capitulo 39
-¡Vaya!... -exclamó Ron saliendo a un lado de Harry- ¡el hurón y Zabinni son maricas!
Sin decir absolutamente nada, Harry se dió la vuelta y se fue de ahí.
Draco dió un paso en esa dirección pero Blaise lo tomó por un brazo diciendo:
-Draco, que no te interese lo que esos Griffindors digan, si quieres yo hablo con ellos...
-¡Suéltame! -exclamó Draco soltándose- ¡no vuelvas a molestarme!
Blaise quedó tieso al ver la reacción de Draco, quien corrió hasta la orilla de la grada para ver a lo a lo lejos, cómo desaparecía Harry en el interior del castillo seguido por Ron; todavía alcanzó a correr unos metros
antes de detenerse a vomitar; pero sus náuseas no eran asco por Blaise, sino por el cúmulo de sentimientos que se agolparon en su interior.
Despues de eso, prefirió irse a su habitación y recostarse un rato, sin embargo no logró estar mas que un par de minutos en su cama; su urgencia por hablar con Harry era más fuerte que cualquier malestar; asi
que se levantó y siendo ya casi la hora de la comida se dirigió al gran comedor, no por que tuviera hambre, sino para poder hablar con él a la primera oportunidad; pero Harry nunca llegó, lo que lo llenó de contrariedad;
lo malo de ese día es que tampoco tenían clases juntos, asi que esperó hasta la cena; lo cual tampoco sirvió puesto que Harry no apareció.
Fué hasta el día siguiente que Harry por fín salió; Draco lo miró llegar desde su mesa, lo vió platicar con sus amigos apenas unas pocas palabras, y a pesar de que en el comedor nunca se hablaban, en esa
ocasión, Draco podía sentir toda la fuerza de su indiferencia. Pensó en hablarle en cuanto sus dos pegostes lo dejáran solo, pero eso no pasó, asi que cuando llegaron las clases tuvo que dejarlo por el momento.
Como durante todo el día pasó lo mismo, decidió enviarle una lechuza; lechuza que Harry despachó en seguida quitandole la carta, pero tirandola inmediatamente en el cubo de basura sin siquiera abrirla. Fue
hasta despues de la comida, en la clase de pociones que por fín las dos casas coincidieron; Draco, contra toda costumbre, se sentó hasta atras del salón y no hasta adelante, frente al escritorio del profesor Snape como
solía hacerlo; desde ahí observó a Harry, lo vió tomar apuntes con un gesto de concentración que nunca le había visto, entonces decidió poner en prácica su plan para poder finalmente hablar con él sin que pudiera
escapar.
Harry estaba a un costado del salón, junto al armario de ingredientes; por lo que Draco se levantó sacando su varita por debajo de su manga, caminó en esa dirección, y al pasar justamente a su lado, provocó
que el caldero en el cual Harry trabajaba, se volcara manchándole la túnica.
-¿porqué demonios no tienes más cuidado, Potter?! -exclamó arrastrando las palabras- ¡mancháste mi túnica nueva!
-Potter... -exclamó el profesor Snape desde su escritorio- si tanto le gusta ensuciar las cosas, estoy seguro que tambien le gustará limpiarlas ¿verdad?... por lo tanto se quedará despues de clase a limpiar los
calderos de toda la clase al estilo muggle... por lo que todos... -dijo dirigiéndose a la clase- no limpiarán sus calderos, Potter lo hará por ustedes con mucho gusto.
Sin siquiera levantar la vista, Harry aceptó el castigo sin decir nada, por lo que Draco regresó a su lugar entre las celebraciones disimuladas de los demás Slytherin y las muecas de impotencia de los demás
Griffindor.
Cuando la clase terminó, Hermione y Ron salireon sin decir nada, mas que una palmada en el hombro en señal de apoyo; Acostumbrado a los malos tratos de Snape y no quedándole otra que tragarse su coraje,
Harry puso manos a la obra; pero apenas había tomado un caldero, cuando sintió a alguien entrar en silencio al salón.
-Harry... -dijo Draco sintiendo la garganta seca- necesito hablar contigo... -continuó ante un Harry que lo ignoraba por completo- aclararte que lo que viste, no es lo que crees.
Pero Harry no respondía, continuaba con su silenciosa labor de limpiar calderos, por lo que Draco continuó:
-Sé que todo apunta a que yo estaba haciendo algo malo, pero no... es decir, si estaba... pero... ¡rayos!... -pensó exasperado consigo mismo por dejarse dominar por los nervios y no poder explicarse como lo
había ensayado tantas veces.
-No te preocupes... dijo finalmente Harry sin dejar de hacer lo que estaba haciendo- En realidad, cuando comenzamos con esto, ese día... en la casa de los gritos... solo dijimos que nos gustábamos, en realidad
no quedamos en algo muy formal que digamos; creo por eso se sobreentiende que solo pasabamos el rato ¿no?
-¿Cómo?
-Si, -dijo Harry alzando los hombros sin dejar de tallar el caldero- ambos solo pasabamos el rato... aunque bueno, no me gusta compartir babas con alguien más, así que mejor regresa con tu amiguito en turno.
-Harry... -dijo Draco intentando ignorar el sarcasmo de Harry- el beso de Blaise no era un beso...
-¿Ah no? -exclamó Harry irónicamente.
-Bueno, si pero...
-Mira Draco... -dijo Harry con expresion de fastidio.
-¡Déjame explicarte! -estalló Draco.
-De acuerdo. -respondió Harry dejando su labor y racargándose en el escritorio cruzandose de brazos.
-Bien, -dijo Draco sintiendose nervioso- Blaise... acababa de confesarme que según él, esta enamorado de mí y bueno... como realmente nunca ibamos a llegar a nada, me... pidió un beso... nada más. -Pero
Harry no dijo nada, permaneció en silencio incomodándolo más, por lo que Draco continuó hablando- si realmente viste bien, al final yo lo separé... lo viste ¿verdad?
-Claro... -dijo Harry en la misma actitud tranquila- vi muy bien lo que pasó... vi como ladeabas la cabeza para besarlo... vi como abrias la boca para recibir su beso.
-Pero ya te expliqué porqué...
-Te vi poner las manos en sus brazos.
-Si, pero para separarlo de mí...
-¿Desde el principio del beso? -exclamó Harry alzando un aceja con ironía.
-Bueno... fue algo inconsiente... algo sin importancia, tú viste que lo separé de mí.
-Lo que ví fue que talvez te faltó el aire. -dijo Harry con rostro impasible.
-No...
-O tal vez... -interrumpió Harry- consideraste que era muy temprano para abrirte de piernas.
En otros tiempos, en otras circunstancias, y con otra persona, Draco abria aplicado un "Crucio" como mínimo, sin embargo, sólo atinó a quedarse en silencio mientras los ojos de Harry lo observaban fríamente-
a fin de cuentas... -continuó Harry descruzando los brazos y levantandose del escritorio- nunca le pusimos nombre a esto que iniciamos tú y yo, no se porque te tomas la molestia de explicarme.
-Es que no es lo que crees... -exclamó Draco en voz queda mientras le tocaba un hombro al verlo voltearse para continuar su labor de limpieza.
-¡Pero yo te ví!... -exclamó Harry dejando su actitud serena- ¡te ví levantar el rostro!... ¡lo ví acercarse a tí y tú... tú no lo rechazaste!
-¡Ya te expliqué porqué! -dijo Draco intentando tocarlo.
-¡Pues no te créo! -rugió Harry empujándo a Draco de tal forma, que éste cayó de sentón en medio de los calderos provocando un escándalo- ¡no te créo, no te créo, no te créo!
Desde el suelo, Draco comenzó a respirar más rápido para finalmente gritar:
-¡Es que no he hecho nada malo!
-¡¿Besarte con otro no es hacer nada malo?! -exclamó Harry sonriendo con ironía- ¡me encanta tu perspectiva!
-¡Estúpido Griffindor!... ¿¡cómo puedes ser tan ciego?! -dijo Draco poniendose de pie.
-¿¡Y tú cómo puedes ser tan mentiroso?!... a fin de cuentas nunca dejarás de ser un Slytherin... sobre todo un Malfoy... -dijo Harry con aire cansado- ponte en mi lugar... -continuó Harry- si yo hubiera hecho lo
mismo... ¿seguirías confiándo en mí?
-No, claro que no... -pensó Draco apretando los labios- me hubieras destrozado el corazón.
-Mira, -continuó Harry al verlo quedarse calládo- la verdad esto ya se fue al traste... ¿que te parece si hacemos como si nada hubiera pasado entre nosotros?... tú por tu lado y yo por el mío y fin del asunto.
-¿Eso quieres? -dijo Draco en voz baja.
-Eso lo decidiste tú el día de ayer. -respondió Harry.
Sin decir nada mas, Draco se dió la vuelta y salió del salón dando un portazo.