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La Mejor Defensa por Charmeine

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Notas del capitulo:

Último por hoy. El siguiente aún no lo he traducido.

Capítulo 44
Apresurándose

   Hiei  despertó con el distintivo zumbido de energía que él asociaba con la convocación del Kokuryuuha. Sin embargo, una rápida mirada y un apretón de puño le dijo que los sellos en su brazo estaban intactos y en su lugar, y al finalizar ese pensamiento llegó el reconocimiento.

   Marzo 20. El Equinoccio.

   Se quitó las sabanas de encima de golpe y avanzó silenciosamente al piso, agachándose con una aprensión incontrolable por medio segundo entero (todas las cortinas de cama cerradas; revisa la locación y los estilos de respiración: Neville - despierto, Harry - pesadilla, todos los demás - durmiendo apaciblemente) antes de ir hacia su baúl. En un borrón de velocidad que usualmente reservaba para la batalla, se cambió a ropas de día, se lanzó a la ventana, y la abrió prontamente.

   Aire nocturno fresco y raudo lo golpeó en la cara, y debajo podía ver los techos del castillo, apenas visibles bajo el brillo plateado de una luna en creciente y la casi-imperceptible iluminación del cielo en el este.

   El poder corriendo a través de Hiei lo jaló urgentemente, y saltó desde la ventana hacia un nuevo día.


   Gimiendo, con la cicatriz quemándole, Harry abrió los ojos a un borrón rojizo y oscuro: sus cortinas de cama, muy brillantes para que fuera de noche y demasiado sombrías para ser tiempo de levantarse. El sueño de nuevo... los restos humeantes de un granero, la peste de huevos y animales quemados entre otras cosas, el círculo...

   ¡Los símbolos!

   Harry se volteó, golpeando una mano a través de sus cortinas de cama y moviendo la mano en la mesita de noche, donde tenía una hoja de pergamino y un lápiz desde Febrero. Dejó la cortina abierta para tener luz, y, ojos medio-cerrados, comenzó a garabatear velozmente los símbolos que había visto en el hechizo de Voldemort.


   La parte baja de sus pantalones, mojados con rocío gélido, abofeteaban humedecidamente los tobillos de Kurama mientras trotaba en los escalones de la escuela. Eran ya dos horas las que había pasado corriendo bajo el lentamente-iluminado cielo, en la sombra de las montañas que estaban en el este; había saltado un río, a penas se contuvo de trepar rocas y árboles, y accidentalmente había añadido otra pulgada de grosor a las calabazas en el jardín de Hagrid.

   Un poco más de una hora atrás, había notado una simple chispa de poder, sorpresivamente similar a la suya propia y brillando como un pequeño, tosco sol, parpadeando en agitados círculos en la Torre de Gryffindor. Neville, despierto y caminando en círculos - las escaleras y la sala común, al parecer. Pero esa brillante chispa había empezado a descender hacia el Gran Comedor, llamando a Kurama a regresar para el desayuno.

   No necesito comida...

   Pero Neville lo necesitaba hoy.

   Kurama giró en la esquina, y encontró al chico en la orilla de un flujo de adolescentes hambrientos. Cayó en paso junto a Neville, ignorando las pocas miradas curiosas que les enviaban.

   "Así que... Hoy es tu primera vez," dijo él, casi regocijadamente. (No podía cambiarlo. Incluso tan temprano, la magia empujaba su humor hacia el júbilo.) "¿Vas a pasarla solo, o te gustaría ir a correr conmigo?"

   "Tenemos clases," Neville respondió.

   ¿Clases--? ¡Feh! No puede estar hablando en serio.

   "Genkai nos daría una nota." Aunque fuese solo para asegurarse de que ella no tendría que ver las consecuencias de tener a un zorro hiperactivo alrededor. "No tenemos que ir."

   Neville fijó la mirada al frente - asustado de que lo convencieran de ir con Kurama, seguramente. "Yo voy a ir."

   Kurama se mordió el labio. "...esa no es una muy buena idea, Neville." Neville se encogió de hombros, y Kurama siguió presionando. "¿Estás seguro? Las cosas serán mucho más placenteras si solo faltas el día de hoy."

   "No."

   "Lo serán." Porque ya estás luchando. ¿Cómo vas a lograr sentarte quieto por las próximas ocho horas?

   "No."

   ¡Si hubiese sabido que le daría agallas--! ¿De todas las ocasiones en que puede confrontarme, por qué tiene que ser AHORA? "Falta," ordenó él.

   "No."

   "Falta."

   "No."

   "Falta."

   "NO."

   "Neville..."

   "Es mí magia, y es mi elección," Neville dijo firmemente. "Voy. A ir. A. Clases."

   Ese tono... Kurama se detuvo en el corredor, atrapando a Neville por la manga. El Gryffindor se detuvo ante el jalón e instintivamente miró atrás. Se atrapó a si mismo casi de inmediato y apartó la mirada, pero Kurama había visto todo lo que necesitaba.

   Ya se decidió, y la decisión brilla en sus ojos, justo como con Yuusuke, Kuwabara, Hiei, incluso Yukina... Especialmente Kuwabara. Podría hablarle por horas - que no tenemos - y llegar exactamente a ningún sitio. "Mattaku..." Kurama masculló. "Eres todo un Gryffindor."

   La mirada de Neville giró súbitamente a Kurama, ojos algo agrandados.

   "Hey... ¡HEY!" Una voz lo interrumpió. Mentalmente, Kurama suspiró. Seamus Finnigan, empujando entre la multitud. "¡Tú! ¡Slytherin! ¡Aléjate!"

   Kurama soltó la manga de Neville con una fina media-sonrisa. "Si fuera tú, evitaría comer cualquier cosa azucarada o con cafeína por hoy. No te ayudarán a calmarte en clases."

   "¡Apártate!" Seamus gritó, empujando a otro estudiante.

   Rápidamente, Kurama se alejó en la multitud, prestando atención lo suficiente para escuchar a Seamus preguntándole a Neville lo que "ese Slytherin" le había estado haciendo.

   Bastardo prejuicioso. Odio a su Casa.


   Las ventanas de los dormitorios de Hufflepuff estaban profundamente hundidas en el final angosto de la habitación: una formación casi como una ranura o un pequeño cañón, con espesos pedazos de cristal pegados al muro, en un ángulo que permitía a la luz del día entrar e iluminar los cuartos. Las ranuras eran aún más fáciles de trepar que la piedra fuera de las ventanas de Slytherin, con hiedra creciendo hermosamente por ambos lados y los amplios cristales saliendo del muro casi como escalones.

   Había sido asquerosamente fácil para Hiei el alcanzar la ventana de Yukina, aunque HABÍA tenido que iniciar su escala desde casi en centro de la escuela. Helga Hufflepuff debió haber considerado eso como suficiente seguridad. Había esperado fuera de la ventana, sin ser notado, escuchando a la plática de voces chillonas y movimiento hecho por las ocupantes mientras se preparaban para el día.

   Después de que las chicas se fueron, alegres como solo podían estar las personas matutinas, Hiei empujó la ventana (sin cerrojo) a abrirse, y se adentró en el alegre cuarto. El sitio era una cegadora masa de muros blancos, muebles pálidos, espejos, telas blancas y amarillo soleado, y el desastre de cinco chicas adolescentes apresuradas: animales de peluche, cosméticos, zapatos, cosas de cabello, joyas nada costosas en cajas floridas, batas de noche tiradas a las camas sin hacer, afiches de magos que sonreían y saludaban, un corpiño a medio-patear bajo una mesita de noche...

   Y creí que MIS compañeros eran desordenados.

   En la esquina lejana, cerca de la puerta, una sola cama aún tenía las cortinas cerradas. Hiei se aproximó a ella, sacando una de las sillas de espalda baja de un buró mientras pasaba, y gentilmente jaló una de las cortinas. Yukina yacía durmiente, su expresión inconsciente desvaneciéndose a una máscara que solo pudo haber aprendido a manos de un vendedor de gemas de lágrima. Sin embargo, mirando más de cerca, Hiei pudo ver que estaba de un tono demasiado pálido, y su piel estaba ligeramente mojada. En los humanos - si la forma de Kurama era algo a partir de lo que pudiera juzgar - esto significaría que probablemente, la cobija era demasiado espesa. En Yukina, sin embargo, solo podía significar que estaba comenzando a perder su frescura. Literalmente.

   "Yukina..." murmuró él, casi sacando una mano para quitar algo de cabello de su rostro.

   Su hermana siguió durmiendo, sin darse cuenta.


   Huevos y tostadas, salchichas y tocino, jugo de calabaza, mermelada... Arroz y pescado asado, pequeños discos amarillos de pepino y algas de color verde-negro, té verde y sopa... Y el ruido usual de varios cientos de estudiantes, en la masa movediza conocida como "desayuno en Hogwarts".

   "Hey, Harry, ¿cuál es una buena forma Muggle de morirte?" Ron preguntó, sacando su tarea de Adivinación.

   "¿Electrocución?"

   "¿Qué es eso?"

   "Muerte por electricidad."

   Ron se detuvo con la pluma flotando sobre la página. "¿La ekeltricidad puede matarte?"

   "Sip." Harry no estaba seguro de CUANTA era necesaria, pero Trelawny ciertamente no sabría.  Mientras Ron añadía eso casi al final de su tarea, Harry sacó el pergamino de esa mañana. "Pasó de nuevo, Hermione," dijo él calladamente, ofreciéndole la hoja doblada.

   Ella lo tomó, diciendo, "¿No deberías de darle esto a Dumbledore?"

   Harry se encogió de hombros. "Mientras más, mejor. Y puedes hacer una copia, ¿o no?"

   "Sí, sí, por supuesto," ella contestó ausentemente, mirando la lista de símbolos. "¿Estos son todos?"

   Me conoce demasiado bien. "La mayoría de los que no reconocí," Harry respondió. "¿Para qué anotaría los que sí me sé?"

   Hermione suspiró. "¿Para que yo sepa que estaban ahí en primer lugar?" Oh, Harry pensó. Bueno punto. "¿Cuáles eran los otros?"

   "Símbolos astrológicos," Harry dijo. En un impulso algo alocado, añadió, "Como en Adivinación."

   Hermione hizo una mueca. "Bien, anótalos," masculló ella, dándole el pergamino. "Nunca sabes lo que podría ser-" se estremeció "-útil."

   Harry no pudo resistirse. "¿Incluso la clase de Trelawny?"

   Ella se retorció como si hubiese mordido un limón particularmente ácido. "¡Yo no dije ESO...!"


Hiei caminaba en el tapete suave y blanco de el dormitorio de Yukina mientras el sol se alzaba más en el cielo. Paso, paso, paso, paso, giro. Paso, paso, paso, paso, giro. Golpear la punta de su bota contra el pedazo de piedra entre dos tapetes, mirar a Yukina sentada mareadamente en la ventana, giro. Mirar a Yukina detrás de él en el espejo, giro. Paso, paso, paso, paso, giro.

   En esta vuelta, se detuvo junto a la ventana misma, metiendo una mano bajo el espeso cabello de Yukina para revisar el pedazo de ropa mojada que había puesto contra su cuello. Caliente y secándose: la tomó y la metió a un recipiente con agua en una mesita cercana.

   "...'niisan..."

   Hiei casi deja caer la ropa. La palabra ausentemente susurrada era la primera que había dicho Yukina desde que despertó. Pero calmó sus intensamente-heridos nervios, y logró responder calmadamente, "¿Sí?"

   "Lo siento..." ella murmuró con un pequeño esfuerzo. "Esto te está lastimando. Atrapado aquí conmigo."

   "Estoy bien." Le sacó la mayor parte del agua a la ropa, para que no goteara mucho, y le metió un cubo de hielo.

   "No deberías de hacerlo..." murmuró ella, mientras él cuidadosamente movía la cola de caballo y recolocaba la ropa fresca.

   "Pero puedo," regresó agudamente.

   Ella se silenció por un largo momento, y él regreso a caminar en círculos. Entonces... "Kazuma podría."

   Hiei giró veloz en sus talones, reprimiendo un siseo. ¡Él NO se va a sentar contigo mientras estás en tus ropas de vestir! Pero la visión de su hermana, su cabeza inclinada tristemente y ojos borrosos, le quitó las palabras y la furia. Ella quiere a Kuwabara.

   Su pie golpeteó impacientemente en el tapete, en un movimiento no completamente voluntario, y de pronto se dio cuenta. La estoy volviendo loca. Ella solo es demasiado amable para admitirlo.

   Pero eso no significa que deba gustarme.

   "Enviaré a Botán aquí para que te vista y envíe a la enfermería," Hiei masculló agriamente. "Se puede sentar contigo ahí."

   Y entonces iré a sacarle la felicidad a alguien a golpes.


   Afuera, Kurama corría por la orilla del lago, ocasionalmente girando para patear amplios arcos de agua helada al aire. Sus zapatos y calcetas, ambos manchados de pasto y mojados, yacían en algún lugar de un pastizal cerca del campo de Quidditch; sus pantalones estaban doblados a la rodilla y mojados hasta una pulgada más arriba.

   No le importaba. El poder pulsaba desde el lodo y a través de sus pies descalzos, como si fueran raíces y él fuera una de las millones de plantas absorbiendo el día. Apresurándose. Jubiloso en el mejor caso, intoxicante en el peor. Y nada, nada, nada que me aleje de esto, Shubun no hi o preocupada madre, distracciones demoníacas nada nada nada... Pateó otro rocío de agua, mirándola caer en un arco de brillantes diamantes.

   Un poder enteramente distinto quemó en el extremo lejano del camino que separaba a Kurama y la senda a Hogsmade; sonaba a velocidad ardiente y furia empacada apretadamente.

   Hiei.

   Kurama dejó a su pierna caer, cayendo en ambos pies con un salpicar de agua. ¿Qué estoy HACIENDO? Era demasiado temprano para darse a si mismo a la magia tan completamente - aunque realmente no había una razón para no hacerlo, cuando uno estaba solo. Pero no lo estaba.

   Pensándolo bien, olviden lo que estoy haciendo -- ¿qué está haciendo ÉL? Curioso, Kurama dejó la orilla del lago, agitando sus pies para quitarles el agua y trepando por el abrupto espacio entre él y el demonio de fuego. Varios minutos y un nudillo herido después, se detuvo detrás de una alta roca en un precipicio.

   A unos cuantos metros, una segunda piedra alta había caído para descansar en el piso - décadas o siglos atrás, a juzgar por las formaciones de moho en ella. Hiei parpadeaba dentro y fuera de vista alrededor de la piedra, pateando y golpeando esporádicamente a una velocidad casi demasiado rápida para los ojos de Kurama. Un pedazo de piedra voló con uno de los golpes, manchada de sangre - un pequeño corte apareció en la mano de Hiei un segundo después. Kurama decidió que era momento de intervenir.

   "Estás destruyendo un tesoro arqueológico antiguo," Kurama comentó, arrodillándose y descansando la barbilla en su mano. "¿Por qué?"

   Hiei se detuvo. "Hay un millón de malditas cosas aquí," el gruñó, sin responder la pregunta.

   "Verdad." Pero le pertenecía a la gente, aunque les importara o no, era un objeto para su historia, su identidad. Hiei de todas las personas debería saber el valor de eso. "¿Por quñe estas aquí fuera? Creí que estabas cuidando a tu hermana."

   Hiei siseó.

   "Ah... ya veo," Kurama murmuró, sin presionar el punto. Era un punto doloroso con Hiei... "¿Te gustaría pelear conmigo, entonces?" Hiei le lanzó una mirada fulminante y cuidadosa. "¿Las reglas usuales, sin penaltis ni apuestas?"

   "...mientras que quede claro esta vez que encoger mi bokken es hacer trampa."

   Kurama hizo una mueca. "Bien, bien..."

   "Traeré mi espada," Hiei se giró y se encaminó a la escuela de nuevo.

   Sonriente, Kurama giró también, solo para sentir las picosas cosquillas del pasto bajo sus pies.

   ¡Oh, maldición, me olvidé de mis zapatos...!


   La lección de Transfiguración del Miércoles había sido el transformar lechuzas en lentes de ópera. Los de Hermione, naturalmente, tenían tres modos de magnificación distintos, una delicada cadena de oro, y decoraciones que combinaban sobre la madera de roble. Los de Harry eran de simple y aburrido metal negro, y la fuerza de los lentes no era la misma. Los de Ron seguían con un diseño manchado de lechuza.

   "Estoy segura de que el metal estaba chueco," Hermione gimió en el almuerzo, mientras llenaban sus platos de hamburguesas y patatas fritas. Dos asientos abajo, Neville golpeaba su cubierto contra su plato en un rápido y acortado ritmo. "¿No vieron? Estaba terriblemente gordo en ciertos lugares -- ¡oh, soy terrible con el trabajo en metal! ¿Creen que me quitará puntos? Debí haberme adherido a un diseño más masculino-"

   "¿Encontraste algo a cerca de los símbolos?" Ron preguntñi rápidamente.

   ¡Gracias! Harry pensó con alivio considerable. Había estado al borde de simplemente ignorarla, pero distraerla también servía.

   "Nada, aún," Hermione informó, discretamente moviendo la varita para romper el agarre de Neville en su tenedor. Salió volando al piso. "Pero no he tenido oportunidad de investigar en mi libro de Runas Antiguas." Para empeorar las cosas, Neville comenzó a golpetear de nuevo, esta vez con la cuchara. "Aunque es realmente muy extraño, estos símbolos no parecen relacionados con ninguno que haya visto antes... puedes saberlo con algunos escritos, saben, como Griego y el alfabeto moderno..."

   Pensándolo bien, ignorarla habría sido una mejor idea.


   Minamino había desaparecido en algún momento antes del alba, y no se había presentado a ninguna clase. Tampoco se apareció al desayuno, y ahora al almuerzo. Cuando Minamino se perdía las comidas, era una apuesta segura el que Jaganshi tampoco estaba; Draco revisó cuidadosamente la mesa de Gryffindor.

   Y mira, tampoco está.

   ...y tampoco Kuwabara.

   ¿Quién más no está?

   El trío del Santo Potter estaba intacto. Todos los rostros familiares-y-detestables de los de quinto año de Gryffindor estaban presentes, excepto Jaganshi y Kuwabara. Los menos-familiares, pero igualmente detestables, Gryffindors en los otros años también estaban presentes.

   De la siguiente mesa, los Hufflepuffs, los de los años más jóvenes estaban presentes... los de cuarto... y ahí en los de quinto, solo una cabellera azul. Koorime no estaba.

   Los Ravenclaws - todos presentes y dispuestos.

   Interesante... Draco pensó, rodando la palabra en su mente. Esos son los cuatro en quienes Voldemort está más interesado, y todos están ausentes. Y son los únicos que lo están.

   La pregunta es... ¿por qué?


   Más tarde, Kurama se apresuraba por los campos de Hogwarts, agitando su látigo de práctica y sin espinas en grandes arcos, persiguiendo a un borrón negro. "¡Hiei, rata, no es justo que te escapes!" gritó él. "¡¿Estamos peleando o jugando a las traes?!"

   El borrón se giró en reversa, y el brazo de Kurama se levantó en un remolino de movimientos defensivos, bloqueando docenas de golpes de la espada de madera de Hiei.

   "¿Desde cuando uno de nosotros juega limpio?" la voz de Hiei hizo eco en un círculo confuso, con el demonio de fuego moviéndose tan rápido que no se podía deducir su locación exacta por medio del sonido.

   Si ese es el modo en que quieres jugar, yo entro. En el siguiente pase, Kurama dejó a la punta de su liana agarrar la punta de la espada, y la jaló. Se fue volando al lago, y Kurama sonrió socarronamente... y luego cayó para girar y volvió a meter el látigo a la pelea, mientras que Hiei ignoraba la perdida de la espada de práctica y pateaba más allá de las defensas de Kurama, dando un golpe suave al brazo de Kurama.

   "¡OW!" Kurama chilló, más de sorpresa que de dolor real.

   "Roña, tú la traes."

   "¡Baka!"

   "Guárdate el aliento para la pelea, zorro."

   "¡No me llames así!" Kurama siseó, aunque no había nadie cerca para oírlos. Tomó la muñeca de Hiei, y haló viciosamente incluso mientras el látigo se disolvía en cenizas. Hiei cayó al piso, y Kurama rápidamente atrapó los tobillos de Hiei con el pasto y creó el látigo de nuevo.

   Hiei trató de saltar, pero falló con un agudo respiro. Su youki se volvió fuego, quemando el látigo y el pasto, dejando otra línea gris para mostrar el lugar en donde hubiese sido cortado si hubiese sido cualquier otra persona. "¡No es justo que me ates!" gritó él, levantándose.

   "¿Desde cuando uno de nosotros juega limpio?" Kurama preguntó dulcemente, lanzando las palabras de Hiei de regreso a él. Hiei rugió, pero el brillo en sus ojos estaba lejos de ser enfado. Kurama observó, esperando por ese primer movimiento, la pequeña flexión de músculos que indicaría el inicio de el siguiente ataque de Hiei...

   Una explosión de poder ocurrió lejos, en algún lugar dentro de la escuela, mandando a ambos a tambalearse.

   "¡Qué demonios--!"

   "Neville...." Kurama respiró, antes de salir corriendo. Es - oh, shimatta, es clase de Botánica justo ahora, CLARO que perdió el control - ¡porfavorporfavorporfavor que no sea algo muy peligroso el día de hoy, Neville se cerrará de nuevo si llega a lastimar a alguien--!

   Kurama siguió el torbellino rabioso de energía al Invernadero 8, empujando la puerta para abrirla y prontamente inhalando un montón de polen. Tosió una vez, su visión nadando a technicolor y brillos tipo shoujo (¡¿Qué clase de planta extraña es esta?!), y prontamente sacó su propio poder para unirlo a la nube brillante de polen en el edificio de cristal. (Auto-diagnóstico: sobre estimula la corteza de visión en el cerebro--) Jaló, girando su magia como un pedazo de tela (--los efectos se debilitan por la bioquímica humana madura--), forzando al polen a volar hacia él. Estirando la mano (conclusión: aclara la visión, muy probablemente alucinógeno para cualquiera menor de, oh, 15 o algo así), Kurama dirigió al remolino a centrarse en su palma. Solo le tomó unos segundos.

   "¿Profesora?" preguntó automáticamente, revisando el cuarto mientras se limpiaba el aire. "Estoy terriblemente apenado por interrumpir - sentí la explosión. ¿están todos bien?" No le prestó la menor atención a la respuesta, estaba buscando a Neville.

   Ahí, en la parte trasera.

   El chico se arrodillaba junto a un bote lleno de agua, sus brazos inmersos hasta el codo. Él y otros dos estudiantes - Dean Thomas y Ernie MacMillan - estaban clavados en sus lugares por una red revuelta de flores de agua, con flores mojadas que escupían polen felizmente al aire. Kurama se adentró y pasó a los estudiantes, ausentemente notando más de las lianas de plantas de agua agarrando fuertemente las piernas de aquellos más lejos de la puerta, y se incó junto a Neville, aún jalando polen a el globo alrededor de su mano.

   "Hola pequeño," Kurama dijo gentilmente, ignorando a todos los otros Gryffindors y Hufflepuffs que lo miraban sospechosamente. Neville se le quedó mirando, ojos agrandados pasando del rostro de Kurama a el polen dorado que giraba. "¿Las cosas se salieron un poco de control?"

   Neville se mordió el labio, con una cara de vergüenza, y alejó la mirada.

   "Nos pasa a todos," Kurama le aseguró, sonriendo secamente. "Recuérdame que te diga sobre la vez en que accidentalmente me atoré mientras colgaba cabeza-abajo por los tobillos.." Eso hizo que Neville lo mirara a los ojos de nuevo. "Ahora, pues. Esto es difícilmente un desastre - no tendrás problema en arreglarlo tú solo." Una flama de preocupación en la mirada de Neville. "No es nada que no hayas hecho antes. Solo siente tu poder en las lianas, y jala."

   Lentamente, Kurama sintió a Neville alcanzar mágicamente el exceso de poder en las plantas, y empezar a tirar de él. Las flores se cerraron, las hojas desaparecieron, y las lianas comenzaron a encogerse y calmarse. "Se gentil. No quieres que se enreden."

   Detrás de él, un estudiante pateó para liberarse, y luego otro, y otro; Kurama los escuchó tambalearse a la libertad, sintió las miradas nerviosas a su espalda. Otro, y otro... Neville se mordió el labio. "No tienes que mantenerlo por mucho, Neville," Kurama murmuró. "Podemos tomarnos dos minutos fuera para que lo dejes ir, y luego puedes seguir con tus clases." Ernie se liberó. "O aún puedo incluirte en mi nota." Dean se sacó el último amarre de su muñeca, y se giró para ayudar a soltar los de Neville. "Es tu decisión," Kurama terminó.

   Neville se derrumbó, tenso, y Kurama rápidamente lo ayudó a levantarse. "Fuera, entonces. Profesora, le molesta si tomo prestado a Longbottom por un segundo gracias-" Él guió a su estudiante fuera de la puerta, por el campo, y a través de la puerta más cercana al exterior, y luego empujó a Neville a sus rodillas, manos en un montón de pasto. Velozmente, Kurama se preparó. "Suéltalo ahora."

   Una segunda explosión de poder hizo al pasto crecer casi un metro, en un arco desde Neville a el Bosque Prohibido. Kurama suprimió un chiflido ligeramente impresionado, y simplemente sonrió al chico mareado.

   "¿Te sientes mejor ahora?" preguntó él.

   "...¿sí?"

   "Bien," Kurama murmuró.


   Kurama guió a Neville fuera del invernadero, y la clase estalló en murmullos.

   "¿Neville hizo ESO?"

   "¡¿Viste lo que hizo Minamino con el polen?!"

   "¿Viste que Minamino TOMÓ el polen?"

   "Va a envenenar a los de primer año, solo esperen-"

   "¡Incluso un Slytherin no sería tan malvado!"

   "Podría, pero lo atraparían."

   Harry trató de ignorar los susurros (que montón de TONTOS, ¿acaso no vieron que tan no-Slytherin Kurama estaba siendo con Neville?), girando distintivamente a sus amigos. "¿Creen que está bien?"

   "¿Neville o Minamino?" Hermione preguntó.

   "Neville," Harry respondió. "¿Por qué?"

   "Porque Minamino ha faltado a todas sus clases y comidas, hasta ahora... y parecía como si se hubiese metido en una pelea."

   Ron parpadeó. "Se veía así, verdad... ¿Qué suponen que estaba haciendo?"

   "Probablemente algo malvado," Seamus gruñó, junto a ellos.

   Frunciendo el ceño, Dean señaló, "Pero dijo algo de tener una nota para estar afuera."

   "La Profesora Genkai probablemente le dio una para que se saltara las clases. Se inclina por ese chico - que buena maestra de Defensa, completamente ciega al hecho de que esta mimando a alguien Oscuro, dándole uno de los nuestros a las manos de un Slytherin-" Yuusuke dejó caer una mano al hombro de Seamus, y apretó. "¡OW!"

   A pesar de la falta de altura de Yuusuke - él aún era una de las personas más bajitas de toda la clase - logró mirarlos desde arriba con ligero deprecio. "He oído un montón de mierda justo ahora," Yuusuke anunció a la clase en general, su voz plana y peligrosa. "¿Alguien aquí tiene pruebas de ello?" Silencio, mientras la mayor parte de la clase se movía de lado a lado, incapaces de mirar a Yuusuke a los ojos. "¿Alguno de ustedes alguna vez ha visto a mi amigo Kurama hacer algo maligno?" Yuusuke pregunto. "¿Cruel? ¿Oscuro? ¿No? Entonces JÓDANSE. ¡Y CIERREN. LA. BOCA!"

   Silencio sorprendido.

   Entonces... "Dos puntos menos por lenguaje, Sr. Urameshi," la Profesora Sprout dijo débilmente. Su rostro ruborizado. "Y cinco de Gryffindor y Hufflepuff por... por... ¡por hablar mal de un compañero estudiante y decir mentiras sobre su carácter!"

   Buen show, Harry pensó para sí. Pero unos cuantos años muy tarde, creo.

   Yuusuke gruñó rudamente. "Es un comienzo," masculló, mientras se giraba.

   La clase nerviosa, silenciosamente, regresó a trabajar. Unos minutos después, Neville regresó al cuarto, tarareando ausentemente, y viéndose mucho más relajado y calmo que en todo el día.

   "¿Está todo bien ahora?" la Profesora Sprout preguntó calladamente, sus palabras como cohete a través del silencioso invernadero. Neville asintió felizmente. "Entonces regresemos a trabajar," la profesora ordenó, tratando de pretender que todo era normal.

   Nada más explotó en el resto de la clase.


   La tarde pasó, y Kurama a penas lo notó mientras hacía al pasto encantado de Neville compartir el exceso de energía con el resto del campo. Logró regresar el pedazo de pasto que Neville había afectado a su tamaño normal, con menos esfuerzo del que hubiera tomado con otras plantas; el pasto no era tan avaricioso con su propia especie como, digamos, los sauces boxeadores. Esto dejó el campo más espeso y vibrante de lo que debió haber estado realmente en ese tiempo del año.

   Ignoró las campanas de Hogwarts, que indicaban el final de la última clase mientras trepaba los aros de el campo de Quidditch. Él las ignoró de nuevo, cuando indicaban el tiempo de la cena mientras él se elevaba por el inclinado techo y saltaba de un muro al de la torre opuesta, girando una red de lianas sobre sus manos y pies y pegándose al muro, como una araña. Trepando arriba, alrededor, y abajo, Kurama saltó de nuevo, y aterrizó en el Gran Comedor, cabeza-abajo.

   Me pregunto... Otro metro lo colocaría justo encima de la ventana más al este, detrás de la mesa de maestros. Kurama puso una mano al frente, luego otra, relajó los músculos para dejar a la gravedad tomar el control, y miró dentro. Sus ojos se agrandaron con odio ante la visión. ¡Esos bastardos--!

   Una mano lo agarró por la parte trasera del cuello y lo jaló hacia arriba. "Si este es el modo en que acosabas a una presa," Hiei gruñó, "estoy sorprendido de que hayas durado cinco segundos como un ladrón."

   Kurama ignoró eso. "¡Ellos tienen inarizushi esta noche!" él chilló.

   Hiei giró los ojos, relajando su agarre en Kurama. "¿Y entonces?"

   "¡Quiero un poco!"

   "Entonces ve y consigue un poco."

   Kurama se giró para no estar de cabeza, sonriente ante la idea. "¡Hiei, eres brillante!"

   "No lo soy; lo que pasa es que no estas pensando," Hiei le regresó, mientras Kurama comenzaba a bajar por el muro. "¡¿Por qué estas en tan peor estado que yo esta noche?!" Hiei gritó tras él. Pero Kurama ignoró la pregunta - no tenía una respuesta, de todas formas - y se volteó para aterrizar frente a una puerta de lado.

   Una vez dentro, se apresuró a una puerta lateral al Comedor, y se metió cuidadosamente, yendo directo a la mesa más cercana: Gryffindor.

  "Yo, Kurama," Yuusuke masculló a través de una boca llena de comida. "¿Hambriento?" Kurama se inclinó entre Harry y Neville, tomando una pieza de sushi del plato y tomando una mordida. "Tomaré eso como un ‘sí'."

   Kurama tragó educadamente antes de responder. "De hecho, ni un poco. Pero es inarizushi." Y se metió el resto a la boca, estirando la mano para tomar otro.

   Yuusuke rió de buen modo, completamente comprendiendo que Kurama, como un zorro, no pudiese resistir el premio, mientras que los estudiantes más cercanos parpadeaban con confusión.


   La Dama Gorda miraba fijo a Kurama, quien tristemente se terminaba el resto de su sushi y se lamía los dedos, mientras pasaban.

   Neville la miró a medias. "Está conmigo," masculló él.

   Dentro de la Torre de Gryffindor, la mayoría de los chicos se disipó a los rincones lejanos de la sala. Las chicas, excepto Hermione, se apresuraron escaleras arriba para cambiarse. Todos, excepto los de quinto año, daban miradas cautelosas a Kurama y trataban de susurrar a sus compañeros, solo para ser silenciados rápidamente por el estudiante de quinto año más cercano.

   Solo un pequeño nudo de gente se adentró en las escaleras que daban a los dormitorios de los chicos: Neville, Harry, Ron, Hermione, y Yuusuke. Kurama se pegó al final de la cola de la hilera, escuchando cuidadosamente; la sala común rompió en susurros segundos después de que quedó fuera de vista en la curva de la escalera.

   "Que raro..." murmuró él. ¿Qué fue eso? ¿Pena? ¿Culpa? ¿De nuestra Casa favorita de directos, tontitos hacedores-del-bien? Es muy extraño... nunca han estado apenados de odiar a los Slytherins antes.

   Cielos, ¿a quién conozco en esta Casa con un extrañamente-desarrollado sentido de la justicia y habilidad nula cuando se trata de mantener la boca cerrada?

   "Muy bien, Yuusuke," Kurama levantó la voz para que avanzara escaleras arriba. "¿Qué fue lo que hiciste?"

   Yuusuke se detuvo frente a la puerta de cuarto año, dando una mirada blanca a Kurama. "¿Qué hice? No sé de lo que estás hablando."

   Kurama se permitió sacar una pequeña sonrisa pícara, pasando junto a Yuusuke para seguir subiendo, esta vez hacia atrás. "La inocencia no te queda," dijo felizmente mientras continuaban. "Vamos a oirlo."

   "Er..."

   "De hecho, déjame cambiarlo," Kurama dijo. "¿Qué hiciste para hacer a tus compañeros de Casa sentirse demasiado avergonzados para odiarme abiertamente?"

   "Oh, ESO." Yuusuke sonrió. "Empezaron con toda su mierda anti-Slytherin después de que sacaste a Neville fuera de Botánica, así que les dije por donde metérsela."

   "¡No lo hiciste--!" Kurama entró al cuarto un paso antes que Yuusuke. (Rápidamente tomó nota de el Trío en la cama de Harry, hablando en callados tonos y examinando una hoja de pergamino, y Neville moviendo sus libros y tarea a limpias pilas con manos que tenían los nudillos blancos - él realmente necesitaba hacer al chico dejar sus responsabilidades y soltar la energía de más.)

   Yuusuke prontamente tiró la mochila en la cama y buscó en su baúl una camisa y pantalones de mezclilla. "Claro que lo hice. ¿Crees que me voy a sentar ahí y dejar que un montón de idiotas te llamen Oscuro porque un Sombrero te tiró con las serpientes?"

   Kurama rió. "Bueno, cuando lo pones de ese modo..."

   "Exactamente. Eres un gran chico, Kurama," Yuusuke dijo, cerrando el baúl con un ruido hueco. "No dejes que ningún gaijin idiota te diga lo contrario." ¿Cómo si fuera a hacerlo?, Kurama pensó, mientras Yuusuke se inclinaba hacia delante. La expresión del chico de ojos oscuros se volvió seria, y sus próximas palabras fueron más silenciosas. "Y, um... mira, hombre, ¿estás bien? Has estado actuando algo extraño todo el día."

   Mentalmente, Kurama gimió. "No es... algo de lo que pueda hablar." Yuusuke abrió la boca, y Kurama rápidamente añadió, "Estaré bien en la mañana, lo prometo. Por favor no preguntes de nuevo, es muy rudo."

   Yuusuke soltó aire. "Mierda, hombre, acaso esto-"

   "YUUSUKE," Kurama interrumpió estrictamente. "No. Me. Preguntes. Nada."

   "Bien." Yuusuke gruñó. "Me voy a ir a cambiar."

   Kurama lo tomó por el brazo antes de que se fuera a pisotones. "... ¿pregúntale a Genkai acerca de las costumbres de mi parte de Japón, de acuerdo? Pero yo no puedo." Simplemente no podía explicar como preguntar por detalles inadvertidamente significaba preguntar sobre puntos débiles en la magia de Kurama. Podría pasar horas presumiendo sobre mis fuerzas y habilidades, en un modo completamente demoníaco, pero mis vulnerabilidades... lo lamento, Yuusuke, una cosa es compartir esto con Hiei, y otra el decirle a Neville - que ya es muy difícil, pero necesita saber -- ¡pero no es propio el decirte a ti!

   Yuusuke agitó el brazo para soltarse, solo un poco aplacado, y salió a pisotones del cuarto. Kurama suspiró, y giró hacia Neville. "¿Listo para irte?"

   "Solo déjame tomar mi libro de Astronomía, y cambiarme, y estaré listo," Neville respondió.

   "Astron... no. No, ¿no puedes tener Astronomía esta noche--?" Espera. Miércoles, Gryffindor... sí, Neville tenía. "La tienes. Y vas a ir," Kurama suspiró.

   Neville se encogió de hombros. "Es correcto."

   Kurama miró al Trío. "¿Podría uno de ustedes ser tan amable de llevar las cosas de Neville a Astronomía? Gracias." Y tomó la muñeca de Neville en una mano, tomando una túnica casual en la otra. "Toda esta responsabilidad no es sana - confío en tu juicio, y manejaste el día mucho mejor de lo que yo hubiese logrado, pero necesitas dejarte IR por un rato" suspiró él, jalando a Neville fuera del cuarto. Pero tenía que dejar salir una última exclamación mientras se iban.

   "Clases en el equinoccio. ¡Honestamente, esta escuela tiene el peor tiempo--!"


   La puerta se cerró tras de Neville y Kurama, el último comentario del pelirrojo haciendo eco, y Hermione súbitamente chilló.

   "¡Oh!" Harry y Ron giraron a verla; era un chillido estilo ‘¡eureka, lo tengo!'. "¡Oh, soy tan ESTÚPIDA! ¡Ha estado justo frente a nuestras narices!" añadió ella, sacando una segunda hoja de pergamino de la mesita de noche de Harry.

   "¿Qué ha estado?" Harry y Ron corearon.

   "¡TIEMPO!" dijo ella, agitando la varita al pergamino. "Calendrus Circumspecto." Una serie de pequeños números comenzó a marcarse en el papel, apareciendo en sentido de las manecillas del reloj en un arco limpio. "Es todo a cerca del tiempo - la única razón para tener símbolos astrológicos en cualquier tipo de hechizo es para marcar el cielo nocturno, no tienes que hacerlo si estás lanzando un montón de hechizos separados - tiempo y diseño-" Para aquel momento el arco estaba claramente marcando un círculo, la secuencia corriendo en repeticiones ligeramente chuecas: 1 a 31, 1 a 29, 1 a 31 de nuevo, 1 a 30, y más. "Si tomamos solo los sueños de unicornios... Tuviste uno anoche." Puso una marca pesada a través del tercer "20" en la secuencia, en la derecha lejana del círculo creciente. "¿Y el pasado?"

   Harry se detuvo, pensando. "Ese día en que Yuusuke y Kuwabara estaban lanzando frijoles por todo el lugar. Ese día festivo suyo."

   "Setsubun," Hermione dijo. Puso otra marca por el segundo "3", mientras que el círculo se completaba. "¿Y el que está antes de eso?"

   Un recuerdo súbito, una promesa: 'Por el poder de otros, muertos, dioses, no puedo revelar: los eventos en el cuarto bajo Gryffindor, en la noche de el solsticio de invierno...' "El solsticio," Harry respondió. Hermione obedientemente colocó otra línea en el "22" final, en la cima de la página. Antes de que ella pudiera preguntar de nuevo, Harry continuó. "Y el que vino antes de ese fue en Halloween."

   Hermione marcó un "31" en la esquina izquierda de el círculo. Un diseño comenzaba a tomar forma: cuatro marcas, a distancias iguales, a través de la itad superior del círculo. No un círculo, Harry pensó. Un calendario. Enero empieza en la cima: 31 días, luego 29 por Año Bisiesto, luego 31 de nuevo para Marzo, 30 para Abril...

   "¿Y antes de ese?" ella preguntó.

   No hubo nada para marcas los días de los primeros dos sueños. "Um... Septiembre." Pero Hermione querría más información. "Me enfermé con ese, pero no me perdí las clases.... ¿Sábado?"

   "Fue después de las pruebas para Quidditch," Ron dijo para ayudar. "Y las pruebas de magia interna."

   Hermione frunció el ceño, y rápidamente hizo un calendario normal, con forma de bloque, en la esquina de la página. "Llegamos en Viernes este año... las pruebas son, que, ¿dos semanas después de llegar?" Ron y Harry asintieron. "Entonces en Defensa tuvimos el repaso, la demostración con Minamino, luego nuestras pruebas..." murmuró ella, más para si que para ellos, marcando días en el calendario. "Así que... ¡HA! ¡Ya lo pensaba!"

   Regresó al gran círculo, y decisivamente marcó el "23" en la esquina izquierda, perfectamente dividiendo el círculo en dos - una mitad marcada, y la otra no. "Tuviste tu visión de Septiembre en el equinoccio, Harry."

   La gráfica era impresionante, pero... "¿Y entonces?" Ron preguntó.

   "¡Honestamente! Debieron de haber tomado Aritmancia o Runas Antiguas conmigo. Quien-Tú-Sabes esta tomando ventaja de los días festivos antiguos - es un ciclo, y apostaría cualquier cosa a que Genkai diría que hay magia ahí, solo mira como está afectando a Neville-" se detuvo en seco.

   Harry se alejó ligeramente, quitándose del camino de la chica a la puerta solo por si acaso.

   "¿Hermione?" Ron preguntó cuidadosamente.

   Pareció re-iniciar su cerebro. "Oh, Merlín..." murmuró ella. "No están en nombre, y no están idos y... y..." Ella miró fijamente al papel. "Y tengo que ir a revisar algo. Ahora."

   Se alejó rápidamente, dejando a Harry y Ron para mirar la hoja de pergamino con el inocente círculo de números.

   "¿Entendiste algo de aquello, Harry?"

   "Volde- Quien-Tú-Sabes está formando un patrón," Harry respondió.

   Ron asintió. "Eso es lo que entendí, también. Pero solo una cosa me está molestando..." Haló un poco del papel, y marcó la línea invisible entre las dos marcas de equinoccio. "Si estas están a una distancia igual el uno al otro..." Su voz se desvaneció, colocando su dedo en la marca de Halloween.

   Harry se congeló, mientras Ron movía el dedo a través del pergamino, limpiamente cortando el círculo de nuevo, y aterrizó en el primero de Mayo. "Oh. Maldita. Sea."

**Continuará**

Notas de la Autora:

"-Sí, me salté el Día Blanco. Prerrogativa de Autora.

-Mattaku: de hecho / por supuesto

-Bokken: espada de práctica de madera.

-Inarizushi: Inari sushi, bolsas de tofu bien freídas, rellenos de arroz de sushi. Personalmente, pienso que son los twinkies Japoneses. ¡Yummy!

-Gaijin: forasteros.

-Si HAY una razón por la cual Kurama esta siendo más afectado que Hiei. Va a pensar en ella cuando tenga la oportunidad.

-Antes de que reciba preguntas acerca de si alguien más aparte de Kurama y Hiei sintieron el accidente de Neville: no sé y ni importa."

Notas finales:

Amo a Kurama. Y a Neville. Y a Hiei. Y a Yuusuke.


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