Máscaras
Duo no lloró, no gritó ni menos habló, por primera vez en mucho tiempo mostró quien era. A paso lento y tranquilo se dirigió al lavamanos, colocó su cabeza bajo la llave y dejó que el agua limpiara la sangre ajena de su cuerpo.
No pensaba ni le importaba nada, menos las miradas interrogantes de sus “amigos”. Solo había una que no parecía estar sorprendida de este nuevo cambio, encadenado y golpeado, el principal causante de esta posible guerra.
-desde cuando no mostrabas tu verdadera cara shinigami porque ¿así hay que llamarte verdad?- el aludido no se inmuto en lo mas mínimo mientras el reo continuaba hablándole como si no existiera nadie más en el mundo.
-por fin lo entendiste, no tenemos derecho a aspirar a esa paz de la que hablan y defienden, somos hijos de la guerra, vivimos por ella y moriremos por ella, contra eso no hay nada que podamos hacer, es tu misma amiga quien se encarga de recordárnoslo porque somos simples peones-
-eso es horrible!- la rubia ya no aguantaba las palabras de ese hombre, no había esperanza? Paz?
-dice eso porque siempre lo tuvo todo, y aunque vio mucha muerte nunca la conoció como nosotros- dirigió su mirada nuevamente a duo quien se mantenía ausente- no entiendo que sigues haciendo aquí con esta gente, que por más que lo intenten no van a entender lo que has sentido todos estos años... –dijo con una sonrisa macabra- veamos, el soldado perfecto lo adoran, quieren y admiran, son los frutos de su entrenamiento...- heero quedó sorprendido por las palabras del reo y dirigió toda su atención a duo quien se secaba el cabello tranquilamente- sigamos... el árabe es el más sensible y amigable de todos e incluso pensaste encontrar una migo en él, pero que hace él con una basura como tú, huérfano de cuerpo y alma- la sonrisa del reo aumentaba con cada palabra- - el chino tiene una obsesión por proteger a los débiles pero son ellos quienes lo hacen - los otros pilotos miraban al trenzado esperando una respuesta que no llegaría - el cirquero aun siendo menos comunicativo encontró gente que lo quería, en cambio tu... los tuviste- dijo con horrible desdén- pero ya no estan.
-ya basta- para sorpresa de todos fue wufei quien intervino.
-sabes que no puedo mentir, ellos fueron entrenados por sus familiares, científicos y que se yo, pero nosotros, oh duo nosotros fuimos entrenados por la mejor maestra de todas, nos protege de la basura de este mundo, nos acoge en sus brazos y destruye a quien se opone-
-eso es mentira, duo nos tiene a nosotros que en cualquier momento no dudaríamos en morir por él, es nuestro amigo- gritó con furia el rubio
el reo reía de una forma siniestra
–a nadie le importan los huérfanos de guerra- el encadenado desapareció todo rastro de sonrisa en un instante al ver el arma de duo apuntándole.
-¿sigues diciendo tus oraciones?-
-claro que si- esa sonrisa aparecía nuevamente
-entonces sabrás que sigo siendo tu líder hasta la muerte ¿verdad?-
-si… nunca lo olvido-
-¿dónde están las bombas?-
-¿Qué?- titubeó incrédulo a lo que oía – ¿sigues pensando en ayudarlos?-
-te lo preguntaré una vez más ¿dónde están las bombas?- dijo tranquilamente mientras cargaba su arma
-reacciona duo!-
-Said es una orden!- el reo como todos los demás quedaron sorprendidos por lo intimidante que sonaba
-4 en el puente luxor y 3 en el centro de operaciones de la ex - alianza- lo miraba petrificado
-Que esperan ahí tienen las malditas coordenadas, Trowa con Quatre en dos grupos con los soldados, los demás prepárense para otro ataque- las ordenes estaban dadas, mas ningun reaccionaba
-ya lo oyeron!- dijo Heero con extraño temblor en su voz.
Las preparaciones comenzaron pero se detuvieron al escuchar la voz del trenzado nuevamente
-no vuelvas a dirigirme la palabra así, tienes razón la guerra nos vio nacer y la muerte nos protegió en reiteradas ocasiones pero nunca he peleado por mi felicidad sino por la de los demás, ¿pensaste si quiera en eso? ¿Te diste el tiempo de averiguar de los demás? Jane esta en una familia que puede llevarla a la universidad a estudiar medicina, “el chico” es el primero de la clase e incluso taz tiene un hogar y sueños, ¿me crees capaz de quitarles eso?, de ¿crear nuevos huérfanos de guerra como nosotros? Nunca he sido tan egoísta Said-
La mirada de Said era de completa admiración con un dejo de miedo, el sabía de lo que era capaz... claro que sí.
-por eso Solo te dejó como líder, de veras lamento lo de el padre Maxwell, debió haber sido difícil- el arma que había dejado de apuntar al prisionero volvió a su frente.
-vuelve a decir algo así y te vas al otro mundo- lo único que transmitían sus palabras era un frío mortal.
-de veras lo siento pero esta guerra ya se desató, nos veremos en el infierno shinigami- se quitó las amarras tomó un arma y se disparó cayendo inerte sobre duo.
-será pronto “bro”- y sin ninguna expresión se fue a su recamara, no a dormir ni a descansar porque Morfeo no abraza al Dios de la Muerte.
-duo…- un susurro casi inaudible, mas no desapercibido por el trenzado, fue lo único que escapó de los labios de heero.
“El precio por enfardarme es caro”