CAPITULO 75
-¿En serio? –Exclamó Draco emocionado.
-Si... ¿Cómo dices que se usa? –dijo Harry tomando la letra “D”
-¿Quieres hacerlo primero o quieres que sea yo?
-Yo lo hare, solo dime que hacer.
-Necesitaremos un alfiler para pincharnos el dedo.
-Bien... –Dijo Harry usando su varita para transformar una de las copas en un alfiler- listo.... ¿Dónde pondremos la sangre?
-En la letra, ¿Dónde lo vas a querer?
-mmm... buena pregunta... –Respondió Harry- El lugar que eligió tu padre me parece bueno, es algo entre nosotros y la cadera se me hace un lugar sensual e intimo ¿Qué opinas?
-Me parece bien, ahora dame el alfiler, -Dijo Draco, quien después de pincharse el dedo, colocó la pequeña gota de sangre en el sello con la letra “D” mientras Harry se desabrochaba el pantalón y lo bajaba hasta la cadera.
-¿Y ahora?
-creo que solo hay que colocarlo como si fuera un sello.
-¿Seguro?
-Si, es solo que estoy un poco nervioso. –Respondió Draco viendo como Harry se levantaba la playera con la otra descubría su cadera.
-Hazlo, solo asegúrate de colocarla derecha.
-Bien. –Respondió Draco procediendo a estampar el sello en la suave piel de Harry, quien al sentir el contacto del pequeño objeto de goma, sintió como si le hubieran aplicado un hierro al rojo vivo.
-¡Agh!... –Gritó doblándose y dejándose caer al suelo ante un asustado Draco que lo veía sin saber qué hacer.
-¡Harry, Harry!
-¡Ah!...
-¡Por Salazar, Harry! –Exclamó Draco hincándose junto a él tratando de ayudarlo sin tener la menor idea de cómo.
-¡Rayos!... –Gimio Harry sudoroso y hecho un ovillo en el suelo- ¡duele una puta madre!
-¡Perdóname, perdóname!... ¡yo no sabía, te lo juro!
-¡Ay ay ay!.... no... No te espantes... creo que viviré... –Gimio Harry al ver el angustiado rostro de Draco.
-Nunca quise lastimarte, no sabía que iba a doler tanto... lo siento... –Dijo Draco acariciándole el cabello nerviosamente.
-Esta... está bien... –Respondió Harry- Tal vez así debe ser...
-No lo creo.
-Yo si... –Dijo Harry cerrando los ojos ante las caricias de Draco- Esto marca más que la piel... marca el alma y el corazón... y para marcar el alma y el corazón, un suspiro no basta...
-Mi mamá no me dijo que iba a doler tanto... –Susurró un Draco empequeñecido.
-Tal vez porque sabe que eres un llorón. –Respondió Harry ya más tranquilo al sentir el ardor disminuir poco a poco.
-Yo no soy... un llorón. –Musitó Draco.
-Hey... ¿qué pasa? –Preguntó Harry tocándole una mejilla.
-Pasa... que siempre lo arruino... yo no quería lastimarte.
-Vamos Draco, no es para tanto... –Exclamó Harry recargándose en los codos- he padecido dolores peores... además no olvides que faltas tú.
-¿Yo? –Exclamó Draco mirándolo.
-Pues claro... ¿creías que por esto te iba a decir que tú no?... olvídalo.
-Ah... bueno... –Dijo Draco sentándose sobre sus talones.
-Uff... me recordó cuando Voldemort se enojaba y me dolía la cicatriz. –Dijo Harry hincándose con dificultad.
-¿En... en serio? –Exclamó Draco poniéndose pálido de repente.
-Si... sentía que me partía la cabeza en dos y quería estrellarme en la pared... bueno, ahora pásame el sello. -Dijo Harry poniéndose finalmente de pie y tomando el alfiler para pincharse el dedo.
Draco no se movió, solo se quedo viendo como hipnotizado la pequeña gota carmesí que surgía de la punta del dedo de Harry, quien después de dejar a un lado el alfiler, estiró la mano para recibir el sello.
-¿No vas a pasármelo?
-¿Eh?... ¡ah, sí!... ya voy... –Exclamó Draco poniéndose de pie también y tomando el sello con la letra “H” y dándoselo a Harry, quien después de dejar que la gotita de sangre cayese en el, dijo:
-¿Dónde lo vas a querer?
-¿En dónde?... eee... pues... –Balbuceó Draco un tanto nervioso.
-No estarás echándote para atrás ¿verdad? –Exclamó Harry entrecerrando los ojos.
-¡No, no, claro que no! –Se apresuró a responder Draco- Es solo que... bueno...
-Yo sé porque tu mamá no te dijo nada acerca de que dolía. –Dijo Harry sonriendo.
-¿Por qué?
-Porque si eres un llorón.
-¡Que yo no soy un llorón! –Exclamó Draco indignado.
-Mira Draco... –Dijo Harry sin dejar de sonreír- Yo entiendo que una de tus tantas cualidades no sea precisamente la de resistir el dolor físico precisamente, pero...
-Ya te dije que no soy ningún llorón...
-Ya, siento haber dicho eso... solo quiero decirte que si no quieres esto, está bien... no importa.
-Pero... es que la idea fue mía. –Dijo Draco consternado.
-Pero no quiero que por obligación tengas algo en tu cuerpo que no quieres.
-¡Es que si lo quiero! –Se apresuro a responder Draco.
-¿Entonces?
-¿Entonces?... bueno...es que...
-Te da miedo el dolor ¿no?
-¡No!
-Draco, eso no es vergonzoso... yo padecí dolor durante mucho tiempo.
-Si pero... pero tú eres Potter.
-¿Y que con eso?
-Pues...que tu eres muy valiente Harry... –Termino Diciendo Draco viendo sus manos para no verlo a los ojos- No como yo.
-Draco... –Dijo Harry alzándole el rostro- Tú no eres ningún cobarde.
-Pero yo... bueno, yo siempre tuve miedo... todo el tiempo.
-¿Y crees que yo no?... Draco, viví aterrado durante mucho tiempo, -Dijo Harry tomándole suavemente el rostro entre las manos- Pero de alguna forma salí adelante... y ahora soy muy feliz porque tú estás conmigo, y eres mío con o sin tatuaje.
Draco sonrió y abrazo Harry mientras decía:
-Gracias... pero sé que todo ese rollo es para que me ponga el maldito tatuaje, ¿cierto?
-Así es. –Respondió Harry sonriendo.
-Adelante pues... –Dijo Draco separándose de Harry y desabrochándose el pantalón- También lo quiero en la cadera, pero en el lado izquierdo.
-Bueno... –Dijo Harry inclinándose para ver bien el lugar donde iba a colocar el sello- ¿listo?
-No.
-De todos modos ahí voy. –Respondió Harry estampando el sello.
El alarido que salió de La Casa de Los Gritos hizo que los que iban pasando por enfrente salieran disparados muertos de susto y recordara a los que se les había olvidado, el porqué tenía ese nombre.
-¡Me duele, me duele, me duele, me duele, me duele, me duele, me duele!... –Grito Draco retorciéndose como gusano con sal en el suelo después de haber soltado una sarta de improperios.
-¡Draco!... –Exclamó Harry hincado a su lado- ¡¿con esa boquita besas a tu madre!?
-¡Cállate!... –Exclamó Draco con ojos llorosos.
-Ven aquí... –dijo Harry sonriendo mientras lo levantaba del suelo y lo recargaba en su pecho.
-¿Cómo mi mamá aguanto esto? –Pregunto Draco arrugando el ceño.
-Muy fácil... amaba mucho a tu papá. –Respondió Harry alzando los hombros.
-Pues si que estaban locos... –Dijo Draco enderezándose- Pásame una copa de champaña, necesito pasarme el susto... ¡ah! Y también una fresa.
-¿Algo mas, señor? –Preguntó Harry sarcástico mientras le alcanzaba lo pedido.
-Si, quiero muchos besos y caricias después de esto, creo que me lo merezco. –Respondió Draco mordiendo la fresa que Harry le había dado.
-Tú fuiste el de esta grandiosa idea y ¿ahora soy yo el que debe recompensarte?
-Ajá... –Exclamó Draco como si eso fuera lo más obvio del mundo mientras tomaba un sorbo de la copa- y trátame bien porque estoy adolorido.
-Pues cuando termine contigo estarás adolorido de más partes. –Respondió Harry tomando un almohadón y recostando a Draco- ¿sabes cómo empezó toda esta locura?... –Dijo Harry quitándole la copa.
-¿Cómo olvidarlo?... todo empezó en las duchas.
-No... Comenzó antes... con una poción.
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