Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

POCION por Orseth

[Reviews - 1402]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: HOLA QUERIDA PANDILLA AMANTE DEL LEMMON!!!!!!!... LOS SALUDO DESEANDOLES LO MEJOR Y BUENO... AQUI UN NUEVO CAPI, A LEER!!!!!
CAPITULO 67

Cuando la cortina se abrió, Sirius vio a Harry que lo miraba sin decir nada mientras permanecía recargado en la cabecera de su cama.
-Hola Harry. –Saludó Sirius acercando una silla; saludó que Harry respondió suspirando profundamente- No preguntare como estas... –Continuo Sirius- Creo que puedo verlo.
-No quiso... –Fue el único comentario de Harry.
-Lo sé, -Respondió Sirius- y creo imaginar porque.
-Va a casarse... dijo que no puede estar conmigo porque va a casarse...
-Harry... –Susurró Sirius sintiendo que un puño le apretaba el corazón al ver a Harry hablar con tanta tristeza.
-No quiere enfrentar a su familia... –Continuo Harry hablando mientras sus hermosos ojos verdes comenzaban a inundarse de lagrimas- Yo lo hubiera defendido...
-Harry... –Comenzó a hablar Sirius.
-Yo lo hubiera cuidado y protegido... –Continuo Harry interrumpiéndolo- Yo me hubiera enfrentado al mundo entero por él...
-Y él lo sabe... –Dijo Sirius sentándose en la cama- Pero ya te lo dije una vez... él no es tan fuerte como tú.
-Yo le hubiera dado mi fuerza... hubiera luchado con él... –Dijo Harry cerrando los ojos mientras dos lagrimas cristalinas rodaban por sus mejillas.
-Bueno... tal vez si lo intentas de nuevo...
-No... …l ya me dijo “adiós”... –Respondió Harry haciendo una mueca de dolor, como quien lucha para no llorar desgarradoramente.
-Pero aun no se casa, tal vez haya una oportunidad.
-¿Y qué, que aun haya una oportunidad?... –Dijo Harry mirándolo- él ya hizo su elección... ya nada importa...
-¿Y por eso vas a dejarte morir?... Harry, debes salir de esto, él mundo sigue su curso, la vida aun corre haya afuera...
-Pues no me importa... lo único que quiero es que me dejen en paz.
-¿Y qué ganas con eso?... nada resolverás estando aquí.
-¿Y que gano con salir?... ya debería haberme acostumbrado a las cosas que me hieren...
-Harry, no está en ti auto compadecerte... tú siempre luchas.
-Pues esta vez no me sirvió de nada... estoy solo como un perro...
-Sabes que no es así...
-Pues así me siento... y no me digas que estás conmigo porque eso ya lo sé... es otra parte de mi la que me falta... la que me mata...
Sirius ya no dijo nada, sabia a que se refería Harry y sabía que tenía razón; lo que le faltaba era el amor de su pareja, no el de una familia, que aunque tampoco tenía, de alguna forma ya estaba habituado a ello y además contaba con él; pero en esta ocasión él no podía llenar ese espacio.
Sin saber a ciencia cierta que decir, Sirius se puso de pie y camino hasta la ventana, y mientras miraba el helado paisaje, decidió no decirle nada sobre la próxima boda; la soledad en la que estaba envuelto Harry era tan abrumadora que él mismo se sintió empequeñecido, tan impotente ante lo que la persona a la que más quería estaba viviendo.
-Harry... –Dijo caminando hasta la cama- debes salir adelante... no puedes quedarte así... lo sabes ¿no?
-Claro que lo sé... –dijo Harry hablando tan bajo que Sirius tuvo que volver a sentarse en la cama para poder oírlo mejor- Pero ahora no puedo... ahora solo me quiero morir...
-No digas eso...
-Sirius... –Dijo Harry mirándolo a los ojos- ¿hay alguna manera de matar el dolor?
-No... –Respondió Sirius- No la hay... lo único que se puede hacer es aprender a vivir con él.
-Tú hiciste eso en Azkaban... ¿verdad?
-Si, eso hice... pero Harry, tú eres joven, aun te faltan muchas cosas por vivir, nuevos amores que conocer...
-Sabes que eso qué me dices no sirve de nada...
-Lo sé... –Respondió Sirius con desaliento- Pero tampoco ganas nada encerrándote aquí...
-Eso yo también lo sé... es solo que ahora no tengo ganas de nada... solo quiero estar solo.
-Harry ¿te pondrías mejor si te tomas unos días en casa?... ¿crees que eso te serviría?
-No sé que me serviría... pero si eso funciona para que me dejen tranquilo, te lo agradecería.
-Bien, pero solo lo hare si prometes echarle ganas... Harry, debes salir adelante.
-Ni te prometo nada, ni hare nada y si me estas poniendo condiciones, entonces déjame aquí.
-De acuerdo, de acuerdo... veré que puedo hacer con la profesora McGonagall, a quien por cierto tienes muy preocupada.
Harry ya no contesto, lo que hizo fue cerrar de nuevo sus cortinas y arrellanarse en sus mantas cerrando los ojos para intentar dormir en un esfuerzo para evadir su realidad; afuera, Sirius se quedo de pie, viendo la cama unos momentos para finalmente salir de la habitación sintiéndose totalmente derrotado.
Y después de discutir a grito pelado durante una hora con la profesora McGonagall, Sirius consiguió el permiso para llevarse a Harry a Grimmauld Place, con la condición de que lo hiciera hasta el día siguiente; mientras tanto, como un mudo acuerdo, todos a su alrededor no osaron molestarlo ni un poco, ni siquiera Ron y Hermione, quienes puestos al tanto de lo que haría Sirius, no lo inquietaron mas.
Así llego el día siguiente, en que avisado de que Sirius iría por el después del desayuno, Harry se vestía en su habitación, cuando escucho en la ventana cerrada, el conocido picotear de una lechuza, la cual al dejarla entrar, vio que lo que traía era para él; así que un poco extrañado desenrollo el diario “El Profeta” que alguien le había enviado sin decir quién.
Abajo, cuando Sirius llegó por Harry, sus dos incondicionales amigos lo esperaban.
-Hola Sirius, -Saludó Ron- Espero que a Harry le sirvan estos días.
-Espero lo mismo... –Respondió Sirius- McGonagall me amenazó con enviarme un medimago si en una semana sigue igual. –Así que sin más, subió a la habitación por su ahijado- ¿Listo?... –Dijo al ver a Harry de pie, junto a la ventana- ¿Harry? -Pero Harry no contestó, lo único que hizo fue apretar los puños mientras miraba sin ver el cielo nublado.
-¿Pasa algo? –Preguntó extrañado al verlo quedarse en silencio.
-Me quedo. –Dijo Harry entre dientes.
-¿Cómo?
-Dije que me quedo... –Repitió Harry mirándolo ahora- ¿es eso muy difícil de entender?
Sirius no respondió al instante, su desconcierto se disipó cuando vio a los pies de Harry, el diario.
-Demonios... –Susurró viéndose los pies.
-Tú lo sabías ¿verdad?... ¿Por qué no me lo dijiste? –Insistió Harry ante un Sirius que solo atinó a quedarse callado- Sirius...
-Porque pensé que te pondrías peor ¿de acuerdo? -Respondió Sirius poniéndose las manos en la cadera- No sé... simplemente pensé que era lo mejor, lo lamento.
-Pues debiste decírmelo.
-Dije que lo siento.
-De acuerdo, no importa. –Dijo Harry comenzando a desvestirse.
-¿Qué haces? –Preguntó Sirius extrañado.
-Me cambio.
-Eso veo, pero... no entiendo...
-Me pongo el uniforme, por lo regular cuando se va a clases, no se va con ropa de calle.
-Pero... ¿no íbamos a ir a casa?
-Ya te lo dije, no iré.
-Pues no entiendo nada.
-No importa, realmente no hay mucho que entender.
-Pues tal vez para ti no, pero te lo agradecería mucho si me lo explicaras.
-Simple... –Dijo Harry mirándolo fijamente por un momento- Draco se puede ir al diablo.
-Harry...
-Si al muy imbécil le urge casarse... adelante, por mi puede irse al mismísimo infierno a casarse con Voldemort si quiere.
Sirius no dijo nada, simplemente vio como Harry termino de cambiarse, tomar su mochila y meter algunos libros para después pasar junto a él diciéndole:
-Lamento haberte causado tantas molestias, después de todo creo que estaré en casa hasta las vacaciones, nos vemos.
Sirius no respondió, estaba desconcertado, en parte se alegraba de que Harry finalmente hubiese reaccionado, pero su nueva actitud tan amargada y resentida no le gustaba más.
Las clases iniciaron normalmente para la mayoría de los alumnos, mas no así para algunos, especialmente Hermione y Ron, quienes no dejaban de lanzar miradas suspicaces a Harry, quien tomaba notas de las clases como si nada pasara; había algunos quienes tampoco dejaban de observarlo, más en concreto un par de Slytherin, aunque con diferentes motivos.
Pansy no podía ocultar la sonrisa de satisfacción al ver cierto gesto de molestia en Harry, como de alguien que carga un malestar crónico, y Blaise, quien a pesar de intentar poner toda su atención en las palabras del profesor, su mente divagaba en la expresión de Harry, preguntándose por enésima vez que había pasado con él.
-¿Y por qué demonios Pansy sigue tan ufana?... –Se preguntó Blaise rayoneando descuidadamente su pergamino- ¿Acaso Draco no ha leído mi carta?... ¿y porque Potter esta tan raro?... seguramente sus amigos saben lo que pasa... –Pensó al ver a Hermione y a Ron cuchichear entre sí- Creo que tengo que averiguar que pasa o me moriré de curiosidad.
Así que en cuanto terminaron las clases de la mañana, se fue a su habitación para hacer un encargo con carácter de urgencia; mientras tanto Harry y los demás llevaban su día como cualquier otro, claro, aparentemente; ya que en la noche, a la hora de la cena, solo Ron y Hermione se levantaron de las sillas de la mesa de la sala común.
-¿No iras a cenar, Harry? –Preguntó Hermione al verlo quedarse sentado.
-No tengo hambre. –Respondió él sin despegar la vista del libro de herbología que tenía abierto.
-Pero casi ni comiste.
-Tengo mucho que estudiar, recuerda que me atrase bastante.
Suspirando de resignación, Ron y Hermione se fueron a cenar dejando a Harry viendo sin ver las páginas de su libro.
Miércoles

A la hora del desayuno, el correo llegó causando el conocido alboroto, mientras un chico de color buscaba ansiosamente con la mirada, alguna que se dirigiera hacia él.
-¡Sí! –Pensó sonriendo al ver una lechuza de color oscuro volar hacia él con un paquete entre las patas- Veamos... –Dijo mientras le daba un trozo de pan y metía unas monedas en la bolsita para después levantarse con su paquete.
La siguiente clase fue precisamente la de pociones, que para variar un poco tomaban con Slytherin y que transcurrió con normalidad; fue hasta que terminó, que el profesor Snape dijo:
-Potter... espere un momento después de clase. -Con cara de pocos amigos, Harry volvió a sentarse mientras los demás salían del salón.
-¿Lo esperamos? –Preguntó Hermione a Ron mientras salían.
-Creo que mejor lo esperamos en la biblioteca, recuerda que anda muy susceptible y le vaya a molestar que lo esperemos aquí.
-De acuerdo.
Pero en cuanto desaparecieron, una persona salió detrás de una escalera cuidando que nadie, especialmente ellos, se regresaran.
-Veamos... –Pensó Blaise sacando su oreja extensible recién comprada mientras pensaba: -Haber si es cierto que sirve como dicen.
Mientras tanto, dentro del salón, Harry esperaba a que su profesor, quien guardaba varias pociones en su armario, se dignara hablarle.
-Bien, Potter... –Dijo Finalmente Snape volviéndose hacia él- Creo que hay algo de lo que tenemos que hablar.
-Usted dirá... –Respondió Harry mirándolo con rostro serio.
-Se trata de Draco... –Dijo Severus sentándose detrás de su escritorio- Por eso es que...
-Disculpe profesor... –Interrumpió Harry- Pero si no es nada sobre mis calificaciones o su clase en particular, creo que no tenemos nada de qué hablar.
-Potter... –Exclamó Severus sorprendido.
-Sobre su ahijado no tenemos nada de qué hablar, ya que es un asunto totalmente ajeno a mí.
-Potter... –Exclamó Severus haciendo acopio de paciencia- Creo entender el porque...
-Con el debido respeto, profesor... –Exclamó Harry poniéndose de pie al tiempo que se colgaba la mochila al hombro- Lo que el idiota de su ahijado haga con su vida, es algo que me tiene sin cuidado, así que si no hay algo más de lo que quiera hablarme, me voy.
Severus lo miró por unos instantes antes de decir:
-Retírese.
Harry salió del salón sin encontrar a nadie afuera, dejando dentro a un profesor muy pensativo.
-Vaya... lo que me faltaba... –Murmuró Severus tamborileando los dedos con impaciencia mientras llegaba a una odiosa determinación... odiosa al menos para él.
El resto de la tarde volvió a transcurrir en medio de una incómoda tranquilidad para Hermione y Ron, quienes aguantaban estoicos los arranques de mal humor de Harry y también sus momentos de silencio.
-Oye Hermione... –Susurró el pelirrojo a su novia mientras estudiaban un poco después de la cena en su sala común mientras Harry permanecía sentado en el sofá que estaba frente a la chimenea mirando un libro- ¿y si hacemos que Sirius vuelva a hablar con él?
-No lo se... Harry está muy extraño, lo veo realmente mal
Pero no había ninguna necesidad de que el par de chicos llamaran a Sirius, ya que éste mismo se encontraba en ese momento caminando en uno de los pasillos de Hogwarts camino a la casa Griffindor; habiendo obtenido obviamente el permiso de la profesora para visitar a Harry.
Sin embargo, sus pasos fueron interrumpidos por una persona de cabello negro y oscura túnica que le cerró el paso diciendo.
-Black... justamente a quien iba a ir a buscar
Notas finales: BESITOOOOOOOOOOSSS!!!!!!!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).