La noche ya había caído cuando Sanji ya había acabado de enar y recoger los platos. Le dijo a Zeff que se iria a dormir, Zeff era el dueño del restaurante donde él trabajaba y además cuidaba de él desde que su madre se murió por una enfermedad. Pero, aun así, no parecía saber nada de Zoro.
Le dijo a Zeff que se iba a dormir, aunque cuando oyo la puerta de la habitación de este se fue directo al sótano. Lentamente abrio la puerta y miro la estancia, buscando a Zoro. Lo vio con la espada en la mano, la miraba con el ceño fruncido, estaba de espaldas a él. Sanji se acerco por su espalda e intento travesar su cuerpo con la mano pero.. No lo traveso.
Zoro: ¿Sanji?
Sanji: Que.. ¿Que te pasa?
Zoro: Es de noche, entonces puedes tocarme pero.. Cuando salgo a la luz de la luna vuelvo a ser lo que era.
Zoro miro a Sanji fijamente. Le cogio la mano i se la acaricio. Por fin. Hacia tantos años que deseaba tocar a ese niño.. Ese rubio, ese elegante muchacho que.. le había hecho conocer un nuevo sentimiento.. AMOR. Nunca se había enamorado antes de nadie pero.. él era tan especial.. Le acarició el cabello mientras Sanji se lo miraba, con la inocencia pintada en el único ojo visible. ¿Por que le sentaba tan bien que ese fantasma le tocara?
De golpe, Sanji sintió algo extraño. Era como un instinto animal, algo le decía que debía besar a ese fantasma. Al principio se lo tomo como una idea loca y extraña, pero a medida que iba mirando esos labios humedos, esa piel morena, esos músculos marcados.. Y esa mirada protectora, ese umbral seguro que quería acoger su alma para siempre..
Lentamente avanzo la cabeza, poniendose de puntillas para estar al mismo nivel que Zoro. Estaban a penas unos centímetros de juntar-se cuando Zoro no pudo aguantar esa terrible y dulce tortura. Apreso los labios del joven rubio en los suyos. Primero fue un beso corto tímido.. Pero la pasión fue juntando aún más a los dos jovenes.
Sanji no acababa de entender por que hacia eso pero.. Era esa extraña sensación, como si Zoro hubiera estado allí siempre protegiendolo.. Sin que él lo viera. Y esa sensación de bienestar, de seguridad.. No podía resistirse a ese ser tan bello que le atraía, Sanji, ya cansado de relaciones esporadicas, sin ton ni son.. Ahora necesitaba eso.
Zoro cogio a Sanji delicadamente por debajo la barbilla acercandolo más a él, sinetiendo ese sabor a dulce por alguna comida pero amarga por el tabaco. ¿Como podía ser ese chico tan bueno? Noto como los brazos de Sanji pasaban por su cuello.
Se tuvieron que separar por falta de aire, pues con tanto nervio y excitación era dificil respirar por la nariz. Volvieron a lo suyo y esta vez sus lenguas empezaban a luchar por entrar a la boca del otro, para ver quien podia más de los dos.
Zoro empezó a pasar las manos por debajo de la camisa de Sanji acariciandolo y disfurtando de los gemidos del muchacho que, sonrojado, había dejado de preguntarse el por que de todo y se dejaba guiar por las sensaciones que su excitado cuerpo le transmitia.
El espadachín no podía creer lo que estaba sucediendo, tanto tiempo deseandolo y de golpe.. Magistralmente empezó a desabrochar la camisa del joven cocinera el cual se dejaba hacer encantado de la vida. Sanji no quería que Zoro se pensase que era un inexperto, así que empezó a besarle el cuello sacando más de un ronco gemido al guerrero. Este tenía cada vez más dificil lo de sacar la camisa al otro, pues la concentración le empezaba a fallar con la lengua del joven recoriendole el cuello hasta la oreja y hacer tintinear los pendientes del fantasma.
No supieron bien como pero cuando se dieron cuenta estaban los dos en el suelo, sobre unas telas viejas, sin camiseta y Sanji encima de Zoro.
Sanji empezó a bajar por el torso de Zoro, marcando su paso con algunos besos y entretendiendose en las tetillas, las cuales dejo rojizas y duras mientras Zoro jadeaba con esa voz tan sexy que ponía al gemir.. Zoro cambio los ritmos y se puso él encima para besar a Sanji en el cuello e ir bajando por su blanco torso. Sanji apretaba las manos para resistir los fuertes gemidos que le veían, esa locura lo estaba poniendo a tope.
Con una de sus piernas noto la excitada entrepierna de Zoro, al cual le empezaban a molestar demasiado los pantalones. Sanji empezó a mover un poco la pierna, rozando la virilidad de Zoro, este, intentaba reprimir los vergonzosos jadeos que salian de su boca, buscando aire que respirar. Sanji volvió a ponerse encima, y despues de regalarle un beso apasionado a Zoro, y acariciandolo, empezo a tocar sus pantalones torturando a su amante, el cual deseaba por encima de todo que Sanji le quitara esos molestos pantalones.
Con mano habilidosas Sanji desabrocho tan lentamente como pudo los pantalones de Zoro este no pudo resistirlo más y le pidio a Sanji que empezara ya, este, satisfecho de que Zoro se hubiera rendido delante suyo le quito los bóxers y empezo a masajear la cargada entrepierna de Zoro. Este intentaba sacarle los pantalones a su amado. Sanji le ayudo como pudo con la otra mano, sin dejar de masajear al espadachin.
Se volvieron a besar rozando-se más, haciendo que la excitación subiera como la espuma. Zoro le enseño dos dedos a Sanji, este se los miro primero sorprendido, pero despues se animo ante la segura mirada de Zoro, y empezó a xupar los dedos del guerrero para que despues este le metiera un dedo, Sanji se intento relajar pero.. le costo lo suyo..
Por suerte Zoro se dio cuenta y beso a Sanji, haciendo que este se dejara llevar y entre más caricias y besos Zoro introduciese el segundo y el tercer dedo.
Sanji: Es bastante, vamos..- Consiguio decir Sanji entre morbosos jadeos que excitaban aún más a Zoro.
Zoro entro suavemente dentro de Sanji, pero aunque Zoro intentaba ser lo más delicado y suave con Sanji unas pequeñas lagrimas traicioneras cayeron por las mejillas de este.
Zoro: Tranquilo... Pronto no... te dolera...
Sanji solo pudo besar el espacio entre el cuello y el hombro de Zoro, esto hizo que se relajara y que Zoro pudiera empezar a embestir, primero a ritmo relajado y despues más rápido.
Gimieron y esa lucha la perdio Sanji, que cuando ya no pudo más se corrió en el vientre de Zoro, este disfruto el suave y caliente tacto de la escencia de Sanji, mientras, sin resistirse más, se corrió dentro de Sanji disfutando de sobremanera ese hecho.
Quedaron tirados en el suelo y Zoro salio de Sanji lentamente. Este le miraba fijamente, sonrojado y aún jadeando. Se abrazo al moreno torso de Zoro, quien lo abrazo por la espalda y los tapo con una de las telas, sin que nada importara entonces. Aún así..
La cabeza de Sanji estaba plantada de dudas:
¿Por que lo había hecho?