Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gaining Lives por liuny

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Advertencias: ¿Ya acusé al OC de ser un maldito Gary Stu, ¿verdad? Entonces, puedes seguir leyendo.

 

Gaining Lives

Capítulo II:

Era una mañana radiante, el sol se colaba por todos los resquicios existentes, los pájaros cantaban, alegrando al no tan alegre Hospital de Princeton. En ese momento, entrando, acompañado de su ego del tamaño del mundo, con un libro en la mano, apareció el Nefrólogo Gregory House.

Llegó a su oficina como siempre hacía, y sin molestarse en preguntar que tenía que hacer para ese día, abrió el libro, para perderse en sus páginas maravillosas.

— ¡HOUSE QUE DEMONIOS ES ESTO! —Gritó Cuddy totalmente histérica irrumpiendo en la tranquilidad de su oficina. El hombre, bajó el libro un poco y observó a su jefa; estaba totalmente molesta.

— ¿Qué sucede no he hecho nada? —Preguntó a la defensiva. Sin embargo, era tan falso…

— ¡¿CÓMO QUE NO?! ¿QUÉ DEMONIOS ES TODO ESO QUE TRAJERON HACE NADA?

— ¿Um? ¿Ya llegó? —Siguió ignorando completamente el hecho de que estaba a punto de darle un infarto a la mujer.

— ¿Cuddy? ¿Eso que hay en la recepción es… umm… obra de House? —Cuestionó Wilson apareciendo de repente. Cabe decir que el oncólogo decidió salir corriendo antes de que la administradora decidiera castrarlo en la mejor de las instancias.

1

— Me calmaré, siempre y cuando tengas una justificación para todo este DESASTRE.

— La tengo…

— La oímos —Dijo Foreman sosteniendo a Cuddy, junto a Chase.

— ¿Todavía seguimos en alerta amarilla, verdad?

— En realidad pasamos a alerta naranja esta mañana, House —Le respondió Hadley, ya que Cameron trababa de lidiar con una Cuddy totalmente fuera de sí. Wilson lanzó la mirada casi sin querer hacia la puerta, por dónde aparecía un personaje que se le hacía conocido.

— ¿Está fue tu maravillosa idea? —Lanzó sin siquiera saludar, mirando el montón de papeles, libros, documentos y otros etcéteras similares colmaban la recepción del Hospital, tomando uno cualquiera.

— Hola para ti también… —Saludó sarcástico, ignorándole luego de ello—. Chicos —Llamó paternalmente a su equipo de Seis, lo cual lo tenía moderadamente feliz y hacía a la plaga de Derek Hayes tolerable en cierta medida—. Vamos a crearnos nosotros una enfermedad….

— ¿Qué? —Preguntó Foreman.

— Lo que oyes pedazo de cielo, vamos a crearnos una enfermedad. Y comenzaremos suponiendo que vino del espacio exterior… —Todo el mundo se le quedó mirando como si le hubiesen crecido tentáculos en la cara—. ¿Cool, no?

— House, ¿Qué te has metido esta vez?

— Aire… —Respondió mirando los libros y rebuscando alguna cosa que posiblemente no estaría en ningún lado—. Aire alto y frío… lo que ven aquí son todos los libros de medicina que encontré en la biblioteca y todos los registros médicos de cualquier cosa en muchos sitios.

— ¿Cómo conseguiste eso es un día? —Curioseó James Wilson, totalmente intrigado.

— Si te lo digo, tendría que matarte, Jimmy —Fue la respuesta, cargada del usual sarcasmo que llevaba su marca—. Vamos a revisar cada uno de estos documentos que contienen desde investigaciones shamanicas hasta experimentos Nazis… no me interesa cuanto tiempo lleve…, una enfermedad simplemente no aparece de la nada y se resiste a todo tratamiento existente sobre la tierra.

— Ese sí que es House —Apuntó Taub, mirando el reloj, mientras todos le miraban—. Además, son casi la una de la tarde.

— Gracias Chris has sido de Gran ayuda con ese comentario que NO AYUDA PARA NADA… ¿Qué están esperando? Foreman, Chase, Cameron, comiencen alfabéticamente… Thirteen, Kutner, Taub, servirán de Back up. Cuddy, consíguete reemplazos para Chase y Cameron, no los soltaré en un buen rato —Dijo sonándose los dedos, y comenzando a caminar apoyado en su bastón—. Showtime

— ¡Siempre y cuando no le pongas enfermedad de HOUSE! —Gritó Derek a pleno pulmón, haciendo que el hombre se detuviera y volteara.

— No tranquilo, le pondré algo más acorde como “Enfermedad del idiota que no pudo encontrar qué era hasta que llegó House”.

— Sí, definitivamente, ése es House —Finalizó Taub, comenzando a descifrar un imposible…

— Presiento que estos serán los meses más estresantes de mi vida —Hizo saber Chase.

— Será excitante… otra vez estamos en el Equipo de Diagnostico del Doctor House…

— ¿Excitante? —Preguntó el de acento presuntuoso, con incredulidad plasmada en su rostro.

— Sí, y lo mejor de todo, es que no tendremos que quedarnos luego de esto. Chase, House va a descifrar algo que no han podido ni los mejores estamentos gubernamentales. Esto, hará leyenda…

— House ya es una leyenda —Aclaró Foreman—. Y claramente eso a él, no le interesa en lo más mínimo.

— House no morirá hasta que no haya encontrado esa respuesta —Dijo Kutner un poco preocupado—. ¿Qué tan malo puede ser eso?

— ¿Para nosotros o para él?

— ¿Por cuál debería preguntar? —Todos los demás reviraron los ojos alzando los papeles para comenzar a organizarlos y leerlos. Sí, iban a hacer unos meses eternos y estresantes…

2

No iban a hacer ningún comentario que dañara el momento, pero, su mente no dejaba pasar el hecho que, House, estaba trabajando. También estaba la opción de que Cuddy lo hubiese obligado a hacer horas extras en la clínica y la única manera de escapar a eso, fuera trabajar con ellos. No había hecho ningún comentario irónico, ni nada por el estilo. Sólo se había mullido en su silla, con la mitad de los libros que se suponían tenían que leer, entre ellos seis; siete, contando con Hayes, ocho, incluyendo a House, leían invariablemente buscando nada en específico…

Cuando le habían preguntado al nefrólogo que exactamente quería que encontraran había dicho “cualquier cosa”. Había pedido que se gravaran en la mente cualquier información que careciera de aparente importancia y que cada uno revisara los documentos. Pero, no había nada que pudiera reflejar aunque, lejanamente fuera, lo que estaba ocurriendo, de tanto en tanto sus buscadores sonaban, pidiendo ayuda para algún caso en el que se les necesitara pero, sorpresivamente, House había cerrado a cal y a canto la oficina, y nadie, ni siquiera Wilson había podido interrumpir. El doctor de ojos azules había alegado que si no venía ayudar que se largara una temporada de allí.

Todos esperaban con ansias macabras los diferenciales con Hayes… por supuesto, y House en la misma habitación. Sólo habían pasado dos días en ello y aún faltaba mucho por desarrollar y aprender, muchos de los documentos allí, contenían información invaluable, parcialmente secreta que les hacía, caer en la capciosa pregunta: ¿Cómo House había conseguido todo aquello? No les había parecido prudente preguntarle al Doctor de ojos grises para evitar colocarle en una posición incómoda. Aunque, no sabían exactamente si eso es lo que iba a suceder o comenzaría a contarles una irreverente historia del pasado de House para llevar a cabo su venganza.

3

— House, quiero ir a almorzar. ¿Te molestaría terminar con sus delirios terroristas y darme la llave para abrir la oficina? Y creo que todos estarán de acuerdo conmigo aunque no lo vayan a expresar en voz alta —El aludido lo miró un rato con un gesto indescifrable en el rostro.

— No…

— Gregory… dame la llave…

— Me vuelves a llamar Gregory y me tragaré la llave y nos quedaremos aquí hasta el final de los tiempos —Todos se habían asomado para ver la interesante disertación que acababa de comenzar.

— DAME LA MALDITA LLAVE…

— ¿Y qué vas a hacer Derek? ¿Quitármela?

— Contando con que estás en clara desventaja pues sí, eso sería en principio lo que trataría de hacer.

— Súbditos —Habló haciendo referencia a los metiches que estaban espiando su intento de conversación, haciendo que todos volvieran a sus cosas rápidamente—. Saquen a este idiota de aquí…

— De verdad, House. Dame la puta llave.

— He dicho que no, y dado que por ahora, creo también ser tu jefe, devuelve tu culo a la silla y sigue leyendo, y aparte deja de molestarme a mí, con tus balbuceos incompresibles de bebé malcriado.

— Deberías mirarte a ti mismo ¿Sabes?

— No me interesa.

— Gregory, tienes dos días sin haberte movido casi de allí…

— ¿No me dijiste que había gente que se estaba muriendo?

— ¡Sí! Y no utilices mis palabras en mi contra —El equipo de diagnostico volvió a prestar atención a la confrontación.

— ¡House! ¡ABRE LA PUERTA! —Le gritó Cuddy tratándose de hacer oír por encima del vidrio que los separaba.

— ¿Qué? ¿Qué dices Cuddy? ¡No puedo oírte! ¡Lo siento! Mala señal, regresa dentro de un año…

— Que abras la puerta, House —Le transmitió irónico Hayes. El nefrólogo se levantó de allí con dificultades, ayudado de su bastón, le dolía horrores la pierna. Evitando sentirse vulnerable en frente del hombre de ojos grises que de repente cambiaría a tener una expresión preocupada en el rostro, se tomó una pastilla de vicodin y abrió la puerta con la llave que estaba escondida en el bolsillo derecho de su chaqueta.

— ¿Qué demonios crees que haces?

— ¿Salvo al mundo? —Cuestionó respondiendo lo primero que se le vino a la mente.

— Tienes a tu equipo sin comer o ir al baño desde ayer a las dos de la tarde… ¿Qué te crees?

— ¿Oh? ¿Tanto tiempo ha pasado? ¡Ups! Niños, vayan a recrearse, papi se disculpa por querer que aprenda algo… ¿Feliz, Lisa?

— Eres irremediable, House. Este no es el único caso que tienes que resolver y además tienes que hacer tus horas en la clínica, así que, deja a los demás trabajar y no me des más excusas, tengo trabajo. Chase, Cameron, se les necesita, luego podrán estar de nuevo, bajo los dominios diabólicos de House. Doctor Hayes, tiene una llamada. Dado que House —Dijo con tono de reprimenda—. Desconectó el cable de teléfono —Siguió, entrando en la oficina, mostrándole el cable—. No habíamos podido comunicarnos con usted…

— Muchísimas Gracias, Doctora Cuddy. Inmediatamente voy a contestar la llamada…

— De nada… —Una vez que el hombre hubo salido de allí—. HOUSE…

— ¿Qué? ¿Por qué estás alzando la voz? ¿No ves que estás en frente casi invadiendo mi espacio personal?

— Directo a la clínica…

— Sí, mami…

4

— ¿Dónde está House? —Preguntó Cuddy en la recepción de la Clínica.

— No lo sabemos.

— ¿No ha pasado por aquí?

— No —Le contestó la recepcionista. La doctora miró al hombre de ojos grises, luego de dar un suspiro resignado. Se lo esperaba, pero ¿Es que el hombre no se cansaba de comportarse como un niño?

— Lo sé —Fue la única respuesta que parecía, casi compasiva.

— Estoy consciente de que no conoces el hospital demasiado pero ¿Alguna idea de a dónde pueda estar?

— ¿Con James? —Lanzó casi al azar.

— Es imposible, El Doctor Wilson está actualmente con sus pacientes.

— Sí, eso me suena muy Él —La mujer negó con la cabeza, comenzando a sentir un ligera presión en ella.

5

— House… ¡largo de aquí!

— Oh, tranquilo, ustedes sigan con lo que estaban haciendo, yo sólo vengo a continuar leyendo —Les indició el nefrólogo arrastrando una silla—. Tranquilo, Doctor Wilson, si tienes que decirle a la paciente que está muriendo saldré al balcón —Soltó sarcástico, volviendo, por fin, a leer su libro.

— ¿V… voy a morir? —Preguntó con preocupación la paciente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

— No, idiota. Estoy siendo retórico…

— ¡House! —Le regañó el oncólogo—. ¡Largo!

— ¡No! —Le retó con actitud infantil volviendo a su libro.

6

Hayes y Cuddy llegaron sin demasiado percance a la oficina del Oncólogo estrella del hospital, y sin tocar ni siquiera irrumpieron dentro de ella. Un doctor, un paciente y un invitado indeseable, estaban ocupando el mismo reducido espacio.

— ¡HOUSE! —Regañó Cuddy molesta, haciendo botar a Wilson y a su paciente.

— ¿Hay alguien aquí se que llame House? —Preguntó House dejando momentáneamente su libro. El cual había cambiado, varías veces, gracias a la conexión que había con su oficina, en las últimas horas.

— No es gracioso, House. Si no tiene nada mejo que hacer que tenernos perdiendo el tiempo a todos nosotros, cuando menos comienza con los diferenciales AHORA MISMO.

— ¿Estás hablando conmigo? —Siguió el hombre de ojos azules, haciéndole la puñeta a la pobre directora del hospital—. ¿Quién eres?

— House, mientras más rápido sepas que es lo que está sucediendo, más rápido me voy a yo de aquí, ergo, no tendrás que soportarme —El nefrólogo se detuvo en seco y pareció pensárselo. El único problema es que no tenía nada que decir, aún… pero aún así, se levantó y sin dirigirse a nadie, salió por el balcón y saltó a su oficina, suponía que eso debía dar una respuesta a la orden de Cuddy.

—Te ofreceré el quíntuple de lo que te pagan actualmente si te quedas aquí —Sobornó la mujer, sin ningún reparo.

— ¿A qué viene ese ‘repentino’ arrebato? —Inquirió un poco sorprendido.

— ¿Diez veces más? —Wilson y la paciente se mirando un tanto sorprendidos.

— ¿Para controlar a House? No gracias, Cuddy, dejé de prestar ese servicio cuando me gradué de la universidad, y jamás le he ganado una a Él. House siempre consigue lo que quiere, a la hora que quiere, como él lo desee… con algunos minutos de retrasos algunas veces, pero no hay manera de batirle… Dile a James… —Ante la cara de contrariedad de la ojos verdes, éste prosiguió—. Estoy seguro que si lo amenaza con suicidarse si no es un niño bueno, House lo hará…

— ¿Cómo debo tomarme eso? —Preguntó el de cabellos chocolates.

— Como mejor te parezca —Fue la ambigua respuesta que recibió. Cuddy miró a Wilson, luego de que Hayes, fuera a tratar de comenzar con el diferencial.

— ¿Eso es cierto?

— ¿Qué? ¿Qué, que si le digo a House que me voy a suicidar amedrentará? ¿Estás loca? Me tirará de la primera azotea en la que me vea.

— No seas idiota, Wilson. El Doctor Hayes jamás le ha ganado a House.

— Ah… ha sido una carrera competitiva a través de los años…

7

— Bien —Comenzó House, dejando el bastón colgado en la pizarra y destapando el marcador negro—. ¿Qué tenemos?

— ¿Cómo hacer una película porno para tontos? —Preguntó Forman.

— Ups, lo siento. Creo que uno de mis libros se coló, accidentalmente —Hayes rió divertido, ante el comentario de House.

— ¿Además de haber aprendido acerca de películas porno?

— Hemos leído todos los registro que proporcionó el Doctor Hayes y ha sido descartada cualquier probabilidad, inclusive, las que no tuvieran nada que ver.

— Gracias, Thirteen por resaltar lo obvio. Creo que dije que nos inventaríamos una enfermedad. Tenemos síntomas que son los de una intoxicación cualquiera…

— Hasta que los órganos deciden comenzar a detenerse uno por uno…

— Gracias, Hayes —Respondió irónico—. Estaba a punto de decir eso, ¿te molestaría callarte y dejarme hablar?

— Se supone que es un diferencial… todos tenemos derecho a hablar.

— Me parecen fascinantes tus disertaciones, acerca de los derechos de los seres humanos… pero, será para otra ocasión.

— He pensado que tal vez puede ser una enfermedad que afecta a los animales y ha mutado a los humanos, pero, sólo una porción específica de la población puede ser afectada, ya que se necesitarían algunas condiciones básicas de incubación —Tomó la palabra Cameron

— Buena idea, Doctora Cameron —Le felicitó House.

— ¿De verdad? —Preguntó Chase extrañado.

— No idiota… ¿Una enfermedad no contagiosa que se pasa de los animales a los humanos?

— Me esperaba algo como eso —Soltó Foreman—. También podría ser una mutación genética…

— ¿Y cómo se supone que se dio esa mutación genérica?

— ¿Por condiciones ambientales?

— Foreman, sé que quedaste más estúpido de lo que ya eras, cuando decidiste dejar tu vida a manos de Cameron, pero ¿Qué parte de “hemos rechazado cualquier causa de cualquier cosa conocida hasta ahora”, no logramos entender? —El afroamericano cerró la boca sin encontrar nada ingenioso que decir—. Excelente —Fue a la pizarra y escribió: “Mutación Genética” —. ¿Algo más? He —Detuvo al ver que Thirteen iba a abrir la boa—. Hablando de todo ¿cómo sigue nuestra única paciente con la enfermedad X?

— Ehhh… A decir verdad, fue una falsa alarma… estaba intoxicada por uso excesivo de un perfume al cual era alérgica —Aclaró Cameron—. Ya no estamos en alerta…

— Esto me parece una situación divertida.

— ¿Qué le ves de divertida? —Preguntó Taub.

— Nada, estoy siendo retórico, ¡duh! ¿Qué ibas a decir antes de que te interrumpiera, Thirteen?

— Tal vez sea una bacteria que no entra en nuestro rango conocido. Después de todo no conocemos a ciencia cierta todo el espectro de bacterias, hongos y demás agentes infecciosos que pudieran causar una enfermedad.

— Oh sí, eso ayuda mucho, una bacteria que no conocemos y qué es imposible de analizar —Le comentó con ironía, Remy iba a apoyar con más argumentos su teoría, cuando House escribió “Nuevas Bacterias no descubiertas” —. Me gusta. ¿Qué más? Vamos, vamos, vamos, no se queden mirando las caras como memos, necesito sus mentes estúpidas con teorías estúpidas para resolver esto…

— House…

— ¿Qué tripa se te rompió ahora, Derek?

— ¿Podrías dejar de insultarlos a cada dos por tres? La idea de Cameron es perfectamente posible y si te realmente estás considerando las ideas de Remy y Foreman ¿para qué estar así? Es incómodo…

— Oh… pobrecito… sí, la idea de la Doctora Cameron es tan perfectamente posible… ¿Qué, un perro y su amo compartiendo heroína? —Habló sarcástico, volteándose de nuevo, para escribir una idea que le parecía totalmente inverosímil…

— No fui yo quién lo dijo…

— Por favor —Soltó House—. ¿Ajá? ¿Nos estancamos aquí?

— Tú no has dicho nada —Le hizo saber el Doctor de ojos Grises.

— ¿Y para qué tendría que decir algo? Soy yo quién va a hacer el diagnóstico ¿Para qué quieres saber mis ideas?

— Estamos estancados aquí, House… al menos que haya descendido Dios y te haya hablado, no podremos darte nada más que estupideces, como tú mismo las acabas de llamar… —Le enfrentó Forman. El nefrólogo decidió serenarse un poco. El estúpido de Hayes no le iba a hace nada bien a su Equipo de Diagnóstico… si él lo enfrentaba y luego llegaban los demás con lo mismo…

— House… ¿Podrías hablar? —Preguntó Derek.

— Cuándo se habla que, los órganos se apagan sin ninguna razón, aparente, es ¿Luego de una falla?

— ¿Podrías ser un poco más específico?

— ¿Hay un ACV, o un ataque al corazón? ¿Necesitas que sea más específico?

— No, simplemente se apaga, el paciente apenas si es consciente de lo que está sucediendo.

— ¿Eso quiere decir que no hay dolor?

— ¿Riley-Day Síndrome? —Soltó como impulsado por un resorte Chase.

— No hay dolor porque no hay afección, punto… el cerebro, corazón o cualquier órgano que decida apagarse deja de funcionar como si se fuera la luz de pronto —Especificó Derek.

— ¿Sus neuronas conectan correctamente?

— Sí.

— Es decir, cuando se apaga el cerebro pueden seguir hablando…

— ¿Extraño, no?

— ¡Eso es ridículo! ¡No se ha apagado el cerebro nada! —Le casi gritó, agarrando una pastilla de vicodin, volviéndose a la pizarra, y observar todo lo que había escrito hasta ahora, que había sido bastante… casi se estaba quedando sin pizarra. Sólo tres cosas nuevas se habían agregado a su desastre de diferencial consigo mismo, y ya él las había pensado… y descartado… ¿Qué podía ser aquello que acosaba aleatoriamente a los pacientes?— ¿Qué tienen en común los pacientes? —Preguntó luego de un rato.

Hayes comenzó a hablar, resumiendo de nuevo, lo que se suponía había escrito en el informe que le había dado a House hacía dos días. No llegaron a nada, el nefrólogo decidió despachar al grupo y él irse también. Estaba comenzando a sentir impotencia, Foreman tenía razón, estaban completamente entre dos paredes que no iban a ningún lugar. No debió haber ni siquiera haber abierto la carpeta, justo después que Derek le dijera que no había podido encontrar ninguna solución. Ahora su alma no tendría descanso hasta que encontrara la respuesta. ¿Se estaba volviendo masoquista? Eso tendría que ser la perfecta respuesta…, después de todo, era consciente de lo que podía lograr Hayes, de proponérselo. Especialmente el dejarle ganar, para él luego poseer un fin mayor.

— Espero que este caso no consuma tu vida —Le habló muy cerca en el oído, sonando demasiado casual para el gusto de House, y saliendo directamente de allí. Volteó, pero, en vez del ojigris estaba, ¿Wilson?

— ¿E… eso que acabo de ver?

— ¿Qué acabas de ver?

— Olvida… ¿Has encontrado algo? —Cuestionó, sentándose para esperar que el hombre hablara.

— No… ¿Has venido a hacerme miserable?

— No, que sepa yo no me llamo House. ¿Qué tan mal ha sido la obsesión esta vez?

— ¿Obsesión? — Preguntó aludiéndose, mientras tomaba una pastilla de vicodin—. ¿Te parece que estoy obsesionado?

— Hayes aparece luego de diez años de ausencia a darte un caso que nadie puede resolver ¿Y tú no te has obsesionado?

— Eso parece…

— ¿O es que acaso te has encontrado con algo más grande?

— ¿Y qué podría ser más grande que esta misteriosa enfermedad?

— ¿Algo relacionado con tu vida personal?

— No lo creo…

— Como quieras. Sólo… sólo quédate allí ¿Vale? —Fue lo último que obtuvo el nefrólogo, observando cómo se marchaba, quedando como pocas veces en un estado confuso y algo veleidoso. ¿Qué era eso que todo el mundo había comenzado a ver, excepto él? Se sentó cansado y con un gesto de vencida resignación mirando la pizarra llena de marcadores. Insistía en lo mismo, esa enfermedad, no tenía sentido…

8

— ¿Cómo está Stacy? —Preguntó una voz que hizo botar lo más disimuladamente que pudo a House. Volteó, comenzándose a sentir crispado y eso que aún no eran las dos de la tarde.

— ¿A qué viene esa pregunta?

— ¿Curiosidad? —Le devolvió con una pregunta, sin dejar de leer el libro que tenía en sus manos.

— ¿Y me esperas en mi oficina, hasta que apareciera, sólo por curiosidad?

— Tú lo harías. No veo el por qué no lo haría yo.

Felizmente Casada… —Informó con sarcasmo aunque Derek sintió un regusto amargo en esa corta frase.

— ¿Y no eras tú el único hombre que la hacía feliz?

— Creo que ya vemos que no fue así. ¿Te molestaría largarte?

— ¿Te duele hablar de Stacy? —Preguntó sugestivo, observando atentamente la reacción que tendría su homólogo. Se levantó normalmente, luego de la mirada que lo hubiese torturado y mandado más de seis pies por debajo de la tierra, de haber podido—. Por supuesto que te duele habla de ella… después de todo, no me lo diste… —Sus miradas se cruzaron. Hayes sabía que estaba advirtiéndole. Si hablaba, era una simple amenaza que olvidaría dentro de poco y seguiría con su actitud de siempre. Salió de la habitación en dónde se llevaban los diferenciales. Había entrado allí a esperar a House, con un sólo propósito… preguntarle acerca de los avances del caso. Sin embargo, su lengua le había ganado, y las cosas habían terminado de aquella manera, abrupta y molesta.

TBC

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).