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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

En mi opinion, Kurama es adorable cuando quiere.

Draco es algo arrogante.

Y Hiei definitivamente es adorable sin querer.

Capítulo 32
Estilo Festivo

   En algún momento de las tempranas horas de la mañana (un poco después de el alba, pero antes del almuerzo), Kurama se paseaba por el pasillo principal, perezosamente creciendo y regresando a semilla un aguinaldo azul claro. Se enredaba alrededor de sus dedos y su mano, haciendo diseños intrincados antes de florecer súbitamente, y luego encogiéndose a una semilla.

   Había evitado juegos tan ausentes durante el curso. Tales muestras tendían a poner a la gente nerviosa, o celosa, o lo suficientemente tonta para intentarlo por si mismos. - esto tomaba el control y la delicadeza de un maestro, y tenía el riesgo añadido de cortar la circulación o incluso los dedos si se hacía mal. Así que no lo había echo. Pero ahora que casi todos se habían ido, las posibilidades de ser visto eran casi cero.

   Y además, estaba aburrido.

   Su intento de un nudo céltico cayó, la liana anudándose felizmente alrededor de su muñeca. Él suspiró, dándole un tirón experimental. El nudo estaba demasiado bien-enredado para quitarlo, las ramas creciendo y entrelazándose sin orden alguno. Partió el tallo, para que no cortara su brazo cuando jalara su poder de regreso.

   Las puertas delanteras se abrieron de golpe, un torrente de aire frígido entrando con el Profesor Hagrid al edificio. Kurama se metió un poco más en las sombras, lejos del viento, mientras el profesor golpeaba sus pies contra el tapete para quitarse la nieve. Había una masa oscura y picuda detrás de él - Kurama achicó los ojos -- ¿un árbol? Un pino fresco recién cortado, de unos ocho metros de alto y la mitad de eso de ancho, para ser precisos. ¿Por qué...? Oh. Cierto.

   Un árbol de Navidad.

   Nunca había visto cuando se ponían... así que mientras el profesor jalaba el tronco hacia arriba y arrastraba el árbol más allá de las escaleras, Kurama se salió de su escondrijo y lo siguió. Fue guiado al Gran Comedor, intimidantemente vacío en aquel momento: tres de las mesas de estudiantes habían sido removidas, dejando solo una mesa de pie, sola y enana, en el centro del cuarto.

   Hagrid colocó el árbol sobre un sujetador de metal en la esquina, uno de la docena colocados por los lados del cuarto. Parecía un gran platón de metal unido a un tri-pie con un aro. Cuando Hagrid alzó el árbol y metió el tronco en el aro, su propósito se volvió claro: un sujetador de árbol.

   "¿Va a levantar una DOCENA de esos sólo?" Kurama soltó, aún inmerso en su rol de ‘adolescente humano'.

   Hagrid giró, casi tirando el árbol de la sorpresa. Sus ojos, ampliamente abiertos y llenos de desconcierto se achicaron cuando cayeron en Kurama. "Por supuesto que sí," dijo alegremente. "Lo hago todos los años."

   "Lo siento," Kurama rápidamente se disculpó. Los ojos de Hagrid se agrandaron de nuevo. "No quería sorprenderlo, o... o nada," terminó torpemente.

   "Está bien," Hagrid le aseguró, sonriendo con algo de incertidumbre.

   Es amable, Kurama abruptamente se dio cuenta. No tiene motivo para ser amable con los Slytherins, y ciertamente tiene la capacidad de ser gigantescamente torpe para hacer juego con esa estatura y fuerza de medio-gigante, pero... no lo es. Me está tratando como un... un estudiante que lo sorprendió, no un Slytherin que lo odia.

   ...Puedo trabajar con esto.

   "¿Le molestaría si le ayudo?" Kurama preguntó, tomando un paso al frente.

   Hagrid visiblemente se aguantó una risa. "Eres un poco pequeño para estar haciendo esto," respondió, sin aguijón en las palabras. "Y es una larga y fría caminata hasta los pinos."

   Kurama sonrió, alcanzando con la mano para jalar una rama suavemente. "Entonces realmente PUEDO ayudarle," le dijo al medio gigante. "Hay un cono de pino casi a media altura que no ha perdido todas sus semillas. ¿Por favor déjeme ayudar?" Volteó una mirada suplicante hacia Hagrid. "Genkai casi NUNCA me deja crecer árboles - dice que demasiados arruinan el Feng Shui del jardín."

   "¿Fung qué?"

   "Un concepto Chino... no importa." Kurama realmente no quería intentar explicar esa rama de la magia. "¿Así que, puedo ayudar?"

   Hagrid se encogió de hombros indulgentemente. "Si realmente quieres, no te detendré."

   "¡Gracias!" Kurama hizo al cono desatarse de la rama - estaba muy alto para alcanzarla él - y cayó en su mano mientras Hagrid comenzaba a voltearse. Otra pizca de poder abrió el cono más completamente en su mano, y jaló las semillas a ser libres, quitando la cubierta tipo papel lejos. El profesor estaba un paso lejos ahora, avanzando a la puerta, y alzó el pie para tomar otro paso.

   Kurama hizo nacer la semilla, empujando un año de crecimiento en ella en medio segundo. Dos años... Hagrid bajó el pie, terminando su segundo paso. "Profesor," Kurama llamó, cambiando su agarre para cargar al arbolito.

   El profesor miró atrás sobre su hombro. Entonces se quedó con la boca abierta. Kurama le ofreció el joven árbol creciente - ahora un poco más grande que la mitad del tamaño de Kurama, llenándose lindamente y poniéndose algo incómodo para el agarre del Youko. "¿Le molestaría? No va a crecer bien su lo pongo en el piso."

   Aún con la boca abierta, Hagrid mudamente tomó la parte de debajo del tronco, y Kurama continuó condensando años de crecimiento a minutos. Pronto, este árbol era casi tan grande como el original. "¿Lo quiere del mismo tamaño que el primero, o diferente?" Kurama preguntó brillantemente.

   "Er... el mismo tamaño estará bien..." Hagrid dijo.

   "Okay." Kurama añadió un par de centímetros más de altura a su árbol, y tiró de su poder para sellar el crecimiento del árbol a su lugar - si no lo hacía, se revertiría a una semilla segundos después de que lo soltara. Jaló un cono lleno de semillas de una rama cercana, y permitió a Hagrid llevarse en árbol.

   "¿Estas bien para más?" Hagrid preguntó, colocando el árbol en el segundo estante.

   "Seguro," Kurama murmuró, ya comenzando con otro joven árbol. "Podría seguir con esto todo el día."

   "Eso es genial," Hagrid dijo. "Porque tenemos mucho trabajo frente a nosotros."

   "Nosotros tenemos", Kurama pensó. ¡Toma eso, reputación de Slytherin!


   "¡Tsunami de Nieve!" Yukina gritó.

   "¡ACK!" Harry logró chillar, antes de ser tirado de sus pies y enterrado bajo una ola de nieve de tres metros. Mojado y congelado, batalló unas pocas veces antes de salir a la superficie.

   "¡Tío!" Ron llamó. "¡Nos rendimos!"

   "¡Claro que NO!" Yuusuke gritó. La bola de nieve de Botán lo golpeó en la cara, enviándolo a chocar contra la niña de tercer año que llenaba el equipo de Gryffindor. Rápidamente rodó y se levantó para ayudarla a sentarse. "Er, ondeando la bandera blanca aquí -- ¿es blanca, verdad?"

   "Sí," Hermione le dijo. "Blanco para rendición."

   Yuusuke apartó la mirada a tiempo para ver a Keiko lista con otra bola de nieve. "¡ACK! ¡Nos rendimos, nos rendimos!"

   Keiko le dio una mirada de falsa decepción, mientras el resto del equipo de Hufflepuff-Ravenclaw (todos los seis) echaban porras.


   La celebración estaba a tempranas edades cuando Draco logró ir escaleras abajo, logrando evadir muchos intentos a una Línea de Recibimiento Familiar Malfoy.

   "¡Ministro! ¡Estoy tan feliz de que lograra llegar!" Narcisa radiaba, permitiendo a Fudge tomar su mano e inclinarse ante ella. Se paraba sola - su intento anual en la Línea había fallado de nuevo. Puntaje: Narcisa - 5, Draco y Lucius - 10.

   "Encantado de estar aquí, Lady Malfoy, simplemente encantado," respondió él, mostrando la sonrisa que le había ganado la elección. "¿Y puedo ser tan directo como para decirle lo encantadora que se ve esta noche?"

   La Señora Fudge habló a la madre de Draco. "El gris es un color tan maravilloso en ti, Narcisa, querida. Debo tener el nombre de tu costurero."

   "Pero si es Frederico - ese dulce chico de España, ¡seguro que lo conoce!"

   "Oh, por supuesto, que torpe de mi parte..."

   Draco se escapó antes de que su madre lo notara. El Ministro mismo era un tipo decente - para un desesperado hombre que tenía más carisma que cerebro - pero su esposa tenía una molesta voz fingida, y un mal hábito de pretender que cualquiera que tuviese menos de diecisiete años era un bebe.  Él realmente no quería que le pellizcaran las mejillas o que se metieran con su perfectamente peinada cabeza.

   Pasó un par de meseros humanos circulando en el salón de baile menor, tomando una copa de vino blanco y varias fresas cubiertas de chocolate para si mismo, y caminó hacia el grupo creciente de adolescentes y graduados recientes de Hogwarts.

   "¿Draco, donde HAZ estado?" Pansy preguntó, manos en sus caderas, cada pulgada de una mujer ofendida. Usaba túnicas de seda rosas, en un corte más estilizado y adorador que el de los horribles uniformes del colegio.

   Draco entregó una reverencia de cortesía, en ángulo y florete correctos para ser molestoso, aunque tuvo que modificarlo un poco para no tirar su bebida. "Tuve más dificultad de lo que esperaba," dijo él, "preparándome para que brilles más que yo una vez más."

   "Tramposo," Pansy rió, tomando su brazo. La sonrisa brillante se mantuvo en su rostro mientras se acercaba, los otros educada y discretamente alejándose un paso para darles una imitación de privacidad. "¿Acaso Él te entrevisto, también?" murmuró ella al oido de Draco.

   No le tomó esfuerzo a Draco el dejar que su expresión cayera en diversión, como si Pansy hubiese dicho algo dulce, de un modo Slytherin. "Naturalmente. ¿A quién lo dirigiste?"

   "El alto y la pequeña chica," Pansy replicó. "Es visiblemente estúpido y de cabeza dura - creí que sería un buen perro, en un modo de hablar, si lo mantenían en una correa firme."

   "Y por eso la chica," Draco terminó. Kuwabara probablemente HARÍA lo que fuese por Koorime, y sería bueno en lo que hiciera si lo mantenían bajo una correa firme - como Draco mantenía a Crabbe y Goyle. "Lo dirigí a Él hacia ella, también, pero eso era para control sobre el mocoso y - a través de él - la serpiente." Pansy sabría a quien se refería: Jaganshi y Minamino.

   "Eres tan INTELIGENTE, Draco," Pansy clamó más ruidosamente, permitiendo que se oyera. Conversación, terminada.

   "Lo sé, ¿no lo soy?" Draco respondió arrogantemente.


   El cielo se estaba poniendo oscuro, el sol bajo en el horizonte, cuando Kurama alcanzó el retrato de la Señora Gorda temprano en la tarde del Jueves.

   Ella parpadeó, mirándolo sospechosamente, pero cuando Kurama no se fue, se levantó y preguntó, "¿Contraseña?"

   "No tengo una, Señorita," Kurama le dijo, deliberadamente adulando a la mujer. "¿Pero podría usted por favor entrar y decirle a alguien que me gustaría ver a Hiei?"

   Ella lo pensó por un momento - aparentemente, los estudiantes no simplemente le pedían a los retratos conseguir a alguien - y luego inclinó su cabeza en reconocimiento y se fue de modo elegante de su pintura.

   Los minutos pasaron, pero Kurama se negaba a revisar su reloj. Tenía una hora entera antes de la puesta del sol, y todo estaba preparado. Incluso había comido demasiado en el almuerzo para esto, pero Hiei no. Hiei casi no había tocado su comida, dejando sus palillos rudamente metidos en su arroz - solo había logrado tomar media copa de jugo de calabaza.

   Eso solo lo haría más difícil para ambos.

   La Señora Gorda regresó al cuadro, y el retrato se abrió a medio camino. Hermione sacó la cabeza. "¿Minamino?" soltó, sorprendida. Se recuperó rápidamente. "Lo siento, creí que podía ser Koorime. ¿La Señora Gorda dijo que querías ver a Hiei?"

   "Si, por favor."

   Hermione se veía apenada. "Me temo que está tomando una siesta."

   Uhoh. "Realmente debo insistir, Señorita Granger."

   Hermione frunció el ceño. "¿Por qué?"

   Kurama tomó un agarre firme de su respuesta instintiva para no dejarla salir. Ella no podía saber que tan ruda era esa pregunta... pero respondería con la verdad. "Es privado."

   Ella consideró eso por un segundo entero. "Iré por él, entonces."

   "¡No!" Hermione se congeló ante el grito de Kurama. "Quiero decir... le pone sellos a su cama, siempre lo hace; se va a lastimar si intenta despertarlo," Kurama dijo rápidamente.

   "Entonces tú también," apuntó razonablemente. Kurama podía decir que ella no le creía.

   "Ya sé."

   "No te creo."

   "Ya sé eso, también." Esperó, sonriendo tan abiertamente como podía para salirse con la suya, y después de otro minuto ella suspiró, abrió la puerta del retrato por completo, y le hizo un ademán para que entrara.

   Dentro de la Torre, Kurama se detuvo un instante, mirando alrededor como si tuviera curiosidad. (No lo estaba, pero ellos no sabían que él ya había estado aquí antes.) Rojo en todas partes, listo; fuego ardiente y rugiente, listo; Kuwabara, Yuusuke, Harry, y Ron jugando cartas, listo; Harry y Ron mirando a Kurama en considerable sorpresa, listo...

   "Hola, Kurama," Yuusuke dijo ausentemente, empujando un par de gelatinas al centro de la mesa. "Pago."

   "Por aquí," Herminio dijo estrictamente, guiándolo a través del cuarto y arriba de una escalera en espiral.

   "¡Maldición, Puu! ¡Te dije que dejaras de comerte las apuestas!" Kurama oyó en las escaleras de abajo, mientras Hermione alcanzaba la puerta de quinto año y tocaba suavemente. Kurama se deslizó dentro, pasándola.

   Kurama detuvo a Hermione, alzó la mano, y golpeó las cortinas de lado. Hermione evitó soltar un chillido cuando su mano audiblemente siseó. La liberó y le sopló, su mano libre alcanzando en su cabello. "Odio hacer eso," murmuró él, voz apretada.

   "Oh Merlín... yo no... ¡lo lamento tanto--!" Hermione tartamudeó, mirada pegada a la piel rojiza. "Yo puedo-poción curativa-- ¡hay un poco por aquí en algún lugar--!" Se apresuró fuera del cuarto.

   Kurama dejó salir un poco de risa lastimada, sacando la flor de su cabello. "Niña tontita - traje la mía," murmuró al cuarto vacío. Solo le tomó un minuto aplastar la flor en su puño y aplicar lo que quedó sobre la quemadura casi imperceptible, reduciéndola a un nivel que no llegaba a quemadura de sol. Entonces regresó a la cama.

   Hiei yacía en posición de bolita encima de sus sábanas, dormido. Mirándolo, Kurama achicó los ojos. La respiración era solo un poco DEMASIADO profunda, musculos perfectamente relajados. Hiei no se había despertado cuando sus sellos fueron molestados.

   "Es lo que pensé," Kurama masculló, el sonido tampoco molestando a Hiei. Su mano salió, dedos atrapando y pellizcando la oreja de Hiei, lo suficientemente duro como para jalar la cabeza entera de Hiei. "¡Hiei! ¡Despierta!"

   La nariz de Hiei se movió un poco.

   Kurama cambió su agarre al frente de la camisa de Hiei y lo jaló a medio-sentarse, para que estuvieran cara a-bueno, quijada, ya que la cabeza de Hiei estaba caída hacia atrás, músculos muy flojos en sueños para mantener su cabeza en línea con su cuerpo. "¡HIEI!" Kurama repitió, agitándolo como lo haría con un cachorro que se portaba mal.

   Uno de los ojos de Hiei se medio-abrió, la media-mirada apuntada borrosamente a la dirección de Kurama. "¿Nnn?" el pequeño demonio preguntó.

   "Tú. Me. Debes," Kurama dijo, ahora que tenía al menos una pizca de la atención de Hiei.

   AHORA Hiei reaccionó propiamente, cabeza levantándose, ojos agrandándose y enfocándose. "¿¡-debo--!?" Hiei hizo eco.

   "Por Halloween," Kurama clarificó, jalando a Hiei para que se sentase y medio fuera de la cama. "Vámonos."

   "Creí que ya lo habías superado..." Hiei murmuró, sin resistirse ni ayudando.

   "Yo nunca olvido las deudas." Kurama jaló a Hiei a sus pies, y lo hizo marchar de el cuarto. "Y estoy cobrando. Ahora."

   "Te ODIO," Hiei masculló, ojos cerrándose de nuevo.

**Continuará**

Notas de la Autora:

"-Tsunami de Nieve.¿ Como si hubiésemos visto a Yukina de hecho USAR sus poderes, excepto por un poco de habilidad de curación? Bien, no fue mucho un ‘Tsunami', pero consideren esto: trajo un frío casi mortal a su prisión cada vez que alguien entraba al espacio, y eso fue después de 5 años de tortura para aplastarle el espíritu, nada de practica, y sellos que probablemente la debilitaban. Ella tiene ALGÚN poder ahí.

-Sé que este capítulo estuvo algo enfocado en Kurama. No se preocupen, el siguiente es casi todo de Harry."


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