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Secretos de un alumno y un profesor… por Masterred

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Notas del capitulo: Un poco de Terrorist para las fans de la parejita...
Pero Hiroki y Nowaki siguen siendo los principales de la historia estamos?? =D
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“Miyagui compró un poco de pan y fruta en uno de los puestos del mercado y lo comió mientras paseaba por allí…
Mientras masticaba una manzana y pensaba en Hiroki, oyó un alboroto a sus espaldas: unos hombres tenían acorralado a un jovencito contra una pared…
_ ¡Hey! ¡¿Qué está pasando aquí?! _irrumpió Miyagui.
Los hombres apenas lo vieron se alejaron corriendo, llevándose la mochila del niño, que estaba tirado en el suelo. Tenía el cabello castaño muy claro y se veía muy frágil allí tirado:
_ ¿Te encuentras bien…? _el profesor lo ayudó a ponerse de pie_ ¿Te golpearon?
_ No… Sólo me empujaron y me caí, me robaron todo lo que tenía… _cuando levantó la cara para mirar a Miyagui, éste notó que tenía los ojos llorosos.
_ Has tenido un buen susto, no deberías andar solo por ahí… ¿En dónde están tus padres?
_ ¿Qué se cree que soy? ¿Un crío de cuatro años…? _se quejó el jovencito pasándose frenéticamente la mano por los ojos. Recogió un sombrero del suelo y luego de sacudirle el polvo se lo puso y se caló hasta los ojos.
_ No es eso… Es que siendo tan pequeñito y con un rostro como ése deberías tener más cuidado…
El jovencito lo miró alzando las cejas:
_ ¿Qué tiene mi rostro…? _preguntó.
“Nada… Es que eres muy lindo…” pensó Miyagui. Luego sacudió la cabeza intentando apartar esa idea. ¡¿En qué rayos estaba pensando?!
_ Ejem… _Miyagui carraspeó y extendió el brazo_ Por cierto, soy Miyagui…
_ Shinobu… _el castaño estrechó la mano del profesor, que se tragaba a la suya_ Gracias por ayudarme…
_ No es nada, no pude impedir que te robaran… _se lamentó_ ¿Llevabas mucho dinero?
_ Lo suficiente para irme de la ciudad… _dijo Shinobu, algo incómodo_ ¿Me devuelve mi mano…?
_ ¡Lo siento! _Miyagui soltó la mano del jovencito, avergonzado por haberla estrechado más tiempo del necesario_ ¿Debes viajar urgente? _buscó en uno de sus bolsillos_ Puedo prestarte algo de dinero…
_ No, olvídelo… _Shinobu empezó a caminar_ Volveré a mi casa y mañana volveré a intentarlo…
_ ¿Intentar qué…?
_ Fugarme… _dijo el castaño como si fuese la cosa más normal del mundo_ Acabo de escaparme de mi casa…
Miyagui lo alcanzó caminando rápidamente:
_ ¿Qué? ¿No eres algo pequeño para eso? _exclamó.
_ ¿Y a usted qué le importa?
_ Demasiado insolente para ser tan pequeño… _se burló Miyagui_ Me importa porque acaban de robarte todo, ¿no deberías considerar eso una señal?
_ Creo que no es tan fácil como pensé que sería… _Shinobu se encogió de hombros_ Pero aún así no deseo seguir viviendo en mi casa, créame, tengo mis razones… _suspiró.
_ ¿Tan malo es? _el profesor le ofreció una manzana que Shinobu aceptó.
_ Es una vida muy monótona y aburrida… Sin emociones… _relató_ Quiero algo más para mí que lo que me ofrecen allí.
_ Si me permites una sugerencia, nada de eso suena tan mal como para arriesgarse tanto… _dijo Miyagui.
Shinobu, en vez de enojarse se rió:
_ ¿Por qué se está tomando tantas molestias en convencerme?
El profesor se encogió de hombros;
_ Ni yo mismo lo sé, Shinobu…
En ése instante sus miradas se encontraron. Shinobu bajó la vista, sonrojado. El profesor pestañeó, tratando de aclarar lo que pasaba por su cabeza en ésos momentos:
_ Escuche… _comenzó a decir Shinobu_ No soy de por aquí, y ya que tendré que volver a mi casa de todas formas… ¿Le molestaría enseñarme la ciudad…?
_ Sería un placer… _respondió Miyagui, sonriente.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*



Horas después, en la noche…

Miyagui entró en la escuela corriendo. Buscó a Hiroki y lo halló durmiendo en una de las improvisadas camas que usaban los profesores de esa escuela.
Sin pensarlo dos veces, lo tomó por los hombros y lo sacudió;
_ ¡Hiroki! ¡Hiroki despierta!!! _lo llamó.
_ ¡¿Qué pasa?! _Hiroki casi le da un puñetazo en la nariz_ ¿¡Qué demonios es esto de entrar corriendo y despertarme a los gritos?!
_ ¡Lo siento! ¡Es que es algo urgente y debo decírtelo! _Miyagui lucía muy agitado y excitado_ Necesito que me hagas un enorme favor…
El castaño se lo quitó de encima con un empujón, refunfuñando:
_ ¿Qué quieres? _gruñó, deseando que Miyagui acabara pronto para poder volver a dormir. Se alisó el blanco camisón que usaba para dormir con un gesto de fastidio_ Desapareces todo el día, luego me despiertas a los gritos y encima me pides que te haga un…
_ Debes acompañarme al baile de máscaras del Rey… _lo interrumpió.
_ ¿Qué dices? _Hiroki alzó las cejas_ ¿Cuál baile de máscaras? ¿No son eventos demasiado exclusivos como para que tú te invites?
_ Sí, pero… Verás… _Miyagui miró para todos lados, buscando a algún otro profesor en los alrededores, y agradeció que Hiroki fuera el único que se dormía tan temprano.
Prosiguió:
_ Debo contarte en dónde estuve ésta tarde…

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::: FLASH BACK :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Cayó la tarde y con ella los pájaros, que se instalaron en sus nidos y comenzaron a cantar.
Miyagui y Shinobu estaban recostados en un gran árbol, ubicado en uno de los hermosos jardines que rodeaban la ciudad.
El más joven suspiró de gusto;
_ Cuanta paz… _dijo mientras cortaba unas flores silvestres_ Estos bosques son muy bonitos…
_ Sí, lo son… _Miyagui miró a un costado_ ¿Qué hará toda esa gente reunida allí?
_ No es más que un día de campo… _dijo Shinobu_ Un día de campo del rey, y toda esa gente son su séquito de sirvientes…
_ Ah, ya veo… _Miyagui contempló el increíble despliegue de manteles y bocadillos_ Debe de ser divertido probar algo así, con tanta gente a tu alrededor atendiéndote…
_ ¡Sí, divertidísimo! _dijo Shinobu, sarcástico_ Todos diciéndote como te debes vestir, comportarte y qué debes comer…
_ Jeje, algo me dice que no te cae muy bien la vida que hacen los ricos, Shinobu… _se rió Miyagui tocándole el cabello.
El castaño tomó una flor y le sacó los pétalos uno por uno:
_ Es que me parece todo tan aburrido… _se quejó.
Se quedaron en silencio un momento. Miyagui observaba al más joven sin decir una palabra. No podía entender por qué le parecía tan encantador y lindo alguien a quien había conocido hacía cosa de unas horas…
Además era casi tan joven como muchos de sus alumnos;
_ Dicen que el hijo menor del Rey es realmente lindo… _comentó el profesor por hacer conversación.
_ ¿Ah sí?
_ ¿Nunca lo has visto?
_ No, nunca… _dijo Shinobu, y de repente estaba muy rojo_ Miyagui…
_ ¿Sí…?
_ Gracias por enseñarme la ciudad hoy… _le dijo y una vez más lo miró con sus bellos ojos grises.
_ Por nada… _Shinobu estaba arrodillado frente a él y el profesor se inclinó hacia delante, hipnotizado por sus ojos grises y su bello rostro sonrojado.
“De verdad que es lindo…” volvió a pensar.
_ Seguramente no volveré a verla, porque cuando vuelva a mi casa me castigarán por haberme ido sin decir nada… _se lamentó.
Ambos se dieron cuenta de que sus rostros estaban muy cerca. Quizá demasiado…
El profesor miró los finos labios del jovencito, su rostro adorable y sonrojado, y descubrió que quería besarlo…
_ Shinobu… ¿Qué es lo que me has hecho? _preguntó acariciándole una mejilla. Descubrió que era lo más suave que había tocado en su vida_ ¿Acaso me has hechizado…?
_ No sé… _Shinobu se inclinó hacia delante, valiente como era, y besó al profesor en los labios. Fue un beso tímido, rápido, digno de un niño inexperto. Pero fue suficiente para que Miyagui abandonara toda la cordura que tenía y lo atrajera hacia él para besarlo una vez más.
Shinobu le echó los brazos al cuello y se sentó en su regazo, temblado levemente y con las mejillas encendidas, se dejó besar por aquel hombre que era un completo extraño para él… Pero que en las pocas horas que habían pasado juntos lo había enamorado sin remedio.
Miyagui lo besó con suavidad y paciencia, le acarició el cabello… Lo oyó gemir bajito dentro de su boca:
_ Shinobu… ¿Qué estamos haciendo? _susurró cuando se separaron sus rostros segundos después_ Apenas somos unos desconocidos y eres mucho más joven que yo… No estoy seguro de qué tan bien está esto…
El castaño resopló sorprendido por el calor que le habían provocado los besos de Miyagui. Las mejillas le ardían cuando se decidió a contarle la verdad:
_ Miyagui, hay algo que aún no le he dicho… _murmuró_ ¿De verdad no sabe quién soy yo…?
_ ¿A qué te refieres? ¿Me dijiste tu nombre real verdad?
_ Sí… Soy Shinobu… _dijo y lo miró a los ojos_ Soy el hijo menor del Rey…
_ ¿¡Qué?! _la boca de Miyagui quedó abierta en una “O” perfecta.
_ ¡Por favor no se enfade! _le suplicó_ ¡Tenía mis motivos para no decírselo!
Miyagui trató de sosegarse un poco. ¿El hijo menor del Rey? ¡Dios del cielo! Podría ir a la horca si se descubría que había estado teniendo “intimidad” con el hijo más pequeño de los reyes. ¿Cómo había llegado Shinobu a escaparse? De verdad que debía de ser rebelde el muchachito…
_ ¡Te das cuenta de los problemas que podrías haberme causado si te descubrían!!! _exclamó.
_ Sí, lo sé… Lo lamento… _Shinobu se apartó de él y se puso de pie_ Aproveché el día de campo que organizaron mis padres para escaparme, no quería que nadie quedara involucrado pero luego usted me salvó de esos ladrones y… y…
_ Shinobu, debes volver a tu casa… _dijo Miyagui con voz grave_ O castillo… Lo que sea…
_ No, por favor… Usted no entiende… _suplicó Shinobu con lágrimas en los ojos_ ¡Odio ser un príncipe! No soporto vivir confinado en un castillo, y ahora el Rey quiere obligarme a casarme…
Shinobu se echó a llorar de una forma tan inesperada que Miyagui no supo qué hacer. Toda su ira se desinfló y lo invadió la culpa por haberlo hecho llorar.
“Maldición…” pensó mientras se le acercaba y lo tomaba entre sus brazos:
_ Ya… Shinobu… _lo meció suavemente y sin pensarlo dos veces se puso a besar las lágrimas que se deslizaban por su rostro_ No llores más… Pero entiende, me puedo meter en muchos problemas por estar contigo…
Shinobu levantó el rostro hacia él;
_ Por favor, dígame la verdad… _le pidió_ ¿Sintió algo por mí hoy…?
Miyagui miró sus ojos grises y llenos de lágrimas. Suspiró, ¿debía ser sincero?
_ Sí, Shinobu… _dijo al fin_ Lo cierto es que nunca he sentido algo como lo que sentí hoy por ti…
_ Tampoco yo… _afirmó el castaño_ Creo que me he enamorado de usted, Miyagui…
El profesor lo besó. Todo estaba mal: era apenas un niño, era un desconocido, era el hijo más pequeño del Rey…
Y sin embargo se sentía tan bien tenerlo entre sus brazos y besarlo…
“¿Esto es amor…?” la pregunta quedó suspendida en la mente del profesor.
_ Shinobu… _suspiró_ Creo que debo dejarte ir…
_ ¿Miyagui, no entiende lo que pasa? ¡Es el destino el que no ha unido! _afirmó Shinobu con un renovado entusiasmo_ ¡Debemos volver a vernos!
_ ¿Pero cómo…?
_ El rey está organizando un baile de disfraces y máscaras… _le explicó Shinobu_ Irá mucha gente importante, podemos encontrarnos allí…
_ No creo que inviten a un profesor mediocre como yo a semejante evento… _le señaló Miyagui.
_ Yo le haré llegar invitaciones con mi mensajero de confianza… _Shinobu parecía cada vez más entusiasmado trazando el plan_ Disfrácese para que nadie lo reconozca y póngase una flor roja en el ojal para que yo pueda reconocerlo entre la gente…
_ Pero…
_ Lo esperaré Miyagui… _Shinobu se puso de puntillas y lo besó en los labios suavemente_ Prométame que no me fallará…
_ Te lo prometo, Shinobu… _Miyagui sonrió, incapaz de creer que se había metido en toda esa locura_ Nos volveremos a ver aunque sea lo último que haga…
Shinobu se alejó en dirección al día de campo, donde los sirvientes estaban recogiendo todo lo usado. Iba a tener muchos problemas en cuanto lo vieran, pero el astuto muchachito ya iba ensayando varias excusas mentalmente.
Nada le importaba ahora, ni el más aburrido de los castigos. En su mente sólo había lugar para un solo pensamiento: Miyagui.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: END FLASH BACK:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Cuando Miyagui acabó su relato, Hiroki estaba boquiabierto:
_ ¿Me estás pidiendo que te acompañe a encontrarte con el mismísimo hijo del Rey…? _exclamó con el seño fruncido_ ¿¡Estás loco?! ¡No voy a hacer eso!
_ ¡Por favor, Hiroki! _Miyagui juntó las manos como si rezara_ ¡Recuerda que somos amigos…!
_ Sí, somos amigos pero no por eso me arriesgaré a que el Rey nos condene a la horca… _sentenció volviéndose a cubrir la cabeza con las sábanas.
_ Hiroki, escucha… Sé que es arriesgado, pero debo verlo de nuevo o me volveré loco… ¡Tengo que encontrarme con él! Promete que al menos lo pensarás…
_ ¡No! _gritó desde debajo de la sábana_ ¡Estás demente Miyagui! ¡Tú te metiste en éste lío así que ve sólo!
_ ¡No quiero aparecer solo por ahí…! _se quejó_ ¡Necesito tu apoyo Hiroki por favor, por favor, por favor!
_ ¡Eres insoportable!!! _vociferó el otro profesor haciéndose un ovillo bajo las sábanas_ ¡No lo haré! ¡Yo no te ayudaré!
_ Hiroki, vamos… _Miyagui lo abrazó a través de las sábanas para poder tenerlo quieto_ Nunca antes me he sentido así por alguien… Y créeme que me frustra bastante que ése alguien sea el hijo más pequeño del Rey. ¿Pero qué más puedo hacer?
_ Ni creas que me convencerás con ése tonito de voz… ¡No puedes engañarme! _le respondió Hiroki.
_ ¿Qué tal si es amor…? _le preguntó y dejó que la pregunta flotara entre ellos unos instantes.
Se hizo silencio. Hiroki gruñó bajo las sábanas:
_ Es obvio que leer tanta poesía te ha cocinado el cerebro… _bufó y se destapó_ Está bien… Lo haré…
_ ¡Sí! ¡Gracias Hiroki! _Miyagui lo abrazó_ ¡Eres el mejor!
_ ¡No te emociones tanto! _le advirtió Hiroki, rojo de la mortificación_ Sólo lo hago porque te debo un favor muy grande… ¡sólo por eso!
_ ¡Bien, excelente! _Miyagui lo besó en una mejilla y Hiroki le arrojó una almohada como respuesta_ ¿Ves que cuando lo pretendes eres una buena persona? _se burló.
_ ¿Y eso qué quiere decir…? _el castaño se cruzó de brazos con una vena en la frente_ Prométeme que sólo entraremos a la fiesta, lo buscarás, le dirás lo que tengas que decirle y luego nos largamos… ¿Está bien?
_ Sí, lo prometo… _dijo Miyagui tratando de abrazarlo una vez más_ Gracias Kamijou, ¡eres increíble!
_ ¡Quítese! ¡No quiero más abrazos! _Hiroki lo empujó_ ¡Qué molesto!
Miyagui lo abrazó por fin y le tiró todo el peso de su cuerpo encima. Ambos cayeron sobre la vieja cama que crujió con el peso de los dos:
_ ¡Es que estoy tan feliz, Hiroki! _exclamó el pelinegro con ánimos de molestarlo_ ¡Te quiero, te quiero tanto!!!
_ ¡Ahhh! ¡Suélteme de una vez! _Hiroki estaba histérico_ ¡Eres un inmaduro ya entiendo por qué te enamoraste de un niño!!! _le dio un codazo en las costillas_ ¡Miyagui!!!
En ése momento la puerta se abrió y entraron dos profesores más que venían de tomar unas copas. Al ver la escena –Hiroki con ropa de cama y Miyagui sobre él abrazándolo- se quedaron boquiabiertos:
_ Ejem… perdonen… _se disculpó uno de ellos_ Veo que están ocupados vendremos a dormir después…
El otro dio un brinco, festejando;
_ ¡Te dije que había algo entre ellos! _le reclamó al otro_ ¡Y tú dijiste que estaba loco, deberíamos haber apostado dinero!!!
La cara de Hiroki tenía el tono de una cereza:
_ ¡Esperen! ¡…-esto no es lo que parece! _gritó pero los dos profesores ya cerraban la puerta y se alejaban a paso rápido_ ¡¡¡¡¡¡¡MIYYYYAGUIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!



Notas finales: Continuará!!! —acka ñacka!!! >=)

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