CAPITULO 63
-Abrázame fuerte... y déjame ir...
-¿Cómo? –Preguntó Harry sonriendo.
-Que... me dejes ir... –Respondió Draco con voz ahogada.
-¿Draco?... –Preguntó Harry extrañado- ¿te sientes mal?... -Draco no respondió, solo cerró los ojos con fuerza intentando no llorar- ¿Draco?... –Insistió Harry separándolo un poco de sí para mirarlo a la cara- ¿Qué sucede?... –Sin decir nada, Draco comenzó a levantarse siendo sujetado nuevamente por Harry, quien volvió a insistir: -¡¿Draco, que pasa?!... ¿Qué te deje ir?... ¿A dónde, de que hablas?
-De tu vida, Harry... –Respondió Draco volviendo el rostro.
-¿Qué?... –Exclamó Harry sin comprender- No entiendo...
Draco se paso una mano temblorosa por la frente y luego de aspirar profundamente, dijo mirándolo a los ojos:
-Esta es la última vez que estamos juntos. -Harry no respondió al instante, solo lo miro como si lo escuchara hablar en otro idioma.
-Draco... –Dijo finalmente sentándose- No entiendo... creí que me habías creído con lo de Cho...
-Y te creo Harry... –Respondió Draco pasándole suavemente una mano por la mejilla- Claro que te creo...
-¿Entonces de que rayos hablas?
-¿Lo has olvidado?... voy a casarme.
-¿Casarte?... –Repitió Harry desconcertado- Pero ya te dije que te amo... y también se que tu a mí.
-Y no sabes cuanto... Pero Harry, eso no cambia en absoluto las cosas.
-¿Qué no cambia las cosas?... ¡las cambia por completo, Draco!... ¡no puedes casarte!
-Harry... –Exclamó Draco extendiendo una mano hacia él.
-No entiendo nada... –Respondió Harry haciendo a un lado la mano de Draco- ¿Estás diciendo que no importa lo de nosotros?
-No es que no me importe...
-¿No?... –Interrumpió Harry levantándose- Entonces explícamelo con manzanas porque soy muy idiota para entender.
-Harry... yo... yo pensé que sabías... –Exclamó Draco con voz baja.
-¿Saber qué?
-Que... bueno... yo nunca te engañe, desde un principio te dije que iba a terminar casándome.
-O sea que lo de nosotros no es más que un acostón... ¿es eso lo que estás diciendo? -exclamó Harry molesto.
-¡No, claro que no! -Se apresuro a responder Draco.
-Entonces si soy un tarado como dices, porque eso es lo que entiendo con todo lo que estás diciendo... que no te importa cuánto te quiera, de todos modos vas a casarte.
-Harry, no te enojes... –Exclamó Draco sintiendo un hueco en el estomago al ver el rostro molesto de Harry.
-¿Y qué quieres que haga?... ¿Qué te aplauda?... estas mandándome al diablo, Draco... ¿Cómo quieres que reaccione?... escucha... –Dijo Harry haciendo un evidente acopio de paciencia- No sé tú, pero yo ya acepte lo que soy... lo que quiero...
-Yo también...
-Pues no parece.
-¡¿Es que no entiendes, Harry?!... ¡no importa lo que yo quiera!... ¡esto es algo que tengo que hacer!
-¿¡Porque?!
-¡Porque es mi deber!... ¡es mi obligación como hijo único! ¿¡No lo puedes entender?!
-¡No! -Respondió Harry- Eh pasado por un proceso nada fácil para comprender lo que me pasaba... algo que ya acepe ante algunas persona y no me importaría aceptar ante el mundo...
-¿Qué quieres decir? –Interrumpió Draco- ¿Le has dicho a alguien más?
-Si... mis mejores amigos lo saben... al igual que tu padrino...
Draco abrió los ojos sin atinar a decir nada para terminar balbuceando:
-¿Mi... Mi padrino?
-¿Cómo crees que logre llegar hasta aquí?... Snape me dio un traslador.
-¡Pero!... ¡nadie debe saber!
-¿Por qué? -Exclamó Harry con una fría serenidad- ¿Tanto te avergüenza ser homosexual?
-¡Yo no soy...! –Exclamó Draco quedándose a mitad de la frase.
-Estas enamorado de un hombre... y haces el amor con él... ¿eso en que te convierte?
-Yo... de acuerdo... –Respondió Draco estrujando las sabanas- Lo soy... lo acepto... soy... soy homosexual, pero...
-¿Pero?
-Eso no cambia las cosas... –Respondió Draco inclinando la cabeza al tiempo que Harry hacia un gesto de exasperación a la vez que ponía sus manos en sus caderas- Puedo ser lo que sea... y aceptarlo todo lo que tú quieras... pero aun así tengo que cumplir con mis obligaciones.
-Lo que tú eres... es un completo idiota.
-Para ti es muy fácil... –Dijo Draco levantando el rostro para mirarlo- No tienes familia...
-Pero si la tuviera, estoy seguro que mis padres me apoyarían en todo para que yo fuera feliz.
-No puedes comparar a mi familia con la tuya.
-¿Por qué?... ¿Por qué mis padres no eran de gran abolengo como los tuyos?... ¿Por qué no tenían la gran fortuna que tiene tu familia?
-No hablo de eso... –Respondió Draco resentido- No al menos con la connotación que tú le das.
-¿Entonces?
-Tus padres eran diferentes a los míos porque no estaban en la mira pública ni tenían bajo su responsabilidad el empleo de tanta gente...
-Un padre es un padre aquí o en China... –Interrumpió Harry- Y ya sea un mendigo o un rey, desean siempre lo mejor para sus hijos.
-¡Precisamente de eso hablo, Harry!... ¡ellos creen que eso es lo mejor para mí!
-¿Y tú crees que eso es lo mejor para ti?
-Yo... eso no importa.
-¡¿Por qué demonios no importa?!... –Exclamó Harry furioso.
-¡No puedo fallarles!
-¡¿Fallarles?!... ¿¡después de lo que te hicieron en la guerra, obligándote a estar en un bando que no querías?!
-¡Pero yo si quería!... ¡yo pensaba que los muggles eran basura y que el señor tenebroso nos daría poder!
-¡Pero eras un niño!... ¡tenías la cabeza llena de humo!... ¡después te obligaron a aceptar una misión que ni querías!
-¡Misión que fallé!
-¿Hubieras preferido asesinar a Dumbledore?
-¡Claro que no!... ¡pero.... pero de una u otra manera los defraude, no puedo volver a hacerlo!
-¡Ya puedes elegir, Draco!
-¡Soy lo único que tienen! ¿¡No te das cuenta!?... ¡no tengo hermanos ni hermanas! ¡Ellos confían en mí!
-¡Pero no es justo!
-¡Pero es necesario!... esto no es cuento muggle en donde todos viven felices por siempre, esto es la realidad... y la realidad, Harry... es que tengo que casarme y formar una familia.
-¿Y amándome como dices, serás capaz de hacerle el amor a una mujer para tener tu tan ansiado heredero?
-Lo intentare...
-¿Lo intentaras?... ni siquiera estas seguro.
-Harry... –Exclamó Draco con voz cansada- Si tus padres vivieran... ¿No harías lo que estuviese en tus manos para llenar sus expectativas y lograr su tranquilidad?... ¿no te dolería en el alma decepcionarlos al punto de que no quieran verte a la cara?... –Dijo Draco ante un Harry silencioso- Ya los he decepcionado bastante... no puedo ocasionarles mas dolor y disgustos...
Harry continuo silencioso, sin moverse mirando un punto indefinido en la pared.
-No tienes padres... –Continuo Draco- Y precisamente por eso sabes lo importantes que son... sé que los míos no son perfectos, no son lo mejor del mundo y distan mucho de serlo... sé que mi padre es un hombre calculador y ambicioso, y mi madre una insufrible mujer de sociedad... pero son mis padres... y así los amo.
Harry bajó la vista y con la mirada busco su ropa interior, la cual se puso después de encontrarla al pie de la cama, luego tomo sus pantalones y comenzó a ponérselos ante la mirada triste de Draco quien también se quedo en silencio.
El par de minutos transcurridos, a Draco le parecieron una eternidad mientras observaba a Harry con las manos en las caderas viendo hacia el piso, completamente en silencio, descalzo y sin camiseta; el chico rubio cerró los ojos respirando profundamente, sabiendo que no podía darse el lujo de romperse en ese momento.
-Harry... –Dijo finalmente- Dime que lo entiendes... lo entiendes ¿verdad?... Harry... –Insistió Draco ante un Harry que permanecía en silencio- Háblame por favor... todo lo que...
-Yo... –Interrumpió Harry de repente levantando la cara y mirando hacia un lado, hablando con palabras entrecortadas, como quien tiene mucho que decir pero con pocas palabras disponibles.
-¿Si, Harry? –Aventuro Draco al verlo quedarse callado de nuevo.
-yo... –repitió Harry exhalando un profundo suspiro, un suspiro tan doloroso y triste que parecía que su mismísima alma estaba escapando de su cuerpo- Yo... Lo entiendo... –Dijo finalmente ante un chico que guardaba silencio- Todos los argumentos intelectuales y familiares los entiendo, pero...
-¿Pero?
-No los acepto... –Dijo finalmente Harry mirándolo por fin a los ojos- Tu familia es importante para ti... y tienes toda la razón en decir que como yo no la tengo, sé lo importante que es... pero... –Continuo Harry bajando los brazos como si hubiese estado cargando algo muy pesado- Pero no puedo evitar decirte lo que siento... y lo que siento en mi pecho es el deseo de gritarte que me elijas a mi...
-Harry...
-No digas nada... –Exclamó Harry cubriéndose la cara con ambas manos mientras exhalaba un profundo suspiro- Déjame ser egoísta...
-Tú no eres egoísta... nunca lo has sido... –Susurró Draco sintiéndose una basura por ver a Harry menospreciarse de esa manera.
-No me digas como es mi vida, que nadie mejor que yo la conoce bien... –Exclamó Harry como si hasta el hecho de respirar le causara un gran dolor- Lo soy... lo soy ¿sabes por qué?... –Dijo Harry mirando el suelo- Porque yo lo único que deseo es estar contigo y no separarme nunca de ti...
-Harry...
-No pienso en nada mas... no me interesa nada más...
-Harry, por favor...
-Draco... –Dijo Harry acercándose a la cama y sentándose en ella- ¿acaso tienes miedo?... ¿es eso?... porque si es eso, juntos podemos enfrentar lo que sea.
-No voy a negar que tengo miedo... –Respondió Draco en voz baja.
-Entonces ya deja que mueran tus miedos, deja que tu vida grite... deja que se libere...
-Sabes que no solo es eso...
-Tu vida será una tortura... estar con alguien que no amas... Draco... –Exclamó Harry tocándole una rodilla- Piénsalo...
-Ella es una buena chica... –Respondió Draco cerrando los ojos ante el contacto de Harry- Construiré una vida.
-Aun si la envuelves en bellas mentiras, estarás solo... Draco...
-¡Tengo que intentarlo! -Exclamó Draco sintiendo ahogarse.
-¿Lo intentaras?... es la segunda vez que lo repites... ni siquiera estas seguro, cuestionas tu mañana en tu corazón lleno de contradicciones...
-Basta, Harry... –Exclamó Draco envolviéndose en una sabana mientras se ponía de pie y caminaba descalzo por la alfombra hasta media habitación dándole la espalda- Yo te quiero... te amo tanto... pero no puedo estar contigo...
-Draco, por favor... –Dijo Harry abrazándolo por detrás mientras sus ojos se llenaban de lagrimas- Quiero estar contigo... Sentirte respirar... Reírme del frio de la madrugada estando entre tus brazos...
-Por favor... –Exclamó Draco apretando los dientes para no gritar mientras sus mejillas se humedecían.
-¿Puedes sentir mi dolor?... –Exclamó Harry dándole la vuelta y estrechándolo contra su pecho- ¿Puedes sentirlo?
Draco se clavaba las uñas en las palmas de sus manos para no abrazarlo.
-¿Cómo no sentirlo?... –Pensó Draco mordiéndose los labios y sintiendo el acelerado latir de Harry- Si eres parte de mi...
-Yo... El Salvador del Mundo Mágico... –Continuo diciendo Harry mientras ardientes lagrimas bañaban su rostro sin dejar de acariciándole el cabello- Necesito que me salves... sálvame Draco... quédate conmigo...
Paso un eterno momento para Harry, cuando al fin escucho una débil voz decir:
-Lo siento... no puedo...
Harry sintió que algo se moría dentro de él produciéndole un dolor que nunca creyó llegar a sentir, entonces, sin poderlo evitar, sus piernas se doblaron hasta quedar de rodillas, en donde no tuvo fuerzas más que para abrazar la cintura de Draco y decir con voz rota:
-¿Me... me quieres de rodillas?... aquí me tienes... ¿me quieres a tus pies?... aquí estoy... -Draco alzó la cara al techo sintiendo que su alma se partía en mil pedazos al ver a Harry abrazarse a él como un condenado suplicando piedad a su verdugo; hubiera preferido mil veces quedarse con la idea de que Harry no le amaba a verlo llorar así por su causa- ¿Qué tengo que hacer, Draco?... –Exclamó Harry con dificultad- Dímelo y lo haré...
-No tienes que hacer nada... –Respondió Draco bajando la cara y acariciando los negros cabellos para después dejarse caer hasta estar a su altura- Limpia las lagrima de tus ojos... –Susurró tomando el hermoso rostro del chico de ojos verdes entre sus manos- Solo vete y olvídame... no necesitas ser lastimado tanto...
-Es que no puedo... –Dijo Harry imitando el gesto pegando su frente con la de Draco.
-Si puedes... no soy lo que necesitas... cierra tus ojos y olvídame...
-Olvidarte... ¿Cómo podría si vives dentro de mí?... –Susurro Harry con la mirada llena de dolor- Seria como olvidarme de mi mismo... –Draco ya no respondió, solo se levanto separándose de Harry y con pasos lentos y trémulos se dirigió a la ventana, la cual abrió para dejar entrar la brisa nocturna- No me dejes, piel de luna... –Susurró Harry desde el suelo.
Draco, sin quitar la vista del cielo estrellado, solo dijo:
-Adiós.
Harry se derrumbo literalmente en el suelo; nunca, ni siquiera cuando Voldemort mató a Cédric frente a sus ojos sintió tal desolación y tristeza.
-Draco... –Dijo entre sollozos sin levantar la vista- Si quieres que me humille...
-¡No! -Exclamó Draco levantándose del alfeizar de la ventana y yendo a su encuentro para abrazarlo con fuerza mientras decía: No lo hagas...
-Eso haría... –Musito Harry con la cabeza recargada en el hombro de Draco- Si eso te convence...
-Por favor, mi amor... –Respondió Draco abrazándolo con todo el amor del que era capaz- No hagas esto... yo no lo merezco... nadie merece que te humilles así...
Harry levantó los brazos para estrecharlo con fuerza; permaneciendo así un largo rato, no tuvieron idea de cuánto, solo se quedaron quietos uno en brazos del otro postergando lo más posible la amarga separación hasta que Draco se movió, y separándose suavemente de Harry se puso de pie dejándolo en el suelo.
Caminó hasta su cómoda, en donde abrió un cajón para sacar un pequeño estuche de terciopelo negro, el cual acaricio con un pulgar para después ir con Harry.
-Esto... –Dijo hincándose a su lado al tiempo que abría el pequeño estuche mostrando una sencilla sortija de plata- Es un traslador que te llevara directamente al despacho de mi padrino...
Sin embargo Harry no se movió ni un ápice, por lo que Draco tomó una de sus manos y puso en ella el estuche cerrándole el puño, le dio un beso en la frente húmeda y se levantándose, se encamino de nuevo hasta la ventana, en donde miró a la brillante luna por un momento, luego de unos momentos volvió el rostro al centro de la habitación...
Estaba vacía...
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