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La Mejor Defensa por Charmeine

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Capítulo 35
Año Nuevo

   La semana pasó demasiado rápido, en un borrón de peleas con bolas de nieve, juegos de cartas, y ajedrez en el nuevo tablero de Ron - dentro y fuera del edificio, usando las piezas de Ron a tamaños tales como varios pies de alto. Las piezas visiblemente cambiaban con cada juego, orillas haciéndose suaves y corriendo como cera derretida. Aunque antes habían sido toscas y rocosas, y las únicas piezas humanas sido el rey y la reina de narices aguileñas y ceños fruncidos, ahora se estaban volviendo fluidamente a formas humanas, excepto por los peones.

   Las siempre verdes coplillas que llenaban el Gran Comedor y varias áreas principales del castillo, incluyendo la biblioteca y las salas comunes, estaban cambiando, también. Paredes de bambú, paja, y hojas secas aparecían, enredadas en ellas: a veces entre comidas, a veces - como en el caso de la sala común de Gryffindor - en la noche.

   Cuando Hermione preguntó, Yuusuke dijo que eran decoraciones de Año Nuevo.

   El Viernes, un nuevo centro de mesa apareció en las mesas de alumnos y estudiantes: dos planos y redondos pasteles blancos, colocados uno sobre el otro, mostrados en un bloque de madera, y con una mandarina encima. Keiko bloqueó la mano curiosa de un estudiante de segundo año, y explicó que esto era un kagamimochi, otra decoración de Año Nuevo, y que no debía comerse hasta después del Año Nuevo.

   El Domingo, la cena fueron extraños platos de pasta en un líquido como de sopa, con un huevo crudo encima y un pedazo de algo rectangular y blanco, y platos de sopa con una pasta pegajosa y blanquecina en el fondo.

   El Tantei comenzó a comer pronto, pero los estudiantes de Hogwarts miraron sus alimentos con un poco de curiosidad mezclada con trepidación. Hermione probó el suyo primero.

   "Es algo como pescado," dijo de la pasta. Ron hizo una mueca - a él no le gustaba el pescado.

   Harry movió su sopa con su extraña cuchara parecida a un remo. Pedazos de hongo, zanahorias, algo como hojas verdes, y algo circular y blanco flotaban en el claro líquido. Envió al infierno su coraje Gryffindor y tomó un traguito.

   Algo como pescado, justo como Hermione había dicho. Pero no estaba mal. Probó un poco más, y con el apetito de un niño adolescente apoyándolo, pronto estaba apenas evadiendo hacer ruidos grotescos al tomar el líquido del plato.

   En el otro lado de la mesa, Ron traía uno de los platos de servicio más grandes hacia si. Estaba lleno de redondos y oscuros frijoles. Metió uno en su boca y mastico. "Esta bien," murmuró para si, y metió un cuarto del platón en su plato. Esparció salsa de soya sobre su arroz, lo mezcló todo, y usó la graciosa cuchara-remo para meterse la mezcla resultante a la boca.

   El Tantei lo miró con horror.

   "¿Qué?" murmuró él, casi irreconocible con la cuchara en la boca.

   "Eres imposible, Ron," Hermione suspiró.

   "Era incorregible ayer," Ron masculló. "Decídete."

   Keiko, Kuwabara, y Yuusuke temblaron, y regresaron a sus alimentos en silencio. Los demás lograron no temblar, pero sus ojos pasaron más allá de Ron en lugar de posarse sobre él por el resto de la comida.

   Harry alcanzaba para segundas porciones de la sopa mientras Dumbledore se levantaba. McGonagall golpeó su cuchara suavemente contra su vaso de vidrio con agua, pidiendo silencio.

   "Antes de dejar este inusual, pero excelente banquete," Dumbledore comenzó, "tengo un anuncio que hacer. Como hay tan pocos estudiantes que se quedaron este año... esta noche, ¡TODOS los estudiantes serán permitidos a visitar Hogsmade, para celebrar la llegada del Año Nuevo!"

   Porras rugieron por todo el Gran Comedor, guiadas por Yuusuke, Kuwabara, y Ron.

   Dumbledore esperó un latido para que se acallara el ruido. "Los profesores vendrán también, por supuesto-" sorpresivamente, nadie se quejó ante aquello, "-y debo pedir que nadie se quede solo en el pueblo." Otra falta de quejas, y Dumbledore sonrió. "Nos encontraremos en el patio un cuarto después de las ocho. Vístanse para la ocasión - ya que ES un día festivo, después de todo." Se sentó, y el Comedor estalló en excitados murmullos.

   Botán de repente se levantó, chillando mientras miraba su reloj. "¡Solo tenemos dos horas para arreglarnos!"

   Keiko y Yukina se apresuraron a dejar las bancas, como la mayoría de las otras chicas.

   "Los veré a las ocho, entonces," Hermione dijo, mientras ella se levantaba más calmamente de su banco. Salió del Gran Comedor, dejándolo vacío de chicas.

   Los chicos se miraron.

   "Creo que es universal, el tiempo que les lleva a las chicas prepararse," Ron dijo alegremente al silencio.

   "De hecho..." Kurama murmuró, "deberíamos irnos, también, si queremos bañarnos apropiadamente antes de vestirnos," le dijo a Hiei, levantándose.

   Hiei le pasó una mirada fresca a Kurama. "¿Por qué?" preguntó él - si Harry no hubiese estado viviendo con él por varios meses, no hubiera reconocido el todo que señalaba curiosidad no hostil. "Tomará dos segundos vestirse."

   "Vas a usar kimono," Kurama respondió. (¿Kimono? Harry pensó. ¿Cómo el de Yukina?, ¿Esos vestidos brillantes con cinturones en enormes moños? La idea era ridícula; Harry no podía ni intentar imaginarlo.)

   "No traje ninguno," Hiei dijo, con un toque de irritación llegando a su voz.

   Eso no alejó a Kurama. "Yo sí."

   Girando los ojos, Hiei permitió a Kurama jalarlo de la banca. El grupo tomó eso como señal para partir, y se levantó también. Harry agarró un panquecillo -- ¡comida normal! - mientras salían del cuarto solos y en pares detrás de Kurama y Hiei.

   Al llegar a las escaleras móviles, los dos cortaron caminos - Hiei hacia arriba, Kurama abajo. "-arriba justo después de mi baño," Harry escuchó a Kurama decir mientras él y Ron los alcanzaban. "No me encierres afuera, por favor."

   "Hn."


   Casi una hora y media después, Harry y Ron llegaban de regreso al dormitorio, y descubrieron que, no, Hiei no había encerrado a Kurama afuera.

   Los dos estaban en el pequeño espacio libre en el cuarto, cerca de la cama de Hiei, donde cuadrados de ropa limpiamente doblada yacían. Hiei estaba parado, usando un kimono café claro que le llegaba a las rodillas. Un dragón pintado se enrollaba en la espalda; el espeso collar era azul oscuro. Kurama estaba detrás suyo, ya totalmente vestido en un kimono café cálido y un tipo extraño de falda atada - al menos, era lo que la cosa extraña le parecía a Harry. Su cabello aún estaba algo húmedo del baño.

   "¿Qué está haciendo él aquí?" Ron soltó instintivamente.

   Kurama miró hacia arriba, nada ofendido. "Ayudo a Hiei a vestirse," respondió él. Y, en efecto, mientras Harry miraba, Kurama alcanzaba una mano a la cama. Tomó una banda de ella, colocándola alrededor de la cintura de Hiei y atándola en su lugar.

   "¿No puedes hacerlo sólo?" Harry preguntó. ¿Era solo una túnica, verdad? Simple asunto de ponérsela y atarla para cerrarla.

   "Bueno, si puedes," Kurama dijo, aplanando el collarín de Hiei, "pero es más fácil no hacerlo. Mi madre usualmente me ayuda." Tomó un pedazo de tela café de la mesa y lo colocó en el cuello de Hiei, luego se levantó para tomar una túnica azul oscuro. Harry se dio cuenta que ambos Tantei estaban usando un extraño tipo de calceta blanca con una separación para los dedos.

   "No hay espacio para la torpeza al usar un kimono," Hiei dijo plana, gruñonamente, mientras Kurama gentilmente agitaba la simple túnica azul y la sostenía abierta para que Hiei metiera los brazos. La túnica le llegaba a los tobillos.

   Kurama regresó al frente de Hiei, y jaló a los paneles frontales de la túnica exterior, cuidadosamente alineándolos. "Agarra," dijo él, y las manos de Hiei cubrieron las de Kurama, reemplazándolas y sosteniendo el kimono en su lugar bajo la amplia cinta en su cintura. Kurama revisó la tira de café en el collar, alineándolo como si debiese estar pegado a la parte interna del collar externo del kimono. Entonces colocó otra banda más delgada entre los brazos de Hiei, y la cerró con un nudo en la cintura.

   Harry se volteó, abriendo su baúl y sacando sus túnicas de vestir, mientras Ron abotonaba el collar de sus propias (café canela, SIN lazos ni moldes) túnicas y se dirigía al baño con su cepillo para el cabello. Las túnicas Occidentales solo necesitaban ser jaladas sobre la cabeza de uno, y en el caso de las de Harry, las mangas abotonadas. Más inteligente y fácil que toda esa extrañeza de ‘túnica interior, túnica exterior, cintas y collares y alineación precisa', en la opinión de Harry. Y ni siquiera incluía la extraña cosa tipo falda samurai que Kurama usaba.

   Volteó, queriendo obtener su peine, y vió a Kurama arrodillándose, agitando una cosa-falda con tiras azules para que Hiei se parara dentro.

   Bleh.

   La puerta se abrió de golpe, golpeando contra el muro, y Yuusuke entró corriendo, aún en jeans y un suéter. Hiei no se molestó en mirarlo, pero Kurama se congeló.

   "¡Yuusuke! ¡Ni siquiera estás-solo tenemos quince minutos antes de irnos!"

   "No hay problema," Yuusuke dijo. "Genkai nos enseñó este encantamiento que-"

   "Eres terrible en Encantamientos."

   Yuusuke sonrió. "Solo observa," dijo de modo orgulloso, levantando la varita. Kurama se acercó a Hiei, lejos de él. "¡Kosodesho!"

   El baúl de Yuusuke se abrió violentamente, túnicas negras y blancas salieron volando. Se agitaron libres de los dobleces y giraron alrededor de Yuusuke, ocultándolo de vista. Un chillido, y sus jeans y suéter se alejaron de el torbellino de ropas, que se encogieron y se fijaban hasta que - con un golpe de aire que hizo a los ojos de Harry aguarse - Yuusuke fue revelado de nuevo, su cabello algo arruinado, y tambaleándose.

   "Whoa," masculló él, colocando una mano en su cabeza de modo confuso.

   Kurama entró en un ataque de suaves carcajadas, hundiendo la cara contra el pecho de Hiei.

   "¿Qué?" Yuusuke preguntó. Kurama solo le apuntó sin poder detenerse, temblando de risa. Hiei miró a Yuusuke, y dio un sonido tosco de diversión antes de que pudiese suprimir su reacción. "¿Queeé?"

   "Tu kimono..." Kurama logró.

   Yuusuke se miró a si mismo, y Harry lo miró también. Nada malo con las túnicas de Yuusuke. Se veían justo como las de Kurama, excepto por el color ¿Qué era tan gracioso?

   "Tu kimono," Hiei dijo, sonriendo socarronamente, "dice que estas muerto, Yuusuke."

   "¿¡Ehhhh!?" Yuusuke se miró de nuevo, pasando un dedo sobre el collarín hasta el cinturón. "Sí lo dice. ¡MALDICIÓN!"

   "Te dije que eras terrible en Encantamientos," Kurama dijo, voz sofocada, pero con la risa bajo control. "Debiste hacer que Genkai o Kuwabara lo hicieran."

   "Mi kimono estaba aquí arriba," Yuusuke gruñó, mirando entre si mismo y el reloj. "Yo ODIO usar estas cosas..."

   Kurama se inclinó hacia atrás, trabajando en la cosa-falda de Hiei, cuidadosa y abiertamente evitando mirar a Yuusuke de nuevo. "Bueno, podrías pedir ayuda-" Yuusuke tosió, y sonó sospechosamente como ‘sií claro', "-rehacer el encantamiento y esperar que no lo arruines más, o simplemente ignorar el hecho de que estas vestido como un cadáver."

   Harry tembló. Esa era una idea morbosa y desagradable.

   "Decisiones, decisiones," Yuusuke masculló. "¿Qué tanto espantaría a las chicas si hiciese lo último?"

   "Botán probablemente se reiría tanto que no podría caminar," Kurama respondió sedosamente, levantándose. "Todo listo."

   "Hn," Hiei dijo, y Harry reconoció eso como un tipo de agradecimiento. Kurama empujó dos pequeñas túnicas -- ¿abrigos? - de lado, y se sentó en la cama de Hiei. Hiei trepó a la cama tras él con un cepillo de cabello.

   "¿Por qué el kimono de Yuusuke dice que está muerto?" Harry preguntó.

   Los tres lo miraron, parpadeando, como si casi hubiesen olvidado que estaba ahí. Yuusuke se giró, para que Harry pudiese verlo a él y a Kurama claramente.

   Kurama pasó un dedo por una línea de azul en su collar - la tira de papel, en el mismo de lugar en la café de Hiei - y apuntó a Yuusuke. "Está aquí. Yuusuke tiene el dobles equivocado del kimono afuera."

   Harry miró más cuidadosamente. La delgada línea de color - blanco en Yuusuke, azul en Kurama - cruzaba de hombro a cinturón en direcciones opuestas para ellos. "¿Eso es TODO?"

   "¡Es extremadamente importante!"

   Seguuuuuuro.

   Ron apareció en la puerta, lanzando su peine vagamente en la dirección de su cama (falló) mientras el reloj sonaba. "Hermione nos va a regañar de nuevo si llegamos tarde," dijo apresuradamente.

   Los Tantei deslizaron los pies en sandalias, Harry tiró su cepillo en la cama, todos agarraron sus abrigos y gabardinas, y siguieron a Ron escaleras abajo.

   Hermione esperaba en la sala común, con la pequeña niña de tercer año, la única otra Gryffindor que se había quedado en Hogwarts. "¡Casi es hora!" ella dijo, girando hacia ellos. "Y pensar que las chicas son las que se supone se tardan siglos..."

   "Te-ves-muy-bien-esta-noche-Hermione," Ron dijo rápidamente, como si hubiese practicado la oración desde el Baile de Yule del año pasado.

   Hermione estaba radiante. Su cabello limpiamente amontonado sobre su cabeza, atrapado en una horquilla para el pelo que no fue hecha en Occidente - su regalo de Navidad de ‘Tantei', encantado para que no tuviese que hacer más que cepillar su cabello antes de colocarlo. Harry estaba seguro de que estaba usando maquillaje (lo había usado en el Baile, después de todo), aunque no sabía como hacía alguna diferencia. Sus túnicas eran un violeta grisáceo, con mangas largas y considerablemente más cálidas en apariencia que la cosa azul pálido que había usado en el Baile. A diferencia de los chicos Tantei, ella sensiblemente usaba botas.

   "¿Muy bien, podemos pasarnos los cursilerismos?" Yuusuke preguntó. "Keiko es tan mala como Hermione sobre estar a tiempo."

   Hiei los empujó para pasar, abrió el hoyo del retrato, y se fue, Kurama tras él. Harry y los otros se apresuraron a seguirlos.


   "¿Qué es eso?" Hermione preguntó, mientras los Gryffindors (y Kurama) dejaban las escaleras móviles.

   Hiei la miró, y luego hacia donde estaba apuntando, al casi invisible delineado en su prenda haori. No había mirado la imagen aún. "No lo sé," respondió él, cambiando su agarre en la ropa de seda, abriéndola para mirar dentro. Una pintura de una parte de un templo Japonés, los edificios y el paisaje extrañamente familiar, se estiraba dentro de la parte alta y trasera de la capa. LE tomó medio momento para colocar la imagen, y cuando lo hizo, parpadeó de sorpresa. "¿¡Hiei...!?"

   "¿Qué?"

   "Es el templo en el Monte Hiei." En retrospectiva, realmente no debió sorprenderse. El kimono HABÍA sido comprado - si no había sido robado - por Kurama, después de todo, y después del dragón en el kimono de abajo... bueno. Probablemente a Kurama le divertía dejar pistas. Ciertamente le divertía hacer las cosas complicadas sin motivo.

   "¿Te nombraron como una montaña?" Hermione repitió, incrédula. "¿Tienes un templo?"

   "Sí," Hiei respondió planamente. Las complicaciones de Kurama atacaban de nuevo. "Me nombraron como una montaña. También a Kurama." Creo. De hecho no sé si Kurama nació antes o después de que la montaña fuese renombrada, ¿o sí? "Y NO, no tenemos templos."

   "Oh." Una pausa. "Es hermoso."

   Hiei gruñó. Eso no garantizaba una respuesta.


   Un pequeño grupo de cuatro se paraba justo dentro de la entrada al patio, mirando la nieve. Kuwabara se levantaba en negro y blanco sobre las chicas Tantei, quienes estaban todas en los vestidos brillantes y amplios cinturones de tela que Harry había llegado a esperar de la palabra ‘kimono0. Todas tenían mangas mucho más largas que los kimonos usuales de Yukina, llegando casi a los tobillos. Yukina usaba verde pálido con un diseño de árboles, y un obi profundamente púrpura atado en un limpio moño en su espalda. Botán estaba en blanco, con estilizadas nubes azul oscuro  y brillantes, pequeñas flores sobre toda la tela. Su obi era azul, en un moño deliberadamente inclinado y grande. Keiko usaba profundo rojo con un diseño de naranjas multi-coloreadas, y un obi dorado.

   "¿Colores Gryffindor?" Hermione preguntó. "¿Hiciste eso a propósito?"

   Keiko apartó la vista del patio, agitando la cabeza. "No. Era de mi madre." ¿Era? Harry pensó, pero Keiko continuó, "Me lo dio el pasado Año Nuevo." Miró más allá de Hermione. "Es un milagro. Yuusuke llegó a tiempo."

   "¡Oi!" Yuusuke protestó.

   "Llegarías tarde a tu funeral, puedo apostar," Botán dijo tramposamente, mirando sobre el hombro de Keiko (quien le dio un rudo codazo). Botán ignoró esto, mirando fijo a Yuusuke, y luego ella explotó en risas. Todos giraron para mirar.

   "¡No tú también!" Yuusuke gimió.

   "Te lo dije," Kurama dijo. Apartó la mirada inocentemente cuando Yuusuke le gruñó.

   Yukina sacó un abanico de su obi, abriéndolo para ocultar su rostro, pero no logró esconder la incomodidad en sus ojos mientras miraba a Yuusuke.

   "Sí, sí, ya lo he oído. Vamos todos a reírnos del chico que apesta en Encantamientos. Ha ha. Tomen una foto y terminen con ello."

   Botán intentó - y falló - mantener su risa bajo control, mientras Keiko miraba blancamente entre la chica de cabello azul y Yuusuke. En su tercera mirada, dio una doble toma.

   "¡YUUSUKE! ¿¡Qué clase de broma enferma estas haciendo!?"

   Yuusuke levantó sus manos de modo defensivo. "¡Fue un accidente! ¡Lo juro!"

   "¡Yo TE juro! ¿Vestirte como un CADÁVER? ¿Cómo si NECESITÁRAMOS que nos recuerden del año pasado?" Se sacó un abanico del bolsillo violentamente y empezó a golpearlo en la cabeza con él. "¡Eres tan desconsiderado!"

   Ron se inclinó hacia Kurama. "¿Qué ocurrió el año pasado?" preguntó él, solo lo suficientemente fuerte para ser escuchado por Harry y Hermione también.

   "Lo atropelló un auto," Kurama respondió, en el mismo volumen. "Creyeron que estaba muerto; de hecho, casi lo estaba. Se pasó... creo que fueron dos meses en coma, y casi se muere de nuevo durante ese tiempo, cuando el edificio en el que estaba se quemó.

   "Maldición," Ron respiró.

   "Horrible suerte, ¿o no?" Kurama respondió.


   Al llegar a Hogsmade - que se veía muy distinto por la noche - los profesores los guiaron a la plaza principal, brillante con luces de hadas.

   "Ahora, bien, antes de que nadie se vaya, Señor Urameshi," McGonagall dijo, su voz elevándose para detener al Gryffindor en sus pasos, "debemos recordarles que esta ES una noche con chaperones. Ningún estudiante debe ir por ahí solo - por favor quédense en grupos de al menos cuatro personas, si no están acompañados por un adulto." Los estudiantes gimieron. "Todos deben verse en Las Tres Escobas a las 11:30. Si oyen las campanas en Hogwarts sonar, van tarde."

   Dumbledore sonrió al grupo de estudiantes y maestros, ojos brillando. "Todos sus profesores han dejado para hoy varios deberes para visitar varias tiendas hoy, por si quieren ir también. Yo mismo voy a visitar Honeydukes, Zonko's, y la librería."

   McGonagall tomó su señal. "Voy a visitar la oficina de correos, Scrivenshaft's, y me retiraré a Las Tres Escobas temprano."

   "Dervish y Banges, luego la tienda de Quidditch, "Madame Hooch dijo.

   Uno por uno, los otros maestros dieron una lista de a donde irían - presumiblemente los pocos que no lo hicieron, planeaban caminar por las calles en caso de que un estudiante SÍ tratara de ir por ahí sin compañía. Entonces, el grupo comenzó a romperse. Los estudiantes más jóvenes fueron derecho a Dumbledore, mientras que los mayores se quedaron atrás.

   "Decisiones, decisiones," Ron masculló, medio serio. "¿Vamos por dulces y bromas y sufrimos libros, nos sentamos alrededor mientras Hooch hace sus reparaciones y luego vamos a la tienda de Quidditch, o tomamos a una persona más para tener un grupo de cuatro?"

   "Una persona más," Harry respondió, mirada trabajando sobre la multitud. Kuwabara cuidadosamente levantó a Yukina del remo de Botán (donde las chicas Tantei que usaban sandalias habían avanzado del castillo al pueblo), colocándola galantemente en su hombro. Tenía que levantar su brazo para hacer la percha lo suficientemente ancha, alzando su mano para que ella pudiese tomarla y balancearse. Yuusuke y Keiko ya estaban peleando en murmullos, movimientos agudos marcando sus desacuerdos. Keiko aparentemente se negaba a caminar en la nieve - que era solo inteligente, considerando que sus pies se congelarían con esas sandalias - y Yuusuke se negaba a cargarla. A lo que ella parecía responder que no había MODO de que se fuese a permitir ser cargada como cargaban a Yukina - lo que, de nuevo, era solo inteligente, ya que ella y Yuusuke estaban mucho más cercanos en tamaño y peso que Kuwabara y Yukina. Yuusuke la tiraría si trataba.

   ¿Los Ravenclaws? Eran tan imposibles como Hermione sobre los libros - nunca escaparían de la biblioteca. ¿Los Hufflepuffs? Ya se habían juntado con los profesores.

   Lo que solo dejaba dos posibilidades. Harry miró sobre la multitud de nuevo, y parpadeó. "Chicos... ¿dónde están Hiei y Kurama?"


   En ese momento, Hiei estaba alto en los árboles al norte de Hogsmade, siguiendo el elusivo brillo de plateado en los arbustos debajo.

   No era que no confiase en Kurama para que no hiciera algo completamente estúpido mientras estaban aquí afuera. Pero Hiei solo había visto al perro una vez. Además, rastrear a Kurama cuando trabajaba para no ser visto - aunque, admitidamente, solo al nivel requerido para eludir un animal salvaje del Ningenkai - era entrenamiento decente. Especialmente mientras trataba de mantener su kimono perfecto, a pesar de la nieve, ramas rotas, y corteza floja y sucia.

   Llegaron al árbol donde Hiei había visto al perro por primera vez, Hiei aterrizando sin ruido en las ramas vacías, tan alto como podía estar sin ser visible contra el cielo estrellado. Debajo de él, Kurama se ocultaba tras el espeso tronco, colas agitándose excitadamente mientras miraba al río y la cueva.

   El perro estaba ahí, saltando en el banco congelado con alegría, en plena vista... pero no estaba solo. Un hombre en túnicas visiblemente sucias se paraba junto a él, girando mientras el perro saltaba en círculos a su alrededor.

   Una suave cantidad de niebla, y Youko saltó silenciosamente a las ramas justo debajo de Hiei, inexplicablemente logrando mezclarse en el ambiente sin importar su color plateado. "No puedo confirmar," murmuró, voz solo sobre un susurro - la naturaleza rasposa de susurrar atraía la atención muy fácilmente. "Pero puede que," apuntó al hombre con el perro, "el chico de la fotografía."

   "¿Qué chico?" Hiei preguntó. ¿Qué fotografía?

   "Amigo de Black y Potter. Lupin."

   "¿El Lupin que daba Def.?" Hiei preguntó. Youko asintió. "Él podría reconocer . Él te reportaría." Remus Lupin había sido el único profesor de Defensa bueno en las notas de Genkai. Tal vez sabría lo que era un zorro de cinco colas.

   Una pausa. "Quiero llegar a rango. Obtener..." se palpó la nariz con un dedo.

   Hiei miró hacia arriba. La luna estaba a pocos días de estar llena. "Tú obtenlo," Hiei dijo estrictamente, sin poder pensar en un modo de decir ‘su esencia' sin sílabas que llegarían muy lejos, "y el hombre lobo Lupin lo tendrá, también." Tal vez no sabían que tan fuerte era el sentido del olfato de un animago, pero Hiei sabía exactamente que tan fuerte era el de un hombre lobo. La librería de Shigure había tenido no menos de seis libros distintos sobre los aspectos médicos de la enfermedad (y tres en el trabajo del Reikai para atrapar y encarcelar al científico demonio que la había creado, aunque ahora no era relevante).

   "Probable," Youko respondió.

   "Definitivo. Otro metro, a lo mejor un par." Ellos podían acercarse solo eso antes de que Lupin los notase en esta fría parte nevada de los bosques.

   Bajos sus miradas observadoras, Lupin colocó un collar y una correa en el perro. No había motivo para que hiciera eso... a menos que los dos fuesen a ir a un poblado mágico esta noche. El hombre y el perro parpadearon de vista, Apareciéndose en otro sitio.

   Ojos color oro y falso-negro se conocieron, brillantes con deducciones idénticas. El perro era el amigo de Harry, el poblado mágico más cercano era Hogsmade, y Harry solo por coincidencia estaría ahí por el día festivo.

   "Esto fue una perdida de tiempo, zorro," Hiei dijo.

   Youko solo sonrió.

   Irían de regreso a Hogsmade.


   La campana sobre la puerta a Honeydukes sonó.

   "¿Señor? ¡Señor, no puede entrar con perros!" el hombre detrás de la registradora dijo, apresurándose de detrás del mostrador.

   Una voz familiar le respondió, causando a Harry parar sus pasos. "No tomará mucho," el Profesor Lupin dijo. "Solo quería parar aquí lo suficiente para revisar algo." Harry tiró su canasta de dulces al piso, apresurándose hacia el frente de la tienda. "Director, ahí está. Me preguntaba..."

   "Por supuesto, por supuesto," la voz de Dumbledore era alegre, aunque algo ahogada, como si no se hubiese terminado el actual pedazo de dulce.

   Harry se empujó a pasar un niño de segundo con ojos grandes, quien estaba mirando las estanterías de dulce son admiración abierta, y se metió en el área frontal de la tienda. "Pro -- ¡Remus!" dijo él. "¡Hocicos!"

   Remus sonrió. "Feliz Año Nuevo, Harry. Hermione, Ron." Agitó la correa de Canuto. "Di hola, Hocicos."

   Hocicos se sentó y alzó la pata en el truco perruno universal de ‘saludo', con la lengua de fuera. Harry sonrió, tomando la pata. Hocicos quitó la pata del agarre y golpeó suavemente el cabello de Harry.

   "Ustedes vayan afuera, chicos," Hermione dijo. "Yo pagaré e iré afuera en un segundo."

   Harry siguió la mirada de Remus a Dumbledore. El director movió una mano hacia la calle. "¡No te hubiese invitado solo para mantenerlos alejados! Pero si creo que Hocicos esta preocupando al Señor Bannock... él ESTÁ mirando esa caja de chocolates un poco querendonamente, ¿no lo creen?"

   Los ojos de Remus brillaron. "NO, Hocicos," dijo, estrictamente-bromeando, antes de girar de regreso a Dumbledore. "Estaremos afuera, entonces." Empujó la puerta abierta, señalando afuera. "¿Harry? ¿Ron?"


   "¿Cuánta poción tomaste?" Hiei preguntó, metido en las sombras de las chimeneas de la Casa de los gritos, junto a Youko. ¿Cuánto más quedaremos atrapados aquí hasta poder mezclarnos en la ciudad de nuevo?

   "Solo una pizca," Youko respondió, mirada fija en las luces doradas que era Hogsmade. "Solo lo suficiente para llegar a la cueva y regresar, con solo diez minutos extra para investigar."

   Bien. Eso significaba que podrían regresar en un par de minutos.

   "¿Qué tan lejos nos tenemos que quedar del hombre lobo?" Youko preguntó.

   Tan lejos como sea posible. "Con la multitud y los olores que cubren la ciudad... unas cuantas calles de distancia," Hiei respondió, calculando rápidamente. "Otra mitad más de eso para el alba." Se detuvo, pensando en algo. "Eso asumiendo que reconozca lo que está oliendo," admitió él.

   "Él sabría," Kurama dijo pesadamente. Hiei lo miró - la voz estaba de regreso, el kimono también, las orejas y la cola se habían ido, pero el cabello aún tenía toques de plateado, aunque eso estaba desapareciendo rápidamente. "Seguro que a olfateado zorro antes, si no un demonio zorro. Todos saben que no hay nadie con un zorro de mascota en Hogwarts."

   Lo que no sería suficiente excusa para oler tanto a zorro de todos modos, Hiei sabía. Y no HABÍA excusa para si mismo ni Yukina. Y el cabello de Kurama era completamente rojo de nuevo.

   Con Kurama terminando de cambiar a su forma humana, saltaron de el techo y de regreso al pueblo. Pasando un par de tiendas, quedándose en las sombras, los dos estaban casi en Honeydukes cuando Hiei se detuvo de golpe y metió a Kurama en un lugar oscuro detrás de un objeto que los ocultaría.

   Harry solo había salido de la tienda de dulces, junto al hombre lobo y el perro. Su cara estaba reluciente de alegría, fácilmente visible en la luz de lámpara llegando de las ventanas, aunque la luna se acababa de ocultar tras una gran nube. Ron estaba en sus talones, sonriendo alrededor de una paleta. Se movieron un metro más o menos más cerca al punto donde Kurama y Hiei se ocultaban, fuera de la linea de tráfico.

   "-do creer que estén aquí!" Harry dijo, mientras se movían a rango (demoníaco) de escucha. "Creí que estabas bajo Fide-"

   "Shh," Remus dijo rápidamente. "El lugar en donde me quedo lo está, eso es todo. No he salido más allá de el mercado de la esquina por meses." Dio una sonrisa. "El pobre Hocicos aquí ha estado trepando y arañando los muros de su perrera."

   Había un énfasis extraño a la palabra ‘perrera', en los oídos de Hiei. Sonaba como una palabra clave, o un eufemismo de algún tipo: de seguro un sustituto para la palabra ‘cueva'. Y no se le escapó que Lupin estaba hablando de si mismo en singular. Él y ‘Hocicos' estaban viviendo en lugares distintos, entonces."

   "Interesante," Kurama murmuró, aliento cosquilleando la oreja de Hiei. "¿Te dije que creo que el perro es un fugitivo?"

   Hiei se inclinó hacia atrás un poco, inclinando su cabeza hacia la de Kurama para que el zorro lo escuchara mejor. "No lo hiciste." Eso significaba que Dumbledore tenía que saber sobre el perro, y la asociación de Harry con él. De otro modo, sería demasiado arriesgado traer al perro al pueblo.

   "¿Levanta preguntas, ne?" La voz del zorro brillaba con curiosidad. Si hubiese estado en forma de zorro, Hiei podría apostar que se estaría lamiendo los colmillos. "Quiero respuestas..."

   "Siempre quieres respuestas." Ladrón amante de los acertijos.

   Hermione salió de la tienda, brillante y cargada con una bolsa grande, y se unió al pequeño grupo. "¡Feliz Hogmanay, Profesor Remus!" dijo felizmente, rascando la cabeza del perro.

   "Feliz Hogmanay, Hermione," él respondió. "¿Cómo esta mi vieja alumna favorita?"

   "¡Hey!" Harry y Ron corearon. Hocicos les dio un guiño.

   "¡Voy genial! La Defensa de este año es maravillosa - hay mucho más trabajo, todo tipo de asesorías extra, y estamos aprendiendo sobre demonios, y es tan BUENO tener otro profesor que si sabe de lo que está hablando-"

   "Ya la hizo empezar..." Ron gruñó de broma. Hocicos pisó el pie de Remus en una actitud muy superior para un pero, haciendo eco del comentario de Ron. Pero no es un perro, Hiei pensó. Elocuente para un faldero - muy experimentado en ser perro.

   Remus lo ignoró. "Ciertamente no debo preguntar como vas en clases," dijo él. "¿Mejores calificaciones en todo menos Pociones, correcto?"

   Hermione asintió. "Pero no es completamente injusto este año," dijo ella, una extraña mezcla de indignación y alivio en su voz. "El nuevo Slytherin es honestamente bueno en Pociones."

   ("No tan honestamente," Kurama murmuró en el oído de Hiei. "Mil años de experiencia mezclando mis plantas, y añadir pedazos de animal y hervir no es tan difícil.")

   "Severus debe estar encantado. Mis condolencias."

   "No enteramente encantado," Hermione respondió, boca curvándose en una pequeña y traviesa sonrisa. "El mejor amigo de Minamino es un Gryffindor."

   Hocicos dio un contento ladrido, cola moviéndose, y Remus lo empujó a la nieve con el pie. "Se bueno," regañó, fallando a tensar una sonrisa. "Tengo más preguntas que este cabeza de tronco-" empujó a Hocicos de nuevo, "-nunca pensaría en preguntar. ¿Cómo están las calificaciones de Harry y Ron?"

   Los chicos chillaron de horror.

   "Oh, Remus," Hermione dijo dulcemente. "¿piensas que yo sería tan rata con mis amigos?"

   Remus agitó la cabeza. "¿Tan mal, hm?"

   "¿Podemos hablar de otra cosa?" Ron preguntó planamente, su cara claramente infeliz bajo la luz de luna que aparecía de nuevo. "Hemos tenido una temporada matadora en Quidditch-" Se detuvo, mientras Lupin súbitamente se tensaba y miraba alrededor. "¿Pro-Remus?"

   "Nos están observando."

   ¡Mierda! Hiei pensó, instintivamente - y sin motivo - mirando hacia la luna. La mano de Kurama estrechó su hombro, halando muy suavemente hacia los techos de las casas. Hiei no se molestó en asentir: saltó, dejando un pequeño toque de magia para derretir la nieve y borrar sus pasos.

   Los dos silenciosamente escaparon de techo en techo, corrieron dos calles en el suelo, en la parte lejana del pueblo, y aterrizaron en una calle vacía. Hiei quitó una arruga imaginaria de sus pantalones hakama, y se mezclaron con la multitud para entrar en la tienda de jardinería.

   Maldito hombre lobo.


   "Nos están observando," Remus dijo, ojos revisando la calle. ¿¡Observados!? Harry pensó, mano moviéndose hacia su varita. Pero Remus agitó la cabeza, lentamente relajándose. "Se ha ido."

   "¿Un reportero?" Hermione preguntó. "¿O...?"

   "No se decir." Remus se pellizcó el puente de la nariz cansadamente. "No creo que fuera hostil, pero había algo... el lobo es difícil de interpretar, a veces."

   Ron giró, mirando a la calle de modo desconfiado. "Pero estas seguro de que se fue."

   "Sí."

   Harry no estaba enteramente convencido, y los otros dos se veían bastante dubitativos también, pero dejaron el tema pasar.


   Las Tres Escobas estaba llena hasta el tope con estudiantes, profesores, y gente del pueblo, mientras las campanas de Hogwarts comenzaban a sonar.

   Bueno, Harry pensó, una campana. Una profunda y solemne, llegando ponderosamente de la distancia, mágicamente encantada para de algún modo llegar a Hogsmade y aún ser escuchada suavemente sobre el ruido de la celebración - particularmente sobre el grupo de hombres con grandes tarros de cerveza en la barra, quienes cantaban ruidosamente, y solo un poco a tono. Afortunadamente, la canción no parecía ser una que necesitara un tono específico: una canción de ebrios , si Harry adivinaba bien, aunque las palabras estaban probablemente siendo un poco censuradas. Ante lo que no se censuraba, Hermione se ruborizaba.

   Los tres de ellos, Remus, y Hocicos habían encontrado una mesa en un rincón cómodo y oscuro, donde poca gente podría ver al perro o a Harry claramente. Una ronda de caliente cidra con especias llegó a su mesa, junto con una canasta de panecillos, y Madame Rosmerta había colocado un plato lleno de carne en el piso para Hocicos.

   La puerta se abrió, y Kuwabara puso a Yukina dentro, tan cuidadosamente como si estuviese hecha de porcelana. La siguió, y encontraron la mesa del Tantei para sentarse. Dos botellas de la extraña cosa ‘sake' que todos estaban bebiendo aparecieron frente a ellos, el bote de Yukina solo dos-tercios del tamaño de el de Kuwabara. Los otros Tantei arrojaron sus cartas sobre la mesa, y Kurama las levantó, repartiendo de nuevo para meter a Yukina y Kuwabara en el juego.

   Mientras los hombres comenzaban otra canción, esta más alta, pero en mejor armonía, la multitud se movió. Un par de viejos magos conjuraron un violín y una flauta, y comenzaron a tocar en contrapunto de la tonada ruda de los bebedores. La multitud se movió, y un largo espacio de piso se aclaró en contra del fuego. Parejas entraron al espacio, ahora visiblemente una pista de baile: recién casados, parejas ancianas, familiares - un padre giraba con una niña de coletas que reía en sus brazos; una chica pre-Hogwarts en la orilla de la multitud, tratando de enseñarle a su hermana más joven; un par de hermanos de cuarenta y tantos, casi idénticos excepto en el género; Dumbledore y McGonagall...

   Ack. Harry apartó la mirada mientras Yuusuke llegaba a su mesa, algo rojo en el rostro. Colocó uno de los botes con forma rara en la mesa, junto a la cidra. "¡Akemashite!" dijo, la extraña palabra algo arrastrada. "¡Omedeto gozaimasu!"

   Harry parpadeó a él, pero Remus asintió educadamente. "Y un feliz año nuevo para ti también."

   "¿¡Yuusuke, estás ebrio!?" Hermione preguntó.

   Yuusuke parpadeó. "Iiya. Solo es sake. Tan inofensivo como la leche materna y todo eso."

   Keiko apareció detrás de Yuusuke como por magia. "No le crean ni una sola palabra," les dijo ella." No tiene sentido de medida - el sake es como de treinta grados."

   "¡Treinta--!"

   "¿Yuusuke, qué haces aquí, de todos modos?" Keiko preguntó. "¿Creí que todos habíamos accedido a no molestarlos?"

   Yuusuke agitó la botella. "No esta bien que ellos no puedan tener un poco."

   "¡YUUSUKE!" Keiko le quitó la botella del agarre, reverenciando más hacia Remus. "Perdonen, por favor." Se llevó a Yuusuke arrastrando de la silla y lejos. "¡Gran Bretaña tiene leyes hacia los menores de edad...!"

   Mientras halaba a Yuusuke de regreso a su propia mesa, la música se detuvo. Un gran reloj, brillando con llamas, apareció sobre el mantel. Las manos apuntaban a las 11:59; el segundero llegaba al 49, atrayendo un segundo de atento silencio de la multitud. Otro segundo.

   "¡Diez!"

   Dumbledore volvió el techo del bar claro.

   "¡Nueve!"

   "¡DIRECTOR!" Rosmerta gritó.

   "¡Ocho!"

   "¡Solo un encanto de cinco minutos, Madame, lo prometo!"

   "¡Siete!"

   "¡Shichi!" Yuusuke gritó en vez de eso.

   "¡Seis!"

   "Keiko le picó las costillas. "¡Inglés, Yuusuke!"

   "¡Cinco!"

   Hocicos se alzó, colocando una pesada pata en el hombro de Harry.

   "¡Cuatro!"

   Hermione se acercó a Ron.

   "¡Tres!"

   Yukina se inclinó contra Kuwabara, sonriente.

   "¡Dos!"

   Visto por nadie, la mano de Kurama se deslizo dentro de la de Hiei.

   "¡Uno! ¡FELIZ AÑO NUEVO!" Hocicos lamió a Harry de barbilla a oreja. "¡ACK! ¡HOCICOS!" Remus soltó carcajadas.

   Fuegos artificiales explotaron, dragones brillantes y cometas volando por el cielo, lloviendo brillantes luces en todos colores del arco iris sobre Hogsmade. Las campanas de Hogwarts se silenciaron, y el bar explotó en canción.

   Si los viejos conocimientos se olvidan,
   Y nunca se traen a la mente;
   Si los viejos conocimientos se olvidan,
   Y los días del auld lang syne...

   Cinco segundos de silencio cargado de sentimentalismo llenaron el bar, una vez terminada la canción. Entonces...

   "¡Otra ronda, Rosmerta!"

**Continuará**

Notas de la autora:

 

"-Kurama añadió plantas de Año Nuevo a las decoraciones de Navidad. El pino es una de las decoraciones esenciales para el Año Nuevo, así que recicló. El Año Nuevo es una de las celebraciones más importantes en Japón.

-El Tantei comió comida Occidental Navideña, así que los estudiantes de Hogwarts pueden comer comida Oriental de Año Nuevo. La pasta es soba (fideos)), y la sopa es algo que tiene mochi (pastel de arroz) en el fondo. Nunca he probado ninguno, pero he buscado las recetas y sé como se supone que sabe.

-Como si el comportamiento de Ron no fuera una sorpresa para nosotros los Occidentales, hay reglas/modales/tradiciones Japonesas que yo sé que rompió. 1. La presentación es 90% de una comida propia. 2. El arroz, con pocas excepciones, se come solo. Estas excepciones NO incluyen tirar salsa de soya sobre él en la mesa. 3. Para traer buena fortuna en el año que viene, come soba caliente y sopa ozoni en el Año Nuevo. 4. La inhabilidad de usar palillos chinos es casi despreciable. (los Tantei han sido extremadamente educados y abiertos de mente sobre esto todo el año)

-No se desea ofensa hacia el modo tradicional de vestimenta de Japón. Amo usar kimono, de hecho, aunque no lo hago seguido. ¡Las opiniones de los personajes no necesariamente se reflejan en las del autor! (si eso fuese verdad, tendría un ataque nervioso por las creencias contradictorias de Hiei, Harry, Y Draco, verdad,)

-Kosodesho: kosode significa pequeñas-mangas, y es una vieja palabra para lo que ha evolucionado al kimono moderno (con las mangas cosidas en las partes bajas para que solo haya un relativamente pequeño espacio para tu mano). Desho es un verbo de algún tipo, pero no estoy segura del concepto lingüístico.

-Si estas vivo, tu kimono se ata con el ala izquierda sobre la derecha. Si no estas vivo (específicamente, durante la ceremonia antes de tu cremación), se ata con el ala derecha sobre la izquierda.

-Hiei y Kurama fueron nombrados como montañas cerca de Kyoto. El Monte Hiei es el sitio de el templo líder de una de las sectas Budistas de Japón. El Monte Kurama (que una vez era Monte Matsuo, no se hace cuantos siglos) es un legendario escondrijo para los tengu (enanos de montaña). También tiene un gran complejo de templos (o tal vez son varios muy pequeños, no estoy segura), una villa nombrada como él, y un enorme festival de fuego (Kurama no hi-matsuri) en Octubre.

-Kimonos no es correcto. El plural de kimono es kimono. Harry no sabe esto.

-Yuusuke no llegaría tarde a su propio funeral... porque Botán tuvo que molestarlo para que fuese al sepelio.

-"Hogsmade - se veía muy distinto en la oscuridad": he decidido que los estudiantes tienen que estar de regreso antes de que caiga la noche en fines de semana de Hogsmade.

-Hogmanay es la Víspera de Año Nuevo en Escocia.

-30 grados es 15% alcohol. Vino de uva regular solo puede ser, legalmente, 14% alcohol, o de 28 grados, máximo."


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