Wish
Frío, hacía mucho frío y Shinya siendo tan débil como era sentía sus huesos calarse por el viento. En un intento de reconfortarse y buscar más calidez, hundió más sus manos en sus bolsillos y su rostro en la bufanda que, prácticamente, le cubría la mitad del rostro.
Vísperas de navidad, esos tiempos que muy poco significaban para los nativos de su país, si no hablábamos de un sentido comercial, claro está. Sus piernas se movían dando largos pasos, mirando alrededor, las calles y veredas cubiertas de blanco por la nieve.
De pronto su cuerpo se detuvo, casi inconscientemente al notar una pareja a lo lejos. Dos jóvenes abrazándose fuertemente cobijándose mutuamente en los brazos del otro del frío. Sus miradas, la proximidad de sus cuerpos, sus manos entrelazadas. . . Shinya cerró los ojos por un instante largando un suspiro.
"Como quisiera estar así"
Pero Die solo era un estúpido al cual le gustaba tomarse todo en broma. Molestarlo era lo mejor que sabía hacer, su especialidad. Cuando de hablar con seriedad se trataba no podías contar con él, seriedad era una palabra que simplemente no encajaba con él, no estaba en su vocabulario tampoco.
Sacudió su cabeza, siguió caminando intentando ignorar lo que su pecho le gritaba con fervor por dentro.
-Es inútil- murmuró.
Aunque llegó a las cálidas paredes que eran su departamento, el calor de la calefacción parecían no confortarlo, por alguna razón su cuerpo temblaba.
"La calefacción no hace milagros" se dijo para sí mismo.
Y en esos momentos, en esos precisos minutos su cuerpo se movió rápidamente hacia el aparato que sonaba al otro lado de la sala, tirando las bolsas que sus manos sujetaban en el proceso.
-Hola- dijo con voz suave, no queriendo sonar muy desesperado, pero. . .¿a quién engañaba?
Sin embargo silencio fue la respuesta que obtuvo. ¡Era un idiota esperanzado! ¿Por qué se había ilusionado tanto? De todas formas no tenía motivo.
-¡Feliz Navidad!- una voz finalmente salió del otro lado de la línea.
Shinya contuvo la respiración por unos instantes, sonrió con lágrimas en sus ojos. Era un idiota, si que lo era. . .pero estaba feliz.
-¡Feliz Navidad Die!-
-Eh. . . me preguntaba, ¿estás solo?-
Sin darse cuenta asintió con su cabeza acostumbrado a hacer siempre lo mismo cada vez que le hacían ese tipo de preguntas que tan solo consistían en un "si" o "no" como respuesta. Riño bajito golpeándose la frente.
-Sí- contestó.
-¿Podría. . .podría ir a tu departamento entonces? Yo. . .yo también estoy solo- esto último fue dicho en un susurro por el guitarrista.
-Si, me gustaría- volvió a sonreír.
-Esperame-
Y fue entonces, al abrir la puerta, al ver la figura que se le presentaba en frente, mirar a los ojos fijamente a Die, al ser abrazado, al ser besado por éste que se olvidó de todo, su cuerpo dejó de temblar y podía sentir la calidez que necesitaba.
Después de todo, era Die a quien estaba necesitando, solo a él. . .