Matt: -lo toma del brazo- ¿Por qué diablos hiciste eso?
Mello: ¿Ah? ¿Lo de Near? Hazme un favor y no te entrometas.
Matt: Eres otro de esos idiotas grandulones que simplemente saben desahogar su miserable vida con otras personas, ¿No es así?
Mello: -apretando los puños- Matt... Lo que yo haga con Near es asunto mío y de Near. No nos conoces en absoluto, así que cállate.
Matt: Pues en ese caso dime quién eres... o quién es 'Near'.
Mello: *smirk* ¿Quieres saber quiénes somos?
Matt: Sí...
Mello: Pues escucha. ¿Conoces a L? Ese genio algún día morirá, y Near está en primer lugar para sucederlo, yo en segundo. Eso es todo.
Matt: Eso es... ¿Todo?
Mello: Sí, ¿Esperabas que te diera documento de intedidad?
Matt no tuvo otra opción que asentir con la cabeza, era verdad, no conocía ni a Mello ni a Near, y no era de su incumbencia lo que hiciera Mello con Near.
El rubio cruzó el pasillo aún indiferente a Matt, pero el pelirrojo quedó mirándolo. Mello, la primera persona con la que habló en la Wammy's House era el chico que lo golpeó con una pelota y le generó furia, tan solo en una hora.
Ya no importaba, iba a intentar evadir problemas en la Wammy's House y centrarse en sí mismo, no había nada más que hacer en un orfanato para pequeños prodigios.
Al otro día, comenzaron las tareas, las clases y las responsabilidades (prácticamente para lo que ahí estaban nacidos).
Matt fue llamado a la pizarra 3 veces ese día, y cada vez que había pasado había resuelto los problemas perfectamente y sin una sola palabra. Esto llamó la atención del rubio que había estado mirándolo toda la tarde.
Al salir de clases, Mello bajó a la sala de computadoras solo, sin sus 'guardaespaldas' resguardando que nadie lo viera bajar, pero aún así Matt lo estaba vigilando.
Trató de no entrometerse en los asuntos del rubio, y siguió caminando. En eso, Roger se le cruzó en el camino.
Roger: ¡Matt! ¿Puedo pedirte un favor?
Matt: Buenas tardes, Roger. ¡Claro!
Roger: Ve a la sala de computación que está bajando las escaleras y grábame los 3 archivos que están en el escritorio de la máquina 34 en este disquete.
Matt: -tratando de contener una sonrisa- En seguida, Roger.
Roger: Muchas gracias Matt, ten una buena tarde.
Matt bajó corriendo a la sala de computación y se sentó al lado de Mello, en la máquina 34. El rubio saltó de un susto al verlo bajar.
Mello: Dime que no me estás siguiendo.
Matt: No, -le muestra disquete- Roger me mandó.
Mello: Genial -revolea los ojos-
Se sentó en la computadora y grabó lentamente archivo por archivo en el disquete, trabándose de vez en cuando para quedarse un rato más allí. Mello no movía un dedo mientras el pelirrojo estubiese allí para abrir las pestañas en las que estaba trabajando. A propósito, el pelirrojo abrió una página pornográfica y rió suavemente.
Mello: Ha, ¿Lo ves? Eres un freak.
Matt: ??
Mello: ¿Por qué no vas a tocar a mujeres reales en vez de mansturbarte pensando en las que ves en una pantalla?
Matt: Son todas niñas...
Mello: Claro...
Matt: No voy a tocar a ninguna de las niñas.
Mello: ¿Y es mejor a ver esas putas en un monitor?
Matt: Mientras no hablen sí será mejor.
Mello: -ríe suavemente y sigue en lo que estaba-
Matt: ¿Nunca has pensado en hacerlo con una mujer?
Mello: -se sonroja- ¿PIENSAS QUE SIMPLEMENTE VIVO PARA TENER SEXO COMO USTEDES?
Matt: Hey hey, no te lo tomes así, simplemente preguntaba.
Mello: No, no estoy interesado en tener sexo por ahora.
Matt: De acuerdo... terminé aquí.
Mello: Espera...
Matt: ??
Mello: ¿Juegas al fútbol?
Matt: Supongo...
Mello: Cuando subas espéramente en el patio, veremos que tan rápido puedo hacerte sollozar.
Matt: ... Claro, ahí estaré.
El pelirrojo subió y fue al patio tal y como Mello le había indicado, pero se le transformó la cara de felicidad cuando vio que en el cielo amenazaba con llover. Se quedó debajo de la aureola mientas las primeras gotas caían.
Mello subió para hacer lo que había dicho, pero también se dio cuenta que estaba lloviendo y eso les estaba arruinando los planes. Pero de todos modos fue llendo hacia el medio del patio con una pelota bajo el brazo.
Mello: Anda Matt, ¿No íbamos a jugar?
Matt: Mello, está lloviendo.
Mello: Duh~ Ya sé, ¿Vas a jugar o no? Yo pateo y tú atajas.
Matt se encojió de hombros y fue hacia el arco, empapándose con las gotas de lluvia que caían cada vez con más intensidad sobre su ropa.
Y así comenzaron los penales. El rubio se paró unos metros por delante del arco y pateó la pelota con todas sus fuerzas, haciéndola entrar sin obstáculos al arco.
El pelirrojo miró perplejo la furia con la que el rubio había pateado y la ira con la que todavía miraba el balón dentro del arco, como si lo hubiese pateado pensando en algo que le hacía hervir la sangre.
Le lanzó el balón con la mano, preparándose para la próxima patada, imaginándose la fuerza con la que vendría. Trató de detenerla pero ésta le dobló la muñeca hacia atrás, dejándola inmóvil por unos minutos.
El menor se acercó a mirarle la muñeca.
Mello: Gah, no es nada... cambiemos posiciones ya que tu manita no puede detener los pelotazos.
Cambiaron posiciones, ya empapados. Matt se puso en frente de Mello con la pelota delante de él, y Mello bien preparado en medio de los palos del arco.
El pelirrojo tomó velocidad antes de patear y lo lanzó con todas sus fuerzas hacia el centro del arco, golpeando al menor en la cara fuertemente. Mello se tomó la nariz con ambas manos, dejando caer algunas gotas de sangre y mirando con furia a Matt.
Mello: ¡IDIOTA SE SUPONE QUE DEBE ENTRAR AL ARCO, NO DESFIGURARME LA CARA!
Matt: Lo siento, espera un segundo.
Se acercó al rubio a mirar que le pasaba, levantándole la cabeza desde el mentón. Ambos estaban bajo la lluvia, empapados, sentían frío y se seguían mojando con la lluvia.
Matt miró con los ojos entreabiertos la mirada del rubio, examinándolo centímetro por centímetro, y él al darse cuenta de la mirada sugestiva del pelirrojo alejó su rostro de él.
Mello: Creo que ya estoy bien -Se limpia la nariz con la manga- Sigamos, quiero patear de nuevo.
Matt revoleó los ojos y cambió posiciones como Mello indicaba, sabía que iba a pegarle con toda la fuerza que llegara a sus piernas en ese momento para hacerle lo mismo que él había hecho.
Tomó carrera, fijó su mirada en la cara de Matt y la lanzó con todas sus fuerzas, dejándola en el rostro del mayor. Golpeó en su estómago tirándolo al suelo, por más que quisiera no podía detener sus pelotazos, y éste lo había herido de verdad.
Le había quitado la respiración por unos segundos, pero no parecía importarle.
Mello: Ojo por ojo... diente por diente.
Matt: Entiendo... no debo... volver a golpearte... con el balón - Decía con la respiración cortada.
Mello: Así es -sonríe-
Matt: -Tomándose el estómago- Espérame unos segundos, ¿Sí?
Mello: -Le tiende la mano- Vayamos adentro.
Matt tomó sorprendido la mano de Mello, no había parecido muy misericordioso en esas tres sesiones de pelotazos, ¿Por qué le habría tendido la mano si hacía unos minutos le había destrozado el estómago con un balón?
Se quedaron debajo del techo de la galería mirando el patio, ambos empapados y secándose.
En eso bajó Roger a entregarles unos papeles, un examen de Mello de hacía dos días.
Roger: Mello, muy buen trabajo, aquí tiene el examen del martes.
Mello: Gracias Roger.
Miró el examen y su nota había sido '9.66', como casi siempre. Miró a Roger poco sorprendido y le preguntó la nota de Near.
Roger: Bueno, Near sacó 10, espero que no te moleste - Dijo con cara angustiada, sabía que eso al rubio le causaba cólera.
Mello: No Roger, gracias de nuevo, buenas tardes.
Roger se despidió de ambos y subió las escaleras. El rubio apretó fuertemente el examen, se decepcionaba cada vez más, estaba frustrado y ya estaba cansado de ello, de ser siempre segundo y estar justo debajo de Near.
Matt: Así que ese es Near.
Mello: Sí, ESE es Near, siempre es Near...
Por fin el pelirrojo había entendido el odio hacia Near. Había visto como era Mello, era impulsivo y rápido, era vengativo... si Near tenía siempre un estatus más alto que él eso lo mataría.
Mello: Near, el perfecto. Near, el mejor. Near, el sucesor de L. Near, el todo. Mello, el número dos. Mello, el que viene. Mello el envidioso.
Matt: No es envidia, te sientes frustrado, eso es todo.
El rubió miró con los ojos bien abiertos al eplirrojo que miraba hacia el patio. Era increible, habían pasado media hora juntos y había podido deducir lo que sentía. ¿Era muy obvio? Tal vez... o tal vez el pelirrojo había sentido por dentro lo que en ese momento estaba sintiendo él, muy profundo.
Mello: ... Sí, frustración. Mello, el frustrado, suena mejor.
Matt: Suena mejor que el envidioso.
Mello: Supongo... -sonríe levemente-
Matt: -Le devuelve la sonrisa- O mejor que Matt, el chico consola.
Mello: Hahaha claro, eso sí. De todos modos, puede que Near termine debajo mío, sería así como 'Mi final feliz', debo intentar más duro.
Matt: Claro... final feliz... que marica suenas.
Mello: Eres un idiota... -lo codea y se ríe-
Sus dos primeros días en la Wammy's House, ¿Hablando de un final feliz? No parecía haber ninguno por ahora, ambos estaban cansados de buscarlo, de intentar duro, no había final feliz.
Matt entró de nuevo en el departamente apagando el cigarrillo y todavía pensando en los días en la Wammy's House, como habían cambiado las cosas, habían pasado de una mansión lleno de estatuas de mármol y cuadros carísimos en las paredes a un departamente lleno de latas y cigarrillos, pero aún así seguían con el día a día.
Abrió la puerta y estaba Mello, vestido, sentado en la cama tomándose la cabeza.
Matt: ¿Qué sucede?
Mello: Nada, no es nada.
Matt: Es Near otra vez, ¿No?
Mello: Tal vez, no siento ganas de nada ahora...
Matt: -Lo abraza de la cintura-
Mello: Matt... ¿¡Qué haces!?
Matt: ¿Recuerdas cuando dijiste que encontrarías tu final feliz?
Mello: Puras pendejadas de mi estadía en la Wammy. Sí, lo recuerdo, ¿Qué pasa?
Matt: No hay final feliz después de todo, ¿No?
Mello: No, no creo que lo haya.
Matt: Genial...
Mello: ¿¡GENIAL!? ¿QUÉ TIENE DE GENIAL VIVIR SIN SENTIDO?
Matt: Que aún así cuando muramos, nuestras vidas cpbrarán algún sentido, ¿No crees?
Mello: Tal vez tengas razón, ojalá tengas razón.
Matt: Por ahora tendremos que vivir la mierda que nos queda, ¿No?
Mello: Sí -levanta la mirada- Tengo una ideas... para atrapar a Kira, ¿Sabes?
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