CAPITULO 53
Cuando Sirius escucho el nombre de Draco, sintió como si le hubieran dado un golpe en la cabeza; no había la más mínima posibilidad de que Harry estuviese bromeando; por lo que solo atinó a abrir la boca sin que ninguna palabra saliera de ella.
-Tienes razón... dijo Harry mirándolo- no es una broma.
-Yo... -balbuceo Sirius.
-Te parece terrible... ¿verdad?.. -Dijo Harry sonriendo triste- sé que lo que debes pensar...
-Yo... quiero un té... -dijo Sirius poniéndose de pie y saliendo de la habitación.
Pero Sirius no fue a la cocina, sino a la pequeña sala, en donde se dejó caer como fardo en un sofá manteniendo la vista fija al frente.
-Harry... ¿con un chico?... -pensó todavía incrédulo- más aún... ¡¿con Malfoy?!... esto es una maldita broma... -pensó sonriendo mientras movía la cabeza de un lado a otro al tiempo que se ponía de pie- creo que oí mal... -dijo empezando a caminar de un lado a otro mesándose la incipiente barba- sí, eso debe ser... entendí mal...
Su muchacho... su ahijado, el hijo de James... ¿enamorado de un chico?...
-Tal vez debí hablar con él de sexo... -pensó sin dejar de caminar de un lado a otro- pero es que yo... bueno, no pensé que fuera necesario... Harry enamorado de un muchacho... ¡y por Merlín, no cualquier muchacho!... ¿tal vez si hablo con él y le hago ver que solo está confundido?... sí, eso ha de ser... como no tuvo con quien hablar de esas cosas, tiene la cabeza revuelta... -En eso, el sonido de una puerta al cerrarse, le indicó que Harry había ido a la habitación que tenia para él cuando iba a Grimauld Place- Va a dormir aquí... -pensó deteniendo su loco andar- bien, eso me da la oportunidad de hablar con él... pero antes debo tranquilizarme.
Así que ahora si fue a la cocina para prepararse un té y calmar sus nervios; y media hora después, sintiéndose lo suficientemente envalentonado, subió las escaleras directo a la habitación de Harry.
Pensó en tocar, pero decidió entrar sin pedir permiso para no recibir una negativa; pero encontró la habitación en semi penumbras, alumbrada solo por la escasa luz de un farol de la calle colándose por las cortinas, alcanzando a ver que Harry ya estaba acostado dándole la espalda; iba retirarse cuando alcanzó a oír algo, un suave murmullo; así que se volvió y miró a Harry, quien cubierto por las sabanas hasta la cabeza, se estremecía en silenciosos sollozos.
Sirius se quedó clavado en el piso mirándolo solamente, por lo que saliendo de su impresión, decidió salir de ahí para dirigirse a su propia habitación en la cual entró quedándose de pie a medio cuarto, diciendo en voz baja:
-No puedo... no puedo decirle que está mal... por Merlín... -exclamó suspirando dirigiéndose a la silla en la cual se había sentado Harry frente a la ventana; nunca había visto a su ahijado llorar, ni siquiera cuando pasó lo de Voldemort dejó que lo vieran en un estado tan vulnerable, y esta vez... Tal vez Harry no era tan perfecto como todos pensaban, y no era porque su actuar estuviese mal, sino porque demostraba que era tan humano como todos- creo que hasta a mí se me olvidó... -pensó Sirius inclinando la cabeza avergonzado de si mismo; Harry llorando como si hubiese hecho algo malo, su único error fue, tal vez, no haber confiado plenamente en quien amaba, pero nada más; ¿cómo podía insinuarle siquiera que sus preferencias estaban mal, o que estaba confundido, cuando el mismo Harry ya había procesado y asumido esa condición?... ¿con que derecho iba ahora él a decirle que eso no estaba bien?...
Harry... "su" Harry tenía preferencia por los chicos, de acuerdo, le gustase o no tendría que hacerse a la idea, y lo segundo... tenía preferencia por un chico en particular... Draco Malfoy, -como si lo primero no fuera suficiente... -pensó sonriendo con ironía.
Pero había algo que además le preocupaba... ¿Malfoy enamorado de Harry?...
-Como si los Malfoy tuvieran corazón... -pensó suspirando mientras se recargaba en el alfeizar de la ventana. Sin embargo Harry estaba tan seguro... su manera de hablar... tan apasionada, tan segura... tanto que le hacían dudar de sus convicciones- A fin de cuentas... -pensó viendo las estrellas desaparecer en el cielo- Malfoy también es solo un niño, igual que Harry... ambos víctimas de la guerra, ambos con su propio mundo y sus propios deseos y sueños... sueños ajenos a los que todos depositan en ellos... Pero... -pensó desalentado mientras salía de nuevo de la habitación- el apellido Malfoy es sinónimo de problemas.
Cuando Harry se despertó, ni siquiera se molestó en saber la hora; lo que hizo fue darse la vuelta y volverse a dormir; hasta que fue despertado por Sirius.
-Vamos Harry, -dijo sacudiéndole un pie- ya son las siete de la noche, te la has pasado todo el día en cama... te saldrán raíces.
-mmm... -gimió Harry cubriéndose la cabeza.
-¿Acaso no tienes hambre?... ¿pretendes morir de inanición, acaso?
-Déjame en paz. -Gruñó Harry haciéndose un ovillo.
-Vamos, Harry... -insistió Sirius sentándose en la cama- anímate...
-Tengo sueño... -murmuró Harry dando por terminada la conversación.
-Claro que tienes sueño... -respondió Sirius sin darse por vencido- solo quieres dormir porque estas deprimido; pero te aseguro que el pastel de pollo que acabo de preparar, le levantan el animo a cualquiera.
-¡Quiero dormir!... -exclamó Harry descubriéndose la cabeza y fulminándolo con la mirada y volviendo a acostarse.
-Si acaso crees... -dijo Sirius levantándose y jalándole las mantas- que dejare que te conviertas en un hongo y vegetes ahí toda tu vida... estas completamente equivocado.
-¡Déjame en paz!... -gritó Harry aferrándose a las mantas- ¡solo quiero dormir!... ¿¡acaso es mucho pedir?!
-Si, -respondió Sirius arrancándole las mantas pese a sus esfuerzos- cuando estoy seguro de que tengo a un chico por ahijado y no a una zanahoria.
-¡Aquí no se puede estar en paz, me voy!... -dijo Harry saltando de la cama y dirigiéndose descalzo a las escaleras, mismas que bajó a toda prisa mientras era seguido por Sirius, quien adelantándose, tomó primero el frasco de polvos flu- ¡dame eso! -exigió Harry furioso.
-No lo hare. -Respondió Sirius tranquilamente.
-¡Sirius!
-Estás muy enojado... -respondió Sirius jugando con el frasco entre sus manos.
-¡Pues claro, sino me das ese maldito frasco, como quieres que esté!
-Estas enojado, si... pero no conmigo. -Respondió Sirius sentándose en el sofá ante la exasperación de Harry.
-No estoy para tus ridículas terapias, Sirius... quiero irme. -Dijo Harry.
-¿Y a donde irás?... ¿a Hogwarts?
-No, iré con mis tíos en donde fui tan feliz. -Respondió Harry sonriendo con ironía- ¡pues claro que a Hogwarts! ¿¡a donde más?!
-Harry... -dijo Sirius con voz serena- tranquilízate...
-¡No quiero!... ¡lo que quiero es irme!...
-No es cierto.
-O me das ese frasco, o saldré caminando de aquí para tomar el autobús noctambulo. -Amenazó Harry caminando hasta él y extendiéndole la mano.
-Cálmate Harry, -dijo Sirius poniéndose serio- estas muy alterado, si crees que te voy a dejar ir así, estas mal.
-Así que no me lo darás... -dijo Harry- de acuerdo, adiós. -Exclamó dándose la vuelta y dirigiéndose a la salida.
-Espera... -dijo Sirius poniéndose de pie y tomándolo de un brazo.
-¡No! -exclamó Harry soltándose- ¡me voy de aquí!
-¡Basta! -dijo Sirius tomándolo por ambos brazos- ¡cálmate Harry, estas frenético!
-Es que yo... -Musitó Harry cambiando de ánimo repentinamente- no se... qué hacer...
-Ah Harry... -Respondió Sirius abrazándolo- por lo pronto dejar de actuar como prófugo de Azkaban... -y lo siguiente... -dijo Sirius llevándolo a la cocina- comer... eso te ayudara a sentirte mejor.
Y ya más tranquilo y con una taza de té enfrente, Harry permanecía en silencio viendo el vapor que despedía el aromático líquido.
-¿Ya mejor? -preguntó Sirius tomando de su tasa.
-Si... siento haber sido tan terco.
-No importa, -respondió Sirius restándole importancia.
-Dilo ya...
-¿Decir qué? -preguntó Sirius extrañado.
-Lo que mueres por decirme desde que te conté... eso...
-¿Y qué es eso, si se puede saber?
-Que estoy mal... que soy raro... y sobre todo, que Malfoy es un mentiroso que solo pretende burlarse de mí.
-Bueno... -dijo Sirius cruzándose de brazos mientras se recargaba en la silla- raro siempre has sido...
-Ah... gracias. -Respondió Harry sonriendo sin ganas.
-De nada... pero dime, ¿tú te sientes raro?.. ¿O sientes que estas mal?
-Pues... no, en realidad no, -dijo Harry- yo me siento bien.
-¿Entonces porque crees que yo pienso que estas mal?
-Pues no sé...
-Pues no digas... Harry, yo no pienso que seas raro ni que estés mal, si tus preferencias son esas, está bien... acepto que esto me tomó desprevenido, pero nada más; tú sigues siendo el mismo chico de siempre... con malos gustos pero el de siempre. -Añadió Sirius sonriendo.
-¡Yo no tengo malos gustos! -protesto Harry con el ceño fruncido, pero sonriendo después al ver que la intención de Sirius era la de relajar el ambiente un poco- eres un tonto.
-Solo un poco... -dijo Sirius sin dejar de sonreír- pero sí, mi sobrino es todo, menos feo; aunque mi cuñado es un soberado idiota, debo aceptar que físicamente le heredó buenos genes a Draco... ¿y qué piensas hacer? -preguntó Sirius al verlo suspirar profundamente.
-Pues nada... todo se arruinó.
-¿Así que vas a quedarte así?... ¿acabándote el oxigeno del planeta?
-¿Es que qué puedo hacer, Sirius?... ¡Draco se fue!...
-Bueno... -murmuró Sirius sirviendo pastel de pollo en un par de platos- realmente se me hace raro que Lucius haya permitido a Draco dejar el colegio así como así... sea lo que sea, él quería que Draco tuviera una buena educación.
-¿Pues entonces porque se fue?... no sé que le habrá dicho a su papá para que lo dejara marcharse, pero lo cierto es que ya hace más de una semana que ya no está en Hogwarts.
-¿Y entonces?
-Pues no sé... -respondió Harry cuchareando el pastel sin probarlo- lo perdí... yo... me siento muy mal; -Sirius dejó el tenedor para mirar a Harry, quien permanecía con la vista fija en su plato- cuando supe que tú eras mi padrino y que no habías traicionado a mis padres, me sentí muy feliz... feliz porque sentí que ya no estaba solo y que tenia familia; pero cuando pasó lo de Draco, sin darme cuenta aun de que estaba enamorado de él, me sentía tan feliz... tan contento... ¿sabes por qué?...
-No, dímelo tú. -Contesto Sirius.
-Porque por primera vez sentí que tenía algo mío... algo que me pertenecía y a lo cual yo le pertenecía; alguien a quien complacía no porque tuviera que hacerlo, como sucedió con todos cuando decían que yo era el salvador del mundo mágico, sino porque simple y sencillamente porque eso me hacia feliz... y lo dejé ir... -concluyó Harry mirando el techo- lo eché fuera de mi vida sin saber que él ya le daba otro sentido a mi forma de vivirla...
-¿Sabes?... -dijo Sirius mirándolo- debo confesar que me cuesta aceptar que Draco haya provocado en ti todos esos sentimientos...
-Es que tú no lo conoces en realidad... -protestó Harry al momento.
-No es necesario que lo defiendas... -aclaró Sirius con calma- si lo defiendes con tanta vehemencia y nadie más que él hizo surgir esos sentimientos en ti, pues por algo será... solo quiero hacer hincapié acerca de que Draco será todo lo maravilloso que pueda ser, Harry... pero no deja de ser un Malfoy.
-El no tiene la culpa.
-No te pongas a la defensiva... -insistió Sirius dándole un bocado a su pastel- solo quiero ponerte en claro que no la tendrás nada fácil con su familia.
-Suponiendo que yo decida hacer algo... -dijo Harry soltando su tenedor y recargándose en la silla con los ojos cerrados- pero creo que ya todo se arruinó.
-¿De plano?... -exclamó Sirius levantándose y dándole la espalda para servirse más té.
-¡Tú mismo lo dijiste!... ¡es la familia Malfoy!... -respondió Harry con angustia- ¡ya lo perdí, lo dejé ir y todo se acabó!... ¡dime tú! ¡¿Qué hago?!...
Sirius dejó la jarra de agua caliente en la barra de madera, puso sus manos ahí y permaneció un momento en silencio, luego se volvió lentamente hasta quedar de frente a Harry, y con voz serena, dijo:
-Cuando el amor te llame, síguelo... aunque sus caminos sean arduos y penosos no desesperes; y cuando sus alas te envuelvan, entrégate a él... arriésgate, aunque la espada escondida bajo su plumaje, pueda herirte...