Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secretos de un alumno y un profesor… por Masterred

[Reviews - 136]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 0/0/0/0/0/0/0/0/0/0/0

Hiroki caminó hasta su habitación como todas las noches. No deseaba ir a leer a la biblioteca, ni comer, ni nada… Lo único que hacía era darle vueltas y más vueltas a su conversación con Nowaki.

¿Por qué le había dado la espalda…? Él había hecho un esfuerzo por abrir su corazón y dejar de lado todo su orgullo pero Nowaki…

_ Ahhh… Déjalo ya, Hiroki… _murmuró al doblar en un pasillo_ No tiene caso el querer arreglar las cosas… _pensó en voz alta.

Se frotó la nuca con gesto atormentado… Necesitaba dormir, o al menos hacer el intento de descansar…

Apenas entró en la habitación una criada tocó a la puerta:

_ La cena está servida, señor… _anunció cuando Hiro abrió la puerta.

Al castaño se le encogió el estómago de sólo pensar en verle la cara a Nowaki. Negó con la cabeza;

_ No cenaré hoy, gracias.

_ ¿Desea que le traiga algo…? _preguntó la chica.

_ No, gracias… _dijo distraídamente. Aunque cuando la chica se volvió para marcharse la detuvo_ ¡Espera!

_ ¿Sí, señor?

_ Podrías… Emmm… _tartamudeó. Se sentía raro estar dando órdenes después de tantos años_ ¿Enviar a alguien para que me prepare el baño, por favor…?

_ Por supuesto, señor. De inmediato… _sonrió la chica.

En pocos minutos la criada regresó con algo de ayuda extra y en un momento prepararon el baño para el profesor, dejándolo listo para usarse. Luego de preguntar si deseaba algo más, las criadas se marcharon tan rápido como habían llegado.

Hiroki cerró la puerta de la habitación y tragó saliva. Bien, después de todo Nowaki había puesto a esas chicas a su disposición, así que no estaba mal que les pidiera cosas ¿no?. Y sería un desperdicio asignarle semejante habitación con un baño tan espléndido si no iba a utilizarlo ni una vez, ¿verdad?

Sin ánimos para darle más vueltas al asunto, se dirigió al baño luego de quitarse los zapatos y la camisa. No estaba acostumbrado a que hicieran cosas de más por él, y menos después de cinco años en esa escuela tan pobre en la que había vivido pero… 

_ Vaya… _el profesor dejó de pensar un momento para contemplar el lujoso baño preparado solo para él.

No es que fuera la primera vez que lo veía, pero lucía el doble de elegante todo iluminado con velas y con la tina llena de agua caliente. A un lado había un cuenco lleno de pétalos de rosa y un estante lleno de frascos de vidrios de todos los tamaños y formas. Contenían sales de colores, aceites para masaje, esencias y perfumes muy caros.

Estuvo un rato leyendo las etiquetas y al final se decidió por uno que contenía esencia de rosas. Echó unas gotas en el agua y luego tomó un puñado de pétalos y también los dejó caer en la tina.

Se desnudó y luego de untarse el cabello con aceite de almendras se sumergió en el agua caliente, suspirando de gusto. Su cuerpo se relajó y desapareció el dolor en su cuello.

“En verdad estaba estresado…” pensó, sonriendo con placer y aspirando el perfume que emanaba de las sales y los pétalos de flores.

Cerró los ojos y trató de relajar también su mente; pero no podía apartar a Nowaki de sus pensamientos, por más relajado que estuviera…

Esa tarde le había confesado cuánto había pensado en él todos ésos años, que nunca podría haberlo olvidado aunque hubiese querido... Y enseguida volvía a su mente la cara triste de Nowaki, y volvía a pensar en todo el dolor por el que el más alto había pasado… y…

_ ¿Qué es lo que me pasa…? _el profesor se frotó el cuerpo y estiró las piernas en la tina. ¿Por qué seguía insistiendo con eso? No podía quejarse de la actitud de Nowaki… y si quería obtener su perdón necesitaría más tiempo. No podía pretender que las cosas se arreglaran en una sola tarde…

Pero, ¿cuánto tiempo le quedaba antes de que Tsumori reapareciera y complicara las cosas…? Cielos…

 

* * * * *

Esa noche se quedó en el agua hasta que ésta se hubo enfriado demasiado como para permanecer en la tina. Se enjuagó el cabello correctamente y luego se secarse el cuerpo se envolvió con una esponjosa bata que habían dejado para el invitado.

La prenda era muy suave y luego de ajustarse el cinturón, Hiroki se entretuvo apagando una por una las velas que iluminaban el cuarto, contando las flores que decoraban los azulejos del piso, guardando en su lugar todo lo que había utilizado…

Con un bostezo se retiró del cuarto de baño, dispuesto a pasar una buena noche de sueño. Abrió la puerta que separaba el cuarto de su habitación, y lo cierto era que no recordaba haberla dejado tan a oscuras…

De todos modos se encogió de hombros y caminó directo hacia la cama, pero una voz lo detuvo a mitad de camino:

_ Hiroki…

El profesor se detuvo en seco, hubiera reconocido esa voz en cualquier parte. Levantó la vista e intentó acostumbrar sus ojos a la oscuridad:

_ ¿Nowaki…?

El intruso en ésa habitación descorrió una cortina, dejando entrar la luz de la luna. Hiroki pudo verlo claramente a la luz blanca y se sorprendió al encontrarlo sólo con unos pantalones y descalzo;

_ ¿Qué haces en mi habitación a éstas horas? _le preguntó, mientras pestañeaba sorprendido.    

Nowaki se apartó de la ventana, pero sus ojos azules seguían brillando con la luz:

_ Quería verte… _explicó simplemente y comenzó a caminar hacia él.

_ ¿A-acaso querías hablar de algo…? _Hiro aferró el escote de la bata con una mano y se miró los pies. De repente había cruzado por su cabeza una ligera idea sobre las intenciones del más alto.

No se equivocaba, Nowaki lo tomó por los brazos en cuanto estuvo frente a él;

_ Ya hubo suficientes palabras entre nosotros, Hiroki… _dijo, observándolo fijamente con sus ojos azules_ ¿No lo crees…? 

El castaño experimentó un temblor por todo su cuerpo, los nervios se apoderaron de él. Por supuesto, comprendía perfectamente lo que Nowaki pretendía hacerle esa noche, pero… ¿era correcto dejarse llevar así simplemente, sin haber aclarado nada todavía? ¿Estaría listo para eso después de tanto tiempo?

Quiso apartarse un poco de él, pero Nowaki no se lo permitió. Lo jaló hacia él nuevamente y con un brazo atrapó su cintura, mientras que con la otra mano le levantaba el rostro hacia él, obligándolo a verlo a los ojos:

_ Si en verdad has pensado en mí todos éstos años, ahora es el momento de demostrarlo… _susurró.

_ P-pero… Yo… _balbuceó el profesor y fue todo lo que pudo decir.

Nowaki apresó su boca y lo besó apasionadamente, quitándole el aliento por unos instantes. Hiroki quiso protestar un poco pero el más alto le presionó los labios y consiguió que los separara un poco, comenzando a besarlo más intensamente al tiempo que lo estrechaba contra él.

El castaño terminó cerrando los ojos y se dejó besar por un momento. No podía evitarlo, Nowaki lo arrastraba…

_ Nowaki… espera, no podemos… _jadeó en cuanto se separaron_ No estoy listo todavía…  Mmmm… _Nowaki volvió a callar sus protestas con sus besos, ésta vez dispuesto a ir más lejos.

Le acarició el rostro, pasando los pulgares por las mejillas sonrojadas. Más tarde enredó los dedos en el cabello húmedo de Hiroki, mientras éste suspiraba dentro de su boca:

_ Nowaki… Espera un segundo… _gimió débilmente el profesor tratando de apartarse un poco. Nowaki le besó la frente, una mejilla, la comisura de los labios_ Nowaki…

_ Shsss… Calla Hiro-san, es demasiado tarde… _murmuró mientras le echaba la cabeza hacia atrás y lamía su cuello_ Ya no te voy a dejar escapar…

La bata resbaló por los hombros del profesor, y el más alto aprovechó para posar allí también sus labios, saboreando la deliciosa textura de su piel.

Suspiró con deleite, al tiempo que lo abrazaba;

_ Quizá ya era demasiado tarde cuando te vi allá en el baile de máscaras… _confesó cerrando los ojos.

A Hiroki lo sorprendió tanto ése comentario que no se percató de que Nowaki ya había tomado el nudo de su bata y lo desataba hábilmente. En un segundo la prenda se deslizó por su cuerpo con el roce de una pluma y quedó a sus pies, hecha un esponjoso montoncito.

El ojiazul paseó la mirada por todo su cuerpo, desnudo a la luz de la luna. Hiroki sólo pensaba en cubrirse, todo rojo y apenado, pero Nowaki se lo impidió y lo tomó en sus brazos para evitar siquiera que lo intentara. Sintió temblar a Hiroki bajo su abrazo y sonrió suavemente:

_ Hiro-san… Eres tan hermoso…  _murmuró en su oído_ Te he deseado tanto…

Estrechó aquel cuerpo aún suave y cálido por el baño reciente; pensando en que había tenido la oportunidad de estar con niños más jóvenes. Damas y jovencitos que suspiraban por él y estaban dispuestos a pasar una noche de placer sin exigir nada a cambio pero… él solo quería a Hiroki…

Quería su cintura tan estrecha y delgada… la textura de sus labios… su pelo sedoso…

Deseaba su cuerpo maduro… sus hombros perfectos… lo dorado de su piel…

En todo esto pensaba mientras iba descendiendo por el cuerpo del profesor, acariciando con los labios, trazando un camino de besos por el pecho, el estómago, las caderas… Su pelo se encargó de erizar la piel del castaño al rozarlo por debajo del ombligo, los muslos, las piernas…

_ Nowaki… Ahmm… _Hiroki, sorprendido por la rapidez con la que su cuerpo respondía a las acciones del más alto, permanecía de pie disfrutando las caricias de Nowaki que se arrodilló frente a él para tocarlo cada vez más abajo.

En un momento dado el profesor aferró el cabello de Nowaki con las manos, cuando éste comenzó a darle placer oral. Los gemidos por parte del castaño no se hicieron esperar, y tampoco la respuesta de su cuerpo, que se revolvía ansioso bajo las caricias osadas de su lengua.

Jadeó alto cuando le sintió rodear su miembro con la lengua, empezando entonces a mover sus caderas contra él, cada vez más desesperado.

Nowaki le aferró las caderas con sus grandes manos y lo empujó aún más dentro de su boca, aumentando el ritmo cada vez más hasta que el castaño no pudo contenerse y se corrió casi enseguida adentro de su boca:

_ Ahhh… N-nowaki… _gimió con las mejillas encendidas. No pensaba acabar de esa forma, tan…

_ Eso fue rápido… _Nowaki completó lo que Hiroki estaba pensando.

EL ojiazul se incorporó y volvió a apresarlo entre sus brazos para contemplar su rostro acalorado y sus mejillas rojas. Hiroki bajó la mirada, apenado:

_ L-lo siento… _gimió.

_ No te preocupes. _Nowaki le besó el cabello_ Tenemos toda la noche…

Sin más preámbulos lo cargó en sus brazos y lo llevó a la cama, donde lo depositó con suavidad. Luego terminó de quitarse la única prenda que traía puesta, y dejó el pantalón de su pijama abandonado en el piso junto a la bata de Hiroki.

El profesor pudo contemplarlo unos segundos antes de que Nowaki se inclinara sobre él y le robara más besos. Recorrió con una mirada fugaz sus brazos fuertes, su abdomen bien formado y su cuerpo que ya no era el de un niño, ni el de un adolescente…

Cuando el más alto se pegó a él y Hiroki pudo sentir sus músculos que se apretaban contra su cuerpo, se dio cuenta de que él también lo deseaba. Quería pertenecerle a Nowaki ésa noche más de lo que había pensado.

El más alto comenzó a tocarlo una vez más, sus manos por todo el cuerpo del profesor, explorando, sintiendo… Hiroki cerró con fuerza los ojos y ocultó el rostro en el cuello de Nowaki al darse cuenta de que estaba excitado otra vez, aunque hacía poco que se había venido:

_ Hiro-san, mírame… _le pidió el ojiazul_ Quiero ver tu rostro…

_ ¡No!

_ Por favor… _le insistió al tiempo que lo tomaba de la barbilla_ Quiero ver la cara que pones mientras te hago mío…

_ ¡Ni lo sueñes! _se quejó el profesor aún más avergonzado por las palabras que  Nowaki le acababa de decir. 

_ Vamos… Quiero ver tus ojos… _sonrió y con un poco de esfuerzo logró despegar la cara de Hiroki de su cuello. Sin dudarlo un segundo lo besó en los labios y al separarse le sonrió dulcemente_ Hiro-san …

Hiroki no quería mirarlo a los ojos. Permaneció esquivando la mirada azul de Nowaki, mientras éste lo besaba en todo el rostro y le acariciaba un hombro sedoso con los nudillos de la mano.

En un momento tocó con las yemas de los dedos los labios del profesor, que estaban húmedos y tibios. Sus dedos permanecieron allí unos segundos, saboreando la textura de su boca, y cuando estuvieron bien húmedos Nowaki descendió con su mano por toda la anatomía del profesor, hasta llegar al sur de su cuerpo;

_ ¡Nowaki…! Mmm… N-no… _se incorporó en la cama al sentir que lo acariciaba justo allí, en la entrada a su cuerpo_ Detente…

El más alto acercó la cara al cuello del profesor y susurró en su oído:

_ Mójate para mí, Hiro-san… _Nowaki acarició y frotó, hasta que los primeros vestigios de humedad comenzaron a aparecer_ Quiero beberte Hiro-san…

_ ¡No me digas cosas tan pervertidas! _enrojeció el profesor, tratando de no mirarlo a la cara.

_ Yo creo que te gusta que te diga cosas como ésa… _comenzó a besarlo detrás de la oreja_ Estás todo húmedo… _le señaló.

_ D-detente! Por favor… Ah-ahh… _Hiroki se dejó caer sobre las sábanas, retorciéndose y sin poder parar los gemidos que escapaban de su boca.

Pronto comenzó a acompañar los movimientos de la mano del más alto con las caderas, cuando Nowaki le levantó las piernas por encima de sus hombros y comenzó a tocarlo más íntimamente aún, no se resistió, dejándose hacer.

Nowaki se deleitaba viendo la expresión en su rostro, oyendo sus gemidos, contemplando el suave movimiento de su cuerpo desnudo.

Introdujo un dedo y enseguida otro más; pudo sentir que el profesor se tensaba un poco con la brusca intrusión, pero cuando hubo comenzado a acariciarlo rítmicamente pareció acostumbrarse al masaje, y el más alto continuó con sus acciones hasta que la habitación se hubo inundado de sus sollozos de placer.

Solo entonces retiró su mano y se inclinó sobre él para besarlo suavemente en los labios;

_ Date la vuelta… _le pidió apartándole los cabellos que tenía adheridos al rostro.

Hiroki sintió que hasta las orejas se le ponían rojas, pero obedeció y antes de recostarse boca abajo aferró una almohada, a la cual se encargó de estrujar con sus manos cuando Nowaki reanudó los besos y caricias por todo su cuerpo.

El ojiazul lo besó en la parte de atrás del cuello, en los hombros, y trazó una línea a lo largo de toda la espalda con la punta de la lengua, dirigiéndose a los glúteos;

_ Sss… Ahhh… Nowaki, no es necesario q-que lo hagas… _protestó débilmente.

Cuando el más alto le separó suavemente las piernas y se ubicó entre ellas no pudo seguir protestando y ocultó la cara en la almohada que aferraba.

Nowaki comenzó a besarlo suavemente por todas sus piernas, acercándose de a poco a su entrada;

_ Mmmh..! _Hiroki se tapó la boca con una mano cuando sintió que le separaba los glúteos y comenzaba a besarlo cada vez más y más cerca.

Nowaki saboreó la humedad de su cuerpo besando, lamiendo, acariciando con sus labios, ayudándose con los dedos para tener un mejor acceso a la zona. El profesor ocultó la cara en la almohada y la mordió al tiempo que se retorcía de placer, sentía la calidez de la saliva de Nowaki que se extendía por toda su zona íntima;

_ N-nowaki, ahh… Para, por favor… _logró decir entre gemidos. Tenía las mejillas rojas y el cabello revuelto_ Voy a… ¡Ah! ¡ah!

Cuando el más alto empezó a describir círculos alrededor de la carne rosada no pudo seguir pensando y sólo se concentró en estrujar  la almohada que sostenía bajo él, arqueando la espalda y gimiendo de placer mientras Nowaki le hacía  el amor con su boca.

El más alto aumentaba el ritmo a cada segundo, subiendo la intensidad hasta que el castaño sintió que su lengua entraba en él y se corrió salvajemente sobre las sábanas, temblando de placer…

Permaneció unos momentos recostado. La mente en blanco, saboreando las últimas oleadas de placer que recorrían su cuerpo. Cuando abrió los ojos se encontró con Nowaki acostado a su lado, mirándolo divertido. Lo primero que hizo el castaño fue fruncir el entrecejo:

_ Pervertido… _le reclamó, sonrojándose nuevamente.

El ojiazul se inclinó sobre él y sin dejar de sonreírle lo besó en la frente aún húmeda, para después buscar sus labios y besarlo suavemente.

Hiroki le rodeó el cuello con los brazos y se incorporó, pegándose a él  para corresponder su beso, esta vez con toda su pasión: mordisqueó sus labios, sintió su lengua y saboreó su propio néctar deleitándose totalmente;

_ Tú no te has venido ni una sola vez… _susurró al sentir la excitación de Nowaki rozándose contra su vientre.

Sin darle tiempo a que le respondiera algo, empujó al más alto con suavidad sobre la cama y se subió sobre él para tocarlo y acariciarlo por todo su cuerpo, realizando  pequeños recorridos con la yema de los dedos.

Sintió erizarse la piel blanca y sonrió:              

_ La venganza es dulce... _le susurró al pelinegro en su oído.

_ Hiro-san…

El profesor le tomó la cara entre las manos y lo besó, lamiendo y mordisqueando sus labios. Luego sus manos comenzaron a bajar por todo su cuerpo, paseando sus caricias primero por los hombros, también se encargó de frotar los brazos, deteniéndose para hacerle cosquillas ahí donde la piel era más fina.

Continuó  bajando por toda la anatomía del más alto y él mismo no pudo evitar sonrojarse al acariciar y frotar el amplio abdomen. Recorrió con ambas manos el pecho desnudo del ojiazul, apreciando cada centímetro de esa tibia y blanca piel...

Se inclinó y dejó que el cabello le resbalara a los costados de la cara y cayeran sobre la piel desnuda; al instante la sintió erizarse, sus labios recorrieron despacio esa delicada zona provocándole un cosquilleo al más alto:

_ Ahhh… Hiro-san… _Nowaki arqueó la espalda_ Detente…

Nowaki levantó las manos y aferró las caderas del profesor, contemplándolo en silencio y sintiendo sus manos por todo su cuerpo. Lo deseaba tanto, ardía en deseos de tomarlo en sus brazos y hacerlo suyo… 

Hiroki leyó perfectamente ése deseo en sus ojos azules, así que se deslizó hacia atrás y ayudándose con su mano trató de guiarlo dentro de él pero…

_ ¡Ah…! _el castaño profirió un pequeño quejido de dolor y enseguida se cubrió la boca con su mano.

_ ¿Estás bien…? _Nowaki se incorporó un poco.

_ S-sí… Estoy bien… _balbuceó Hiroki_ Sólo espera un momento…

El castaño tragó saliva. No había contado con que sentiría dolor debido a su falta de actividad sexual… Además estaba tan húmedo por las caricias de Nowaki que no pensó en que tendría problemas.

Cuando quiso intentarlo de nuevo, sintió una segunda punzada de dolor y el ojiazul lo detuvo; 

_ Espera… _susurró dulcemente_ Deja que te ayude…

Con toda la delicadeza del mundo lo tomó en sus brazos y lo hizo girar, haciéndolo quedar bajo él:

_ N-nowaki… _Hiroki quedó tendido en la cama, sus piernas aún separadas y el más alto ubicado entre ellas.

Nowaki le tomó el mentón;

_ Shhh… Tranquilo, Hiro-san… Seré amable… _con la yema del pulgar le acarició los labios_ Deja que te ame esta noche… _le pidió.

Hiroki bajó la mirada:

_ ¿P-por qué… estás interesado en amarme…? _susurró_ Luego de lo que yo te hice… Luego de que sufrieras tanto…

No pretendía arruinar la atmósfera ni mucho menos, pero esa pregunta no podía seguir guardándosela por más tiempo… Si Nowaki aún sentía algo de cariño por él, aunque sólo fuese una pequeña chispa, quería saberlo…

_ Hiro-san… _Nowaki juntó sus cabezas, hasta que su frente y la de Hiro se tocaron_ Sé que hay una razón por la que hiciste lo que hiciste, y si aún no estás listo para decírmela yo esperaré… _dijo_ Es lo que decidí esta tarde…

Hiroki levantó su cara y lo observó sorprendido. Nowaki continuó:

_ Pero he pasado tantos años extrañándote, deseando que estés conmigo como lo estabas en mis sueños que… No puedo mantenerme apartado de tí un solo día más, sólo por estar enojado. _confesó_ No puedo hacerlo sabiendo que estás tan cerca, durmiendo bajo mi mismo techo… Quiero tenerte ahora, lo demás puede esperar…

Al castaño se llenaron los ojos de lágrimas y cuando el más alto lo abrazó para besarlo y tenderlo sobre la cama, dejó salir un sollozo adentro de su boca. Estaba tan feliz…

Nowaki comenzó a penetrarlo despacio, tomándose todo el tiempo del mundo para no lastimar al castaño, que se quejaba débilmente a medida que iba sintiendo el duro empuje en su cálido interior. Éste aferró las manos a los hombros del pelinegro, flexionó las rodillas, tratando de relajarse ante la invasión.

Finalmente dejó salir un quejido que se mezclaba con un grito de placer. Su cuerpo se acostumbraba poco a poco; echó la cabeza hacia atrás mientras sentía cómo se dilataba ante la penetración. Levantó un poco más el cuerpo para ayudar al más alto, que se detuvo cuando sintió que estaba todo dentro de Hiroki.

Una oleada de placer lo recorrió y estrechó al profesor contra su cuerpo. Haciendo un esfuerzo sobrehumano lo apartó y le acarició su rostro, empapado por el sudor:

_ ¿Estás bien...?  _le susurró.

Hiro abrió los ojos y le sonrió;

_ S-sí... _gimió bajito y abandonó sus hombros para rodearle el cuello.

El profesor lo contempló un momento, ambos se miraron a los ojos y en ése momento, el castaño entendió que esos ojos azules nublados de placer eran del viejo Nowaki. Su pequeño y dulce alumno… Su Nowaki… Lo había recuperado. Y éste pensamiento lo hizo temblar de felicidad.

Volvieron a besarse. Y esta vez Nowaki comenzó a moverse lentamente. El castaño liberó un gemido adentro de su boca y comenzó a imitar sus movimientos con las caderas.

El ojiazul aferró mejor sus codos y se entregó al placer. Un placer que hace mucho tiempo que no experimentaba. El placer que encontraba sólo en el cuerpo de su profesor...

Los gemidos de Hiroki se mezclaban con sus gritos a medida que los movimientos de ambos se volvían más frenéticos y desesperados. Le rodeó la cintura con sus largas piernas mientras el sudor empapaba sus cuerpos y le pasó una mano por el cabello negro salvajemente despeinado:

_ No cierres los ojos... _le pidió.

_ No lo haré... _prometió Nowaki. Sintió contracciones dolorosamente placenteras en las ingles; supuso que ya el orgasmo lo estaba electrizando y no pasaría mucho antes de vaciarse por completo.

El ojiazul aceleró sus movimientos y Hiroki curvó la espalda al tiempo que ambos alcanzaban la cima del placer, estremeciéndose al sentir la cálida esencia de Nowaki que lo inundaba por dentro…

_ Ahhhhh… Te… quiero… Nowaki… _suspiró Hiro desvaneciéndose sobre la almohada.

*************

 Horas después…

Hiroki suspiró bajito contra el pecho del más alto. Aún sentía en su cuerpo un poco de languidez y las últimas oleadas de placer que recorrían sus piernas.

Se habían amado de forma intensa, casi con desesperación durante las horas transcurridas, hasta que sintieron que sus cuerpos no podían más y cayeron exhaustos unos en brazos del otro.

Ahora estaban acurrucados en el centro de la cama –que increíblemente había alcanzado para los dos- y Nowaki lo mantenía preso en sus brazos, como si temiera que fuera a marcharse otra vez, como lo había hecho en el pasado…

Pero el profesor no tenía la menor intención de levantarse de la cama y menos de marcharse de allí. Sabía que a medida que descendía de las nubes del placer lo rodeaba la realidad –que desgraciadamente no era tan placentera-, y que por la mañana lo asaltarían cientos de preguntas sin respuesta como: ¿por qué no se resistió con más firmeza? ¿Cómo haría ahora para librarse de Nowaki? ¿Debía alejarse de nuevo para no causar problemas? ¿De verdad quería marcharse otra vez…?

Cambió de posición otra vez y se pegó mejor contra el más alto. No tenía ganas de pensar en eso por el momento, sólo quería estar así con Nowaki en lo que quedaba de la noche…

_ No te apartes… _se quejó el ojiazul ya medio dormido.

_ No me apartaba, sólo no quería que estuvieras incómodo. _murmuró Hiroki_ No me voy a ir a ningún lado esta noche, Nowaki… _le aseguró.

Nowaki lo estrechó contra él y le peinó el cabello húmedo con los dedos:

_ Aún así creo que ataré a la pata de la cama por si acaso… _bromeó.

_ Tonto… Como si pudiera levantarme fácilmente con tanto… _el más alto lo calló besándolo en los labios.

Y no dejó de besarlo hasta sentir que sus protestas morían en su boca. Luego le tomó el mentón y lo miró a los ojos;

_ Hiro-san… _susurró_ Tampoco para mí ha habido nadie más en todo éste tiempo… _confesó.

Hiroki bajó la mirada, avergonzado:

_ No tienes que decir algo así para quedar bien conmigo, Nowaki… _le aclaró poniéndose rojo_ ¿Y cómo te diste cuenta de que no he estado con nadie desde que nos separamos? ¿Es porque no pude…? Ya sabes… Hacer “eso”.

El más alto le puso un dedo en los labios y sonrió;

_ Respecto a lo segundo: me di cuenta de eso apenas te tomé en mis brazos. Estabas temblando tanto, que por un momento pensé que eras otro Hiro-san y no el que me amó aquella noche hace cinco años…

_ De acuerdo, buena respuesta. ¿Y respecto a lo primero…?

Nowaki se puso serio:

_ Y respecto a lo primero, debo decirte que te equivocas. No lo dije para quedar bien contigo, es la verdad…

_ Pero Ahikawa… y tú se casaron, ¿no es así? _preguntó el castaño.

_ Sí… Pero eso fue todo. _el ojiazul se incorporó en la cama y se sentó antes de continuar hablando.

_ ¿Q-qué? _Hiroki lo observó con ojos muy abiertos_ ¿Pero y Himeko…?

_ Himeko no es mi hija, Hiro-san…

  

 

 

Notas finales:

CONTINUARÁ!!!

Espero les haya gustado =)

Estén atentas, pronto subo el próximo cap que es un pedacito chiquito que me quedó cortado de este!!

Besos las quieroooo!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).