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Simpatía por el demonio por Aphrodita

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Notas del capitulo: Disclaimer: Saint Seiya y marcas comerciales mencionadas no me pertenecen (Lamentablemente).
Advertencias: Este fic es para mayores de edad. Si no lo eres en tu país de origen, por favor no lo leas, contiene material adulto y delicado.
No me hago responsable de aquellos padres que no vigilan lo que sus hijos hacen en internet.
Ya desde temprano escuchaba a sus hermanos causando alboroto en la mansin; era inimaginable el bullicio que solo cuatro individuos, cinco contando a la Diosa, podan hacer en un lugar tan inmenso. Seiya baj las escaleras con notable pereza, las voces de sus compaeros coparon sus odos:

—Eso es mo, no te lo comas. —Le exigi el peliazul al rubio, quien lo observaba jocoso, al notar sus claras intenciones de devorar la ltima tostada que descansaba sobre el plato.

Pero tuvo que presenciar como el Santo del Cisne se pasaba sus palabras por donde no le brillaba el sol llevndose dicha tostada a la boca para decir con excesiva calma y exagerado gozo:

—No vi tu nombre escrito en ella. —Elev sus cejas, autosuficiente, masticando con placer.
—Buenos das. —Salud Shiryu al ver al Pegasus de pie en la cocina— Quieres t?
—Ya Ikki... —Solicit Shun ponindose de pie para dejar la taza sobre la pileta—Es una tostada, djalo en paz, ahora preparo ms—Rog, por un poco de paz, pero tanto el ruso como el Phoenix seguan en la suya, comenzando una amena maana con una cotidiana pelea; hoy el tema, el punto de discusin: La tostada. Ayer haba sido el ltimo saquito de t.
—Deja Shun, yo las preparo—Se ofreci Saori; una de las razones por las cuales no contrataba cocineras era porque esas tareas sencillas deseaba hacerlas ella.
—Hoy tomar caf. —Dijo Seiya causando asombro, ya que no era de tomar esa infusin del infierno, como sola decirle.

Pero vaya que hoy, precisamente, necesitaba caf... Y en lo posible por va intravenosa. Y la razn de su mal dormir no era otro que el sujeto que estaba detrs de su espalda vigilando detenidamente a uno y a otro. Cada santo ensimismado con sus cosas, sin notar la presencia del invasor (y eso que estamos hablando de un tipo cuyo cabello desordenado le llega casi hasta el suelo y le cubre en parte su tosco rostro).

— Siempre tienes que ser el primero y el ultimo! Eh?! —Acus el peliazul, pero Hyoga ya no le prestaba atencin, se encontraba observando, con sus ojos bien abiertos, en direccin a la puerta.

Un silencio desgarrador sobrevino, fue Shiryu el primero en reaccionar sealando con su dedo ndice al antiguo enemigo pero igualmente sin poder pronunciar palabra.

— Y l? —Pregunt Andrmeda, prcticamente susurrando, sorprendido tanto como el resto.
— Que hace l en mi cocina? —Athena arque sus cejas, y aunque la pregunta son con aspereza, en realidad fue presa del desconcierto y no de un sentimiento de antipata.

No le molestaba tener visitas, ni tampoco guardaba viejos rencores, pero no era cosa de todos los das encontrarse en la cocina a un viejo enemigo.
La dama parpade, perpleja.

—Ah... l... S... —Coment el Pegasus con desgano rascndose la panza y levantando apenas la parte superior de su piyama rayado dejando entrever su ombligo—Es Belzeb—Acot, para restar dudas.

Las ojeras del castao llegaban hasta el suelo, su rostro ensombrecido de cansancio denotaba que haba pasado una mala noche. O mejor dicho, haba estado toda la jornada hablando con el sujeto, sujeto algo intimidado por estar ante tanta ventaja numrica por parte del otro bando.

—De eso nos damos cuenta, ponny—Exclam el peliazul serio—Pero qu mierda hace aqu?
—Ah... —Solt el menor—Tranquilos... ya no es un enemigo, es que necesita mi ayuda.

Se hizo a un lado para dejarlo pasar, Belzeb sin embargo se qued en su sitio, con su frente fruncida y una postura algo defensiva, observ nuevamente a uno por uno con notable reticencia. …l estaba all porque necesitaba la ayuda de Seiya, no tena nada que ver con el resto.

—T ayuda. —Pronunci Hyoga rascndose la barbilla.

Qu otra cosa poda hacerse? Seiya era as, cada da desconcertaba ms al grupo con situaciones nuevas; el Cisne siempre se pregunt como haca el Pegasus para acabar en esas extraas circunstancias, a veces inexplicables.
Como sea, la cuestin es que, aunque debera sorprenderle, no hizo ms que esperar una oportuna explicacin por parte del castao.

—Es muy imprudente de tu parte. —Acus el Dragn sintindose incomodo por la presencia de un ex enemigo cerca de su Diosa.

Ni conceba la idea de que su dama compartiese el mismo espacio geogrfico que ese tipo.

— Qu tipo de ayuda? —Pregunt el peliverde para distraer la conversacin y disipar el espeso ambiente que se haba creado e inmediatamente sonri, para luego acotar sin dar tiempo a una respuesta—Pasa, sintate y explcanos.

Shun observ a Saori, como buscando su completa aprobacin, sta reaccion recin con la cndida mirada de su guerrero y con energa pronunci:

—S... Claro... —Tom aire e intent, al igual que Andrmeda, sonrer para aplacar los nimos; total, el guerrero de Lucifer ya estaba ah—Sintate y desayuna con nosotros.
— Yo no quiero desayunar con este tip... ! —Ikki fue censurado por la mano del ruso. Y es que ste quera saber las razones de ese... monstruo, para estar all.
—No tengo hambre—Sentenci el otro peliazul con un tono de voz escalofriante—Ni tampoco quiero sentarme.
—Bien, no te sientes, pero... —Alent el rubio, liberando al Phoenix.
— Ruso de mierda qu... ! —Otra vez fue silenciado por Hyoga, pero esta vez apret ms fuerte.
—Te doy dos minutos... —Habl el pelinegro que, ya de pie, se haba erguido algo imponente, observ su reloj de pulsera y agreg con dureza—Para que nos digas que haces aqu.
—Shiryu... —Se sorprendi el peliverde mirndolo pasmado... Nunca lo haba visto a su amigo hablando tan serio y con tanta rudeza. Siempre tan amable para con todos.
—No tengo nada que explicarles a ustedes. —Belzeb elev sus hombros y carraspe, sin dejar de fruncir su frente.
—Bueno, pero esta es mi casa. —Explic Saori con dulzura—Y me gustara saber en qu puedo ayudarte—Finaliz diplomtica.
—Tranquilicmonos—Solicit Seiya actuando como mediador.
—Todos estamos tranquilos. —Espet el Phoenix separando de su cuerpo, con su brazo extendido, al molesto y censurador Cisne—Nada mas queremos saber que mierda hace este friki aqu.

Seiya se sinti avasallado por el ambiente y el cosmos de sus dems hermanos y Diosa, quienes lo observaban duramente esperando por una coherente explicacin, temiendo a su vez que no lo sea, sobre todo viniendo del Pegasus.

—…l quiere volver al cielo. —Dijo finalmente el castao.
— Al cielo? —Hyoga se desconcert ms que antes, si es que era posible.
—As es... quiere una segunda oportunidad—Le sonri clidamente al invitado, pero este se mantuvo en la misma postura sin ablandarse un pice—Le dijeron que se la podan dar, pero que para eso deba demostrar que realmente era merecedor del perdn divino.
—Sei... Entiendo menos ahora—Susurr el Dragn a punto de perder su paciencia, y eso que era una de sus virtudes tenerla— Que tiene que ver eso contigo? Con nosotros o con Saori?
—Para obtener el perdn de los Dioses... digo, de Dios—expuso el menor—Debe obrar de buena fe... —Observ a Belzeb— Cierto? —Buscando su aprobacin.
—Algo as. —Murmur el Serafn luego de asentir no muy convencido—O eso entend.
—…l tcnicamente perteneca al cielo—Sigui Seiya—Quiere volver... Est arrepentido de las cosas que hizo en el pasado, el tema es que no es tan sencillo, l debe demostrar verdaderamente nobles sentimientos.
—Esa es la parte difcil No? —Acot Shun sonriendo con afabilidad.
—Bien... Entiendo que no sepa lo que deba hacer pero... —La Diosa Athena no supo cmo hacer la pregunta sin ofender— Que tiene que ver todo este rollo contigo, Sei?

El mencionado comenz a rer incomodo, sealando con su pulgar al sujeto que aun estaba parado a su lado, para responder:

—…l me dijo que cuando se dio cuenta de que necesitaba ayuda... Pens en quien poda ser esa persona... Y bueno, ac est—Finaliz jocoso.

Era cierto: de todas las personas que haba conocido como Guerrero y demonio, sin lugar a dudas el Pegasus haba sido el ser ms noble y puro que haba tenido en suerte, conocer. Quin otra persona podra ayudarlo?
En la desesperacin Belzeb no pudo ms que pensar en el castao, porque si sobraba bondad en un corazn, era en el de l.

—No s qu espera que le ensee yo, est algo loco. —Continu el castao aun divertido—Pero considerando que me AVIS”—Remarc con nfasis dando a entender que en vez de “avisar” ms bien “amenaz”—Que no se pensaba ir hasta no obtener el perdn. Qu ms da?

Ni que fuera un perro que encontr en la calle.

— Ah! Bien! Perfecto! —Prorrumpi Ikki sobre pasado por la situacin—Ahora tenemos que vivir con mster seor "peludo y cara de ojete" slo porque Seiya es bueno. No! Si no bastaba con la Guerra contra Hades! Ahora esto!... A mi Dios me odia! —Remat a los gritos desapareciendo por la puerta trasera de la cocina.
—Creo que opino igual que el resto. —Generaliz Hyoga—No quiero que l est aqu. —Lo dijo con suma calma—No me importa si tu vida depende de ello—Reanud, dirigindose a Seiya—S te amenaz o qu... Pero lo mejor ser que se vaya.
—Gracias, Hyoga. —Suspir Shiryu, no soport la idea de tener que ser l quien lo dijese.

El Cisne le dedic una mirada de empata.

—A mi no me molesta. —Se anim a opinar Shun, en un balbuceo casi imperceptible.
—... —Saori no saba que decir en semejante momento, la mirada cargada de ruego por parte del Pegasus, como siempre, le ablandaba el corazn.
—Por favor Saori. —Suplic el castao tomando sus manos entre las suyas—Te prometo que limpiar toda la mansin yo solo... Durante un mes. Y regar las plantas en lugar de Tatsumi mientras est ausente! —Acot con entusiasmo—Ordenar mi cuarto todos los das Te har masajes! En los pies!
—Hay Sei... —Suspir la dama derrotada.
— Por favor, djame quedrmelo! —Solicit a lo ltimo.
—Sei... No es una mascota. —El ruso se encontraba al borde de la risa.
—Me parece muy imprudente—Atin a decir el Dragn—No lo conocemos verdaderamente para estar seguros de que no tiene otro inters.
— Con ms razn! —Ahora, Andrmeda, tom una postura ms definida y segura—Si se queda podremos conocerlo mejor. —Su lgica era irrefutable ?
— Somos dos contra dos! —Acot Seiya eufrico. —Y tres contra dos, si lo contamos a Belzeb. As que Saori...
—Dios mo... —Solloz sta, sin tener la posibilidad de decir que s, porque a la velocidad de la luz sus jvenes guerreros desaparecieron con el nuevo inquilino rumbo a la sala.

Hyoga y Shiryu se dedicaron miradas y negaron con su cabeza. Qu ms daba? Solo quedaba estar pendientes del sujeto y no permitirle estar cerca de la Diosa. Tarea difcil si vivan bajo el mismo techo.

En la sala, los dos Kido ms pequeos estaban atentos a su nuevo juguete; el guerrero de Lucifer se sent en el silln observando a uno y a otro.

—Primero deberas darte un bao. —Coment Shun pensativo.
— Y eso me va ayudar a ir al cielo? —Investig sarcstico.
—No, pero te va a quitar el olor a perro muerto que llevas encima. —Seiya parpade a la vez que el otro se olfate como un can.
—Y tambin deberas cortarte ese pelo. —Andrmeda se llev un dedo a la barbilla, reflexionando—La gente saldr corriendo cuando te vea caminando por la calle.
—Necesita ropa... —Concluy el Pegasus.
— Qu tienen de malo stas?! —Belzeb se observ a s mismo.
—Pareces salido de la dcada del 70 con esas calzas... Ni que fueras bailarn. —Explic el peliverde.
—Vamos Belzeb—Alent el castao—Primero ve a baarte, luego conversaremos sobre lo que... Lo que... — Cmo decirlo? —Lo que tienes que hacer para ir al cielo.
— Otra cosa! —Apunt Shun—No puedes llamarte Belzeb, suena muy feo.
—Es mi nombre. —Objet frunciendo el ceo, sumamente ofendido—Tu te llamas Shun y yo no digo nada al respecto.
—Pero es que... tiene connotaciones negativas. —Explic Andrmeda.
—Te diremos Bel... —El Pegasus le dedic una sonrisa logrando por parte del Serafn una mueca de resignacin.

Entre los dos lo arrastraron rumbo al bao, le explicaron cmo se usaban las cosas e intentaron dejarlo solo, pero cuando el peliverde dijo, simplemente por decir:

—No es tan difcil, no debe ser la primera vez que te baas.

Se llevaron una gran sorpresa al escuchar un:

—Pues s Que creen?

Ambos Santos de Athena se quedaron atnitos por tamaa revelacin, tanto que al castao se le escap un:

— Que sucio!
—Que pretendes, idiota?! —Se fastidi, de pie en el bao con una toalla en su mano— Era un ngel! O te piensas que los ngeles se baan?!
—Es cierto... —Esboz Shun.
—Que ahora haya tomado forma fsica no quiere decir que est acostumbrado a las cosas que los humanos hacen. —Casi escupa de la bronca—Bastante molesto ya de por s es todo esto. Apesta ser humano! Ese ciclo interminable de comer y defecar. El dolor y los sentimientos. Las necesidades. Y ni hablar de las limitaciones!
—Bueno ya... No te pongas tan sensible. —Pidi Seiya
— Ven?! Esto es rabia! —Dijo refirindose a su estado actual—Un sentimiento humano que, CR…ANME, acarrea muchos problemas!
—Bueno, no te sulfures... —Andrmeda comenz a preparar el bao.
—Y encima ustedes me dicen: "Que, nunca te baaste?!"! —Sigui despotricando—Mierda, carajo... Suficiente castigo es estar encerrado en un cuerpo, sentir el frio, el calor, el dolor... Y ustedes...
— Ya! No es tan terrible ser humano! —Estall el Pegasus ayudando a su amigo peliverde con la tina—Hay sentimientos muy gratificantes tambin.
—Ah... S?... Cmo cual? —Desafi el demonio.
—Pues... Qutate la ropa. —Pidi el castao para luego responder la pregunta. — El amor?
—Tsk... —Solt el guerrero—Ni ustedes pueden explicar bien lo que es. Ni ustedes entienden el amor!
—Bueno, pero si el orgasmo. —Acot con entusiasmo Andrmeda.
—Shun... —Se alarm su amigo. — Y t que sabes?
—Acaso... No te masturbas, Sei? —Cuestion el peliverde serio—Todo el mundo lo hace.
— Por todos los Dioses, Shun! —El Pegasus se sonroj de pies a cabeza.
—Es sano. —Argument cerrando fugazmente sus ojos y tomando de un brazo a Belzeb para arrastrarlo hasta la baera.
—Bueno, cambiemos de tema. —Pidi el castao prestndole atencin al guerrero, quien ya se haba metido dentro de la tina con agua cristalina y tibia. —En resumen hay placeres, sentimientos o cosas, altamente gratificantes.
— Como el sexo!
— Shun! Ya deja ese tema!
—Psh... —Buf el peliazul—Tener una ereccin es lo ms molesto del mundo, ni sabes lo que tienes que hacer con eso cuando se para.

Ambos Santos de Athena rompieron en carcajadas. Y entre los dos, le indicaron como deba hacer para asearse correctamente… Con algo de pudor; que no fue sencillo explicarle la higiene genital.

— Como pretenden que me tire hacia atrs la piel?! —Se horroriz el demonio.
—No duele. —Explic Shun con tono cansino—Debes lavarte bien ah abajo, o no querrs tener una infeccin... Ah s que odiars tener un cuerpo humano.

Resignado, aunque maldiciendo su suerte por lo bajo, meti su mano dentro del agua e intent hacerlo, pero le dio "cosa" y se qued as, sosteniendo su miembro flcido.

—Sei... Hazlo t.
— Porque yo?! No quiero tocrsela... —Se quej el mentado Santo algo humillado.
—Porque a ti no te molesta la idea de menersela a un tipo. —Expres el otro sabiendo las preferencias sexuales de su amigo, siendo el nico en saber ese "secretito".
—Ah... Entonces porque yo soy puto tericamente no me tendra que molestar menersela.
—Exacto.
— Estas equivocado! Con ms razn Shun! Me da vergenza!

Y mientras discutan, entre los dos quien deba hacerlo y porqu, no notaron, hasta pasados unos cuantos segundos, unos extraos movimientos por parte del inquilino nuevo.

— Que ests haciendo? —Cuestion Andrmeda innecesariamente ya que en parte comprenda lo que estaba sucediendo, no slo por la expresin de inconmensurable gozo en su rostro, sino por el movimiento continuo de su brazo.
—Ustedes me dijeron... Ahaaa... —Expres Belzeb. —Que hiciera esto.
— No que te masturbes, cerdo! —Exclam Seiya— Que tires para atrs y te limpies!
— Eso hice pero pas ESTO!

Luego del momento embarazoso que los tres vivieron, los Santos de Athena decidieron dejarlo solo al guerrero. Ya una vez fuera del bao, en voz baja, Shun atin a preguntarle a su amigo.

— Ests seguro de lo que piensas hacer, Sei?
— A qu te refieres?
—Que quizs Hyoga tenga razn. No sabemos en realidad qu es lo que busca.
—A mi me lo dijo; y me pareci sincero. —Adems de desesperado por un poco de ayuda. —Por lo que me cont, no la pas nada bien desde que est aqu en la tierra, atrapado, sin poder ir al infierno ni al cielo...

Aparentemente tanto Lucifer como Dios lo haban castigado.

—Ser difcil, Sei... —Dijo Andrmeda preocupado—No tenemos ni la ms plida idea de lo que tericamente tiene que hacer para obtener el perdn Y si se queda atorado en la tierra por siempre? Eso significara que... Qu significara? —Haba perdido el hilo de lo que pensaba decir.
— "Tenemos"? —Terci el Pegasus—Eso quiere decir que me vas a ayudar.
—Pues... No era la idea. —Elev sus cejas—Pero a m tambin me pone intranquilo que est aqu, adems has visto lo que es... Parece un beb recin nacido! No quiero tener que ensearle como comer, Ni menos como ir al bao!
—No, eso ya lo sabes. —Expres el castao—Ser divertido... —Acot con una sonrisa.
—Ser complicado. Sabes lo que implica reinsertar un individuo en la sociedad? Nunca viste Tarzan?
—Me aburra, y a la misma hora daban la Familia Ingalls. —Explic el menor.
—Tendramos que sacarlo a la calle, hacerle estudiar. —Razon el peliverde— Claro! Mediante la educacin un individuo adquiere los principios bsicos para desenvolverse dentro de la sociedad y su cultura.
—Ya pareces Shiryu... —Se mare Seiya regalndole a su amigo una mueca de extraeza.
— HEY! HUMANOS! VENGAN AQU! —Grit Belzeb desde el bao— EMPIEZO A TENER FRIO! Y NO ME GUSTA! —Explic con un tono sumamente amenazador.
—A todo esto... —Analiz Seiya regresando al tocador—Tarzan no saba hablar Cierto?
—Cierto... No manejaba el lenguaje humano. —Explic Shun—Hablaba "chimpanc" que es el idioma de los monos. —Toda la lgica del mundo. —Y Chita era su amiga, aunque para mi haba ms que una simple amistad. —prosigui el peliverde. —En un capitulo...
—No importa Shun, el punto es que Cmo podemos, entonces, comunicarnos con l?
— De qu hablan? —Investig Belzeb, algo hastiado.
—De Tarzan. —Dijeron los dos al unsono.
— Dnde est mi ropa? —Pidi de malos modos el Serafn.
— Oh! Cierto, iba a buscar algunas prendas mas. —Record Andrmeda—Pero tendrs que usar pantalones de mi hermano, los mos te quedarn muy cortos... Ni hablar de los de Seiya.
— Hey! Soy ms alto que tu...

Shun se fue en busca de las ropas en cuestin, hurg en los cajones de su hermano, y volvi al bao. Mientras Belzeb observaba con detenimiento el "uso correcto" de cada prenda, Andrmeda le susurr a su amigo algo que lo dej de piedra:

— Has visto que pedazo de cuerpo tiene?

Seiya abri sus ojos como platos, y se sonroj pavorosamente al descubrir que s, era algo infartante.

— Donde se consigue un cuerpo as? Yo quiero uno. —Musit el peliverde.
— Shun! —Se sorprendi el Pegasus por semejantes palabras, acaso su amigo era gay como l y nunca lo supo?
—Poseer uno. —Intent aclarar, pero termin por oscurecer ms el panorama. —Poseer en el sentido de tener uno para m...
—Shun... —Sigui horrorizado por tamaa revelacin.
—No en ese sentido Idiota!... No me gustan los hombres, nada ms que deseara YO tener un cuerpo as.

Ambos tosieron incmodos al notar la mirada inquisidora y persistente del Guerrero sobre sus personas, y para disipar el ambiente espeso que se haba creado, el Pegasus pregunt titubeando:

—Sabes vestirte No?
— Crees que soy idiota?! —Vocifer luchando con la ropa interior.
—Bueno, es que... como hay algunas cosas que no sabes... pensamos que... —Intent explicarse Shun.
—Nios... Existo desde tiempos inmemorables, que no sepa cmo manejar las limitaciones del cuerpo humano no quiere decir que sea incapaz de comprenderlo y de hacerlo. —Finaliz colocndose la camiseta blanca al revs.
— A cuanto que Tarzan no poda con eso! —Exclam el Pegasus triunfante.
—Tarzan es un personaje de ficcin. —Se defendi, con tono obvio, el joven peliverde (Tena una limadura de cabeza impresionante)
—Bel... Tienes la camiseta al revs. —Se anim a pronunciar el castao.
—Con razn... Ya me pareca. —Se la volvi a colocar y con el pantaln fue ms fcil, no haba que ser muy inteligente, ni haber existido desde siempre para comprender como se colocaba un jean. —Ustedes los humanos son tan complicados.
—Ahora queda llevarte a una peluquera. —Expres Andrmeda.

Nuevamente, los dos arrastraron a Belzeb hasta dicho lugar, que a decir verdad quedaba relativamente cerca en taxi.
Ms de una mujer lo mir como si de un aborto de la naturaleza se tratase, y los nios lo sealaban gritando o que era el hombre de la bolsa, el yeti, pie grande, y hasta uno dijo que era un duende de Santa Claus.

El cambio fue altamente notorio. Luego de dos horas y media, aproximadamente, de podar esa tupida selva que el Guerrero de Lucifer llevaba como cabellera, pareca otra cosa: Un ser humano.
Shun se qued boquiabierto, hasta que termin por aplaudir satisfecho.

—Te ves muy bien... al final no era tan feo como pareca. —Enunci Seiya asintiendo reiteradas veces.
— Si hasta se parece a mi hermano! —Exclam Shun, que para colmo la ropa de Ikki reafirmaba su apreciacin.
—Tiene rasgos parecido, el mismo color de cabello... —Comenz a notar el Pegasus—Hasta se podra decir que el mismo humor de mierda... Pero no, Shun.
— Son dos gotas de agua!
— Que no Shun! —Sigui el castao con un dejo de cansancio— Tu hermano est que se cae solo de bueno que est! Tiene modales, de un simio, pero los tiene! Adems de tener clase, y ser buena persona!
—Gracias. —Acot Belzeb entre dientes— A ustedes, nios, no les ensearon a no hablar mal sobre las personas? Sobre todo cuando stas estn frente a ustedes?!
—Perdn. —Susurr Andrmeda.
—Lo siento... —Se disculp el castao—No quiero decir que seas feo... es que nada ni nadie se puede comparar a Ikki.
— Ffffuaaaaaaa! —Se asombr Shun quien, al lado de su amigo, tom distancia para mirarlo de arriba abajo— Te “peg” fuerte Cupido!
— Ah! Cllate! —Se abochorn el menor.
— Te gusta mi hermano! —Comenz a rerse— Te gusta mi hermano! —Le gritaba Andrmeda por la calle sin reparos mientras iban en busca de un nuevo taxi para regresar a la mansin.
— Puedes madurar de una vez, Shun?! Ahora, en lo posible!
—No. Y sabes porque? —Investig risueo— Porque te gusta mi hermano! —Continu burlndose, elevando sus brazos y haciendo una ola.

Ofendido, Seiya se cruz de brazos y en el coche no le dirigi la palabra en todo el viaje, haciendo de cuenta que lo ignoraba y que no exista.
Era evidente que pronto se le pasara, ya que el enojo con Shun no sola durarle ms de un par de horas. Lo quera demasiado a ese engendr del demonio disfrazado de ngel como para realmente cortar una relacin con l.

Haban sobrevivido todos, y en especial Belzeb, a ese primer da. La cena no fue, quien dice, la mejor cena que podan tener. Ni que se tratase de Navidad.
Cada uno dej por sentada su postura ante tamaa invasin, Ikki se mostraba molesto pero no tanto como Shiryu, algo que llam poderosamente la atencin del resto. Hyoga adopt una postura neutra, si bien no le dirigi la palabra al “invitado” tampoco balbuceaba improperios por lo bajo como el Phoenix, ni acotaba cada dos segundos y medio lo imprudente que era tenerlo all, bajo el mismo techo que habitaba la Diosa, como el Dragn.
Desde ya que Seiya y Shun intentaron aplacar los nimos cuando estos se ponan tensos, Saori tambin trat, pero no era fcil hablar con un tipo que contesta monoslabos y parece estar todo el tiempo de mal humor. Ella estaba acostumbrada a tratar con Ikki, pero ese nuevo peliazul la superaba, y acababa por hacer acotaciones tontas y sin sentidos de las cuales muchas veces no reciba respuesta.

S… Una porquera de cena. La tensin se poda cortar con un cuchillo. Afortunadamente, en algn momento, tena que terminar (Pese a que el Pegasus tena la fantasa secreta de poder extender la cena durante todo un da).

Cada uno tom su rumbo, Athena acomod a Belzeb, por consejo de Shiryu, en una habitacin bien lejos de la de ella y a una puerta de la de l.

El castao acompa al serafn hasta la habitacin de husped para asegurarse de que no necesitaba nada. Ni las gracias saba dar el desgraciado de Belzeb, pareca mentira que antes hubiese sido un ngel.

Los ngeles tienen memoria? Quizs haba olvidado cmo era. O como tena que ser.

A Seiya no le molestaban esos detalles morales, en verdad quera ayudar al sujeto. Primero y principal porque era consciente de que cuanto antes lo ayudaba, antes se iba a ir. Segundo porque no poda quitar de su mente esa mirada de suplica que le haba dedicado la noche anterior.

“Necesito tu ayuda”

Esas tres palabras eran suficientes para convencer al Pegasus.
Tena sus lmites, desde ya, pues si resucitaba Hitler y le deca “Necesito tu ayuda” la respuesta y actitud seran completamente otras.
En cambio no tena nada en contra de ese tipo, pese a haber representado un enemigo en un pasado. Porque si algo le haba enseado su Diosa era a dar una segunda oportunidad a la gente.

Se la haba dado a ella, despus de haber pasado semejante infancia que lo traum de por vida... Se la poda dar hasta a Bush.

Exagerando, claro. Porque nadie en su sano juicio lo hara.

———

Haba sido un da largo y agotador que por fin conclua. Shun sali de la tina y se coloc en la cintura la toalla, simplemente por decoro o quizs porque intuy la presencia de alguien en su cuarto. Sali del bao topndose con aquella mirada felina, que no supo discernir o darle alguna connotacin.

—Bel… —Balbuce Andrmeda ajustndose el nudo de la toalla por mero reflejo instintivo— Necesitas algo?

Qu si necesitaba algo? El Serafn estaba fuera de s, desde haca unas cuantas horas necesitaba algo: Descargar esa tensin que fue acumulando y que naci precisamente ese mismo da y en el bao por culpa de ese peliverde y su amigo castao.

El mentando sujeto no respondi, se acerc como poseso a su vctima.

— Bel? —Atin a decir Shun como ltimo recurso cuando comprendi las intenciones del antiguo enemigo.

En esas circunstancias, volva a serlo, quizs.

Dio un paso hacia atrs, su espalda choc contra el marco de la puerta al mismo tiempo que el ngel lo sujet de sus brazos con fuerza, para jalarlo y estrujarlo contra la pared, como si quisiese pelear, aunque la dureza en su entrepierna dejaba por sentado que sus intenciones eran otras.

Un inevitable forcejeo dio comienzo. Belzeb no hablaba, estaba completamente ido concentrando nicamente en quitarle al joven la prenda que frustraba sus intentos ltimos por poseerlo y quitarse de s ese peso que comenzaba a tornarse insostenible y sofocante. Esa necesidad humana y primitiva.

El pecado original. La fornicacin.

— Sultame! —El Santo de Athena, era uno, que aunque no le gustase pelear, tampoco gustaba de ser violado.

En esas circunstancias cualquier pacifista era capaz de arrojar una bomba atmica y destrozar la humanidad entera con tal de evitar tan nefasta situacin.

Los gritos y los potentes ruidos alertaron a los habitantes de aquella Mansin que se hallaban aun despiertos. Afortunadamente —para el serafn— Seiya fue el primero en llegar, y as quitarle de encima a su amigo un hombre completamente en celo.

Seguidamente apareci Ikki, secundado por Shiryu.

La situacin habl por s sola, en parte:

— Qu carajo est pasando?! —Inquiri el Phoenix fuera de s; su dura mirada exiga una explicacin y cuanto antes.
— Ests bien, Shun? —Pregunt el Dragn realmente preocupado.

El mentado chico mir al ngel que se mostraba contrariado en los brazos del Pegasus para responder:

—Tranquilos, no pas nada.
— Cmo que no pas nada?! —Ahora Ikki pareca estar enojado con su propio hermano — No digas que no pas nada cuando es evidente que algo pas!
— Qu quiso hacer este desgraciado? —Shiryu le dedic una mirada de infinito desprecio.
—Ya les dije, nada. —Shun elev sus cejas, simulando hartazgo —Imaginaron cosas. Ahora, vyanse a dormir y djenme en paz.
—No… —Neg rotundamente el Phoenix — Qu hace l en tu cuarto?
—Quera hablar conmigo.
—S… Y porque Seiya lo sigue sosteniendo?

El Pegasus, ante esa vers pregunta de Ikki lo solt automticamente, tan confundido como el resto. Supo lo que haba pasado, pero Andrmeda deba tener sus sabios motivos para callar.

—Estaban peleando… —Minti el castao, no muy seguro de estar haciendo lo correcto. En tal caso poda corregirse ms tarde, pero ante todo la prudencia.
—Ser mejor que se vaya —Sugiri el pelinegro que no dejaba de desconcertar a su grupo de amigos con actitud tan spera.
— Completamente de acuerdo! —Acot el Phoenix y camin unos pasos hasta poder tomar al “invitado” de la camiseta y arrastrarlo rumbo a la puerta.

Belzeb no reaccion ni respondi, algo en l comenzaba a cambiar. Se estaba dando cuenta de que haba hecho algo malo. La consciencia de saber que lo cometido haba sido una completa falta moral.

Shiryu los sigui detrs, para asegurarse de que efectivamente el ngel era puesto de patitas en la calle.

El Pegasus aprovech la soledad para cuestionarle brevemente a Shun con la mirada.

— Pas lo que creo que pas?
—No pas nada, Sei… —Neg el peliverde con una sonrisa —No creo que en realidad tuviese las intenciones de lastimarme.
—Pero… —Se mostr aun ms afligido —Es grave lo que…
—Y quizs ni lo sepa… No olvides que l es como Tarzan.

Shun y sus geniales analogas y metforas. El castao elev sus cejas, y antes de irse agreg:

—Ir a hablar con l. —Necesitaba conversar el asunto con el acusado— T ests bien? De verdad?
—S, no me hizo nada malo… Por suerte. Ni tampoco lo iba a permitir —Ri, nervioso y conmocionado por lo recientemente ocurrido.

Favorablemente Seiya no se cruz con sus otros dos amigos, tal vez se encontraban afuera golpeando al serafn Quin sabe? Sali por la puerta principal con la idea de ir corriendo detrs de l, pero no lo necesit, ya que lo encontr sentado en dicha entrada con sus piernas encogidas y su rostro oculto entre sus brazos.

—Genial—Espet el joven Santo —Tu primera noche aqu y ya lo arruinas.

El peliazul elev su mirada al reconocer el tono de voz. Recin entonces Seiya pudo ver en los ojos del ngel un gesto completamente humano, un brillo sumamente especial, producto de la culpa y el remordimiento.

— Entiendes que lo que intentaste hacer estuvo muy mal?
—S, ahora s—Volvi a descender su vista, incapaz de determinar o darle nombre a ese sentimiento que lo haba embargado.
—No puedes forzar a alguien a hacer algo… Sea lo que fuese y ms cuando se tratan de esas cosas delicadas—Le explic el Pegasus con calma, como quien le explica a un nio que no debe cometer una travesura por sus consecuencias.
—Pero los humanos lo hacen, para calmar esa necesidad O no? —Busc justificarse.
—S, pero ambos tienen que estar de acuerdo. No puedes slo tu quererlo—Se sent a su lado, palmeando su rodilla —Ponte en su lugar A ti te gustara que alguien viniese y te tomase de esa forma?
—En este momento, creo que s—Se sincer el hombre arrancndole una carcajada al menor pese a que no era el contexto idneo para rer as —Sin embargo entiendo lo que quieres decirme.
—Bueno, entonces ven conmigo.

El castao se puso de pie, seguro de que lo seguan pero al llegar a la puerta y voltear, viendo a Belzeb aun sentado, acot:

— Ven!
—Pero… Para qu? Me echaron?
—A nosotros nos educaron de una forma… Que hay que pedir perdn, por favor y dar las gracias cuando la situacin lo requiere.
—Entiendo. —El peliazul se puso de pie y acompa a Seiya hasta el centro de la sala.

Llam con toda la fuerza de sus pulmones a su amigo peliverde, quien aun despierto y con semejante grito baj presuroso creyendo que una nueva guerra haba comenzado.

Alarido que no slo alert a Andrmeda, sino a todos, Diosa incluida.

— Shun! Bel quiere decirte algo!
—Qu hace este desgraciado aqu?! —Inquiri Ikki apareciendo por la puerta de la cocina sealando al intruso con su dedo, detrs de l, Shiryu, quien no tard en sumarse a la replica:
—Hace unos instantes lo sacamos por algo.
—Qu sucede? —Saori somnolienta y con su bata puesta entrecerr los ojos molesta por la luz artificial.
—Tanto ruido, maana me tengo que levantar temprano —Se quej Hyoga rascndose la cabeza, ms dormido que Athena.

El peliverde apareci en el descanso de la escalera, junto al Cisne… y sonri al ver las claras intenciones del ngel por disculparse.

—Si? —Pronunci Andrmeda dando pie.
—“Si” Con un carajo! —Acot el Phoenix yndosele al humo.
—Niisan! —Reproch el peliverde frenando el arrebato de su hermano —Djalo hablar, por favor.

Seiya, sin intenciones de enfrentar verdaderamente a su amigo, se coloc frente a l sirvindole de escudo humano al otro peliazul.

—Qu pas? —Saori entenda menos que el resto.
—Es largo de explicar, Saori —Susurr el Dragn —De hecho ni siquiera nosotros lo sabemos con certeza.
—Qu hizo ste ahora? —Se sum el rubio recargndose contra la baranda de la escalera porque estaba pronto a dormirse de pie, como los caballos.
—Bel, queras decirme algo… —Inst Shun ignorando a los dems.

El susodicho baj su cabeza y perdi su mirada posndola en un punto fijo, jug nervioso con la manga de su camiseta, tomndose todo el tiempo del mundo para comenzar a balbucear:

—Yo, bueno… Seiya me explic que lo que hice… Est mal.
—Muy mal —Susurr el castao tan dbilmente que slo Bel lo escuch.
—Muy mal!—Agreg rpidamente—Y yo… Bueno… Quera disculparme.
— De veras? —La sonrisa de Andrmeda fue aun ms grande.
—S… De veras… Aun me cuesta todo esto Sabes? Nunca tuve la intencin de lastimarte. —Elev su mirada, redimida y la pos sobre el sereno y benevolente rostro del peliverde—Estoy arrepentido.

Antes de que alguien pudiese acotar algo ms, antes de que Ikki montase en clera otra vez, Shiryu propusiese quemar al ngel en la hoguera, Saori exigir una pronta explicacin o Hyoga desmayarse del sueo, un atronador ruido cop sus odos.

Como si fuese un trueno…

El cielo literalmente se abri y una figura tom forma de la nada en el techo de la Mansin. Al principio no supieron discernir que era o quien, las luces blancas eran enceguecedoras, pero comprendieron que “eso” estaba descendiendo de lo alto.

— Ejem! —Tosi el nuevo intruso para aclararse la garganta.

Todos repararon en un sujeto regordete con rasgos occidentales, de no ms de un metro veinte, con cabellera sumamente enrulada y corta, tan dorado como el oro mismo, aun ms que las Armaduras de los Santos de Oro. Llevaba una especie de toga que cubra sus partes ms santas, en sus manos unos papeles.
Creyeron que se trataba de un nio, pero cuando este habl comprendieron que esa voz ronca no poda ser la de un cro.

—Estimados seores presentes —Comenz a leer —Por el poder que me confiere nuestro Padre Celestial y en este caso la religin Catlica he venido como mensajero con el fin de informar que ha sido librado el ex ngel, conocido como Belzeb, antiguo Serafn, que descansaba junto al trono de… Blablabla… —Se gui con su dedo hasta llegar a la parte que le competa —Bsbsbsbsbs… S! Aqu est—Volvi a aclararse la garganta.

Los dems estaban demasiado fascinados como para acotar algo; lo que llamaba ms la atencin, por sobre sus alas, es que pareca estar suspendido del aire por una cuerda invisible.

—La primera prueba ha sido sorteada con xito. Se le confiere la posibilidad de volver.

El mentado ngel abri sus ojos como si de dos platos gigantes de sopa se tratasen, pero antes de poder acotar algo, el otro, que podra decirse un querubn, se le adelant.

—Siempre y cuando cumpla con la otra parte del trato. Comprender y respetar los tres principios primordiales que rigen en la Tierra y que han de ser respetados no slo por los ngeles y dems empleados de la compaa, sino por los humanos. Enhorabuena! —Dijo elevando su vista para posarla sobre Belzeb—Ya has cumplido con una: El arrepentimiento… Te quedan dos. Sin nada ms que hacer—Jal de la cuerda que lo sostena y comenz a elevarse, cual polea, ruido de la misma incluido—Con su permiso, me retiro. Que tengan una agradable jornada.

Plop!

Desapareci como por arte de magia.

Aquello haba sido surrealista! Y juraban no haber comido ninguna clase de hongo alucingeno a la hora de la cena.
El primero en abrir la boca fue Hyoga:

—Me voy a dormir… Ya comienzo a soar despierto con querubines—Sin ms, dio la vuelta y se march.
— Que—demonios—pas—aqu? —Sentenci Ikki con la boca abierta.
—Se podra decir que un mensajero de Dios… —Saori habl, tratando de encontrarle lgica a lo que no tena.
— No era que Zeus y los dems Dioses… ? —Seiya no pudo completar su pregunta.
—Todos los Dioses y deidades viven en armona. —Esboz Athena.
—Otra explicacin —Agreg Shiryu pacientemente —Es que cada entidad toma forma de acuerdo a la circunstancia, pero en esencia Zeus, Marduk, Dios cristiano, es el mismo. Segn los griegos antiguos hay una esencia primordial creadora de todo, el cosmos. Todo proviene de materia sin disolver del espacio. No es tan coherente suponer que, como bien dijo Saori, todas las deidades de todas las religiones conviven en armona bajo esa fuerza unificadora.
— Cielo Santo! —El castao se tom de la cabeza — Todas mis creencias se van al tacho! —Se sent, abatido, en el silln — Y yo creyendo en Zeus! Ahora soy… Soy ateo!... O… azeus, debera decir?
— Escucharon… escucharon eso? —Belzeb recin comenzaba a entrar en s.

Shun baj las escaleras con premura para llegar hasta el conmovido ngel y felicitarlo:

—Aunque an no sabemos que se supone que tienes que hacer… Has logrado algo. Y el primer da!

Belzeb no pudo evitar sonrer.
Sonri por primera vez.
Seiya not este gesto y no logr impedir sentirse contagiado de la misma emocin.

Aun no saban lo que tenan que hacer, aunque la presencia del otro ngel haba aclarado algunos puntos oscuros.

Lo bueno es que haban tenido resultados y relativamente rpido. Si las cosas seguan as, pronto Belzeb obtendra el perdn definitivo.
Pero Quin les aseguraba que lo que quedaba por delante era ms sencillo que el arrepentimiento? Peor incluso era desconocer las otras dos “normas”. Podra tratarse de cualquier cosa y Cmo descubrirlas, como cumplirla la sentencia con xito?

El “arrepentimiento” haba sido de pura y absoluta casualidad, se podra decir. Por mero acontecimiento adverso.

Los tres involucrados (A estas alturas hasta Shun lo estaba) se sintieron con energas renovadas al ver los primeros frutos de sus intentos. Y no pararan hasta lograr ese perdn.
Si era necesario convertir a ese demonio en la nueva Madre Teresa de Calcuta, lo haran.


Continuar…
Notas finales: Bien, este fic está pensado para que sean solamente tres capítulos (Cuatro si contamos su introducción) así que quedan dos más. Pueden ser más cortos o largos que este, dependerá de lo que me tome cada “ítem” (Por decirlo de una forma) Pero quédense tranquilos que sólo faltan dos y no trescientos.

El siguiente capítulo se titula: “Perdón”

Nos vemos dentro de bastante, por ahora sigo con un Seika x Miho xD
Espero que les vaya gustando y si no, es comprensible.
Muchas gracias por leer =)

08 de agosto de 2009
Merlo, Buenos Aires, Argentina.




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Evitemos que más neuronas sigan muriendo, evitemos que los fanfickers queden atrofiados y dejemos un comentario en cada fic que leamos.

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¿?

(No, juro que hoy no me drogué)

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