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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

Más de Youko.

¿Alguien extrañó a Draco?
Hoy, él tiene una cita.

Capítulo 31
Oportunidades de...

   Algo más de una semana después, el Expreso de Hogwarts se fue, llevándose a los estudiantes a casa por las vacaciones de invierno. La mayor parte del castillo se quedó vacía - casi todos estaban yendo a casa, compensando por quedarse a la Fiesta de Yule la Navidad pasada.

   En lugar de ver a sus compañeros de escuela marcharse, Kurama salió después del desayuno, robándose la luz pre-alba como lo había hecho la semana pasada. Regresó a la cueva como Youko el zorro, y rascó la base el fuerte árbol.

   El bowtruckle sacó la cabeza de su nido, y conceptos empezaron a aparecer en la mente de Youko, acompañados de imágenes que no se interconectaban con la corteza visual de un animal. Peso-substancioso formaba un lugar para comenzar una vida de hogar  (¿el piso?), elevándose y arqueándose sobre su cabeza (¿la boca de la cueva?. Y dentro, en el vacío espacio caliente-y-muerto - la propia cueva, con una pequeña fogata - la bestia-peluda-sucia llamada "perro" se estiraba, cambiaba, crecía a la bestia-no peluda-sucia llamada "hombre", bajo la falta de color distintiva para alguien con magia.

   Youko ladró, y parpadeó, alejando los extraños patrones de pensamiento. Que extraña experiencia... ¡Tuve suerte de entenderla siquiera! E incluso más suerte de haber encontrado al espíritu más excéntrico de los alrededores -- ¿cuántos espíritus de bosque se colocarían a una distancia en que pudiesen oler fuego, sin importar que tan pequeño e inocente?

   Buen espíritu, Youko pensó para el bowtruckle. Era un muy bien espíritu, pero la información no había sido lo suficientemente buena. Necesitaba una cara real, si no conseguía un nombre. Y ahora que el perro estaba confirmado a no ser más que humano...

   Levantando su pata trasera, Youko rascó detrás de su oreja. Una diminuta semilla cayó al suelo, y él la presionó a la tierra con una garra. Esta vez, se concentró en las raíces del ojo espía, creciéndolas para que corrieran bajo el suelo y hacia la cueva. En el otro extremo, un empuje de poder llevó una rama a elevarse a la superficie. Floreció solo medio centímetro sobre el piso, dejando solo suficiente espacio para girar los lentes a que no dieran al techo. En su extremo, Youko mezclaba las raíces con las del árbol del bowtruckle, y sacó una sola hoja a la superficie, mezclándola con la que el árbol había soltado durante el otoño.

   Golpeó el control con la pata, encendiendo el monitor. Mientras su bowtruckle miraba sobre su hombro, él aumentó la sensibilidad, hasta que tenía una imagen visible - aunque granosa.

   El perro-mago se sentaba cerca de su fogata improvisada, agarrando una gabardina demasiado pequeña alrededor suyo con una mano. En la otra, sostenía un sándwich se algún tipo, comiéndolo avaramente.

   Era un hombre de cabellos oscuros de tal vez cincuenta años humanos, sus ojos hundidos con dolor y hambre. Una sucia y enredada barba cubría las partes bajas de su rostro, sin adecuadamente esconder la falta de color o carne en sus mejillas. Mientras  Youko estudiaba la imagen, lentamente discernió que las túnicas bajo la gabardina colgaba pobremente de un cuerpo delgado, y estaban rasgadas y grises con mugre.

   Youko cuidadosamente estudió el rostro, memorizándolo para que pudiese buscarlo después en la biblioteca. Justo cuando comenzaba a sentirse confiado de que podría reconocerlo, oyó una rama romperse detrás de él, y prudentemente comenzó a saltar de regreso hacia la escuela.


   Harry se había escapado mientras los otro estaban distraídos, tomando la oportunidad de enviar a Crookshanks con otro saco lleno de comida a Sirius. Había encontrado un asiento cálido en la Lechucería, y se sentó para escribir una carta.

 

Querido Remus -

   ¿Cómo estas? Hermione y Ron dicen hola, como también lo hacen Hocicos y Crookshanks y todos.
   La escuela va bien este año. El último juego de Quidditch estuvo genial - Hufflepuff puso una pelea muy buena contra Ravenclaw, salieron 110-200. Su nueva Cazadora se transfirió de Japón, y ella es realmente, realmente aterradora en una escoba. ¡No puedo esperar a jugar contra ellos este año!
   Fuimos a Hogsmade ayer. ¡Fue excelente! Tienen dulces nuevos en Honeydukes, regaliz negra que te hace ladrar como perro, y compramos un montón. No tantos como Hiei (ese es otro de los estudiantes de Japón; él está en nuestro dormitorio), pero lo suficiente para hacer a Hermione asquearse. Creo que va a agregar cepillos de dientes en nuestras calcetas este año.
   Mis clases van bien (excepto Adivinación... y Pociones son Pociones)-sabía que querrías saber de eso. Las de Ron van casi tan bien, aunque por alguna extraña razón la profesora de Defensa le sigue asignando ajedrez de tarea. Las calificaciones de Hermione son, como es usual, las mejores.

   ¡Felices fiestas!

-Harry

   Ató la carta a la pierna de Hedwig. "A Remus Lupin," murmuró, acariciando sus plumas gentilmente. "Ve."

   Salió volando por la ventana.


   Más tarde esa tarde en la biblioteca, Kurama alejaba otro anuario de Hogwarts. Fracaso, de nuevo. No había absolutamente nadie quien se viera remotamente como el hombre-perro dentro de la cueva.

   El registro de Animagos había sido, nada sorpresivamente, de ayuda nula. De los magos y brujas en él, el único mago-perro era una mujer que se convertía en un poodle miniatura. Pero Kurama había dudado seriamente que fuera a ser fácil. Medio punto de convertirse en un animal era moverse alrededor sin ser detectado; los Animagos registrados solo podían ir por el mundo Muggle sin ser reconocidos. Considerando el prejuicio, falta de gusto, y simple terror hacia los Muggles que era estándar en la cultura Occidental mágica, la mayoría de los magos no querría hacer eso. La prueba de su razonamiento había llegado cuando Kurama había visto el tamaño de la lista - menos de cien nombres, mucho menos que la mitad siquiera de lo que debería haber. Seguro el perro de Harry no estaba registrado.

   Y había estado en lo correcto. Lo que lo había llevado a los anuarios de Hogwarts, en esperanza de que el mago-perro hubiese sido un graduado. Había comenzado con 1960, el tiempo correcto para que una persona de 50 años estuviese en Hogwarts, y se movió al frente desde ahí. Pero ya estaba en el de 1970, sin reconocer a nadie excepto a Lucius Malfoy y varios profesores. ¿Seguro que el hombre ojeroso que había visto no podía ser TAN joven--?

   Levantó el siguiente libro en la pila, 1975, y comenzó a ojearlo. Reconoció a más gente en un modo; Snape, en la parte trasera de una foto de la biblioteca. En la próxima página, un Harry más alto, con ojos oscuros, y sin cicatriz. Sin duda el padre de Harry, Kurama pensó, aunque su actitud es la de en buscador de atención, distinto a su hijo.

   El chico revoltosamente enredaba el cabello de otro chico que se veía enfermizo, ninguno de los dos mirando la cámara mientras el delgado chico gruñía juguetonamente y enviaba su pluma llena de tinta a corretear al padre de Harry fuera de la escena. Kurama iba a voltear la página, cuando un chico de cabellos oscuros llegó a levantar al delgado, haciéndole cosquillas sin piedad, y sus rostros se mostraron a la cámara.

   Era el mago-perro. Casi irreconocible, tenía quince o dieciséis años de edad, bien-alimentado, limpio, con gozo y carisma radiando de su ser en la fotografía. Los ojos de Kurama cayeron a la capción.

   James Potter. Remus Lupin. Sirius Black.

   La clase de Astronomía nombraba a la estrella de la verdad más brillante como ‘Sirius', y la llamaba la Estrella Perruna. El Joven Black probablemente tuvo eso metido en la cabeza mucho antes de entrar a Hogwarts. La psicología SÍ afectaba la magia interna... el perro de Harry era más que probablemente el hombre ‘Sirius Black'.

   Ahora a ver que información podía encontrar sobre el Señor Black.


   Draco apenas había puesto un pie en la Mansión Malfoy cuando un elfo domestico se le apareció. Su nariz se encogió ligeramente en repulsión mientras el elfo se acobardaba a sus pies.

   Ya era muy pasada la media noche, y había estado viajando todo el día. La Mansión Malfoy estaba en el Distrito Lago, en el norte de Inglaterra - más cerca de Hogwarts que a Londres, de hecho. Llegar a casa requería tomar el Expreso a King's Cross, luego tomar el ‘Andén a la Plataforma 5 y 2/3 en London Euston', para atrapar el Directo de Tarde a Carlisle. ENTONCES debía ir a la ‘Entrada a la casa carruaje' fuera de la ciudad, y después de todo eso aún quedaba un viaje de dos horas a casa. Desesperadamente deseaba un baño, una comida decente, su cama, y su licencia de Aparición. No necesariamente en ese orden. ¿Y un elfo domestico se ATREVÍA a detenerlo de conseguir los primeros tres?

   "¿Qué?" le espetó, muy consciente de que no hablaría sin permiso.

   "Por favor, señor," el elfo chilló, frotándose las vendadas manos juntas, "el Amo quiere al joven Amo en la sala de inmediato, señor."

   "¿No puede ESPERAR?" Draco masculló.

   "El Amo fue muy insistente, señor," el elfo tartamudeó.

   Draco lo pateó. ¿La estúpida criatura no podía ver que era una pregunta retórica...? Suspiró y avanzó desconfiadamente a la sala. Era una fina línea entre no ser visto, parecer triste, caminata insubordinada, y la propia manera de sumisa forzada que mostraba lo educado que estaba siendo al enfrentar demandas tan irrazonables, pero caminó esa línea muy bien.

   Abrió la puerta, entró, y su expresión exhausta se volvió inexistente bajo un flujo de adrenalina. Su padre estaba ahí, sí, pero también Voldemort. Draco prontamente reverenció, contra su bien-nacido, bien-entrenado orgullo Malfoy y dignidad. Machaco esas emociones a una diminuta pelota, imaginándolas guardadas en la bóveda de Gringotts más profunda en Gran Bretaña, enterradas bajo la suprema importancia de su supervivencia sin dolor.

   "Mi Señor," murmuró él.

   Voldemort le indicó hacia una silla cercana - una delicada monstruosidad de caoba, con grabados de listones y un pequeño, caro asiento bordado. Draco se sentó finamente, inseguro de si la silla podía soportar peso alguno. Nadie nunca la usaba.

   "¿Té?" el Señor Oscuro ofreció, haciendo un ademán hacia una charola cercana.

   "Si le apetece, Señor," Draco contestó. Había aprendido ESA respuesta rápidamente en el verano. Un Mortífago, iniciado o no, no dictaba al Señor Oscuro en ningún modo... incluso en una manera tan pequeña como si quería o no té.

   Draco suponía que esa era la razón por la que nadie cuestionaba la fijación de Voldemort por Potter.

   Voldemort asintió su aprobación , y sirvió té para si mismo y para Draco. Actuando como el anfitrión agraciado, en lugar de el invitado de mi padre. Juego de Poder - una muestra de que él es el amo, no nosotros, Draco notó ausentemente.

   "¿Leche? ¿Azúcar?"

   "Si le apetece, Señor."

   Voldemort le pasó a Draco una copa. Draco esperó, dejando que su té se enfriara, mientras Voldemort se preparaba una copa él mismo. Solo después que el Señor Oscuro hubo tomado un trago Draco tomó un poco también.

   "Eres fácilmente el más observador de mis niños aún en la escuela," Voldemort dijo. Draco inclinó la cabeza en aceptación muda de el comentario. "Cuéntame de la nueva profesora, y sus estudiantes."

   Draco parpadeó con sorpresa, instantáneamente apenado de su lapso. Por SUPUESTO que Voldemort querría saber de ellos - la famosa Genkai y sus protegidos escogidos especialmente. Draco debió de haber usado todo ese tiempo que le tomó llegar a casa para colocar sus observaciones en algún orden.

   "Hay ocho personas, en total," dijo lentamente, tratando de conseguir tiempo. "La Profesora Genkai, tres Gryffindors: Yuusuke Urameshi, Kazuma Kuwabara, y Hiei Jaganshi, dos Hufflepuffs: Yukina Koorime y Botán Shinime, un Ravenclaw: Keiko Yukimura, y un Slytherin: Kurama Minamino." Eso dejaba claro quien era quien, por lo menos.

   "En clase, Genkai se enfoca en tácticas, la naturaleza de la magia, y los Tres Mundos. Mucho del tema está centrado en los demonios, la cultura demoníaca, y sobrevivir un encuentro contra uno. Ella proclama que la mayor parte de los practicantes Oscuros son demonios, o están unidos a lo que pasa por leyes y morales entre los demonios." Draco no estaba muy seguro de querer creer eso.

   "Le dedicó el primer mes a la magia interna, pero después de eso, parece que ella ha dejado el aprendizaje actual de ella a tutorías fuera de la clase." Que no era la pesadilla que pudo haber sido. A Draco le gustaba hacer cristales. Tal vez eso era parte de que fuera magia interna... a Crabbe y Goyle les gustaba la pelea estilo Muggle, incluso antes de todo esto. Y Draco se estaba distrayendo del tema, lo que no era bueno.

   "Genkai es una profesora estricta, sin-" pensó en decir ‘respeto por', pero eso no era del todo correcto, "-interés en mantener las fronteras de Casas. De hecho, parece algo determinada con romperlas. Esto de ignorar la estructura social se carga a otras áreas, también; su heredero elegido, Urameshi, y la chica de Ravenclaw son nacidos de Muggles." No habría modo de hacerla venir a la supremacía de magos... probablemente sería imposible traerla al servicio de Voldemort.

   "Cuéntame del Slytherin," Voldemort comandó, ignorando a los nacidos de Muggles.

   Draco no estaba sorprendido por su orden. Los Slytherins eran los candidatos primos para la magia oscura, por muchas razones. "Un controlador de plantas; me aventuraría a decir maestro, a pesar de su edad. Duerme con Trampa del Diablo en sus cortinas de cama, y sus rosas cortan a través de roca protegida, cuando un Encantamiento de Explosión no lo daña." Y si eso no era suficiente evidencia, nada lo era. "Tiene cabello de demonio en su varita-"

   "¿Cabello de demonio?" Voldemort repitió.

   "Si, Señor." ¡Ha, lo sorprendí! "Pero proclama que solo quiere hacer amigos, aunque no estoy enteramente seguro de con quien. Estaba en buenos términos con Potter antes de ser Sorteado, y es abiertamente nada hostil a todos los estudiantes." Pero con ese corazón de cabello de demonio... Draco no necesitaba contar sobre su encuentro con la Trampa del Diablo de Kurama para probar que había algo Oscuro acerca del chico. Su varita sola era suficiente prueba, si lo notabas. "Se mantiene en buenos términos con los otros estudiantes de intercambio, particularmente Jaganshi. Se sienta con él en Pociones y durante partidos, fue a Hogsmade con él, y llega a las comidas con él la mitad del tiempo. Incluso invita a Jaganshi al dormitorio." Draco casi no logra mantener su nivel de voz. Un GRYFFINDOR en su DORMITORIO... "No creo que pueda conseguir a Minamino sin tomar a Jaganshi." Oops, había sacado conclusiones por el Señor Tenebroso.

   Voldemort colocó su té en la mesa, enlazando sus dedos juntos y - afortunadamente - pasando sobre el pequeño lapso. "Cuéntame de este Jaganshi, entonces."

   "Oscuro." La palabra salió de la boca de Draco, casi involuntariamente, y las cejas de Voldemort se alzaron. "Un amo de la espada, parece tener un poder con el fuego-" La prueba de escobas, el primer día, indicaba eso. Ninguno de los rumores lo mencionaban, sin embargo, así que Draco estaba seguro que no muchas personas más lo habían notado. "-definitivamente no tiene respeto por el estatus social." ¿Cómo lo había puesto Minamino? "Casi no tolera a los magos, mucho menos a los Muggles." Pensándolo bien, sería un buen Mortífago. Draco tuvo que bloquear esa línea de pensamiento rápidamente - se suponía que ÉL debía ser el buen mortífago, no algún extranjero extraño. Afortunadamente, Jaganshi venía con su propia falla fulminante.

   "Su hermana, sin embargo, esta fascinada con ellos." La chica incluso tomaba Estudios Muggle.

   "¿Ella es tu tutora de magia interna, no es cierto?" Voldemort preguntó.

   "Si, Señor."

   "¿Qué tan seriamente toma su relación con ella?"

   "Mucho, Señor." Esto estaba avanzando justamente a donde Draco quería. "Trata de ocultarlo, pero él es devoto a ella." Lo suficiente para cargarla fuera de edificios en llamas cuando era perfectamente capaz de correr por si misma, y nombraba a su gato como ella. Lo suficiente para nunca unirse a los Mortífagos, porque le molestaría a ella. La posición de Draco estaba segura.

   "Ella es la clave, entonces," Voldemort pensó. "LA observarás. Intenta convertirla a nuestra causa; gánate su confianza, busca puntos débiles, encuentra oportunidades para que nosotros la tomemos."

   ¡Rayos, se le regresó! "Como comande, Señor," Draco dijo.

**Continuará**

Notas de la Autora:

"-De tal vez unos cincuenta años; Azkaban envejeció a Sirius considerablemente. Esta de hecho en los treintas, de acuerdo al Lexicon.

-La estrella de la verdad más brillante. Venus y Júpiter son más brillantes que Sirius, pero son planetas, no estrellas."


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