Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secretos de un alumno y un profesor… por Masterred

[Reviews - 136]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holisssss!!! Aquí estoy de nuevo, mi hermana se fue por un rato y terminé este pedacito a toda velocidad! Jajaja

Es un pedazo del capítulo anterior que no me gustaba demasiado como quedaban subidos juntos jeje... Así que lo arreglé y ya lo subí así me quedo tranquila

Gracias a todas por sus lindos reviews ^///^ Ahora mismo me voy a poner a responderlos. Gracias por seguir leyendo, éste es un capi cortito pero en cuanto pueda subiré más!!

Besosss!!! =D 

* * * * * * * * * * *


 


Hiroki se incorporó y se sentó a su lado:


 


_ ¿No es tu hija? _el castaño estaba boquiabierto_ ¿De qué estás hablando?


Nowaki se pasó una mano por los ojos, lo que le contaría a continuación sería importante;


_ ¿Qué fue lo ultimo que recuerdas de Ahikawa…? _le preguntó al profesor.


_ ¿Uh? Pues… _Hiro pensó un poco_ Creo que su familia la había enviado a una escuela para señoritas…


_ Así es… Ella no se sentía muy feliz que digamos viviendo en ese lugar. Siempre nos escribía cartas a Tsumori y a mí contándonos que no lograba hacer amistad con ninguna de las chicas de allí, y que se sentía sola y aburrida… _comenzó a contarle_ Y también me consolaba por lo de tu muerte, ya que su familia no le permitió abandonar la escuela para venir al funeral…


Hiroki le tocó una mano y se recostó contra su hombro:


_ Pobre Ahikawa, desde principio tú dijiste que esa escuela no era el lugar para ella…


_ Sí. Lo peor vino después, cuando me escribió contándome que tenía un novio secreto con el que se escapaba por las noches… _Nowaki apretó los puños_ Ahikawa se enamoró perdidamente de él, pero el muy infeliz no quiso dar la cara cuando la embarazó…


Hiroki se cubrió la boca con una mano:


_ ¿L-la abandonó? 


_ Sí. Huyó y se borró de la faz de la tierra. _Nowaki frunció el seño_ La familia de Ahikawa no sabía nada de su embarazo, y ella vino conmigo a pedirme ayuda.  Estaba desesperada y se sentía muy desdichada, además no pensaba deshacerse del bebé… _relató_ Así que me casé con ella antes de que su embarazo se notara…


El castaño abrió muy grandes los ojos. No sabía qué decir. Nowaki se giró y lo miró a los ojos;


_ Antes de que digas algo, Hiro-san, quiero que sepas que Ahikawa y yo nunca fuimos nada más que buenos amigos… _le aseguró_ Me casé con ella para ayudarla, y dormíamos en la misma habitación para guardar las apariencias, pero nada más. Yo no podía olvidarte, y creo que ella nunca dejó de amar a ese hombre…


Esta vez fue Hiroki el que posó un dedo sobre los labios del más alto:


_ Nowaki, no estoy molesto contigo por lo que hiciste… _dijo.


_ ¿No lo estás? _Nowaki pestañeó, sorprendido.


_ ¡Claro que no! Fue muy noble lo que hiciste por ella, estoy muy orgulloso…


El ojiazul lo abrazó y lo pegó a él;


_ Hiro-san…


_ Sé que querías mucho a Ahikawa, ella era tu amiga de la infancia… _murmuró Hiro contra su cuello_ Y se nota a la legua que quieres mucho a Himeko…


Nowaki asintió con la cabeza:


_ Así es… La quiero como si de verdad fuera mi hija. Cuando la miro jugar, es como si la estuviera viendo a ella, a Ahikawa…


_ Sí, de verdad que se parece a su madre. Pero, Nowaki… _se separó un poco de él_ ¿Nadie más sabe la verdad? ¿Su familia nunca sospechó nada?


_ No. Nadie lo sabe, ni siquiera Tsumori... _respondió el más alto_ Ahikawa me pidió que no se lo contara pero no se por qué. Nunca supe por qué no confiaba en él…


_ Entiendo. _el profesor se mordió la lengua para no responder como le apetecía.


El ojiazul le tomó una mano y le besó las puntas de los dedos;


_ Pero quería contártelo a ti, no solo para que supieras que nunca dejé de ser tuyo… _Hiro se sonrojó un poco al oír eso_ Sino porque he guardado éste secreto mucho tiempo, y comenzaba a pesarme. Me siento mejor al compartirlo contigo, Hiro-san…


Hiroki le acarició el rostro con su mano libre, y le sonrió dulcemente;


_ Eso quiere decir… que has vuelto… ¿a confiar en mí? _preguntó, esperanzado.


Nowaki le sonrió, y el profesor sintió que el corazón le latía a toda velocidad:


_ Sí, supongo que eso significa, Hiro-san…


El profesor se puso de rodillas frente a él y le echó los brazos al cuello para besarlo apasionadamente. Confiaba en él, ¡Nowaki confiaba en él! ¡Estaba tan feliz…!


_ Gracias… _susurró en su oído antes de seguir besándolo.


Nowaki correspondió cada uno de sus besos, y se dejó caer sobre las almohadas con Hiroki sobre él. Abrazó su cintura, para que ya no pudiera apartarse, y el castaño se incorporó sobre su pecho cuando dejaron de besarse:


_ ¿Qué voy a hacer contigo, Nowaki…? _suspiró, apoyándose en un codo.


_ ¿A qué te refieres? _el ojiazul le acarició la espalda. De repente, el profesor parecía triste.


_ No estaba en mis planes reconciliarme contigo… _confesó Hiro_ ¿Qué debo hacer ahora? No tuviste la vida feliz que yo imaginé para ti antes de marcharme, y no se si pueda irme de nuevo… _reflexionó.


El ojiazul le acarició el cabello:


_ ¿Qué tal si en vez de “imaginar” lo mejor para mí, lo consultaras conmigo? _le propuso, algo molesto_ De acuerdo, admito que si no hubieras hecho lo que hiciste ahora no tendría a Himeko. Pero tienes que dejar de decidir todo tú solo, no ser tan egoísta…


_ Nowaki…


_ Lo que sea que decidas hacer, dímelo por favor. _le pidió_ Y si entiendo tus razones… te daré mi apoyo…


El castaño se recostó sobre su pecho, ya más tranquilo y con la mente despejada. Sabía que sonreía como un idiota, pero en ésos momentos no le importaba para nada:


_ Está bien, prometo que te diré lo que decida… _murmuró.


_ Sino lo cumples, ¿sabes que voy a tener que buscarte por cielo y tierra hasta encontrarte, verdad?


Hiroki se quedó unos instantes en silencio:


_ ¿Me habrías buscado hace 5 años…?  _preguntó.


_ ¿Si no hubiera creído que estabas muerto? Sí, te habría ido a buscar al otro lado del mundo de ser necesario… _le aseguró.


El castaño se acurrucó mejor en su pecho y soltó una risita;


_ ¿Cuándo te volviste tan adulto? _preguntó_ ¿Y quién te dio permiso de llamarme Hiro-san otra vez?


Nowaki lo hizo girar hasta dejarlo debajo de él. Luego le tomó el mentón y le levantó el rostro:


_ Usted hace demasiadas preguntas, profesor… _bromeó antes de unir sus bocas en un dulce beso.


 


*  * * * * * * * * * * * *  


 


Dos días después…


 


Himeko no paraba de saltar en su cama y los animales de peluche volaban por toda la habitación sin necesidad de alas. Nowaki entró en la habitación y un osito se estrelló contra su pecho:


_ ¿Por qué estás saltando en tu cama a ésta hora? Es muy tarde, Himeko, ya es hora de dormir… _anunció recogiendo ositos y muñecas.


La niña no le prestó atención y sólo saltó con más energía;


_ ¿Dónde está Hiroki? ¡Quiero jugar con él! _exclamó con una sonrisa en su dulce carita.


_ Si sólo dejaras de saltar por un rato…


_ ¡Hiroki, Hiroki, Hiroki! _chilló entre risas.


Nowaki la atrapó en el aire y le hizo cosquillas –que era justo lo que Himeko quería- antes de abrazarla y besarla en la frente. Hiroki tenía razón, la quería mucho. La amaba como si fuese su hija de verdad…


Mientras la tapaba con la sábana y acomodaba por tamaño y color a sus muñecos sobre la cama; su mente regresaba el tiempo atrás y proyectaba la imagen  de un bebé recién nacido que lloraba en su cunita…


 


:::::::::::::::::::::::::Flash Back::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.


 


“Nowaki se había acercado al bebé sin ganas de conocerlo realmente, en lo único que podía pensar era en lo desdichado que se sentía. De niño había perdido a su madre, ya no tenía a Hiroki con él, y ahora tampoco tenía a Ahikawa… ¿Acaso no era más fácil morirse y reunirse con sus seres queridos del otro lado?


Sin embargo el doctor y las enfermeras le habían insistido para que se reanimara y se acercara a conocer a su hija…


Deprimido y todo se acercó a la cuna y contempló al bebé de Ahikawa. En ése momento el bebé dejó de llorar, giró su cabecita y lo miró. Nowaki observó el único mechón de pelo rojo que tenía sobre la cabeza y la nariz respingada. Acercó su mano, y la pequeña estiró su manita y aferró con ella uno de sus largos dedos.


Casi fue amor a primera vista. En ése preciso instante el ojiazul supo que ésa pequeña manita lo guiaría por el buen camino otra vez. Esa pequeña le devolvía las ganas de vivir, era como un ángel que venía a despertarlo. Quería cuidarla, protegerla, volvía a sentirse necesitado por alguien. Tenía un motivo para seguir allí…


 La tristeza en su pecho le dio tregua por un rato, y una sonrisa se dibujaba en su cara por primera vez en mucho tiempo…


Tsumori, que se hallaba a un costado de la habitación, no podía creer lo que veía y por un momento creyó que alucinaba. ¿Nowaki realmente estaba sonriendo?


Se acercó a la cuna con cautela;


_ Tienes una hermosa hija, Nowaki… _comentó.


_ Sí, así es… _el ojiazul no dejó de sonreír_ Tengo una hija hermosa… “


 


::::::::::::::End Flash Back::::::::::::::::::


 


El más alto estiró la sábana y tapó con ella a su “princesa”. Himeko se destapó y Nowaki volvió a taparla. La pequeña se destapó otra vez y se rió de forma pícara;


_ Himeko, basta ya de juegos. Tienes que dormir… _le advirtió Nowaki tratando de ponerse serio.


_ ¿No me peinarás primero, papi? _Himeko sacó un cepillo de debajo de la almohada y se lo ofreció.


_ No intentes engañarme traviesa, sé muy bien que tu niñera te cepilla el cabello antes de ponerte el pijama… _el ojiazul le quitó el cepillo y lo dejó sobre la mesita de noche.


_ ¡Pero no revisaste debajo de mi cama! _se quejó ella.


Nowaki procedió a hace la inspección general de todas las noches y luego de verificar desde todos los ángulos que no había fantasmas ni monstruos, se puso de pie otra vez.


_ No hay nada bajo tu cama, Himeko._anunció_ Y ahora sí te iras a dormir como una buena niña.


_ Pero Hiroki prometió leerme un cuento... _Himeko hizo pucheros.


_ ¡Mira que eres pícara! _Nowaki retorció una de sus trenzas juguetonamente_ ¡Estas haciendo todo esto para quedarte despierta un rato más!


_ En realidad es cierto, se lo prometí ésta tarde… _Hiroki entró de repente en la habitación con un enorme libro de cuentos en su mano.


_ ¡Hiroki!!! _festejó la pequeña.


 El más alto adivinó que llevaba un rato parado allí, contemplando la escena y no pudo evitar reírse:


_ ¿Viniste a  ver cómo me hace enojar una niña pequeña? _le preguntó.


_ Si a eso le llamas enojarse… _el castaño señaló su sonrisa.


_ ¿Me leerás el cuento que me prometiste? _los interrumpió Himeko.


_ Sí, aquí está… _Hiro le enseñó el libro y se sentó junto a ella.


_ Ummmmm… Pero no es ése el que quiero que me leas… _le señaló_ Es el que tiene el dibujo del oso… 


_ Ahhh, Himeko no seas caprichosa… _Nowaki se pasó una mano por los ojos_ Hiroki también tiene que irse a dormir ¿entiendes, mi amor?


_ ¡Pero, papi! _Himeko volvió a hacer pucheros (su estrategia más efectiva) y el ojiazul se levantó con un suspiro resignado.


_ De acuerdo, te lo traeré… _dijo.


_ Yo iré por él. _se ofreció Hiroki_ Creo que lo dejó en la sala, esta tarde estuvo mostrándome sus libros de cuento…


El profesor salió de la habitación antes de que Nowaki protestara y se dirigió a la sala.


Bajó las escaleras rápidamente y al llegar a la sala localizó casi enseguida el libro, medio escondido entre dos almohadas de un sillón. Lo tomó –verificó que tuviera un oso dibujado en la tapa- y ya iba a volver cuando escuchó que a sus espaldas las puertas de la casa de abrían y entonces un criado entró acarreando pesadas maletas.


_ ¡Hola, hola! _escuchó que una voz familiar exclamaba_ ¡Lamento haber llegado tan tarde a esta hora, pero mi viaje terminó antes de lo esperado y quise darles una gran sorpresa!!!


Tsumori entró a grandes zancadas en la sala de estar y se quitó el abrigo;


_ ¿Hola? ¿Acaso todos se durmieron ya…? _preguntó entre risas.


Se paró en seco al ver una silueta a un costado del sillón. Estaba de espaldas y sostenía un libro en una mano…


Hiroki se dio la vuelta y la luz iluminó su rostro por completo…


Tsumori abrió la boca en una “O” perfecta, y el abrigo se le cayó de las manos. El profesor tenía los ojos muy abiertos y aunque no estaba tan sorprendido como el rubio, igual dejó caer el libro de cuentos al piso.


El recién llegado se tambaleó y dio un paso atrás. Su piel tenía el color de la nieve, como si estuviera viendo a un fantasma:


_ ¿T-tú…? Pero… _tartamudeó_ ¡No puede ser! ¡Es imposible!!!  

Notas finales:

CONTINUARÁ!!!!! =3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).