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Si et quedes amb mi ( si te quedas conmigo) por sharm_baby

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Notas del capitulo:

Pensaba dejarlo tal cual pero como mis dos niñas, Niutsa y Dark Camus, me dijeron que había sido muy triste, no quise dejarles ese mal sabor de boca.

Este songfic va para vosotras, mis bellas niñas.

Gracias por vuestro apoyo.

Esta es una canción de Amaral llamada ¿Como hablar?

 

¿COMO HABLAR?

 

 

Las luces de la blanca luna traspasaban los cristales del templo de Acuario, iluminando levemente las paredes de la fría habitación. En ella la descarada luna, observaba el reposo de dos cuerpos compartiendo su sueño, el calor de sus alientos y cuantas cosas más perdidas en la ruleta del tiempo. Uno era pálido como la nieve y el otro color oro como las hojas que cubren los árboles en el otoño, uno con sabor a canela y otro neutro, como el gusto del agua helada que cubre los paisajes de Siberia.

Uno de los durmientes se despierta. Repliega los ojos creyendo que es un sueño y cuando menos lo espere la oscuridad se cernirá sobre ellos, sin embargo están en el templo del Aguador. Un suspiro de alivio escapa de sus labios, los cuales dibujan una imperceptible sonrisa al descubrir una piel como las cálidas arenas del desierto pegada a la suya de escarcha. Se levanta ligeramente para no despertar a su amante, acomodando el brazo para poder observarlo mejor. A veces cree que es un sueño saber que es el propietario de ese tesoro. No solo es uno de los santos más bellos del Santuario, sino que además su alma es la más pura. Muchos le llaman el asesino, ya que sus manos están  manchadas de la sangre de numerosas víctimas, pero para él, es su ángel guardián, el cual lo ha protegido desde que se conocieron. Sus aguas marinas relucen felicidad, dejando fluir una pequeña gota de sal que desmiente el mito del hombre de hielo creado entorno a su persona. Suspira mientras las puertas del tiempo se abren a sus recuerdos, analizando esa extraña historia de amor vivida entre ambos.

 

Tras una larga historia marcada por la tragedia y un amor que creían sin futuro, consiguieron ver la luz de Atena en medio de las sombras que los rodeaba. La batalla contra los dioses los liberó de su encierro, ya que Atena salió victoriosa. Ahora una nueva vida les esperaba. Eran libres de recuperar su destino y escribirlo como quisieran. El Aguador sabía que era el momento de demostrar a su bello durmiente todo lo que hasta ahora había guardado, mostrarle que ni la muerte los podía separar, puesto que siempre retornaba a él.

El griego pasó toda una vida intentando alcanzar a ese hombre que en apariencia no tenía corazón. La gran espina clavada en su alma era que nunca se quedaba a su lado. Sin embargo, este le mostró lo contrario, al regresar de la muerte para compartir un castigo divino, todo para no dejarlo solo. Se removió en su tumba al saber el trágico destino que esperaba a su adorado Escorpión y quiso acompañarlo para demostrarle que si se quedaba con él.

Si volviera a nacer, si empezara de nuevo,
volvería a buscarte en mi nave del tiempo.
Es el destino quien nos lleva y nos guia,
nos separa y nos une a traves de la vida.

 

Cuando se encontraron en esa oscuridad divina, con un agarre de mano se lo dijeron todo. El transmitía su frío, el otro su calor. Entre padecimientos se dijeron todo lo que necesitaban saber, de una forma tácita adivinaron los sentimientos del otro, acordando  sin palabras que estaban juntos en la luz y en la oscuridad. No necesitaban  que las frases confirmaran lo que un baúl lleno de recuerdos decía por si mismo. Las veces que en la soledad, hallaron el nombre del otro apoyando. Las imágenes de la primera vez que se conocieron, el primer aliento compartido, la primera vez que se entregaron, la despedida que creyeron el fin, la vuelta de Siberia, el triste fin de Camus, su regreso como enemigo, su sacrificio juntos frente al muro, el infinito dolor que superaron unidos, en el infierno del fin de los tiempos, cuando ambos componían música con los gruñidos de sus tripas vacías, compartiendo un trozo de comida que uno u otro había conseguido, las veces que se alzaban cuando el otro caía extenuado por una dura pelea de entrenamiento, las lágrimas de un corazón falto de cariño materno que se consuela con el del amigo, la sorpresa inesperada de un regalo por tu cumpleaños que nunca imaginabas porque creías que a nadie importabas. Una cadena de infinitos momentos compartidos, buenos y malos, pequeños y grandes, que separados solo eran instantes en el tiempo pero juntos componían una melodiosa sinfonía que superaba las barreras y obstáculos que les colocaron los dioses y el destino. Un amor hecho de fuego y hielo, de espinas y rosas, todos los contratiempos aceptados con tal de seguir juntos.

Nos dijimos adios y pasaron los años,
volvimos a vernos una noche de sábado,
otro país, otra ciudad, otra vida,
pero la misma mirada felina.

En su larga relación, se alternaban caídas y alegrías, peleas y risas. A veces iniciaban discusiones en las que habían estado a punto de matarse, pero bastaba la mirada marina de uno de ellos chocar con la de cielo del otro para saber que el lazo que los unía estaba por encima de sus orgullos. ¿Y de que sirven las palabras si todo se dice con un gesto? ¿Para que se necesita hablar si ya saben lo que guarda la mente del otro?

Solo el hombre que descansa placidamente en sus brazos es capaz de sacarlo de quicio al mismo tiempo que solo desea estrecharlo fuerte contra su ser. Y aun así,  el de marinos cabellos se retuerce los cerebelos para encontrar la frase adecuada con la que describir sus sentimientos.

Pero es que para él es necesario expresar ese sentimiento a su Escorpión. Tras años de frialdad, en el cual su bicho sufrió sus constantes idas y venidas, dudando lo que podía sentir su corazón, sabía que le debía una declaración. Sin embargo el nunca ha sido bueno con las palabras, el siempre habló con hechos.

 

 

A veces te mataria, y otras en cambio te quiero comer,
ojillos de agua marina.
Como hablar, si cada parte de mi mente es tuya
y si no encuentro la palabra exacta, como hablar.

¿

Cómo expresar que es su vida y muerte? ¿Cómo decir que no hay futuro donde él no esté? ¿Cómo?

El de serena mirada necesitaba expresar que los muros de hielo que resguardaban su corazón se deshicieron por completo, decirle al de rebelde melena que cada latido solo tenía un motivo,  que la llave del cofre de sus tesoros secretos la tenía él, que sin él no había vida. Necesitaba demostrarle que era suyo, ya que las batallas acabaron, pero estas no consiguieron apagar las hogueras  de sus corazones.

Era consciente que una de las heridas de su dueño, era que al morir en esa misma casa, no se despidió, que perdió la oportunidad de vivir una vida juntos, con tal de enseñar el cero absoluto a su alumno, anteponiendo el deber a su amor. ¿Cómo borrarlo con palabras?¿Como demostrarle que pese a las apariencias, siempre había sido lo primero?

Necesitaba curar sus heridas, demostrarle que era suyo sin remedio. Pero el hablaba a través de sus actos, nunca por su boca.

 

 

Como decirte que me has ganado poquito a poco
tu que llegaste por casualidad, como hablar.
Como un pajaro de fuego que se muere en tus manos,
un trozo de hielo desecho en los labios,
la radio sigue sonando, la guerra ha acabado,
pero las hogueras no se han apagado aun.


El francés seguía concentrado, intentando encontrar la frase adecuada para decirle al otro que era su todo, pero ese fluir de pensamientos se interrumpe al abrirse las aguas bravas de su compañero de lecho. Ambos se miran mutuamente, percibiendo el griego la maraña de sentimientos que guarda su hielo. Una carcajada sale de su garganta mientras que el otro observa estoicamente con una vena saltando de su frente, como su adorado tormento, se ríe en sus narices de él. Está a punto de largarse echando humo, cuando una mano morena coge la suya. El Escorpión lo mira con un brillo pícaro reluciendo en sus ojos, poniendo un dedo en sus labios.

- No necesito que digas nada, yo lo se todo de ti.

El de rostro níveo sonríe dulcemente como solo lo hace para él, mientras que la boca morena se acerca a la suya de nieve. Al final unen sus alientos. Así es como el Aguador aprende que con su bicho no necesita palabras. Les basta una mirada, un beso, un gesto, un pensamiento para saber lo que guardaba el otro en su interior. Ellos tenían su propio lenguaje, creado por la pareja tras años de compartirlo todo.

Lo único que hablarían más tarde, sería de su nueva vida juntos, al fin.

 


Como hablar, si cada parte de mi mente es tuya,
y si no encuentro la palabra exacta, como hablar.
Como decirte que me has ganado poquito a poco,
tu que llegaste por casualidad, como hablar.
A veces te mataria y otras en cambio te quiero comer,
me estas quitando la vida, como hablar...

 

 
Notas finales:

Espero que ahora si esten satisfechas.

Un beso!!


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