Gaara había estado pensando toda la noche y al fin tenía una estrategia. Tras cinco cigarrillos, de esos que fumaba con tanta frecuencia cuando estaba meditando, al fin sabia la estrategia a seguir. No podía dejar que un chico tan malcriado se saliera con la suya, y menos aun después de ver con sus propios ojos que el chico tenía una personalidad tan voluble y explosiva. Volteo al reloj y vio que eran casi las tres de la mañana. Decidió que si no podía dormir, saldría a tomar aire fresco.
Bajo de su apartamente y se encamino al parque. Era el lugar a donde mas le gustaba ir por las noches. Lejos del bullicio de y de la gente que caminaba y corria por la aldea durante toda la jornada laboral.
Encendio un cigarro, últimamente no podía vivir sin fumar. En la penumbra alcanzo a distinguir una figura caminando en el sentido contrario que el iba, y sin duda, la silueta no había reparado en él. Al acercarse más, pudo apreciar que era una persona joven…no mas de quince o dieciséis años… Una figura que se le hacia imposiblemente conocida.
-Que haces tu aquí…deberías estar en casa durmiendo…Sasuke- Preguntó exhalando por la nariz el humo del cigarro que tenia en la boca.
El joven reparó en el y se paró en seco. Finalmente cruzó los brazos de la forma imponente que tenia y le espetó de la manera mas fría e indiferente que fue capaz.- Lo que yo haga aquí no es de su incumbencia…
-Tienes razón…niño- Gaara había hecho énfasis en la ultima palabra para medir a Sasuke, solo para ver que tanto creía el chico ser un adulto.
-No soy un niño, por eso puedo estar aquí a estas horas-
-Hai, hai, lo que tu digas…niño- dijo pasándolo de largo, y sentándose en la banca mas próxima para seguir fumando su cigarro. Esperaba de todo corazón que esta táctica funcionara con Sasuke, que era tan…diferente a los demás estudiantes y pacientes que había tenido. Simplemente se sentó ahí y esperó.
Sasuke estaba frio. No sabía que hacer. El insoportable tipo lo había humillado. Sentia el orgullo herido y esas ganas de demostrarle que se equivocaba. Demostrarle que el, Sasuke Uchiha, era un ser totalmente independiente, que no necesitaba la ayuda ni consejo de nadie pues el se bastaba solo y sobretodo…el era un hombre, no un niño.
-Si quieres siéntate aquí…- le sorprendió la voz de Gaara
-No- dijo de la manera más indiferente que pudo, pero su voz sonó tan insegura de lo que dijo que lo traicionó la instante. Eso sin duda sorprendió al chico Uchiha. Su voz nunca lo había traicionado. Siempre era estoico, pero con él….con ese terrible e irritante ser de cabellos escarlata. Se recompuso casi al instante y se acercó solo un par de pasos.
-No muerdo. Puedes acercarte sin miedo…además, no estoy en horario laboral, solo venía a fumar un rato…no tenemos que hablar si no quieres, solo contestame una pregunta…¿Qué hace un niño de quince años en un parque a las tres y media de la mañana un dia de escuela.
-Vine porque no podía dormir- dijo al momento que se sentaba en la banca, lo mas separado de su profesor que podía.- y estar en mi casa me duele…- dijo en un susurro inconscientemente. Cuando se dio cuenta trató de reprimirlo. Lanzó a Gaara una mirada furtiva para ver si había notado su desliz. No parecía haberlo oído, lo cual tranquilizó al pobre chico, que optó por guardar silencio.
Gaara no era ningún tonto ni u despistado, solamente sentía que hacerle caso a las palabras que el chico pronunciaba mas para si mismo que para que él escuchará, aun siendo tan pronto, únicamente lo alejaría. Sin embargo, era una de las primeras frases que el chico decía que parecían encajar con su conducta. Posiblemente no solamente fuera un adolescente con algún trauma autoinflingido… había algo más, que Gaara sabría a su tiempo.
Pasó un rato en el que los dos estuvieron sentados en esa banca sin decir nada. Gaara volteo a ver su reloj de mano. Las cuatro de la mañana…tan pronto. Se levantó de la banca. Sasuke levantó la vista y lo imitó.
-Ya es muy tarde…te llevaré a casa.-dijo más como orden que como pregunta. Sabía que posiblemente no era el golpe más atinado, y que podría presionar a Sasuke un poco más de lo debido, pero era algo que el joven soportaría.
-No gracias, se llegar solo…Doctor- respondió Sasuke irritado.
-No estoy preguntándote si quieres que te acompañe a casa, estoy diciendo que lo haré. No me parece lo más inteligente del mundo dejar marcharte solo a las cuatro de la mañana. Ahhh y llamame Gaara.
Sasuke no encontró manera de negarse. Las palabras de Gaara iban cargadas de razón. Era peligroso para un chico ir caminando solo de noche por la aldea.
Siguió a Gaara mientras este prendía el que sería el cigarro numero doce de la noche.
-¿Fumas mucho Gaara?- preguntó Sasuke con cierta curiosidad.
-Solo cuando algo me molesta o tengo que pensar.
Siguieron el camino a casa de los Uchiha en silencio. Los dos estaban demasiado fatigados como para intentar hacer conversaciones nimias y triviales.
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Un joven estaba recostado en el cofre de un auto rojo frente a la Academia. Vestia una camisa azul con los dos primeros botones abiertos, dejando ver su escultural pecho de atleta, y unos pantalones de mezclilla. Tenía lentes oscuros y cada mujer que pasaba se le quedaba viendo. Entre los hombres también causaba alboroto, pero porque el auto era uno de los más rápidos y nuevos que había. El joven esperaba algo… o mejor dicho alguien. El chico de cabello color azabache que esperaba con tanta impaciencia
-Sasuke... hoy no asisitiras a clases, ya me excuse con tus profesores por ti. Tendremos una terapia un poco…especial.
-Lo siento Gaara. No estoy interesado en ir a terapia contigo. Ademas de que hoy tengo un examen de periodo de lite…no puedo faltar.
- Lo he arreglado ya joven Uchiha… presentará su examen mañana. Le explique a la directora Tsunade la situación en la que la terapia se encuentra y aceptó.- dijo Gaara con autosuficiencia. La expresión de Sasuke no podía ser descrita por palabras comunes. Histeria, decepción por no salirse con la suya. Un respeto profundo hacia su consejero escolar a un nivel que ni se atrevería a aceptar a si mismo…ese hombre lo tenía total y completamente sorprendido.
Finalmente, después de unos momentos de concideracion, decidió que si ya lo había hecho una vez, Gaara no repararía en hacerlo una o mil veces, de acuerdo a lo necesario. Se acercó a el pese a las miradas de los curiosos.
-Está bien…pero quiero que sepas que no estoy dispuesto a volver a faltar un día a clases por hacer la estúpida terapia. Si hago esto es solo para que entiendas que no tengo ningún problema...
-Tu no estas en posición de decidir ninguna de esas cosas, pero de acuerdo. Sube al auto. Te explicaré la dinámica de hoy…
Sasuke subió sin siquiera rechistarle. Los ojos de Gaara se habían vuelto…imponentes, y por primera vez desde que tenia seis años, no se sintió capaz de rechazar una orden…
Gaara estaba dispuesto a hacer hablar a Sasuke, y de una forma u otra lo quería liberar de la carga que suponía, pero era casi una certeza, el chico llevaba cargando desde hacia mucho tiempo. Esa era la estrategia que tenía. Lo haría hablar por un método o por otro. Sabia que era por el bien del joven de pelo oscuro que le miraba suspicazmente en el asiento del copiloto.