Se oye un ruido en el bosque, un Ruido como si algo se aproximara a alta velocidad,
hacia la mansión Phamtomhive era, el fiel Mayordomo de Ciel Phantomhive. Que durante la noche comenzó la restauración de la mansión, solo como un demonio lo podía hacer Rápido, eficaz y perfecto. A ese paso la mansión estaría reconstruida en tres días como máximo. En la madrugada, Sebastián volvió a la habitación y vio a su Bocchan dormir placidamente
Sebastián: Si tan sólo fuera así para siempre…Tan tranquilo…tan cálido. – Se sentó en la cama y acerco su mano al rostro de Ciel de igual forma a cuando se suponía que se adueñaría de esa pequeña y exquisita alma. Sin darse cuenta comenzó a acercar su rostro al del pequeño phantomhive pero este solo se limito a moverse en sueños y susurrar un nombre. Sebastián…El demonio se alarmo pensando que este se había despertado pero solo estaba hablando dormido. Se acercó y le beso la frente, lo miró un poco más a ese pequeño y angelical niño se levantó de la cama y fue a su cuarto cuando comenzó a desnudarse escuchó un ruido proveniente del pasillo que daba de su habitación a la de su amo. Y supo que era él, Sebastián ignoró su presencia y siguió desabotonándose la camisa hasta que sintió unos brazos rodear su cintura.
Sebastián: Bocchan?
Ciel: Sebastián...Tengo frío.
Sebastián se voltea y se encuentra con la cara de Ciel, que aún se encontraba abrazandolo por la cintura.
Ciel: Sebastián, tengo frío…
Sebastián: Bocchan, esta frío
Ciel: Es por que, tengo frío –con un poco de molestia en su voz-
Sebastián: -lleva su mano hasta la frente del joven phamtomhive- Bocchan, usted tiene fiebre…-tomo unos mechones, húmedos y los removió de la frente y de su pequeño rostro-Será mejor que se vaya a su habitación y se acueste, yo enseguida le llevare la medicina.
Ciel: No, no quiero eso, no quiero irme a mi habitación, quiero quedarme aquí.
Sebastián: Como usted ordene, si me disculpa, iré por la medicina y luego usted se quedará aquí y yo me iré al otro cuar...
Ciel: No, yo…me quiero quedar, aquí…contigo.
Sebastián: Bocchan la fiebre lo está haciendo delirar, Recuéstese…
Ciel: Por qué, no…entiendes lo que…quiero decir…-Se desploma y cae de rodillas al suelo- Sebastián…-lo mira con ojos de perro aforrándose a sus pantalones y hablando entrecortado debido a la fiebre- déjame…quedarme aquí contigo.
Sebastián: como usted ordene Boochan, pero antes déjeme ir por la medicina –al decir esto, levanta al pequeño y lo lleva hasta la cama, para luego arroparlo- Enseguida vuelvo.
Ciel: Está bien –Con una débil sonrisa y los ojos entrecerrados-
Sebastián se retiro de la habitación y en pasillo hacia la sala, no podía dejar de pensar en las palabras de su amo.
Sebastián: [serán esos sus sentimientos reales? O solo es delirio por la fiebre? Mejor me apresuro y dejo de pensar en eso]
-toca la puerta-
Sebastián: aquí le traje su medicina –se aproxima con la cuchara y la medicina en ella- Por favor coopere y tómesela.
Ciel: es…amarga –hace un gesto de asco- Sebastián…ahora…pondrías quedarte aquí conmigo?
Sebastián: Por supuesto, Bocchan...
Ciel: pero no solo al lado mío, yo quiero que estés aquí –dice lo siguiente palpando el lado libre de la cama-
Sebastián: Bocchan, No creo que sea adecuado que un mayordomo como yo, duerma al lado de su amo.
Ciel: Sebastián...ya no te lo digo como petición es una orden…
Sebastián: como ordene.-Dicho esto se pone una bata como la de ciel y mete a la cama junto a él- Bocchan esta actuando muy extraño pero supongo que es causado por la fiebre, por ahora duerma por favor.
Ciel: Sebastián…abrázame…aun siento frío
Sebastián rodea al pequeño con sus brazos y este se agarra del torso de este.
-----Al Día siguiente------
Ciel: -en su sueño…- humm que rico huele… que será? –Abriendo los ojos lentamente- Aahhh!! Que hago aquí!?, esta no era la habitación donde me quede ayer en la noche!
Sebastián: -apareciendo en el marco de la puerta con el desayuno recién preparado en una hermosa bandeja de plata- oh ya veo que se despertó bocchan.
Ciel: Sebastián, que hago aquí?
Sebastián: no lo recuerda?, ayer a media noche, usted tenia fiebre pero al parecer no quería estar solo y me dijo que quería quedarse por la noche conmigo
Ciel: -se sonrojo al haberlo recordado- bueno eso no importa.
Sebastián: Entonces le diré las cosas que tiene que hacer el día de hoy, Se necesitan obreros para que reconstruyan la mansión, tiene que continuar con sus clases de violín, y a la tarde iremos a visitar a su modista para que le haga nuevos trajes ya que al parecer esta creciendo y gracias al incendio solo tiene 2 trajes de cambio además de la bata.
Ciel: entonces ve y contrata a los obreros que sean necesarios,-dice a medida que Sebastián lo iba vistiendo- quiero la mansión phantomhive reconstruida en menos de 3 días.- y por ultimo las botas-
Sebastián: dónde desea desayunar?, aquí? o en la sala?- mientras se pone en pie-
Ciel: en la sala, quiero ver por la ventana mientras desayuno.
Sebastián: Como desee amo. –Haciendo una reverencia toma la charola de plata y la conduce a la sala en el carrito y deja la taza de té de su amo junto a unas tostadas- Bien amo, si me permite, iré a contratar los obreros…Volveré antes del medio día, con permiso…- Y diciendo esto, Sebastián fue a contratar a los obreros.-
Ciel: por que me abre comportado de esa manera ayer?, no creo que aya sido todo culpa de la fiebre, maldición, lo que ahora me ‘preocupa’ es que Sebastián ahora se lo tome como una especie de ‘ventaja’ para burlarse de mi, el pensar en esto me hace hervir la sangre, pero…por ahora mejor no pensare en eso, mejor aun pensare en el modo de entretenerme de aquí al medio día –mirando fijamente el reloj de pared- y todavía recién son las 10...humm veré que tipo de libros tienen aquí.-se paro de la silla hasta los estantes, que tenían libros, tantos que estaban bien apretaditos uno del otro, sacó uno, luego otro, luego otro y otro y así se llevo toda la mañana sin encontrar ningún libro interesante o de su gusto, esto lo hizo irritarse un poco- Este Sebastián por que se demora tanto…estupido mayordomo.- del aburrimiento y el enojo fue a su habitación y se recostó un momento en la cama, después de todo más tarde tendría que hacer muchas cosas triviales para la vida de un conde o mejor dicho aun…triviales para un niño que esta en formación, así que pensó en cerrar los ojos, y mientras lo hacia…-
Sebastián: humm…parece que el pequeño conde, no puede soportar una mañana sin quedarse dormido. –En tono de burla-
Ciel: Sebastián!, no vuelvas a repetir .
Sebastián: que cosa, bocchan?
Ciel: lo de pequeño, ya tengo 13 años y muy pronto tendré los 14 y no soy yo el que está creciendo, más bien tú eres el que envejece.
Sebastián: bocchan, le recuerdo que yo soy un demonio como mayordomo, por lo tanto no envejezco.
Ciel: humm
Sebastián: quiere el informe?
Ciel: por supuesto.
Sebastián: bueno aquí tiene –le entrega una buena cantidad de papeles y ciel los recibe- como podrá observar hemos contratado una gran cantidad de obreros, para ser exactos 90 obreros, que se encargaran de reconstruir la mansión tal y como era antes.
Ciel: bien…
Sebastián: hay algo que desee que haga my lord?
Ciel: …
Sebastián: my lord?
Ciel: quiero que me respondas… ¿Cómo es que recuperaste tu brazo izquierdo?
Sebastián: ah…Son términos un tanto confusos para un humano, pero tratare de explicárselo en las palabras más simples. Una vez que un demonio pierde su brazo, puede que este se vuelva a regenerar, igual como le sucede a las lagartijas cuando son atacadas pierden la cola para distraer al depredador, en mi caso mi brazo fue cortado, pero de igual forma puedo regenerarlo, una vez que se vuelve al ‘infierno’ el poder de regeneración es mucho más rápido, no se si me entiende.
Ciel: Si, mi otra pregunta es... ¿Por qué no tomaste mi alma?
Sebastián: Creo haberle respondido ya esa pregunta.
Ciel: pero no quede satisfecho con tu respuesta, así que por favor, responde.
Sebastián: En resumidas palabras bocchan, El único que tenía el sello del contrato después de que perdí mi brazo era usted, además de lo mencionado anteriormente, yo pude haberme apoderado de su alma y así darle fin al contrato, pero, yo no quiero tener una vida tan vacía como la de otros demonios, que lo único que saben hacer, es: comer, engañar humanos y apoderarse de sus almas.
Ciel: Pero…esa noche cuando acabaste con el ángel genocida, yo me deje caer y libere mi registro cinemático. Según lo que nos dijo Grell, cinemátic Record es para ver los recuerdos de aquellos que están en la lista para ser juzgados por Dios. Si yo, lo libere quiere decir que yo iba a morir?
Sebastián: Se equivoca, bocchan. Usted era capaz de controlar su cinemátic record, usted puede liberarlos y recuperarlos a su antojo.
Ciel: es verdad…Entonces ¿por que el Undertaker dijo que yo estaba apunto de morir?
Sebastián: Quién sabe…quizás sólo era una pequeña broma. Aunque…nunca he comprendido el sentido del humor de ese sepulturero.
Ciel: humm…
Sebastián: Bien, si no tiene más preguntas que hacerme…Es hora de cumplir con la agenda del día de hoy.
Dicho esto ambos se dispusieron a salir.