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Sñegurochka por octavaluna

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3. Cultiva la desesperación en los campos de mentiras. (capítulo de Kurogane)




-¿Así que asegura que no tiene nada que ver con ese hombre?

-Ya le he dicho que no.

-Pero en la base de datos dice que esta… criatura, es su marido – miré con desprecio al despojo que en alguna ocasión fue humano, y que ahora sólo era un borracho sin sentidos.

-Oiga, que estamos divorciados desde hace 4 años. No es culpa mía si ha robado un coche de bodas con la novia incluida y ha tratado de empeñarlos a un carnicero a cambio de una botella de alcohol.

-Y yo soy agente de trafico señora, me encargo de los infractores de normas de circulación, no de ladrones, pero así va la vida, ahora he de intentar pillar a diferentes idiotas y localizar a su familia, aunque ellos se nieguen a reconocer que lo son. – Lo cierto es que aquella dama de mediana edad y cara de buena persona me estaba comenzando a dar pena.

-Pero cuanto le tengo que repetir que… - No pudo acabar porque la interrumpió con voz brava y el volumen en todo lo alto el telefonillo del coche patrulla, mi compañero se atragantó con el bocadillo de tocino (¿ya dije alguna vez que era un idiota?). “Todos los agentes que estén en las cercanías del distrito 7 del lado derecho diríjanse inmediatamente a la calle Gagarin 14.”

-¡Vámonos!-grité saltando al volante – Vadik, deja ya de come y siéntate… ¡Hasta otra señora! -Grité al arrancar poniendo la sirena al mismo tiempo.

-¡Adiós! Y no vuelvan más.

-ñam ñam… ¿je jueres je ha pajado? —am ñam …

-No lo sé, pero espero que sea algo interesante. Y deja de hablar mientras comes… mejor dicho ¡Deja de comer! Que estamos trabajando.

Cogí fuertemente con las dos manos el volante para evitar pegarle un puñetazo al gilipollas aquel. Con lo mal que estaba yo desde la maldita mañana y encima me tocan los trabajos más irritantes. Y lo peor es que me siento hecho un asco por dentro. Volví a mirar el GPS, la calle necesaria estaba en la vuelta de la esquina, al girar por poco me estampo contra una farola: Un jeep negro estaba incrustado en un edificio viejo, en toda la vitrina, destrozó completamente la pared. Un montón de gente revoloteaba alrededor. Había dos furgonetas de ambulancias, cuyos funcionarios atendían heridos, otro coche de agentes de tráfico, uno de policía municipal y un montón de reporteros de televisión gravando.
Abrí la puerta y me incliné momentáneamente sobre ella, como si una aguja atravesó mis sienes, mi mente se nubló y sentí una repentina opresión en el torso. Un mal presentimiento tan fuerte hacía tiempo que no lo experimentaba. Sacudí la cabeza y respiré hondo antes de echar a correr hacia mis colegas que estaba examinando la máquina. Detrás de uno de ellos vi una cara ya conocida.

-Karen-san, ¿Qué ha ocurrido?

-¿Eh? ¿Nos conocemos?

-Sí… bueno, no. Pero cuénteme que ha pasado. ¿De dónde ha salido eso? ¿Cua...?

-Directora – me interrumpió una mujer morena de aspecto gitano- ¿Ha habido más heridos graves a parte de Fye?

Una sola palabra, un nombre, y fue como si el cielo se me cayera encima. Una creciente alarma en mi interior hizo que saliera de la estupefacción en la que me había sumido. Enseguida entendí el por qué de aquel mal presentimiento.

-¡¿Fye?!- le agarré del hombro a la gitana y lo sacudí salvajemente-¡¡ ¿Fye D. Flowright?!!

-S…sí ¿Le conoce…?

-¡¿Dónde está?!¡¿Qué le ha pasado?! – el dedo de la mujer señaló a una de las ambulancias, la solté y salí corriendo hasta allí ignorando los gritos de mi compañero.

Le vi enseguida. Estaba tumbando sobre una camilla que dos médicos estaban metiendo en la furgoneta. Me subí a ella y apartando bruscamente a un enfermero me arrodille a su lado.

-¿Oye mago estás bien? ¿Cómo te sientes? ¡Di algo!-silencio. Sus parpados cerrados ni temblaron. Puse dos dedos sobre su cuello… menos mal, tenía pulso. Sólo estaba inconsciente. Tenía una parte de la cabeza vendada y varios aparatos médicos alrededor.

-¡Oiga usted! –Oí una voz detrás de mí - Supongo que no lo querrá interrogar en ese estado. –un hombre alto vestido con una bata blanca me miraba con suspicacia. – ¿o es un familiar?

-¿Qué le pasa?

-Sólo está desmayado, aunque cabe la posibilidad de empeoramiento. Se le cayó un fragmento de pared muy pesado encima y se dio un fuerte golpe en la cabeza al caer. No tiene ninguna fractura ósea pero hay una probabilidad muy alta de hemorragias internas o alguna anomalía en el encéfalo a causa del… -parece que mi cara de atontamiento hizo lo suyo porque cortó el flujo de la medio incomprensible lección medica.- ¿Y quién es él para usted?
Esa pregunta me hizo sobresaltar. Por un momento me sentí perdido. ¿Quién es él para mí?...

-¿Y bien? –el hombre quería una respuesta. -¿es algún familiar suyo?

-Es mi hermano. –me mordí el labio. Ningún idiota se creería eso.

-No os parecéis mucho. – Constató burlonamente él verificando con ello mis pensamientos.

-Esto… tenemos padres distintos… y no nos parecemos en nada a nuestra madre, así que…

-Bueno, hare ver como que me lo he tragado. Parece que se conocen y luce preocupado, así que puede ir con él en la ambulancia hasta el hospital. Si no está en cumplimiento de deber, claro está.

-Gracias.

-¡Kurogane! – ¡dios! Olvidé completamente que estaba trabajando, y ahora mi compañero me estaba buscando.

-¡Hey, Vadik!

-¿Qué haces allí dentro? ¿Conoces a este tipo?

-Oye, diles a los encargados que tengo 40 de fiebre, me ahogo de tos, me ha bajado mucho la tensión y que no puedo trabajar.

-Pero…

-Y te pago la comida de mañana.

-y pasado…

-Vale.

-¡Hecho!


Los enfermeros cerraron las puertas y la ambulancia emprendió el camino. Concentré mi atención en el mago. Estaba más pálido de lo normal y respiraba muy periódicamente. Apreté fuertemente su mano. “¡Por favor! ¡Que no le pase nada!” pensé. Y en aquel momento la pregunta del médico volvió a resurgir en mi mente “¿Y quién es él para usted?” Demasiado complicado para poder responder. Ni siquiera yo sabía la respuesta. Delante de mis ojos apareció su cara el día que se me declaró, su mirada enamorada, llena de lágrimas, su voz dulce susurrando aquel “te amo”… Y volví a oír su amargo llanto, como el que le había provocado esa mañana. Es cierto, en cuanto recupere la consciencia le pediré perdón. Cualquier cosa con tal de que mejore. No quiero volver a sentirme así nunca más. “Pero esto está mal”, intenté convencerme a mí mismo, él es un hombre. No puede haber nada entre nosotros, por mucho que él diga que me ama, no es una relación posible. Tengo que tratar de solucionar eso. Pero… ¡Maldita sea!... el problema soy yo, no él.

-Ya hemos llegado, salga por favor. –una voz interrumpió mis cavilaciones –tendrá que esperarse fuera de la sala de primeros auxilios mientras le hacemos una revisión.

-Está bien. –solté la mano que estaba apretando contra mi pecho e intenté recuperar la compostura. -Esperaré el tiempo que haga falta. Pero tengo algo muy importante que decirle cuando despierte.













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Bueno, ya estamos en el capítulo 3. Como pueden ver son cortitos, no suelo hacerlos muy largos... más o menos 1000 palabras cada uno (me lo cuenta el word)

A partir del capítulo siguiente ya comienza la ación principal.



por cierto, me he cansado de hacer propaganda turistica subliminal barata en los títulos, -_-" así que a partir del siguiente són títulos normales ¬¬






gracias por leer !! ^^

para ti solo son unas palabras, para mi, una inmensa alegria, por favor, deja un review y estrecha los lazos del mundo de las fangirls ^0^




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