Cap. 2. ¿¡Oliver enamorado!?
No lo puedo creer este es el mejor día de mi vida, creo que nada de lo que he vivido se compara con lo que siento ahora, creo que ni el hecho de ser tres veces campeones consecutivos en la secundaria, se acerca ni una milésima a esta felicidad. La razón, el chico del que siempre he estado enamorado y que por cierto es mi mejor amigo, me acaba de decir que si quiere ser mi novio, esto es realmente fantástico.
Oh, perdón, soy un poco despistado y descortés que ni siquiera me he presentado, pero es que estoy tan feliz que siento que vuelo, ups ya me desviaba otra vez, bueno amo el futbol incluso antes de que empezar a caminar, actualmente tengo 23 años y soy el glorioso número diez de la selección nacional de Japón, claro, además del capitán del equipo, también juego en España en el Cataluña, en ambos equipos juego como mediocampista, definitivamente que hoy estoy despistado, he dicho de todo y ni siquiera te he dicho mi nombre, bueno soy Oliver Alexander* Atom, aunque cabe decir que nadie me nombra nunca por mi segundo nombre, creo que la única que lo usa es mi madre y eso cuando realmente está enojado conmigo, cosa que no es muy frecuente.
En fin, creo que de verdad que esto no es posible, tan despistado soy que ya me pase mi casa, dios solo a mi me puede pasar esto, pero es que vengo recordando el beso y la sonrisa que me dio Tom, mi Tommy, cierto no les dije, ni novio se llama Tomás A. Misaky, aunque no se que signifique la “a”, creo que mañana que lo vea le pregunto.
Voy llegando a mi hogar y me sorprendo por que las luces están encendidas, bueno, creo que mi mamá no se va a dormir sino estoy en casa, entro y me doy cuenta que mi mamá habla con varias personas, aunque no les prestó la mayor importancia, solo les digo un buenas noches y me subo a mi habitación.
Son las cinco y media de la mañana, sé que es muy temprano para levantarse pero es que estoy tan ansioso, porque hoy es mi primer día como novio de Tommy, por lo que no puedo esperar más, así que acomodo mi cama y me voy a dar un baño, después de la ducha me esmero en mi apariencia, hoy tengo que verme radiante para mi chico, que lindo es decir mi chico, aunque bueno, esto solo lo va escuchar mi mente o por lo menos por un rato, ya que Tommy no quiere que se enteren los demás, pero eso no importa, después de todo lo tengo junto a mí.
Cuando bajo a desayunar con mi inseparable balón, estaba pensando que prepararme, cuando brinco de la sorpresa, ya que mi mamá ya este despierta además que no está sola y platica con mi papá además de Roberto, los saludo con un buenos días, sin prestarle la mínima atención a su plática, tomo unos hot cakes, leche y un poco de fruta, desayuno en completo silencio aunque me percato que ellos me miran un poco intrigados, pero simplemente los ignoró.
Al terminar de desayunar me dirijo nuevamente a mi recamara para tomar mi bolsa con las cosas para el entrenamiento, salgo de la casa con la mayor brevedad posible, porque deseo estar otra vez con mi chico, había llegado al parque cuando me doy cuenta que me falta algo, no es posible, se me olvido mi balón, nunca creía cuando decían que el estar enamorado atonta a las personas, pero hoy me doy cuenta que sí.
Salgo trotando a toda velocidad a mi hogar, llego, ni siquiera me tomo la molestia de retirarme los tenis, entro a la sala, no ahí no está mi balón, tal vez, lo deje en mi cuarto, subo corriendo a mi recamara, reviso de pies a cabeza la habitación pero nada, creo que nunca he estado tan desesperado y que esta es la primera vez que se me pierde mi inseparable amigo, pero ¿Dónde lo deje? Estaba por llegar al borde de la desesperación, cuando me acuerdo que lo lleve conmigo a la cocina, entro corriendo a la cocina, estoy segura que mi mamá ya va a gritar por el desastre que he hecho en el piso y por correr en la casa, para mi alivio no lo hizo, solo me mira intrigada.
-Aquí estas- comento con alegría al ver mi balón en una de las sillas del comedor –Pensé que te había perdido- digo todo melancólico mientras que abrazo mi pelota, veo que los que están en ese momento en la cocina, me miran como si no creyeran lo que está pasando –Bueno ahora si me voy al entrenamiento- comienzo a patear el esférico –Nos vemos al rato mamá, papá, Roberto… Por cierto, no sé a qué hora regrese.
Cuando estoy en la sala escucho el potente grito de mamá -¡Oliver Atom, ¿Cuántas veces te he dicho que no juegues futbol dentro de la casa?!
Hago un cálculo mental y le contesto -173, no espera 245.
Dicho eso salgo a toda prisa, ya se me hizo tarde pienso, aunque a penas son como las siete, de hecho faltan quince minutos para que den las siete, sin más, dribleo por todas las calles hasta llegar con mi Tommy, toco la puerta de su casa y de ella, sale el chico más guapo de la selección juvenil: Tom Misaky, él me sonríe para después lanzarse a mis brazos y darme un caluroso beso.
-¿Listo para irnos?- le pregunto al terminar el beso.
-Sí, solo espérame voy por mis cosas.
Sale con una maleta cargando en el hombro, la cual le retiro para cargarla con la mía, él me quiere protestar pero lo calló con un beso, Tom me sonríe mientras niega con la cabeza, después de eso, nos dedicamos a hacer pases mientras que llegamos al sitio de entrenamiento.
Al llegar ahí, realizamos los estiramientos juntos, al terminar nos pusimos a jugar con el balón o más bien, jugamos a quitárnoslo, esta forma tan particular que teníamos de ver nuestros avances, no sé cuánto tiempo jugamos así; solo sé que nos separamos cuando escuchamos un chiflido, los dos volteamos un tanto desconcertados, por el ruido, ya que se suponía que estábamos solos, grande fue nuestra sorpresa al ver que ya estaba Andy, Benjí, Steve, Ralph, Richard, Armand y Aoi Shingo.
-Ya ven, esa era la única forma de llamar su atención, ya que por sus caras he de suponer que no se dieron cuenta cuando llegamos- comento Benji, mientras que Tom y yo los mirábamos con un poco de pena, aunque ellos pensaban que era por no escucharlos llegar y no porque nos descubrieron en nuestra burbuja.
Segundos después Tom se acercaba a ellos para saludarlos, solo me limite a seguirlo, hecho esto los chicos nos propusieron jugar con ellos, a lo que por supuesto no nos pudimos negar, un equipo estaba compuesto por Richard, Ralph, Steve y Aoi, el otro éramos Benji, Armand, Tommy y yo; Andy prefirió no jugar para observar nuestras habilidades, según le entendí para saber cómo acomodar el equipo después.
El partido de práctica comenzó el balón lo traía Ralph en un buen dribleo, mire a Tommy que al instante entendió lo que queríamos hacer, así que le hicimos señas a Armad para que bloqueara a Ralph este al instante le lanzo un pase a Steve con lo que no contaba es que eso ya lo teníamos pensado, por lo que mi Tommy intercepto el pase y comenzó el contraataque, entre los tres rolábamos la pelota, es cierto, que con Tom tengo los mejores pases, pero no era solo nuestro juego.
Aoi ingeniosamente le robo el balón a Armad pero con lo que no contaba era conmigo y con Tom, ya que entre los dos lo burlamos y le retiramos el balón, avanzamos hacia la portería de Richard el cual tenía su mirada fija en nosotros dos, en ese momento se acerco a mi Steve mientras que Armand y Aoi se encontraban en el área chica por cualquier cosa, Steve me encaro, me coloque en posición para hacer uno de mis tiros especiales, pero en realidad solo fue un pequeño pase lateral a mi izquierda y antes de que nuestros enemigos reaccionarán, Tom había metido un estupendo gol.
Escuchamos aplausos, volteo hacia estos y me encuentro con que todos nuestros compañeros están ahí, por sus acciones supongo que vieron nuestro trabajo, los chicos y yo nos acercamos a ellos.
-¿Cómo lo hicieron?- nos pregunta Bruce.
-Si fue genial, todos pensamos que tirarías y cuando menos lo sentimos, es Tom quien hace el gol- Menciona uno de los hermanos Koriotto.
–Fácil, solo fui la carnada cuando mordieron el cebo, Tom se encargo de liquidarlos- les comento con una sonrisa.
-Así que solo tienen que recordar que en un encuentro de futbol, ningún oponente es inofensivo- término de explicar Tom, aunque a decir verdad, se me hizo irónico que creyeran que Tommy es un jugador inofensivo.
Nuestros compañeros de equipo se quedaron quietos unos instantes, en eso entrando a la cancha esta el entrenador –Buenos días chicos, me da gusto que ya se encuentren todos, antes de comenzar con el entrenamiento tenemos unas visitas y un reto- mis compañeros y yo miramos curiosos al entrenador ante estas palabras –El reto se los va explicar…
En eso entra –Roberto- susurro para después correr a abrazarlo –Roberto que sorpresa– comento emocionado –¿Cuánto tiempo sin vernos? ¿Por cierto, cuándo llegaste?
Roberto me miró divertido para después reírse –Maggi tiene razón, estas enamorado- ante esas palabras solo me sonroje, mientras mis compañeros repetían lo que Roberto dijo como si esto no fuera posible.
-¿Por qué lo dices?- pregunte bajito un poco por la vergüenza.
-Hay Oliver en ¿Dónde tienes la cabeza?- lo seguí mirando sin entender –Ya que por lo visto no la tienes aquí, me preguntas ¿Cuánto tiempo sin vernos? Si nos vimos esta mañana cuando desayunamos.
-¿En serio?
-Sí, de hecho te despediste de mi- lo seguí mirando incrédulo, por lo que el prosiguió a explicarme cuando se supone que lo vi –Cuando regresaste por tu balón, que por cierto me sorprendió que lo hayas olvidado, antes de irte otra vez te despediste de Maggi, del capitán y de mi.
-¿Mi papá está aquí?- cuando termine de decir eso me di cuenta que me estaba hundiendo más, ya que si mis amigos no creían lo dicho, saber que se me olvido mi balón de futbol y no ver a mi papá, solo les confirmaron sus palabras, que estoy completamente enamorado, para mi alegría no saben de quien.
-Sí Oliver, llegamos ayer, pero por lo visto no te diste cuanta y eso que nos diste las buenas noches.
Confirmado deseaba que la tierra me tragase, ya que mis mejillas no podían estar más sonrojadas y para colmo todos me miraban como bicho raro, como si no me pudiera amar algo más que no sea el futbol.
–¡¿En serio, nuestro Olí está enamorado!?- comento divertido Bruce –Dinos Oliver ¿Quién es la afortunada?- me preguntó con burla mientras que sentía como me abrazaba y me daba un golpe en la costillas –Picaron- agrego burlándose de mí.
-Creo que lo que menos nos importa es saber de quién está enamorado Olí, en el caso de que sea cierto, lo que nos interesa es saber ¿Cuál es el reto del señor Roberto?- si mi dulce ángel salió a mi rescate, además de que de una manera sutil, puso en duda de que este enamorado, siendo que esto no está comprobado o por lo menos no por ellos, sí mi chico es un genio.
-Tom tiene razón- rectificó Roberto, después de notar lo nervioso que estaba con las miradas de mis compañeros, por lo que apoyo a mi Tommy –El reto es muy sencillo solo queremos probar la eficacia del dúo dorado– dijo al fin.
¿Probar la eficacia del dúo dorado? Me pregunte internamente, después de todo, Tommy y yo, éramos reconocidos mundialmente por nuestro trabajo en equipo, no sé quiénes sean nuestros misteriosos oponentes, pero pronto lo sabré, ya que por la entrada a la cancha se asoman una sombras que no logro discernir, aunque eso no importa, porque sean quien sean, se van a enfrentar con la combinación dorada y comprobar la eficacia de nuestro trabajo.
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