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Sueños por Zoe Wayne

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Muchas gracias a Paula por corregir.

ACLARACIONES: Esta historia es ficticia cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, no gano dinero con esta historia, sólo paso el rato XD

Alejandro Magno pertenece.... a Hefestión XDDD Y Hefestión a Alejandro Magno :)

 

**Sueños**

 

-Capítulo 2-

 

Volvió a caminar sin rumbo por su habitación. No sabía que hacer... Se sentía perdido. Más que eso, perdido, solo, abandonado...

"¿Por qué? Se volvió a preguntar, diciéndose que esas eran las palabras de su vida. Desde que tenía uso de razón, las había formulado dos o tres veces al día. Y hoy no iba a ser diferente.

_ ¿Por qué no te veo?_ Susurró ansioso.

Armand creía que había perdido la cabeza, se sentía enfermo y nervioso. Y todo por que ya no soñaba, ya no lo veía. Su bello hombre había desaparecido. Y el joven no entendía el por qué.

Desde esa noche. La noche que soñó con los hombres pintados, había dejado de verlo. Cerraba los ojos y no podía ver ese bello rostro, su hombre se había ido. Sólo había oscuridad...La nada

Eso era lo que sentía, nada, vacío, angustia...

***

Armand volvió a estirarse en su cama. Hacia horas que estaba encerrado en su habitación, días. La desesperación le había vencido. Ahora que parecía que había descubierto el "Por qué" de sus sueños, estos se habían ido. Desaparecido... como si nunca hubieran existido. El joven se sentía, como si alguien o algo, le hubiera borrado algo en su cabeza, suprimido. "Como quien apaga la televisión" Se dijo pensando en ese bello rostro. "¿Por que te has ido?" Le preguntó, sin obtener respuesta. "Te necesito" Le suplicó, sintiendo una extraña y nueva angustia en el corazón.

Ahora lo sabía, hacia años hubiera hecho cualquier cosa con tal de hacer desaparecer eso sueños de su vida. Desde que era pequeño siempre le habían marcado la existencia, limitándole. De niño nunca había tenido amigos, todos decían que era un bicho raro, le llamaban el niño del sueño. Ya que siempre hablaba de sus extrañas pesadillas, de las imágenes que aparecían en sus sueños y de su bello hombre.

Nadie le entendía, comenzando por sus padres. Sus progenitores, personas normales y corrientes con mente estrecha por su conservadora educación, nunca habían comprendido, ni entendido a su excéntrico hijo. Y no es que no hubieran hecho todo lo posible por él. Lo habían llevado a sicólogos, psiquiatras, médicos naturistas. Hasta le habían ingresado en un hospital a los ocho años para tratar su trastorno del sueño.

Por aquel entonces Armand tenía horribles pesadillas llenas de sangre. El niño se despertaba llorando y temblando con miedo, pánico. Lo peor era que no podía explicar su sueño, nunca se acordaba de él al despertar. Sólo sabía que estaba asustado y que había visto mucha sangre. Y por eso no quería dormir, no quería volver a soñar eso. No quería ver más sangre, le asustaba demasiado.

Pero siempre que cerraba los ojos, esas imágenes volvían, apoderándose de su mente, llenándole de angustia. Durante meses fue así, cada noche ocurría lo mismo y llegó un momento en que el pequeño Armand estaba tan horrorizado por sus continuas pesadillas, que simplemente dejó de dormir.

Fue entonces cuando sus padres, desesperados, lo ingresaron el en hospital Central de su ciudad para que trataran a su hijo, intentando curar ese extraño mal que parecía controlar al pequeño. Estuvo ingresado seis meses, pero no sirvió de nada. Los médicos no supieron encontrar el motivo, ni el origen de su "enfermedad". Al final, después de unos meses, le dieron el alta, ya que sus pesadillas desaparecieron tan repentinamente como habían aparecido.

Armand se sonrió, al recordar eso. Su ingreso en el hospital, fue una de las pocas cosas, buenas que le habían pasado en la vida. Y eso era, porque allí encontró a su mejor amigo. De hecho su único amigo.

"Eloy..." Se dijo, antes quedarse dormido.

...

 

Luz... brillante.. Mucha luz, como los rayos del sol. Todo a su alrededor brilla... parece un palacio. Hay oro y riquezas por todas partes... El aire es cálido y refrescante, el aroma de las plantas y las flores los rodea por completo. Hay jóvenes doncellas y hermosos muchachos en esa extraña e inmensa habitación. Exótica, por la naturaleza que habita en ese estancia mezclándose con gracia en cojines, alfombras y otros extraños utensilios para favorecer el descanso. Las risas de unos hombres distraen a Armand, está desconcertado... de repente se encuentra en ese lugar... mira a su alrededor. "¿Qué hago aquí?" Se pregunta perdido ante la situación... Todas las miradas se central en él, todos los presentes lo miran con respeto y miedo... Las risas a su lado no cesan. Son los soldados, conoce esos hombres... siempre están con su bello hombre. Al parece, él no esta presente...Un mujer, no muy hermosa, pero vestida con elegantes y bellas ropas le habla. Armand la mira, ya que se dirige a él. Por las joyas que lleva, el joven deduce que es alguien importante.... Parece una princesa.

He venido…_ Dice con dificultad_ a suplicarte por la vida de mis hermanas, de mi madre y de mi abuela_ Las risas vuelven a sonar. La princesa extrañada y algo alterada, se gira y mira a un hombre que esta a su derecha, parece ser su consejero. Ese hombre baja la vista con miedo y con vergüenza, al parecer se ha dado cuenta de su error.

La princesa mira hacia otro lugar con sorpresa.

_ No te equivocas, Princesa Estatira..._

Armand reconoce al bello hombre, sintiendo una gran emoción en su pecho. Se gira hacia la voz rápidamente. "¡Esta ahí!" Grita su corazón, volviendo a la vida de nuevo... Todos esos días sin verle le habían demostrado, convencido, que necesitaba esos sueños. Necesitaba a su bello hombre... Lo amaba, así de simple. ¿Por qué? No lo sabía, lo único que sabía era lo que le decía su corazón, y él ya había hablado.

Sus ojos le observaban detenidamente... Su bello rostro, su porte elegante, fuerte... brillaba más que cualquier riqueza que les rodeaba... Era como el sol... Grande, majestuoso...iluminando a todos a su alrededor, dándoles parte de su fuerza y calor...

_ El también..._ Continuo diciendo mirándole a los ojos, con intensidad durante unos segundos.

Entonces y sólo entonces Armand lo entendió de verdad...Esa mirada, la forma en que le miraba... Él era... Si él era el hombre sin rostro "Su amante le miraba a él" sólo miraba de esa forma a su amante... a él.

_ Es... ¡ARMAND!_

 

"¿Armand?"

 

¡ARMAND!

 

¿¿¿Armand???

 

_¡¡¡Armand despierta!!!_

 

El joven despertó de golpe. Abriendo los ojos desconcertado y perdido por el grito. Durante unos segundos no supo donde se encontraba..."Mi habitación" le dijo alguna parte de su mente con urgencia.

_ ¡Ya era hora! hace más de 10 minutos que intento despearte_ Le dijo una suave voz a su lado.

_ ¿Eloy?_ Preguntó Armand, aún algo confuso.

_ Sí, soy yo_ Le dijo su joven amigo mirándole a los ojos, con una radiante sonrisa en el rostro_ Eres como un oso..._

Los dos jóvenes se miraron a los ojos durante unos segundos. Armand se perdió en la mirada de miel, que eran los ojos de Eloy... Su amigo era realmente hermoso, alto, fuerte, con una sonrisa que robaba el alma a cualquiera y con unos cabellos largos y dorados como el oro. Eso junto con sus ojos vivos y inteligentes color de miel, le hacían irresistible.

"¿Por qué no me enamore de él?" Se preguntó Armand.

 

 

 

Continuará...

 

¡Hola a todos!

Espero que les guste mi segundo capitulo, sé que es muy corto. Lo siento, pero es que no me gusta mezclar acontecimientos.

 

En el capitulo tres explicare más cosas de Eloy y como se conocieron en el hospital cuando tenían los dos ocho años ^^

¡Muchas gracias por leer!

Y por favor Comentarios...

Si tienen alguna duda me pueden enviar un E-mail.

 

Zoe Wayne


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