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La Mejor Defensa por Charmeine

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Capítulo 50
Dorado

   El treinta de Abril llegó sin más elaboración que los otros días. Harry lo pasó justo como cualquier otro Martes: agachándose para evitar a un Profesor Flitwick que volaba por los aires mientras Neville y Yuusuke enredaban los encantamientos, Transfigurando su hurón en un flamenco con pelaje café, y así. Extrañamente, aunque Hermione y Ron se peleaban más y más fríamente mientras el día pasaba, los nervios de Harry se calmaron mientras la cena y la puesta de sol se acercaban.

   Me estoy acostumbrando mucho a esto, pensó él, mecánicamente cambiándose a sus pijamas cuando estaba escaleras arriba en la Torre de Gryffindor. "¿Tienes el Mapa?" le preguntó a Ron.

   Ron agitó el pergamino hacia él.

   "Me despertarás si-"

   "-algo extraño sucede, correcto," Ron terminó. Sacó su varita y golpeó el pergamino. "Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas," le dijo, mientras Harry terminaba de abotonarse la pijama. "Veamos... Minamino esta en su dormitorio... Hiei está en la biblioteca... su hermana está en el patio con Kuwabara - seguramente él se enojará por eso -"

   "Mientras nadie se meta y nadie se escabulla," Harry dijo, trepando a la cama.

   Ron le lanzó un saludo militar de broma antes de que Harry cerrara las ventanas. "Buenas noches, Harry."

   "Buenas noches, Ron."


   Hiei regresó de la biblioteca con una pesada, bien-ablandada copia de El Libro Monstruoso de los Monstruos, Jr. En la mochila. Dándole a la Señora Gorda la contraseña, entró por el hoyo del retrato y a la sala común, mirando alrededor por un asiento. La mayoría de los asientos ya habían sido tomados, los Gryffindors de todas las edades gravitando de regreso a la Torre después del crepúsculo, pero el asiento preferido de Hiei en el alfeizar de la ventana más cercana al fuego estaba vacante. Puso su capa sobre la roca y se sentó, pateando su mochila a la otra mitad del alfeizar para evitar que alguien tomase el asiento, y se reclinó con su libro.

   O, al menos, lo intentó. Había tenido la mala fortuna de terminar a menos de dos metros de los tres hermanos Weasley. Ron tenía un pergamino y su tablero de ajedrez fuera, y los gemelos se movían sobre él, molestándolo por un favor de algún tipo. Hiei no pudo evitar escucharlos.

   "¿Por favooooooooooooor?"

   "¡Prometemos no probarlo contigo!"

   "¡Prometeremos no probar nuestras... um... próximas tres creaciones contigo!"

   Ron giró los ojos, mirando a sus piezas moverse. "No funcionará, chicos."

   "¡Cuatro, entonces!"

   "¡Vamos!"

   "No funcionará," Ron repitió. "No ‘no lo haré', pero ‘no funcionará'. No tengo ese tipo de rango."

   "Ronniekins-"

   "No me digan así."

   "-¿¡qué quieres que hagamos, ir al Bosque-"

   "-persiguiendo al tipo-"

   "-cuando ni siquiera sabemos-"

   "-en donde está!?"

   "¡Tenemos geniales poderes-"

   "-pero no estamos tan locos!"

   ¿Fuera y en el Bosque? Hiei pensó. Bajó su libro. "¿Perseguir a qué tipo?" preguntó él.

   "¡A nadie!" los gemelos corearon rápidamente.

   Hiei levantó una ceja, y Ron se reclinó en el asiento. "Obtuvieron algo de ese demonio en la prueba de Genkai, y lo perdieron-"

   "¡No lo hicimos!"

   "¡Desapareció!" George añadió.

   "-y se han metido en las cabezas que pueden ir a encontrar al tipo y hacer que lo reponga," Ron terminó. "Y piensan que pueden hacerme a MI señalarles donde está."

   Hiei mantuvo su expresión neutral, concluyendo, "No puedes."

   "¡Ni siquiera lo ha intentado!" Fred protestó, picándole a Ron.

   Asintiendo sabiamente, Hiei dijo, "Muy listo de su parte. El zorro se fue la semana pasada."

   Sus bocas quedaron abiertas.

   "¿¡Cómo sabes eso!?" los tres le soltaron.

   Hiei se encogió de hombros. "Yo estaba en el techo la noche que se fue." En el techo de la Enfermería, cuando Youko se había metido en el Ala del Hospital para regresar su propia alma. "Puedes ver esa piel plateada desde un kilómetro de distancia, y no estaba intentando ocultarse." Excepto de todos los que no supieran su secreto.

   "¿Así que se FUE?" los gemelos chillaron.

   "Muy lejos," Hiei mintió.

   "¿¡Qué clase de podrida suerte es ESA!?"

   "La suya," Hiei respondió, regresando a su libro.


   Kurama movía los controles de su telescopio. Neptuno se movía salvajemente dentro y fuera de enfoque más rápido de lo que los lentes debían soportar. Levantó su mano, cerrándola firmemente en un puño y mirando su pulso incongruente críticamente.

   Una mirada al cielo no lo ayudó.

   Está empezando demasiado pronto, pensó él. El alba no llegará por varias horas.

   Pero los síntomas eran claros y no se podía equivocar: el temblor casi imperceptible de su mano, su pulso - demasiado rápido para su edad y salud - el modo en que sus pupilas se dilataban del modo equivocado...

   Pero es demasiado pronto. ¿Qué está PASANDO?


   Harry despertó ante un insistente toque rudo en su hombro. "Nn... ¿qué...?"Brillante luz de luna entraba al cuarto, fácilmente permitiendo a Harry ver a Ron sin la ayuda de Lumos.

   "Tu turno," Ron susurró, enderezándose mientras Harry se sentaba y se colocaba sus lentes, bostezando.

   Tur-oh. Sí. El turno de Harry. Si estaban en el horario correcto, era alrededor de la una de la mañana.

   "Nada extraño," Ron añadió, "excepto que Minamino está caminando en círculos en la sala común de Slytherin."

   "¿Floo?" Harry preguntó adormiladamente.

   Ron agitó la cabeza. "La única llamada Floo fue de Ojo-Loco para Dumbledore, y nadie a recibido una lechuza en toda la noche."

   Harry tomó el Mapa. "Tal vez era demasiado el esperar que algo pasara tan temprano."

   Ron se detuvo a medio camino a su cama. "¿Seguro que quieres hacer esto...?"

   "Ya accedimos todos." Ron era un búho nocturno natural, Harry estaba acostumbrado a quedarse despierto toda la noche por tener que hacer su tarea en la noche cuando estaba con los Dursley, y Hermione se levantaba muy temprano. Tenía sentido que tomaran guardia en ese orden.

   "Si estás seguro..."

   "Estoy seguro, Ron. Ve a dormir."

   Suspirando, Ron trepó a la cama, cerró las cortinas, y se fue a dormir. Harry cerró sus propias cortinas, lanzó un Lumos, y se acomodó para una larga noche.

   El tiempo se arrastraba mientras Harry observaba el Mapa del Merodeador, la mirada moviéndose para el primer signo de que alguien llegara a las orillas del mapa - escabulléndose dentro o fuera de los campos. Pero eventualmente, encontró que sus ojos regresaban a las elaboradas líneas del castillo mismo.

   Nunca me he tomado el tiempo de realmente mirar a toda la cosa, pensó él, desdoblándolo completamente. Siempre lo abría en la parte que mostraba en donde estaba yo, y lo ocultaba tan rápido como podía.

   En el mapa, todos los nombres de los estudiantes se amontonaban en sus dormitorios, excepto por Kurama. Como Ron había dicho, caminaba en círculos en su sala común sin descanso.

   Los profesores estaban en un pasillo detrás de un tapete, excepto por Dumbledore que estaba arriba en la suite del director, Trelawney dormida en su propia torre, y Snape cerca del Gran Salón. El nombre de Genkai tenía unos caracteres japoneses graciosos emanando de él, convirtiéndose en "z"s antes de desaparecer en el pergamino.

   De los otros residentes del castillo, Peeves flotaba cerca de la Enfermería. Myrtle parecía estar dentro de un muro - sin duda metida en las cañerías de nuevo. Otros fantasmas se apilaban en los áticos y calabozos.

   En la Lechuzería... Huh, Harry pensó. Nunca me di cuenta de que el Mapa realmente muestra a las lechuzas. Las aves se movían por la torre, bien despiertas, su cacería de noche mayormente terminada. Buscó a Hedwig, encontrándola en una percha del techo, Pigwidgeon rodeándola locamente como un cachorro.

   Otra mirada en los costados del mapa - ninguna actividad - y Harry revisó a la población de nuevo. Kurama/Shuiichi Minamino caminaba agitadamente en círculos en las mazmorras de Slytherin. Severus Snape pasaba la Torre de Gryffindor en su patrullaje; Harry podía imaginárselo dándole una mirada grosera a la Señora Gorda durmiente. Hiei dormía apaciblemente dos camas más allá, a pesar del clima plácido.

   Esperaunminuto. ¿Solo "Hiei"? Harry acercó el mapa, achicando los ojos. ‘Hiei' estaba, sin duda, mostrado sin un apellido. Por impulso, Harry se acercó a revisar los dormitorios de Hufflepuff.

   ‘Yukina' y ‘Botan' tampoco tenían apellidos.

   Bien, eso es malditamente extraño, Harry pensó, mordiéndose el labio para no pensar en voz alta. Hiei y Yukina...tal vez tiene que ver con esa enredada cosa de custodia de la que no hablan.

   Eso no puede estar bien. Incluso los huérfanos tienen un apellido en sus certificados de nacimiento. Tal vez tener dos apellidos distintos para un par de gemelos confunde al mapa.

   ...pero eso no explica a Botan.

   Sopló unos cuantos cabellos fuera de su rostro con gravedad, mirando a su reloj (3 am). A veces no tienen sentido. Hablando de eso... ¿Cómo creen que Yukina, de todas las personas, puede oponerse a Voldemort? Harry se preguntó. Es una Hufflepuff. Ni siquiera es tan fuerte, mágicamente, de acuerdo con ellos. ¿Cómo puede ella oponérsele? Es muy... aniñada.

   Hermione lo mataría por eso. Rápidamente pensó de nuevo. Yukina era dulce, y gentil, y tímida, y simplemente todo de ella y su actitud gritaba ‘¡protéjanme!'. No aniñada, excepto en el sentido de una princesa de cuento de hadas en una torre o algo así.

   Ella es realmente - Harry bostezó -- una completa sumisa. Un eslabón débil, cualquiera puede ver eso, y es por ello que Voldemort intenta reclutarla. Bostezó de nuevo.

   No podía dormirse durante su guardia. Mapa en mano, Harry se salió de entre las cortinas y se dirigió al baño, donde roció su cara con agua fría. Eso le ayudó.

   Harry pasó el resto del tiempo en la sala común, jugando a colgar al mago, y quemen a la bruja, y otros juegos que eran imposibles de jugar con solo una persona. Pero para cuando el cielo brillaba de color dorado y blanco y no había nubes en el este, y Hermione hubo bajado las escaleras, se había rendido con esos también.

   "Buenos días," dijo ella suavemente, la voz nublada con cansancio.

   Harry se levantó, su varita cayendo de donde la había estado balanceando en su nariz. " Tu turno," dijo él, agitando el Mapa un poco.

   "¿Noche larga?"

   "Sí." Dejó caer el Mapa en su mano. "Y una perdida, también. Nada sucedió. Regresaré a la cama."


   Kurama no se molestó con el desayuno. En el instante en que escuchó los primeros pasos de un Slytherin que se levantaba temprano ("temprano" siendo unos diez minutos antes del desayuno, ya que las pocas ventanas de Slytherin miraban al oeste), el pánico brotó en su pecho - y en otros lugares - y había salido corriendo de las mazmorras. Afortunadamente, no había chocado con nada ni con nadie (Excepto una puerta de roble cerrada con llave, que prontamente había abierto al hacer que la madera se alejara del cerrojo) mientras escapaba a una brillante y soleada mañana.

   Fuera... lejos... necesito...

   Si quería evitar a la gente, casi no había ningún lugar en los campos que fuera seguro. El campo de Quidditch tenía lecciones de vuelo, prácticas de equipo, y casi ninguna cubierta real. El castillo mismo... no podías estar seguro de tener privacidad incluso con una puerta cerrada con llave. Tal vez especialmente con una puerta cerrada con llave, considerando el último solsticio de Harry. El Bosque sería perfecto - el Bosque sería a donde iría, si no se estuviera sintiendo... tanto. Usualmente se escabullía a las áreas con bosques, pero eso hacía una liana para el regreso de energía.

   No puedo manejar eso y esto también... lo que sea que es...

   El resto de los terrenos eran campos abiertos... excepto...

   La orilla del lago.

   Kurama se apresuró por el precipitoso camino de tiras de rocas en la base del sitio, casi torciéndose un tobillo cuando se resbaló por los últimos pies lodosos. Miró alrededor, tomando la vista: amplia, vacía expensa de agua a su derecha y al frente; casi empinados montes manchados de moho y el ocasional montón de pasto o lianas a su izquierda;  unos cuantos pedazos de alga de lago llegando con olas junto a sus pies; nada más grande que un alga terca o dos.

   Perfecto.

   Tocó el poder demasiado-grande, mordiéndose el labio, y lo empujó hacia fuera.

   Las algas de lago y las lianas florecieron. De nuevo Kurama empujó, enterrando el poder, y de nuevo respondieron. Kurama avanzó hacia delante, las plantas acuáticas volviéndose más brillantes, enredándose, volviéndose espesas y apresurándose sobre la piedra y el agua.

   Varios metros más abajo en la costa, Kurama encontró un amplio hueco en el campo, con una bien-colocada roca dentro. Se undió en la piedra agradecidamente, y continuó canalizando tanto poder como podía hacia fuera.

   El ángulo del sol cambió imperceptiblemente, el día se calentó, las campanas de Hogwarts sonaron para el primer periodo, y Kurama lo ignoró todo para empujar el poder hacia fuera.

   No puedo... No puedo ir lo suficientemente rápido...

   "¡Minamino!"

   Los ojos de Kurama se abrieron -- ¿cuándo era que los había cerrado? - ante el rito frío e irritable.

   No ahora... por favor no ahora...

   Pero la sombra de Hermione Granger cayó sobre la apertura. "¡Minamino!" repitió ella. "¡Sal de ahí! Tienes clases, ¿qué estás HACIENDO?"

   ¿Acaso ha memorizado los horarios de todos? ¿Y como rayos fue que me ENCONTRÓ...? Kurama se preguntó, antes que el exceso de magia que había estado tratando de disipar surgiera. Dio un respingo, aferrándose a la roca en que se sentaba.

   "¿Minamino? ¡No me hagas tomar puntos!" Se acercó, como advertencia.

   La magia surgió casi dolorosamente a través de Kurama, y jaló las lianas sobre la entrada para mantener a Hermione afuera.

   "Señorita Granger-" Kurama logró sacar. "POR FAVOR-"

   ¡Aléjate de mí!


   ¡Aléjate de mi!

   El sentimiento apuñaló la cabeza de Hiei, doliendo con el inolvidable sabor de acero de la mente de Kurama. Su puño se apretó, rompiendo en dos la vela que había estado a punto de encender, y el sabor en su boca cambió sutilmente. Se había mordido la lengua lo suficientemente duro para magullar.

   No importaba. Dejando caer la vela, Hiei se levantó y salió caminando de Adivinación, ignorando las llamadas sorprendidas de Trelawney para que regresara. Se apresuró por las escaleras, fuera de vista en unos segundos, y se salió por una de las ventanas que daban afuera.

   Fuera, Hiei siguió el sentimiento de Kurama al lago, pasando los muelles y pasando por la colina. La costa aquí era angosta, una tira de rocas planas y el ocasional montón de lodo entre el agua y los muros que sostenían el Gran Comedor. Proveía la mejor privacidad que podías obtener fuera de las puertas de la escuela, con varios nichos lo suficientemente profundos para casi ser llamados cuevas.

   Debería estar casi vacío, pero hoy era una selva de un color verde vibrante. Hiei no necesitaba seguir el sentimiento de poder para encontrar el nicho que Kurama había elegido para esconderse-

   Nada sorpresivamente - porque Hiei sabía que ALGUIEN tenía que estar ahí - Hermione estaba parada en la boca de la cueva profunda.

   "-saltándote clases!" ella estaba diciendo, las manos en las caderas. "¿Tienes idea de que tan mal se ve esto?"

   Hiei cruzó los brazos. "Creo que ya no le importa, Granger."

   La chica giró para mirarlo, chillando de sorpresa. "¡Hiei! Qué... ¿no tienes clases?"

   "Sí," le respondió toscamente, pasando junto a ella para mirar a la cueva. Kurama se sentaba en una roca cerca del fondo, la cara mirando abajo y su postura enderezada de modo preciso. Tal vez Hermione no lo notaba, pero Hiei sí: la postura de Kurama estaba tiesa, sus manos apretadas en puños y con los nudillos blancos en su regazo. Hiei tomó un paso al frente, y las lianas hicieron una red en la entrada, bloqueando el acceso.

   "Ha estado haciendo eso todo este tiempo" Hermione se quejó. "Podría quemarlas, pero me temo que lo golpearía a él."

   "Kurama, baja las lianas," Hiei ordenó. "No la dejaré entrar." Un largo momento pasó, y entonces la liana lenta, desconfiadamente se alejó. Hiei le lanzó una mirada controladora a Hermione -- NO me hagas un mentiroso - y se metió en la cueva. "Kurama..." dijo él, mientras se adentraba lentamente, "sabes que algo anda mal. ¿Puedes descubrir que tan malo es?"

   Un movimiento negativo de cabello rojo, los puños de Kurama se cerraron con más fuerza.

   "Entonces lo haré yo," Hiei dijo. "Suéltalo." Kurama tragó un respiro, pero no se movió. Hiei tomó otro paso, y otro - aún no estaba al alcance de sus brazos - otro. Otro.

   Kurama saltó de la roca, las manos tomando las muñecas de Hiei. Un pie pateó los de Hiei del piso; un giro los envió a ambos a rodar en el piso, la rodilla de Kurama aterrizando entre las piernas de Hiei. El zorro se inclinó hacia delante.

   "No consiento," Hiei dijo planamente. Kurama se congeló, y Hiei los volteó, liberando sus manos para atrapar a Kurama contra el piso. "Diez segundos, con una audiencia, y capaz de detenerte," diagnosticó en voz alta. Eso era toscamente la mitad de lo que debía ser. ¿Pero por qué...? "Granger, lárgate. Conozco el problema, he descubierto el grado - debo encontrar la fuente."

   La mano de la chica flotó cerca de su varita. "Pero-"

   Los ojos de Hiei se alzaron de golpe, y la fulminó con la mirada. "Te veré en cinco minutos. Cada segundo de espera le DUELE-"  se guardó el casi automático ‘¡tu, estúpido humano!' "-y ya has violado su privacidad bastante." Ella dudó. "Te explicaré después de correr un rápido chequeo médico."

   "Pero no eres un curador-"

   Este no es ese tipo de problema médico, le quería soltar. "Solo necesito encontrar una fuente. Eso es algo en lo que yo SOY un experto." ¡Y ella seguía parada ahí! "Cinco minutos. Lárgate o te noqueo yo mismo."

   La boca de Hermione se abrió. Entonces, con un resoplido ofendido, ella giró sobre sus talones y se alejó de la entrada. "¡CINCO minutos!" ella llamó. "¡Y me voy a quedar donde pueda oirlos!"

   ¿Qué cree que le voy a hacer? Hiei pensó, sacándose la banda de la frente. El Jagan se abrió, sobreponiendo hilos multicolor de poder sobre la visión de Hiei. Miró al diseño de Kurama, la delicada y espesa matriz de poder llena de dorado, amarillo, y verde: la magia de la vida, vibrante a través del suelo y la vegetación de los alrededores, pulsando con el acelerado latir del corazón de Kurama. Casi nada de el color propio y plateado del zorro quedaba visible entre el torbellino enredado de poder extra.

   Hiei nunca había examinado a Kurama bajo tales condiciones, pero esto era demasiado para la salud de cualquiera. ¿De donde viene el exceso? Quitó los ojos de Kurama y miró alrededor, mirando el poder del piso, el aire, las paredes -

   Había un fuerte, pesadamente-concentrado flujo corriendo desde el castillo. Desde lo alto de una de las torres, de hecho, de un pequeño nudo que parecía estar reflejando la mayor parte de los hilos de magia natural se si mismo... alto en el salón de Adivinación.

   Hiei colocó su banda sobre el Jagan. "Demonios..." murmuró él, con recuerdos pasando por su mente. Setsubun: conectando a Neville con el exceso. Equinoccio: Kurama siendo infantil, tratando al castillo como su patio de juegos personal, gimiendo sobre el sushi... y Neville, algo agitado, pero por lo demás bien, teniendo solo un pequeño accidente.

   "Cuando tienes un problema, realmente tienes un problema, o no, z-Kurama." Se empujó a sus pies, jalando a Kurama consigo y recolocando al zorro que luchaba para que se sentara en la roca. "Aguanta. Arreglaré esto y regresaré." Un rápido giro de la muñeca rompió el agarre de Kurama, y se giró a la entrada de la cueva. "Control, Kurama," le dijo al partir, y salió del lugar.

   Hermione se paraba en el siguiente doblez de rocas, brazos cruzados y su expresión determinada. "¿Qué fue todo eso?" ella preguntó estrictamente.

   Hiei le hizo un movimiento para que caminara detrás de él. "Estoy arreglando el problema."

   Hermione, siendo Hermione, ignoró su gesto y camino junto a él. "¡Él te atacó!" ella soltó.

   "Claro que lo hizo," Hiei soltó, fulminándola con la mirada. "Él sabe que puedo detenerlo."

   "¿En verdad?" Hermione preguntó. "Honestamente, no parecía que estuviera pensando mucho."

   "Estaba pensando lo suficiente para mantenernos afuera," Hiei le indicó.

   "¿Y si alguien que no fueras tú hubiese entrado?" ella preguntó ácidamente. "¿Entonces qué?"

   "No habría pasado," Hiei respondió.

   Hermione giró los ojos. "¿Estás seguro de que no habría pasado? ¿Y qué si los gemelos Weasley hubiesen tratado de entrar?"

   No había pensado en ello, por lo imposible de la idea, pero un impulso loco llevó a Hiei a responder, "Probablemente los hubieran lanzado al lago."

   "¿El LAGO?" Ella inmediatamente agitó la cabeza. "No importa. Estas tratando de distraerme. ¿Qué esta PASANDO?" Hermione repitió. "No es solo hoy. Ha estado actuando extraño en el equinoccio, e hizo ese ritual en Setsubun..." Su voz se enfrió. "Hiei. ¿Qué fue lo que hizo?"

   Muy lista. "¿Qué es lo que sabes?"

   "Casi nada. Por eso es que te pregunto. Está siendo afectado por los antiguos días festivos - ¿Por QUÉ?"

   Eso no era ‘casi nada'. "¿Por qué crees?" él preguntó mientras comenzaban a escalar por el camino hacia las puertas frontales.

   Un momento de silencio. "...son días festivos de la naturaleza. Hay un surgimiento de magia, conectado al sol y al clima local, cada tantas semanas. Así que... ¿Kurama es afectado como lo harían sus plantas?"

   Hiei giró los ojos. "Muy bien, Granger." Muy mal, Granger. "¿Qué más sabes?"

   "Er... estaba todo en términos shamanisticos extraños," Hermione murmuró. "Um... por hoy, era... ‘el Dios y la Diosa se casaron, y de su apareamiento'-"

   "Suficiente." Tengo dos opciones. Prohibirle pensar sobre o mencionar esto de nuevo, o provocar que ella ponga los hechos en orden y hacer que se enfrente a ellos.

   La primera opción solo la haría mucho más curiosa al respecto. Maldición. "PIENSA, Granger. Todo alrededor suyo le está diciendo que es tiempo de que las plantas polinicen, y es un chico adolescente. Incluso así, debería ser capaz de superarlo, excepto que se está magnificando."

   Hermione dio un respingo. "¡Neville!"

   Hiei asintió rudamente. "Es mejor en reprimirse que Kurama. Kurama ha vivido con su poder por toda su vida, no estoy seguro que recuerde como bloquearlo."

   Ella cayó en un silencio desconfiado mientras Hiei la guiaba a través de la escuela. Entonces, "¿Qué querías decir, exactamente, con ‘arreglar el problema'?"

   "¿Qué crees que quiero decir? Tomamos a Neville y lo sacamos de su clase, y hacemos que deje de reprimirse. Entonces lidiamos con ello."

   "Por favor dime que no significa lo que creo que significa..."

   Hiei no sonrió socarronamente ante la duda de Hermione. Ella trabajaba con información limitada. "No. ¿Sabes donde mantiene Sprout sus plantas enfermas?"

   "Sí..."

   "Ustedes empezarán ahí." Hiei se detuvo frente a la trampilla que daba al salón de Trelawney. "Si prgunta, Genkai te envió."

   Hermione, visiblemente muy confundida para cuestionar eso, trepó por la trampilla y tocó contra la puerta. Hiei se alejó de la vista; no necesitaba el lío de soportar a Trelawney después de caminar fuera de su clase. Bajas, tensas voces - las de Hermione y Trelawney, ambas mojadas con desdén frío - flotaron desde la trampilla, como también lo hizo una fina línea de incienso.

   Huh. Nunca supe que Hermione y Trelawny se llevaban tan mal. Pero no importaba, mientras ella lograra sacar a Neville de ahí. ¿Por qué le toma tanto tiempo? Apresúrate.

   Varios minutos más pasaron, y Hermione bajó de las escaleras, con Neville detrás de ella. Ella miró alrededor mientras Neville subía la trampilla, su pie golpeando las piedras rápidamente.

   "¿Hiei?" ella llamó suavemente.

   Neville giró. "Creí que le dijiste a Trelawney que no habías visto a Hiei," dijo él.

   "Ella mintió," Hiei dijo secamente, entrando a visión.

   Neville parpadeó "¿Qué está pasando?" demandó él, por suerte manteniendo la voz baja.

   "Tu, baka, vas a-" Hiei comenzó. Hermione interrumpió.

   "Hay una especie de aumento de poder mágico que esta sucediendo, Nev, y ya que no sabías de él, y tratas de ignorarlo, y ya que Kurama tiene el mismo tipo de poder que tu tienes, él esta siendo golpeado con el exceso. Necesitas ir a los invernaderos y hacer que crezcan algunas plantas."

   Hiei se le quedó viendo con considerable sorpresa - él pensaba que los ningens necesitaban respirar mucho más seguido que eso.

   Neville parpadeó de nuevo. "Um... de acuerdo. Voy a arreglar algunas de las plantas marchitas en el invernadero cinco. Discúlpense con Kurama por mi."

   Hiei encontró su voz de nuevo. "Haz más si se te acaban. No me importa como, solo asegúrate de que estas usando tanto poder como te es posible hasta que llegue la hora de dormir."

   Hermione le lanzó a Hiei una mirada penetrante. "Por favor," añadió ella por él.

   "Correcto," Neville dijo felizmente. "Me voy. ¡Los veo al rato!" y se apresuró a las escaleras, deteniéndose a la mitad del camino. "¡No tengo un pase!" les dijo.

   ¡Si alguien escuchó eso--! Hiei corrió escaleras abajo. "Genkai te dará uno."

   Neville asintió. "Gracias." Se apresuró el resto del camino hacia las escaleras, Hiei y Hermione siguiéndolo. En el fondo, Neville tomó el corredor del lado izquierdo; Hiei giró a la derecha.

   "¡Espera!" Hermione dijo, tomando su manga. "¿a dónde vas?"

   Hiei se agitó para quitársela. "A lidiar con Kurama. Tú ve a explicarle las cosas a Genkai."

   Tan pronto como la chica humana estaba fuera de vista, Hiei se acercó a la ventana más cercana.

   Si tan solo el lidiar con Kurama fuera tan fácil como él lo hizo sonar.


   Hermione le regresó el Mapa a Harry en el almuerzo, con un bajo, "Algo extraño pasó, pero no tiene nada que ver con... er... Él."

   ‘Él' sonaba como si ella se refiriera a ‘Quien-Tú-Sabes', Voldemort. No era sorpresa que no lo dijera en voz alta ante una mesa repleta durante el almuerzo. ¿Pero de que puede estar hablando...? Harry se preguntó.

   Los tres se quedaron detrás de el grupo que se dirigía a la clase de Botánica, un grupo de dos Casas que fluía ruidosamente hacia los invernaderos. Coando giraron y entraron al corredor y finalmente se hubieron separado de los estudiantes que se dirigían a las otras clases, Hermione explicó su extremadamente extraña mañana.

   Siguiendo a Minamino en el Mapa durante su primer periodo libre. Hiei inexplicablemente apareciendo - ("¡Así que ESA es la razón por la que salió corriendo de Adivinación así como así!" Ron susurró emocionadamente.) - y toscamente tomando cargo. El ataque abortado. El modo en que Hiei la había hecho largarse para correr un tipo de ‘examen médico'. El problema resultante con Neville. El modo en que Hermione se había entrometido antes de que la reacción de Hiei lo hiciera gritarle a Neville.

   "Y ahora Neville esta arreglando las plantas enfermas de Sprout. No sé por qué Kurama no lo hace también," terminó ella, mientras llegaban a los invernaderos. Los ojos de Harry se fueron a la que Neville estaba usando, capaz de ver una amplia vegetación dentro.

   Yukina se alejó de la multitud llenando la entrada de el invernadero para la clase de quinto año, tercer periodo, y silenciosamente abrió la puerta de la de Neville. Abruptamente, el vidrio se congeló, y ella rápidamente cerró la puerta y regresó a la clase.


   El sol se había puesto hace horas, cuando el exceso de poder se había retirado. Kurama se colapsó al fresco piso y rodó a su costado, jadeando. Junto a él, aún en su espalda después de la ronda final, yacía Hiei, respirando con igual dificultad. Un suave viento del lago los hizo temblar, las ropas rasgadas dándoles poca protección contra la brisa, y Hiei automáticamente elevó su temperatura un poco.

   Demasiado rápido, el viento comenzó a secar la piel sudorosa de Hiei, su ropa pegándose y molestando con sal, pedazos de ceniza, mugre y sábila, y no sin unas cuantas gotas de sangre.

   Ew, Hiei pensó, empujándose temblorosamente para levantarse. Se tambaleó al lago y - haciendo una mueca - se metió, con ropa y todo, al agua helada. Gateando fuera del lago, levantó su temperatura un poco más, fulminando al zorro con la mirada.

   Kurama se veía tan mal como Hiei se sentía. Sus ropas estaban más quemadas y chamuscadas en ciertos puntos en lugar de rasgadas como las de Hiei - MALDITAS fueran las espinas de rosa de Kurama - y su cabello era un enredo horroroso, pegándosele a la cara, el cuello, y espalda en oscuros mechones mojados de sudor. Su hombro aún sangraba un poco de cinco profundas cortadas en su espalda, arañadas por las propias uñas de Hiei algún tiempo después de la puesta de sol.

   "Las cosas que hago por ti," Hiei gruñó. Habían salido de peleas-a-muerte en el Torneo Oscuro viéndose mejor que esto. No muchas peleas, cierto, pero era la VERDAD.

   No hubo respuesta. El día había tomado su efecto en Kurama, se había desmayado.

**Continuará**

Notas de la Autora:

"-Recuerden, Snape confiscó la capa de regreso en Enero.

-El nombre del capítulo fue tomado del nombre de la semana con cuatro celebraciones que rodea al primero de Mayo en Japón."


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