Capítulo 2 "Luego de una larga semana..."
El segundo encuentro - aunque es una exageración decir encuentro - ocurrió tres días después.
Me fui en moto al establecimiento del mecánico, le devolví su paraguas y le encargué la motocicleta: le dije que volviera a llamar al número que le di y las personas que vendrían se encargarían de lo demás
Les dejé instrucciones de que, cuando vieran que yo estaba en frente de la empresa, estacionaran la moto en el lugar de siempre: así nadie se daría cuenta de que no llegaba en mi medio de transporte favorito
Y una vez más, me adentré en las profundidades de la Tierra...
¿Se preguntarán por qué no andaba con las prisas? Pues arreglé con otosan mi horario de entrada: me dio autorización de llegar uno hora más tarde (le inventé que estaba tomando un curso de administración de empresas por la noche y que estaba más cansado); con ese pretexto podría estar a tiempo en el metro para encontrar a Naruto
Así que tranquilamente esperé a que llegara el tren...
En la estación Tlatelolco había logrado apoderarme de un asiento pegado a la ventanilla, y cuando el tren salió del túnel a la zona iluminada, lo descubrí entre la gente: vestía un pantalón azul, una camisa blanca con gorra y un saco azul marino, complementando este conjunto con una bufanda anaranjada y con sus guantes de cuero negro; llevaba el paraguas de la ranita en las manos
Mi vagón lo dejó atrás, no supe a qué distancia. Quise bajar para instalarme en el vagón posterior y luego, en cada una de las paradas, retroceder de carro en carro hasta dar con él. Pero era tarde, ya sonaba el timbre anunciando que se cerrarían las puertas ¡¡¿qué rayos me pasaba?!!! ¡¡por que me quedé parado sin hacer nada como un baka?!!!!
Pero no era momento para reprocharme
De todos modos me levanté, listo para la salida y el nuevo abordaje en la próxima estación: Hidalgo.
Cuando llegamos a dicha estación había centenares de gente... ¡¡¿cómo era posible que hubiera tantas personas?!!! Ya me imaginaba la manera en que viajaban: todos aplastados como sardinas y tratando de respirar, jijijijiji
Los carros llevan unos letreritos que exigen "Antes de entrar deje salir", pero nadie les hace caso. Había mucha gente tratando de entrar al vagón, así que era oportunidad para utilizar mi Taijutsu: empujón y codazo; logré meterme al carro que seguía.
En Juárez fue más fácil pasar al otro, que recorrí sin hallarlo.
También en Balderas había muchísimas personas, pero conseguí abrirme paso y a punto de entrar al vagón vi a Naruto huyendo, perdiéndose entre la apresurada multitud que avanzaba por los pasillos.
Ustedes pensarán "genial! Finalmente lo siguió y habló con él para arreglar una cita ¿ne?"
PERO NO!!!!! ¡¡¡ME QUEDÉ COMO UN BAKA PARADO VIENDO CÓMO SE MARCHABA!!!!
Seguí siendo patético
Lo vi otra vez un Martes
Sonaron los timbres, las puertas comenzaron a cerrarse.
Naruto, fugaz aparición, entro corriendo al andén y con gesto rabioso se detuvo a dos metros de las hojas de vidrio y de metal que se aproximaban con desesperante lentitud y, así, nos separaban.
Vestía con un pantalón negro y un suéter anaranjado con negro, tenía una espiral roja en la espalda a la altura del pecho.
En los vagones, al lado de las puertas, hay unas pequeñas palancas rojas - rojas como la espiral roja del suéter de Naruto - que deben ser manipuladas en caso de emergencia, como lo revelaba el furioso alargamiento de los labios de Naruto y, entre sus dientes, la exclamación que la distancia o el descuido no me permitieron escuchar...
Aunque debo decir que la cara que puso Naruto, en lugar de ser de rabia... era como un pucherito que hace un niño pequeño cuando estaba molesto ¡¡que kawaiii!!! Esperen... ¿Yo dije "kawaii"?!!!
Pero no me atrevía a provocar el pequeño escándalo de una detención brusca.
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Jueves.
Naruto puntual, esperaba en el convoy en la estación Guerrero.
Era un día claro y no llevaba el paraguas.
Puntual y predecible - esta vez viajábamos en el mismo vagón - abandonó en Balderas.
Yo me había hecho mis cálculos - al fin, siendo el segundo hijo de Fugaku Uchiha; siendo dueño de numerosas fábricas y egresado de una de las mejores Universidades del país, actualmente segundo ayudante de los negocios de la empresa de comunicaciones marítimas "Uchiha´s" -.
El trenecito metropolitano hace unos ocho minutos de la estación Basílica a la Guerrero. Yo abordaba, segundos más o menos, a las siete y media, y por tanto Naruto se presentaba en el andén faltando unos veinte minutos para las ocho. Eso indicaban las estadísticas.
Decidí arriesgar. Lo que quiere decir que aquella mañana salí de casa 20 minutos antes.
Entré a los túneles de la estación Basílica quince minutos antes de la hora acostumbrada. Bajé en Guerrero antes de las siete y media.
Esperé.
Naruto apareció, exacto, cuando mi reloj marcaba 7:39.
Me ubiqué a su lado y entramos juntos al vagón y entendí que era un día mágico porque había dos asientos desocupados juntos.
Uno lo tomó Naruto; el otro, yo.
¡¡Finalmente estaba a su lado!!! ¡¡Finalmente podría hablarle y conseguir una cita!!! ¡¡KYYYAAAAAA!!! ... etto... creo que me emocioné demasiado
Mi corazón latía fuertemente... mis manos sudaban... mi piernas temblaban... ¡¡¡¡NO PODÍA ARTICULAR NINGUNA PALABRA!!!!!!!!
-Supongo que lo primero que se tiene que decir es "Ohayo", datte bayo - me dijo una voz suave y cálida
¡¡ESTUVE A PUNTO DE MORIRME DE UN INFARTO!!! ¡¡¡NO LO PODÍA CREER!!! ¡¡¡NARUTO ESTABA HABLANDO CONMIGO!!!
-... es... es lóg... lógico... -¡¡¡¿YO ESTABA TARTAMUDEANDO?!!! - Soy... soy Sasuke... Uchiha Sasuke... yo... tenía... deseos de... hablarle... - sentí cómo la sangre se me subía a la cara ¡¡ME SONROJÉEEEEE!!!! ¡¡¡NOOOOO!!!
Lo peor de todo es que él lo notó, porque dibujó una dulce sonrisa en sus labios... una sonrisa que hizo que todo se iluminara de repente... tal vez no fue tan malo que me sonrojara
-Era obvio... - continuó - La primera vez que lo vi pude notar su curiosidad por mí... debo confesar que al principio pensé que era un loco obsesivo maniático - fruncí el ceño, cosa que provocó que el sonriera de manera divertida - Pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocado: usted parece un buen chico, datte bayo
-A... Arigato.... - ¡¡¡¿ACASO NO PODÍA ARTICULAR MÁS DE UN MONOSÍLABOS?!!!!!
-Es extraño - ahora él me miró con curiosidad - No pensé que usted fuera alguien tímido
-¡¡NO SOY TÍMIDO!!! - dije subiendo la voz, esto provocó que todos en el vagón voltearan a vernos, bajé la cabeza apenado
-Supongo que este no es el lugar adecuado para platicar - sacó un cuaderno y un lápiz; escribió algo - Aquí tiene la dirección de "El Kyubi", es una Cafetería cerca del Centro.... tal vez no es un lugar que usted frecuente, pero tiene buen ambiente; si aún tiene curiosidad por mi nos vemos el Sábado a las 5 p.m, datte bayo - Llegamos a Balderas... él se levantó y dirigió a la salida - Hasta luego... - y me sonrió...
¿Qué que hora es? ¿Qué en donde estoy? ¿Qué quien soy? ¿Me repites la pregunta? ¡¡¡¡¡¡¡NOOOOO LOOOOO SEEEEEEEE!!!!!! ¡¡¡¿QUÉ IMPORTABA!!!!!!!??? ¡¡¡¡¡¿HABIA CONSEGUIDO UNA CITA CON UZUMAKI NARUTO?!!!!!!! ¡¡¡¡SSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Los días siguientes se me hicieron eternos, lo único que hacía era pensar en las palabras de Naruto y en su sonrisa.... ¡¡¡QUE KAWAIII!!!!
Impacientemente esperé el Sábado... y después de largos días de desvelo (aunque en realidad sólo fue en la noche del Viernes), finalmente llegó el día tan deseado....
Eran las 4:45 cuando llegué a la cafetería "El Kyubi": era un lugar no muy grande, varias mesas repartidas a lo largo, una barra en el extremo derecho y un pequeño escenario en el centro...
Me senté en una mesa cerca de la barra y esperé... Naruto tenía razón.... era un lugar con buen ambiente
-Que bueno que ya llegó - sonó una voz detrás de mí; volteé... era Naruto.... vestido de mesero: pantalón negro, camisa blanca de manga larga y un chalequito del mismo color que el pantalón
-Etto.... yo....
-Mi turno termina en 15 minutos, ¿podría esperarme ese tiempo o tiene algo más que hacer? - me miró de manera tierna y con cierta melancolía
-Hai... lo... yo lo espero...
-¡Genial, datte bayo!
Y se fue a atender a unos tipos de otra mesa...
Suspiré... ¡¡me quedé totalmente sorprendido!! No esperaba que Naruto trabajara en ese lugar!
Después de 15 minutos, mi rubio se metió a la cocina y salió vestido de civil: con un pantalón negro, un suéter cerrado color azul con una pequeña espiral roja en su lado izquierdo y sus guantes de cuero negro
Se dirigió a donde yo estaba y se sentó
-Disculpe la tardanza - me sonrió tontamente - Pero es que había mucha gente que atender, datte bayo
-No... no se preocupe...
Me miró por unos instantes... bajó la cabeza...
-¿Le molesta que sea mesero de este lugar? - sus ojos eran ocultados por sus cabellos rubios
-¡¡POR SUPUESTO QUE NO!!! - respondí enseguida - ¡Ningún trabajo es malo mientras sea honrado! ... por lo poco que vi usted está a gusto ejerciéndolo, no tiene nada de malo - cuando terminé noté que Naruto estaba impresionado
-¡Arigato! - me sonrió hermosamente - Me preocupé de que usted se molestara al enterarse de que trabajo aquí
-No me molestó eso...si no que... no me lo dijera
-¡Ah! ¡Gomen! Pero es que el vagón del metro no era un lugar adecuado para platicar
-Es cierto...
-Por cierto - sujetó mi mano y la agitó - Mi nombre es Uzumaki Naruto
-Lo se...
-¿Lo sabe?
-Si: usted me lo acaba de decir ¬_¬ - dije esto para no ser tan obvio
No se cuanto tiempo pasó... pero es que el tiempo junto a Naruto fue genial: platicamos de cosas triviales, jugamos un poco (porque había una sala de juegos), cantamos un rato y luego comimos helado, ¡nunca me había divertido tanto!