-Esta bien como quieran, los veremos en el hotel.
Las chicas se despidieron de los muchachos y estos a su vez salieron dejándolo solo.
Su pensamiento era vago, pero por primera vez se podía notar su lucha interna, aquella voz en su interior que quería salir y gritar: “¡Te amo! X favor déjame hacerte feliz!...”
Al notar la ausencia de sus nakamas salió, y empezó a recorrer las calles empedradas y se dio cuenta, por primera vez que llegaron ahí, de lo bonito que era el lugar. La gente era amable y no se podía notar ni una sola muestra de hostilidad.
Siguió caminando…..
Poco tiempo después encontró a un grupo de niños alrededor de una anciana.
-A ver, niños calmados, ¿Qué quieren que les cuente hoy?
Luffy, con su espíritu de niño, se sentó junto a ellos, y levantó la mano lentamente.
-A ver, si, tu, no eres de por aquí ¿o si?; nunca te había visto. Pero dime no sientas pena… ¿Qué te gustaría oír?
-Jeje, me dijeron de una historia…. Creo que dijeron Hechizo de Luna…. Y…no se…quisiera saber mas…
La anciana le dedico una mirada profunda, como si quisiera ver a través de él, de su alma.
-Hace mucho que no pedían esa historia, pero te la concederé
Hace ya algún tiempo, en este mismo pueblo, vivía una hechicera su nombre…. Su nombre no lo recuerdo… pero ella se enamoro un día, como la mayorías de las historias su amor no era correspondido, se enamoró de uno de esos hombres del mar, piratas, él solo decidió amarla por momentos, momentos en los que ella era feliz, pero el mar lo llamaba, y ella no lo pudo resistir. Subió a lo alto de aquel mirador, y le grito a la luna
“Te doy mi vida, lo que quieras, pero por favor, déjalo aquí mas tiempo”. Se dice que la luna le contesto “Te cumplo tu deseo, bajo este resplandor te pongo esta condición, después de que tu felicidad no pueda mas, morirás, esta es la condición, solo unos meses a cambio de esta felicidad. ¿Aceptas?”
La hechicera mira aquella luna tan grande y esplendorosa, ese brillo tan mágico y acepta. Lo único que quería era compartir con ese hombre. Y así fue. Él se quedo y ella fue feliz hasta un año después, cuando nació su hija. La hechicera murió durante el parto y solo pudo dar su último respiro para dar el nombre a su bebé.
Esta es esa historia, se dice que en estos días donde la luna se acerca mas al mirador, puedes pedir un deseo, pero sabes sus consecuencias, depende de ti.
Luffy, estaba maravillado con la historia, pero a la vez perturbado, no deseaba morir, pero lo deseaba tanto….
-Queridos niños esa fue la historia de hoy, nos vemos mañana.
-Anciana, la historia es real
-Niño, la verdad es que no se, es tan solo una leyenda. Peo si lo deseas de todo corazón y con sinceridad, tal vez tu deseo se cumpla y tal vez logres romper la condición- le digirió una ultima sonrisa amable a Luffy y se fue.
Él se quedo ahí intentando pensar que hacer…. Camino sin rumbo por un par de horas ya cuando empezaba a oscurecer, notó donde estaba sus pies, su deseo lo habían llevado al mirador.
La gran luna se alzaba ante aquel mirador, parecía que si alzabas la mano podrías tocarla, era hermosa, y sin embargo, tenia algo que hacia que Luffy sintiera miedo.
-Has llegado -dijo una voz
-¿Quién anda ahí? –dijo un poco asustado
-Te he estado observando…. lo deseas demasiado…. ¿Cuánto tiempo podrás resistirlo?
-¿Quién eres?- insistió, esa voz parecía provenir de ningún lado y de todos a la vez
-Soy la luna, y has llegado a mí a pedir un deseo
- N-no yo solo, llegué de aquí…. De casualidad… no era mi intención….
-No mientas, tu corazón te guió aquí. Te doy la oportunidad de tener a la persona que quieres. Pero esa persona no va a estar contigo a menos de que lo haya pensado en esa posibilidad anteriormente. No los puedo obligar a hacer algo si no lo habían pensado previamente. Ahora, Luffy, escoge, ¿pedirás tu deseo o lo dejaras pasar?
-Puedo sentir tus deseos más oscuros, decide
-Yo…… yo….