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POCION por Orseth

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Notas del capitulo:  

¡¡¡HOLA, HOLA A TODOS!!!... SIP, ANTES DE QUE ME MATEN, DEJENME  QUEJARME CON USTEDES... TAL VEZ ASI ME LIBRE DEL "CRUCIO" QUE ESTA APUNTO DE SALIR X LA PANTALLA... ^^

EH ESTADO UN POCO OCUPADILLA, PERO YA ESTOY AQUI.

 

 

CAPITULO 44

 

            Los veloces pasos de Draco se dirigieron hacia la parte baja del castillo; si había alguien que conociera bien las frías y oscuras mazmorras, ese era precisamente  un Slytherin, y habiéndose valido de  su puesto de prefecto, Draco había pasado muchas horas inspeccionando  los húmedos  y solitarios pasillos por los cuales  ahora corría lo más rápido que podía sabedor de que no encontraría a nadie; además de que estaba dirigiéndose a una sección tan olvidada que ni el mismísimo barón Sanguinario, fantasma de Slytherin se paseaba por ahí.

            Pronto llegó a unas escaleras y comenzó a bajar  sosteniéndose del barandal de piedra con una mano para mayor seguridad sacando en el camino su varita para iluminar su andar.

            -¡Lumos!  -exclamó en voz alta-  ¡lo que menos necesito ahora es romperme una pierna!

            -¡Espera Malfoy! 

            Escuchó de pronto haciéndolo detenerse para mirar hacia arriba y ver a Harry inclinado sobre la baranda con la varita en la mano iluminando su camino.

            -¿Qué te espere, Potter?... -exclamó Draco con presunción-  ¿y quién te crees que eres para esperarte?

            Harry vio incrédulo como Malfoy continuaba su carrera  provocando en él una furia explosiva al no verse obedecido.

            -¡Draco!

            -¿¡Que quieres, Potter?!  -respondió Draco con tono aparentemente  fastidiado.

            -¡Dije que te detengas!

            -¿Y quién eres tú para ordenarme algo?

            -¡Soy el que te coge, maldito imbécil!  -exclamó Harry-  ¡así que si digo  que te detienes, te detienes!

            Draco sonrió unos momentos antes de emprender su camino diciendo:

            -Vete al diablo, cara rajada.

            Harry abrió la boca sorprendido, sin embargo no alcanzó a decir nada más al ver a Draco emprender la loca carrera; no comprendía que sucedía, no había olvidado nada y aun estaba enojado con él, tampoco es que lo deseara más; no, su deseo por él era el mismo fuego que hacía hervir su sangre; lo que estaba sucediendo era que estaba perdiendo el control que tan obsesivamente había ejercido sobre si mismo respecto a Draco.

            Lo deseaba, lo deseaba tanto como aquella vez en las duchas; sentía el mismo deseo enloquecedor de hacerle el amor; el mismo deseo de romperlo y hacer suyo cada  trozo de él; deseo que siempre contenía por obvias razones, pero que por alguna extraña razón ahora no le importaba; lo único que llenaba su mente era tocar de nueva esa suave y tibia piel; era enredar otra vez sus manos en esas rubias hebras de cabello largo que tanto le fascinaba; sentía el apremiante deseo de abrazarlo con fuerza como siempre hasta romperle las costillas con tal de sentirlo mas cerca... e iba a hacerlo, pensó decidido mientras corría tras el rubio, quien habiendo bajado ya varios pisos ahora corría por un pasillo.

            Cuando Harry llegó a ese pasillo, vio a Draco de pie a unos quince metros de distancia, recargado en la pared con los brazos cruzados en actitud sumamente burlona.

            -¿Qué pasó con esa condición, Potter?  -exclamó Draco en la semi penumbra-  no me digas que ya te cansaste.

            Harry no respondió, simplemente comenzó a correr haciendo que Draco hiciera lo mismo, solo que en esta ocasión, Draco arrojaba al pasillo banca viejas, jarrones o empujaba alguna armadura oxidada, objetos que por estar abandonados estaban llenos de polvo.

            -¡Demonios!  -exclamó Harry saltándolas; en eso Draco llegó al final del pasillo encontrándose con una puerta cerrada-  hasta aquí  llegaste Malfoy.  -dijo Harry al verlo intentar abrirla.

            -¿Eso crees, cuatro ojos?  -respondió Draco dando un paso hacia atrás-  ¿y si te dijera que no necesito varita para escapar de ti?

            -¿Y si te dijera que no la necesito para atraparte?  -respondió Harry.

            Draco no dijo nada, solo se volvió hacia la puerta dándole una fuerte patada abriéndola al instante.

            -¡Con un carajo!  -exclamó Harry al sentir un golpe en la espinilla debido a un pupitre tirado que no había visto-  esta me la cobro, Malfoy...  -murmuró con los ojos llorosos antes de ver a Draco desaparecer por la puerta.

            Se levantó sobándose la espinilla y caminando llegó hasta la puerta  entre abierta, la empujó y entró al cuarto oscuro precedido por la luz de su varita; solo alcanzó a oír a lo lejos unos pasos alejándose en la oscuridad; pero esta vez, en lugar de correr comenzó a caminar mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

            -Así que quieres jugar, pequeña serpiente... -pensó mientras levantaba su varita para iluminar su camino-  siempre has sido muy escurridizo, me consta... pero así como eres bueno para escapar, yo soy bueno para perseguir...

            Mientras tanto, después de un rato, Draco se recargaba en una puerta aguzando el oído.

            -No se escucha nada... creo que lo...

            ¡¡Zas!!

            La puerta en la que estaba recargado se abrió de repente haciéndolo caer de bruces.

            -Hola Malfoy,  -exclamó un sonriente Harry-  ¿descansando en el suelo?

            -¡¿Pero cómo...?!  -pensó Draco perplejo al verse atrapado tan rápido.

            -¿Sorprendido?  -dijo Harry al verle la expresión de sorpresa-  creo que me subestimaste.

            -No Potter... -respondió Draco sin levantarse-  eres tu quien me subestima... ¡Levicorpus!

            Un desprevenido Harry se vio levantado del suelo de repente quedando de cabeza en el aire y con su varita en el suelo; hecho que aprovechó Draco para levantarse.

            -¡Eres un maldito tramposo, Malfoy!  -gritó Harry pataleando en el aire-  ¡dijiste que sin varitas!

            -Y tú me creíste ¿no?  -dijo Draco sacudiéndose la ropa y revisando la habitación en la que estaban.

            Si solo había una puerta, las posibilidades de escapar se reducían considerablemente al estar Harry flotando frente a ella, aunque claro, estaba el recurso de moverlo de lugar; entonces vio otra puerta al fondo del salón, se dirigió hacia ahí para constatar que aunque era de madera, era muy gruesa como para abrirla con una patada, así que suspiró y dijo para sí mismo:

            -Bueno... tal vez si necesito la varita para escapar. -entonces apunto a la cerradura con su varita diciendo: -alohomora;  -al abrirse la puerta se volvió hacia Harry diciendo: -Buena suerte.

            Harry no dijo nada, esta vez no estaba enojado al ver a su presa escurrírsele de las manos otra vez; más bien estaba contento, el juego del gato y el ratón comenzaba a  divertirle mucho como para molestarse por haber quedado colgado cual vil murciélago; entonces vio su varita tirada a un par de metros de distancia y con él en esa postura, recordó la escena de una película que vio estando en casa de sus tíos, oculto tras el sillón mientras su primo se atascaba de palomitas; El tipo en cuestión colgaba de cabeza con los pies atrapados en el techo de una bóveda de hielo mientras su sable de luz permanecía en el suelo congelado con un monstruo acercándose cada vez mas.

            -¿Si confío, la fuerza estará  conmigo?  -pensó riéndose al instante de lo ridículo de su ocurrencia; pero después de unos instantes arrugó el ceño pensando en cómo lograría romper el hechizo de Malfoy; comenzó a forcejear sin ningún resultado, y al cabo de unos minutos, el visualizar a Draco alejándose cada vez más, riéndose de él, hicieron que se concentrara lo más posible. Ya antes había hecho magia sin varita, pensó mientras el sudor corría por su rostro, así que liberarse del "levicorpus" no era algo imposible.

            Mientras tanto, Draco caminaba alejándose solo un poco del lugar.

            -Seguro que se libera...  -pensó mientras se sentaba en un escalón de piedra-  no por nada es el niño que vivió.

            Después de quince minutos de silenciosa espera, escuchó el ruido seco de algo al caer, y supuso poniéndose de pie, que finalmente Harry se había liberado; caminó hasta la puerta esperando verlo salir, pero al cabo de unos minutos sin que nada sucediera, pensó:

            -Si voy, estará esperándome... no soy  tan tonto.  -Así que se dio la vuelta y salió del salón alejándose, pero a tan solo de haber dado tres pasos se detuvo pensando: -¿y si se lastimó?... ¡rayos!... -y dando una patada en el suelo por la contrariedad, se dio la vuelta para ir a ver; pero el dar un paso, se estrelló de cara con algo que no estaba ahí hacía tan solo unos segundos; perplejo levantó el rostro para encontrarse con...

            -Hola Draco.  -saludó un sonriente Harry.

            Draco abrió la boca por la impresión e intentó darse la vuelta, pero las fuertes manos de Harry lo pescaron de las solapas de su túnica y fue empujado hacia atrás con tal fuerza que tuvo que sujetarse de las muñecas de Harry para no caer provocando que su varita escapara de su mano.

            -¡Uff!...  -se quejó al impactarse con fuerza en la pared.

            -¿Pensabas que ese simple hechizo me iba a detener?  -preguntó Harry a escasos centímetros de su rostro- ¿Qué fue lo que me hiciste, Draco?... -preguntó al verlo guardar silencio-  ¿un filtro de amor?

            -No soy tan patético como para hacer algo así, Potter.  -Respondió Draco sin soltarle las muñecas, mas por reflejo que por otra cosa.

            -¿Entonces?...  -insistió Harry taladrándolo con la mirada-  ¿me responderás o prefieres que te saque la respuesta a punta de bofetadas?  -dijo Harry ante el silencio de Draco.

            -De acuerdo, de acuerdo...  -respondió el rubio Slytherin sabedor de que Harry merecía una respuesta-  Si... hice una poción.

            -Y decías que no... -respondió Harry presionándolo más por las solapas.

            -Pero no es un filtro de amor... -añadió Draco arrugando el ceño ante la presión de su pecho.

            -¿Entonces qué es?

            -Si me estrangulas, no podrás saberlo Potter...

            -De acuerdo,  -dijo Harry aflojando un poco el agarre-  habla.

            -Bueno...  -comenzó Draco a explicar-  para empezar, la poción que hice nada tiene que ver con el amor... esta poción afecta los lóbulos prefrontales del cerebro, específicamente la región frontobasal... eee ¿seguro quieres que continúe?... o prefieres que te lo explique con manzanas... -exclamó Draco sarcástico al ver el desconcierto de Harry, recibiendo al momento una fuerte bofetada que le volteó el rostro; inmediatamente soltó una de las muñecas de Harry para llevársela a la ardiente mejilla.

            -No te pases de listo, Malfoy... -exclamó Harry-  no soy estúpido, así que termina tu explicación.

            -Bien... -respondió Draco mirándolo fijamente-  los lóbulos prefrontales son el sustrato que nos permiten dirigir nuestra conducta hacia un fin, y comprenden la atención, planificación, secuenciación y reorientación...

            -En otras palabras... -interrumpió Harry.

            -En otras palabras, los lóbulos prefrontales están muy implicados en los componentes motivacionales y conductuales de una persona... como el control del impulso y el comportamiento social y sexual.

            -Termina de explicar de una buena vez lo que me hiciste.

            -El lado frontal orbital puede introducir un comportamiento sexual anormal... aunque bueno, digamos que muy normal tampoco eres ¿eh?  -exclamó Draco irónico para recibir al instante otra bofetada.

            -Sigue haciéndote el gracioso, Malfoy... continua tu explicación,  -Draco había cerrado los ojos mientras se sobaba la mejilla; nunca imaginó que Harry pudiese tener la mano tan pesada- ¿y bien?

            -Yo... yo te provoqué un síndrome pseudosicopático...

            -¿Y qué demonios es eso?

            -De acuerdo... para que me entiendas mejor... un síndrome desinhibidor.

            -¿Y que provoca?

            -Ese síndrome se caracteriza por la dificultad para reducir la velocidad de ciertas conductas... como la pérdida de autocrítica, conducta sexual inapropiada, indiferencia por los demás y... desinhibición o promiscuidad sexual... básicamente te provoque una lesión temporal en la región frontobasal.

            Después de esa vasta explicación, Harry ya no dijo nada, solo miró sin ver un punto lejano sobre la cabeza de Draco, y después de guardar silencio por un par de minutos, se inclinó hacia Draco murmurando cerca de su oreja:

            -¿Eso significa que puedo hacerte lo que yo quiera sin ningún tipo de remordimiento, Draco?

            -Dime una cosa, Potter... -respondió Draco-  ¿te sientes mal por haberme pegado ya dos veces?  -Como respuesta Harry lo miró a los ojos mientras sonreía maliciosamente-  ahí lo tienes,  -dijo Draco-  lo único que hice fue quitarte el estúpido candado moral para hacerme lo que siempre has deseado.

            Harry no dijo nada, a decir verdad se sentía maravillosamente bien; sus deseos más perversos estaban aflorando en él sin sentir la más mínima vergüenza, remordimiento o complejo; fue entonces que Draco levantó el rostro y lo observó detenidamente; vio como un casi imperceptible brillo aparecía en los ojos verdes; miró el rostro del Griffindor y le pareció más Slytherin que nunca... y eso lo excitó.

            -¿Y bien, Potter?... -dijo Draco arrastrando las palabras-  ¿ahora si te sientes capaz de domarme?

Notas finales: BESITOS!!!!!

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