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La perfecta cura por yaoiana

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Notas del capitulo: Ciel acepta la medicina que le ofrece Sebastian.

Sebastian: no me dijo que quería curarse?

Ciel: podre ser joven, pero no tengo ni un pelo de idiota, no volverás a aprovecharte de mi inocencia.

Sebastian: yo nunca haría eso; además su alama me pertenece, esto pasaría algún día y yo quiero que suceda ahora.

Ciel: Sebastian, te ordeno que te retires de mi habitación.

Sebastian: se que usted también lo desea, he visto como me observa con lujuria; como busca algún pretexto para que yo  este a su lado.

Ciel: es que acaso no tienes vergüenza, como te atreves a decirme eso.

Sebastian: siento si fui altanero, pero como le había dicho antes, la tarea de un mayordomo es serle fiel y sincero a su amo, porque usted no puede serlo conmigo? –Mirando tristemente a Ciel-

Ciel: dejemos ese tema, estoy algo indispuesto.

Sebastian: de acuerdo mi señor; pero estaré aquí a su lado para cuidarlo o por si decide implementar esa medicina.

 

Ciel se acomodo en la cama; Sebastian estaba sentado a su lado y temporalmente cambiaba los paños en la frente de Ciel.

Ambos se sentían perturbados, sabían que si alguno de los dos daba el primer paso algo sucedería.  Habían pasado ya varias horas, abriendo una hermosa noche en el cielo.

Sebastian observaba la noche; cuando sintió que Ciel respiraba hondamente.

Sebastian: amo, que le pasa? –preocupado-

Ciel: Se… Sebastian

Sebastian: amo, tiene mucha fiebre, voy por agua

Ciel: quedate… a mi lado Sebastian –respirando hondamente-

 

Sebastian junto sus labios a los  de Ciel, el menor se sorprendió, pero no tenia fuerzas para objetar, así que se dejo llevar.

 

Sebastian: lo llevare a un hospital.

Ciel: no… no quiero

Sebastian: pero amo; esta muy grave.

Ciel: continua

Sebastian: que trata de decir?

Ciel: quiero que tu me cures

Sebastian: ¡QUE! –sorprendido-

Ciel: si tú no me curas, no creo que ningún doctor lo haga

Sebastian: esa es su orden mi señor?

Ciel: si

Sebastian volvió a besar a Ciel; se posiciono encima de el mientras que el pequeño disfrutaba del beso.

El mayor lamia con lasciva los labios de Ciel, cuanto había esperado por ese momento; cuanto había añorado porque el alma y el cuerpo de ese pequeño le pertenecieran por completo.

Ciel respiraba agitadamente, dándole ventaja a Sebastian para introducir su lengua en la húmeda cavidad del menor. Al principio el ritmo del beso fue lento; pero a medida que fue creciendo la pasión en ambos, aumento descomedidamente.

Ciel rodeo con sus brazos el cuello de Sebastian, atrayéndolo hacia el y prologando mas su contacto. Despues de varios minutos en que sus lenguas se conocieran  y se unieran, la falta de aire obligo a que se separaran.

 

Ciel: Se… Sebastian yo..

Sebastian: shh, no diga nada; deje que por  esta noche yo de las ordenes –poniendo su dedo índice en la boca de Ciel-

Ciel asintió, dándole así, a Sebastian, el permiso que tanto deseo.

Volvió y lo beso pero mas apasionadamente, Ciel suspiraba con cada una de las caricias que Sebastian le propiciaba. El mayor se detuvo en su cuello, lo lamio y succiono tanto que dejo un nítido rojo en la blanca piel.

 

Ciel: ahh.. Sebastian –jadeando-

Sebastian: esta marca significa que usted ha sido mio.

Ciel: eso lo dices a todas las almas que te pertenecen?

Sebastian: no

Ciel: entonces? –dubitativo-

Sebastian: con usted he aprendido cosas valiosas, eso es porque cuanto estoy a su lado todo es perfecto.

Ciel: ¡Se.. Sebastian! –Sorprendido-

Sebastian: aunque usted se volviera ciego, yo seguiría a su lado siendo sus ojos, si llegase a perder su voz, hablaría por usted; si se volviera sordo yo seria sus oídos; siempre le seré fiel a mi joven señor –besándole la mano-

Ciel: tan valiosa es mi alma para ti?

Sebastian: usted tiene la fidelidad de un demonio y no solo eso; usted es una persona afortunada por tener a un demonio rendido a sus pies.

Ciel estaba en shock, nunca pensó escuchar esas palabras de Sebastian, estaba confundido; estaba en creerle o no; sintió como las manos de Sebastian acariciaban su rostro.

 

Sebastian: me he enamorado de usted amo; tal vez soy un mal mayordomo por eso; por eso ruego que me disculpe.

Sebastian espero a que Ciel lo regañara por sus palabras, pero no esperaba que Ciel lo besara.

El pequeño unió sus labios con los del mayor; disfrutando así del diminuto contacto.

 

Ciel: como esperabas a que yo dijera lo que sentía a un demonio?, ha alguien que solo estaba conmigo porque yo era su pertenencia?

Sebastian: tal vez fue así al principio, pero ambos caímos en nuestro propio juego –sonriendo –

Ciel: tonto

Sebastian: continuamos? –riendo pícaramente-

Ciel: dijiste que por esta noche darías las órdenes –sonriendo maliciosamente-

Sebastian: entonces esa será mi primera orden.

Notas finales: ESPERO QUE LES GUSTE... continuara y dejen porfa sus comentarios.

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