Jalaba su cabello para arriba, los lados y revisaba todo el contorno de su rostro; ya había revisado toda la ropa y no encontraba, a su entender, razón alguna para que se asustara, además, era la única que salía corriendo sin siquiera haber puesto un pie a dos metros de distancia del local.
De acuerdo, no le importaba, por lo menos no en verdad, pero lo tenía intrigado. Depués de todo era un asesino en la noche, podría ser que la chica se haya dado cuenta, o talves... ¿Lo habría visto? Pero ¿Cuándo y dónde? Aya volvió a negar con la cabeza, no sería tan incistente si supiera que era un asesino, seguramente habría recurrido a la policía y... esta no le habría creído ni una palabra. Pero entonces, para que los vigilaba. ¿Esperaba a que hicieran algo que los delatara?
"¿Qué problema?" Pensó abatido mientras recargaba la frente en el espejo, se despejó la mente con un poco de agua y luego salió, comenzaba otra mañana en el koneko-house.
Youji había seguido los movimientos del pelirrojo desde la rendija de su puerta apenas abierta. Lo había visto salir de su cuarto somnoliento, había escuchado el ruido de la regadera, y se había preguntado por que tardaba tanto en salir; estuvo a punto de ir a averiguar si le había pasado algo, afortunadamente, salió en ese instante de duda.
Aún no lo entendía, empezaba a acelerarsele el corazón en cuanto lo veía; y luego se preguntaba que pensaría o que le gustaría; su cabeza le daba vueltas, o ¿era el estómago?, talves las dos cosas. Espero unos minutos y salió a arreglarse; no importaba cuanto quisiera faltar al trabajo ese día, no podía escaparse; y es que su corazón lo inquietaba y quería ver al otro, pero luego se sentía perdido en si mismo y se volvía torpe, en definitiva no deseaba que Aya notara sus actitudes. Pero hacerse el enfermo tampoco era una buena salida, seguramente Aya tendría que subir a checar si estaba bien. Un sonrojo se escapo en el rostro del chico. "Tenerlo en la misma habitación". Por alguna razón, esa idea le agradaba, luego reaccionó en lo que estaba pensando, abrió el agua fría y metio la cabeza entera, esperando que su calentura se le bajara lo suficiente para no delatarse.
Abajo,Omi seguía revisando la agenda del Señor M. Seguían sin encontrar nombres concisos, sólo letras iniciales y apodos; pero entre las miles de cosas que lograron encontrar, obtuvieron la agenda del secretario o consejero, al fin y al cabo, era el segundo al mando. Repasaba hora por hora y día por día cuando sintió la presencia de Youji, quien pasaba velozmente hacia la cocina sin decir palabra.
-Youji, ¿Te sientes bien?- pregunto el chico al notar que no hubo el clásico saludo de "hola sexi-boy".
-Si, ¿Por qué...sexi-boy?-"si, ahora estoy perfectamente" se burló de si mismo con ironía mientras le dirigía una sonrisa al chico.- Es sólo que vengo pensando en cosas de adultos.
-Ahh. Anda extraño.
-Desde hace días.-afirmó Ken mientras ojeaba la pantalla de la computadora.-Anda como ido, alucinado...
-Torpe.-incluyó Omi justo después de que el rubio tirará una taza y se hiciera añicos.-realmente, anda como enamorado.
-¿Tu crees? Pero ¿De quién? Además es ¡Youji! …l no se enamora, el tiene sexo y diversión al por mayor, ninguna otra cosa le llama la atención.
-Si, pero me gusta creer que puede ser menos frívolo e interesarse por alguien.
-Para que eso suceda, debería volver a nacer.
Ambos rieron ante el comentario, realmente era difícil ver a Youji enamorado.
-¿Y ya encontraste dónde? o ¿Cuándo?
-Ash.-Omi sólo pudo poner una mueca de dolor antes de decir.- Es imposible, vienen cosas como allá dónde, aquel lugar que, todo viene en clave y no hay referencias.
Omi siguió bajando el cursor mientras ambos leían confundiendose cada vez más con las frases en clave hasta que...
-Oye, mira.- Ken señaló un día sábado al medio día.-¿Es el nombre de un teatro?
-Si, y se dónde esta. ¡Al fin! Empezaba a creer que esta misión no llegaría a ningún lado; aunque... la fecha de la obra es hasta dentro de dos meses.
-No importa. Esperaremos, mientras seguiremos rastreando a los que se pueda.-Aya acababa de salir al notar el animo de sus compañeros, él también estaba harto de estar sólo a la espera, pero sabía que era necesario tener calma para acorralar a la presa.
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Las adolescentes tenían abarrotado el lugar. Aya se tapaba una oreja tratando de no perder la paciencia, Ken se jaloneaba para poder atender a una señora y Omi no sabía como quitarse las preguntas de "¿Estás cansado?", "¿No dormiste bien?", "¿Tuviste pesadillas?". En cuanto a Youji, trataba de fingir lo mejor que podía interés en las chiquillas, pero su mirada traicionera pronto se iba a posar en los movimientos del pelirrojo; la verdad, si no hubiera sido por esa insistencia, jamás se habría dado cuenta de que el chico tenía su mirada clavada afuera, hacia ¿una chica? Más bien, una niña; pero ¿Porqué le mostraba tanto interés?
Aya empujó a las adolescentes para abrirse paso; una vez afuera, buscó de inmediato a la chica de todos los días. Estaba en la otra acera, con los brazos sobre el pecho y una cara de susto; en cuano vió que Aya la miraba, dió un paso hacia atrás y, antes de que el chico gritara "espera", salió corriendo hasta la esquina y dió media vuelta. Ya se esperaba esa reacción, pero esta vez no la iba dejar ir nada más así. Aya inició la persecución evitando dos autos que pasaban la calle. Siguió a la chica por tres cuadras más, giró y corrió otras dos más hasta que se internó en el parque; Aya, en cambió, dió la vuelta, saltó una cerca, luego otra y la alcanzó en la fuente, dónde, al tratar de detenerla, la tiró al suelo. La chica forcejeo mientras se recuperaban, Aya, simplemente insistió:
-Por favor, espera, necesito hablarte.
La chica se detuvo, lo miró a los ojos, sus ojos estaban llenos de inocencia y miedo, un miedo atroz; entonces, comenzó a llorar agitada. Aya soltó a la chica mientras la veía temblar. "¿Esto es lo que yo provocó?"se preguntó el chico al verla tan angustiada, jamás habría pensado que podría ser tan cruel y dañar a una niña quien, según sus paranoias, podía saber algo más. No era que fuera malo, ni que tuviera una cara de miedo, simplemente era su actitud; era tan reservado, tan frío, que seguramente pasaría por inhumano. Se levantó, agachó la cabeza y con una reverencia exclamó: "Sumimasen". Dió media vuelta y regresó al local, mientras la niña trataba de calmarse y levantarse.
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Aya no dijo nada sobre el incidente durante la cena, aunque todos actuaban como "tengo la espina, pero me da miedo preguntar"; bueno, Youji es el que parecía tratar de ser más distante, seguramente no le importaba.
"A él siempre lo tratan como una dulzura", Aya seguía preguntandose que era lo que hacía para ser tan molesto, y sin querer, terminó comparandose con el playboy."Lo saludan, lo tratan como si fuera uno más y no tiene chicas misteriosas que salen corriendo en cuanto lo ven. Bueno, talves, si corren, pero para abrazarlo". Suspiró. "Tengo que tratar ser más amable de ahora en adelante, no me gusta sentirme una especie de mounstruo; y de por si, ya soy asesino."
Al día siguiente Aya no se levantó temprano, claro que el único que lo notó fue Youji; de nuevo estaba ahí, parado como tonto enfrente de la puerta, debatiéndose por abrir o no. Colocó la mano sobre el pomo y... La puerta se abrió de repente mientras Aya salía adormilado. "Se acabó. Se va enfadar conmigo y nisiquiera tengo un buen pretexto por el cual estar frente a su puerta."Pensó Youji apesadumbrado mientras el otro se tallaba un ojo y recordaba su promesa.
-¿Youji?- preguntó aún planeando como no ser cruel o cortante.-¿Qué haces? ¿Enfrente de mi puerta? Ah... ¿Mientras estoy durmiendo?
-A yo... Yo... Yo...-tres yo y el pelirrojo no había dicho nada como "Ve al grano" o "Ya, sólo dilo" ¿Quién le había cambiado al chico?-yo estaba... Despertandote, es tarde y tú todavía no estabas despierto y es bastante raro y me... nos preocupamos, creímos que podrías haberte resfriado. Jeje. ¿No es así o si?
-No, estoy bien, sólo que me costó trabajo dormir anoche.-"¿Porqué le estoy aclarando a Youji que me pasó? "-Y estuve pensando en muchas cosas. Pero ya me levanté y voy a arreglarme.
Youji, aún sorprendido por la expresión de algo personal de parte del otro, alzó las manos y lo detuvo en su cuarto.
-Mejor duermete otro rato. Te traeré algo de desayunar, te tomarás el día libre y descansarás lo que no pudiste en la noche. Nosotros nos hacemos cargo del local.-Youji sentía una felicidad tremenda de poder consentir al pelirrojo y ,además, ¡este se dejó consentir! Regresó a la cama bostezando un "deacuerdo" sin preocuparse por cerrar.
Youji suspiró ilusionado. "Este será un buen día".
...