TITULO: LOS OJOS…. SON EL REFLEJO DEL ALMA....
AUTORA: KATSUYA
PAREJAS PRINCIPALES: SETO/JOEY
OTRAS PAREJAS: YAMI/YUGI, BAKURA/RYOU, MARICK/MALIK, entre otras.
SERIE: Yu-Gi-Oh!.
Aclaración: Se trata de un fic relacionado chico/chico, así que si no te gusta este tipo de cosas no leas ni entres a esta pág.Por lo demás, es un fic que contendrá argumentos muy dolorosos, que a cualquiera se le podría bajar la moral, su utilizaran palabras no solos vulgares si no que obscenas. Si padeces del corazón te recomiendo que no leas este fic.Solo para mayores de 18 años.Espero que sea de su agrado. Si por casualidad hay una historia con el mismo “nombre”, créanme que esta va ser totalmente diferente, así que no se dejen llevar por las apariencias…. Eh? xdxdxdxdxd
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Capítulo 1: Tranquilo no llores más…
La lluvia caía estrepitosamente, mientras el viento soplaba con fuerza y azotaba las frías y ahora húmedas calles de Domino City, nadie lo suficientemente sensato caminaría bajo esa terrible tormenta si valoraba su salud, pero ese no era el caso para un pequeño niño de 10 años, que sin tener conciencia alguna y sin importarle la lluvia corría rápidamente entre las solitarias aceras. Era otra mañana como todas las demás para este pequeño, una rutina que ya se había acostumbrado hacerlo a diario, este pequeño era de piel blanca como de porcelana, sus cabellos eran rubios como el oro, sus ojos eran de color miel claros, y su rostro era como la de un lindo angelito. “Tengo que darme prisa, no puedo darme el lujo de volver a llegar tarde”. -Decía el pequeño conteniendo las ganas de llorar, en lo único que pensaba era en llegar a su destino, corría a todo lo que sus piernas le daban, al fin pudo divisar el edificio a donde tenia que llegar.
Justo en ese momento cuando llegó, el sonido de una campana resonó por todo el lugar, enfrente de la entrada del edificio había una enorme placa que decía: “EPCD”[1]. Corrió en dirección a su salón de clases, todos los demás compañeros se le quedaban viendo con desprecio, muchos se alejaban de él y otros criticaban fuertemente por la condición en la que venia. Su uniforme a parte de estar todo mojado, estaba sucio de lodo, él sólo se limito a dirigirse a sentarse a su mismo pupitre, que quedaba al final en un rincón del salón, ya que nadie se sentaba a la par suya.
El maestro de clases entro al salón, todos los alumnos se pusieron de pie al ver llegar al sensei diciendo todos al mismo tiempo: “Buenos días sensei”. El maestro era un joven de 15 años, era un poco alto de estatura, su cabello era tricolor, sus ojos era de color rubí, él era un chico inteligente, pero sobre todo era muy bueno en los números, así que se dedicaba a dar clases en la Escuela para costearse sus estudios, traía puesta una camisa de vestir manga corta de botones color beige y pantalón negro muy ajustado a su cuerpo. Después de que todos se sentaron el docente alzo la mirada ya que estaba ordenando unas papeletas de calificaciones que más tarde entregaría, al alzar su mirada noto que nuevamente el pequeño niño rubio se había sentado en el mismo lugar de siempre y que además estaba empapadísimo.
Joey…. ¿otra vez ahí?
Ma… maestro Yami yo….
No termino de decir la frase ya que el docente le hizo señal con su mano de que se acercara hasta su escritorio. Él se levanto del lugar y camino al frente, siempre recibiendo el desprecio de los demás.... Una vez que se acercó al maestro éste le dijo:
Pero mírate nada más ¡como estas mojado!… no me digas que otra vez te viniste corriendo bajo esta terrible tormenta.
Yo… yo, bueno….e este
No digas nada… le dijo el maestro al rubio, Yami se dirigió a sus alumnos y dijo:
Jóvenes que sea la última vez que discriminen a su compañero de esta manera… han entendido ¬¬… dijo muy enojado.
Siiiiiiiii, contestaron todos, pero a la vez con miradas crueles al ojimelado.
La materia que daba yami era matemática, así que escribió un ejercicio en el pizarrón y luego se dirigió nuevamente a los alumnos.
Jóvenes cuando yo venga quiero este ejercicio resuelto, y que lo hagan en absoluto silencio…
Siiiiii, dijeron la mayoría con desgano.
Luego Yami salio con Joey al área de docentes…. Ah! Por cierto el ejercicio que el tricolor dejó era más o menos así:
Julia consiguió 8 estampillas el lunes y 7 el martes. De las que consiguió el martes, 3 eran repetidas. ¿Cuántas estampillas pegó en su álbum?
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En el área de docentes, el tricolor le había pasado una toalla seca a Joey para que pudiera secarse, luego Yami se dirigió a unas de las gavetas de su archivero y saco un uniforme limpio y seco.
Toma… le dijo Yami a Joey.
Gracias… le contestó con la mirada agachada.
Yami le tomo de la barbilla suavemente para que él lo pudiera ver a los ojos y le dijo:
Oye Joey tranquilo, anda puedes usar este uniforme así no enfermaras.
Joey le sonrió con sinceridad y le garro el uniforme que Yami le ofrecía.
Cuando Joey empezó a cambiarse, el tricolor mayor se percato que el niño temblaba de frió, empezó a calentar un poco de agua en una cafetera que había en el lugar y le dijo:
Joey tienes suerte de que a mi me guste la leche y no el café ^^
El rubio volvió a sonreír y unas lágrimas empezaron a salir de sus hermosos ojitos mieles.
Cuando Yami escucho el sollozo se dio la vuelta para ver al pequeño que lloraba, pero en ese momento éste se estaba quitando la camisa mojada del uniforme y pudo observar que tenia terribles marcas en sus brazos, torso y en la espalda. Yami frunció el ceño de lo molesto que estaba. Pero al ver al rubio llorar se sintió totalmente incompetente el no poder ayudarlo…. Así que solo podía consolarlo.
Lentamente se acerco a él para abrazarlo y luego en un susurro le pregunto:
Fue ese maldito desgraciado verdad?
Joey en un intento de justificarlo, le respondió a yami:
No te preocupes, no es nada… Yo tuve la culpa.
Acto seguido se puso la camisa del uniforme que Yami le había dado. Aún en sus ojitos le resbalaban unas lágrimas, Yami lo abrazo nuevamente para luego susurrarle:
Tranquilo no llores más…. Mi pequeño.
Joey se separo un poquito del abrazo de Yami y le dijo:
Eres la primera persona que me trata bien en esta vida, te preocupas por mí y no tengo nada que ofrecerte. Lo dijo con lágrimas en sus ojos.
Yami se conmovió por las palabras del ojimiel sintiendo al mismo tiempo como cu corazón le dolía al ver como ese niño a su corta edad sufría mucho.
Tienes mucho que ofrecerme Joey le dijo el tricolor. Y antes de que Joey dijera algo, éste continúo:
Escúchame Joey quiero que desde ahora en adelante confíes en mi, puedes llamarme Yami si tu quieres y verás que seremos buenos amigos. Al mismo tiempo que le decía esas palabras Yami le limpiaba el rostro con un pañuelo que él había sacado de la bolsa de atrás del pantalón.
El rubio solo se dejo abrazar y asentir con la cabeza con lo que le decía su maestro. Cuando Joey se termino de cambiar el uniforme y se tomo la leche que el tricolor le ofreció, volvieron al salón de clases y antes de entrar Yami detuvo al rubio para decirle lo siguiente:
Joey quiero que a partir de ahora te sientes junto a la par de Yugi
Yugi Moutou?.... dijo el rubio
Hai… dijo el tricolor mayor. Veras Joey que Yugi tiene cierto parecido a ti, el es un muchacho tímido, alegre, sincero y de buen corazón. Por eso sé que ustedes dos serán buenos amigos.
Arigato sensei…. Dijo el ojimiel.
Yami lo ve un poco enojado ¬¬… te dije que puedes decirme Yami, pero solo cuando estemos a solas entiendes?
…. …..
Yami dio un suspiro, y le dijo al rubio:
Mira Joey, si los otros chicos oyen que me llamas por mi nombre creerán que tengo preferencias contigo…. ¿entiendes ahora?
Hai… contesto Joey.
Bien, ahora entremos al salón.
Continuará....
[1] “Escuela Pública de Ciudad Domino”