Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero haciendo esto, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias…
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Resumen: En la aldea de Konoha se dice que un Jounin debe salir con otro Jounin y los Chuunin con los demás Chuunin, mezclarse es como sí un cisne saliera con un pato, sin embargo, Iruka esta dispuesto a mostrarles que él puede seducir a su cisne.
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Avisos: Este fic es Slash, si no te gustan las relaciones homoeróticas no seas grosero, simplemente no lo leas.
Segundo aviso: este universo es ligeramente alterno, ubicado en el mundo de Naruto pero tratando el tema que pasaría si Minato hubiera sobrevivido y la masacre de los Uchihas nunca hubiera pasado.
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De cisnes y de patos.
Capitulo 4.
Las mejillas de Kakashi se pintaron en ese momento con el sonrojo más pálido que Iruka había visto en su vida, contrarrestando armoniosamente con su piel pálida y su cabello plateado, haciendo que el instructor de la academia deseara incrementarlo un poco más —No entiendo tu forma de pensar a veces… Kakashi
Kakashi trago un poco de saliva al sentir el aliento de Iruka en su rostro—Creo que eres el genio menos inteligente que jamás he conocido…
Iruka podía ver como esas mejillas imitaban ahora el color de una flor de durazno— ¿Por qué?
Kakashi trato de controlar el calor que sentía en sus mejillas cuando escucho la respuesta de Iruka—Porque no existe forma alguna que tú puedas pasar desapercibido y cualquiera que tenga ojos puede decírtelo, eres demasiado atractivo para eso…
Iruka se retiro poco después observando a un ninja copia bastante turbado, podría decirse que Kakashi era tan inseguro como él en ciertas ocasiones, una de ellas era sobre su aspecto físico el cual no veía nada especial como muy pronto descubriría Iruka Umino.
Kakashi despejo su garganta poco después y se rasco la cabeza para tratar de controlar la vergüenza que sentía al no poder encontrar las palabras necesarias para contrarrestar ese cumplido sin verse como un inadaptado social o algo mucho peor, al ver su inédita falta de palabras Iruka le pregunto — ¿Te comportas como si nunca recibieras ninguna clase de cumplido, Kakashi?
El ninja copia deseaba tener entre sus manos el libro que le servía como uno más de sus escudos ante el mundo exterior cuando respondió igualmente nervioso, demasiado fuera de si para controlarse —No… no es eso… sólo que esta vez es agradable…—finalizo sintiéndose un inútil, curvando su ojo visible en lo que podría llamarse una sonrisa.
Iruka casi inmediatamente supuso de quien le hablaba el ninja copia, Itachi, le hubiera gustado decirle que le protegería de él, sin embargo, pensando que Kakashi no apreciaría esa promesa prefirió guardar silencio.
Kakashi interrumpió el silencio que se había formado entre los dos, preguntándole con una enorme sonrisa, recordando lo mucho que Iruka detestaba el trabajo literario de Jiraiya— ¿Por qué este libro?
Iruka no escondía su rechazo a esa clase de literatura pornográfica, había ojeado uno o dos capítulos para afirmar su desprecio por esa mala lectura en la que no solo tenía un argumento poco creíble, innecesarias escenas obscenas y la historia de la conocida damisela en desgracia narrada de veinte maneras diferentes, con un protagonista varonil que siempre rescataba a la doncella en desgracia y esta como pago a su desmedida valentía le ofrecía su cuerpo virginal a su salvador después de una cruenta lucha con el villano por la mano de la joven.
El Chuunin al ver la envoltura naranja cortesía de Jiraiya sama, quien por fin se había ganado su profundo respeto, le respondió con su mejor sonrisa—A ti te gusta esa lectura, así que, porque no hacerlo…
Kakashi se recargo en el pasto respondiéndole mirándolo de reojo—Pero tú la aborreces…
Iruka no pudo ignorar la forma en la que resplandecía el cabello de Kakashi y como parecía estar posando para él, por lo menos su imaginación lo interpretaba de aquella manera—Su historia es poco creíble…
Kakashi esta vez colocando su brazo de manera teatral sobre su frente e inclinando un poco la cabeza le pregunto bromeando al respecto— ¿No piensas que “Ho tómame entre tus brazos amor mío” sea una conversación factible?
Iruka no pudo responder ante aquella pregunta, tratando inútilmente de no imaginarse la escena que Kakashi planteaba, observando fijamente la postura que el ninja copia había adquirido sin ninguna clase de pudor, obviamente tratando de obtener alguna clase de reacción de su persona.
Kakashi al ver que su pregunta había logrado la reacción que deseaba y como Iruka aparentemente no podía dejar de sonrojarse por eso repitió con un tono suplicante, acercándose un poco más al instructor de la academia—Mi cuerpo es tuyo, has conmigo lo que quieras…
Iruka esta vez tuvo que voltearse cubriendo un poco su nariz de la que corría un hilito de sangre, Kakashi lo estaba haciendo apropósito, acaso no sabía lo que esas simples palabras podían hacerle, o le parecía gracioso hacerlo perder los estribos, fue en ese momento que sintió el aliento del ninja copia en su oído susurrándole dulcemente, casi provocando que se derritiera en ese mismo sitio—Solo dime lo que tu deseas de mi… y yo lo hare…
Iruka parando la hemorragia nasal pregunto observando el rostro sonriente de Kakashi, quien parecía demasiado tranquilo para haberle suplicado lo que su mente febril pensaba que le había sugerido— ¿Qué?
Kakashi mostrándole el libro que le había regalado pronuncio con supuesta inocencia, siendo traicionado por un resplandor en su ojo visible y una sonrisa de autosatisfacción que solo mostraba cuando lograba que toda su atención se centrara en su persona, como un gato jugando con un ratón —Esos son los diálogos de la pagina 225 de la primera novela… ¿No te parecen convincentes?
Iruka sin saber que pensar se limito a decir, jurando que algún idea encontraría la forma de hacerlo perder la razón—Ahora sí…
Podía jurar que había un extraño brillo en el ojo visible de Kakashi, un deseo tan grande como el suyo, sin embargo recordando lo que su amor le había confesado anteriormente no debía sorprenderse del todo, aparentemente siempre había deseado llamar su atención—Lo sabía, Jiraiya es un genio…—Interrumpió Kakashi sus pensamientos guardando el libro una vez más en una de sus múltiples bolsas.
Había pasado toda la mañana pensando en su cisne y ahora la mitad de la tarde hablando con él sin interrupciones por lo que decidió que ya era momento de buscar algo de alimento.
Iruka comenzó a levantarse diciéndole a Kakashi, quien le miro con la expresión de un niño al que se le ha cancelado la mesada o peor aun la Navidad—Ya tengo hambre… ¿Y tú?
Kakashi le respondió un tanto indeciso, temiendo que aquella pregunta fuera una forma de alejarlo del instructor de la academia después de un par de horas de una conversación amena—Tal vez…
Iruka al descubrir esa faceta en el ninja copia, la que nunca le mostraba a nadie le pregunto al darse cuenta que tal vez pensaba que deseaba terminar con su cita— ¿Quieres comer algo?
Kakashi levantándose tan rápido como pudo y una vez más aferrándose al brazo de su Chuunin le respondió—Sí, ¿A dónde vamos?
Iruka sonrojándose nuevamente por la cercanía del ninja copia y comenzando a pensar que el comportamiento del poderoso sharingan Kakashi se debía en parte porque sus novelas eran la única referencia de una cita que conocía le sugirió, sólo para ver como nuevamente las mejillas pálidas tomaban un colorcito rosado—Estaba pensando a mi casa… así podríamos estar solos… si tu quieres por supuesto…
Kakashi respondió inmediatamente recuperándose de aquel adorable rosa pálido—Eso me gustaría… prefiero la privacidad…
Iruka comenzó a caminar en dirección de su casa preguntándose que debía prepararle a Kakashi para mostrarle su interés y sus facultades gastronómicas— ¿Qué te gustaría comer?
Kakashi respondió casi inmediatamente—Cualquier cosa que cocines me parecería bien… excepto tal vez Tempura…
Iruka rascándose la cabeza le comento sintiéndose como todo un acechador—Ya lo sé… no te gustan los alimentos fritos o dulces…
Como todo un hombre enamorado Iruka había tratado de conocer los gustos y preferencias de Kakashi, tuvo que sobornar a Naruto, con toneladas de ramen, quien conocía sus sentimientos por el ninja copia y a su vez tuvo que sobornar o atosigar a Jiraiya por las respuestas necesarias.
Al final de una exhaustiva búsqueda Naruto le dijo que no le gustaba la comida frita ni la dulce, que le gustaba la sopa de algas con Miso y el pescado asado con sal, odiaba que lo fotografiaran sin la máscara puesta por lo que detestaba comer en público, era un romántico empedernido y por el momento no le conocían ninguna clase de pareja romántica.
Naruto trato de decirle que se trataba de un pervertido y un flojo, que siempre llegaba tarde y que no le enseñaba a Sasuke suficientes Jutsus, pero era de esperarse que no lo hiciera, puesto que le había mostrado algo mucho más importante, la forma de imitarlos, sin embargo, el menor de los Uchihas decidió ignorar sus consejos esperando que le revelaran cada jutsu por separado.
Kakashi se preguntaba qué tan baja había tenido su guardia en la aldea si el atractivo Chuunin, sin menospreciar sus habilidades, logro reconocer los patrones de su vida diaria, lo que le hacía pensar que tanto sabía Itachi sobre él con sus habilidades ninja— ¿Cómo… como sabes tanto?
Iruka podía sentir la preocupación del ninja copia, parecía estar a punto de lanzar kunais por todas partes o desaparecer en una nube de humo —Naruto me ayudo a saber que te gustaba, solo en caso de que me atreviera a invitarte a salir…
Kakashi debía agradecerle a Naruto su intervención, invitarlo a comer toda la ramen que pudiera comer a riesgo de quebrar, todo por agradecerle a ese atolondrado rubio que le había servido a Iruka Umino de espía, sin embargo, de saber sus intenciones antes hubiera salido antes con él, debían tener algunas cuantas palabras, por ejemplo, que le gustaba a Iruka Umino y porque no le había dicho antes. — Le debo mucha ramen al rubio hiperactivo…
Iruka comenzó a reírse después de aquellas palabras, Kakashi sabía cómo aliviar una situación tensa y la simple idea de su recompensa sonaba interesante, toda la ramen que Naruto pudiera comer los llevaría a la quiebra en menos de una semana—Ya somos dos, pero estábamos hablando de lo que te gustaría comer en mi casa…
Kakashi le respondió sintiéndose ligeramente observado por un chakra que no reconocía del todo y comenzaba a temer que se tratara de Itachi—Tengo que irme… tu… tu prepara la cena… yo llegare en una hora…
Iruka inmediatamente le pregunto sintiendo de la misma forma un escalofrió que recorría su cuerpo, probablemente por la emisión de un chakra, de una persona que los estaba siguiendo—Pero… Kakashi…
Kakashi no dijo más y realizando los símbolos necesarios con sus manos desapareció en una nube de humo, no sabía quién los estaba observando pero se encargaría de que ya no los molestara— ¡Espera!
Iruka al ver como Kakashi había desaparecido trato de seguirlo, no sabía realmente que lo orillaba a realizar un acto tan estúpido, probablemente solo fuera una muleta para el ninja copia y aun así no soportaba la idea de que se enfrentara solo con quien los estuviera observando—No vayas…
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Kakashi siguió el chakra que no reconocía hasta el Templo Nakano, el lugar de recogimiento de los Uchihas, en donde meditaban y en donde se decía que también se escondían secretos temibles.
Itachi se encontraba escondido detrás del pilar color sangre de la entrada del templo, parecía furioso, probablemente los había visto juntos y pronto intentaría darle una nueva advertencia—Deseaba disculparme por mi comportamiento inapropiado, Kakashi…
Kakashi adopto una postura ligeramente defensiva preguntándole— ¿Cuál de todas?
Itachi le respondió ignorando esa pregunta, ya que no encontraba inapropiadas sus propuestas de matrimonio—No fue mi intensión amenazarte esta mañana…
Kakashi entrecerró sus ojos completamente furioso, no había sido su intención, entonces que otra cosa había tratado de hacer cuando lo acorralo e inmovilizo para robarle un beso estando completamente solos — ¿Solo eso querías?
Itachi le respondió manteniendo la distancia entre ambos por primera vez en todo el tiempo que llevaba conociéndolo—No, también quería saber que hay en ese Chuunin que yo no pueda darte…
Kakashi ignoro su respuesta diciéndole al escuchar los pasos de otra persona acercarse al templo en el interior de los terrenos del clan Uchiha—Felicidad.
Itachi escucho los pasos de Iruka acercarse al templo Nakano, ese Chuunin era realmente valiente, eso debía admitirlo—Parece que ese Chuunin se está acercando…
Al imaginarse lo peor, Kakashi encontró el valor que necesitaba para enfrentarse a Itachi en ese momento, no deseaba que Iruka fuera lastimado y sí no había forma alguna de alejar a Itachi de él, entonces tendría que cambiar su estrategia.
Kakashi fue esta vez quien le dijo a Itachi, escuchando como Iruka lo llamaba tratando de encontrarlo—No sé que estas planeando Itachi… pero no me importa que tan valioso seas para el Hokage o lo que diga el consejo… si te atreves a lastimar un solo cabello de Iruka, no me importara convertirme en un ninja fugitivo, yo me vengare.
Vaya, vaya, pensó Itachi, estaba sorprendido de que un Chuunin lograra esa clase de comportamiento en Kakashi, era como si hubiera tomado la tan esperada decisión, negándose a él y aceptando a un ninja inferior.
Tal vez se trataba de la diferencia que había entre los chakras, Iruka era un compañero que podría controlar, llegado el momento hasta destruir, en cambio el se trataba de un compañero del que no podría liberarse jamás—Lo que sientes por él es una ilusión…
Kakashi se defendió inmediatamente, Iruka era diferente a las otras personas que había conocido, quienes solo se interesaban por su cuerpo o por su fama como el ninja copia, él lo veía como una persona debajo de todo eso—Eso es una mentira…
Itachi escuchando los últimos pasos de Iruka antes de entrar al templo le dijo acariciando la mejilla del mayor con afecto y deseo, las uñas negras rozaban la piel, probablemente dejando una marca rojiza a causa de su filo—Tu y yo nos pertenecemos, Kakashi.
Kakashi estaba a punto de negar aquella afirmación monstruosa cuando por fin Iruka había logrado entrar en el templo de los Uchihas, en donde observo como Itachi acariciaba la mejilla de su cita—¡Déjalo en paz!
El ninja copia volteo al mismo tiempo que Itachi comenzaba a caminar en dirección de Iruka, diciéndole con demasiada tranquilidad, con la misma enervante seguridad que mostro esa mañana—Kakashi está interesado en ti, Chuunin… pero no será por mucho tiempo, tú lo sabes.
Kakashi al ver que Itachi estaba a escasos pasos de Iruka decidió atacarlo antes de que el joven Uchiha lo hiciera, escuchando la voz de su maestro, quien preguntaba con cierta molestia en su tono de voz— ¿Qué está pasando aquí?
Deteniendo al ninja copia antes de que pudiera tocar a su objetivo, Itachi parecía tranquilo, Iruka expectante y Kakashi sabía que pronto recibiría o bien una reprimenda o algo mucho peor, simplemente por haber atacado al principal espía del Hokage sin ningún motivo que lo mereciera— ¿Hokage Sama?
Minato guardo silencio por mucho tiempo para sus estándares, no había visto la conversación anterior, sin embargo, sabía que Kakashi no cometería un acto tan estúpido sin una razón, debía saber cual era—Tenemos que hablar Kakashi… Iruka Umino puedes retirarte… Itachi… después hablaremos tú y yo.
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Itachi se retiro sin más del templo en dirección de su hogar, no pensaba que provocar la furia de Kakashi fuera tan fácil, lo que le enfurecía demasiado al pensar en lo mucho que Iruka Umino significaba para él.
Al principio pensó en disculparse por su comportamiento erróneo e injusto para su novia, aquellos pensamientos se borraron cuando los vio juntos, en ese momento se sintió enfermo y decidió, a pesar de las palabras del Hokage, que le pedía que aceptara la negativa de su pupilo, separarlos de cualquier forma.
No era común que Itachi se molestara en seguir sus deseos, los cuales eran pocos pero significativos, deseaba a Kakashi Hatake, su mente, su cuerpo, su poder, su inteligencia y en parte su rechazo, debía hacerlo suyo a como diera lugar.
Kakashi no se daba cuenta de que tan grande era su amor por él, que tan lejos podía llegar por poseerlo, pronto lo descubriría, cuando ese Chuunin comprendiera el peligro en el que se encontraba al no atender su consejo, sí no podía alejar al ninja copia de su Chuunin, entonces tendría que alejar al pato de su cisne.
Pato, era un sinónimo gracioso para un ninja de tan poco chakra y tan altas metas, un Chuunin podía aspirar muy alto dentro de su grupo, su novia no era parte de ese grupo, Kakashi era lo que muchos decían un cisne, y un cisne debía estar con otro cisne o en su caso, encerrado en una hermosa jaula de oro en donde su dueño pudiera admirarlo.
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Iruka se negó a dejar solo a Kakashi, aun en compañía de su maestro y no lo hubiera hecho si su cisne no le hubiera suplicado que regresara a su departamento para continuar con la velada, esa noche no deseaba estar solo.
El instructor de la academia ninja se alejo con paso cansado, caminando en las calles de la aldea de manera automática, sin pensar realmente hacia donde se dirigía, recordando las pocas palabras que Itachi le había susurrado al ninja copia, la manera en la cual lo tocaba sin su permiso.
¡Maldición! Condenó en silencio, cualquiera se daba cuenta que sus atenciones no eran deseadas y la forma de Itachi de tratar a su cisne era monstruosa.
Únicamente existía una palabra que podía describir lo que vio, esa era acoso, Kakashi era perseguido por Itachi Uchiha y su propio maestro lo permitía, no podía creerlo, el Hokage le daba la espalda a su propio discípulo, pero porque.
¿Por qué permitir que alguien que debía ser como un hijo pasara por eso? Porque no importando que tan dura fuera la vida de un ninja un maestro era la figura más cercana que existía a la de un padre.
¿Qué padre podría permitir eso cuando podía castigarlo?
Aparentemente el Hokage que todos pensaban era un santo y el cual podía ver que sólo se trataba de otro político más, otro estratega que pensaba que sus ninjas eran herramientas descartables.
En ese momento Iruka tomó una decisión, no importaba como ni que tan débil era, de alguna forma lograría detener a Itachi, no permitiría que su cisne siguiera sufriendo por su culpa.
Con esa idea en mente regreso a su departamento deseoso de recibir a Kakashi con una suculenta comida caliente y una cama en donde pudiera descansar tranquilo por lo menos una noche.
Tal vez no podría hacerlo sentir seguro, sin embargo, deseaba darle algo de paz.
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Kakashi caminaba detrás de su maestro sin saber que podía responderle, lo había visto atacando a Itachi sin ninguna razón, con algo de suerte sólo sería castigado por cinco misiones, si no tenía la razón no imaginaba que ocurriría por eso.
Al entrar en la torre del Hokage, una vez a solas, Minato tomó su asiento detrás del escritorio preguntándole — ¿Qué se supone que estabas haciendo?
Kakashi escondiendo las manos en las bolsas de su pantalón y tratando de fingir indiferencia le respondió — ¿Nunca tuviste una discusión cuando eras un Jounin?
Minato recargándose en su escritorio le respondió—Muchas veces, pero nunca utilice ninguna de mis técnicas por eso.
Kakashi inmediatamente tratando de contrarrestar esa respuesta alego con calma—Nunca tuviste que lidiar con Itachi Uchiha…
Minato pensaba conocer a Itachi, tanto como a su alumno del cual se había distanciado desde la muerte de Rin, quien parecía haber cambiado de sensei, abandonándolo a él y optando por la guía de Jiraiya, a quien le contaba sus secretos y quien aparentemente sabía mucho más de su vida personal que él mismo, su sensei—Lo hago a diario Kakashi.
Kakashi sintió aquella respuesta como un golpe bajo, una especie de traición que no pensaba soportar, era gracioso como se habían alejado después de la muerte de su amiga, mucho más después del ataque del zorro de nueve colas, parecía que su sensei ya no era el mismo de antes—En la mañana me preguntaste cuales eran las intenciones de Itachi Uchiha y yo no fui del todo sincero… Sensei.
Minato guardo silencio esperando escuchar lo que Kakashi tenía que decirle, que tan grave era, pero juzgando por la conversación que había tenido con Itachi y por la falta de control sobre sus emociones, realmente debía serlo—Te escucho Kakashi, hazme entender lo que vi en el Templo Nakano.
Kakashi le pregunto en ese momento controlando a la perfección los músculos de su rostro decidiendo que lo mejor era rehuir el tema hasta conocer de qué lado estaba su sensei — ¿Qué es lo que viste Sensei?
Minato respondió con la verdad, ya que no había visto mucho realmente—Te vi atacando a Itachi en tierra de los Uchihas, fue un milagro que no hubiera nadie más presenciando esa pérdida de control Kakashi…
Kakashi apretó el puño de su mano derecha diciéndole decepcionado—En ese caso cual será mi castigo Sensei…
Minato le pregunto sin lograr entender de que hablaba Kakashi, porque saltaba a la conclusión de que lo había llamado para reprenderlo, infligir un castigo por defenderse o a sus seres amados— ¿De qué hablas?
Kakashi le respondió cruzándose de brazos, su voz un tempano de hielo—Ataque a un Jounin… no, un ANBU… dentro de la aldea, Sensei, ¿Cuál será mi castigo por eso?
Minato levantándose de su asiento intento acercarse a Kakashi, las palabras de Jiraiya eran ciertas, su alumno ya no confiaba en él—No ejerceré ningún castigo, Kakashi… no se dé que estás hablando…
Kakashi al escuchar que estaba libre de cualquier reprimenda que Minato hubiera pensado le pregunto—En ese caso… ¿Puedo retirarme Sensei? Estaba en medio de una cita…
Minato enfureciéndose por esa respuesta le pregunto a su alumno, estaba realmente confundido por su comportamiento, porque no le decía lo que pasaba para que pudiera ayudarle—No te irás hasta que me expliques lo que ocurrió en ese templo…
Kakashi por un momento pensó en confiar en su sensei, el que no podía dañar a Itachi so pena de perder a su mejor espía, colocando a Naruto en peligro, porque había visto el anillo de Akatsuki que Itachi colgaba alrededor de su cuello, y respondió—No puedo hacerlo Sensei…
Minato estaba a punto de preguntarle “¿porque no?” cuando repentinamente escucharon que anunciaban al tercer Hokage, al maestro de su maestro y al protector del consejo de ancianos, a quien nunca se le negaba una visita.
Sarutobi entro en compañía del consejo de ancianos, quienes ignoraron al ninja copia para sentarse justo adelante del Hokage, Minato no deseaba terminar de aquella forma su conversación con su alumno favorito, el único que le quedaba con vida.
Kakashi dudaba de él y tenía que encontrar una forma de recuperar su confianza sin arriesgar la vida de su hijo o la seguridad de la aldea, fue por eso que mando a su sensei a buscar información sobre Iruka, sí todo salía bien podría proteger a Kakashi, a su pobre hijo y a la aldea al mismo tiempo.
Su alumno al ver como los ancianos les interrumpían decidió desaparecer en una nube de humo escuchando las palabras “Aun es joven” “Cada día que pasa es más fuerte” y “Imagina lo que se lograría con esta unión”
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Kakashi para poder controlar su enojo decidió caminar en dirección de la casa de Iruka Umino, tal vez así podría despejar su mente y ser una buena compañía para el dulce Chuunin, que sabía podía llegar a amarlo.
A veces se preguntaba como había surgido ese cálido sentimiento cada vez que hablaban o lo veía, probablemente la primera vez que llamó su atención fueron las interminables historias que Naruto contaba de Iruka y como aun Sasuke coincidía con su aprecio por él.
Poco después ocurrió la discusión durante el examen Chuunin, nunca nadie, ni siquiera Gai le había hablado de esa forma, al principio pensó que no sabía de quien se trataba, pero era obvio, había escuchado a Iruka quejarse con Minato y Sarutobi sobre la decisión de colocar a Sasuke, Naruto y Sakura bajo sus órdenes.
Temía que no los fuera a aprobar como sus discípulos y se armo de valor para tratar de hacer cambiar de opinión al Hokage, a dos Hokages, eso sin duda alguna era valentía... o locura.
Todavía recordaba la primera vez que se quejo sobre su informe, nadie jamás lo había hecho, simplemente aceptaban lo que tuviera para entregarles, se preguntaba que habrían hecho de leer un informe escrito en una servilleta, probablemente por ser el alumno de Minato y el sharingan Kakashi lo hubieran recibido.
Sin embargo, allí estaba Iruka en su primer día de trabajo, ordenándole que reescribiera ese informe que cualquiera de sus primeros años habría hecho mucho mejor y no tendría tantas faltas de ortografía.
A veces se preguntaba si Iruka comía Jounins para el desayuno, por lo menos a los que se atrevían a entregar un informe poco menos que perfecto.
Primero los atraía con esa amabilidad y esa tímida sonrisa, para después enumerar cada una de sus faltas dejando en claro que debían entregar un informe que fuera legible, claro y sobre todo a tiempo.
El segundo informe después de su primer regaño era perfecto, limpio, sin faltas o manchones, pero había llegado dos días tarde, todavía podía recordar la expresión de Asuma o Kurenai, parecía que huirían a refugiarse de la furia de Iruka Umino y que a él, al ninja copia o bien lo pondría a escribir un millón de veces “debo entregar mis reportes a tiempo” o mejor aún, lo recostaría en sus piernas para darle unas nalgadas por ser un mal Jounin.
Se preguntaba que expresión tendría Iruka si le comentara sus primeras impresiones de su persona y si llegaban a ser amantes si aceptaría actuar esa pequeña fantasía suya.
Todavía podía recordar su expresión cuando lo descubrió nadando en compañía de sus perros ninja, quienes le advirtieron de la presencia del intruso después de que su amo decidiera ignorarla.
Por un momento pensó que se alejaría con la misma rapidez con la cual lo había visto correr detrás de Naruto durante una de sus muchas bromas en la academia ninja, sin embargo, decidió esconderse detrás de un matorral con ojos negros.
Hasta ese momento se daba cuenta que lo estaba espiando y él que pensó que no lo había visto o simplemente estaba esperando a que abandonara la laguna en donde intento darle el espectáculo de su vida sin los resultados esperados.
No pensaba que pudiera darle una invitación más clara, bueno, tal vez un sal conmigo hubiera funcionado, estaba irremediablemente enamorado de Iruka y esa era la primera vez que hablaban sin que su Chuunin le gritara o intentara alejarlo de su espacio personal.
Probablemente Obito se reía a sus costados en donde fuera que se encontrara, el ninja copia, el sharingan Kakashi, rendido a la merced de un inofensivo Chuunin.
Pensar en Iruka siempre le alegraba y al darse cuenta que había llegado a su casa toco la puerta de su departamento, preguntándose que habría cocinado el instructor de la academia para continuar con su cita.
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