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La Mejor Defensa por Charmeine

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Capítulo 38
Paz Relativa

   El resto de Enero pasó en paz relativa. Por supuesto, en Hogwarts, la frase era algo irregular...


   Kurama fue liberado de la enfermería durante el desayuno de la mañana del Miércoles, dejándole a Hiei solo diez minutos para cambiarse a sus túnicas escolares, agarrar sus libros, y trepar las muchas filas de escaleras para encarar...

   Adivinación.

   Logró llegar con segundos de sobra, al viajar por sobre los techos y meterse por una ventana detrás de la cortina del fondo. Desafortunadamente, sin importar lo cerca que llegó, y sin importar que hubiese logrado entrar sin ser notado, no era lo suficiente.

   "¡Hiei!" Lavender jadeó.

   Parvati se unió, juntando las manos. "¡Oh, Hiei!"

   Oh dioses... Hiei pensó, mientras las dos chicas descendían hacia él.

   "¿Estas bien?" Lavender preguntó. "¿Lo hirieron muy terriblemente?"

   "¿Viste lo que lo hizo?" Parvati siguió. "Oí que Minamino no lo vio, pasó tan rápido..."

   "¿Cómo tuviste tu visión? ¿Fue con el tarot, tal vez? ¿O tal vez con los espejos, como practicamos en el semestre pasado?"

   Hiei gruñó. "No les incumbe," soltó, enviándole una mirada fulminante a Ron. Esto es todo TU culpa, pensó viciosamente hacia él  (cuidadoso de no dejar a su Jagan de hecho amplificarlo a telepatía real). Harry y Ron ofrecieron miradas de disculpa, antes que Harry bajara la cabeza para mirar la mesa en culpa visible.

   La Profesora Trelawny llegó como brisa, divisó a las chicas que rondaban a Hiei, y prontamente avanzó para unírseles. "Jaganshi..." murmuró ella, voz temblante. "Mi pobre niño..."

   Yo NO soy tu pobre NADA, Hiei pensó.

   "Debes decirnos, mi niño..." tomó un aliento, y extendió el brazo alrededor. "¡Dinos de tu visión!" Hiei casi de ahoga, y ella giró e regreso hacia él. "Debes compartir el Don... ¡un ejemplo para los jóvenes buscadores de conocimiento que son tus compañeros!"

   Ron y Kuwabara pusieron las manos sobre sus bocas para no reírse, mientras Trelawny se inclinaba demasiado cerca de Hiei de nuevo, sus enormes anteojos casi tocando su nariz. "He Visto la fuerza de tu Ojo Interno-" Tú NO tienes idea, vieja murciélaga. "-desde el instante en que entraste a este cuarto. Tu dragón, tus sombras, mi niño... son peligros de una poderosa Visión. Yo misma he batallado con tales espíritus, criaturas que son malévolas y que no lo son, que estan atraídas a los poderosos  Visionarios."

   Hiei achicó los ojos. Eso era solo un poco DEMASIADO certero para la bolsa de huesos...

   "Pero eso no es ni aquí ni allá," Trelawny añadió, tirando el tema. "Debemos saber como recibiste esta visión, como un ejemplo para tus compañeros, y para descubrir que técnicas de adivinación son compatibles con tus sombras."

   ¿Compatibles, cierto? Ella solo quería un teatro gratis. "Me empecé a dormir frente al fuego," espetó él. "Creí que era una visión del pasado. No quiero hablar de ello."

   "¡Pero--!"

   "No. Quiero. Hablar. De. Ello," Hiei rugió. Trelawny y las chicas se apartaron; Kuwabara palideció ligeramente.

   "No lo presionen," Kuwabara dijo rápidamente. "Es... es realmente malo cuando... no podemos sacarle a Kurama lo de ‘batalla dramática', ven, y corta las cosas cuando están muy cerca... realmente le molesta a Hiei cuando está en el hospital-" Hiei lo fulminó con la mirada. "-erk. Um... me callaré."

   "Esa es la frase más inteligente que jamás te he escuchado decir."

   Trelawny sabiamente fue a su escritorio, para comenzar la clase -- Miren eso, ella tiene un instinto de supervivencia escondido bajo toda esa mierda mística.

   Lavender y Parvati se quedaron por solo un momento más antes de ir a tomar sus asientos... al convocar sus mochilas desde su mesa original, y sentándose en la mesa junto a la de Hiei.

   "¿Viste en el fuego?" Lavender murmuró.

   Hisi las ignoró.

   "¿Era el ataque real," Parvati presionó, "o solo viste a Minamino en una cama de hospital?"

   Hiei las ignoró más abiertamente.

   "No hemos hecho las visiones en fuego aún." Lavender de nuevo. "¿Cómo lo hiciste?"

   Siguieron preguntando cosas por el resto de la clase. Para vengarse, Hiei predijo que la clase entera moriría en una horrenda muerte - especialmente Lavender, Parvati, Ron, y Trelawny - cuando una extraña tormenta de fuego envolviera la torre en que estaba el salón. Lo hizo sentir solo un poco mejor.


   Después del almuerzo en Viernes -donde, dos veces, Harry se atrapó a si mismo comiendo al ritmo de el calentamiento básico de espada de la mañana - Hiei lo había arrastrado de regreso al cuarto de práctica con sus extraños pisos con tapetes rojos.

   "Vamos, es Viernes," Harry gimió. "Iba a hacer... cosas." Qué, exactamente, no estaba seguro, pero se le hubiese ocurrido algo.

   "¿Quieres saber como usar tu regalo de Navidad o no?" Hiei preguntó agudamente.

   ¿Mi regalo de... el cuchillo? ¡Genial! Vamos a... erm... espera... ¿Hiei se refería a usarlo como arma, o solo en general? Porque Harry era muy bueno usando cuchillos en general. Había hecho Pociones y había cocinado y comido por años. Seguramente eso cubría uso general, así que...

   "¿Vas a enseñarme como pelear con él?" Harry preguntó, voz cuidadosamente neutral.

   Hiei empujó la puerta para abrirla, señalando a Harry que entrara. "Como un último recurso. El resto de esto es para quitarte de malos hábitos, y para enseñarte detalles que no has obtenido aún." Se detuvo. "Veo el desastre que haces cuando intentas atar la funda, por ejemplo. Arreglaremos eso."

   "Oh."

   "¿La tienes contigo?" Hiei preguntó, mientras que abría una cabina en donde - Harry sabía - guardaba papel y algunos materiales para el mantenimiento de las armas de práctica.

   "Er... no."

   "Trae la funda la próxima vez." Abrió un cajón Harry nunca lo había visto tocar antes, y sacó una arma de práctica y funda, ambos iguales a los regalos de Harry exactamente. Le ofreció el arma a Harry, con el mango primero. "Pero no el cuchillo," añadió, mientras Harry tomaba la hoja de madera pequeña. "No quiero que cargues esa cosa alrededor hasta que este malditamente seguro que no lo vas a tirar en tu pie."

   "¿No quieres decir ‘sobre'?"

   Hiei le dio una mirada fulminante. "Quiero decir ‘en', como en navaja-primero." Eep. "Hablando de eso, si alguna vez le pasas un arma a alguien, ofrécela mango-primero. Si le apuntas una hoja de metal a alguien, mejor que estés planeando usarla."

   Harry parpadeó. ¿Entonces por qué...?

   "No me he molestado en decírselo a la clase de armas," Hiei dijo, (correctamente) interpretando la expresión de Harry, "porque es un punto ciego. Un arma de clase-Caballero no puede ser usada por alguien más - de hecho no puede dejar la mano del creador."

   "Oh." Eso era extraño... pero tenía sentido Excepto, ¿qué era ‘clase-Caballero'?

   Hiei cerró las puertas de la cabina, la cerró con llave, y giró para mirar a Harry, colocando la funda bajo su brazo derecho. Con el izquierdo, tomó la mano de Harry y volteó su agarre en el mango, convirtiéndolo en un agarre de mano entera sobrepuesta. "Siempre usa un agarre con la mano abajo. ¿Ves como la navaja puede ir solo hacia ti-" empujó hacia arriba el brazo de Harry, hasta que la navaja de madera estaba apuntada a Hiei, "-a menos que te pares así?"

   Harry asintió. "Es realmente torpe," masculló él.

   "No solo es incómodo, te deja abierto a un ataque. Podría apuñalarte ahora mismo si tuviese un cuchillo-" Harry se tensó y se apartó un paso, solo para encontrar que el agarre de Hiei en su muñeca era engañosamente fuerte. Realmente no podía alejarse mucho de la posición. "-o romperte unas cuantas costillas, o sacarte el aire de un golpe... o incluso hacerte cosquillas."

   La boca de Harry se quedó abierta. "¡No lo harías--!"

   Hiei sonrió socarronamente, soltando a Harry. Se tambaleó unos pasos lejos de el chico Japonés, su brazo automáticamente cayendo a bloquear su pecho.

   "Yo no lo haría," Hiei admitió, aún sonriente. "Te sorprenderían las tácticas sucias que se usan en peleas reales, sin embargo. He visto a gente noqueada en el trasero después de que sus oponentes los tocaran."

   ¿¡Hacían QUÉ!?

   "Agarre con la mano abajo, Hiei ordenó, señalando al cuchillo de madera aún en la mano de Harry. Harry automáticamente lo volteó. "El mango esta algo aplanado. Esto hace que naturalmente agarres la navaja correctamente, en el agarre más cómodo." Harry miró hacia abajo. "¿Ves como la esquina de la navaja mira hacia la misma dirección que ese nudillo? Este es tu agarre de pelea. Tu nudillo siempre apunta en la dirección a la que quieres cortar, si lo haces.

   "Gira tu mano para que el nudillo apunte hacia arriba. Trae tu dedo índice para que esté sobre el lado sin afilar de la navaja. Esto es para trabajos más delicados, como cortar ingredientes de Pociones - yo NO quiero atraparte usando tu cuchillo en la clase de Pociones, sin embargo. La menos gente que sepa que cargas un cuchillo, mejor," añadió, de lado. "U hablando de Pociones, dobla los dedos de tu otra mano cuando estés sosteniendo algo para cortar. Usa eso para guiar el cuchillo, para que no te cortes a ti mismo."

   Harry nunca había escuchado de eso. ¿Todas las ocasiones en que se había cortado cocinando para los Dursley, o en clase de Pociones, y nadie nunca lo había mencionado--? "¿Por qué Snape no nos DICE estas cosas?" masculló él, doblando los dedos de la mano libre y moviendo la cara plana de la navaja por la articulación media de sus dedos. Hiei tenía razón, no había posibilidad de cortarse a si mismo de este modo a menos que soltara o moviera violentamente el cuchillo.

   "Porque Snape es un bastardo," Hiei respondió secamente. Jaló atrás su manga derecha, revelando los misteriosos vendajes que siempre usaba, y colocó la funda en la parte baja de su brazo. "Te enseñaré como atar esto correctamente, y luego seguiremos a atrapar esto de modo seguro, sacar la navaja, y mantenimiento propio."

   "Creí que esto debía ser divertido..." Harry gruñó bajo su aliento.

   "Estarás encantado la primera vez que esto te salve la vida," Hiei le regresó.

   Harry no pudo resistirse. "¿Es esa una de tus famosas predicciones?"

   "Cállate."


   "Tal vez es un comando para que él pinte la sala común en colores de Gryffindor, tarde alguna noche."

   "Eso es realmente tonto."

   "Ellos son realmente tontos."

   "Bien..."

   Justo como lo había hecho por los últimos días, Kurama ignoró los susurros alrededor mientras hacía la tarea. La sala común de Slytherin pudo haber sido diseñada para ahogar conversaciones, pero incluso combinado con las habilidades de los Slytherins para mantener conversaciones privadas sin escucharse... no podían de hecho compensar por el sentido de oído de Kurama.

   Al menos habían dejado de especular que le habían ordenado matarlos a todos mientras dormían, y otras cosas sin sentido. La milla de rumores se había unido firmemente a la idea de que Kurama había intentado escurrirse al Bosque Prohibido, y que el viaje de Harry a la enfermería la mañana siguiente era coincidencia. Necesitarían evidencia extensiva para añadir otra idea en este punto - el tema tenía dos, tal vez tres días más antes de que se gastara.

   Una mano se colocó encima de la cabeza de Kurama, en un además que pudo haberse malinterpretado como amistoso. "¿Estas ayudando a Jaganshi a ponerse al corriente con la tarea, verdad?" Blaise Zabini preguntó.

   No de nuevo...

   "El pobre chico pasó TANTO tiempo, esperanzadamente-" Blaise casi tose , aquí, y Kurama podía oír el esfuerzo de ponerle pistas vulgares al tono, "cuidándote. Espero que estés... agradecido."

   Blaise era la última esperanza de los rumores salvajes. En su (lleno-de-Slytherin, más sin embargo demasiado-humano) punto de vista, el comportamiento de Hiei cruzaba la línea a un degenerado (de nuevo, en su opinión) interés sexual. Seguía pescando por alguna reacción que pudiese usar como evidencia para apoyar su teoría, ya que no tenía suficiente como para hacer que se uniera a la milla de rumores aún.

   "Saca tu mano de mi cabello, por favor, Blaise," Kurama dijo, dando golpecitos con la pluma para quitarle el exceso de tinta. El chico no tenía idea de que tan cerca estaba su idea a la verdad... ni de que tan completamente, horriblemente fuera de marca estaba.

   "¿O qué?" Blaise preguntó.

   Kurama le sonrió de manera nada placentera. "Dejaré que tú... especules sobre eso."


   Un par de Miércoles pasaron, y Genkai convocó a Harry a su oficina cortamente después de Astronomía. Harry miró alrededor mientras entraba - había cambiado considerablemente desde Septiembre.

   Genkai había quitado el gran escritorio y la silla, y también la mayoría de los muebles originales en el cuarto, y había estirado las ventanas para que llegaran al piso. Un espeso tapete, que no tenía las decoraciones y patrones usuales de los tapetes de los magos, yacía al centro del cuarto. Tres almohadas de piso estaban limpiamente alineadas frente una gran y bajita mesa en el tapete. El usual equipo de pergamino-pluma-tinta se encontraba en la mesa, como una lámpara, un servicio de té - tetera de metal, copas sin agarraderas hechas con barro brillante - y una caja, que se sentaba en el centro frente a Genkai misma.

   "Siéntate," Genkai ordenó, sin expresión alguna.

   Harry se sentó en la almohada de piso de en medio, agitando la cabeza cuando ella le ofreció té. Eso es bueno. Tiene que ser bueno - si estuviese en problemas, ella ya estaría diciéndome todo para que me largara. Pero aún así...

   Los ojos de la mujer brillaron por un segundo, y ella empujo la caja hacia él. "¿Veamos si esto funciona, hm?"

   Harry miró de reojo la caja misteriosa. Era madera simple, tal ves de el tamaño para sostener una gran manzana, y tenía una tapa de dos lados con un cerrojo en el mismo centro. La llave yacía sobre ella. Profesor de Defensa + caja con contenidos desconocidos + yo : muy, muy sospechoso. "¿Qué hay dentro?" preguntó él, sin tocar la caja.

   "Muy bien, Potter. Tienes un pedazo de sentido común," Genkai respondió, sonriendo burlonamente. Alcanzó con una mano y golpeó la caja suavemente. "En Septiembre, te dije que trataría de conseguirte una serpiente para que practicaras tu Parsel. Esto es lo segundo mejor."

   ¿Lo segundo mejor...? Harry tomó la llave y quitó el seguro de la llave, levantando la tapa... y dio un respingo, cayéndose de la almohada hacia atrás.

   La caja tenía la cabeza de Nagini, disecada y montada en una placa.

   Levantándose, Genkai se inclinó hacia delante sobre su escritorio. "Deberías ver tu rostro, Potter," dijo ella, divertida. "Ahora regresa aquí y dime si esta cosa funciona. Si lo hace, es tuya. Si no lo hace..." sonrió de modo extraño, "...tendré algo que colgar en mi pared y con que espantar a mis estudiantes."

   Harry se levantó del tapete, sentándose de nuevo en el almohadón y mirando lentamente dentro de la caja una vez más. Nagini había sido bien puesta; linda madera pulida, ojos claros - se vería viva si tuviese el resto del cuerpo unido. Los primeros dos colmillos - los grandes, los venenosos - habían sido removidos. Apostaría a que las glándulas se habían ido también con los dientes, y estaban ahora en el laboratorio de Snape. No podía ser posiblemente peligrosa ahora.

   Pero ella aún era la serpiente de Voldemort. Ella HABÍA estado ahí con él. Ella se había reído y hecho comentarios y demandado comerse gente. Asó que... Por favor que no funcione, por favor que no funcione, por favor...

   {"¿Hola?"} preguntó él. El familiar siseo de su Parsel estaba claro sobre la palabra.

   Nagini se movió, lengua saliendo. {"Hola."}

   Maldición.


   Febrero en las tierras altas Escocesas empezaba mojado, blanco, y frío... como lo hacía en Japón, pero peor. Acurrucado contra las frías ventanas de la Torre de Gryffindor en la tarde del Viernes, Hiei miraba a las tierras sin color. Nieve blanca, casi agua - la temperatura estaba exactamente en congelante, y solo caería mientras el día avanzaba a noche - árboles negros y mojados, piedra clara y gris, cielo oscuro y gris.

   Detrás de él en la sala común, el fuego y los tapetes quemaban en rojo y dorado, la madera y estudiantes un solo río de café, el ocasional ojo azul o verde parpadeando aquí y allá. En su regazo, un libro - una fachada, realmente, solo estaba usando el pretexto de estudiar - yacía con luz amarillenta y café en el rabillo de su visión.

   Y todos esos colores brillantes y la vida se reflejaban débilmente en la ventana, como Hiei mismo. ¿No se reirían todos si supieran que miro fuera de las ventanas para participar? Ridiculez filosófica...

   Kuwabara saltó los últimos peldaños de la escalera que daba a los dormitorios de los chicos, sus túnicas de mago flotando alrededor de sus zapatos. "Nadie vaya arriba," amenazó al cuarto entero, "a menos que sean muy cayados. Neville está durmiendo."

   Esto trajo un murmullo algo distraído de acuerdo salir del cuarto. Satisfecho, Kuwabara se inclinó para hablar con Yuusuke. Yuusuke ladeó la cabeza, ojos achicándose - no en enojo... una falta de sorpresa, sería más parecido - y respondió. Kuwabara agitó la cabeza, Yuusuke abofeteó su libro de historietas para cerrarlo, y los dos fueron hacia Hiei.

   "Hey, Hiei," Yuusuke dijo. Hiei no se molestó en responder, pero sus ojos viraron para mirar los de Yuusuke en el reflejo de la ventana. "¿Sabes si Kurama tiene algunos frijoles de soya?"

   Hiei parpadeó. ¿Frijoles de soya...? "Pregúntale tú mismo."

   "No lo he visto en todo el día," Yuusuke respondió. "¿Los tiene? Necesitamos frijoles de soya para el Setsubun."

   Mis valientes aliados. El Equipo Urameshi, ganadores del Ankoku Buujuutsukai. Hiei resistió la urgencia de colocar su rostro en sus manos. Y ellos quieren lanzar frijoles de soya mañana como niños de tres años. "¿Cómo quieres que sepa? Ve a molestar a Genkai o a los Elfos Domésticos."

   Parpadearon, como si no se les hubiese ocurrido eso. "Yanno, no es tan mala idea," Kuwabara dijo lentamente. Hiei le lanzó una mirada fulminante.

   "¡Gracias, hombre!" Yuusuke gritó, mientras giraban y salían corriendo.

   Hiei gruñó - un ‘de nada', un sonido de desprecio, o algo más, no estaba seguro - y regresó a su contemplación de la tierra, los reflejos, y la ventana.


   Harry, como prefecto, era el último en subir a la cama por la noche, aunque algunas veces se saltaba sus deberes cuando Hermione estaba en camino de guerra, para escaparse de la vista de la chica.

   Esta noche no era una de esas noches. Así que ayudaba a las hordas de pequeños niños a ir a la cama, alimentaba al fuego, molestaba a las parejas de sus rincones oscuros, molestaba a otros (como Hiei) de sus solitarios rincones oscuros, y así. Y cuando se fue a la cama, se quitó los zapatos de patada y tomó sus pijamas de debajo de su almohada, y comenzó a cambiarse con un suspiro de alivio.

   Ugh. Voy a dormir hasta tarde mañana. GMES - Gracias a Merlín que Es Sábado.

   Miró alrededor, y de pronto se dio cuenta que Neville - el único otro chico fuera de la cama - no estaba en su ropa de dormir, sino en viejas túnicas. Una caja (¿ese equipo de semillas suyo?) yacía en su cama, aunque usualmente no lo sacaba para nada.

   "Neville," Harry gruñó cansadamente, "¿a dónde vas?"

   El otro chico miró hacia arriba. "Tengo una sesión de tutorías especial esta noche," explicó él.

   Correeeeecto. "¿A esta hora?" Harry preguntó.

   Un encogimiento de hombros nervioso, mientras Neville comenzaba a palpar sus bolsillos. "Tengo un papel por aquí. Firmado por los profesores y todo... oh." Abrió su caja y sacó un pedazo de pergamino. "Aquí."

   Harry no miró la hoja. "Te creo," dijo rápidamente. "Solo me pareció extraño, eso es todo."

   "Ya se, pero... bien. Algunas plantas solo pueden cuidarse en la mitad de la noche y cosas así. Tal vez hagamos eso."

   "¿No lo sabes?"

   Neville agitó la cabeza, cogiendo su caja. "Kurama esta siendo todo misterioso-Slytherin de nuevo," dijo con todo arrepentido. "Y probablemente empeore si llego tarde. Así que te veré mañana, ¿bien?"

   "Um, de acuerdo..." Pero Neville no había esperado por la respuesta de Harry. Harry tomó un solo paso en la dirección a la que se había ido, y se detuvo.

   Puedo creerle, como dije que lo hacía, o puedo seguirlo como si fuera uno de los de primer año que acabo de enviar a la cama. Conozco a Neville - no iría por ahí rompiendo reglas sin una maldita buena razón. Como correr tras de Harry mismo cuando HARRY había estado rompiendo las reglas.

   No está mintiendo. No lo voy a seguir. Me voy a la CAMA.

   Harry cayó a su cama, y se durmió enseguida.


   Afuera del retrato de la Señora Gorda, Kurama esperaba, recargado contra el muro. Una gran canasta colgaba de uno de sus brazos; una linterna colgaba de su otra mano. El retrato se abrió de golpe, y miró hacia arriba.

   "¿Listo?" preguntó a Neville.

   "Yup," respondió él, mirando a Kurama. Sus cejas bajaron. "Te vas a congelar."

   Kurama sonrió al dirigirse escaleras abajo. Él usaba holgadas ropas de trabajo de algodón, similares a la ropa debajo de sus túnicas de batalla, mientras que Neville tenía puestas pesadas túnicas de lana de magos (una pulgada muy cortas en el brazo y al final) y una espesa capa de invierno. "Tú te vas a rostizar, de hecho," respondió él. "Vamos a trabajar duro esta noche. Te pondrás caliente, sin importar la temperatura."

   Neville no respondió al punto, pero no parecía convencido. "¿Qué es lo que VAMOS a hacer, de todos modos?" preguntó eventualmente, mientras llegaban al piso de suelo.

   "Ya verás," Kurama dijo. Se detuvo, empujando una puerta para que se abriera hacia el exterior. "Y probablemente estarás maldiciendo mi nombre en una hora. Siéntete libre."

   "¿Qué? ¿Por qué--?"

   "¡Ah! ¡Hagrid!" Kurama agitó la mano, sin responder a Neville. Cruzaron el campo nevado hacia el guardabosques, una pesada y gran forma oscura contra la brillante nieve y luna casi llena. Estaba parado inclinándose en una pala, entre un carrito lleno de herramientas de jardín, y un gran pedazo de tierra claro en el suelo. "¿Qué estás... tú hiciste todo esto?" Kurama preguntó, señalando al espacio vacío.

   "Eso lo hice," Hagrid respondió. "Lo menos que podía hacer."

   Kurama reverenció profundamente. "Gracias, Hagrid. Esto ayuda mucho."

   "No hagas eso," Hagrid respondió rápidamente. "Yo hubiese hecho el resto si me hubieras dejado... ¿seguro que no quieres ayuda?"

   "Lo lamento, Hagrid. Te lo pediría si hubiese algún modo posible en que pudiera dejarte-" que NO había, y Kurama no estaba enteramente seguro de que dejar que alguien más limpiara la mayoría de la nieve fuera propio. Solo esta vez, solo este pedacito, y solo porque no tocó el piso: dejó algunos pedazos válidos sobre el pasto, sus instintos le dijeron ardidamente. "-de veras lo haría. Pero debemos hacer el resto nosotros."

   El rostro de Hagrid cayó, ojos achicándose triste, resueltamente, detrás de su espesa barba.

   "...si realmente quiere, sin embargo... quiero decir, si no le molesta quedarse despierto toda la noche..." Kurama comenzó, adivinando la fuente de la incomodidad de Hagrid, "estaría bien que alguien nos cuidara. Ya que solo somos estudiantes..." Los ojos de Hagrid brillaron con alivio. Kurama asumió que había estado en lo correcto; que el profesor no había querido dejar a dos de sus niños desprotegidos afuera toda la noche.

   "¿Qué VAMOS a hacer?" Neville preguntó de nuevo.

   Kurama sonrió, y colocó su canasta al final del carrito. "Nosotros," dijo él, tomando una palita de el carrito, "vamos a limpiar el suelo, para empezar. Como un cuadro de sembrar en un jardín, uno para cada uno."

   Neville parpadeó, comando la pequeña pala. "¿Cuál es el hechizo?"

   "Nada de hechizos," Kurama respondió. "Queremos tan poca magia como sea posible en esto - te llevaría a terrenos que no fueran de la escuela su pudiera, pero solo tenemos toda la noche para hacer esto."

   "¿Nada de magia?"

   "Nada de magia," Kurama confirmó, tomando y colocando una segunda pala en las manos de Neville.

   El chico la miró como si fuera un producto de broma de los gemelos Weasley. "Pero... ¡pero el suelo está congelado!"

   Kurama no dejó salir su suspiro. "Lo sé." Es cada año, y yo realmente, REALMENTE odio esa parte. Mis pobres... no, nuestras pobres manos. Incluso con guantes... bueno. Espero que Pomfrey tenga una poción para las ampollas. Salió al área aclarada de nieve y sacó algunas estacas de su bolsillo. Bajando para estar en cuclillas, usó la manija de su palita para clavarlas en el suelo, delineando un relativamente pequeño cuadrado en un cuarto del espacio. "Aquí. Esta es tu parte; usa la pala para cortar dos o tres pulgadas, y entonces corta por debajo para dejar el pasto intacto."

   Los ojos de Neville fueron de el área que Kurama había marcado, y de regreso, y luego a la cara nada comprometedora de Kurama. Con un suspiro, y una mirada hacia la Torre de Gryffindor - probablemente deseando que estuviera seguramente, cálidamente dormido en su cama - se arrodilló y comenzó a cortar. Kurama se giró y comenzó a hacer lo mismo a los últimos tres cuartos del piso aclarado, mientras Hagrid los cuidaba.

   Trabajaron en silencio mientras la luna se alzaba más alto en el cielo, mientras Hagrid se movía, caminaba alrededor del perímetro, se jalaba la barba, y generalmente se movía para suprimir su curiosidad. Tierra congelada se le pegaba a las rodillas y las pantorrillas de los pantalones de Kurama, hielo y pedazos de nieve derritiéndose en la tela; lentamente trabajó hasta que tuvo una ligera capa de sudor sobre su rostro sin importar el frío, y eso y la congelada agua le helaban la piel, quitando sensaciones.

   Odio esta parte odio esta parte odioestaparte... quiero un baño. Un largo, caliente baño, con una fresca ropa mojada sobre mi frente para que pueda quedarme dentro por más tiempo. Mandarinas en el agua. Té. Sake. Apuñaló el suelo frío con su pala, y un pedazo de su piel se movió diferentemente que el resto. Y poción para ampollas. Ahí está la primera...

   Neville seguro que está en peor forma que yo, sin embargo. Su túnica es más cálida, así que va a sudar más, y no está acostumbrado a nada más duro en sus manos que re-plantar. Y no sabe porque estamos haciendo esto...

   Y seguro, como si hubiese estado esperando eso, Neville masculló bajo su aliento, sentándose en sus talones y flexionando las manos.

   "Mis padres estaban felizmente casados cuando yo nací, de hecho," Kurama respondió fácilmente. "Estoy seguro de que tienes cosas mucho más creativas que podrías decirme."

   "Podría pensar en algo," Neville le regresó, "pero mi Abuela probablemente me lavaría la boca con jabón."

   ¡Ew! ¡Creí que ese era algún mito humano literal! Kurama hizo una mueca. "Pues esta muy lejos de mí el hacer eso. Quédate con tus insultos pobres."

   "Gracias," Neville dijo secamente. "Lo haré." Y regresaron a trabajar.

   Dos minutos después...

   "Slytherin."

   "Gryffindor."

   La luna avanzó más por el cielo, y Hagrid se sentó contra un tronco a cierta distancia, aún entre ellos y el Bosque. Eventualmente cuando Kurama miró atrás, Neville había terminado su trozo de tierra. Kurama bajó su pala.

   "Vamos," dijo él, sentándose derecho y arqueando la espalda - su espina tronó, una serie de pequeños nudos deshaciéndose mientras se estiraba, "tomaremos un descanso." Se levantó lentamente, dejando que los músculos dormidos de sus piernas se ajustaran antes de dar un paso hacia la canasta que había dejado junto al carrito. Mientras Neville lo seguía, tambaleándose un poco, Kurama movió el carrito y se sentó en él, buscando en la canasta. Sacó un termo, y entonces - tras algo de búsqueda - uno segundo, más grande, y dos tazas extra. "Aquí vamos... cidra, y algún tipo de sopa. Olvidé preguntarle a los elfos de qué tipo."

   Neville aceptó la taza y una de las tapas de los termos. "¿AHORA me dirás lo que estamos haciendo?" preguntó planamente, mientras Kurama distribuía cidra y sopa para cada uno.

   No puedo decir mucho... No quiero darle ninguna expectativa. ¿Quién sabe si sentirá algo después de todo? "Estamos haciendo Misteriosas y Arcanas cosas de Amos de Plantas," Kurama dijo, tratando de hacer a Neville sonreír.

   "Ku-ra-ma..." Neville casi gruñe.

   Veo que alguien le ha estado prestando atención a Hiei, Kurama pensó. No es una mala imitación, para un humano. "Lo lamento," Kurama murmuró. "Pero realmente estamos haciendo eso-no, ¡déjame explicarte! Nuestro poder viene de nosotros mismos, como Genkai explicó, pero en nuestros casos particulares, también viene de los objetos con los que tenemos poder. En nuestro caso, plantas. Semillas." Neville esperó, la imagen misma de la paciencia ahora que Kurama no estaba evadiendo preguntas... mucho. "El más poder en la semilla, el más poder que tenemos. Así que estamos... poniéndolas en primer lugar, creo que lo llamarías."

   "Poniéndolas en primer lugar... ¿Preparándolas?" Neville preguntó. "¿Para que sean más poderosas cuando las necesitamos?"

   "Sí," Kurama respondió, con algo de alivio. "Exactamente."

   "¿Cómo funciona eso?"

   ¡Maldición! ¡Esa es la pregunta que no quiero responder aún! "Bien... sacando todas las bonitas palabras y el argot teórico de cuando yo aprendí los detalles... las semillas están sacando poder de la tierra misma, justo como todas las otras plantas en esta época del año."

   Mientras Neville pensaba en todo esto, tomaba un largo trago de su sopa. Entonces... "Así que debemos hacer esto cada año," concluyó de modo reluctante.

   Kurama asintió. "Y las más semillas que tienes, el más trabajo que debes hacer." Que era la razón para que la sección de Kurama fuera tres veces el tamaño de la de Neville. "Justo ahora, tu equipo es algo pequeño, porque estás aprendiendo. La tierra más grande para un Amo de Plantas debería ser como diez veces el tamaño del mío," los ojos de Neville se agrandaron con horror, "pero eso es para un Amo asentado, con gabinetes llenos de semillas, y un largo espacio de tierra, y mucho tiempo extra. Un Amo móvil, como yo, fuerza lo mínimo y planta para el resto."

   "Creo que me gusta más esa idea," Neville admitió.

   Kurama se terminó su cidra. "También yo, pero algunas personas lo prefieren del otro modo. Su elección." Neville bostezó, y Kurama rió por lo bajo, bajando su taza de cidra vacía de lado. Volvió a buscar en la canasta con su mano libre. "Creí que eso pasaría una vez que te hubiese dado comida," murmuró él, sacando una bolsa de dormir. "Ten. Duerme un poco."

   "Pero tomé una siesta..." Neville masculló inciertamente.

   "No tienes nada más que hacer hasta que yo termine," Kurama le dijo. "Talvez deberías."

   "Pero-"

   "Neville. Siesta. Ahora."

   "Si señor," Neville gruñó, tomando la bolsa de dormir y colocando sus copas vacías de lado. Miró alrededor de la tierra cubierta de nieve, suspiró, y colocó la cama en su pedazo de tierra, acurrucándose en ella sin la usual dignidad herida de un adolescente enviado a la cama. Realmente era muy tarde.

   Kurama tomó un par de piedras calientes de la canasta encantada, y las metió bajo las cobijas de Neville. "Duerme bien, Neville," murmuró él, antes de levantar su pala una vez más y mirar al suelo congelado con un suspiro.

   Iba a ser una larga noche.

**Continuará**

Notas de la Autora:

 

"-De nuevo, no tengo idea a cerca de armas y peleas. Soy peor aún ahora, porque no pude encontrar mucha información en las técnicas de cuchillo. Imagínense.

-Los frijoles de soya SE VAN a explicar en el siguiente capítulo

-Setsubun: celebración Japonesa, Febrero 3

-Antes de que me molesten eternamente con "¿¡Son o no son?!", la respuesta es esta: Todos hemos sido arruinados por Disney y Hollywood. Esto no es un eterno amooooooor a primera vista, no hay grandes epifanías - excepto por la que ya me he forzado a hacer - y no va a haber nada de melosos nombres de cariño ni besos ni sexo por todo el lugar sin importar QUE. ¡Tengo un límite de PG-13!"

Notas finales:

No son todos los capítulos, pero no puedo subir más por hoy.


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