Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Onisama por Chikori

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:  

Pues como varios me pidieron a gritos y lágrimas que no acabara de esta manera el fic y que además de eso los hermanitos Uchiha se reencontraran pues aquí les traigo este nuevo capitulo (que ahora si se supone que va a ser el final verdadero)

 

También la mayoría deseaba que muriera Sakura y eso va a pasar (o si, desearía que así fuera con mi cuñada... ¡no se crean! A mi me han dicho de niña que no hay que desear muerte ajena ^^U) pero vamos a darle una muerte memorable, después de todo, si por algo he tratado de hacer énfasis es en cambiar algunas actitudes de los personajes; por ejemplo Misa de Death Note no la hago tan tonta, y eso voy a hacer con Sakura, limpiarle un poco esa mala fama, después de todo en Shippuden ya no es tan inútil ^^

 

Dicen que un mismo evento es visto diferente por los ojos que lo presencien, y en esta ocasión vamos a adentrarnos a la mente de Itachi, donde veremos casi parte de la anterior historia pero vista de forma MUY diferente.

 

Vayamos con el ItaSasu que es lo que nos interesa =3!!

 

NOTA. La otra vez cometí unos errores ortográficos, pues en la historia Itachi le supera 6 años a Sasuke, ya le cambie a ese error que estaba en las notas del fic. Gomen!

 

Otro detalle; cuando Sasuke tenía 13 años me lo imaginaba como la vez en que mataron a sus padre (o sea pequeñito) a los 15/16 como el Sasuke de la primera temporada y ahora que esta grande lo hago parecer como el de Shippuden,

 

 

"¿Por que he regresado a este lugar?, ¿tanto era mi deseo por volverte a ver?, ¿qué es lo que me esta pasando? Aun a pesar de que me da miedo enfrentarme a ti estoy esperando volver esa tierna cara que me conquisto hace tanto tiempo y que he dejado de ver por más de tres años.

 

                        -----------------------------------------------------------------------------

 

Era tan solo un niño de 6 años y no entendía el valor de las cosas y mucho menos el de la vida; mamá una vez me contó que era tan travieso que en una ocasión ella me tuvo que amarrar a la escalera con las sogas, tan maloso era que acabe mordiendo las cuerdas para desatarme y ocultarme debajo de la cama y  quemar la casa con los cerillos que me encontré en ese momento; (Ch: este... mi verdadero hermano hizo eso ^^U) vaya el susto que le cause a mi madre al ver el colchón de la cama quemarse.

 

A esa edad que tenía, naciste mi pequeño hermanito, ese día llegaron nuestros padres, papá ayudando a mamá para que no cayera del cansancio y ella con un pequeño bultito el cual eras tú. Como todo niño curioso no podía evitar preguntarme un montón de cosas.

 

-mira Itachi, este es tu hermanito, se llama Sasuke.- mamá a pesar de estar tan cansada por haber estado más de dos días en labor de parto lucía una satisfactoria sonrisa.

-¿esa cosa es mi hermano?- me levantaba de puntillas para tratar de visualizarte.- esta todo arrugado y blanco, que feo es, cámbienmelo por otro.

-Itachi, todos los bebes son así, incluso cuando naciste eras igual a Sasuke.- eso me dijo papá, creo que estaba más feliz de tenerte a ti que cuando me tuvo mí.

-¿cuándo nací era tan feo como esto?

-no digas eso de tu hermanito, si es muy adorable.- en ese momento mamá se sentó sobre el sofá para descansar un poco.- ¿quieres cargarlo?

-¿querida no crees que es muy peligroso dejar que el niño cargue a un recién nacido?.- papá no me tenía confianza, después de todo, todas las travesuras que hacía empezaban a hacerle creer que era un peligro.

-no lo creo, Itachi toma.- ofreciéndome el pequeño bulto.- cárgalo un momento.

-esta bien.- tome entre mis cortos brazos aquel retoño para verlo más de cerca.- ¿con que tu eres mi hermanito eh?

 

Me dedique a revisar entre esas menuditas sabanas para verte mejor, a pesar de que tenías tus ojitos cerrados al sentir mi mano tocar tu piel agarraste con una de tus diminutas manos dos de mis dedos.

 

-¿qué hace mamá? No me quiere soltar.

-al parecer le agradas, ¿no crees que es bueno Itachi?, por fin tendrás a alguien con quien jugar.

-¡eso es muy bueno!.- te vi con brillos en los ojos de alegría, en esos momentos ya sentía la enorme necesidad de tenerte a mi lado.

 

Te presumía a todo el mundo, toda persona que se nos cruzaba en frente le presumía a mi nuevo hermanito, te llevaba a todos lados para que la gente se diera cuenta de cuanto quería a mi hermanito.

 

Y la verdad es que eras de presumir, en tan solo un año empezaste a gatear, al año y medio empezaste a hablar y a caminar. Ese día fue el recuerdo más hermoso que he tenido en toda mi vida. Papá y Mamá se encontraban en la sala y en cuanto a mí me encontraba en el suelo leyendo uno de los libros de la primaria, después de todo ya tenía 8 años; en fin que te encontrabas felizmente jugando con los juguetes que tenías a tu lado y de repente con uno de tus carritos te apoyaste para levantarte y dar tus primeros pasos. Nuestros papás estaban realmente asombrados, trataban de encontrar alguna cámara o celular para grabar el momento pero no querían moverse esperando ver con cual de los dos te ibas; los sorprendiste al tomar tu ruta.

 

-ven Sasuke con papá.- nuestro padre hasta se hacia cuclillas con el fin de que te fueras con él.

-Sasuke ven con mami.- lo mismo hacia nuestra okasa para recibir tu atención.

-... -caminabas con dificultad por el mameluco azul que llevabas puesto y no te dejaba afirmar tus pasos pero tu ya tenías decidido con quien ir.

-¿qué haces Sasuke?, ¡tienes que ir con mamá o papá no conmigo!- ya te faltaban dos pasos para llegar conmigo pero te resbalaste y estuviste a punto de caerte pero por suerte logre atraparte. Vaya que si eras demasiado lindo conmigo porque en cuanto te tuve en mis brazos me abrazaste y dijiste tus primeras palabras.

-Ita... chi... Itachi.- pronunciaste mi nombre con una enorme dulzura mientras recargabas mas tu cuerpecito a mis brazos y apretabas con tu manita mis dedos.

-al parecer eres su ídolo Itachi.- mamá se encontraba realmente feliz al ver tanta unión.

-eres un tonto, ¡Sasuke tonto!- no entendía porque tanto cariño a mí, pero en cierta manera, me encantaba saber que era tu héroe. 

 

Desde entonces seguí paseándote de costumbre presumiendo que mi hermano podía hablar y caminar; lamentablemente un día cuando tenías dos años te saque a pasear a las 7:30 AM y llevarte a mi primaria para mostrarte  a mis compañeros de clase no me di cuenta de que podía hacerte tanto daño salir de madrugada. Y al día siguiente, caíste de una grave pulmonía, una que al parecer iba a acabar con tu vida.

 

-¿cómo esta mi hijo, doctora Tsunade?- pregunto mamá bastante preocupada.

-el niño esta en un estado muy crítico, no creo que logre sobrevivir.- aquella rubia no nos daba esperanzas.

-¡¿acaso no puede hacer algo por él!?- papá estaba realmente fúrico.

-me sorprendería si sobreviviera hasta mañana, mientras tanto será mejor regresar a mi casa, si encuentro algo con que salvar a su hijo vendré de inmediato.- y así como se fue bastante angustiada la doctora dejando solamente a la familia.

-¡¡todo es tu culpa Itachi!!- me agarro de uno de los brazos con fuerza mientras más me gritaba.- ¡¡es tu culpa que Sasuke este en peligro de muerte!!

-¡papá me estas lastimando!- empezaba a llorar, apenas si había cumplido los 9 años, era tan sólo un niño que no entendía completamente la gravedad del asunto.

-¡querido déjalo!, ¡Itachi no tiene la culpa!, ¡él no quería hacerle daño a Sasuke!

-... esta bien.- me soltó.- pero si algo le llegara a pasar a Sasuke será solamente tu culpa.- con esa advertencia se despidió de mí, siempre me ha quedado grabada esa frase, como si mi solo presencia causara dolor a ti, mi hermanito.

 

Esa noche, mientras nuestros padres dormían, me escabulle dentro de tu cuarto; a penas podías respirar, estabas totalmente pálido, ni siquiera te movías. Me acerque a tu cuna y entre mis manos tome las tuyas, te apretaba fuerte como si quisiera transmitirme mi energía, pero tus manos estaban totalmente débiles al igual que tu cuerpecito. Te susurraba palabras con la esperanza de que me escucharas.

 

-aquí estoy contigo hermanito, no me voy a ir, estoy esperando a que juguemos juntos.- creo que jamás debí decirte eso, pues no cumplí mi promesa, me fui de tu lado.

 

Al día siguiente, no me había dado cuenta de que me había dormido en tu closet, talvez tenía tanto miedo de perderte que quería estar en tu cuarto para que nada grave te pasara,  eran las 8 de la mañana y nuestros padres entraron para ver como estabas, mamá empezó a llorar y papá no podía evitar hacer esa mueca de sorpresa... estabas aun vivo, y mucho mejor, respirabas con normalidad y te movías con más fluidez.

 

-¡esto es un milagro!, ¡gracias Dios por salvar a nuestro bebe!- mamá lloraba de una felicidad incontrolable.

-esto jamás hubiera sucedido sino fuera por Itachi, él tiene la culpa de que Sasuke estuviera en peligro.- papá seguía culpándome.

-¿por qué culpas tanto a nuestro hijo?- mamá siempre tendrá mi gratitud y mi lealtad, a sido de las pocas personas que me quieren como soy y que no me traicionan.

-por que... le hace daño a Sasuke estar con él.- esas palabras al parecer son las culpables de todo, el porque mi temor a acercarme a ti, mi pequeño hermanito.

 

¿Acaso tu momento de dolor era culpa mía?, ¿estar a tu lado te lastimaba tanto?, esa eran mis creencias y no podía borrarlas; cada vez que trataba de convivir contigo aquella frase resonaba dentro de mi mente; ¡maldita sean esas palabras que no me dejaron ser feliz!. Aquella vez fue la ultima ocasión en que llore, no quería de nuevo verme débil ante nuestro padre, le probaría que podía vencerlo. Mi risa también fue desvanecida, la ultima muestra de alegría fue cuando vi que te habías curado de aquella enfermedad, pero al querer alejarme de ti fue peor que cualquier otro dolor, parecía que miles de cuchillas se clavaban en todo mi cuerpo.

 

Me jure a mi mismo alejarte de mí, aunque eso me doliera en el fondo del corazón, era lo mejor si te quería sano y a salvo.

 

Pero a pesar de mis insultos, de maltratarte, de hablarte como si fueras un inútil; seguías siguiendo mis pasos, te me acercabas con la esperanza de jugar juntos pero yo huía de ti. Mi niño, ¿no ves que si estamos juntos al final acabaras sufriendo?, lo mejor es separarnos.

 

Pero el destino es caprichoso, usando jugarretas para acercarme a ti aunque no lo quisiera, como aquella vez, cuando sin darme cuenta, me acabe enamorando de ti.

 

Recuerdo perfectamente esa ocasión, a penas tenías 6 años y yo acercándome a los 13, mis impulsos de adolescente empezaban a florecer. Aquel día llamaron de tu primaria para que fuera a recogerte porque te habías lastimado el tobillo cuando la enorme puerta de la escuela te empujo y te hizo tropezar; mamá estaba trabajando al igual que papá, estaba en el turno matutino y tú en el vespertino por lo que fui el único en saber de aquel accidente. Al saber del acontecimiento fui lo más rápido posible hasta tu escuela, esperando que no hubiera sido nada grave, fue grande mi alivio al verte sentado en aquel sillón confortable con el tobillo vendado y recostado en aquel mueble para que no te doliera; hable con la directora y me dio permiso de llevarte a la casa y suspender tu día de clases. Te cargue en mi espalda y te sujetabas a mi cuello para no caer mientras mis brazos sujetaran tus piernas para que estuvieran libres de moverse; no pudiste evitar comenzar conversación para no aburrirnos de camino a casa.

 

-perdón hermano, hice que vinieras hasta acá por mí.- vi que estabas algo apenado.

-estaba tan tranquilo en casa y tenían que llamar a molestarme, ¿por qué eres tan débil y tonto?- si, era bastante duro contigo, pero toda esa rudeza era por amor a no lastimarte aun peor.

-no es mi culpa, deberían cuidar mejor esa puerta u otra persona también se va lastimar.- inflabas tus cachetes por berrinche, después de todo, eras solo un niño pequeño.

-por eso digo que eres muy debilucho.

-no todos podemos ser tan fuertes como tú Itachi.- mientras más abrazabas mi cuello, vaya, con que para ti era alguien muy fuerte.

-no me aprietes tanto que me estas ahorcando.- vaya que si era difícil contigo, pero me gustaba esa sensación de buscar seguridad conmigo.

-no te voy a soltar, pero es cierto hermano, ¡tú eres muy fuerte y quiero llegar a ser como tú!- me abrazabas la cabeza para buscar algo de cariño por parte mía.

-no me abraces pegoste o te tiro aquí.- que lindos tiempos, en serio eras tan dulce como la miel.

-no seas malo conmigo.- sin perder el tiempo, rápidamente me besaste dulcemente en mi párpado izquierdo que al sentir ese tacto cerré el ojo de ese lado.- si yo te quiero mucho.

-vas a ver llegando a casa, me babeaste tonto.- estaba totalmente rojo, ¿la razón? No lo sabía, me sentía bastante apenado al recibir gestos agradables de ti cuando te maltrataba la mayor parte del tiempo.

 

Aquel dulce gesto tuyo abatió de un solo golpe mi corazón, ese besito tan dulce me enloquecía, que daría por sentir de nuevo esos labios pero que ahora me besaran mi boca, que tus brazos apretaran mi cuerpo reteniéndolo para que no se fuera, que me susurraras un "te amo" mientras disfrutara de tu calidez; a penas me doy cuenta de eso. Pero en aquellos tiempos todos esos pensamientos se me hacían incorrectos, ¿¡como podía sentir todo eso por mi hermanito menor!?, ¡¡era un espantoso deseo pecaminoso!!, ¡¡ahora todas las noches tan solo me imaginaba teniendo tu cuerpo para deleite personal!!, ¡en serio que era un tipo asqueroso y degenerado!

 

Incluso, unos meses después, te enfermaste de gripe, tenías fiebre y no podías dormir; no pude contenerme a revisar como estabas mientras nuestros padres dormían, te vi como tratabas de cerrar los ojos y conciliar el sueño pero la enfermedad no te lo permitía; tome uno de tus juguetes que tenían melodías y la active, te gustaba mucho esa canción porque siempre te relajaba y te hacía dormir. Cuando por fin pudiste descansar no pude evitar acercarme a ti.

 

-mi amor... tan dulce... duerme ya.- te acaricie y bese aquella mejilla sonrojada, no pude contenerme a la tentación, quería mostrarte cuanto amor tenía tu hermano por ti, aunque fuera un amor enfermizo y pecaminoso.

 

Paso el tiempo, seguías tratando de estar a mi lado, pero por más que te evadiera seguías insistiendo. En cuanto conseguí trabajo en el cuartel policíaco, compre todos los videojuegos que deseara, más aun me seguías, al menos si ibas a estar conmigo te iba a poner reglas, quería que fueras alguien que realmente piensa antes de actuar y ser una honorable persona. Todo lo que te decía lo aceptabas, como si le estuvieras hablando a un rey y acataras sus ordenes. Me agradaba ver tanta curiosidad por parte tuya.

 

Unos meses antes de que cometiera aquel acto de lujuria del que estoy seguro acabaste odiándome, en la Universidad les mostré unas fotos tuyas a mis "amigos", quería ver que es lo que pensaban de ti a primera vista, si era yo solamente el que te veía con ojos de deseo y amor. Pero al parecer, para los demás también eras hermoso.

 

-tu hermano es en verdad muy lindo.- decía Kisame (Ch: solo que aquí no tiene complejo pez) sin quitarle la vista a tu foto.

-cuando me lo presentas, cuñado.- sonreía de manera cínica Deidara.

-...- yo solo los miraba con coraje y recelo.

-en serio que tu hermanito esta buenísimo.- maldito Kisame, ¡ni se te ocurra repetir eso!

-como para ponerle una mano encima.- en ese momento les arrebate tus fotografías.- ¿¡ahora que te traes Itachi!?

-no permito que hablen a si de él.- en serio que quería partirles la cara, ¿cómo se atrevían hablar a si de ti?

-tranquilo Itachi, solo era una broma, no exageres.- trataba de calmarme Kisame, pero aun así me aleje de ellos bastante eufórico.

-exagerado.- maldito Deidara, ¿¡cómo se le ocurrió decir eso!?

 

Si ya de por sí me peleaba con ellos por presentarme jovencitas de lo más ingenuas o resbalosas que trataban de congeniar conmigo; después de que me dijeron todo eso de ti los repudiaba más, ¡no permito que nadie hable a si de ti!. Pero... el punto de ese asunto es que tenía demasiados celos de que pensaran eso de ti, yo te adoraba, te amaba con todo el alma, ¡y los demás te veían como un objeto de placer!; maldita sea mi respuesta, odiaba eso de los demás y acabe haciéndolo.

 

Pero lo que nunca se me va a olvidar es la vez en que por fin cumplí con aquel deseo de poseer tu cuerpo. Era un día de los cuales por casualidad del destino no estaban nuestros padres, tenías 13 años y yo 19, esa tarde me di un baño, era verano y hacia mucho calor. Cuando entre a mi cuarto te vi sentado en la cama, que preciosa cara tenías, todo ruborizado, con brillos en los ojos y un semblante apenado.

 

-¿qué haces aquí?- a pesar de mis impulsos, siempre he podido calmarlos, por eso trataba de siempre de mostrarme frío contigo.

-quería preguntarte si querías que jugáramos un momento mientras llegan nuestros padres.- ... ¿será posible que esta es mi oportunidad?

-¿acaso no están?- cerré la puerta con seguro, no quería que luego te me fueras a escapar.

-no lo sé, no me dijeron- comencé a acercarme más a ti, Dios, desde cuanto tiempo he estado esperando este momento.

-entonces supongo que todo estará bien.- en ese instante, te empuje sobre la cama y me coloque sobre ti, la vista era espléndida  pero te veías asustado.

-¿q-qué es lo que vas a hacerme?- contestaste tembloroso, tenías miedo, tal vez ya sabias lo que quería hacerte.

 

Empecé a besarte como si el lugar en que tocaran mis labios ahora sería totalmente mío, no me contuve a ser suave contigo por lo que llegaba a ser rudo, desde hace mucho que esto deseaban mis sueños. Tu piel era un dulce manjar que jamás lo hubiera imaginado en mis más perturbados deseos, tan suave y cálida, una franquicia que solamente yo podía degustar.

 

-¡¿qué me haces nii-san!, ¡esto no me gusta!- escuchaba esos lamentos tuyos mientras una de mis manos acariciaba tu pecho.- ¡detente!

 

Me detuve un par de segundos por petición tuya, mire directamente a tus ojos lagrimosos, mi niño, no llores, ¿no ves que me haces sufrir?, a pesar de que esa mirada triste en ti luce maravillosa no me gusta que la tengas ahorita que te estoy mostrando cuanto amor he contenido por tantos años. Estoy tan cerca de tu rostro, que ganas tengo de besarte y que compartas ese beso conmigo, pero al parecer esto que estamos haciendo no te gusta, pero ni creas que me voy a detener, el destino me ha dado esta oportunidad y no pienso desaprovecharla, después de todo, aun eres muy joven y a esa edad no se sabe lo que se quiere pero no te preocupes, verás que te va a gustar (Ch: se ve bien obsesionado O///oU).

 

No me importo no haberte contestado, seguí acariciando toda esa blanca piel que estaba debajo de esa innecesaria ropa y con mis besos demostrarte cuanto me volvías loco. ¿Por qué cierras los ojos? ¿no quieres ver como tu hermano disfruta de ti?, me buscabas para estar conmigo, ahora... sigue con esa idea y no te vayas a retractar por lo que pienso hacerte.

 

Esta ropa me esta estorbando, al igual que la tuya no me deja degustar de lo que tanto quiero en ti, con agilidad te he quitado tu ropa y la mía; en serio eres más hermoso de lo que pensé, cuanto quiero que este efímero deseo no termine, al fin voy a tener todo de ti.

 

Volví a besarte y acariciarte ahora que nada se interponía entre tu y yo, esta vez abriste un poco tus ojos para ver que era lo que estaba pasando, te sonrojaste al instante en ver tu desnudo cuerpo y el mío para después voltear aquella mirada por vergüenza; apenas he comenzado y ya estas apenado, que tierno de tu parte, ahora has aceptado este dilema, verás que voy a tratarte bien.

 

Ya había marcado tu cuello, tu cara y tus hombros con mis labios, ahora tenía que hacer lo mismo con el resto de tu cuerpo. Ya has aceptado esto pequeño Sasuke, o al menos tu cuerpo, porque con cada caricia y beso que te proporciono sueltas unos deliciosos sonidos que me desquician más, una exótica melodía que despierta al más profundo de mis instintos, ni que decir de las reacciones que va mostrándome tu inexperto cuerpo, a pesar de que eres joven tu cuerpo ya esta despierto ante estas sensaciones.

 

Ya no puedo soportarlo más, estoy impaciente por poseer todo de ti. Te volteo con cuidado, me pego más a ese pequeño cuerpo tuyo, que excelente se siente, estas todo excitado a pesar de que no lo aceptas, incluso siento el palpitar de tu corazón retumbando en todas partes. Ya mi cuerpo no se mueve a mi voluntad, te he mordido el lóbulo de tu oreja derecha, echaste un pequeño grito de dolor mezclado con cierto deje de placer que al escucharlo me lleno de éxtasis. A pesar de que estaba  incomodo por ya querer adentrarme en tu cuerpo no quería lastimarte tanto.

 

-tratare de que no te duela tanto.- te bese la comisura más cercana tratando de mostrarte amor.

 

No me respondiste, seguías aferrado a cerrar tus ojos, se que me has estado gritando de que te estoy lastimando o que me detenga pero entiéndeme por favor, ¡hace tiempo que he buscado esto!, ¡déjame al menos cumplir esta fantasía!, si de verdad tanto me quieres permíteme disfrutar de esto.

 

Pero no te preocupes, como antes te lo dije, tratare de que esto no te duela tanto, por eso será mejor ir preparándote. Ya al menos algo de mi esta dentro de ti, no es mucho porque si fuera tan repentino sería demasiado doloroso para ti, pero aun así se siente tan bien, jamás creí estar viviendo esto.

 

Tu cuerpo ya esta listo para lo que se avecina, ahora probare que tú solamente serás mío.

 

¿Qué es esta sensación? Jamás la he sentido antes, no se como describirla, no me importo el sonoro grito de dolor que exclamaste, estaba embelesado por aquella inexplícita sensación, me encantaba, parecía que en cualquier momento moriría por estar experimentando este paraíso; no me contuve, termine manchándote tu interior sin darme cuenta, ahora... me pertenecías.

 

Así paso el tiempo, aquellos minutos se me hicieron tan cortos como si lo pasado hubiera sido tan solo unos segundos de gloria; lamentablemente tu no sentías lo mismo, llorabas desconsoladamente en mi almohada como si te hubiera golpeado brutalmente, ¿tanto te dolía?, perdóname, no quería lastimarte, deseaba que disfrutaras esto conmigo pero al parecer es todo lo contrario. Ya una vez vestido te di un tiempo para reflexionar la situación, seguías llorando, trate de mostrarte afecto tocando uno de tus hombros que seguían aun desnudos pero en cuanto sentiste mi tacto volteaste la cabeza hacia el otro lado, te dirigí unas palabras.

 

-será mejor que te vistas antes de que lleguen nuestros padres.- no se me ocurrió que más decir.

 

No sabía que pensar, hace unos minutos estaba lleno de gozo y ahora me sentía todo un criminal. Te he contaminado mi pequeño hermanito, si en este momento muriéramos iríamos al infierno juntos, yo por tomar a un inocente y a ti por no detener lo que te estaba haciendo.

 

Me acerque a la puerta, quería salir y al menos darte tu tiempo para vestirte, trate de ser lo más razonable contigo.

 

 -si quieres decirles a nuestros padres lo que te hice, no hay problema, entenderé tu reacción.- y salí de mi cuarto.

 

Te deje unos momentos a solas para que tomaras tu decisión, mientras yo trate de alejarme más de mi cuarto, no quería que me vieras, quería llorar pero no podía, quería gritar pero no emitía sonido alguno, ¿qué te he hecho?, soy un cobarde, un mal nacido, un desgraciado al que deberían de castigar de la peor manera existente; te he traicionado mi niño y yo que perjuraba amarte tanto... traicióname, ódiame, repúdiame, dame un castigo merecedor al pecado que he cometido.

 

Esperaba aquella tarde que en cuanto llegaran nuestros padres me delataras, veía como nuestro encuentro aun te dolía porque te costaba moverte y más aun sentarte. En cuanto lo notaron nuestros padres te preguntaron el porque tu dolor, esperaba que dijeras la verdad, pero les dijiste que te habías caído, bastante bien pude controlarme sino me hubiera auto-delatado; en serio... que corazón tan más puro tienes.

 

Así paso un año, a pesar de que aun me seguías a todas partes, la ira que sentía contra mi mismo era mucho más fuerte, quería que me despreciaras y maldicieras mi ser, por eso desde aquella ocasión seguí consumiendo de tu cuerpo y alma, ahora no por amor, si no tan solo por capricho.

 

Pero al parecer eso no funciono, malinterpretaste lo que te estaba haciendo en uno de nuestros encuentros prohibidos.

 

-¿de qué te ríes?- si te estaba obligando, ¿por qué me sonreías?

-es que... acabamos de hacer el amor.- te sonrojaste al momento.

-¿y eso que?- en serio, en todas aquellas ocasiones no mostré sentimiento alguno, ¿¡por qué me dedicabas esa dulzura!?

-que solo lo hacen aquellos que se quieren.- me sonreíste de una manera tan inocente que apenas si podía detenerme para abrazarte, besarte y jurarte amor eterno.

-"¿q-que has dicho?"- me quede callado, no sabía que decirte, tan solo sentí como instintivamente me abrazaste, mantenías ese precioso sonrojo que más de alguna sola vez me hechizo, ¿acaso en nuestros encuentros no era lo suficientemente rudo?, ¿acaso te había demostrado algún pequeño indicio de que te amaba? Aquella vez que llorabas lo había hecho de verdad por amor y ahora que tan solo era un simple capricho me estabas correspondiendo... no sabes darte cuenta de lo que realmente he tratado de expresarte, pero aun así, este dulce y cálido abrazo déjame disfrutarlo, que de seguro, no volveré a sentir esta amabilidad por parte tuya.

 

Aquella vez fue la ultima vez que abuse de tu pureza, esa no era la manera de castigarme, tenía que hallar algún otro método.

 

Un día de esos que ni siquiera quería toparme con mi padre en el cuartel de policías me fui directamente al restaurante de mala fama que se encontraba por las cercanías; varios de los amigos de nuestro padre habían hablado sobre él, era tan solo una falsa fachada para dejar en claro que ahí con lo que se negociaba era con el sucio y ya usado cuerpo de algunas de las meseras.

 

Al entrar al local todas se quedaron perplejas, escuchaba sus susurros diciendo "que chico tan guapo", "es tan sexy", "quiero que a mi me llame" e innecesarios comentarios que no me voy a tomar la molestia en recordar. Al final la que me atendió fue una jovencita de cabello rosado, ojos verdes, cuerpo nada proporcionado y de una voz de niña a pesar de que supuestamente ya tenía 20 años.

 

-¿le puedo ayudar en algo?

-en nada en lo absoluto, tome asiento, al menos quisiera que me escuchara.

-entonces lo escucho.

 

Empecé a platicarle sobre mi infancia, sobre mi padre, de la familia y un poco de la escuela. Ella tan solo callaba y escuchaba, tendrá una cara de tonta perceptible pero al menos sabe respetar a las personas. Se me escapo el tiempo a causa de la platica, juraría que tan solo me buscaba por dinero y que nada de lo que dije le habría prestado atención; pero me equivocaba.

 

-me tengo que ir.- tome mi saco y me dispuse a salir.- tal vez nos veamos de nuevo.

-hasta luego Itachi, suerte con tu padre.- al menos si se acordó de que mencione a nuestro padre.

 

Desde entonces seguí frecuentándola, incluso a veces la llevaba a un hotel, pero solamente era para dormir ahí, aunque le pagaba porque me escuchara jamás me atreví a tomar su cuerpo antes o después de estar casados; no era ella, era yo quien la única persona con la que podía compartir esos momentos de placer era solamente contigo Sasuke.

 

Sakura Haruno, como se llamaba esa chica, era mucho mejor amiga de lo que jamás hayan sido Deidara o Kisame, me escuchaba, me respetaba y lo más importante es que me hacía caso; incluso también a ella le conté sobre ti y no se atrevió a decir ese tipo de cosas sobre ti.

 

-tienes aun lindo hermanito Itachi.- viendo la foto que tengo guardada en mi cartera.- con razón lo quieres tanto.

 

También le conté sobre lo que te hice, esperaba que me regañara, que me culpará, o algo así pero no hizo nada de eso, tan solo atino a decir que esa era la única manera en que podía acabar todo aquello. Ella me confeso que habia visto y oído cosas peores, cosas que en verdad si eran de lo más bizarras. También un poco sobre ella, quedo huérfana a los 4 años por lo que quedo a cargo de una vieja libertina, ella tan solo podía ver las cosas que hacían ahí con lo que quedo bastante traumada. A los 12 años decidió escaparse de la casa de su madrastra y ahora vive en una pequeña casa cerca de su trabajo, pero como su madrastra no le pago estudios de primaria o secundaria, este oficio es de los pocos que puede conseguir. Pero esos demás detalles no te han de interesar hermanito, se que le guardas un profundo rencor, solo quería mencionarte que detrás de cada persona hay una historia detrás de ella para justificar sus acciones.

 

Un poco antes, Sakura me dio la razón más importante por la que ya deseaba salir de ese negocio.

 

-Itachi...- contesto bastante temerosa.

-¿qué pasa?

-ya no creo que nos volvamos a ver.

-¿la razón?

-estoy embarazada.- ocultaste la cabeza instantáneamente.- uno de mis clientes no se protegió y ahora me pasa esto.- ahora lloraba.- ¡soy una tonta!, ¡no quiero a este bebe!

-... -me quede unos momentos asimilando la situación, entonces se me ocurrió una idea.- ... yo seré el padre de tu hijo.

-snif, ¿qué has dicho?- bastante sorprendida.

-lo que acabas de oír, incluso me casare contigo.

-significa... ¿qué tu me amas?- en ese momento ella se enrojeció, a pesar de ese gesto, me di cuenta de que aquel rubor solamente me hacia latir más el corazón... pero cuando solamente lo tienes tú Sasuke, que en otra persona no me hace sentir nada.

-no confundas lo que te acabo de decir... no te amo, tan solo eres como una confidente.- en eso ella se dispuso a llorar más fuerte (Ch: es su especialidad -o-).- pero solo soy capaz de casarme contigo para castigarme a mí mismo por lo que le hice a mi hermanito, y así podrás tener un padre para tu niño.

-¡¡pero uno no se casa por amor!!, ¡si solo lo haces por venganza será mejor que me mate!- en ese momento, no se como fue, pero acabe dándole una bofetada.

-no seas estúpida.- de nuevo se puso a llorar pero ahora más fuerte.- te estoy dando la oportunidad de que al menos tu hijo crezca con una familia, es este el momento en que deberías de utilizarme para obtener lo que quieres.- si la iba a utilizar para auto-desquitarme, al menos que lo supiera.

-es... esta bien... acepto tu propuesta.- quitándose el rastro de lagrimas.- cada uno va a utilizar al otro para obtener lo que quiere.- lo que uno quiere... ¿y eso era realmente lo que quería? En ese momento es lo más probable.

 

Un mes antes de tu cumpleaños dimos la noticia, tuviste la fortuna de presenciar el momento en que decía "me voy a casar porque Sakura esta esperando un hijo mío", me acuerdo que te levantaste del sillón y me gritaste que era un imbécil, traidor e irresponsable y después de eso saliste huyendo a tu cuarto. Por propio reflejo me encamine a tu cuarto, no te diste cuenta de mi presencia, vi que golpeabas con furia tu almohada; aun así me anime a hablarte.

 

-sospechaba que harías algo como eso cuando lo supieras.- te conteste indiferentemente a pesar de que me estaba desmoronando por dentro.

-¿¡y que esperabas que hiciera!?, ¿¡aceptar que esa bruja se lleve a mi único hermano!?- vi como empezaban tus ojos a hacerse acuosos, en ese momento hubiera dado mi alma por abrazarte y consolarte.

-no deberías molestarte tanto, al final te dejare todos mis videojuegos, así que no me extrañaras.- pero era muy cobarde, y si quería castigarme, esta era la mejor manera; pues vi que empezabas a odiarme.

 

Al fin había conseguido mi castigo...

 

Faltaba una semana para tu cumpleaños y mejor decidí en ese momento ya vivir junto a Sakura, incluso nos casamos a escondidas porque estaba seguro que más de uno de la familia impediría la boda. Mi Sasuke, no tuve en esa ocasión el valor para despedirme de ti, preferí mejor escribirte todo lo que realmente sentía por ti en una carta, la escondí debajo de tu colchón, se que lo encontrarás. Pero a pesar de que en el momento de mi ida lo menos que quería era verte a los ojos, al avanzar la camioneta te vi ahí en la banqueta, te me quedaste mirando, me hice de nuevo el indiferente y fingí no haberte visto; cuando te deje atrás parpadeé un poco para evitar voltear a mirarte o sino nuestro padre se daría cuenta de algo.

 

Un tiempo después, ya casado legalmente con Haruno, ¡juro por mis ojeras que ya me daban ganas de matarla!, ¡no servía como ama de casa!, lo que cocinaba se le quemaba, lo que trataba de lavar se encogía o se decoloraba, cuando limpiaba la casa la dejaba más sucia de lo que estaba; incluso he pensado que las mujeres tienen un don natural para ser buenas madres... ¡pero con esta mujer no! La pobre bebe, a la que llamamos Hinata (Ch: no pude evitarlo, ¡me encanta Hinata-chan! ^^), se las veía horrible cuando su madre trataba de cambiarle los pañales. La bebita en nada se parecía a Sakura, incluso a veces pensaba que ni podía ser su hija, creo que se parecía más a mí y eso que nunca toque a Haruno.

 

Nuestros padres a veces nos visitaban, pero creo que tu si acabaste odiándome porque jamás te animaste a venir.

 

Pasaron los años, Sakura se enfermaba bastante, creía que con un simple dolorcito ella se quejaba como si fuera tan doloroso, pero no era cierto. El doctor nos dio la noticia de que ella tenía un tumor en el cerebro y que ya había crecido bastante como para extirparlo, terminaría muriendo dentro de poco.

 

A los dos años y medio de haberme ido de la casa, ella se encontraba recostada en la cama esperando su inminente muerte, me encontraba aun lado de ella mientras el doctor Kabuto trataba de atenderla lo mejor posible. Ella me tendió la mano queriendo que la agarrara, eso hice, al menos quería demostrarle un poco de amabilidad; y con sus pocas fuerzas empezó a hablarme.

 

-Itachi...

-¿si?

-dime... ¿sigues enamorado de Sasuke-kun?- a pesar de estar toda pálida me sonreía de una manera extraña, algo maternal. Aunque he de confesar que esa pregunta me extraño bastante, pero mi respuesta era clara.

-... hai.

-entonces... será mejor que vayas a verlo.- en ese momento me quede pasmado.- se que estas sufriendo por no estar con él, por eso, después de que muera, visítalo y dile la verdad.

-sabes muy bien que no puedo, este es mi castigo por...

-¿por abusar de él?, cariño, hay más maldad en este mundo que no siente remordimiento del mal que provocan; ya no te castigues y tampoco a él, después de todo, no me gustaría saber que ese chico tan guapo esta sufriendo por tu culpa.- ahora se reía coquetamente.

-serás tonta.

-si, se que soy una tonta, una llorona y cabezota que no sirve para nada (Ch: ya dijiste eh, luego no reniegues) pero no me gusta ver a las personas que me importan sufrir.

-... pero...- en serio que puedes causar sorpresas Sakura.

-y una cosa más... encárgate de mi pequeña Hinata por favor, no quiero que vague sola como su madre. Promételo por favor.- en ese momento apretó un poco más mi mano.

-... esta bien.- apreté su mano, en serio que era una amiga.

 

Un par de horas después, Sakura Haruno había muerto.

 

Aquel día en que quede viudo de nueva cuenta no llore, ni siquiera en el momento de su entierro, a pesar de que ella era mi confidente, mi amiga y esposa no había sentido tanto dolor como para dedicarle una lagrima. Desde entonces me dedique a cuidar de la pequeña Hinata quien ya tenía en ese entonces dos años.

 

Una semana después papá llego a la casa, fue en ese momento en que nos pedimos disculpas y desde entonces ya nos llevamos mejor.

 

                        -----------------------------------------------------------------------------

 

"Por eso, a una semana después de tu 19° cumpleaños, aquí me tienes de vuelta a casa. No se como vayas a reaccionar pero al menos nuestro padre ya me acepto y  nuestra madre esta feliz de mi llegada. Pero aun así, temo por la reacción que vayas a tomar en cuanto me veas pero al menos me gustaría volver a verte aunque sea por un solo instante."

 

-¿piensas quedarte a vivir hijo?- contesto la mamá mostrando una sonrisa.

-la verdad es que solo me  gustaría que cuidaran de Hinata mientras trabajo.- detrás de Itachi estaba una pequeña niña de 2 años y medio, cabello corto negro azulado, ojos muy claros que hasta parecían no tener pupilas, piel blanca y bastante tímida.

-hola Hinata-chan.- la madre le sonrió a la niña que al instante se sonrojo y oculto tras su "padre".

-h-hola.

-¿quieres ir por un helado?- le sonreía la señora a la niña.

-c-claro, si no es m-mucha molestia.

-al rato regresamos hijo.

-esta bien.

 

La señora tomo a Hinata de la mano y salieron de la casa dejando solo a Itachi. Ahí estuvo solo por unos cuantos minutos hasta que alguien entro a casa.

 

-ya llegue...-era Sasuke quien llegaba de la Universidad, aunque dejo caer su mochila al ver a su aniki sentado en el sillón.- h-hermano.

-Sasuke...- Itachi lo veía directamente a los ojos, tenía totalmente abierto sus ojos, pero aun así sabía ocultar sus verdaderos sentimientos.

-"te ves más delgado aniki,¿ acaso esa mujer ni siquiera te prepara de comer?, luces tan cansado..."

-"hermanito, te ves más grande y fuerte, incluso ya eres universitario... estoy tan orgulloso de ti"

 

El silencio reinaba en aquella sala, ninguno se animaba a hablar, tan solo se quedaban ahí frente a frente mirándose. Hasta que por fin, con algo de trabajo, Itachi se animo a hablar.

 

-veo que has cambiado.- fue lo primero que se le ocurrió decir.

-lo mismo digo de ti.- en ese agacho un poco la cabeza y se sentó en el sillón de enfrente.

 

De nueva cuenta se quedaron unos segundos en silencio, lo único que se escuchaba era el sonido del reloj contando los segundos; pero, el menor de los Uchiha si iba a aprovechar para hablar.

 

-ya he leído el sobre que dejaste bajo mi cama.- al momento de decir eso Itachi abrió más los ojos aun sorprendido, cosa que noto su hermano menor.

-¿a sí? Que bueno.- y volteo un poco la cabeza tratando de ocultar su sorpresa.

-... -en ese instante Sasuke se levanto del sofá, se dirigió a su hermano y le dio una tremenda bofetada que le dejo roja la mejilla, la cual ahora si, dejo con los ojos en blanco a su hermano mayor.- ¡dímelo a la cara idiota!- y empezaba a llorar un poco.- ¡dime que me amas con la misma intensidad en que lo escribiste!- y se desplomo en el pecho de su hermano mayor.

-... pero... yo... -mientras sentía las cálidas lagrimas que soltaba su hermanito.

-yo... ¡y-yo te quiero!

 

Al escuchar eso, Itachi abrazo con suma suavidad el cuerpo de su adorado hermanito menor, el otro le correspondía al abrazo, como si ninguno de los dos se quisiera separar del otro. En ese momento Sasuke levanto un poco la cabeza y le proporciono un beso en los labios a su hermano mayor, este al recibir aquel gesto le correspondió y además con su mano acariciaba la mejilla derecha de su hermanito quien la recibía con mucho gusto y disfrutaba del calor que le estaba proporcionando.

 

-te he estado esperando desde hace mucho tiempo.- mientras recargaba aun más su cara en la mano de su aniki.

-¿es que acaso no me odias por lo que te hice?

-como te voy a odiar si lo eres todo para mí.- cerrando sus ojos de gusto.

-... perdóname, no te he traído tu regalo de cumpleaños.- quería tener una excusa para disculparse, después de todo, no podía aun creer la situación.

-eres un tonto.- abrió un poco sus ojos para ver directamente los ojos negros de su aniki.- tenerte conmigo es lo mejor que he recibido.

 

En el instante en que de nueva cuenta Sasuke cerro sus ojos para seguir sintiendo aquella calidez, no se dio cuenta que un sello de hace años se había roto, un efímero hilo de lagrimas descendió de aquellos ojos negros que habían sido sellados desde que tenía 9 años ahora estaban liberados y podía llorar, y aunque su boca no emitía sonido alguno, aquellas pupilas que eran tan oscuras como la noche liberaban un destello hermoso de verdadera felicidad, alivio y humildad.

 

"En serio eres tan puro hermanito... me has superado."

 

Así pasaron unos cuantos minutos, Sasuke quien había llegado cansado de la universidad, ahora se encontraba recostado y durmiendo placidamente en las piernas de su hermano mayor. Mientras que Itachi con una de sus manos acariciaba la cabecita y cabellos de su hermanito mientras le proporcionaba un relajante masaje. Pero lo más hermoso es que aunque el menor estuviera dormido apretaba con su mano derecha la mano libre del mayor, como si aun fuera un pequeño niño que busca la protección de alguien más fuerte.

 

Notas finales:  

¿A poco no la historia cambia dependiendo de los ojos que lo miren?, a pesar de ser la misma historia, como la viven cada uno de los Uchiha es muuuuy diferente.

 

Waa, que mono es Itachi cuando llora ♥--♥ ¡hasta revoloteo del gusto!

 

Pues cumplí su petición de reencuentro, no se si quedo tan bueno, igual o peor que el otro capitulo, pero de que les atendí su deseo aquí esta (ya no quiero ser responsable de otra inundación de lagrimas o luego me secuestra Protección ambiental para usar el fic como fuente de agua para el lago de Chapala)

 

Aunque no se, creo que quedo un poco más cursi que el otro, pero bueno ustedes deciden. Aunque... escribi otro lemon... ¡! ¡LEMON! (ZOPAS!) @///@ [bueno, en sí es el mismo, pero narrado diferentemente, y vaya que si diferente, creo que este fue más fuerte que el otro -////- pero aun así... eeeeek!!! >////< (desangramiento nasal)]

 

Media hora y medio litro de sangre después...

 

Ejem u///u, dejen review para saber que tal quedo, sino no voy a saber si mejore o empeore ^///^U (¡changos!, me estoy volviendo paranoica con eso de los lemons, no puedo creer que ya lleve escrito dos lemons o///o).

 

¿Cuándo volveré a crear un fic que sea ItaSasu? No tengo la menor idea, hasta que llegue un día la inspiración o exista algún desafío de esta pareja en la pagina tal vez lo haga de nuevo (aunque, según mi cronología, la próxima vez habrá muerte de personaje y tragedia).

 

Esto es todo por hoy, tengo que limpiar toda la sangre que se me escapo de la nariz y que mancho el monitor ^///^U. ¡Sayonara chicos de Naruto!, espero que esta vez no hayan llorado ^o^

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).