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La Mejor Defensa por Charmeine

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Capítulo 37
Liana de Uvas

   Paso, paso, paso, giro. Paso, paso, paso, giro. Golpeteo de dedos en la manija de una varita. Soplido de las túnicas sin sus piernas. Paso, paso, paso, giro. Mirar al cielo - (¿Por qué? Harry se preguntó. La respuesta llegó en un bajo respiro de información: las constelaciones de invierno pre-alba estaban comenzando a alzarse.)

   Un giro cortante, colocarse en una silla con espalda alada. Tomar un aliento, impaciencia raspando secamente en su garganta.

   "¿Qué esta TOMANDO tanto tiempo?" siseó él.

   No era la voz de Harry.


   Las constelaciones de alba en invierno estaban comenzando a alzarse, y una capa congelada se había formado sobre Hiei, cuando se levantó a las toscas seis. Con un suave agitar quitó la cobija delgada de hielo de su capa, corrió una mano por su cabello para quitar el frío ahí, y se bajó a través de la ventana para llegar a la Torre de Gryffindor. Entonces, caminó escaleras abajo al dormitorio de chicos de quinto año en silencio total, sus zapatos sin hacer sonido en la fría roca, y entró de nuevo en su cuarto. Debía guardar su katana  antes que alguien despertase y lo atraparan con ella.

   Un bajo, adolorido gemido atrapó su atención, mientras recubría en bolsillo dimensional en la tapa. Cerró su baúl suavemente, colocando el cerrojo una vez más, y miró alrededor del cuarto.

   El sonido había venido de la cama de Harry. Dos pasos, y él gentilmente quitó la cortina de cama. Harry se encontraba entre cubrecamas torcidos, pálido y sudando -- ¿se supone que los humanos hagan eso? - con su cicatriz siendo una línea roja en su frente. Eso se ve casi fresco - lo cual definitivamente no es natural en los humanos.

   Hiei giró, apartando de golpe las cortinas de la cama de Ron, y agitó al chico por el hombro. Ron se despertó tomando aire violentamente, reacción nacida de tener hermanos bromistas, y Hiei esperó solo un momento, hasta que los ojos de Ron se enfocaron en él. "¿Qué hacen ustedes con esto?" preguntó él, moviendo el pulgar para apuntar a Harry.

   "¿Qué...?"

   "Potter. La maldita cicatriz-" No pudo terminar la oración. Ron se sentó de golpe, quitándose los brazos de Hiei de encima y empujándolo para poder mirar.

   "¿Trataste de despertarlo?"

   Hiei le lanzó una mirada. Claro que no, idiota.

   "Claro que lo hiciste," Ron masculló para si. Hiei no lo corrigió. "Muy bien, entonces. Ayúdame a levantarlo y lo-" miró a Hiei, un movimiento de ojos revisando la altura, "-er, no, eso no funcionará. Será incómo-- ¿qué estoy diciendo?" Agarró su varita de la mesita de noche. "¡Mobilicorpus!"

   El cuerpo de Harry se alzó unas cuantas pulgadas de la cama, y Ron cuidadosamente lo movió al suelo. "Mantendré el hechizo funcionando, ¿si puedes mantenerlo derecho y me ayudas a empujarlo a la enfermería? Yo no puedo."

   Hiei abrió la boca para decir ‘mierda no', pero Harry gimió en su sueño y se movió. Su cabeza se ladeó hacia Hiei, con el sudor pegando su cabello a su piel demasiado pálida, su cicatriz vívida - se veía casi como si fuese a empezar a sangrar. "...Bien."

   Salieron corriendo.

   Ojos los siguieron el instante en que llegaron a la sala común, y pasos aparecieron al salir: los ecos de los de Ron y Hiei, y aquellos de los observadores madrugadores escapando a pasar el chisme. Movimientos rápidos aparecían, retratos (la mayoría de mujeres con faldas largas) corriendo, la perspectiva cambiando de un cuadro al otro, mientras que el sistema de alarma se encendía - la mayor parte de los estudiantes lo llamaban la liana de uvas, o algo similar.

   Hiei notó a cada una de las personas que los miraron, aunue dudaba que Ron lo hiciera o le importara. Eran, la mayor parte, Ravenclaws y Gryffindors: los Hufflepuffs y Slytherins vivían en los niveles más bajos de la escuela, y no tenían motivo para estar tan arriba en las escaleras sin tener clases. Prestó especial atención a la chica Weasley, mientras ella los seguía fuera de la Torre de Gryffindor, pero giraba el corredor hacia la biblioteca cuando lo pasaron.

   Por el atrio de las escaleras móviles, más allá de el pasaje siempre ocupado entre los dormitorios de Ravenclaw y la biblioteca: saltarse el corredor del tercer piso - cerrado por razones desconocidas; todo lo que tenía eran salones polvorientos y una puertilla en el piso hacia más de los mismos - saltarse el pasaje del segundo piso, que se inundaba en intervalos al azar, tomar el del primer piso y de regreso a las escaleras... se pararon frente a las puertas de la enfermería, las abrieron de golpe, y Hiei se detuvo un medio segundo entero de la sorpresa.

   Genkai se sentaba con las piernas cruzadas junto a una cama en el extremo opuesto del cuarto, leyendo un pequeño y usado libro. Esa no era la sorpresa. EN la cama, Kurama yacía en un par de las pijamas con rayas blancas y azules, profundamente dormido.

   Hiei se acercó velozmente a la cama de Kurama, dejando a Ron para que gritase a Pomfrey y manejaran a Harry solos. "¿Qué le pasó?" preguntó, voz plana con el esfuerzo de no rugir.

   "Me preguntaba cuando ibas a venir," Genkai dijo, en lugar de contestar la pregunta actual. "Hubo un incidente que envolvió una gran serpiente la noche pasada." Eso le decía aproximadamente nada. "Él la mató, pero logró recibir una mordida en el hombro."

   ¿El hombro, huh? Hiei se acercó, alcanzando con una mano para desabotonar la parte superior de las pijamas de Kurama y revisar los vendajes él mismo - y el suave ruido de fondo se paró. Se alejó de golpe, y el sonido se resumió.

   "¿Qué. Hay. Sobre. Su. Cama?" gruñó él. Había perdido un sentido entero por un segundo, un entero veinte por ciento de su habilidad de percibir peligros se había ido...

   "Un encantamiento silenciador. El veneno muestra señales de ser una potente sustancia hipnótica," Genkai respondió, sin sentirse intimidada.

   Hipnótico. Induce obediencia, abre al sujeto a alteración por sugerencia. La mente de Hiei rápidamente corrió por múltiples escenarios.

   Lo habría acusado de cortarla muy de cerca de nuevo... y lo hubiese llevado a creer que siempre lo hace, con el resultado de atontar sus reflejos de batalla. Alguien lo hubiese llamado estúpido en algún punto - yo, Yuusuke, Kuwabara, Botán, uno de los Slytherins - y limpiamente le hubiésemos extirpado la inteligencia. Suprimió un temblor. Demasiados de los estudiantes, si y cuando descubriesen lo que podrían hacer, pensarían de esto como un juego y plantarían sugerencias estúpidas en la mente de Kurama, como "haz como pato cada vez que escuches la palabra ‘verde'".

   Los resultados futuros de ESO serían horribles, incluso en los estándares de Hiei.

   El encantamiento silenciador era lo mejor que podían hacer, hasta que el veneno hubiese corrido su curso... pero considerando que Kurama estaba durmiendo y sin protección, tener el encantamiento dejaba al zorro con solamente cuatro sentidos en que confiar para despertarlo si era atacado: tacto, gusto, olfato, y su habilidad para sentir magia. En la intrincada red de magia que era Hogwarts, solo el primero y el tercero serían de utilidad para Kurama al sentir enemigos, pero el sentido de olfato humano era uno de los peores en los Tres Mundos. Solo los golem de piedra eran peores, y eso era porque ellos no TENÍAN sentido del olfato.

   Así que, al final, había solo una posible solución a la situación entera. Me diste tu maldita confianza, zorro. La voy a tomar.

   "Me quedo," anunció bruscamente.

   La ceja de Genkai se arqueó. "¿Ohh...?" sacó, ojos brillando con una mezcla de interés y calculo. Hiei solo se enderezó y esperó expectante, mirando la silla de Genkai. Después de unos momentos, cuando estaba claro que no daría más información, su interés se vació - no olvidado, solo colocado de lado.

   "Estas perdonado por no asistir a Defensa, y Binns no notará que te saltes Historia," Genkai decidió, saliendo de su asiento. Hiei lo agarró con un pie por la pata y la colocó en un ángulo más defensivo, mientras que ella continuaba, "puedo enviar a un elfo doméstico con comidas, pero no puedo hacer que te disculpen de Pociones o Adivinación. ¿Tienes a las Patil esta noche, cierto?"

   Hiei no se molestó en asentir.

   "Debería estar despierto para entonces."

   "¿Y?" Hiei empujó.

   Genkai se encogió de hombros. "Pomfrey y Snape han estado investigando los sabuesos de serpiente. Resulta que las mordidas no son letales, pero los efectos duran varios días. No han encontrado mención de algún antídoto aún."

   ¿Días? "No podemos darnos el lujo de tenerlo incapacitado por tanto tiempo."

   "¿¡No crees que sé eso!?" Genkai siseó.

   Antes que Hiei pudiese responder, las puertas de la enfermería se abrieron de golpe, dejando a Hermione entrar. "¡Harry!" chilló ella, corriendo a la cama donde Ron se paraba sobre su amigo. "Ginny acaba de decirme," le dijo a Ron, jadeando por algo de aire - probablemente había corrido todo el camino hasta aquí, Hiei pensó. Los ejercicios de salón de Genkai y las distancias entre clases claramente no eran lo suficiente. La profesora le dio la espalda, cruzando el cuarto mientras Hermione continuaba, "¿Qué pasó? ¿Qué ocurre? ¿Qué--?"

   "¡Hermione!" Ron la detuvo a media pregunta. "No lo sabemos."

   Hermione se inclinó más allá de él, habilidosamente quedando fuera del camino de Pomfrey - la enfermera colocó una botella de pociones de lado, su cuerpo bloqueando la vista delo que fuese que estaba haciendo con ella. "Se ve fresco," comentó ella. "Esta demasiado pálido... ¿y tiene fiebre?"

   "No," Pomfrey respondió.

   Genkai miró por sobre el hombro de Hermione. "Eso no es natural," dijo ella. Hermione saltó, casi cayendo sobre Harry con un chillido. "Aprende a prestar atención, Granger. Ni siquiera intentaba escabullirme hasta aquí. Ahora, bien... Potter..." Miró fijamente a Harry.

   "¿Qué está haciendo?" Hermione preguntó.

   "Mirando," Genkai respondió cortamente. Atrapó a Harry por la barbilla, ladeando su cabeza hacia ella, sacando un respiro enfadado de Pomfrey. "Maldita edad..." masculló ella.

   "¿Edad?"

   "Granger, silénciese. Jaganshi, necesito tus ojos por un momento," Genkai ordenó, haciendo un ademán sin siquiera mirarlo (así que no notó la mirada gélida de muerte que Hiei le lanzaba). "Ven a darle un vistazo a Potter."

   "Ya he mirado, anciana," Hiei respondió. Hermione jadeó - Pomfrey y Ron lo miraron con desconcierto.

   "Bien," Genkai respondió. "Entonces puedes decirme si hay magia Oscura sobre él."

   Kurama hubiese sonreído de modo secreto y le hubiese dicho que podía, sin de hecho hacerlo. Hiei cerró los puños fuertemente. "No."

   Genkai suspiró. "Me disculpo. Por favor dígame si hay magia Oscura sobre Potter."

   "Lo HICE," Hiei rugió.

   "¿Bien?" Hermione soltó. "¿¡La hay o no!?"

   Estúpidos humanos que no saben escuchar. "No. Hay. Nada."

   "Eso cierra las cosas mucho," Genkai comentó. "Y Señorita Granger, creí haberle dicho que se silenciara."

   "Pero-"

   "¡SILENCIO!"

   La boca de Hermione se cerró.

   Finalmente, cierra la boca, Hiei pensó. Después de todo esto, alguien debería enseñarle sobre la diferencia de inteligencia y experiencia, ¡y cuando NO molestar a la gente que intenta descubrir lo que pasa!

   Haciendo una nota mental de encargarse personalmente - para que pudiese asegurarse que se estaba haciendo BIEN - se sentó en su silla, y se preparó para un largo día de mantener un ojo sobre Kurama.


   Draco miró alrededor de el Gran Salón al entrar, uno de los últimos en hacerlo. Era una mirada casual, perfectamente normal, una mirada de todos-hacen-esto - Draco había pasado varios meses perfeccionándola.

   Minamino no había estado en el dormitorio cuando Draco despertó. Esto no era inusual: la mayoría de las mañanas el pelirrojo se levantaba temprano, por razones desconocidas. Algunas veces cuando Draco llegaba al desayuno, Kurama tenía un nuevo libro de la biblioteca abierto junto a su té, o manchas de pasto en los zapatos, o las orillas de sus túnicas mojadas con nieve o rocío (dependiendo de el clima de afuera) así que Draco tenía una muy buena idea de donde Kurama pasaba su tiempo entre las seis de la mañana y el desayuno.

   En su cama nadie había dormido, aunque había estado lo suficientemente chueca para mostrar que alguien se había sentado por un buen rato. Eso había sido algo inusual, ya que la vez o dos veces en que no había dormido en su cama, no había habido ningún signo de que hubiese regresado al dormitorio del todo. Aún más extraño, sus pantuflas no estaban.

   Era muy provechoso notar estas cosas. Porque cuando miró alrededor del Gran Salón en su oh-tan-perfecta-mirada casual, estaba ya medio alerta y observando cualquier cosa fuera de lugar. Y así, un segundo de mirada lo pateó a atención despierta y absoluta, y entregó detalles.

   Potter siempre se sienta ahí, con la comadreja y la Sangresucia - y no está. Tampoco Minamino y Jaganshi - no que sea extraño que Jaganshi se salte las comidas. Y si Minamino está con Jaganshi... eso explica la cama en que no durmió. Pero no explica las pantuflas...

   Mientras tomaba su asiento, Draco tomó una mejor mirada a la comadreja y la Sangresucia. Esas son caras de ‘Potter está en el hospital' se dio cuenta, con un salto interno de alegría.

   La mañana de Draco estaba mejorando.


   Si Aquel-Que-De-Algún-Modo-No-Era-Harry había estado solamente impaciente en las tempranas horas de la mañana, al alba, estaba furioso. Mientras los rayos del sol lentamente cruzaban la pequeña choza donde caminaba incansablemente, su temperamento se acortó como cerillo.

   Era media mañana cuando su paciencia al fin se rompió.

   "No. Van. A VENIR," siseó él, lanzando una bola de fuego al muro más cercano. Dejó un círculo quemado. "¡Él me FALLÓ!"

   Giró, atrapando un pequeño movimiento en la esquina del cuarto: la plateada pata de una rata. "¡Colagusano! ¡Tú me ASEGURASTE que los tontos ignorarían a las bestias! ¡Que no revisarían el equipaje! ¡Que ellos NO TENDRÍAN AL TRAIDOR PROTEGIDO TAN BIEN COMO A POTTER!"

   La rata corrió a una madera rota en la pared, chillando patéticamente.

   "¡CRUCIO!"

   Harry se despertó de golpe, con el nombre de Voldemort en los labios.


   A través de la borrosa niebla de la inconsciencia, Kurama lentamente se dio cuenta de que sus ojos estaban cerrados. Algún tiempo después de eso, el pensamiento de que podía abrirlos arribó a su cabeza. Flotó alrededor por otra cantidad de tiempo desconocida, antes de cambiar a que él debería hacerlo.

   Sin ninguna razón para no hacerlo, lo hizo. Piedras pulidas, sol de invierno, y la parte superior de una blanca cortina le llenaron la vista. Que lindo. Un rostro familiar nadó a la vista, con el ceño fruncido. Eso es lindo también...

   La boca de Kurama se movió, formando el nombre. 'Hiei...' Pero ningún sonido flotó con su aliento. Ah bien. Hola, Hiei. El rostro se apartó, pero un instante después la suave superficie en la que Kurama estaba se dobló, empujando la parte superior de su cuerpo a enderezarse parcialmente. La vista rotó, con el pulido techo ido, la ventana blanca a medio cerrar y una silla centradas en la imagen, con una cama de hospital vacía y una ventana visible al otro lado del cuarto.

   Hiei regresó a la vista, tomando un paso desde el lado y ligeramente detrás de la cama de Kurama para sentarse en la silla. Le dio una mirada de evaluación a Kurama, y jaló hacia si una hoja de pergamino y una pluma, escribiendo algo y sosteniendo la hoja directamente en la línea visual de Kurama.

   Estas bajo un encantamiento silenciador por el momento, leía en Japonés. ¿Sabes de algún antídoto para contrarrestar el veneno de un sabueso de serpiente? Toma este pergamino y pluma y escríbelo una vez si sabes de alguno. Agita tu cabeza una vez si no.

   Kurama podía hacer eso. Agitó la cabeza, una vez. El pergamino fue alejado de su vista, y Hiei escribió en él de nuevo.

   ¿Sabes de los efectos del veneno de un sabueso de serpiente? Asiente con la cabeza una vez si lo sabes, agita la cabeza una vez si no.

   Memorias volaron por la mente de Kurama, de tres décadas en los sub-niveles de la India - violadores sentenciados a impotencia, asesinos al suicidio, ladrones a pobreza-por-generosidad. Un demonio salvaje calmado por una mordida - había sido un excelente chef sin sus tendencias violentas. Un matrimonio de la realeza, el príncipe y la princesa casi-extraños y no atraídos el uno al otro: el veneno había asegurado un duradero, feliz matrimonio. Un granjero, su cuerpo cortado de costillas a la punta de su cola, y aún así vivo y recuperándose con el veneno procesado fluyendo por sus venas. Kurama asintió con la cabeza. Oh sí. Estaba familiarizado con los efectos.

   Te mordió una anoche. Toma la pluma y escribe en este pergamino si deseas responder.

   Kurama tomó la pluma, y Hiei le pasó el pergamino. Después de pensar un momento, Kurama escribió: Eres tan cuidadoso. Es dulce.

   Hiei mostró los dientes en un gruñido que Kurama no pudo oír, y tomó el pergamino y la pluma de regreso. Escribió furiosamente por un momento, y levantó el papel de nuevo para que Kurama pudiese leer.

   Había cambiado el tema. Tú no eras el blanco de la serpiente anoche. Creen que Snape lo era. Otro momento de escribir. El blanco tenía que ser capaz de Aparecerse, y tener un modo de encontrar a Voldemort sin direcciones. Los oí decir algo sobre una Marca Oscura.

   Kurama aceptó la pluma una vez más. Yo no sé por qué querrían a Snape, o que es una Marca Oscura.

   Hiei se encogió de hombros. ¿Alguna opinión que quisieras compartir?

   Kurama tenía varias. Extraño tus ojos reales.

   Sobre. La. Misión. La pluma se rompió bajo los dedos de Hiei mientras apuñalaba un punto demasiado fuerte, con tinta mojando todo. Él y Kurama miraron blancamente a la pluma rota, y la tinta escurriendo de la mano de Hiei.

   Kurama sonrió, mojó un dedo en un laguito de tinta, y escribió desastrosamente en la esquina más limpia del pergamino. Oops.


   Factor: Potter Y Minamino habían estado en el ala del hospital todo el día.

   Factor: Jaganshi se había saltado todas sus clases para quedarse ahí.

   Factor: Ninguno de los dos había parecido estar enfermo en el festín, y no había habido un juego de Quidditch o un accidente en clase para dejarlos ahí.

   Resultado: Para la cena, el rumor corría salvaje en todas las Casas... excepto en Slytherin.

   A diferencia de las otras Casas, los Slytherins tenían un sistema de control-de-rumores, con detalladas - aunque no escritas - reglas definiendo una jerarquía casi de negocios. Este año, Draco estaba calificado para empezar a refinar las historias, Él y Pansy, que habían controlado el arte de hablarse el uno al otro sin necesidad de prestar atención, platicaban y escuchaban cuidadosamente a los Slytherins más jóvenes. Específicamente, escuchaban a los de segundo año, quienes tenían el trabajo de canjear ruidosamente las historias que habían tomado de otras Casas.

   "¡Escuché que fue un duelo!" uno de los chicos dijo. (Draco automáticamente lo catalogó a él y a sus futuros prospectos en la Casa Slytherin: sangre vieja de el siglo XVIII, una bóveda, inteligencia moderada, cuerpo moderado: recopilación de información.)

   "¡No, no, eso es ridículo!" una chica respondió. (sangre media de el siglo XVI, una bóveda, un cuarto llena, alta inteligencia, discreción media-baja - Draco frunció el ceño; los niños no debían añadir sus propias opiniones a la información - bonita: producción y dispersión  si aprendía un poco más de discreción , dispersión de información solamente si no lo hacía.) "¡Hubiesen perdido TANTOS puntos si fuera eso!"

   "Yo escuché que se metieron al Bosque Prohibido." Un coro de impresionados ‘oooooooh' siguió el anuncio de la chica (sangre vieja de cuarta generación, tres bóvedas, baja inteligencia, obediente: dispersión y recopilación).

   Idea interesante... alguien tendría que revisar a Minamino, para ver si su herida daba razón a la historia.

   "¡Apuesto que fue un vampiro!"

   "¿En INGLATERRA? No seas ridículo, tuvo que ser un osogusano chupa sangre. Han atacado al estúpido medio-gigante antes." (Hermana de Pansy: sangrepura del siglo XIV, siete bóvedas, muy fácilmente emocionada: producción o refinamiento.)

   Ese es un excelente punto con los osogusanos, y muy bien dicho para un argumento de alguien de doce años. Tal vez ella sea una buena candidata para promover a refinamiento temprano... tal vez en su cuarto año, Draco pensó, mientras más ‘ooooooh' llenaban el aire.


   Hiei bajó su tenedor a su plato vacío, y se terminó su jugo de calabaza (una bebida de la cual no estaba muy seguro si se estaba acostumbrando, o se estaba hartando). Era lindo tener una civilizada, caliente comida sin cientos de chiquillos humanos empujando y hablando todo alrededor suyo... aunque hubiese sido más lindo sin Kurama incapacitado.

   Una sombra cayó sobre él. "Jaganshi."

   "Snape." Me lo supuse - la mayor parte del tiempo va marchando y girando alrededor, haciendo Entradas dramáticas... ¡excepto que sería más melodramático ser silencioso y escurrirse hasta aquí ahora, así que lo hace!

   La expresión del mago se oscureció. "No tome ese tono insolente conmigo, Jaganshi. A menos que quiera más detenciones que las que ya tiene por saltarse clases."

   "¿No deberías estar buscando un antídoto?" Hiei preguntó. ¿A quién le importaba detención? ¿Era Snape tan patético, que treparía todo el camino a la enfermería solo para decirle a Hiei que tenía detención? Seguramente tenía otra información.

   "No hay uno," Snape respondió planamente.

   Inaceptable. "Entonces HAGA uno," Hiei soltó.

   Snape alzó una ceja. "¿Quieres que yo pruebe antídotos experimentales en Minamino?" preguntó él, molestón.

   Bueno, cuando lo pones de ESE modo... "Mierda, no."

   "Cinco puntos por el lenguaje, Jaganshi."

   "Yadda, entonces," Hiei dijo. Mismo significado, diferente lenguaje. "O grd-yn." Podía oír a Snape rechinar los dientes. "¿Hay algo más?" preguntó él, deliberadamente poniendo una carnada a Snape.

   El hombre siseó. "No." Giró sobre sus talones y salió a la oficina de Pomfrey.

   Patético.


   Las Patil llegaron poco tiempo después.

   "Siéntense," Hiei ordenó simplemente, señalando hacia las dos sillas que había colocado al pie de la cama de Kurama. Lo hicieron, y Hiei se recargó en su postura usual, esperando.

   Las lecciones de las Patil siempre iban del mismo modo. Las gemelas entraban, él les decía que se sentaran, y esperaría por un tiempo al azar, luego les ordenaría que cayeran en el estado meditativo requerido para trabajar. El periodo de espera era vital - ellas TENÍAN que aprender como caer en el estado instantáneamente, conscientemente.

   Esta vez, sin embargo, era diferente. Mientras que las chicas usualmente se sentaban calladamente, espantadas por él (aqunque se habían estado relajando lentamente por los últimos tres meses), esta vez... Parvati lo estaba mirando.

   No. La frase era más enfocadamente ‘mirando con admiración'. Había visto esa expresión y postura en cada una de las clases de Adivinación, dirigida a Trelawny. ¿Y eran esas lágrimas en sus ojos?

   "¿Qué?" Hiei gruñó.

   "Lavender quería estar aquí también," Parvati comenzó. Padma giró los ojos. "¡Y pensar que cargaste un peso tan inmenso en las vacaciones--!" ¿De que demonios está hablando?, Hiei se preguntó. "Puedes contarnos, o a la Profesora Trelawny, cuando quieras," añadió querendonamente. "Nosotras comprendemos el peso de el Ojo Interno. Te ayudaremos... ¡el trauma de ver de antemano las horribles cosas que le pasarían a tu amigo, y la culpa de ver que pasara sin poder detenerlo--!" agitó la cabeza, con lágrimas cayendo de sus ojos.

   Debe estar jodidamente bromeando. "¿Dónde. Es. Que. Oíste. ESO?"

   Antes que Parvati pudiese, Padma contestó. "Cuando no te mostraste en Adivinación hoy, Ron Weasley hizo que la profesora se tragara una línea-"

   "¡Padma!"

   "-sobre ti teniendo una Visión en Navidad Sobre La Perdición Imponente De Tu Mejor Amigo." Su voz solo tenía que bajar un par de octavas para encajar con la de un narrador de película, excepto por el tono de risa suprimida bajo los tonos dramáticos. "Añadió que estabas Inmerso en Culpa y Manteniendo Vigía A Su Lado-"

   "¡PADMA! ¿¡CÓMO PUDISTE--!?"

   "-y la profesora se trago la carnada, el hilo, y la caña."

   Parvati soltó un graznido estrangulado.

   "Estado listo," Hiei ordenó. Las gemelas cayeron inmediatamente a meditación silenciosa.

   ¿Visión en Navidad? ¿Perdición Imponente? ¿Inmerso en Culpa?

   ...era exactamente el tipo de cosa que la profesora lunática se comería con cuchara. Ron probablemente le había acabado de asegurar a Hiei calificaciones perfectas por el resto del curso. ¡Pero era jodidamente embarazoso!

   Nota a mi mismo: NO dejar que Kurama escuche sobre esto.


   La siguiente mañana comenzó demasiado temprano, cuando Yukina corrió al Ala del Hospital, radiando de alegría.

   "¡Oniisan! ¡Oniisan! ¡Tengo permiso para trabajar una curación en Kurama!"

   Hiei, medio-despierto, golpeó su cabeza contra las cobijas. ¿POR QUÉ no habían pensado en eso antes?

   "¿Oniisan? ¿Estás enfermo también?"

   "No, Yukina," Hiei masculló, levantando la cabeza. "Estoy bien."


   Era la tarde del Martes, y las pruebas de la sangre de Kurama mostraban un nivel de veneno lo suficientemente bajo para que Madame Pomfrey quitara el encantamiento silenciador. Solo por si acaso, sin embargo, Hiei confiscó su arete de traducción.

   Era afortunado de haberlo hecho. Tarde durante el segundo periodo de clases durante la tarde - que los Slytherins tenían libre - Draco y Pansy vinieron a visitar.

   "¡Konnichi wa!" Kurama dijo alegremente, cuando pasaron las cortinas.

   Los dos parpadearon. "Hola, Minamino," Pansy respondió, antes de mirar a Hiei blancamente. "Sigues aquí."

   Lamento decepcionarte, Hiei pensó sarcásticamente. Deliberadamente se relajó en la silla, telegrafiando que no los consideraba mucho problema.

   "¿Qué ESTÁS haciendo aquí?" Draco preguntó en tono de superioridad.

   "Genkai me asignó a cuidar al niño," respondió planamente.

   "¿Es tan malo?" Pansy preguntó, alzando la mano y colocando una expresión preocupada. No engañó a Hiei ni un poco.

   "Está mejor. Le quitó su encantamiento, sin embargo, solo por si acaso, así que también soy el traductor." Miró sus rostros caer en derrota parcial. ¿Vinieron a sacarle información, o no? Muy mal. "Él dice hola."

   "Eso supusimos," Draco sacó.

   "Bien, pues," Pansy dijo, encarrilándose graciosamente... para un humano. "Tenemos una canasta de cuidados de la Casa de Slytherin-" Hiei iba a revisar eso por encantamientos y pociones, sin importar que tan tonto sería poner tales cosas en una, "-y realmente queríamos hablar con Kurama en privado. ¿Sabe mucho Español sin el encantamiento?"

   "No," Hiei dijo planamente. Kurama tenía los años estándar de Español de sus escuelas primaria y secundaria, antes de llegar aquí, pero él era (afortunadamente) terrible con la pronunciación (excepto en las palabras clave como "látigo de rosa"). Si Hiei solo les daba la impresión de que no podía leer ni escribirlo tampoco, no podrían tratar de tener su conversación ‘privada'.

   "Oh."

   "Es una lástima como permiten a animales peligrosos en los terrenos de la escuela," Draco dijo. "Apuesto a que fue una de las bestias de Hagrid. Su hipogrifo me atacó en mi tercer año, sabes. Mi padre trató de que lo durmieran, pero de algún modo se escapó."

   "No tengo idea de lo que pasó," Hiei mintió fácilmente. "Kurama dice que no lo reconoció."

   Pansy saltó a la plática. "No puedo imaginar como pudo haber pasado. Debió haber sido terrible, sin embargo - ¡simplemente ser atacado de pronto así como así...!"

   Sutiles, NO eran. Kurama estaría encantado, si pudiese entender lo que dicen. Les pondría carnada, lanzando pistas y volviéndonos locos a todos. "No ha dicho," Hiei respondió - con la verdad, para variar.

   "¿No le has preguntado?" Pansy preguntó prontamente.

   "No."

   Draco abrió la boca, con una pequeña sonrisa socarrona en los labios - puso a Hiei desconfiado; ¿qué demonios iba a preguntar? - cuando la cortina se movió de nuevo. Los cuatro miraron arriba.

   "¡Yukina-san!" Kurama dijo.

   "Hola, Kurama," Yukina dijo. Asintió para saludar a Draco y a Pansy, antes de volver su sonrisa a Hiei. "Es tiempo de otra ronda, Oniisan."

   "¿Otra ronda de qué?" Draco preguntó. (Bien, lo ha distraído de cualquier pregunta cargada que tuviese, Hiei pensó.)

   "¡Curación!" Yukina respondió, como si fuera obvio. Luego se detuvo incómodamente. "Oh, pero no me ha visto hacer eso, ¿verdad, Draco?" Ambos Slytherins agitaron la cabeza. "No es muy interesante, me temo, pero es muy útil observar. La mayor parte de la gente puede lograr curarse a si misma con la magia interna, sin importar cuales sean sus habilidades." Se sentó en la cama y desabotonó la parte superior de el pijama de Kurama, empujándolo de su hombro y desatando los vendajes.

   Kurama parpadeó, mirada viajando de las manos de ella a la gasa, a Hiei, y de regreso. Hiei se encogió de hombros. No era como si Draco y sus compañeros de cuartos no fueran a ver el daño eventualmente, de todas formas. Aparentemente satisfecho de seguir la opinión de Hiei, Kurama jaló su cabello fuera del camino para ayudar.

   Yukina jaló el último vendaje libre, ignorando como Draco y Pansy se movían para tener una mejor vista, y sostuvo su mano un centímetro sobre la herida cerrada con puntadas y color amarillo verdoso. Su mano comenzó a brillar un poco azul.

   "Sabes, Koorime, no creo que nos hayamos presentado, ¿verdad?" Pansy preguntó.

   Yukina sonrió. "No, no lo hemos hecho. Nuestras Casas no tienen clases juntas."

   "Simplemente una pena," Pansy murmuró. "Soy Pansy Parkinson, de los Carlisle Parkinsons, pura de el siglo XIV."

   "Yukina Koorime, de las Koorime," Yukina respondió. "¿Qué significa el resto?"

   "Mi familia," Pansy explicó orgullosamente, "puede trazar sus orígenes mágicos todo el camino hasta llegar al siglo XIV."

   "Ohhh," Yukina respiró.

   "¿Qué hay de la tuya?"

   Yukina pensó por un momento. "No sé como se traduce..." Ella miró a Hiei. "¿Asuka 41?" Hiei se encogió de hombros, y Yukina giró a Kurama. "¿Kurama-san, Asuka no yojuuichi?"

   Kurama parpadeó perezosamente hacia ella. "Gohyakukyuujuusan no Ei Di."

   "Arigatou gozaimasu, Kurama-san." Yukina sonrió a Pansy y Draco. "Kurama dice que se traduce a 593 A.C. en su calendario." Los Slytherins palidecieron, mientras Yukina continuaba sin darse cuenta. "Los datos orales, por supuesto, van mucho más atrás, a Yuki'onna cuando nosotras todavía vivíamos en las montañas más altas de Honshu."

   Hiei suprimió una sonrisa burlona. Por lo que él sabía, las familiar Inglesas mágicas más antiguas solo podían trazar sus orígenes hasta los años 1100 o algo así. Su historia escrita se amontonaba en las Edades Oscuras, desapareciendo en las profundidades de Europa. Con un solo y feliz comentario, Yukina había abofeteado a los sangrepuras conscientes-de-clase con un símbolo de estatus que no podían ignorar.

   "¿Y... Kurama...?" Draco preguntó.

   "Oh, sus escritos grabados serían los mismos, o similares," Yukina respondió. "Es cuando exportamos la escritura de China. Grabados orales, sin embargo..."

   "Moriko," Hiei dijo. Yukina no sabría el nombre de la madre original de Kurama. "En el Yayoi medio," añadió. Había tenido como mil años cuando tuvo a Kurama, si recordaba correctamente... así que el linaje de Kurama se extendía a dos mil años, un milenio cada quien para él mismo y su madre biológica.

   "Shikoku ni Moriko-ohaha no niwa ga arimasu..." Kurama murmuró.

   Yukina ladeó la cabeza, poniendo su mano libre junto a su boca. "Ohh..."

   "¿Qué dijo?" Pansy preguntó.

   "Que el jardín de sus ancestros aún existe, en Shikoku."

   Draco visiblemente suprimió una mirada de superioridad, casi logrando fingir curiosidad honesta. "¿Un jardín? ¿Qué tiene de importante un jardín?"

   "Nada," Hiei le espetó, "si solo te importa la fecha escrita."

   "Un jardín de esa edad sería sagrado," Yukina murmuró, quitando la mano de la herida de Kurama. El raspón horrible se había ido, con solo un tejido casi invisible de cicatriz marcando el lugar. "Terminaré esto mañana," Yukina le dijo a Hiei. "El veneno casi se ha ido, pero recomendaría otra noche aquí. Él aún está muy vulnerable a sugerencias."

   ¡Maldición, Yukina! "Dile a la enfermera," Hiei dijo, cuidadosamente manteniendo el rostro de piedra.

   "Nos iremos, pues," Pansy dijo oh-tan-suavemente. "No quisiéramos gastar la bienvenida. Vamos, Draco querido."

   Se levantaron, sonriendo falsamente, sus ojos brillantes con alegría, y se apresuraron fuera.

   "Comenzaré a buscar de venenos en la biblioteca," Hiei oyó decir a Draco mientras las puertas se cerraban. "Verás lo que puede hacer la milla de rumores..."

   Hiei resistió la urgencia de poner la cara en las manos. Esto era exactamente lo que ellos NO querían que pasara.

   Maldición, Yukina...


   La luz de luna pintaba el Ala del Hospital de un color suave y plateado, dejando profundas y ensombrecidas esquinas en el muro junto a la cama de Kurama. Hiei, metido en un hueco labrado, dormía profundamente, sus brazos cruzados y sus pies arriba de la silla que había usado todo el día. No roncó, ni hizo más que moverse ligeramente, incluso cuando una sección de el muro de piedra en la esquina del cuarto se abrió en silenciosas agarraderas mágicas.

   Dos figuras se deslizaron del pasaje secreto, moviéndose en perfecto contrapunto a cada una mientras se movían por el cuarto. Uno miró a Hiei, y señaló al otro - una señal con tonos sobrepuestos de ‘todo claro, es seguro' sobre ella. El otro avanzó al lado de la cama de Kurama, solo a algunos pies de distancia de el durmiente Jaganshi. El primero apartó la mirada-

   Y las manos de Hiei salieron volando, atrapando a los dos por las orejas.

   "¡OW!" chillaron ellos.

   Kurama se despertó de golpe, una mano yendo instintivamente a su cabello. "¿Hiei? ¿Nani sore...?"

   Hiei haló al par a la luz - no era que ninguno de los dos lo necesitara, pero era mejor mantener la actuación frente a los humanos. "Fred y George Weasley," anunció sin necesidad. "Veo que las palabras se esparcen rápidamente por aquí."

   "¡Estabas dormido!" Fred aulló.

   Hiei dio un sonido de desdén. "Estaba," asintió prontamente. No había necesidad de decirles que dormía en un gatillo que se activaba con incluso un cabello, y que había estado bien despierto desde que la puerta secreta se había abierto. "Tienen suerte de que no me mantuviera dormido. ¿Qué estaban HACIENDO?"

   Medio segundo de silencio, mientras los gemelos intercambiaban una mirada y llegaban a un acuerdo - Hiei podría adivinar que era algo próximo a las lineas de ‘realmente estúpido negarlo ahora'. "Solo un poco de diversión," Fred dijo.

   "Un comando."

   "Uno con límite de solo-una-vez y todo eso."

   "¡No lo habríamos lastimado!"

   Hiei los fulminó con la mirada. "¿Qué. Es. Lo. Que. Iban. A. Hacer?"

   "Bien..."

   "Tú verás..."

   "Es algo así..."

   Hablaron al unísono. "¿Has oído alguna vez del baile de la tetera?"

   ¿El qué? "No." Antes de que pudiesen explicar, Hiei añadió, "Y no quiero. No van a hacer que lo haga."

   "¡Aw...!" corearon ellos. Los refunfuños dobles se cortaron hacia chillidos de nuevo mientras Hiei los jalaba de regreso a la puerta secreta por las orejas, ignorando a Kurama cuando se levantó y curiosamente los siguió

   "No."

   "¡Pero--!"

   Hiei los empujó al pasaje. "Si quieren ser suicidas, vayan a pararse bajo el Sauce Boxeador. Dejen a Kurama en paz."

   Parpadearon hacia él. "¿Huh?"

   ¡Humanos! ¿Debía deletrearles todo? "Kurama. Queda. A mano." Cerró la puerta de golpe en sus rostros.

   Una mano gentil cayó en su hombro. "¿Hiei?" Kurama preguntó.

   "Nan demo nai," Hiei respondió. No era nada. Había estado esperando intentos de bromas. Al menos los Weasley tenían algo de sensatez al respecto, y los había atrapado de todos modos.

   Kurama palmeó su hombro de nuevo. "Arigatou."

   Hiei no se molestó en decir ‘de nada'.

*Continuará*

Notas de la Autora:

 

"-El sistema de alarma (o sea, los retratos chismosos) no se activó cuando Kurama fue llevado a la enfermería, porque todos estaban dormidos.

-Veinte por ciento: hay dos modos en que puedes hacer este cálculo. El modo simple es dividir un ciento por ciento de habilidad de percepción por los cinco sentidos humanos (sin contar la sensibilidad extra-sensorial de ningún tipo), resultando en veinte por ciento para cada sentido. En escrito de narración, las imágenes son aplicadas de mejor forma si se siguen los usos naturales de los sentidos humanos. Es diferente para diferentes personas, con un hueco notable de género, pero al final, se rompe a 70% vista, 20% oído, y 10% para los otros tres sentidos, con el tacto siendo el menos usado por la intimidad del mismo.

-Sangre vieja, sangre media, sangrepura: diferentes niveles de las clases mágicas de prestigio de edades para familias. Todas son sangrepuras, pero esto es que tan atrás puedes rastrear a tus ancestros magos. Las familias más viejas, como los Malfoys (de Francia, el siglo XI o algo así), son sangrepura. Las familias que pueden rastrearse de vuelta a finales del siglo XIV y temprano siglo XVII son sangre media. Las familias que trazan desde el final del siglo XVII a sus abuelos son sangre vieja (Harry es un sangre vieja de un lado, por Lily, y un sangrepura por el otro por James). Y no es algo original de los libros.

-Debería confiar en que la mayor parte de lo que se dice en japonés se entienda por el contexto, pero solo por si acaso...

Yadda: muy ruda forma de decir ‘no'. No estoy segura de que sea la escritura correcta.

Konnichi wa: "hola", usado desde alrededor de las diez de la mañana a la puesta de sol.

Asuka no yojuuichi: Asuka 41

Gohyakukyuujuusan no Ei Di: 593 A.C.

Arigatou gozaimasu: "gracias", una de las formas más educadas.

Honshu: la más grande isla de Japón, que tiene a Tokio, Kyoto, Osaka, y Hiroshima.

Shikoku ni Moriko-ohaha no niwa ga arimasu: En Shikoku, el jardín de Madre-Moriko (aún) existe. Shikoku es la más pequeña de las cuatro islas principales del Japón. Ohaha es la palabra más formal para madre y generalmente se usa para referirse a las madres de otras personas, por lo que sé. Inventé a Moriko.

¿Nani sore?: ¿Qué fue eso?

Nan demo nai: No es nada.

Arigatou: "gracias", una versión menos formal."


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