Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias…
Reglas.
Capitulo 38
Epilogo.
Sasuke se mantuvo cerca de su sensei los últimos dos meses de embarazo, notando como poco a poco su rutina comenzaba a normalizarse y en uno de sus últimos días de trabajo, Kakashi termino desquiciando a Iruka, quien no tuvo más remedio que gritarle a un shinobi que lo veía con una sonrisa burlona que se fuera de su vista, encantado con tener de nuevo la superioridad en una discusión.
Kakashi poco después abandono esa torre, caminando bajo el sol, tratando de ignorar algunas cuantas miradas curiosas, que se preguntaban que ocurría con el ninja copia y por que parecía que estaba feliz, demasiado alegre consigo mismo.
Cuando nacieron sus mellizos tuvo que verlos, cargarlos entre sus brazos, notando que se le parecían demasiado, aunque estaba seguro que con el pasar de los años tendrían la genialidad de su sensei, su estatura y su belleza.
Kakashi estaba dormido en su cama, recuperándose de la cesaría que tuvo que realizarse para que pudiera dar a luz, con una sabana cubriendo la mitad de su rostro y una expresión de tranquilidad.
Sasuke sabía que no tenía ningún derecho, pero al mismo tiempo no pudo controlarse, por lo que beso los labios de su sensei con delicadeza, esperando que no despertara.
Tal vez lo sintió, pero le dejo salir de aquella habitación después de darle a sus mellizos el escudo de su familia, una sabana que los mantendría calientes durante la noche.
Cada año les llevaba un nuevo regalo, primero fueron unas mantas, después dos muñecos que imitaban la apariencia de su padre con la forma de una estrella, algo que le pareció gracioso, él siguiente año busco un arma de madera, un juguete que no podría dañar a nadie, pero les daría la oportunidad de encariñarse con las armas de su futura profesión, el siguiente regalo fue un pergamino que cuando se abría producía destellos de colores que al final formaban un halcón, el ultimo regalo fueron un par de serpientes, sus primeros summons, las que le informaban de su condición.
Para su quinto año de vida les llevaría un arma, esta vez con filo, un kunai que era parecido a los que compro Kakashi, pero de color rojo, con el sello de su clan marcado en la hoja.
Esperaba que algún día supieran del sharingan, de los dones de su sangre, por lo que creía que ya venía siendo tiempo de que pudieran verlo, claro que le pediría permiso a Kakashi primero.
Sí se lo negaba esperaría mucho más tiempo, hasta que alguno de sus mellizos o ambos despertaran el don de su extinto clan.
Kakashi estaba sentado en una silla, una manta lo cubría al mismo tiempo que su perro ninja lo miraba en silencio, con una apariencia resignada en uno de los brazos de sus mellizos, Bull, el enorme perro de su sensei dormía plácidamente a los pies de su otro pequeño.
Cuyos nombres aun desconocía, a los que se acerco con lentitud, rosando sus mejillas con las puntas de sus dedos depositando las cajas con los Kunais uno de cada lado, de pronto sintió que lo miraban.
Sasuke volteo con sorpresa, notando que Kakashi lo veía al mismo tiempo que se quitaba la sabana, descubriendo su uniforme abierto, del cual nunca se separaba, y un embarazo de varios meses.
— Ven…
Susurro señalando la puerta con un movimiento de su cabeza, sonriéndole con un hermoso gesto que no había visto dirigido hacia él en demasiado tiempo, deteniéndose en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
— Te estaba esperando.
Kakashi cerró la puerta con cuidado de no despertar a los dos pequeños, dejando sus regalos junto a sus almohadas, señalándole entonces la mesa, en donde había comida caliente.
— ¿Sabías que vendría?
Pregunto Sasuke, sentándose enfrente de uno de los platos, Kakashi se sentó junto al otro, quitándose su máscara, así como su Hita ate, descubriendo un hermoso rostro que poblaba sus más dulces sueños.
— ¿Por qué no trataste de evitarlo?
Sasuke dio un bocado al plato de comida sencilla y caliente que le era ofrecida, nunca había probado nada tan delicioso en su vida, pero no quería acostumbrarse a ello, Kakashi al ver que le gustaba le ofreció su plato, él no tenía demasiado apetito esa noche.
— No quiero que te vayas Sasuke y creo que tu tampoco quieres irte.
Sasuke guardo silencio por algunos instantes, mirando la forma en que Kakashi servía un poco de té, como aunque estuviera embarazado de otro hombre, le parecía muy hermoso.
— Piensas que me quedare, así sin más, cuando se que no tengo una oportunidad contigo.
Kakashi al escuchar esas palabras solo le sonrió con cierta pena, respiro hondo y se levanto, con algo de esfuerzo.
— Podríamos ser amigos y quiero hablarles sobre de ti, se preguntan porque no son rubios ni platinos, no les he dicho nada aun, porque esperaba que tu les dijeras más sobre los Uchihas, de lo que yo puedo suponer y tampoco voy a mentir.
Sasuke asintió, esta vez llevando sus manos a la mesa, hubiera preferido ser el amante de Kakashi, pero tal vez su amistad sería suficiente.
— Podría acostumbrarme a esto…
Trato de advertirle, Kakashi sentándose junto a él, colocando una llave de un departamento en la aldea, como una oferta de paz y de amistad, trato de hacerle ver que no le molestaría que lo hiciera.
— Esta es una buena vida Sasuke, Naruto y Sakura te extrañan, yo también, podrías regresar, ser un shinobi en la aldea, entrenar a tus mellizos.
Sasuke tomo la llave con cuidado de no romperla, sintiendo que algo en su pecho comenzaba a latir de nuevo, que una pequeña llama se encendía con esa muestra de perdón, esa gentileza.
— Uno de ellos se llama Itachi, el otro Obito… creo que les queda el nombre y quiero que tengan una mejor vida de la que sus antepasados tuvieron.
¿Itachi? ¿Había nombrado a uno de sus hijos como su hermano y al otro como el mejor amigo de su sensei? ¿Acaso había perdido la razón?
— Naruto y yo elegimos los nombres, espero que no te moleste mi atrevimiento.
Así que ese idiota le puso el nombre de sus antepasados, creía que les llamaría Minato o tal vez Jiraiya o algún otro nombre que significara algo para él, no como dos Uchihas, dos seres que sufrieron demasiado.
— También hicimos publico lo que paso con tu clan, les pedimos perdón cada año, ya nadie volverá a temerles ni a desconfiar del sharingan y no volverán a utilizar a ningún shinobi como si fuera solo una herramienta, el sueño de Naruto es crear esta aldea con lazos de amistad no con sacrificios.
Sasuke sintió entonces que Kakashi colocaba su mano sobre la suya, tratando de llamar su atención, notando que nuevamente lloraba, esta vez de alegría, confiando en que su futuro podría ser mucho mejor que su pasado.
— Les dije que mañana tendrían una sorpresa, espero que no me hagas quedar como un mentiroso con ellos.
Sasuke asintió, creía que era el momento de regresar a la aldea, al menos una parte de sus metas se cumplieron, tenía un hogar y un clan que proteger, aunque Kakashi no lo amara, seguía actuando como su cordura, como la funda de su espada.
— Puedes dormir aquí si quieres.
Pronuncio Kakashi, tirando de su mano con delicadeza, seguía sonriéndole al mismo tiempo que lo llevaba en dirección de un cuarto, en donde tenían una habitación de huéspedes que nunca había sido utilizada.
— ¿Naruto donde esta?
Pregunto entonces, sentándose en la cama que le era ofrecida, mirando esa habitación con sorpresa, sintiéndose casi como en su vieja casa, cuando su familia aun seguía con vida.
— El está en Suna… no se que desea Gaara esta vez, pero regresara en una semana cuando mucho, le prometí que te diría que él quería hablar contigo.
Sasuke asintió, levantándose cuando Kakashi comenzaba a darle la espalda, quería sentir la nueva vida, saber que todo eso no era una ilusión y que a la mañana siguiente no estaría solo de nuevo.
— ¿Puedo?
Kakashi asintió, permitiendo que lo tocara, preguntándose cómo se llamaría la nueva vida.
— Se llamara Kushina.
Sasuke sonrió, acercándose a Kakashi para besar su mejilla con delicadeza, esperando que el mayor se molestara con él, no que moviera la cabeza de un lado a otro con una ligera sonrisa en sus labios.
— Duerme bien Sasuke, mañana tienes una cita con dos morenos hiperactivos…
Tras decir eso, cerró la puerta detrás de él, recogió los platos y se dispuso a leer un poco antes de quedarse dormido, notando que Sasuke salía de su habitación, esta vez para observar a sus mellizos y por algunos instantes a él también.
— Tu también Kakashi…
La mañana siguiente Sasuke despertó sintiendo un par de miradas en su cuerpo, al voltearse vio a dos pequeños de cabello negro mirándolo fijamente acompañados de sus perros favoritos.
Los que le miraban con cierta sorpresa, de pronto, uno de ellos miro al otro y corrieron en dirección de la habitación de su padre, prácticamente saltando en su cama, despertándolo inmediatamente.
— ¡Hay un extraño durmiendo en la casa!
Los dos hablaron al mismo tiempo, uno jalando la mano de Kakashi, el otro mirándolo con detenimiento, tal vez creyendo que su padre lo había invitado para su cumpleaños.
— El es su sorpresa, se llama Sasuke Uchiha.
Uno de los pequeños entonces comenzó a rodearlo, al mismo tiempo que el otro, imitando un movimiento de Kakashi le observa con la postura de su sensei, quien estaba bostezando, aun medio dormido.
— Sasuke, el de la derecha es Obito, el de la izquierda es Itachi.
Sasuke se hinco observándolos fijamente, llevando sus manos a sus cabezas, acariciando su cabello, notando las similitudes, así como el color de sus ojos, ellos eran dos Uchihas que tal vez heredarían el sharingan.
— Hola.
Susurro, notando las similitudes que tenían con Kakashi de la misma forma, las que eran mucho más sutiles.
— Yo soy… yo soy… Sasuke.
Narukaka-narukaka-narukaka- narukaka-narukaka- narukaka-narukaka
Este capítulo está dedicado a Krito1389 y a todos los que piensan que Sasuke se merece un poco de felicidad.
De nuevo les agradezco sus comentarios y sus lecturas.
Así como les anuncio que habrá una nueva historia, esta vez enfocada en la pareja de Sasuke/Kakashi, tal vez Naruto/Kakashi u otra pareja que tenga a Kakashi como uke, acepto sugerencias.
Muchas, muchas gracias.
Amor Yaoi
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