver una pizca de negro sobre el nuevo camino. Casi demasiado rápido para ser vistos, Harry corrigió.

   "Están corriendo," dijo en voz alta, deteniendo el suave y confundido gemido de Ron a media palabra.

   "¿Qué?" su mejor amigo preguntó.

   Harry apuntó. "Mira la nieve. Están corriendo... casi puedo verlo, en borrones."

   Kuwabara miró sobre su hombro. "¿Puedes?" preguntó él. Harry asintió. "¿Cuantos golpes intentó Yuusuke ahora mismo?"

   "¿Intentó golpear?" Harry preguntó blancamente. Él no podía ver TANTO detalle.

   "Sip. Conté siete."

   Ron miró más de cerca. "No puedo... espera, están difuminándose cuando s desvanecen. ¿Es a lo que te refieres, Harry?"

   "Algo así."

   Abruptamente ambos chicos reaparecieron, sonrientes. El puño derecho de Yuusuke estaba en la mano izquierda de Hiei, cerca del estomago del bajito muchacho; la muñeca derecha, cubierta de vendajes, de Hiei, estaba atrapada en la mano izquierda de Yuusuke, colocada para dar un golpe a el cuello.

   "¿AHORA me puedes regresar la escoba?"


   Domingo se había vuelto Lunes hacia pocas horas, y el castillo descansaba pesadamente. Una luna plateada colgaba en lo alto, la noche clara y brillante con estrellas. La luz se reflejaba de cada superficie plana y la vacía, congelada capa sobre el lago, cubierta con pedazos de nieve. Los que dormían ligero en el castillo se recostaban abiertos en sus camas; la mayor parte del castillo giraba y se volteaba en sus sueños, detrás de sus cortinas. Los pocos que tenían insomnio, rara vez capaces de dormir en oscuridad normal, caminaban por los pasillos con silenciosos pies sin descanso.

   Era esta luz, sin embargo, brillando a través de las ventanas firmemente cerradas de los dormitorios de Slytherin y a través de las cortinas de cama, lo que enmascaraba el brillo de las hojas monitoras de el ojo espía de Kurama.

   Kurama se mordió el labio mientras sus lianas batían la poción de Suzuki una última vez. Era peligroso... tan peligroso... pero no podía cambiar la noche sin sueño de hoy más de lo que podía cambiar el hacer la poción de la Vida Pasada. Ninguna de sus flores para dormir duraba menos de 24 horas, y todas tenían efectos secundarios: dolores de cabeza, malos sabores en la boca, mal control de la magia, perdida de memoria... no podía drogar a sus compañeros de cuarto, no sin que nadie se diera cuenta. Realmente debería intentar cruzar a una indetectable alguna vez, pensó, pero nunca había sido lo suficientemente importante para gastar años experimentando. No era como si le hubiese importado antes; noquear a todos lo centinelas, tomar las cosas valuables, irse con mucha ventaja y a días de distancia con todo vendido para cuando alguien despertase.

   Pero eso era entonces. Esto... era una molestia ahora.

   Lianas enredadas en sus manos, jaló su dedo índice hacia abajo lentamente, y miró como el último ingrediente clave - la semilla del Makai con forma de durazno, todo trazo de chocolate lavado de la superficie - caía a la mezcla con bultos gris. Instantáneamente se volvió un claro color sirope, con la semilla flotando hacia arriba.

   Kurama lentamente dejó salir un aliento. Parecía haber salido bien, aunque tendría que esperar para revisar el color actual en la luz del día. La flor proporcionando luz sobre su caldero no era lo suficientemente brillante.

   Recorrió las instrucciones de Suzuki en su mente. En este punto, la poción era relativamente estable. Se mantendría por meses, incluso años si se mantenía en frascos de vidrio propiamente sellados (no cerrados con corcho: el corcho se mojaría con la poción y la absorbería como una esponja, revirtiéndose a una rama, lo cual obviamente no mantendría el bote cerrado). Un poco de roca o polvo llegando al caldero en este punto no le haría nada.

   La pregunta es, Kurama pensó, ¿la dejo para un momento más seguro en el futuro - y me arriesgo a tener que beber algo de tierra con ella cuando SÍ la use, ick - o la embotello ahora?

   Miró a las hojas de el ojo espía, colgando ligeramente sobre su cabeza y en un ángulo cuidadoso. El pasillo de afuera estaba vacío; el asiento de Malfoy en la sala común estaba vacío - Kurama rápidamente miró por el cuarto, encontrando que el rubio se había acercado al fuego - y la ruta de patrulla de Snape debería colocarlo cerca de la biblioteca. Kurama alzó una mano y movió la palanquilla en su tercer hoja.

   El profesor no estaba ahí.

   Kurama trajo sus lianas a los adentros de las cortinas de su cama, enviando un cortés comando a sus ojos espías mientras silenciosamente se acomodaba para yacer plano en la cama. El suave brillo de las hojas se desvaneció lentamente - apagar los monitores de golpe, por muy débil que fuera su luz, sería instantáneamente notado por cualquier posible observador. Y con Snape fuera de su radar, posiblemente en cualquier lugar del castillo...

   Mantener secretos primero. Embotellado después.

   Kurama cerró sus ojos y se obligó a dormir.


   McGonagall tomó nombres el Miércoles. Harry escribió el suyo, como lo hicieron Ron y Hermione - ella planamente se reusaba a dejar la biblioteca este año, y Ron nunca dejaba a Harry solo en Navidad.

   Todos los estudiantes de intercambio se iban a quedar también.


   Jueves por la tarde, después de medio-cargar a Neville de regreso a la Torre de Gryffindor - el terco chico había intentado repetir el golpe de poder de la semana pasada, y casi se había noqueado a si mismo a la inconsciencia antes de que Kurama pudiese reinarlo - Kurama se apresuraba a los invernaderos y se permitió entrar en el número uno.

   El Invernadero Uno era la casa de las plantas de nivel más bajo usadas en el curso de primer año. Las plantas más peligrosas aquí eran Gigglegorse, la cual inducía un rápido ataque de risa a las personas que lo olían, y Trampa del Duende, un familiar débil de la Trampa del Diablo.

   Hoy, la Trampa del Duende tenía un agarre firme en un niño de primer año, quien comenzó a patear y gritar el instante en que vio a Kurama. "¡No! ¡Aléjate, bastardo de Slytherin!"

   Kurama notó la corbata de Gryffindor, y suspiró. Estúpido, estúpido sistema de Casas... Evitando patadas, se arrodilló junto al chico y comenzó a prontamente desenredar las lianas. "¿Qué te poseyó para acercarte a una Trampa de cualquier tipo sin tu varita fuera?" preguntó, sin esperar respuesta. No obtuvo una, el chico congelado, tenso con sospecha mientras se daba cuenta de que lo estaban liberando.

   Un peso familiar jaló el cabello de Kurama, al tiempo que terminaba con los brazos del chico y volteaba a desenredar las piernas. Kurama sonrió. El espíritu  del bosque lo había encontrado rápidamente.

   "Ahí estas," murmuró él. "Sal a decir hola." Tal vez el estúpido espíritu dejaría de jalar su cabello - un fuerte tirón, el bowtruckle moviéndose bajo su cola de caballo, tirando de los cabellos de Kurama y mezclándolos contra su agarre en las túnicas - o tal vez no.

   "¿Qué es eso?" el niño preguntó, sorprendido fuera de su dura, automática desconfianza hacia los Slytherins.

   "Un bowtruckle," Kurama contestó. "Ha estado en este invernadero desde Septiembre."

   "Genial..." el chico respiró. "Creí que a esas cosas no les gustaban los humanos."

   "Este parece creer que soy un árbol." Jaló la liana que se enredaba en la cintura del chico. "Tuerce y párate." El chico obedeció, liberándose.

   "¿Cómo te llamas?" Kurama preguntó, arrojando la liana de regreso al montón de Trampa del Duende.

   "Kenneth."

   "¿Y qué clase te estas saltando, Kenneth?"

   El chico tragó saliva, dos motas de color llegando a sus mejillas. "Defensa," respondió débilmente.

   Al menos no era Pociones. Snape era más aterrador y menos justo que Genkai. Kurama sonrió. "Debo hablar con la Profesora Genkai de todos modos. Te llevaré ahí."

   "¿No tenías que hacer algo aquí?" Kenneth preguntó rápidamente.

   Que observador eres. "Lo hice." Kurama alcanzó una mano a su hombro, rozando un dedo por el brazo tipo rama del bowtruckle. "Recogí a este amiguito."

   "Oh." Kurama colocó una firme mano en el hombro de Kenneth, y lo guió del invernadero y de regreso al castillo.

   Kenneth estuvo de malas todo el camino hacia la puerta abierta del salón de Defensa, donde Kurama golpeó la puerta. Genkai miró arriba, deteniéndose a media oración.

   "¿Sí?" preguntó ella.

   "Entrega especial, Profesora," Kurama dijo, dándole a Kenneth un suave empujón hacia el cuarto. Antes de que demasiada atención le cayera encima, sin embargo, Kurama añadió, "¿Y puedo hablar con usted por un momento?"

   Genkai dejó el cuarto, cerrando la puerta casi completamente detrás de si. "¿Qué pasa, Minamino?"

   Kurama sonrió en su modo más adolescente-humano. "Bueno, primero, encontré al niño atrapado en Trampa del Duende - por eso llegó tarde a clases." Genkai arqueó una ceja. "Y, segundo, necesito revisar algo..." Su voz se aplanó, congelándose casi imperceptiblemente. "Puede que me pierda la cena."

   "Es tu estomago," Genkai dijo planamente.

   Kurama tomó eso a significar que ella lo cubriría si lo hacía, y se fue, el bowtruckle aún colgándose a su cabello y a sus túnicas.

   Una vez fuera de nuevo, se dirigió al lago, batallando contra la nieve. Maldita cosa... me hace desear estar en Tokio, donde casi no hay. ¡Estoy dejando un rastro que un cachorro de Lyxie ciego podría seguir! Y como si eso no fuera suficiente... miró hacia el cielo. Un grupo de puntos verdes sobrevolaban el campo de Quidditch. El equipo de Slytherin podría verlo si no era cuidadoso.

   No lo puedo dejar para después, sin embargo.

   En el lado sur de el lago, el bosque crecía hacia la orilla del agua - no el Bosque Prohibido, pero un bosque más suave y joven que cubría las colinas alrededor de Hogsmade. El lago, el castillo, y un estiramiento de roca que los separaba aquí, en el punto en el que casi se unían. Kurama se agachó detrás de uno de los árboles más grandes, y saco el collar con el frasco de su cuello. Colgó inocentemente en le luz del sol, lleno se sirope de color rosa.

   Kurama abrió el sello que mantenía al frasco cerrado.

   Espero que funcione, pensó él. Mientras se tomaba la mitad del frasco - lo suficiente para durar cinco horas - y lo colocó de nuevo dentro de su camisa.

   Realmente no sabía cuanto iba a tardar. De las tres veces que había tomado Vida Pasada antes, la primera había sido en forma de humo: inhalada, con efectos casi instantáneo. La segunda vez, se había drogado con el líquido antes de su pelea con Karasu, y había tomado unos buenos diez minutos para tomar efecto. La tercera vez, cuando la necesitó para su varita, utilizó el líquido de nuevo, y solo había llevado tres minutos.

   Niebla tembló ligeramente sobre la nieve.

   ¿Esto es...? ¿Había ocurrido la neblina durante su pelea? No podía recordar; el demonio sicótico tratando de hacerlo explotar había tenido toda su atención.

   Sonrió socarronamente ante eso, inclinándose hacia delante para colocar una mano en la nieve. Sueno tan relajado... Abruptamente, se dio cuenta de que su mano era grande y pálida, decorada con largas, puntiagudas garras, y su manga se había ido. Delicado cabello sin peso le caía contra los hombros; una rápida flexión de los músculos en su cuero cabelludo probó que sus orejas de zorro estaban en su lugar.

   ¡Ni siquiera noté el cambio!

   Ir de un cuerpo natural al otro, sin tener que hacer que pasara, era evidentemente tan fácil que no daba señal. Suerte... había estado esperando algo más impresionante, y un poco más incómodo, por los recuerdos de sus peleas. Tal vez habían sido simplemente las heridas y distracciones.

   Youko colocó su otra mano abajo, con todas las extremidades al suelo, y se concentró. Sus manos se encogieron, huesos y músculos deslizándose bajo la piel, pelaje creciendo de ella. Gruesas y oscuras almohadillas se formaron de las partes carnosas de las puntas de sus dedos y sus palmas; su nariz y boca se fusionaron y estiraron a un hocico. Una cola se convirtió en dos, cuatro, cinco. Su largo y hermoso cabello se acortó a un espeso pelaje.

   Un gran zorro plateado de cinco colas se paraba junto al árbol, un bowtruckle colgado a su espalda. Con un extraño y alegre ladrido, y una sacudida del cuerpo parecida a la de los perros, movió una cola y comenzó a correr.

   La cueva a la que Harry y sus amigos habían ido con el perro estaba sorpresivamente cerca de Hogwarts - una sola milla, sobre el risco y en este lado del río. Youko se detuvo junto al árbol más fuerte con vista a la cueva, y empujó suavemente al bowtruckle para que bajara de su espalda. Empujando con su nariz, patas, y gruñendo un par de veces, intentó expresar que él quería que el espíritu de bosque se quedara aquí a observar al perro.

   Se giró, solo para sentir un jalón en su cola.

   ¡QUÉDATE, maldición! gritó él mentalmente, empujando la respuesta al espíritu con su magia para reforzarla. ¡Observa a perro negro!

   El bowtruckle dejó su cola, mirando con sorpresa de ojos saltones al zorro. Entonces, lentamente, apuntó al árbol, y luego a la cueva.

   ¿keek? Resonó en la mente de Youko.

   Si Youko hubiese estado en su forma humana, su boca estaría abierta. No lo creo. ¿¡Se parecen lo suficiente a plantas reales que puedo hacer que me comprendan!? Oh, lo que podía HACER con esto... ¡una posible red de informantes, como la de Hiei!

   Quédate aquí. Espía al perro negro que voy a ver ahora mismo.

   ¿¿¿¿???? Quedar. Ir a ver perro. ¿¿¿???

   Confusión sonó a través de los conceptos contradictorios. Youko suspiró - el comando había sido muy complejo. Quédate. Mira perro.

   Quedar. Mirar perro. Su bowtruckle felizmente trepó al árbol, ordenes confirmadas.

   Youko avanzó por la orilla, rodeando el sitio de la cueva. Olfateó - esencia humana, todo alrededor, mezclada con un poco de olor a perro: ambos machos, adultos, no viejos, y frescos. Recordando el débil tinte de olor a gato cerca de McGonagall, Youko podía apostar que el "perro" de Harry era un Animago.

   Había exactamente dos razones en las que Youko podía pensar para que un Animago estuviese acampando afuera en invierno. Uno, excentricidad. Pero incluso con lo extraño que algunos magos parecían ser, Youko seriamente dudaba esa. La otra opción era necesidad - no podía vivir entre la gente. No estaba espiando o haciendo trabajos, no si se había quedado aquí tanto como el olor le decía a Youko. Así que... eso dejaba ocultarse. Y la pregunta era, ¿se ocultaba de Voldemort, o de la ley? ...¿o ambos?

   ¿Y quién era él para Harry?

**Continuará**

Notas de la autora:

 

"-Mou = sin significado, algo así como "ay, hombre" o "cielos".

-Teme = ruda forma de decir "tú", toscamente "tú, tonto".

-Kudaran = "ridículo", con la implicación "esto es demasiado estúpido para seguir hablando de ello".

-Hora = Hey

-¿El punto de lo de robar la escoba? Um, mierda-y-risa. Mi musa maligna lo aventó dentro cuando trataba de matar un poco de tiempo en el capítulo anterior, y ahora temo por mi vida si no lo termino y les doy el incidente actual a los lectores.

-Ta dah, finalmente han obtenido su primera probadita de Youko.

-El zorro claramente tiene 4 colas en los Artefactos, cuando Kurama le esta diciendo a Yuusuke su historia. Pero esto es después del Torneo, y Kurama era MÁS fuerte al final del Torneo de lo que era en la Flauta de los Insectos. Creo que ya se ha ganado otra cola."


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