-¡Viktor!-Era el suave gemido que salió de los labios sonrosados después de haber sido devorados con ansias. Se hallaban en el sofá de su sala cómodamente sentado con su pelirrojo sentado a horcajadas sobre él con las piernas rodeándolo produciéndole una agradable calor, un hermoso sonrojo cubría sus mejillas y su respiración entrecortada manifestaba su grado de excitación, los ojos fuertemente cerrados y sus manos entrelazadas detrás de su cabeza acariciando suavemente su cabello mientras él tenía en sus manos en el delicioso trasero de su gatito acariciándolo con pasión y se deleitaba con la piel expuesta de sus hombros después de haberlo retirado la camisa lamiendo cada peca que se encontraba a su paso dejándose llevar mordió uno de sus hombros oyendo otro gemido que a sus oídos sonaba tan sensual así como erótico.
-Viktor, por favor…por favor- su mente nublada por la pasión apenas registraba la voz de Ron entretenida en la más placentera tarea de meter las manos dentro de sus pantalones y acariciar con más ahínco sus nalgas.
-Hazme tuyo- escucho que le suplicaba en un suave jadeo.
Se corrió.
Viktor se encontró en esa hermosa mañana de domingo con que había mojado el pantalón de su pijama así como parte de las sabanas de su cama en la manifestación de uno de los mejores orgasmos que había tenido en lo que llevaba de vida.
-Y eso que era simplemente un sueño-se dijo a si mismo sentado en la cama con su cabeza echada hacia atrás tratando de normalizar su respiración. Levanto la sabana que lo cubría de la cintura arrojándola con frustración a un lado dirigiéndose al baño a asearse. -¡DEMONIOS!- Medio grito ya bajo el chorro del agua después de deshacerse de la evidencia dejando la ropa mojada en el cesto de la ropa sucia repitiéndose que no existía la mancha y si la señora de la limpieza llegaba a comentar algo seria su ultimo día trabajando en su casa y que no se metiera en sus asuntos.
Se sentía frustrado, enojado y caliente, todo a la vez, su mente aun recordaba a Ron enfundado en el traje de mesero así como el tacto sobre la tela de su trasero y el sutil perfume de su piel que alcanzo a percibir aun sobre el humo del bar, esa mezcla de menta y vainilla que lo enloquecía. Maldiciendo en su lengua natal se dispuso a hacerse cargo de su miembro que volvía a reclamar su atención –Seré patético, mira que ponerme así solo por recordar el olor de su piel… aagh…no me puedo imaginar qué pasaría si lo tuviera desnudo bajo de mi…aaah… gritando…ugh… por mi- y por segunda vez en lo que iba de la mañana se corrió.
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Después de de haberse aseado se encontraba en la cocina preparándose una taza de café pensando en cómo desaparecer al italianucho ese de su camino –Tal vez debería de ponerle unos zapatos de cemento y tirarlo al Támesis, mmm... no mejor no, se trata de que nunca vuelva a ver la luz del sol y allí podrían encontrarlo- medito en voz alta. Se sentó en la cabecera de la mesa – Además tengo que pensar cómo lograr que Ron me perdone, se que hice mal y por mi culpa está en una situación difícil; pobre mira que tener tres empleos para poder vivir y estudiar en esta ciudad tan cara, no puedo permitir que por mi culpa tenga que pasar carencias o deje de estudiar y que el tipejo ese se aproveche de la situación engatusándolo, me lo quite y se le lleve lejos para no poder mirarlo más–dramatizo dándole un sorbo a su café disfrutando de la bebida caliente cuando una nueva idea cruzo rápidamente en su cabeza abriendo sus ojos desmesuradamente iluminados con euforia ante esta -Le podría conseguir una beca así no tendría que preocuparse por conseguir otro empleo- golpe la mesa con la taza que de milagro no se rompió -¡Sí! Y de esa manera podría acercarme a él en la universidad con ese pretexto verlo y tratarlo en un ambiente que a él le sea agradable y neutro- Sonrío satisfecho ante su idea y se dirigió al teléfono para hablar con Zec de su nuevo plan esperando que le diera el visto bueno y hacer otro par de llamadas si el plan se ponía en marcha, era momento de cobrar unos viejos favores y mover palancas por una buena causa.
-No te preocupes mi amor, yo solucionare la situación no dejare que te pase nada malo- hablo al aire tomando el teléfono y marcó.
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Ron se encontraba tirado en su cama cubierto hasta la cabeza con cero ganas de levantarse, un aura negra le rodeaba deprimido ante el panorama que se vislumbraba sombrío para él. Si ya de por si pagar sus cuentas le era difícil con el aumento en la renta así como sin uno de sus empleos estaba perdido y lo que menos deseaba era tener que regresar a la casa de sus padres con la cola entre las patas cuando había jurado no volver a ella hasta obtener su titulo y perjurar que él podría arreglárselas solo.
El sonido de unos toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos sombríos pero no así de su cama. Dispuesto a ignorar a quien fuera que se encontraba en la puerta sin importarle lo más minimo, se arrelleno bien dispuesto a ignorarlo para seguir regodeándose en su desgracia.
-¡Ron se que estas en casa! ¡Ábreme!- escucho la inconfundible voz de su amigo así que se levanto a abrirle.
-Hola- saludo desganado.
.-Vaya manera de recibirme y yo que te traigo algo para desayunar.- dijo Harry levantando la bolsa enseñando la comida que había comprado y quitándose la bufanda dirigiendose a la cocina.
-No estoy de humor para eso hermano- dijo Ron con voz triste siguiendo a su amigo a la cocina.
-¿Y a ti que te pasa?-pregunto Harry mientras buscaba un plato limpio para servir el desayuno.
-Me despidieron del club- fue la escueta respuesta mientras se sentaba de golpe en una de las sillas de la mesa.
-¿Por qué?- Harry olvido lo que estaba haciendo para centrar su atención en Ron.
-Fue culpa de mastodonte motorizado ese-
-¿Él que casi te atropella?-
-El mismo-
-¿Y que tiene que ver con que te corrieran?-
-Pues fíjate que….- y le contó a su amigo todo lo ocurrido en el club la noche anterior, el como se encontró a ese en su trabajo, como este había bebido como cosaco y su acoso sexual así como su reacción y el resultado de todo esto al final dando un gran suspiro de cansancio, mira que pasarle todo eso a él en menos de una semana aunque sintiéndose un poco más ligero al sacar su frustración con Harry cuando de nuevo se acordó del pequeño par de problemas que lo atormentaban.
-¿Qué voy a hacer? Sin ese trabajo no podré cubrir todos mis gastos y la renta acaba de subir ¡Me van a echar!- dijo llorando con dos cascadas en su ojos.
Harry se levanto y rodeo la mesa acercándose a su amigo dándole una palmadita en su espalda lo consoló.
-Pues primero calmarte y comer, no eres muy bueno pensando con el estomago vacío – recibió una mirada molesta por parte de Ron –No te enojes conmigo sabes que es verdad- se defendió- Luego vamos a buscar el periódico y haber que encontramos y si para lo que queda del mes no encuentras un trabajo de medio tiempo que se acople a los otros dos pues te vas a vivir conmigo-
-¿0.0?- Ron estaba sin palabras.
-Eh, pues ya sabes que mi depa es pequeño pero podemos caber los dos además que no creo que el casero ponga objeciones… claro si a ti te parece que compartamos los gastos y el espacio- dijo Harry frotando su nuca nervioso sin saber si la proposición había ofendido a Ron que siempre era muy susceptible a los temas del dinero no esperando el abrazo de oso que recibió.
-¡Gracias, gracias graciaaas! Eres el mejor amigo que puedo tener- le dijo con brillitos en los ojos viendo a Harry como si fuera un Dios ganándose una suave risa por parte de Harry.
-No es para tanto-
-Lo es si estas en el valle de las desgracias-
Se sentaron y comenzaron a comer al menos Ron ya no veía el panorama tan negro si contaba con un amigo como Harry.