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Secretos de un alumno y un profesor… por Masterred

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Y así fue como Nowaki y Hiroki fueron por fin profesor y alumno…
Hiroki comenzó a ser menos estricto y a poner atención en el aprendizaje de Nowaki, a explicarle las lecciones con más calma, y empezar por las cosas fáciles en vez de creer que todos podían ir a su ritmo.
A todo esto se sumaron las clases de piano, en las que Nowaki progresaba como si fuera un profesional. Demostró tener un gran talento para la música, cosa que complació mucho a su padrastro, que aumentó la paga de Hiroki.
Cuando el joven profesor quiso darse cuenta, se había convertido en la compañía permanente de su alumno: todo el tiempo andaban juntos. Y no es que le desagradara. Para nada; exceptuando las ocasiones en que debía correr tras él para que se comiera sus verduras o tomara la medicina cuando estaba enfermo, Nowaki era una compañía agradable: jugaba cerca de él cuando se sentaba en algún lado a leer, o estudiaban y comían juntos, incluso lo arropaba en la noche y esperaba a que se durmiera.
Nowaki también experimentó un cambio importante de un día para el otro: las bromas desaparecieron por completo (aunque seguía conservando los insectos de juguete como recuerdo), se volvió aplicado y obediente y muy dócil. Todo lo que Hiroki le dijera lo hacía sin protestar. Sólo le interesaba estar cerca de su profesor y las únicas ocasiones en que se separaba de él eran cuando sus amigos venían de visita, puesto que no simpatizaban demasiado con que un adulto participara de los juegos.
Cuando el señor Kusama hizo correr la voz de que su hijastro había cambiado y ahora era dócil y obediente otros profesores se presentaron y fueron contratados ya que Nowaki debía saber algo más que literatura y piano. Sin embargo todos estaban a cargo y bajo la mirada atenta de Hiroki: ¡pobre del profesor que se pasara de la raya o le diera tarea de más a su Nowaki!!!
*-*-*-*-*-*

Hiroki también visitaba a sus padres una vez al mes. Sus ausencias duraban sólo un par de días pero aún así los días que no pasaba con Nowaki le parecían extrañamente aburridos, sin emoción. Y de Nowaki ni hablar, el niño volvía de repente a los berrinches y a sus antiguos métodos de llamar la atención: las bromas a los nuevos profesores.
Tanto disfrutaban profesor y alumno estando juntos que el tiempo se les fue volando y ninguno de los dos se dio cuenta de ello. Hiroki sólo se percató en una de sus visitas a su casa, cuando su padre le anunció que ya habían pasado dos años:
_ Ya has pasado suficiente tiempo con ese niño, Hiroki… _le dijo_ Tienes recomendaciones suficientes como para trabajar el resto de tu vida…
_ No quiero dejar a mi alumno tan pronto. _repuso el castaño.
_ ¿Dos años te parece pronto? ¿Cuánto tiempo más quieres estar allá…?
_ No lo sé… Los que sean necesarios, disfruto mucho mi trabajo con Nowaki…
_ Hiroki, mira, domaste al hijo de Kusama ¡tienes ofertas de trabajo esperándote por todos lados!
_ Te agradecería que no usaras el término “domar” con Nowaki. _le corrigió con el seño fruncido_ Es un niño, no un animal…
_ No me levantes la voz, jovencito… _le advirtió su padre_ Piénsalo, si sigues perdiendo el tiempo con ése niño esas ofertas las tomará otro profesor. Así que decide, ¿no querías ser un bien pagado y respetado profesor?
_ Tal vez… Ya no quiero eso con el mismo afán que antes… _suspiró Hiroki. Luego levantó la cabeza, decidido_ No voy a dejar a mi alumno…
_ Testarudo, ¡¡arruinarás tu carrera por encariñarte demasiado con ése mocoso!!!
_ ¡No te atrevas a llamarlo así!!! _le gritó.
_ ¡Si no renuncias en un mes, ya no vuelvas por aquí! _le advirtió a los gritos_ ¡Eres un ingrato! ¡Tanta educación que invertí en ti para que me pagues de esa forma!!
El joven se quedó pasmado, quieto en su lugar un momento. Luego no vaciló, tomó su enorme y pesada maleta y se encaminó hacia la puerta:
_ Entonces creo que no nos volveremos a ver… _dijo de espaldas.
En silencio, salió y cerró la puerta tras él.
*-*-*-*-*-*

_ ¡Profesor! ¡Profesor! _Nowaki corrió hacia él y lo abrazó_ ¡Ha vuelto, por fin!
Hiroki le acarició el cabello oscuro, sonriendo. Notó que los abrazos de bienvenida de Nowaki, que al principio le llegaban a la cintura, eran cada vez más arriba: los brazos de su alumno ahora le rodeaban el pecho. Nowaki estaba creciendo…
El ojiazul enseguida le notó muy callado:
_ ¿Qué le pasa? _preguntó apoyando el mentón sobre su pecho para observarlo_ ¿No le agrada verme profesor…?
_ No digas tonterías… _se arrodilló frente a él_ Te extrañé mucho, mocoso…
Otra vez lo abrazó y Hiroki lo despeinó con otra caricia:
_ Sólo estoy algo cansado por el viaje… _dijo el castaño_ Vayamos al jardín ¿quieres…?

*-*-*-*-*-*

Cuando se hubo sentado en los pies de su árbol favorito y Nowaki estuvo sobre su rama favorita, el joven profesor le contó la verdad a su alumno…
_ ¿No volverá a ver a sus padres, profesor…?
_ Supongo que no… _respondió_ Ni tampoco volveré a mi pueblo…
_ ¿No extrañará a nadie…? ¿A sus amigos?
Hiroki lo pensó un momento. Buscó en su mente alguna cara que le provocara nostalgia, algún conocido al que lamentara no volver a ver. Pensó en ese novio con el que había terminado al comenzar a enseñarle a Nowaki. Nada.
_ Creo que no. No tengo muchos amigos que digamos… _suspiró.
Nowaki no hizo más preguntas. En silencio bajó del árbol de un salto.
_ Deja de bajarte de ese forma de los árboles, vas a romperte la cabeza uno de estos días… _Hiroki lo sermoneaba un poco de vez en cuando para recordarse que era su profesor.
_ Perdón, no lo haré más…
El ojiazul se sentó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro. Hiroki le acarició el cabello oscuro:
_ ¿Sabes algo, Nowaki? Cuando uno crece, ve a la gente con todos sus defectos… _dijo_ Yo creía saber lo que quería, pero me di cuenta que ser un profesor reconocido era el sueño de mi padre, no el mío… Debo descubrir qué es lo que yo realmente quiero…
Nowaki lo miró, sonriéndole:
_ Hasta que lo descubra, puede quedarse aquí conmigo si lo desea… _le propuso.
Hiroki lo despeinó;
_ ¿Cómo voy a irme? ¡Aún faltan muchas lecciones que darte…!
Ambos se rieron. Nowaki sacó un anillo de su ropa:
_ Esto es un regalo para usted profesor… _dijo.
_ ¿De dónde lo has sacado? _Hiroki observó el hermoso anillo de plata con una enorme piedra en el centro.
_ Era de mi mamá… _Nowaki miró el anillo con afecto_ Es lo único que me queda de ella…
_ ¿Y quieres regalármelo…? _frunció el seño_ Nowaki, cómo crees que puedo aceptarlo…
_ Tómelo… _el ojiazul le puso el anillo en la mano_ Es usted quien cuida de mí ahora, se lo merece más que nadie…
El joven profesor miró el anillo que descansaba en su palma. Sonrió y suspiró, feliz:
_ Gracias, Nowaki…
Nowaki recostó la cabeza en su regazo, y Hiroki siguió despeinándole el cabello con los dedos. Observó a su alumno y por primera vez desde que había peleado con sus padres se sintió aliviado y tranquilo.
Si era por Nowaki… Entonces sí que había valido la pena...
*-*-*-*-*-*
Meses después…
_ ¿Nowaki ya estás listo…? _Hiroki tocó a la puerta de la habitación_ ¡Apresúrate! ¡Te están esperando!
_ ¡Ya voy! ¡Ya voy! _se quejó el niño. Al fin salió de la habitación vestido con un elegante traje de gala hecho a su medida.
Hiroki se divirtió pensando en que parecía el muñeco de un pastel. Seguramente en cuanto saliera a tocar el piano delante de todas ésas personas, las invitadas se volverían locas por él.
_ Tienes mal el cuello… _el profesor se arrodilló y acomodó los volados del cuello_ ¿Te peinaste?
_ Sí.
_ ¿Practicaste?
_ Sí.
_ ¿Tienes ropa interior limpia?
_ ¿Qué…?
_ Bien. Ya estás listo, Nowaki… Vámonos…
_ Profesor, estoy muy nervioso… _confesó Nowaki_ ¿Qué tal si no les gusto?
_ No digas tonterías, les vas a encantar: te ves muy bien con este traje y sabes tocar el piano de maravilla. ¿Qué podría salir mal?
_ Está bien… Lo haré…
Profesor y alumno se fueron hasta donde estaban los invitados del Señor Kusama. Al ver entrar a Nowaki se oyeron murmullos de las damas allí presentes sobre lo lindo y adorable que se veía.
Hiroki le dio una palmadita en el hombro y dejó que se ubicara frente al piano. Cuando comenzó a tocar el instrumento se hizo un silencio total en la sala, nadie podía creer que un niño pequeño tocara tan bien…
Cuando se acabó el concierto todos aplaudieron de buena gana y Nowaki tuvo que desfilar a través de una interminable fila de señoras que querían besarlo y pellizcarle las mejillas;
_ ¡Profesor! ¡Profesor! _exclamó cuando al fin llegó donde Hiroki_ ¡Les gusté! ¡Lo hice bien!!!
_ Sí, lo vi… Felicidades… _Hiroki se arrodilló frente a él y sacó su pañuelo de bolsillo para limpiarle el rostro_ Tienes la cara llena de lápiz labial…
_ ¿A usted le gustó lo que toqué…?
_ Claro que sí… _sonrió y fingió estar un poco molesto_ Ya me superaste en el piano, mocoso… Tienes mucho talento…
Su joven alumno le rodeó el cuello con los brazos y lo estrechó con fuerza:
_ Le dediqué todas las canciones a usted, profesor… _le dijo.
Hiroki le acarició el cabello, conmovido;
_ Ven, te llevaré a tu habitación para que duermas… _lo tomó de la mano y caminó con él_ Es muy tarde para que un niño como tú esté despierto…
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