Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡No lo leas! por Arisa

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Hola a todos mis queridísimos lectores de este pequeño fic, me alegra muchísimo que varios de ustedes me hayan dejado un comentarios, sacrificando algunos de sus minutitos, por hacerme feliz como una lombriz xD

En especial agradecer a Naruko12, ya que siempre lees mis fics y me das tu opinión, y seguro ya sabes como soy que si me llego a desanimar paso mucho tiempo sin actualizar... ¡¡Muchas gracias por todo tu apoyo de siempre!!

Por cierto, NatitaYouichi me preguntó, de muy buena forma, por qué me había decidido a escribir un narusasu. Y quise explicárselo a tod@s ustedes, pero si nos les interesa pasen a leer el fic, que aquí viene la lata xD

Resulta que hace un tiempo (un año aprox.) leí un fic en otra página que me fascino completamente, y era narusasu. Hasta antes de leerlo ni siquiera concebía que el narusasu existiese, simplemente el sasunaru era mi mundo. Entonces lo empecé a aceptar... Luego, cuando vi los capítulos de cuando Sasuke era niño nuevamente, me pareció que él era en verdad bastante tierno e inocente. Finalmente su desgracia familiar terminó por cambiar su personalidad, pero creo imposible borrar todos los rasgos innatos de personalidad que tienes. …l creó su nueva personalidad, pero no creo que pudiese olvidar todo en cuanto era. Entonces pienso que aún debe esconder algo de esa personalidad "débil" que desechó, ¿Y quién mejor que Naruto para hacerle sacar lo mejor de si?
Ya sabemos que en el capítulo en que quiso salvar a Naruto de Haku arriesgó su propia vida, cosa que no va de acuerdo a su personalidad autoimpuesta, a la cual no le importa más que si mismo.

Bueno, no sé si me expliqué muy bien...
Además, estoy de acuerdo contigo (o con usted, lo siento, pero no escribo formal nunca xD) en que ambos con excelentes sukes *w*

Jeje, pues les dejo el capítulo, espero sea de su agrado y logré alcanzar las expectativas que tienen de él.
Segunda Parte: Sentimientos.

- ¡¡Naruto!!.- Iruka-sensei me vuelve a regañar en clase, es el profesor de Ciencias Sociales.- ¡Presta atención!
- Hai, sensei.- Digo sin mucho ánimo.

Normalmente me llevaba la mayoría de las quejas de los profesores por no estar atento a sus clases, ya que conversaba siempre con quien tuviese al lado. Hoy es diferente, me reta porque estoy callado mirando por la ventana.

Después de mucho pensarlo me dije a mi mismo que el “problema” que tenía no tendría por qué significar algo para mí. Sasuke siempre ha sido un sujeto rarísimo muy llevado a su idea, antipático, presumido, arisco, ególatra y que no piensa jamás en los demás. Bueno… también sé que tampoco es tan así como lo describo, después de todo él me ayudó en matemáticas, claro que a regañadientes y todo, y excusándose con que no podía permitir que yo tratara a los números de esa forma… (Decía que estaba cometiendo delito de homicidio con el álgebra, al igual que cuando cantaba me pedía que no matara la música… ¡¡Detestable!! ¡Antipático! ¡Lo odio!) …pero no me puedo permitir sentirme de una forma tan extraña por su culpa. Tampoco puedo expresar bien cómo es que me siento y por qué me siento así, lo único que sé es que no es algo agradable. Y si no es bueno, entonces más vale que lo olvide, pues si para él jamás tuvo ninguna importancia lo que sucedió, para mí menos.

Intento concentrarme 100% en la clase, cosa que hace tiempo no tengo necesidad de hacer. No soy el alumno modelo que siempre tiene las mejores calificaciones. Soy rebelde, como dicen, pero tengo notas promedio y, en ciertos ramos, excelentes. Aunque cuando recién llegue fui el peor alumno, he logrado superarme mucho. Iruka-sensei siempre me dice que está orgulloso de lo que he logrado, lo que también me enorgullece a mí.

Suena el timbre que indica un descanso de 20 minutos.

- Hola, Naruto.- Me saluda Sakura, la hermosa niña de ojos verdes y pelo rosa que va en mi clase.
- Hola Sakura-chan.
- ¿Vamos a la cafetería a comer algo?
- Claro.

En un principio Sakura no tuvo ningún interés en mí, pero me esforcé por hacerme su amigo. Hoy sé que ella me quiere mucho, pero Sasuke siempre ha sido el mayor obstáculo en nuestra relación. ¡Ese tipo siempre es el problema! ¡…l es el problema!

- Naruto…- Ella coge el vaso de chocolate caliente con ambas manos, hace algo de frío.- …tú sabes quien me ha gustado siempre.- ¡Sí, ese odioso chico! Lo conozco bien, ése… No lo digo en voz alta pues parece algo importante y no quiero quitarle su inspiración.- Pero me dí cuenta de que no importa lo que haga, yo nunca le gustaré. Entonces…
- ¿Qué sucede Sakura-chan? ¿Quieres pedirme algo?
- Sí, yo… ya me has dicho antes que te gusto y… yo lo tengo que olvidar. ¿No crees que podríamos intentarlo?.- La proposición me deja helado.

Siempre quise tener una novia linda e inteligente como Sakura-chan, ella siempre me gustó, desde que llegué, y ahora me da la oportunidad, y aún así yo… yo ya no siento lo mismo por ella. La aprendí a conocer como amiga, y aunque siempre quise ser algo más, ahora dudo al responder. Me parece que ninguna de sus cualidades ha desaparecido, sigue siendo tan linda e inteligente como siempre, pero no encuentro algo más profundo, sólo cosas superficiales que me atraen de ella. No es que no las tenga, sino que no las conozco y tampoco tengo deseos de descubrirlas. ¿Cuándo desapareció toda esa atracción que ella ejercía sobre mí? ¿En qué minuto cambió todo…?
Me da miedo darme cuenta de algo va mal conmigo, ¡la chica de mis sueños me da una oportunidad y yo no la quiero aceptar! ¡¡Imposible, me han suplantado!! ¡Algo debió ocurrirme en la noche!

Me mira confundida, sabiendo que unos días atrás yo no me hubiese demorado ni un segundo en responder con un gran y efusivo “¡¡Sí..!!”. Encontré una excusa perfecta para mí y para ella.

- Sakura-chan, tú sabes que siempre me gustaste, pero no quiero ser sólo quien te ayude a olvidar dattebayo. Quisiera gustarte antes de empezar algo contigo, no ser un capítulo de relleno.- Me mira asombrada y responde hablando rápidamente y muy avergonzada.
- Tienes razón, no sé por qué te propuse semejante tontera. Lo siento muchísimo Naruto, no sé en qué estaba pensando. Es sólo que estoy muy confundida, ¿sabes? ¿Pero podrás perdonarme?
- ¿Qué cosa?.- Respondo a modo de tranquilizarla, como si ya no me acordara de nada. Me sonríe.

El día termina lento y frustrante. Al llegar a la habitación lo único que puedo concebir es estirarme sobre la cama e intentar dormir.
Abro la puerta con la llave, me adentro y la cierro con fuerza, pero no oigo el sonido de la puerta al cerrarse. Me giro y encuentro una mano afirmándola.

- ¿Intentas romperme la nariz?.- Pregunta algo molesto. Me sorprende que me hable de nuevo como si absolutamente nada hubiese sucedido. En realidad quizás nada sucedió y yo sólo exageré.
- Lo siento, no te vi.- No suena como un comentario mío, así que lo arreglo:- Aunque bien te hubiese hecho un favor, a modo de cirugía plástica.- Sonrío y él me mira con cara de “Eres tan gracioso que me dan ganas de tirarte desde el balcón al primer piso”, lo que logra que mi sonrisa se ensanche, parece ser que volvemos a la rutina.

Pone los ojos en blanco y entra.
Dejamos los bolsos en la habitación y olvido mi idea de dormir todo el resto de la tarde, aunque es viernes. Ahora tengo mucho apetito, Kami-sama sabrá por qué, así que decido hacerme un ramen instantáneo.
Al entrar en la diminuta cocina descubro que él también se está preparando algo (hay que imaginar que la mensualidad del internado es grande, considerando que tenemos hasta una microscópica cocina –Claro, sé que hay otras aún mejores, pero no todos somos multimillonarios en este mundo-). Tomo el pote cerrado de ramen y lo introduzco en el microondas. Por mientras, Sasuke se prepara un sándwich de tomate. Luego de unos minutos lo saco, tomo unos palillos, pero antes de irme a la mesa intento retirar la tapa. Estas tapas de papel aluminio con cubierta plástica son muy duras y cuesta bastante abrirlas sin que el contenido del pote se desparrame a tu alrededor, lo más típico es que te quedes con la lengüeta saliente de la tapa en la mano y el resto de la tapa siga pegada al pote… así que decido abrirla con el cuchillo por el borde para poder tirarla. Ya estoy acostumbrado a esto.
Al tomar el cuchillo mi mano topa con la de él, quien también lo necesita. Retira la mano rápidamente, tanto que parece que el contacto le produjo asco. Lo miro y él rehúye mi mirada. ¿Por qué? ¿Es que le parezco repulsivo?
Toma el plato y se lleva con él el sándwich entero, sin cortarlo en dos, como acostumbra.

Una sensación muy desagradable se viene sobre mí. No entiendo… no entiendo por qué me molesta tanto su desprecio. No entiendo por qué me desagrada que tenga ese tipo de reacciones conmigo, y es que no me importa que sea antipático con el resto del mundo, pero sí me molesta mucho que me trate así a mí. Y allí entro en problemas nuevamente, porque parece que la única persona con quien se comporta tan extraño es conmigo… Lo molesto mucho, es verdad, pero él también es así conmigo, ¿en verdad me odia y me detesta tanto?

Estoy aburrido, aburrido de sus cambios constantes de humor, de sus secretos, de sus máscaras y de todo lo que me esconde y no me quiere explicar.
Camino a paso firme y rápido hasta la mesa donde ya está comiendo. Hablo con voz fuerte y segura, reclamando su total atención:

- ¿Qué te sucede conmigo, eh? ¿Qué te hice?.- Me mira de forma que deja entrever que le he tomado por sorpresa, pero no me responde nada, o al menos hablo más rápido que él:- Desde hace algunos días que te comportas extraño. No estoy para soportar todos tus cambios de humor, me desesperas y confundes. No soy tu juguete, Uchiha. ¿Qué demonios quieres?.- Sacude algunas migas de pan de sus manos y me mira fijamente. Me responde con lentitud y desinterés.
- No quiero nada tuyo y no tienes por qué hacerme caso ni a mí ni a mis cambios de humor.- Finaliza, cortante.

Odio reconocer que tiene razón. ¡Nada que tenga que ver con él me interesa! Pero… ¡pero de todos modos me importa, aún en contra de mi propia voluntad! ¡¡Lo odio, pero me cuesta vivir sin su atención!!
Saberlo me hace sentir muy mal, porque al fin entiendo muchas cosas. Todas las veces que lo molestaba, todos los comentarios burlescos que le hacía, ¿será porque…?
La angustia me seca la garganta y oprime mi pecho. Molesta… duele. Esto no me puede estar pasando a mí.

- Tienes razón.- Digo al fin.- No tendría por qué importarme nada que tuviese una mínima relación contigo.- Baja la vista.- ¡Pero lo haces igual!.- Le recrimino, alzando un poco más la voz.- ¡No entiendo por qué, pero igual me importa lo que te ocurra! No soporto que me trates como lo estás haciendo últimamente, no entiendo nada de lo que haces o dices, no… no te entiendo.-Termino.

Me acerco a él para dejarlo sin salida y que me explique esta estupidez de una vez por todas. Pero es rápido y se levanta antes de que lo deje sin salida. Entonces cierta furia descontrolada se abalanza sobre mí, ¿¡por qué demonios no me enfrenta como siempre!? ¿¡Por qué me ignora y ni siquiera intenta entenderme después de todo lo que le he dicho!?
Con la misma rabia lo tomo de la muñeca antes de que se vaya dejándome solo y lo hago voltearse. Se lo esperaba, ni siquiera alza la vista.

- Suéltame.- Exige, pero su voz no suena tan segura como siempre, ni siquiera noto algo de rabia en sus palabras.- Suéltame.- Vuelve a exigir, hablando más fuerte, pero tampoco encuentro la firmeza de lo que es una orden en sus palabras.

Lo suelto, pero no me muevo de su camino. ¡Es increíble que sólo él, con un mínimo comentario, pueda transformarme de la persona alegre y pacífica que soy a una completamente alterada!

Está entre la pared y yo, así que no desisto en mi intento de sacarle las palabras que deseo oír y que me explican por qué es así sólo conmigo. Apoyo mis manos a ambos lados de su cara sobre la muralla.
Alza la vista y me mira con lo que parece rencor.

- Apártate.- Esta vez sí lo dice como una orden, pero no me altera. Y tampoco me muevo, exijo explicaciones.
- Dime de una vez qué te pasa conmigo y no te volveré a molestar más.
- ¿Y qué si no te quiero decir nada?.- Dice molesto, cargando de ira cada palabra.- No tiene que ver contigo. No te interesa.
- Sí me interesa y si no tuviera nada que ver conmigo, ¿por qué te comportas de un modo con el resto del mundo y de otro sólo conmigo?
- Porque me da la gana.- Me dice cínicamente, sonriendo.

La ira corre por mis venas, ¡jamás conocí a alguien tan testarudo como él! ¡Alguien que lograra sacarme de quicio con tanta facilidad! Y aún así… que me atrajera tanto. ¡Demonios!
¿Polos opuestos, es eso? ¿O simple reacción corporal?
No, en verdad Sasuke esconde mucho y yo lo quería descubrir, y mientras más me adentraba en su vida, descubría que todos los defectos de la larga lista que ideé no eran tantos y que escondía muchas cosas buenas también.

Al darse cuenta de que yo no me apartaré, decide escabullirse por debajo. Se agacha y pasa debajo de mi brazo. Me doy cuenta de ello cuando ya camina a paso rápido a la habitación. Lo atrapo antes de que se vaya, y al hacerlo, lamentablemente, termino abrazándolo por la espalda. Mi cuerpo reacciona y mi corazón parece latir furioso en mi pecho, y a la vez parece que todo se desvanece a mi alrededor. ¿Qué me está pasando?
Puedo sentir su propia reacción, se estremece bajo mis brazos. Ese pequeño temblor de su cuerpo me desconcierta aún más, incluso me agrada que reaccione así ante el contacto físico, porque sé que miedo no me tiene. No es eso.
Haciendo caso sólo al sentimiento tan extraño que me consume, acerco mi nariz a su nuca y aspiro el olor del shampoo de almendras.

- ¿Quieres saberlo…?.- Lo murmura, su voz está tan baja que apenas si le escucho, pero logro detectar que algo no va bien con él.- ¿En verdad quieres saberlo?.- Me vuelve a preguntar y ahora sé reconocer que en su voz se percibe una mezcla de temor e indignación, algo tan raro…
- Sí.- Respondo seguro.
- Me gustas.- No tengo tiempo de asimilar sus palabras porque se gira y me mira a la cara, mostrándome una furia incontenible en sus ojos y separándose a empujones de mí.- ¿Era eso lo que querías?.- Pregunta alzando la voz y recargando cada palabra con una indignación tremenda, aunque aún distingo rasgos de dolor.- ¿Hacerme sentir aún peor? ¡¡Vete al diablo!!.- Escupió las últimas tres palabras y se fue a la habitación cerrando de un portazo, enojadísimo.

Sólo después de medio minuto logro asimilar sus palabras y reaccionar un poco. ¿Le gusto? ¿Habla en serio?
No me puedo creer el rumbo que han tomado las cosas… ¡si hace tan sólo dos días nos bombardeábamos a comentarios desagradables! Y miren que esa no es una forma de comunicación muy convencional…
Me siento en el pequeño sillón de la diminuta sala, sino creo que me podría caer en cualquier segundo.

El único sentimiento que yo podía reconocer que sentía por él era el de… bueno, rencor no era, porque jamás lo he odiado legítimamente. Sólo era algo que decía que nunca nos llevaríamos bien, que siempre seríamos enemigos, competidores, rivales, y que la amistad estaba tachada. Pero en alguna parte del camino me olvidé un poco de eso y comencé a ver otras cosas en él, supongo que para Sasuke ocurrió algo parecido. Era algo que casi no tenía que ver con nosotros, porque a pesar de sólo demostrarnos odio, en el fondo creo que siempre me cayó bien, aún en contra de mi voluntad. No me había dado cuenta de que me gustaba encontrar una persona que no se intimidara ante mis retos, que los aceptara inmediatamente y que me hiciera una competencia difícil. Su personalidad tan diferente a la mía era lo que hacía que jamás supiera cómo iba a reaccionar y por lo mismo no me aburriera, porque cuando puedes anticipar y conocer todo sobre una persona, siempre estar de acuerdo con ella y al nunca poder sacar temas nuevos, te aburres. Es como el complemento perfecto; todo lo que no es él, lo soy yo, y viceversa.
¿Entonces en verdad él también me…?
Y ahora no tengo idea de lo que esté pasando por su cabeza.

Me acerco a la puerta. No siento ningún movimiento en el interior de la habitación, no sé qué está haciendo en estos momentos. Me tranquiliza saber que no está llorando, aunque pensándolo bien ver a Sasuke llorando sería más que imposible. Seguro preferiría posar para una porno que dejar que alguien le vea llorar, y tampoco creo que fuese a llorar por algo como esto, pero… el pensar que sólo tal vez esté sufriendo un poco por mi culpa me inquieta bastante. ¿Cuándo lo empecé a querer? Ya estoy demasiado acostumbrado a su silenciosa compañía de todos los días mientras estudiamos, a sus ocasionales comentarios burlescos, a las ligeras conversaciones normales que de vez en cuando mantenemos, a su personalidad tan poco común y el intenso intercambio de miradas que a veces tenemos casi sin darnos cuenta.

Apoyo mi frente en la puerta y lo llamo:

- Sasuke.- Digo, no muy fuerte, sólo lo suficiente para que me oiga. Siento un ruido muy cerca y supongo que él está sentado y apoyando su espalda al otro lado de la puerta. No me responde.- Sasuke, abre la puerta.- No se mueve y tampoco responde.- Vamos, ábrela… tenemos que hablar, ¿sabes?.- Me extraña tanto ser yo el que se esté comportando como la persona “madura”, que comprendo que las cosas están a cada minuto más anormales. ¿O estaré soñando?- …por favor.- Insisto. Creo que en una de esas se está cortando las venas con lo emo que parece a veces…- Sasuke, vamos.- Repito, ya casi preocupado en serio por mis pensamientos.

Espero un poco, pero no pasa nada. Tengo que cambiar de táctica.

- Si no me abres tendré que pedirle a Kiba que me deje saltar desde su balcón al nuestro y entrar por la ventana ‘ttebayo. Y si me llego a caer desde aquí al primer piso tendrás que correr con los gastos de mi funeral y mi entierro.- Le advierto, sonriendo, aunque no me vea.
- Le harías un favor a la humanidad…- Me responde, por fin. A lo menos me relajo un poco, ni cuenta me había dado de lo tenso que estaba de preocupación por su culpa, es un baka.

Me separo un poco y oigo como le quita el seguro a la puerta. Tomo el pomo y lo giro, se abre unos centímetros pero luego se estanca. Seguro Sasuke la está afirmando del otro lado y no me deja pasar aún.

- ¡No seas así!.- Reclamo.
- Abrir la puerta no significa dejarte entrar.- Me responde. Yo sonrío y suelto una ligera risa, es el mismo de siempre. Saberlo es un alivio.

Deja de poner resistencia y cuando entro me está dando la espalda, miando al ventanal que da al pequeño balcón.

- Sé lo que me vas a decir y no necesito escucharlo.- Dice de pronto, se oye aún más serio de lo normal.- Sólo olvídalo.- Me pide, sin voltearse siquiera.
- No sabía que leías mentes…-Digo con el tono de “burla” que siempre empleamos en nuestros comentarios comunes de a diario. Me acerco a pasos lentos.- Una nueva cualidad para la larga lista Uchiha, ¿no?

Se gira molesto, en verdad pensando que me estoy burlando de él y de la rarísima situación en la que estamos. Cuando se voltea se da cuenta que estoy más cerca de lo que él imaginó. Aprovecho su sorpresa y me acerco un poco más, su cuerpo casi se roza con el mío y él está entre el vidrio y yo, ahora sí, sin ninguna posibilidad de escape.
Aproximo un poco más mi cuerpo al suyo y el contacto es inminente. Observo un leve rubor en sus mejillas por la inesperada cercanía, seguro yo estoy igual. Me recargo un mínimo más contra él, acercando más nuestros rostros, y pregunto con una sonrisa traviesa:

- ¿Previste esto, adivino?.- Termino con la distancia que separa nuestros labios y lo beso.

Jamás nunca imaginé una situación así. La sensación que me aprisiona es incontrolable. Un escalofrío recorre toda mi espalda, y no es desagradable. El simple roce superficial de nuestros labios me produce sensaciones increíbles, más intensas que las que me pudo haber producido un verdadero beso con otra persona tiempo atrás.
Me separo sólo un poco para tomar una bocanada de aire y finalizar mi declaración sin palabras con las únicas tres que podrían en verdad explicar algo. Me mira incrédulo y su boca está ligeramente entreabierta.

- También me gustas.- Sentencio.

Vuelvo a lo que dejamos pendiente y esta vez me corresponde con la misma pasión. Lo abrazo por la cintura y mi lengua entra en su boca ansiosa de buscar compañera. La encuentra y juntas juegan a amarse. Sasuke reprime con éxito un pequeño gemido cuando muerdo su labio inferior y bajo a su cuello. Ahora es mío. Mío.

Tiempo después.

Estamos en el sillón, ambos leyendo el estúpido libro del que habrá una prueba la próxima semana. Sasuke está sentado derecho, apoyando su codo en uno de los brazos del sofá. Yo estoy recargado en él y muy aburrido, este tipo de libros no me gustan. Más me dejo llevar por las ocasionales y distanciadas caricias que me da Sasuke jugando con mi pelo cuando él también se aburre del latero libro sobre la correcta actitud espiritual…

- A todo esto…- Recuerdo de pronto.- ¿De qué era ese libro café que no me dejaste ver?.- Me mira y le veo sonrojarse un poco, luego aparta la vista y responde.
- No es un libro.
- ¿Qué es entonces?
- Un álbum fotográfico que me envió mamá.
- ¿Y por qué dijiste “no lo leas”?
- Porque… en la primera página trae una dedicatoria extremadamente cursi.- Me río, así que era eso.
- ¿Y por qué andabas tan extraño?.- Pregunto, también recordando eso. Se demora más en contestarme esta vez.
- Mamá decidió mudarse de la casa de la familia en la que vivimos toda la vida, dice que le recuerda mucho de papá…-Me enteré hace muy poco que su padre había fallecido.- Ya no podré volver a esa casa. En fin, encontró algunas cosas mías y me las mandó, junto con el álbum y la nueva dirección de adonde tendré que llegar en vacaciones.

Me quedo quieto un poco más, observándolo. Sasuke ha sufrido tanto como yo, hace poco me ha contado algunas cosas de su familia y ahora puedo comprender perfectamente por qué es como es.

- Me llevarás en vacaciones a conocer esa casa, ¿no?.- Comento “patudo”, para sacarle la cara de nostalgia que tiene.
- ¿Quién te invitó?.- Me pregunta, medio-sonriendo.
- Mi novio.- Respondí utilizando la misma sonrisa que él.
- No sabía que tuvieras uno…
- Sí, ya lo conocerás. Es algo antipático, ególatra y arisco, pero por lo menos es guapo.- Me mira fingiendo molestia, pero sin dejar su sonrisa.
- Por Kami-sama, ¿qué habrá hecho ese pobre chico para merecer a alguien como tú?.- Lo miré aparentando molestia y sonriendo, así que estábamos en esas, ¿eh?
- Algo muy, muy bueno, supongo.- Respondí.
- Seguro.- Me dice sarcásticamente, antes de darme en el rostro con un cojín.

Es extraño como las cosas han cambiado entre nosotros, pero siento que –aunque suene MUY CONDENAMDAMENTE cursi- lo quiero cada día más. Nos acoplamos perfectamente, como dirían, es mi complemento y yo soy el suyo. Me siento muy feliz, aunque claro, no todo es paz y felicidad. Tenemos algunos problemas, pero nada más fuerte que este lazo que ahora nos une (Por ejemplo, quién debe ir arriba. Yo digo que debo ser yo, pues yo llevo las riendas de este asunto. Sasuke reclama que, técnicamente, él dio el primer paso y se lo tiene merecido…)
He pensado en pedirle formalmente que sea, bueno, eh… cofcof-mi-novio-cofcof, ya que en realidad no somos “nada” aún. Es complicado, no tengo ni idea de cómo haré algo así.

Voy a la habitación en busca de mi móvil, tengo que pedirle a Hinata-chan uno de sus discos que prometió prestarme. En eso, recuerdo lo del álbum. No tengo que buscar mucho para dar con él, estoy en verdad tentado de ver una de sus fotos de niño. Cuando lo hallo y veo la primera foto lo encuentro muy tierno. Es increíble que hoy sea tan diferente a como se muestra para la foto. Sonriendo abiertamente, lo que lo hace más lindo.

- Naruto…- Su voz molesta es reconocible a kilómetros.

Es tierno a veces, pero cuando se enoja… ¡¡Auxiiilioooo!!
Notas finales: Bueno, me despido muy agradecida de quien haya decidido leer este fic, ¡gracias por la oportunidad y ojala haya sido de su agrado! Espero, también, que nos estemos leyendo otra vez ^^ Se cuidan todos, ¡¡Gracias por los reviews!! Adiós, Arisa.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).